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¡Hermosos, los saludo!
Este fin de semana se llevaron a cabo los Kids’ Choice Awards, y, una vez más, Kristen se coronó. Creo que la impresión general de este evento, y de la presencia de Kristen, puede describirse como “bonita”. No sé, fue algo tierno. Creo que fue rescatar un espíritu fresco y genuino que por un momento pareció perderse. Vimos a Kristen feliz, con Katy Perry y Selena Gomez, con un discurso muy lindo, y una vez más la imagen de los Twilighters muy en alto. Es una pena que no hayamos tenido más galardones, pero éstos como se notaron. Da gusto ver este tipo de cosas.
Pasemos a otros asuntos. He aquí una anécdota: Hace ya algún tiempo veía un post malintencionado (ya saben, Haters, Haters everywhere) en el que comparaban las batallas finales de El Señor de los Anillos, Las Crónicas de Narnia: El León, la Bruja y el Ropero, Harry Potter and the Deathly Hallows Part 2, y Breaking Dawn Part 2. Tal parece que la idea de este post era descalificar el enfrentamiento Cullens y Aliados vs Volturi porque no mucha gente estuvo implicada, no hubo destrozos, columnas derribadas, chispitas por todos lados, y porque finalmente resultó ser una broma, por lo que en realidad no hubo vidas perdidas a lo tonto. Eso molestaba al autor del post. Pero, ¿saben qué?, yo no podría sentirme más orgullosa de que las cosas se hayan dado de este modo.
Twilight no es una historia de guerra, de odio, de venganza, nadie asesinó a los padres de un bebé, nadie tiene sometido a todo un pueblo bajo heladas extremas, nadie tiene permanentemente en la cabeza las ganas de matar. Twilight es una historia de conciliación, donde vemos ejemplificada la filosofía de Stephenie que nos dice “siempre tienes una opción”. Aún cuando la carnicera matanza parece ser lo único que nos queda, la esperanza sobrevive. Si queremos hacer las cosas bien, con actitud, en paz, no hay nada que nos lo impida. Es cuestión de querer. Y por eso es que el post del que les hablo me hizo inmensamente feliz, porque así comprobé que en verdad he pasado todos estos años con una de las Sagas más sanas que han existido, con los mejores valores y ejemplos a seguir. Alguien que viva con estos libros no terminará sintiéndose peor que antes, no llorará de dolor, sino que quedará con ganas de emular lo que acaba de leer y por lo tanto de crear un mundo más hermoso y más pacífico.
Además, es una historia con la que terminas emocionalmente bien, que no te daña, que no te hace sufrir. Memorable la escena en la que el príncipe Caspian decide retirarse, dejando a la mitad de sus tropas morir en batalla sin que él se preocupara por nada más que protegerse, memorables la muertes de Hedwig, Tonks, Lupin, Fred, Ted, Cedric, Lily, James, Sirius, y tantos, tantos otros. Pero memorable también la decisión de Carlisle de proteger a tanta gente como fuera posible, de ni siquiera exigirles que pelearan, sabiendo que él no podía disponer de sus vidas con tanta arbitrariedad. Memorable cómo, cuando todo parecía llevarnos a una inevitable muerte, fue posible encontrar una solución sin cubrir la nieve de sangre inocente.
Twilight nos habla de otro tipo de luchas, guerras internas y con uno mismo: la eterna batalla entre Edward y su yo-monstruo, Carlisle y la naturaleza que él jamás pidió y que detesta, Bella y su corazón dividido. Estas batallas claro que dejan secuelas, pero son del tipo que ayuda a crecer. En tomar decisiones difíciles, aprender a poner al ser amado antes que a uno mismo, o incluso saber que se es demasiado egoísta para hacerlo, eso es lo valioso. Y este reto es el peor de todos pues, como diría Antoine de Saint-Exupéry en su maravilloso Principito: lo más difícil es juzgarse a uno mismo. Sin embargo, el resultado es el más enriquecedor: en este tipo de batallas sólo lo malo muere.
La calidad de una historia no debería medirse en la cantidad de vidas que cobró, ni en la cantidad de corazones que rompió. Todo lo contrario, su valor reside en lo que haya creado, en las nuevas sensaciones, los nuevos amores, los nuevos aprendizajes que haya dejado a su paso. Nunca debemos dar valor a algo por lo que haya destruido, porque entonces estaríamos diciendo que el daño es lo importante, y dejando de lado las cosas buenas que podemos sacar de ello. Enfocarse en lo malo, y peor aún, gozar con lo malo, sólo provocará que nosotros mismos nos llenemos de cosas malas. De cada historia, cada libro, cada página, podemos elegir con qué quedarnos, en qué basar nuestra felicidad, y así poder crecer.
Con eso los dejo, bienamados. No olviden expresarse: dudas, comentarios, quejas, sugerencias, todo es bienvenido. Quienes anden de vacaciones de Semana Santa, gócenlas mucho y traten de relajarse. Nosotros nos estamos viendo la semana que viene, como siempre. Mientras tanto cuídense mucho, sean felices, y hasta el próximo Twilight Tuesday.
XOXO
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Recomendación de la Semana
Rebecca
Daphne Du Maurier
Una joven dama de compañía conoce en Monte Carlo al viudo y adinerado Maxim de Winter. Tras un breve enamoramiento y noviazgo que dura sólo dos semanas, la pareja contrae matrimonio y ella marcha hacia su nuevo hogar, la gran mansión Manderley. Ahí, debe enfrentarse al imponente recuerdo de Rebecca, la primera esposa de Maxim, y quien tiene poco de haber fallecido. Toda la casa está impregnada de Rebecca, de su estilo, de sus gustos, de sus ideas. Es imposible dar un paso sin que el ama de llaves indique cómo hacía las cosas Rebecca, y cuán superior era ella en todo aspecto, comparada con la nueva señora de Manderley. La recién casada pronto empieza a temer que la única mujer que Maxim realmente ama es Rebecca, y que ella jamás será capaz de luchar contra su memoria. A donde mire siempre Rebecca, Rebecca, Rebecca. Esta novela termina por convertirse en un exquisito y perverso juego psicológico, cuya complejidad se vio retratada en 1940 por Alfred Hitchcock, sumando un Oscar a sus galardones. Una gran opción para los amantes del romance y la locura.
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