Cap 5: Eterno Amanecer

CAP.5 - FORKS

Rosalie POV

El camino a Forks fue bastante aburrido. Bosque y bosque... y bosque. Verde... muy verde. Algunos lagos, algunos ríos, algunos puentes... nada diferente.

Me hubiera gustado quedarme en casa para divertirme con los muchachos, pero en las noches tendría que soportar el ruido de los besos. Ah, eso si que me exasperaba! Especialmente los de Edward, que desconozco como hace, pero los chasquidos de sus labios sobre Bella me irritan. Son tan... tan... románticos y amorosos y dulces entre ellos!

Agh! Odio no tener un compañero. Afortunadamente de mi experiencia en el romance solo tengo leves recuerdos. Así que será todo nuevo cuando llegue. Pero de algo si estoy segura... llegara!

Después de unas horas, cruzamos un pueblo pequeño y nada pintoresco. Las luces cenicientas con la bruma de la madrugada le daban un aire fantasmal. Era lógico un jueves a esa hora, siendo un día de trabajo, aunque pronto amanecería. Pero ya estaba aburrida por demás y las perspectivas de que eso mejorara eran pocas.

Al salir del pueblo, los caminos húmedos y bordeados de árboles se volvieron sinuosos hasta ingresar a un sendero donde la vegetación era mas tupida. Apenas si se podía notar el cielo nocturno.


En un minuto, el camino se abría. Los árboles enormes parecían estirarse para tocarse solo en la copa formando un arco verde que hacia de marco a la gran casa blanca que se vislumbraba en el fondo.

La mansión era de estilo clásico, elegante y gigantesca. La entrada principal mostraba unos escalones para acceder a ella, cuyo techo estaba sostenida por dos columnas griegas a cada lado. A su vez eran soporte de un balcón central en el primer piso y terminar en un clásico capitel. Los techos eran negros y todo estaba rodeado de helechos y bosque. Era muy hermosa! Podía escuchar el río correr de fondo mientras el viento mecía las ramas serenamente. Los perfumes del bosque eran intensos: resina, musgo, savia, tierra, agua, flores... Ya me estaba enamorando de este lugar!

Al traspasar la puerta, todo estaba cubierto con sabanas. Carlisle nos contó que la casa tenia todos los servicios, igual que las de el resto del pueblo y que si gustábamos encendería las luces. Con Esme asentimos y conecto la luz. No porque lo necesitáramos, pero realmente así se apreciaba todo el conjunto. Hubiera sido, en mi vida de humana, la casa de mis sueños. El lugar soñado donde me hubiera encantado criar a mis hijos y disfrutar de mi esposo.

En minutos dispusimos de todas las sabanas y leves capas de polvo se esparcieron por los ambientes. Los muebles bajo ellas eran de estilo, tan elegantes como su albergue y muy apropiados al gusto de Carlisle.

La puerta de acceso daba a la estancia que prácticamente ocupaba toda la planta baja. A la izquierda un arco decorado daba paso al comedor con una mesa larga y con sillas de estilo Chippendale para 10 personas. Una escalera curvada y con barandas trabajadas de madera te llevaba a los cuartos del primer piso.

Corrí cual pequeña en busca de la que seria mi habitación. En ese nivel había 4 puertas dobles y altas. La escalera enfrentaba a una, que en cuanto la abrí me di cuenta que era el estudio de Carlisle. Un enorme escritorio de estilo ingles, innumerable cantidad de libros y paredes forradas en madera. Aquí no seria.

Así que elegí la que estaba al frente de la casa, alejado de los demás. Si no podía soportar las noches, siempre quedaba saltar por la ventana al bosque.

El día transcurría sin prisas. La casa estaba prácticamente habitable, aunque Esme andaba de aquí para allá, mirando muebles para cambiar, dibujando y haciendo listas de cosas para comprar. Por lo menos eso será divertido.

Al caer el sol, Carlisle nos propuso salir a cazar. Cruzamos de un salto el río detrás de la casa y a medida que corríamos contentos y de buen humor, percibí que a unos kilómetros hay otro, que al parecer es mucho más caudaloso.

El bosque era oscuro y profuso, pero podía escuchar a las criaturas pequeñas escabullirse a nuestro paso. Yo era un poco mas rápida que mis padres y los deje atrás unos metros cuando me detuve en seco. Un olor penetrante y acido inundo mi nariz y era realmente desagradable. Algo así como a cuando los perros no se han bañado después de salir a correr y ensuciarse en el campo, y despiden ese olor a sudor y a rancio.

Busque con la mirada para ver si reconocía la procedencia del hedor y no la encontraba. Carlisle y Esme ya estaban conmigo y me toque la nariz como preguntando que era esa peste. Carlisle giro rápidamente al este y lo seguimos sin preguntar, a todo lo que nuestra velocidad nos lo permitía.

Llegamos al borde del río, escarpado y lleno de rocas, para ver por segundos la espalda de alguien que corría bastante aprisa para un humano, llevaba el torso desnudo y se perdía entre los árboles.

Billy POV

El sol estaba perdiéndose tras las montañas en nuestra hermosa reserva. Había salido a caminar hasta la playa para moverme un rato y para acompañar a los niños que no hacían otra cosa que correr hacia ella.

Me alegraba tanto que Jacob se divirtiera con sus primos! Tenían una relación cercana, como hermanos, a pesar de la diferencia de edad: Jacob tenía 7 y Leah, 4. Mi amada Sarah llevaba en brazos al pequeño Seth de tan solo 1 año.

Para ella era toda una alegría tener tantos niños en la casa. Después de Jacob, fue imposible que tuviéramos mas hijos, así que los sobrinos cubrían la cuota cuando nos visitaban Y ahora ya hacia una semana que estaban en casa!

Mi amigo Jack Clearwater y mi hermana Ruth debieron ir hasta Seattle, por una cirugía en una pierna, después de que el cayera en una trampa para osos. Podía haberla perdido completamente pero había sido un accidente con suerte. Volverían en una semana mas. Mientras tanto, esta paz en la playa y la alegría de los niños llenaba mi corazón!

Pero esa paz duro poco cuando vi a Sam en la cima de una de las rocas que hace de pared a mi espalda. Su semblante era difícil de leer, pero era claro: algo grave estaba sucediendo.

Sam, con sus 15 años, estaba pasando por una de las pocas cosas que no había observado en muchos años: su transformación a licántropo. La mía había sucedido hacia ya una eternidad! Y ahora enfrentaba la vida sin ellas, esperando empezar a envejecer como cualquier humano normal. Aunque en realidad, jamás seriamos humanos normales.

Le hice señas a Sarah de que volvía a la reserva y ella entendió enseguida, también había visto a Sam. Apure el paso para llegar a la casa, pero el ya me estaba esperando junto a la puerta

-Que sucede?

-Billy... hay fríos en el bosque! – y me quede sorprendido. Eso tampoco me lo esperaba.

-Estas seguro?

-Nunca había visto a ninguno pero son como los describen las leyendas: extremadamente pálidos, fuertes y corren veloces. Aunque me sorprendió que sus ojos no fueran rojos, sino dorados. Son dos hembras y un macho. El parece ser el líder. – mi pensamiento estaba estancado. Mi descreimiento era tal que no podía razonar.

-Te han visto?

-No lo se! Pero si he sentido su hedor, ellos pueden haber sentido el mío, no? Se supone que sus sentidos están muy desarrollados.

-Debo pensar, Sam! Reúne al consejo esta noche a las 8 para que nos hagas tu relato y así tomar decisiones. Debes avisarle a todos! Veremos la forma de vigilarlos para procurar que la población este a salvo.

Sam asintió y partió rápidamente en su misión. Si esto era cierto, nuestra vida como la conocíamos terminaría. A partir de ahora seria una continua y exasperada espera, aguardando el ataque.

Llegue a mi cuarto, y saque de bajo la cama una valija de cuero. Era tan vieja que desconocía su procedencia. Dentro estaban los escritos de mi padre, y del padre de su padre, que relataban las leyendas y la historia de los fríos. De los avatares de nuestra tribu y de las medidas que se tomaron en su momento para vigilar e impedir sus ataques.

Algo si recordaba con precisión: si un frío nos mordía moríamos, pues su veneno nos era toxico. La situación era grave. Especialmente si eran tres.

Esa noche cerca de la playa, en una cueva que se formaba naturalmente en la roca cada uno de nosotros ocupo su sillón dispuesto en el lugar. La cueva abovedada había sido utilizada por años para que el consejo se reúna. Sus paredes albergaban tapices, lanzas y flechas antiguas como símbolo y resguardo de nuestra cultura. Una gran carpeta de yute natural tejida a mano de forma circular nos encerraba en su círculo, cuyo centro tenía bordado por las mujeres el símbolo que todo teníamos tatuado en la piel: Los dos lobos adorando a la luna.

Me senté en mi sillón mientras cada uno de los 6 restantes se paraban junto al suyo: los ancianos Peter Clearwater y Samuel Uley, junto a los jóvenes Zaccary Ateara, Isaias Pine, Mathew Rockson y Jared Seagreen.

Esta era nuestra segunda reunión en lo que va de este año y en tan breve tiempo. La anterior fue cuando encontré a un lobo llorando junto a la playa y enseguida supe que era uno de nosotros. Debimos hablar con Sam y empezar a instruirlo en su nueva vida.

Eso nos hizo reflexionar, pues cada uno de los miembros del consejo tenia hijos o nietos varones: yo tenia a Jacob; Peter tenia a Jack quien era padre de Seth; Samuel tenia a su nieto Sam que ya se había transformado; Zaccary tenia a Quil; Isaias tenia a Embry; Mathew tenia a Paul y Jared le había puesto a su hijo su nombre. Todos estábamos en guardia y atentos a los muchachos, aunque generalmente los síntomas se mostraban en la adolescencia.

La reunión empezó sin formalismos y escuchamos atentos el relato de Sam. Todos se movieron inquietos en sus sillas y sugirieron acción inmediata. Aunque la carga más pesada caería sobre Sam, quien debería transformarse para vigilarlos.

Esa misma noche el muchacho partió desde allí en su misión. En la mañana ya sabíamos donde hallarlos y nos encontrábamos ante algo diferente: se estaban estableciendo en la gran casa blanca del otro lado del Segundo Río. Esto no era lo que esperábamos. En general y según nuestras reseñas los fríos son nómades, se alimentan y siguen su camino. Que sucedía aquí?

Sam nos contó que se subió a un árbol y pudo ver al hombre con una de las mujeres besándose en la planta alta, como una pareja normal. Y otro día observo a la que era rubia alimentándose de un venado. Esto no era normal!

Realizamos una nueva reunión y decidimos que debíamos emboscarlos y ver de qué se trataba. Una vez por semana saldríamos al bosque a ver si podíamos encontrarlos.

Una noche de luna llena en que nos tocaba salir, mientras los hombres caminábamos en línea uno a la vista del otro, Sam volvía corriendo indicándonos su posición. Fue una sorpresa encontrarlos de pie sobre las rocas del río y parecían aguardarnos.

-No les haremos daño – dijo el hombre – Podemos hablar? – Y asentí. Caminamos hacia el puente natural de madera hecho por una gran sequoia caída sobre el cauce del rió y sostenida por las rocas a ambos lados. Camine hacia el centro y el hizo lo mismo. A cada lado, el resto aguardaba expectante.

-Mi nombre es Carlisle Cullen. Y detrás mío están mi esposa Esme y mi hija Rosalie – y el hecho que hablara de ellas como su familia me sorprendió aun mas.

-Mi nombre es Billy Black y soy el jefe del Consejo de la Tribu Quileute, de la reserva en La Push. A que han venido? – y a pesar de que no sentía hostilidad no me gustaba andarme por las ramas

-Mi familia y yo nos estableceremos aquí. Puedo darme cuenta claramente que reconocen nuestra naturaleza. No representamos ningún peligro para nadie.

-Desde cuando los fríos no son una amenaza para los humanos?

-Pues nosotros no nos alimentamos de la forma tradicional. Recurrimos a las criaturas del bosque desde hace ya muchos años. – y estaba anonadado. – También veo que uno de sus miembros es un licántropo... Es correcto?

-Nos transformamos en lobo, es verdad. Y ya hacia muchos años que a nadie le ocurría. Los mas avanzados en edad ya no nos transformamos, como podrá notar. – y el asintió.- Eso solo ocurre cuando los fríos nos acechan.

-Pues no somos nosotros la amenaza. Saben de otros en esta zona? – y negué con la cabeza. Aunque la idea llamo mi atención – Pues nosotros jamás le haremos daño a una persona. – y quise aceptar sus palabras como ciertas.

-Son solo ustedes tres?

-No, en breve vendrán mis otros hijos: Jasper y su esposa Alice y Edward con su prometida. – y el pareció dudar en algo, su ceño se frunció – Debo anticiparle que la prometida de mi hijo es una humana... aun. – y eso me alarmo.

-Como?

-Ella esta con el desde hace casi un año y se casaran en 6 meses, en agosto. Y para entonces ella será transformada. Pero será por voluntad propia. Para nosotros ya es parte de nuestra familia. – y eso me hizo pensar. Una humana queriendo ser vampiro... No tenia sentido para mí. – Hay algo que podamos hacer por ustedes? – pregunto calmado. Emanaba una gran serenidad y a su vez una gran confianza. Sus palabras me hicieron pensar.

-No deseamos verlos bajo ningún concepto cerca de la reserva, pero por sobre todas las cosas deben comprometerse a no morder a ninguno de nosotros o a ningún humano. – el asintió.

-Me parece justo. No hay motivo para que no podamos coexistir en paz. – y mi cara se frunció involuntariamente en un gesto desconfiado. Y a el le pareció gracioso pues sonrió – Le aseguro que nada esta mas lejos de nuestra intención.

-Firmarían un acuerdo con su compromiso?

-Por supuesto! – y lo pensó por un momento – Pero que hay de mi futura nuera? Su transformación es un hecho.

-No hemos firmado aun el acuerdo y ya esta pidiendo una excepción? Por que debería considerar dársela? Como podemos saber que es verdad y que ella esta dispuesta a morir por convertirse en una de ustedes? Si no atacan humanos, como la convertirás si no lo haces?

-No hace falta atacarla para ello. Prueba de nuestro comportamiento es que ya hace 15 días que estamos aquí y no ha habido muertos... o no? Pero le propongo algo: en unas dos semanas ellos vendrán. Hablen con ella y si están convencidos, firmaremos el acuerdo que incluya la excepción de su conversión. Y así todos podremos vivir en paz.

A mis espaldas sentía los bullicios y las discusiones por lo bajo que me molestaban. "Silencio" les grite en quileute. Mire al frío y asentí con la cabeza. Gire sobre mis pies para volver por donde habíamos venido. Para cuando llegue a tierra firme ellos ya habían desaparecido.

El consejo se volvería a reunir y ya sabía que habría discusiones pero la firma de tal acuerdo era la única salida que tendríamos para tener una paz aceptable y una vida casi normal

Hola a todos!


Que les ha parecido la llegada a Forks? Una perspectiva de porque siempre Rosalie odiaba tener que dejar la gran casa? Se complican un poco las cosas o no tanto? Que les ha parecido la aparicion de los quileutes?


Gracias por estar ahi, por los comentarios, Esperamos que les haya gustado tanto como a nosotras que estamos muy entusiasmadas por el rumbo que va tomando esto.


Recuerden que les dejamos musica para acompañar la lectura y fotos ilustrativas en nuestro perfil de facebook (facebook com/cullengirls) y/o twitter (thecullengirls) y en nuestros blogs.


Aguardamos sus comentarios que para nosotras son importantes ya que nos dan la pauta de como vamos con esta historia que va empezando a tomar otros colores.


Besos y abrazos desde B. Aires


Micky y Alice