momentos especiales
Después de pasar lo que me había parecido una eternidad en el hospital el Dr. Cullen me permitió salir, claro no sin antes mandarme un montón de medicamentos y hacerme jurar que regresaría a terapias con un especialista con el fin de tratar de recuperar mi memoria.
-Lista cariño?
-Si Charlie –conteste.
-Ojala que al llegar a casa recuerdes todo Bella, nada me haría más feliz.
-Lo intentare.
-Te ayudaremos.
Aun veía a todos como extraños pero me tocaba irme con Charlie ya que todos me habían asegurado que era mi padre. Aun así tenía mucho miedo. Mis amigos, o al menos eso era lo que ellos me decían prometieron ayudarme al igual que todos. Ellos se habían presentado al día siguiente que desperté en el hospital y en presencia de un especialista.
-Todos tienen 5 minutos para decirle quienes son, como se conocieron, que son para ella y un momento especial que hayan vivido juntos. Entendido?
Todos asintieron ante las órdenes del Dr. Empezó Rosalie ya que era la que me conocía hace más tiempo.
-Hola Bella –empezó –yo soy Rosalie Hale, nos conocimos en el pre kínder cuando éramos un par de enanitas y desde ahí hemos sido inseparables. Éramos las mejores amigas del mundo hasta que llego la enana de Alice y se metió en nuestras vidas, ahora somos como los 3 mosqueteros, o los 3 chiflados o los 3 cerditos…
-No cerditos no por favor –interrumpió Alice el discurso de Rose.
-Srta. –dijo con voz seria el Dr. Alice se puso la mano en la boca y asintió.
-Bueno un momento especial… umm… puede ser mi fiesta de 9 años –fruncí el seño por no recordar nada y por la impresión que me producía que una persona que conozco hace tantos años pueda desaparecer así de la nada de mi memoria.
-Que sucedió en tu fiesta? –pregunte sonriente.
-La tarupida de Stanley, es una idiota que mejor que no la recuerdes, fue compañera de toda la vida de nosotras… Bueno la estúpida esa rego todo su refresco en mi vestido de princesita…
Todos reímos interrumpiendo el cuento de Rose.
-No te rías tu estabas disfrazado de príncipe –dijo Rose furiosa señalando a su hermano.
-Era nuestra fiesta de disfraces –aclaro el ante las risotadas de su novia Alice.
-Bueno Bella muy generosamente agarro a Stanley por los pelos y la arrastro por todo el patio de la casa hasta dejar su disfraz de puta destrozado, mientras yo chillaba como una bebe. Siempre me defendías, eras mas fuerte que yo –admitió con una gentil sonrisa.
-Por lo visto tengo muchas cosas que aprender de mi misma –dije sonriendo y abrazando a Rose –gracias por regalarme ese pequeño recuerdo y… en verdad se disfrazó de puta?
-No! Claro que no, ella es así sin necesidad de disfraces, es por naturaleza.
Todos reímos sin parar.
-Es mi turno –grito Alice.
-No amor, lo siento pero yo la conocí primero –dijo Jasper agarrándola de la cintura y sonriéndome ampliamente.
Alice solo asintió y volvió a su asiento, Jasper se sentó frente a mi antes de comenzar.
-Bella yo soy Jasper Hale, gemelo de la odiosa de Rose –Rose le saco la lengua de una manera muy infantil y el le devolvió el gesto haciéndome reír hasta quedarme sin aire –al igual que ella te conocí en el pre kínder y era como su superhéroe personal. Si alguien les hacia daño o las molestaba siempre iban a llorarme a mi.
-Cuando el no estaba tu te encargabas de nuestra defensa –interrumpió Rose. El Dr. De nuevo les lanzo una mirada fea tratando de que respeten las reglas de la terapia –lo siento, prosigue Jas.
-Un momento juntos… -continuo Jas con rostro pensativo –oh si, tengo uno perfecto… Un día la boba de… perdón Rose… se callo en la piscina del hotel en Disney y fue llevándose con ella a Mickey Mouse, te imaginas? Fue tan chistoso que ambos pensamos que había sido a propósito, así que yo tome la mano de Blancanieves y me lance junto a ella a la piscina y tu tomaste la mano de Pluto e hiciste lo mismo…
Jasper tuvo que detenerse porque todos moríamos de risa al imaginarnos a los 3 en la piscina con los muñequitos de Disney.
-La verdad… Rose estaba demasiado enojada por hacerla quedar en ridículo al inicio, pero luego los sonrojados y expulsados fuimos nosotros. Ella se cayo por accidente, nosotros nos tiramos por inocentes… ja ja ja
Nadie paraba de reírse hasta que el Dr. Tuvo que aclararse a garganta para obligarnos a continuar.
-Jas –dije aun entre risas –eso a sido grandioso, gracias.
Me pare y lo abrace. En seguida Alice me empujo a mi asiento y tomo el puesto de su novio.
-Yo soy Alice Cullen –dijo emocionada y con una sonrisa inmensa –nos conocimos en el instituto hace casi 5 años, tu venias caminando con tu almuerzo y te resbalaste, Edward te agarro antes que te des un buen porrazo, pero todo tu almuerzo cayo sobre mi. Comprenderás que no fue un buen comienzo pero me vengue, quedamos a mano y desde hay somos inseparables –sonrió –un momento juntas… buen…
-Espera –ahora fui yo la que interrumpí –cuéntame tu venganza por favor. Quiero saber ese momento… como fue?
-Muy sencillo tu estabas con la blusa blanca de educación física en el gimnasio, recibiendo clases y yo muy estratégicamente coloque un tacho de pintura azul arriba de tu cabeza, cuando estuviste en la posición correcta tire mi balón hacia el tacho y este callo exactamente en tu cabeza. Interesante verdad? Es mas me debes un favor porque…
-Porque así te conocí yo –interrumpió Edward –al ver lo que Alice había echo corrí a pedirte disculpas y te acompañe a tu casillero a coger ropa para que te cambies, te dije que el color azul te lucia –se sonrojo y mordió su labio inferior, Edward era muy guapo –después que te cambiaste como muestra de cortesía te invité a cenar y así se dieron las cosas.
-Gracias –susurre. Edward se sentó en el sillón y empezó su relato.
-Yo soy Edward Cullen –sonrió –nos conocimos en el instituto, nos enamoramos, yo te amo, tu me amabas –bajo la mirada, después de un par de segundos movió su cabeza para ambos lados como despejando su mente y siguió.
-Se supone que nos casaríamos en 1 mes y medio exactamente, porque combinaría con la fecha en la que nos hicimos novios –suspiro –un momento especial… no podría elegir solo uno, pero el baile de graduación seria algo que podría vivirlo todas las noches y no me cansaría. Estabas demasiado hermosa.
-Edward yo…
Por casualidad nos paramos al mismo tiempo, nos miramos por un instante que parecía no tendría fin y sin pensarlo 2 veces me abalance entre sus brazos llorando como una niña a la que le habían quitado una paleta.
-Lo siento… lo siento tanto… no recuerdo nada… pero yo quiero…
-No… no hagas tanto esfuerzo cariño. Pronto pasara –dijo mientras me aferraba con fuerza desde mi cintura.
-Eso espero –susurre.
-Creo que es suficiente por hoy, después seguiremos con Ud. –dijo el Dr. Señalando a Emmet.
Pase dos semanas en el hospital y al llegar a casa me sentía aun mas extraña. Mis amigos estaban ahí esperándome con letreros y globos, todo muy emotivo.
-Bienvenida –gritaron todos al unísono.
Me puse a llorar, no sabia si de emoción o de desesperación, aunque ya los conocía, ya los identificaba y sentía aprecio por ellos, no sentía lo mismo que ellos hacia mi.
Ellos me miraban con cariño, como hermanos y yo solo les daba frías sonrisas de agradecimiento por su esfuerzo.
-Bella tenemos una idea genial –dijo Alice tomándome de la mano y guiándome hacia un gran sofá. A estas alturas ya sabia que la hiperactiva del grupo era ella.
-Bueno realmente fue idea de Edward –admitió Jasper.
Inmediatamente Edward apareció a mi lado y beso mi frente antes de sentarse a mi lado.
-Sabemos lo difícil que es esto para ti –dijo mirándome con demasiada ternura, sus ojos verdes eran lo mas hermoso que había visto en estas dos semanas que llevaba recolectando nuevos recuerdos –así que decidimos que te vamos a ayudar de una manera un poco mas especial que contándote nuestros momentos juntos.
Me deje atrapar por la dulzura de sus palabras y sin apartar mi vista de sus ojos le pregunte: -como?
-Recrearemos para ti todos los momentos, bueno los mas especiales –dijo Rose haciéndome salir de mi transe.
-En serio harán eso por mi?
-Acaso aun no te das cuenta cuanto te queremos tontita? –dijo Emmet sonriendo.
-Son un encanto –grite entre risas.
-Bueno ahora los dejaremos para que hablen –dijo Alice llevándose de las manos a los demás.
Asentí y me enfrenté a la penetrante mirada de Edward.
-Bella… te quiero pedir un favor.
Lo que quieras -susurre –dime?
-Dame solo 30 días, 30 días mi amor… si en 30 días no recuerdas nada…
-que sucederá?
-Suspenderé la boda. Las invitaciones, y todo esta programado para el 31 de mayo, faltan 31 días, estamos 30 de abril.
-Me propones que si hasta un día antes de la boda no recuerdo nada…
-No amor, si hasta un día antes de la boda no me recuerdas A MI suspenderemos todo. No te puedes casar con alguien a quien no conoces…
-Pero yo me iba a casar contigo… todo esta listo… no… no quiero defraudarte –dije entre sollozos.
-Y yo no quiero presionarte –admitió -30 días si?
-Esta bien Edward –dije sonriendo –tienes 30 días para hacer que recuerde lo que pasamos juntos.
-Volveré a recrear todo para ti, con lujos de detalles, desde nuestra primera cita hasta la hora antes del accidente.
Edward sonreía, pero se notaba en su voz la tristeza y desesperación que sentía. Era tan bello, tenía una belleza única. Era alto, con cabello cobrizo, dorado, ojos verdes y brillantes, su rostro era armonioso y su cuerpo… era perfecto.
-Edward te puedo pedir un favor –dije lentamente
-Adelante
-No te vayas…
Sonrió y luego se acomodo a mi lado en el sofá, abrazándome y contándome cosas sobre mi familia que se supone debería saber.
Después de pasar lo que me había parecido una eternidad en el hospital el Dr. Cullen me permitió salir, claro no sin antes mandarme un montón de medicamentos y hacerme jurar que regresaría a terapias con un especialista con el fin de tratar de recuperar mi memoria.
-Lista cariño?
-Si Charlie –conteste.
-Ojala que al llegar a casa recuerdes todo Bella, nada me haría más feliz.
-Lo intentare.
-Te ayudaremos.
Aun veía a todos como extraños pero me tocaba irme con Charlie ya que todos me habían asegurado que era mi padre. Aun así tenía mucho miedo. Mis amigos, o al menos eso era lo que ellos me decían prometieron ayudarme al igual que todos. Ellos se habían presentado al día siguiente que desperté en el hospital y en presencia de un especialista.
-Todos tienen 5 minutos para decirle quienes son, como se conocieron, que son para ella y un momento especial que hayan vivido juntos. Entendido?
Todos asintieron ante las órdenes del Dr. Empezó Rosalie ya que era la que me conocía hace más tiempo.
-Hola Bella –empezó –yo soy Rosalie Hale, nos conocimos en el pre kínder cuando éramos un par de enanitas y desde ahí hemos sido inseparables. Éramos las mejores amigas del mundo hasta que llego la enana de Alice y se metió en nuestras vidas, ahora somos como los 3 mosqueteros, o los 3 chiflados o los 3 cerditos…
-No cerditos no por favor –interrumpió Alice el discurso de Rose.
-Srta. –dijo con voz seria el Dr. Alice se puso la mano en la boca y asintió.
-Bueno un momento especial… umm… puede ser mi fiesta de 9 años –fruncí el seño por no recordar nada y por la impresión que me producía que una persona que conozco hace tantos años pueda desaparecer así de la nada de mi memoria.
-Que sucedió en tu fiesta? –pregunte sonriente.
-La tarupida de Stanley, es una idiota que mejor que no la recuerdes, fue compañera de toda la vida de nosotras… Bueno la estúpida esa rego todo su refresco en mi vestido de princesita…
Todos reímos interrumpiendo el cuento de Rose.
-No te rías tu estabas disfrazado de príncipe –dijo Rose furiosa señalando a su hermano.
-Era nuestra fiesta de disfraces –aclaro el ante las risotadas de su novia Alice.
-Bueno Bella muy generosamente agarro a Stanley por los pelos y la arrastro por todo el patio de la casa hasta dejar su disfraz de puta destrozado, mientras yo chillaba como una bebe. Siempre me defendías, eras mas fuerte que yo –admitió con una gentil sonrisa.
-Por lo visto tengo muchas cosas que aprender de mi misma –dije sonriendo y abrazando a Rose –gracias por regalarme ese pequeño recuerdo y… en verdad se disfrazó de puta?
-No! Claro que no, ella es así sin necesidad de disfraces, es por naturaleza.
Todos reímos sin parar.
-Es mi turno –grito Alice.
-No amor, lo siento pero yo la conocí primero –dijo Jasper agarrándola de la cintura y sonriéndome ampliamente.
Alice solo asintió y volvió a su asiento, Jasper se sentó frente a mi antes de comenzar.
-Bella yo soy Jasper Hale, gemelo de la odiosa de Rose –Rose le saco la lengua de una manera muy infantil y el le devolvió el gesto haciéndome reír hasta quedarme sin aire –al igual que ella te conocí en el pre kínder y era como su superhéroe personal. Si alguien les hacia daño o las molestaba siempre iban a llorarme a mi.
-Cuando el no estaba tu te encargabas de nuestra defensa –interrumpió Rose. El Dr. De nuevo les lanzo una mirada fea tratando de que respeten las reglas de la terapia –lo siento, prosigue Jas.
-Un momento juntos… -continuo Jas con rostro pensativo –oh si, tengo uno perfecto… Un día la boba de… perdón Rose… se callo en la piscina del hotel en Disney y fue llevándose con ella a Mickey Mouse, te imaginas? Fue tan chistoso que ambos pensamos que había sido a propósito, así que yo tome la mano de Blancanieves y me lance junto a ella a la piscina y tu tomaste la mano de Pluto e hiciste lo mismo…
Jasper tuvo que detenerse porque todos moríamos de risa al imaginarnos a los 3 en la piscina con los muñequitos de Disney.
-La verdad… Rose estaba demasiado enojada por hacerla quedar en ridículo al inicio, pero luego los sonrojados y expulsados fuimos nosotros. Ella se cayo por accidente, nosotros nos tiramos por inocentes… ja ja ja
Nadie paraba de reírse hasta que el Dr. Tuvo que aclararse a garganta para obligarnos a continuar.
-Jas –dije aun entre risas –eso a sido grandioso, gracias.
Me pare y lo abrace. En seguida Alice me empujo a mi asiento y tomo el puesto de su novio.
-Yo soy Alice Cullen –dijo emocionada y con una sonrisa inmensa –nos conocimos en el instituto hace casi 5 años, tu venias caminando con tu almuerzo y te resbalaste, Edward te agarro antes que te des un buen porrazo, pero todo tu almuerzo cayo sobre mi. Comprenderás que no fue un buen comienzo pero me vengue, quedamos a mano y desde hay somos inseparables –sonrió –un momento juntas… buen…
-Espera –ahora fui yo la que interrumpí –cuéntame tu venganza por favor. Quiero saber ese momento… como fue?
-Muy sencillo tu estabas con la blusa blanca de educación física en el gimnasio, recibiendo clases y yo muy estratégicamente coloque un tacho de pintura azul arriba de tu cabeza, cuando estuviste en la posición correcta tire mi balón hacia el tacho y este callo exactamente en tu cabeza. Interesante verdad? Es mas me debes un favor porque…
-Porque así te conocí yo –interrumpió Edward –al ver lo que Alice había echo corrí a pedirte disculpas y te acompañe a tu casillero a coger ropa para que te cambies, te dije que el color azul te lucia –se sonrojo y mordió su labio inferior, Edward era muy guapo –después que te cambiaste como muestra de cortesía te invité a cenar y así se dieron las cosas.
-Gracias –susurre. Edward se sentó en el sillón y empezó su relato.
-Yo soy Edward Cullen –sonrió –nos conocimos en el instituto, nos enamoramos, yo te amo, tu me amabas –bajo la mirada, después de un par de segundos movió su cabeza para ambos lados como despejando su mente y siguió.
-Se supone que nos casaríamos en 1 mes y medio exactamente, porque combinaría con la fecha en la que nos hicimos novios –suspiro –un momento especial… no podría elegir solo uno, pero el baile de graduación seria algo que podría vivirlo todas las noches y no me cansaría. Estabas demasiado hermosa.
-Edward yo…
Por casualidad nos paramos al mismo tiempo, nos miramos por un instante que parecía no tendría fin y sin pensarlo 2 veces me abalance entre sus brazos llorando como una niña a la que le habían quitado una paleta.
-Lo siento… lo siento tanto… no recuerdo nada… pero yo quiero…
-No… no hagas tanto esfuerzo cariño. Pronto pasara –dijo mientras me aferraba con fuerza desde mi cintura.
-Eso espero –susurre.
-Creo que es suficiente por hoy, después seguiremos con Ud. –dijo el Dr. Señalando a Emmet.
Pase dos semanas en el hospital y al llegar a casa me sentía aun mas extraña. Mis amigos estaban ahí esperándome con letreros y globos, todo muy emotivo.
-Bienvenida –gritaron todos al unísono.
Me puse a llorar, no sabia si de emoción o de desesperación, aunque ya los conocía, ya los identificaba y sentía aprecio por ellos, no sentía lo mismo que ellos hacia mi.
Ellos me miraban con cariño, como hermanos y yo solo les daba frías sonrisas de agradecimiento por su esfuerzo.
-Bella tenemos una idea genial –dijo Alice tomándome de la mano y guiándome hacia un gran sofá. A estas alturas ya sabia que la hiperactiva del grupo era ella.
-Bueno realmente fue idea de Edward –admitió Jasper.
Inmediatamente Edward apareció a mi lado y beso mi frente antes de sentarse a mi lado.
-Sabemos lo difícil que es esto para ti –dijo mirándome con demasiada ternura, sus ojos verdes eran lo mas hermoso que había visto en estas dos semanas que llevaba recolectando nuevos recuerdos –así que decidimos que te vamos a ayudar de una manera un poco mas especial que contándote nuestros momentos juntos.
Me deje atrapar por la dulzura de sus palabras y sin apartar mi vista de sus ojos le pregunte: -como?
-Recrearemos para ti todos los momentos, bueno los mas especiales –dijo Rose haciéndome salir de mi transe.
-En serio harán eso por mi?
-Acaso aun no te das cuenta cuanto te queremos tontita? –dijo Emmet sonriendo.
-Son un encanto –grite entre risas.
-Bueno ahora los dejaremos para que hablen –dijo Alice llevándose de las manos a los demás.
Asentí y me enfrenté a la penetrante mirada de Edward.
-Bella… te quiero pedir un favor.
Lo que quieras -susurre –dime?
-Dame solo 30 días, 30 días mi amor… si en 30 días no recuerdas nada…
-que sucederá?
-Suspenderé la boda. Las invitaciones, y todo esta programado para el 31 de mayo, faltan 31 días, estamos 30 de abril.
-Me propones que si hasta un día antes de la boda no recuerdo nada…
-No amor, si hasta un día antes de la boda no me recuerdas A MI suspenderemos todo. No te puedes casar con alguien a quien no conoces…
-Pero yo me iba a casar contigo… todo esta listo… no… no quiero defraudarte –dije entre sollozos.
-Y yo no quiero presionarte –admitió -30 días si?
-Esta bien Edward –dije sonriendo –tienes 30 días para hacer que recuerde lo que pasamos juntos.
-Volveré a recrear todo para ti, con lujos de detalles, desde nuestra primera cita hasta la hora antes del accidente.
Edward sonreía, pero se notaba en su voz la tristeza y desesperación que sentía. Era tan bello, tenía una belleza única. Era alto, con cabello cobrizo, dorado, ojos verdes y brillantes, su rostro era armonioso y su cuerpo… era perfecto.
-Edward te puedo pedir un favor –dije lentamente
-Adelante
-No te vayas…
Sonrió y luego se acomodo a mi lado en el sofá, abrazándome y contándome cosas sobre mi familia que se supone debería saber.
wow
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