Cap 28: La Fuerza del Amor

CAPITULO 28 — EMPEZANDO DE NUEVO.

POV BELLA

Alce la mirada hacia el con verdadera emoción, ahora por primera vez desde que estaba embarazada nuestro bebe se había movido dentro de mi y había sido al sentir a sus padres unidos.

— ¿Que ocurre? — pregunto confuso al sentir como las lagrimas volvían a derramarse por mi mejilla.

— ¿Lo has sentido? a sido la primera que vez que he sentido a nuestro bebe — confesé aferrándome a su pecho con fuerzas, como lo amaba — te a sentido Edward, te esperaba a ti…

Sus brazos se aflojaron de mi cuerpo y con tristeza se soltó, para un segundo después darme la espalda.

— Yo también lo he sentido… no sabes como duele todo esto — susurro aun de espaldas a mi — no sabes como duele verte ilusionada y no recordarte… no recordar a mi propio hijo.

Sus palabras llegaron con muchas esperanzas hasta mí, el quería recuperarlo todo.

— Se que todo esto es difícil, pero juntos vamos a poder. Voy a estar aquí Edward, por muy complicado que parezca todo… quiero recuperarte mi amor… ayúdame, no se como hacerlo — musite acariciando su espalda con ternura. Dolía en el alma verlo tan perdido y no saber que hacer para guiarlo.

Él se volteo hacia mí y su mirada decía como se sentía. Mi Edward ya no era el mismo y me perturbaba demasiado no saber cuando iba a volver… o si iba a volver alguna vez.

— Yo tampoco lo se Bella — mi corazón murió de amor al volver a oír mi nombre de sus labios — cuéntame como nos conocimos, cuéntame cosas, quiero recordar...

Inspire temblorosa, él quería intentarlo e iba a intentarlo y yo tenia que estar ahí con el siempre. Tenia que ser fuerte por el, por nuestro bebe, por nuestra familia. Yo era su guía y trataría de hacer que encontrase su camino de vuelta con nosotros, con los suyos.

Lo tome de la mano y lo senté en la cama, me senté a su lado e intente coger sus manos pero el parecía confuso y aunque me partiese el alma, yo tendría que darle su tiempo para acostumbrarse de nuevo a mi.

— Nos conocimos el día que cumplí dieciséis años — jamás pensé que aquel día iba a cambiar tanto mi vida — tu ibas distraído y yo también… chocamos y bueno tu te presentaste. Al saber que era mi cumpleaños me felicitaste… desde ese día me amaste incondicionalmente… hasta que todo esto ocurrió...

Su cálida mirada continuaba perdida en mí, sin apartarla un solo segundo oyéndome atentamente, incluso esperanzado. No deseaba hablarle de Tanya… aunque ella era la maldita causa de todos nuestros problemas.

— Un amor a primera vista — comento perdido en algún lugar de su mente — como empezó lo nuestro… cuéntamelo por favor.

Con dolor y pesar, le contaría desde ese día que casualmente chocamos, hasta el día que apareció en el hospital confesándome su amor y dando una salida a mi vida. Iba a ser muy doloroso recordar aquellos primeros momentos… mas aun, recordar como él me había suplicado y confesado su amor… y yo le había roto el corazón al hablarle… de Tanya.

.

Atormentado y abatido había dejado a Edward tras aquel doloroso momento, yo lloraba y él estaba a punto de hacerlo.

— ¿Donde esta tu hermana? — pregunto al yo decirle que ella lo había amado… mas bien se había obsesionado con el y a causa de ella no habíamos logrado una felicidad completa, una felicidad que merecíamos.

— Murió al… chocar con tu auto — sus ojos se abrieron como platos — Edward ella no quería a nadie, destruyo nuestras vidas, prefería verte muerto antes que sin ella. Mi dolor es mas grande aun al saber que por mi hermana te ves así… sé que tú pretendías salvarme… y la culpa me puede.

— No te sientas así — su mirada se volvió tierna al mirarme — si yo daba la vida por ti seria por que te amaba demasiado… jamás me arrepentiría de todo eso.

Te amaba… te amaba… esas palabras se clavaban en mi corazón con gran intensidad, una vez mas él hablaba en pasado.

—Te quiero de vuelta — gemí frustrada — me duele oírte decir que me amabas… no que me amas…

Dolía, dolía y mucho.

—Bella… no siento nada… me siento muerto — susurro perdido en mi mirada — lo siento de veras ¿que puedo hacer?

Yo me hacia esa misma pregunta ¿que podíamos hacer?

—Siente mi amor Edward… — tome su mano y la puse en mi corazón — como te dije una vez este corazón solo late por y para ti… deja que te llegue mi amor.

El asintió con tristeza y entonces sentí como su manos temblaba sobre mi corazón, él quería quererme yo lo sabia, yo lo sentía… pero no lo hacia.

—Me siento tan perdido — confeso mirando nuestras manos unidas sobre mi pecho.

—Lo se, lo se — lo mire con dolor, mi pobre Edward ¿que le habían echo? — quiero guiarte, quiero traerte de vuelta hacia mi pero me tienes que ayudar, sola no puedo mi vida.

Parecía pensativo.

—Tal vez cuando llegue a nuestra casa, no se... haya algo que me haga sentir mejor, algo que me recuerde a nuestra vida juntos — acaricie su mejilla, se veía tan frustrado e impotente por la situación. Eso mismo deseaba yo, que llegásemos a casa y el se llenase de recuerdos, que me mirase de la forma que lo hacia antes, como ya no lo hacia ahora.

—¿Vamos a casa? — pregunte intentando sonreírle. El asintió esperanzado.

Me levante y alce una mano hacia el.

—¿Comenzamos este camino juntos? — el tomo mi mano sin dudarlo.

POV EDWARD

Al llegar a aquella casa llena de gente, me sentí extraño. Todos eran mi familia, pero yo no sentía a ninguno de ellos. Eso hacia que el dolor aumentase junto con la pena de no poder corresponder a sus muestras de cariño, que eran constantes. Al llegar lo primero que me esperaban era mis dos sobrinos, un niño y una niña, muy hermosos y rellenitos. Su madre Rosalie, mi cuñada, no había podido ocultar su emoción y se le habían escapado unas lágrimas. Mi hermano Emmett me observaba con la misma emoción. Todos esperaban mis reacciones, solo pude saludar a cada uno de ellos lo mas cordialmente, intentando parecer cómodo aunque no lo estaba. Bella permanecía a mi lado muy callada observando todos mis movimientos y eso me entristecía demasiado, parecía esperar que yo en cualquier momento recordase algo, pero no lo hacia.

— ¿Tienes hambre cielo? — preguntó mi madre con ternura. Mi padre permanecía a su lado, muy inquieto también cada vez que me observaba — Te hemos preparado una de esas comidas que tanto te gustaban y te hemos hecho una tarta de chocolate ¿te apetece?

No quería hacerles sentir mal, no más mal de lo que ya deberían de sentirse y asentí con tristeza. Bella rápidamente se posiciono a mi lado, me llevo hasta la mesa y allí nos sentamos el uno al lado del otro mientras los demás terminaban de hacer otras cosas. Rosalie y Emmett se ocupaban de sus bebe, Alice y Jasper ponían la mesa sin mirarnos para darnos un poco de intimidad y mis padres terminaban de preparar todo para la comida.

—¿Estas bien? — preguntó acariciando una se mis manos.

Suspire, me sentía agobiado.

— ¿Aquí vivimos? — pregunte observando esas manos que me acariciaban con tanta ternura.

La pregunto hizo que a Bella se le formase un nudo en la garganta. Su mirada se volvió rápidamente hacia la mía y me sonrió con dulzura.

—No, aunque esta era tuya — suspiró temblorosa — pero decidimos comprarnos una para nuestra familia, te gustara es muy acogedora.

Tenía tantas preguntas que hacer, tenia tanto por ver, como dolía sentirse así…

— ¿Cuánto tiempo hemos vivido allí? — rápidamente me arrepentí de haber formulado la pregunta, pues sus ojos volvían a estar brillantes por las lagrimas.

— Un día… eso fue lo único que la disfrutamos — apretó mi mano con fuerza entre la suya — Ese día acabábamos de mudarnos, yo acababa de salir del hospital y tu habías dejado preparada la casa para que en cuanto yo saliese todo estuviese perfecto… no llegamos a disfrutarla ni veinticuatro horas… cuando todo esto paso.

Sentía el impulso de estrecharla contra mi pecho y no soltarla, pero ¿seria correcto tal y como estaban las cosas? ¿y si la dañaba mas? yo no deseaba destrozarle mas la vida a ese hermosa mujer que tenia a mi lado, con sus ojos marcados por la pena y el dolor.

—¿Qué hacías en el hospital? — en cuanto hice la pregunta su mano fue hasta su vientre y se lo acaricio con ternura. Tuve la tentación de hacerlo yo también, pero ya no sabia lo que era y no bueno para nuestra relación.

— Mi hermana me empujo por las… escaleras — contuve un grito ¿Qué clase de mujer era esa? — cuando se entero que estaba embarazada y que no había cumplido con algo que yo le había echo creer a ella para que nos dejase en paz… — sus ojos se volvieron hacia mi, esta vez había un brillo especial — pero se salvo Edward, sigue aquí, dentro de mi.

Asentí con un inmenso nudo en la garganta, al parecer en eso era en lo único en lo que la vida nos había tratado bien… todo lo demás parecía un infierno.

— Tu querías una niña — sonrió acariciándome la mejilla. Sentí como si me hubiese acariciado todo el cuerpo, todo era demasiado tormentoso al no saber que estaba sintiendo y porque.

Entonces entendí porque en mi mente resonaba la palabra niña… yo la deseaba con fuerzas ¿tal vez todo el proceso iría mas rápido de lo que esperábamos?. No podía decírselo a ella, no cuando no había mas nada tras la palabra niña… y decírselo podría darle esperanzas y dañarla mas, yo no quería eso.

— ¿Qué piensas? — pregunto acariciando mi mejilla aun con semblante serio.

— Nada importante — conteste desviando el rostro hacia otro lado.

La oí suspirar con pesar y al cabo de unos segundos toda la familia se reunía alrededor de la mesa, parecían querer salvarnos a Bella y a mi de ese incomodo momento.

Todos se sentaron alrededor de nosotros, regalándome en todo momento muestras y palabras de cariño, pero todo eso no hacia mas que hacerme sentir peor. Quería irme de allí, quería irme solo y desaparecer hasta saber quien era, quería sentirme seguro conmigo mismo y en la situación en la que me encontraba, era totalmente imposible.

.

La comida fue tranquila entre charlas, todos tenían puestas las miradas en mi cada vez que hablaban del pasado, pero en mi no surgía ningún efecto… ningún recuerdo. Me felicitaron e incluso me hicieron soplar la vela, también me hicieron algunos regalos por ese día que debería de haber sido tan especial y sin embargo no lo era.

— ¿ Nos vamos un ratito al jardín? — pregunto Alice esperanzada — hoy hace mucha calor, incluso podemos disfrutar de la piscina ¿que me decís?

— ¿ Te apetece? — me pregunto Bella y entonces vi en su mirada lo dolida que se sentía conmigo, por el desplante anterior.

— Si — conteste con tristeza. Su mirada me decía el daño que le hacia mi indiferencia, yo no quería herirla así, yo no quería hacerla sentir así ¿Qué podía hacer?

Nadie dijo mas nada y todos nos levantamos a la vez. A Bella se le notaba algo cansada, mas aun con esa hermosa pancita que tenia… Bella era muy hermosa, no me extrañaba que aquel día me hubiese enamorado de ella con esas fuerzas… quería volver a hacerlo, quería volver a sentirla… sobretodo quería volver a quererla. Mi corazón me gritaba que la buscaba, pero yo no la encontraba.

Al llegar al jardín no pude evitar apartarme de todos ellos y buscarla la paz que necesitaba. Todo era oscuro y confuso, no sabia como salir de ese pozo que parecía no tener fondo. Llevaba dos meses despierto esperando que algo cambiase en mi, pero nada había cambiado. La doctora Zafrina que al parecer había sido amiga en algún momento de mi vida, me había ayudado mucho a entender que estar encerrado en esa habitación sin hablar con nadie no iba a ser bueno para mi, pero ¿ lo seria esto?.

Una mano en mi hombro me hizo tensarme. Al volverme me encontré con la mirada cómplice de Rosalie.

— Hola — susurró sentándose a mi lado, me sonreía — ¿Qué haces tan apartado de nuevo?.

Volví mi mirada hacia atrás, Alice y Jasper se bañaban en la piscina sin dejar de observarme, Emmett cuidaba se sus bebes y mis padres parecían consolar a una Bella derrumbada. Me odie una vez mas al sentirme culpable de su dolor.

—Ella te extraña, siente que cada segundo que pasa te pierde mas — volví mi mirada hacia mi cuñada — no te haces una idea de lo que ha sufrido y ahora que despiertas estas aquí, pero no estas con ella. Tu la adorabas Edward, ella era para ti tu mundo, sin ella no eras nada. Dos largos años esperaste por ella…

—Ella me ha contado el principio... no me amaba cuando empezamos… fue un matrimonio forzado casi — respondí angustiado. Aun sentía el sabor amargo de la pena de Bella al contarme el trato que había echo su madre con ese hombre… trato que su propia hermana había confabulado ¿podía ser todo mas confuso?. Unos meses juntos llenos de dolor y de intrigas, también de mucho amor… eso me decían.

—Si, aunque ella te amo rápido, solo que no quería darse cuanta por no dañar a esa... — suspiro con rabia — Bella no se imaginaba como era su hermana. La estuvo amenazando durante un tiempo, habéis pasado mucho Edward… ahora ella esta muerta, no seas tu mismo tu propio enemigo. Lucha por ella, por vuestro bebe, por vuestra familia.

Asentí con pesar. Rosalie tenia razón, si un día cercano yo lograba recordar todo no querría que me vida estuviese destruida. Al parecer mi vida era ella y si un día recordaba todo no habría querido perderla, me arrepentiría toda la vida de haberla dejado marchar. Tenia que ser fuerte, poner ganas a ese futuro para que el día que volviese en mi que estuviese todo como lo había dejado, si la amaba tanto jamas me perdonaría a mi mismo el dolor que yo pudiese causar a nuestra pareja ¿podría lograrlo? tenia que intentarlo.

POV BELLA

Cuando lo vi caminar hacia mi se me encogió el corazón ¿Cuántas veces había venido caminando a mi de esa forma? demasiadas, solo que esta vez no estaba esa sonrisa tierna y cálida que me regalaba cada vez que me veía, cada vez que se acercaba a mi ¿lograría recuperarlo?

— Viene hacia aquí cielo — dijo Esme dándome un apretón de manos — paciencia cariño, todo va a volver a estar bien.

— Claro que si Bella — dijo Carlisle tomando mi mentón — te lo prometo…

— No… — gemí casi llorando — no quiero promesas… no por favor…

El me había prometido tantas cosas… todo va a estar bien… volveré pronto… juntos podremos con todo…jamas olvidare nuestro amor… mas y mas promesas que ahora todas estaban rotas. No debería, pero me sentía dolía con el por no haberme hablado antes, por no haber confiado en mi a la hora de saber que pensaba. Yo quería ayudarlo, pero el se cerraba ante mi ¿Cómo iba a lograrlo así?

Al sentir su sombra ante mi levante la mirada hacia el, me tendía una mano. Mi corazón vibro de alegría al ver su cálida mano esperando a que la mía se uniese.

—¿Vamos a casa? — a casa… sonaba también esas palabras en su boca. Asentí emocionada, tal vez allí podría acercarme un poco mas a el con la intimidad que eso suponía y lograba que algo cambiase, que las cosas mejorasen. Con el corazón desbocado, posé mi mano sobre la suya y una corriente eléctrica me envolvió por completo. Lo observe a los ojos esperando que el también se hubiese estremecido ante ese contacto… su ceño frundido me decía que así era. Iba a recuperarlo, claro que si.

El amor que existía entre nosotros, no lo podría borrar nadie, tampoco el cruel destino.

—Nos vamos — dije a todos y en un momento toda la familia estaba a nuestro alrededor — os llamo luego .

De nuevo todos parecíamos mas esperanzados.

— Yo os llevo — propuso Emmett — los bebes ahora están dormidos .

— Voy contigo — contesto Rosalie dedicándole una mirada a Esme, esta enseguida asintió para hacerse cargo de los bebes.

Con unas nuevas energías renovadas, me despedí de Esme y de Carlisle que me desearon suerte al oído. Alice me abrazo muy fuerte con ese complicidad que me demostraba siempre. Jasper me dio dos besos cómplices y por ultimo di un tierno beso a esos dos hermosos bebes de Rosalie y Emmett, en ellos veía el reflejo del que pronto estaría con nosotros… nuestro bebe.

La verdad todos se habían convertido en parte de mi familia, gracias a ellos aun seguía de pie, luchando en ese cruel destino día a día.

.

.

El camino a casa fue tranquilo y silencioso. Solo la música marcaba un poco el ambiente.

Al llegar nos despedimos de Rose y de Emmett, que nos sonreían con complicidad . Todos esperábamos ese cambio.

— Es aquí — suspire tomando sus manos entre las mías. El me observo con recelo y una vez mas lo sentí muy lejos de mi — ¿entramos?

El pareció dudar y dándole las fuerzas que necesitaba apreté sus manos entre las mías, dándole el apoyo que necesitaba. Edward me miro a los ojos y sentí una vez mas que me perdía en el ¿Cómo nos había ocurrido esto? ahora parecíamos dos desconocidos, tan cerca y a la vez tan lejos.

— ¿A que tienes miedo? — pregunte perdida en su mirada — aquí lo único que vas a encontrar es el amor que me tenias ¿no quieres recuperar eso?

— Las cosas no son tan fáciles — suspiro frustrado — claro que quiero recuperar eso… pero no se si puedo y enfrentarme a esa verdad es muy doloroso.

Asentí con el alma rota en mil pedazos, no podía… no podía… Me sentía desesperada ¿Qué podía hacer? y entonces su boca me lo dijo. Con sumo cuidado, me acerque lentamente a el y pose mis labios en los suyos con mucha dulzura. El pareció sorprendido, se quedo muy quiero sin hacer movimiento. Armándome de valor aun sabiendo que podía romperme en mas pedazos, envolví mis manos alrededor de su cuello y lo atraje hacia mi hasta que mi vientre lo permitió. Con mucha ternura bese sus labios, sintiéndome morir por dentro ante ese contacto… cuanto tiempo sin besarlo.

Sus labios no me besaban, su cuerpo tampoco no me tocaba, haciendo que yo me muriese de pena por dentro.

— Besame por favor… mi vida besame… — suplique dejando suaves besos sobre sus labios. El vacilo, pero continuo como una estatua.

Cuando creía que lo tenia todo perdido, sus manos sostuvieron mi rostro con cuidado y entonces, me beso. Mi corazón grito de amor y mis manos se aferraron a su pecho temiendo que en algún momento toda esa magia desapareciese y el me dejase caer de nuevo. Me beso tan tierno como antes siempre lo había echo, sus labios se amoldaron a los míos con el mismo fervor que tanto tiempo atrás. Mi cuerpo busco el roce del suyo con anhelo. Necesitaba fundirme en el y sentir que amaba de nuevo. Le devolví el beso con un inmenso amor, para que el sintiese en ese beso lo mucho que el significaba para mi y lo mucho que lo había extrañado.

Su lengua se entrelazo a la mía con sensualidad, haciendo que todo mi cuerpo recobrara vida después de tantos meses sintiéndose muerto. El cálido sabor de su aliento me invitaba a perderme en el y a hacerlo mio una vez mas como tantas veces lo había echo. Su cuerpo desprendía un calor intenso sobre el mio mientras nos saboreábamos con sumo cuidado y entonces, volví a sentir esa patadita dentro de mi… Mi bebe también había extrañado a su papa. Edward también lo había notado, por que a raíz de ese movimiento se tenso y lentamente se aparto de mi, aun con mi cara entre sus manos.

— Lo ha vuelto a hacer — sonrió con melancolía y entonces no pude evitar llorar — no vuelvas a sentirte triste… por favor. No pretendía…

— Shhh — silencie con mi frente apoyada en la suya — es de felicidad. En todo estos meses no lo he sentido… y cuando te ha sentido cerca lo ha hecho de nuevo — volví a buscar su mirada con desesperación — te amo Edward, te amo mucho mi vida.

Sus ojos se oscurecieron y entonces me abrazo contra su pecho. Me abrace a su cintura con fuerzas, temiendo que me volviese a soltar de nuevo. Ese abrazo me decía mucho de el, mi pobre Edward cuanto estaba padeciendo por mi culpa. Desde que yo había llegado a su vida lo había destrozado sin quererlo y tal vez esta vez, no hubiese vuelta atrás.

— Entremos — susurro sobre mi cabello. Cuando levante mi mirada hacia pude ver que también el lloraba y se me partió el alma.

— No llores, por favor… te necesito fuerte… — susurre limpiando sus lagrimas y para mi sorpresa el hizo lo mismo con las mías. Pero ya no se sentían igual de cálidas sus manos sobre mi piel y eso dolió mas que cualquier otro rechazo.

.

.

Esta vez las tornas estaban cambiadas, yo le enseñe cada rincón de la casa. El me seguía y observaba cada parte con mirada melancólica. Sentía que estaba buscando algo a lo que aferrarse para que sus recuerdos viniesen, pero lo sentía frustrado y sabia que ese momento no llegaba. Ya en nuestra habitación, el ultimo lugar que quise enseñarle, lo senté sobre la cama y me senté a su lado.

— ¿Qué te parece? — pregunte sonriendo, intentando parecer despreocupada — ¿ te sientes cómodo?

El asintió y su mirada fue hacia una foto de nosotros dos juntos… en Isla Esme.

—Dónde fue eso? — volvió su mirada hacia mi con un nuevo brillo en los ojos.

—Nuestra luna de miel— sonreí acariciando mi vientre — aquí esta el fruto de nuestro amor allí. Fueron dos semanas… las mas maravillosas que hemos vivido juntos… allí todo fue mágico y perfecto. Un mundo en el que solo existíamos tu y yo, fue nuestro primer viaje juntos… también el ultimo.

Suspiro algo agobiado.

— ¿Te gustaría volver? — rápidamente lo observe buscando alguna señal de que me lo estuviese pidiendo — podríamos volver… un poco mas tarde digo, una vez nazca el bebe. Supongo que no seria bueno en el estado en el que estas por si hay problemas.

Sonreí con amor, se preocupaba por mi y me quería llevar de vuelta a Isla Esme, todo iba a estar bien, me dije.

—Me encantaría volver, dijimos que ese seria nuestro lugar — acaricie de nuevo sus manos — aquello fue como volver a empezar en nuestro matrimonio.

—Se nos ve felices — comento melancólico mirando la foto de nuevo.

—Mucho — su mirada volvió de nuevo hacia mi — volveremos a ir cuando nuestro bebe este con nosotros. Quiero que aquel lugar sea especial para nuestra familia.

El me observo el vientre emocionado.

— ¿Quieres tocar? — pregunte señalando la tripita — le gusta sentirte.

Con cuidado levanto su mano hacia mi, al principio lo vi titubear y pensé que no iba a hacerlo, pero entonces de forma muy tierna su mano acaricio mi redondeado vientre y no pude evitar emocionarme de nuevo al sentir como por primera vez en mucho tiempo el volvía a acariciar a su niña. Un momento mas tarde la sentí moverme, no solo una vez si no varias veces.

— También te ha extrañado — su mirada dejo de observar a mi tripa y volvió de nuevo a mi, parecía emocionado otra vez. Un segundo mas tarde su mirada se poso de nuevo sobre mis labios y eso hizo que un fuego ardiente se encendiera de nuevo en mi — Edward... hazme el amor... vuelve a sentirme, necesito sentirte por favor.

Su mirada sorprendida me heló la sangre… el no lo deseaba…

—Tal vez no sea buena idea… puede ser pronto — decidida a no sufrir mas lo tumbe hacia atrás y lentamente comencé a desabrocharle los botones de la camisa, comencé a acariciar su torso desnudo, tan perfecto como siempre. El suspiro y supe que se estaba rindiendo. Con sensualidad me incline hacia el y comencé a dejar un sendero de besos desde su mandíbula hasta su vientre, para luego volver a subir — Bella… — al oír su gemido me sentí deseada de nuevo y supe que esta noche lo haría mio. Una felicidad inmensa se apodero de mi pecho, lo tendría de vuelta, claro que si.

Tal vez de esta manera lográsemos recuperar el vinculo que habíamos perdido, tenia que hacer todo cuanto estuviese en mi mano, yo lo amaba, el se estaba rindiendo.

—Déjate llevar... sienteme mi vida... siente como todo mi ser se muere por ti — suplique buscando sus labios. Labios que se abrieron rápidamente para mi y me dejaron indagar hasta lo mas profundo de su boca. Jugué con mi lengua en su boca, lo lamí , lo chupe todo con mucha ternura y poco a poco lo sentí deshacerse en mis brazos. Quería llorar de nuevo por la felicidad que me suponía tenerlo así conmigo — así es mi vida, así es...

Con cuidado comencé a desabrochar su pantalón. Lo sentí tenso, con la respiración agitada pero en ningún momento dejo de besarme, me besaba tierno y suave, con seducción y con un toque de erotismo que me hizo estremecer. Cuando al fin tuve su pantalón listo, metí la mano en el y por primera vez en mucho tiempo lo sentí de nuevo entregado a mi, haciéndome de nuevo la mujer mas feliz del mundo.

—Te amo — susurre sobre sus labios mientras mi mano tomaba su pene y comenzaba a masajearlo muy lentamente. A pesar de ser yo quien lo estaba acariciando me sentía gelatina en sus brazos, no estaba preparada para sentirlo así de nuevo. No estaba preparada para su recibimiento y todo eso parecía demasiado para mi.

Cuanto tiempo había soñado con sus besos, sus abrazos, su sonrisa... la forma en la que sus brazos me rodeaban y su forma de hacerme el amor. No podía creerme estar así con el, aunque no fuese el mismo, pero nuestro amor era fuerte y también iba a sobrevivir a esto. El volvería a amarme aun sin recordarme, tenia que ser así en nombre de este amor tan grande.

— Bella… — jadeo sobre mis labios jugueteando con su lengua sobre ellos. Continué acariciándolo, exitandolo, preparándolo para sentirlo dentro de mi y que me llenase de esa paz y de ese consuelo que solo podía sentir en sus brazos mientras me hacia el amor — te deseo Bella…te deseo...

No pude menos que derramar unas lagrimas… me deseaba a pesar de esa pancita… me deseaba…

Antes de levantarme acaricie su pene con mas fervor, hasta casi sentirlo convulsionar y cuando lo sentí temblar me retire de el y comencé a desnudarme. Sus ojos se clavaron en mi y aunque no lo estaba, me sentí sexy ante su mirada tan penetrante. Cuando estuve lista me acerque a el y con mucha delicadeza me senté a horcajadas sobre su cuerpo, sin aun entrar en mi.

—¿ Lo deseas mi vida? — el asintió con la mirada fija en mis ojos, luego mis labios, mi cuello y entonces llego a mis pechos. Me estremecí ante su mirada y entonces me alce sobre el y lo sentí de nuevo muy dentro de mi, y no pude mas que gemir mientras sollozaba alzándome y luego deslizándome hacia abajo sobre el — te he extrañado… tanto…tanto... tanto..

Su mirada tan cómplice me hizo sentir segura, estaba haciendo bien. Esto era necesario para unirnos, esta intimidad era necesaria.

— Se siente tan bien… estar dentro de ti — jadeo y entonces su mano se levanto y comenzó a masajearme los pechos, muy lento, muy suave. Me frote sobre el como una gatita hambrienta, lo deseaba y lo necesitaba con cada célula de mi piel y al fin lo tenia conmigo. Moría de amor con da palabra que salía de sus carnosos labios, lo amaba mas que a mi propia vida.

Poco a poco comencé a moverme sobre el con mas urgencias, con movimientos mas cortos y sensuales, sintiéndome mujer de nuevo después de tanto tiempo. Edward acariciaba mis pechos mientras gruñía, jadeaba y gemía sin parar, haciendo que todo se moviese dentro de mi.

—Mi vida… mi vida… — solloce cabalgando sobre el y supe que no iba a soportarlo demasiado, no, había sido demasiado tiempo — no me creo tenerte… así... te amo, te amo.

Al verlo extasiado de placer me sentí mas cerca de el. Estar juntos y solos en nuestra casa haría bien a nuestra pareja.

—Trato de llegar a ti… dime si lo estoy consiguiendo… — deslizándome con pasión sobre el me incline un poco y tome su rostro entre mis manos. Su mirada me observo con una mezcla de placer y de tristeza, supe que yo no estaba llegando a el... no, solo le estaba llegando mi cuerpo, no mi corazón. Solo mi placer, no mi amor.

—No te siento… no... no — solloce cabalgando mas rápido sobre el, intentando que al llegar a la cumbre del placer a mi lado algo se moviese dentro de el.

Me observo con tristeza, yo con dolor... de nuevo esa barrera estaba entre nosotros ¿como era posible compartiendo ese momento tan intimo?

— ¿Qué puedo… hacer? — pidió desesperado mientras sus manos se aferraban a mi cintura y comenzaba a llevar un nuevo ritmo en cada embestida. Sus manos ya no tocaban mis pechos, sus labios ya no besaban mis labios y por mas que quisiese y doliese, mi corazón ya no sentía al suyo... ya no vibraba por mi.

— Solo ámame Edward… ámame— suplique desesperada sintiendo como todo mi cuerpo se contraía para dejar que arrasase conmigo el orgasmo mas amargo que había tenido alguna vez — Edward… — gemí entre sollozos mientras mi cuerpo temblaba sobre el suyo.

No deje de moverme, aunque ya no deseara mas, hasta que lo sentí convulsionar debajo de mi y llenarme de nuevo con esa semilla que una vez me había echo tan feliz.

—¡Mmmm! Bella… — jadeo mi nombre mientras lo sentí romperse dentro de mi y para mayor dolor, no fue lo único que se rompió en ese momento.

Con su respiración muy agitada y sus ojos muy abiertos sentí que su cuerpo se relajaba, dejando atrás esos espasmos de placer que ambos habíamos sentimos momentos atrás. Mas triste y derrotada de lo que había creído alguna vez en la vida después de haber vivido un momento así con el, me deje caer a su lado con el corazón desgarrado de dolor.

Todo parecía imposible, yo trataba que a el le llegase mi amor y mi corazón en esos momentos tan hermosos, pero el solo sentía mi cuerpo para su placer nada mas.

Sin poderlo soportar le di la espalda y me entregue al llanto silencioso que tanto me atormentaba.

Un segundo mas tarde sentí la cama moverse. Era el, estaba tras de mi sacudiendo con delicadeza mi hombro para llamar mi atención.

— Bella ¿por qué lloras? — su voz denotaba preocupación, sus manos trataban de ser cálidas. Pero nada en el era aquel hombre del que yo me había enamorado, a pesar de tenerlo ahí conmigo... no era el y por primera vez tuve demasiado miedo de no volverlo a tener — Bella dime algo… ¿te he dañado? lo siento… lo siento

Ahora entendía que me había precipitado, ninguno estábamos preparados para lo que acababa de ocurrir.