Cap 18: Eterno Amanecer

CAP.18 – LO INIMAGILABLE

Edward POV

Después de sus vómitos esa mañana, Bella decidió acostarse. Estaba algo pálida pero su terquedad esta vez no pudo, y reconoció que estaba bien que volviéramos a casa.

En el camino de vuelta y al llegar el atardecer, volví a Crescent a buscar sopa de pollo y una caja de galletas de agua. Últimamente era contraproducente la fruta y los vegetales crudos. Aproveche para llamar a casa para contarle a mi padre que volvíamos

-Edward! –gritaba Alice en el teléfono - Que suerte que llamas! Como esta Bella?

-Esperabas que llamara hoy? Y por que preguntas por Bella? Deberías...

-Ese es el problema Edward! No se como esta, no puedo verla! Te veo a ti y tu preocupación y es como si ella no estuviera! Estoy asustada! – Y me quede pensando, intentando no ponerme aun mas nervioso.

-Cuanto hace que te sucede esto?

-Hace 10 días, pero no teníamos forma de comunicarnos con ustedes! Como esta?

-La verdad que esta como con una gripe estomacal. Hace días que vomita y le cuesta retener los alimentos. Me costo mucho convencerla de volver a casa y si... Realmente estoy preocupado. – y sentí el cambio de manos del teléfono.
-Edward...

-Papa! Hola! Estamos volviendo a casa. Bella no se siente bien desde hace unos días.

-Quieres que los encontremos a mitad de camino? Ideal seria que intercambiáramos medios de locomoción en La Push, pero no me animo a presionar a Billy Black. Que te parece Oil City? Emmet es muy buen navegante y Rosalie conoce a Oliver en el amarradero. Ellos les dejarían el auto para volver a casa. Son algo así como 40 millas, me parece que seria menor el tiempo en llegar a casa. Nosotros los esperaríamos aquí.

-Es una gran idea. Nos vemos en que serán... tres días?

-Si, siempre que tengas los vientos a favor.

-Nos vemos el domingo entonces!

Salí con otras perspectivas de puerto. El bodegón junto al amarradero me vendió lo que necesitaba, y también lleve unas piezas de pollo asado, vegetales cocidos en el caldo, algo de queso, las galletas y un frasco de duraznos en almíbar. Todas cosas que considere que eran buenas para su organismo en ese cuadro.

Cuando volví al bote, Bella se había levantado. Me sonrió y me abrazo, una vez que deje todo junto a la cocina. Tomo el caldo y comió las verduras y las acepto de buen grado. Su piel se sentía fría y una sombra leve bajo sus ojos me hacía ver que no se sentía mejor. Ausculte su abdomen y no tenia dolor. Temí por una posible apendicitis o alguna lesión biliar, pero no. Debía ser paciente y esperar a ver a Carlisle. La arrope muy bien y nos acurrucamos en la cama mientras cante su nana hasta que finalmente se durmió.

Cuando me cerciore que lo hacía placidamente, leve anclas y en el medio de la noche navegue todo lo que los vientos me permitieron.

Ella durmió tranquila esa noche y soporto la mañana con alguna molestia pero sin vómitos. Soporto tomar te y las galletas sin nada porque no soportaba ningún lácteo. La sola sugerencia de si gustaba algo de queso o leche le daba nauseas. Estaba desconcertado pero mucho mas estaba asustado.

Lamentablemente, su mejoría duro poco. Por la tarde le gusto la idea de comer de los duraznos en almíbar y no había terminado de comer el segundo, cuando ya la tenia vomitando nuevamente. La fruta cocida también quedaba descartada de la dieta.

Esa noche eche anclas y me quede con ella ante su pedido. Cuando baje a la cabina, estaba calentándose lo que le quedaba de la sopa y esperándome. Quito la pequeña olla del fuego y se dio vuelta para abrazarme. Y se lo respondí con toda la ansiedad y el nerviosismo que esta situación me causaba. Me sentía tan impotente, tan inútil al no poder hacer nada por ella.

-Por favor, no te preocupes mas... Me estruja el corazón verte así.- dijo sin soltarme acariciando mi espalda.

-Amor, si supieras como me siento... Tan...

-Poco útil? – Y la mire asintiendo – Sabes... Cuando alguien se enfermaba en casa, mi padre se ponía igual que tu. Hasta te diré que se enojaba! Pero no era porque estuviéramos enfermas sino porque no podía hacer nada por nosotras.

-Charlie, verdad?

-Si...

-Crees que el me hubiera aceptado? – y ella sonrió

-Si, porque vería lo feliz que me haces y lo mucho que nos amamos. Es lo que el quería. Que me casara con alguien que me amara de igual modo.

Me acerque y la bese. Sus labios dulces y hermosos estaban un poco resecos lo que no era otra cosa que un signo de deshidratación. Eso me preocupaba mas. No era bueno porque podía afectar órganos vitales como su corazón o sus riñones.

La volví a besar acariciando su rostro, porque no podía mas que demostrarle mi preocupación tratándola como si fuera a quebrarse en mil pedazos, al igual que mi corazón, que cimbraba ante cada gesto suyo de dolor. Tomo el caldo y volvió a comer las galletas. Parecía que era lo poco que su estomago soportaba. Nos acostamos y en cuanto la deje dormida volví a retomar la ruta. Solo faltaban horas para llegar.

El amanecer nos volvió a sorprender con los vómitos, que en realidad eran poco y nada. Pero no podía más que aguardar. A las dos horas, el pueblo empezó a hacerse visible. Viejos bodegones con pintura descascarada podían verse cerca de la orilla. Ya casi llegábamos.

A las 7 de la mañana encontré en el amarradero aguardándome cual estatuas a Emmet y a Rosalie. Habían llegado antes al igual que nosotros. Los salude con un abrazo y el de Rosalie fue sentido. Ella podía leerme mejor pero la cara de Emmet no reflejaba menos preocupación.

-Donde esta mi pequeña luchadora? – dijo el grandulón ingresando a la cabina.

-Emmet! - exclamo Bella, poniéndose de pie. El la abrazo con gran delicadeza. A continuación, Rosalie también lo hizo y dejo un gran beso en su mejilla.

-Pero si no fuera que conozco a Edward diría que esto es fruto de tanto ejercicio! – dijo el guiñándole un ojo, a lo que automáticamente las mejillas de Bella se tiñeron de rosado. Rosalie le pego un puñetazo en el hombro y yo me reí, porque veía que solo buscaba animarla.

-Pues, no lo se... Déjame pensar!- respondió ella mientras los cuatro nos reímos.

-Tienes todo listo? – pregunto Rosalie a lo que Bella señalo las maletas.

-Lamento no haber lavado bien la cocina y el baño. Estos últimos días he sido un desastre!

-Cariño, pero si no te sientes bien! No te preocupes, nosotros nos ocuparemos cuando lleguemos a Port Ángeles. No es cierto, Em? – dijo Rose y el asintió.

-Quieres que te cargue Bella? – le pregunte. La veía algo inestable.

-Te amo, pero eres un exagerado! – y todos sonreímos.

Emmet tomo las maletas y yo la ayude a salir a cubierta, pero no me aguante y la saque en brazos del bote. Ellos habían traído el Ford deportivo de Emmet así que el viaje seria más rápido que lo normal.

Para el mediodía estábamos entrando en el sendero verde, camino a la mansión y la sonrisa de Bella me dio algo de esperanza. Carlisle, Esme, Alice y Jasper salieron a esperarnos al porche. Alice me hablaba en su cabeza para que Bella no supiera.

-Edward, no se que decirte mas que no puedo mentirte, hermano! Pero ella ha desaparecido y no puedo encontrarla en nuestro futuro! No puedo estar mas angustiada! Se que tu también lo estas, pero debes estar fuerte. Nosotros estaremos aquí para lo que necesites...

Asentí e intente sonreír un poco. Pero fue mi madre la que capto ese segundo y me conoce demasiado bien como para detectar mi angustia. Las próximas horas serian vitales.

Mi padre había montado un consultorio en lo que fuera la sala de arte de Esme. La mire, como disculpándome por haber sacrificado su espacio para ello, pero su reacción fue solo acariciar mi mejilla. Pero era llamativo que Carlisle hubiera tomado tal decisión. Intente indagar en su cabeza, pero el era muy astuto y sabia que era lo primero que haría. Me miro con una sonrisa picara y levanto un dedo acusador, como si me hubiera agarrado en alguna travesura. Sonreí y baje la cabeza negando. Me conocía demasiado bien.

-Bueno, señora mía, vamos a elaborar tu historia clínica

-Muy bien, doctor! – dijo Bella con una sonrisa pero se aferro a mi mano y le dejo un beso en el dorso.

-Bella Marie Swan, de 18 años... Has tenido enfermedades importantes de niña? – Ella pensó

-Sarampión, rubéola y varicela. – Carlisle asintió

-Cirugías de algún tipo? Enfermedades familiares?

-No y no... Bueno, si. Mi padre adquirió artritis reumatoidea como consecuencia del frío pasado en las trincheras durante la guerra y eso había afectado su corazón. De eso murió.

-Papa... es necesario? – pregunte. El solo levanto la cabeza para mirarme. "Sabes que si, Edward. Por favor, se paciente" y solo asentí.

-Bien. Te desarrollaste a que edad... Eres regular en tus ciclos?

-Si – y se ruborizo – paso a los 12 años y siempre es cada 28 días. Es lo normal, no? – el sonrió y asintió dándole seguridad.

-Llevas registro de eso? – ella asintió – Cuando fue el ultimo?

-El 1º de agosto

Bella miro a Carlisle intensamente, enderezándose en la silla. Frunció el ceño y eso quería decir que en su cabeza algo se había disparado. Por que no podía saber que era? Carlisle la miro y no pude entenderlos. Pero parecía que ellos eran los que se transmitían pensamientos en este momento y yo el me quedaba fuera. La cabeza de mi padre solo me mostraba infinidad de datos clínicos sacados de un manual de anatomía sin tener sentido. Mi ansiedad me cegaba y mi nerviosismo era mas que notorio.

-Bueno, vamos a sacar una muestra de sangre y de orina para hacer unos análisis y en un par de días nos dirán un poco mas. –Bella puso mala cara

-Agujas? Ay, Carlisle, odio las agujas...

-Lo siento, Bella pero no hay otro remedio. Edward quieres salir?

-No, estaré bien. Quieres que me quede? – Bella me miro y me sonrió. Me incline para besar su frente.

Mi padre tenia listo lo necesario y acerco una pequeña mesa móvil para ponerle la gomilla sobre el brazo. Me agache a su altura, acaricie su mejilla y bese la mano que me sostenía para distraerla y relajarla. Fue menos de lo que ella esperaba. Papa le dio un pequeño frasco y la acompaño al baño y le dejo las indicaciones de cómo hacerlo para dejar la muestra de orina.

Cuando giro hacia mi, lo cuestione y su mirada lo decía todo. "Solo es de rutina y para descartar todo: malaria, paludismo, escorbuto, diabetes, lo que se nos ocurra... Ten fe! Todo estará bien! Asentí pero sus palabras no me tranquilizaban.

Bella salio del baño roja como un tomate. Era obvio que la situación le daba pudor. Papa le pidió que se acercara a la camilla: la peso y la midió, tomo su presión arterial, ausculto su corazón y luego la hizo acostar. También reviso su cuerpo, ganglios, tiroides, y su abdomen. Entre las respiraciones Bella exclamo una queja y juro que creí que transpiraría. Ella me busco con la mirada y me acerque a la camilla para tomar su mano.

-Papa...

-No encuentro nada fuera de lo normal. Y dado el cuadro gastrointestinal de los pasados días es normal que le moleste. Esperaremos los análisis. Ya hemos terminado, Bella. – Ella sonrió y se paro.

-Algo que podamos hacer?

-Bueno, descansaras estos días, y trataremos de encontrar los líquidos necesarios para mantenerte hidratada. Algo que haya comido y soportado?

-Si, caldo de pollo y galletas de agua – dijo Bella, poco convencida.

-Ya veo. Bueno, seguiremos con eso por ahora y esperaremos.

Los siguientes dos días fueron interminables. Bella pareció estar mas tranquila al volver a casa, pero no quiso ir a la cabaña, sino que nos quedamos en nuestro cuarto de siempre. Las molestias matutinas persistían pero no tan severas, aunque después parecía componerse. Esa madrugada, después de las nauseas y de lavarse los dientes, se animo a pedirme algo que no me esperaba.

-Edward... – dijo en un susurro en mi oído al volver a la cama

-Por que murmuras?

-Shhhhhhhh... no quiero que nos escuchen – y me sorprendí. Solo asentí.- No quiero que pienses... Bueno... Yo soy... tu esposa, verdad? Podemos decirnos todo... no es cierto?

-Por supuesto... que sucede? – pregunte preocupado

-Tengo muchas ganas... – y no entendía

-Ganas?

-Si... ganas... – y el rubor de sus mejillas era tan adorable. Se veía tan hermosa!

Deslizo su mano bajo mi camiseta, acariciando mi pecho, mientras se subía sobre mi. Se inclino y dejo una senda de húmedos besos desde mi ombligo hasta mis labios, para luego sacármela. La mire sorprendido y levante mis cejas como si pudiera preguntar y ella lo escuchara en su cabeza. Solo asintió, se sentó sobre mi y se quito el camisón de un solo tirón para quedar totalmente desnuda frente a mis ojos.

Con lo mal que se había sentido estos días no entendía como podía tener ganas de que tuviéramos sexo! Pero las razones se escaparon de mi cabeza cuando comencé a mirarla.

Su cuerpo irradiaba una belleza especial, un encanto poderoso que me enredaba y hacia de mi una marioneta en sus manos. Su aroma en estos días se había acentuado e invadía mis sentidos.

Levante una mano y la apoye sobre su cuello, mientras ella tiraba la cabeza hacia atrás, como si mi caricia la arrasara. Se rendía a mí con ese simple gesto. Descendí hasta sus pechos y un gemido leve se escapo de entre sus labios. Me incorpore para acariciarlos y besarlos con toda ternura, mientras ella se sostenía enterrando sus manos en mi pelo.

Continué hacia su cuello y me detuve un momento para observarla a los ojos. Su mirada tan sexy y tan amorosa, a la vez me impulso para acercarme a sus labios y besarlos, siempre ávidos el uno del otro. Su boca se abrió ansiosa y su lengua busco la mía haciéndome vibrar. Ya eran muchos los días en que no estábamos juntos. Su excitación era apabullante: fue ella la que lo inicio todo y la que me desvistió con prisa.

Mientras se movía, encorvaba su espalda totalmente entregada a mi. Sus movimientos y su respiración me tenia subyugado a tal grado que ya no me importo si podían escucharnos. Ella era la que marcaba el ritmo, sujetándose de mi pelo y hundiéndose en mí más y más rápido. Acariciarla y besarla tal como ella deseaba era todo lo que podía darle. Fue un momento glorioso y como muchas veces, llegamos al clímax al mismo tiempo, para luego besarnos por largo rato con gran pasión.

Incluso compartimos la ducha, como la primera mañana. Pero encerrados en el baño rodeados por el vapor, el deseo nos volvía a consumir... Ella me consumía. Y me deje llevar, consintiéndola como nunca.

Bajar a desayunar fue bastante incomodo. Rosalie y Alice nos miraron sonrientes, dándonos los buenos días pero no vimos a Jasper. En cambio, Emmet sentado en el sillón leyendo el diario, y sin levantar la mirada de el dijo en voz alta:

-Todavía sigo sin explicarme como lo logras, muchacho! Vaya! Eres mi héroe! Y la señora no se queda atrás! Me llena de orgullo ser tu cuñado!

-EMMET! – grito Esme desde la cocina. Y pude notar como Bella no podía estar mas colorada aunque hubiera querido.

A continuación escuche a mi madre darle un sermón y una reprimenda a Emmet por su indiscreción. Y no pudimos mas que sonreír y darnos un leve beso en los labios.

Te y galletas era nuevamente el desayuno y a pesar del gran ejercicio matutino, tuve que convencerla para que los terminara. Note que los círculos morados que habían empezado a formarse bajos los ojos de Bella comenzaban a acentuarse. Aunque hoy no hubo nauseas. Tal vez los síntomas habían cesado y estaba mejorando.

Carlisle nos llamo a su consultorio improvisado y entramos de la mano. El gran protagonista en este momento era el sobre que descansaba sobre el escritorio entre nosotros tres. Bella se sentó y apretó mis dedos en señal de nerviosismo.

-Buenos días! Los veo un poco mas relajados. Me alegra aunque tengo noticias y no se como tomarlas.

La cabeza de mi padre era una pagina en blanco. Y sabia que lo hacia con la intención de no intranquilizarme, pero ya era demasiado.

-Carlisle, por favor, sácame de esta miseria y dime... Pasa algo malo conmigo?

-Si y no... Para mi esto es algo fuera de toda lógica, pero tratare de ser lo mas directo posible. Bella, tengo que decir que desconozco como es posible. Créeme que si hubiera sabido que había alguna posibilidad lo hubiera hablado con ustedes previamente pero...

-Carlisle... - suplique

-Bella esta embarazada

A continuación, el mundo cayó a mis pies. Sentí como si todo mi cuerpo se volviera hueco para flotar ingrávido en el aire. Tengo presente que Bella me miraba y me hablaba. Que al principio estaba tranquila pero que luego lloraba.

Que había hecho? Como no pude considerar la posibilidad? Como ignore que alguna de las leyendas que hay sobre nosotros pudiera ser real? Como no pude medir las probabilidades de tal locura?

Si los mitos no existían, yo mismo no existía... Mi Bella había engendrado mi semilla... Aun quedaba algo de vida en mi? Y que clase de "vida" era esa? Que clase de broma macabra nos jugaba el destino una vez mas? Que hacer? Que sentir?

Y llego a mí como un golpe salvaje una oleada de fuego que se convirtió en advertencia primero y sentencia después: Voy a perderla?

Hola a todos!

Bueno... Si! Aca esta la confirmacion de lo que todas preguntaban: Bella esta esperando. Ahora nos queda por delante el proceso hacia lo inevitable. Pero Que hara Edward frente a todo esto? Este Edward apasionado, sensible y menos hermetico... Le dara su apoyo o se enojara con ella al extremo de ignorarla? Bueno, eso nos queda para el proximo capi...

Perdon por no responder los comentarios esta semana. Dias locos de trabajo, llegadas tardes y muchas ocupaciones. Pero siempre nos hace muy felices saber que todavia siguen alli... Gracias por eso! A todos a los de siempre y a los invisibles y silenciosos que estan por alli siguiendo la historia. Siempre esperamos palabras suyas o aunque sea un emoticon.

Desde el frio y lluvioso Buenos Aires, les dejamos un beso, les deseamos un gran fin de semana y nos vemos el viernes, Dios mediante

Micky y Alice