Twilight Tuesday- Forever

“I have witnessed the bonds within this family—I say family and not coven. These strange golden-eyed ones deny their very natures. But in return have they found something worth even more, perhaps, than mere gratification of desire? (…) It seems to me that intrinsic to this intense family binding—that which makes them possible at all—is the peaceful character of this life of sacrifice. There is no aggression here like we all saw in the large southern clans that grew and diminished so quickly in their wild feuds. There is no thought for domination.”

Garrett, Breaking Dawn (Libro)

Hola. Mucho amor.

Hoy hablaremos duro y fuerte. Ya veo venir las protestas, los desacuerdos. Las pedradas. Ni modo. Hablaremos de lo bueno y lo malo de Breaking Dawn Part 2.

Como probablemente se habrán dado cuenta, yo, como Kristen, soy una “Book Nazi”. Exijo la máxima fidelidad a los libros. Sé que es imposible meter todo lo de las páginas en las escenas, pero que al menos lo intentasen sería bueno. Ésta es por mucho la adaptación más modificada de todo: escenas quitadas, editadas, cambiadas, añadidas de quién sabe dónde. Es cuestión de gustos si nos parecen bien tantos cambios, pero a mí me parecieron atroces. Vi la película con la idea de encontrar en pantalla todo lo que me enamoró en papel los detalles dulces, tiernos, todas las cosas encantadoras que hacen a Twilight lo que es. No encontré nada de eso. En muchos aspectos, encontré una historia completamente nueva.

Es curioso… mi reacción ante la escena de la batalla fue de lo más peculiar. Yo jamás pensé que realmente estuviera ocurriendo. Era una escena tan espantosa, tan terrible, que entré en un proceso de negación: “Esto no está pasando. No puede estar pasando. Seguramente es una visión de Alice. Sí, debe ser eso, una visión. Sólo eso. No puede ser que sea cierto.” Finalmente, comprobé que tenía razón, y de ahí hasta ahora me ha invadido una furia terrible.

Varias chicas han estado comentando que no sabían verdaderamente cuánto amaban a Carlisle hasta que lo vieron muerto. Pues bien, yo siempre lo supe. Siempre tuve muy claro el amor, el cariño, el respeto que siento por él. Siempre he sabido lo mucho que amo a Carlisle, Jane, Jasper, Alec, Aro, Seth, Leah, Marcus, Caius, a todos ellos, y por eso a mí me destrozó especialmente verlos pelear y morir. Aún sabiendo que no fue sino una broma de pésimo, pésimo, pésimo, pésimo gusto, sentí rabia y hasta la necesidad de vengar la muerte de todos mis seres queridos. No hubo una baja en esa batalla que no me desgarrara el corazón. Yo no descubrí lo mucho que amaba a alguien al verlo morir, sólo lo reafirmé y lo sufrí como nunca antes había sufrido.

Recuerdo perfectamente el día en que vi la última parte de Harry Potter, cuando la amiga que fue conmigo al cine tardó alrededor de quince minutos en lograr que yo dejase de llorar tras ver a mi pareja favorita asesinada. Lo que más me destrozaba es que uno de mis personajes más amados había muerto a manos de otra persona que también amo (para quienes conocen la trama, no soportaba que Bellatrix fuera quien mató a Tonks, siendo ellas dos mis preferidas en toda la historia). Pensé que jamás volvería a sentir ese dolor tan espantoso, y di gracias al cielo por ser Twilighter, sabiendo que el diseño de la historia no permitía que algo similar ocurriera. Pues bien, gracias a Bill y a Melissa me vi arrojada una vez más a esa misma tortura cuando Alice y Jane se enfrentaron. Después de historias como Game of Thrones, por ejemplo, donde la muerte de personajes inocentes es constante y sistemática, era verdaderamente un alivio que en Twilight los decesos eran justos; sólo morían aquéllos cuya caída era inevitable o merecida, como Victoria, James, o Irina. Pero de repente, de la nada, nos encontramos con una masacre tan despiadada, tan brutal, que en cinco minutos barrió con la crueldad de cualquier otra Saga, justamente por lo inesperado y fuera de lugar. Twilight era una historia muy buena, buena de bondad, de gentileza; era una historia justa en la que nadie, personajes o fans, sufría en vano. Ya no más.

¿Lo peor de todo? Ni siquiera era cierto. No se trató más que de una trolleada, la peor de la Historia, y en algún lugar del mundo Bill Condon está muerto de risa. En cierta forma jugaron con nuestros sentimientos, y después de todo el dinero, el tiempo, las emociones, y el amor que le hemos dedicado a esta Saga, creo que no nos lo merecíamos. Ya en un terreno muy personal, lo encontré incluso como una falta de respeto. Me sorprende ver la alegría de tanta gente después de contemplar tanta matanza. Pero, como lo acabo de decir, eso ya entra en una percepción demasiado personal de este desenlace. Además, estrictamente hablando, toda la broma de Bill se desmorona a partir de que, como recordarán quienes leyeron los libros, Alice no puede ver ni a los lobos ni a los híbridos. La Book Nazi en mí se regocija con este pensamiento.

¿Cuál era la necesidad? Mercadotecnia, claro. Vender a toda costa una película de acción. Ganar todo el dinero posible. Tratar de jalar público masculino a las salas aún si el precio era sacrificar el concepto original. Volcar todo el esfuerzo en efectos CGI y no en una línea de historia fuerte. Y, para colmo, en esta ocasión hasta en eso tuvieron algunos problemitas; ya varias voces se han alzado respecto al resultado de Renesmee en animación, con el modelo del rostro de Mackenzie insertado en lo que los actores definieron como “el bebé Chucky”.

Francamente, si el precio que hay que pagar para que la Saga sea conocida por más público, por que más hombres vayan a ver las películas, es la Saga misma (su historia, su trama, sus pequeños detalles, su esencia original), yo prefiero que seamos un público limitado pero satisfecho, con una historia tal como siempre debió ser.

Y con Breaking Dawn recordamos uno que otro problemita que ha sido constante en todos estos años. Por ejemplo, la música nos ha presentado desde siempre dos situaciones: tenemos una selección de rock excepcional, con músicos del más alto nivel. En estas dos últimas películas ya no se vio tanto, pero en las anteriores, sobre todo en Eclipse, estuvo el gran problema de grandes canciones pésimamente distribuidas. Sólo dos segundos de Atlas en el lugar menos indicado. Neutron Star Collision (Love Is Forever) quedó en un lugar tan inadecuado, tan no a la altura de la canción, que Muse expresó su molestia (tal parece que la canción originalmente quedaría en una escena mejor), a tal punto que ésta es una de las razones por las cuales no volvieron a participar en los soundtracks. En resumen, la música es espléndida y su manejo es terrible.

Por otro lado, tenemos un pequeño choque de elementos. Carter Burwell, (como en su momento lo hicieran Alexandre Desplat y Howard Shore) nos deleitó con un score cuyas notas indudablemente nos remitieron a la original Twilight; sin embargo, la música en general tiene una gran carencia: la falta de un tema musical distintivo y característico. Un tema que defina a la Saga entera, que la resuma, y que la gente no pueda escuchar sin establecer la conexión. ¿Qué tienen Hedwig’s Theme, qué tiene la Marcha Imperial? Son el alma de su historia. Puede que nos gusten esas historias o no, pero indudablemente sabemos cuáles son simplemente con escuchar la tonada. Si la intención de Summit es enfocarse 100% al marketing, al manejo de la Saga como producto redituable (e indudablemente ésa es la intención), un tema distintivo era imprescindible. Bella’s Lullaby y New Moon tenían muchísimo potencial en ese aspecto, pero, como tantos elementos de Twilight, no fueron bien aprovechados.

[caption id="" align="aligncenter" width="448"] Aro en New Moon y Aro en Breaking Dawn. Gran cambio, y no para bien.[/caption]

Otra cosa: la caracterización. Twilighters, la caracterización. Hace un par de días vi una entrevista con Nikki y Elizabeth, en la que les preguntaron acerca de las pelucas. Aunque mantuvieron el buen humor que las distingue, mientras hablaban de cómo había ido cambiando su look en cada entrega de la Saga, era posible ver que estaban molestas, principalmente porque nunca se les ha consultado acerca de su propio aspecto y jamás han estado del todo satisfechas con éste. Y no son las únicas. No olvidemos el desastre de caracterización que son los Volturi en Breaking Dawn a comparación con la elegancia que demostraron en New Moon. “Por su apariencia se asemejan más a miembros de una banda de rock progresivo de los ochentas,” dice el crítico de cine Óscar Uriel, y a pesar de lo bizarro de la idea es cierta. En New Moon los atuendos de todo el elenco, pero principalmente de esta realeza italiana, eran elegantes, sencillos, timeless, eternos. Era imposible establecer una época o un estilo concreto, lo cual iba de acuerdo con el concepto de que los Volturi llevan milenios entre nosotros. Aquí vemos un estilo sobrecargado, exagerado, Aro parece el gemelo diabólico del Cascanueces y Jane pasó de un fino y misterioso smoky eye a un delineado de ojos hecho casi con crayón de cera. De los lentes de contacto ni hablar, en alguna entrevista con el cast los que han interpretado a vampiros desde siempre se rieron de Kristen, diciéndole que por fin sabría lo que se siente al usar esos lentes: el dolor, la semi ceguera, la irritación. Cabello, maquillaje y ojos fueron cosas que nunca pudieron acabar de consolidarse.

Continuemos. Breaking Dawn Part 2 nos muestra la llegada de vampiros de muchas partes del mundo, clanes amigos que se unen con los Cullen para enfrentar a los Volturi. Como sabemos, cada uno cuenta con una maravillosa historia detrás. Por supuesto, no alcanzaría el tiempo para contar cada una de ellas en pantalla, pero, ¿tampoco alcanzaba para decirnos sus nombres? Maggie. El descuido a estos personajes es tal, que justo anoche una Twilighter preguntó en Twitter quién era la mujer que aparecía en una foto, y de qué clan era. No reconoció a Siobhan. ¡Siobhan, líder del clan irlandés, con quien vivimos tantos momentos hermosos en el libro! ¡Siobhan! Por supuesto, se le conoce y respeta en el libro, pero en la película definitivamente no se le dio el lugar que merece, y es por eso que la ahora la gente ni siquiera la ubica.

No olvidemos tampoco que Garrett tiene un discurso verdaderamente brillante en el campo de batalla, contundente, conmovedor, fuerte, impactante, sincero… y completamente dejado de lado. Hoy sabemos que la escena sí se filmó, pero que por añadir golpes y muertos no hubo tiempo de ponerla; se rumora que estará en los extras del DVD, junto con la coreografía sorpresa de todo el elenco. Esperemos lo mejor.

[caption id="" align="aligncenter" width="247"] Siobhan no tuvo el lugar que verdaderamente merecía[/caption]

Y para quienes ya están más que listos para exigir mi cabeza, ahora viene lo bonito. ¿Qué tuvimos bueno en esta última entrega? Muchísimas cosas:

[caption id="" align="aligncenter" width="290"] Mackenzie y Billy[/caption]

Excelente trabajo del elenco infantil, tanto Mackenzie en su interpretación de Renesmee como Billy Wagenseller como niño inmortal. Con pocas (en el caso de Billy, nulas) líneas de parlamento, estos dos pequeños genios lograr robarse todas sus escenas, y nuestros corazones. Me confieso bajo el mismo efecto sobre el que nos previniera Carlisle, en el que basta estar cerca de un niño inmortal para amarlo. La escena en que conocimos a Vasilii, con la aldea destruida, la narración en off de Carlisle, y el clímax emocional de la ejecución tanto de Vasilii como de Sasha, enfrente de Kate, Irina y Tanya, estuvo bastante bien desarrollado y tuvo el sabor a los libros que tanto se extrañó en muchas otras áreas. De igual forma, una vez que Mackenzie entra de lleno, sin los bebés animados ni el “bebé Chucky”, su presencia es exquisita, disfrutable, adorable, fresca, sin olvidar, claro, que parece el perfecto híbrido de Kristen y Robert. ¿Cómo se verá The Golden Child en algunos años? Basta ver a Mackenzie para saberlo. Buen casting, buena caracterización, buena actuación.

Afortunadamente ahora la música ahora fue mucho mejor aprovechada. Podía apreciarse cada canción, pues sonaban durante más de dos segundos, y los lugares donde fueron colocadas eran precisamente donde deberían estar. Se logró el objetivo de todo buen soundtrack: dar soporte, servir como segundo hilo narrativo y contribuir a la fuerza de la película. Como siempre, artistas de gran nombre y aún mayor calidad. Christina Perri nos demuestra que su capacidad de perfección simplemente no tiene límites con una imposiblemente bella versión extendida de A Thousand Years. ¡Bien! Ése es el espíritu que queremos.

¿Qué más? Michael Sheen. El señor es un primer actor que entiende su personaje a la perfección y su interpretación de Aro es sublime. Fue capaz de rebasar el vestuario, el maquillaje, toda la caricaturización que se le hizo y realizar un trabajo admirable. En los libros hay un manejo delicioso del poder. Ambición, hipocresía y deseo, todo esto entra en juego. Creo que se tocó muy bien el enorme deseo que Aro siente por Alice, porque sí se entendió que el deseo no es sexual, sino de poder, de talento, y que en ese sentido la desea desesperadamente. Equilibró muy bien el cierto grado de locura de Aro con su perfecta organización y su indudable talento político. Aro irradiaba poder y autoridad. Esto es trabajo exclusivamente de Michael, lograr retratar toda esa ansiedad y deseo enloquecedor con absoluta clase y estilo. Como en New Moon, en Breaking Dawn varias de sus líneas fueron eliminadas o modificadas, pero con lo que él tenía nos transmitió toda la sed de poder, la falta de escrúpulos, el deseo apasionado, y la ambición que tanto caracterizan a mi villano favorito. Bien por él.

[caption id="" align="aligncenter" width="250"] Antigua pero muy hermosa foto de Dakota y Michael[/caption]

Flores, flores, flores y más flores para el trabajo de Dakota, quien esta vez se lució al encontrar el perfecto balance entre su actitud hacia Vasilii, la crueldad exquisita que tiene el personaje en el libro y que ella supo adoptar impecablemente, y ese dolor tan extrañamente humano en el momento en que vio caer el cuerpo de su hermano muerto. Junto con Billy y Mackenzie, Dakota todavía entra en la categoría de junior cast que definitivamente acaparó la cinta. Para mí fue una enorme lección de humildad el trabajo de esta chica, pues en 2009, al enterarme de que sería ella quien le daría vida a mi amada Jane, me enfurecí. No pensé que ella fuera la mejor opción para interpretar a un personaje tan complicado. Sin embargo, en el primer segundo en que estuvo en pantalla en New Moon, me convenció. Dakota es espléndida.

El intro y el cierre, el cierre en sí, con las páginas del libro y nuestro amado “Forever”, fueron sensacionales. Esas dos cositas tomaron a la perfección todas las emociones que Twilight es capaz de producir con letras y las transformaron en un espectáculo visual, el intro emocionante; el cierre conmovedor a más no poder. Los créditos fueron sin duda alguna los mejores de las cinco películas, pues cada quien tuvo su pequeño espacio, su demostración de afecto, el lugar que merece, su honor y agradecimiento.

Hubo un gran repunte de amor por Garrett, e incluso la consolidación de Team Karrett. No era para menos, ese romance es uno de los más bonitos de la Saga, y Garrett es un personaje increíble del que se puede sacar muchísimo. De ahí el coraje de que no se haya dejado su discurso. Al menos queda el consuelo de que, al igual que la escena de Rosalie, Jacob y el plato de comida, ésta también fue filmada, así que aunque no la hayamos visto está la esperanza de encontrarla en el DVD. Eso sí, hermosa forma de retratar su relación con Kate.

¿Agradecimientos? Claro que sí, por supuesto, todos los del mundo, pero no para Bill. Gracias a Stephenie Meyer por crear una serie de libros tan hermosos, tan dulces, tan románticos. Gracias a Kristen Stewart y Robert Pattinson por haber sido los mejores Edward y Bella que cualquiera pudiese desear. Gracias a Peter Facinelli, Elizabeth Reaser, Nikki Reed, Kellan Lutz, Ashley Greene y Jackson Rathbone, por haberse convertido en auténticos padres y hermanos durante cuatro años. Gracias a Taylor Lautner, a Julia Jones, a Boo Boo Stewart, Chaske Spencer, Alex Meraz, Bronson Pelletier, Kiowa Gordon, y Tyson Houseman por haberme enseñado una hermandad tan maravillosa a través de los lobos. Gracias a Mackenzie Foy y Billy Wagenseller por, a tan corta edad, poder remover y crear tantisísimas emociones en su público, que hoy los adora. Gracias a Michael Sheen, Dakota Fanning, Christopher Heyerdahl, Cameron Bright, Charlie Bewley, Daniel Cudmore, Noot Sear y Jamie Campbell, por haberle dado vida a villanos tan espectaculares, por haber sido capaces de sobreponerse a la terrible caracterización, a la eliminación de sus mejores líneas, a cines enteros aclamando sus muertes, y entregarnos un trabajo impecable y brillante a más no poder.

Gracias a Maggie Grace, Mia Maestro, Christian Camargo, Casey LaBow, MyAnna Buring, Billy Wagenseller, Tracey Heggins, Judi Shekoni, Omar Metwally, Andrea Gabriel, Rami Malek, Angela Sarafyan, Marlane Barnes, Lisa Howard y Patrick Brennan. Gracias a Guri Weinberg, Noel Fisher, Lee Pace, Toni Trucks, Erik Odom, Valerie Curry, Bill Tangrady, Jodelle Ferland, Marisa Quinn, Edi Gathegi, Rachelle Lefevre, Bryce Dallas Howard, Cam Gigandet, Kirsten Prout, Catalina Sandino, Leah Gibson, Xavier Samuel y J.D. Pardo.

Gracias a Catherine Hardwicke y a Chris Weitz por haber entendido verdaderamente lo que significa Twilight, gracias a Carter Burwell, Alexandre Desplat y Howard Shore por haber provisto las notas necesarias para acompañar esta historia de amor. Gracias a Muse, Paramore, Florence + The Machine, Passion Pit, Green Day, Fiest, The Boom Circuits, St. Vincent, Pop Etc., IKO, A Boy And His Kite, James Vincent McMorrow, Nikki Reed, Paul McDonald, Reeve Carney, Christina Perri, Steve Kazee, The Joy Formidable, Angus & Julia Stone, Bruno Mars, Sleeping At Last, The Features, The Belle Brigade, Noisettes, Cider Sky, Iron & Wine, Imperia Mammoth.

[caption id="" align="aligncenter" width="342"] A todos, todos: GRACIAS[/caption]

Gracias a Lucy Schwartz, Aqualung, Mia Maestro, Hard Fi, Band of Horses, Beck, Bat for Lashes, The Black Keys, The Bravery, Cee-Lo Green, The Dead Weather, Eastern Conference Champions, Fanfarlo, Mimi, Metric, Sia, The Black Angels, UNKLE, Vampire Weekend, Lisa Mitchell, Anya Marina, Band of Skulls, BB Brunes, Ximena Sariñana, Jesse & Joy, Black Rebel Motorcycle Club, Bon Iver, Death Cab For Cutie, Editors, Grizzly Bear, Victora Legrand, Hurricane Bells, The Killers, Lykke Li, Ok Go, Sea Wolf, Jennifer Rostock, Thom Yorke, Lupe Fiasco. Gracias también a The Magic Numbers, Amadou & Mariam, The Black Ghosts, Blue Foundation, Collective Soul, Linkin Park, Robert Pattinson, Mutemath y a Perry Farrell. Gracias a todos estos maravillosos músicos por haber contribuido con una o varias canciones a ponerle ambiente al largo camino de Twilight.

Carlisle, Esme, Rosalie, Emmett, Alice, Jasper, Edward, Bella, Renesmee, Tanya, Carmen, Eleazar, Kate, Garret, Irina, Sasha, Vasilii, Aro, Marcus, Caius, Alec, Jane, Heidi, Sulpicia, Atheneodora, Didyme, Mary, Randall, María, Nettie, Lucy, Peter, Charlotte, Alistair, Vladimir, Stefan, Quil, Leah, Seth, Sam, Embry, Jacob, Victoria, James, Laurent, Bree, Riley, Amun, Kebi, Tia, Benjamin, Senna, Zafrina, Kachiri, Nahuel, Huilen, Siobhan, Liam, Maggie, Renata, Santiago, Chelsea, Corin, Felix, Demetri, lobos, inmortales, de clanes, nómadas, todos ustedes son maravillosos, todos ustedes han sido mi amor y compañía durante cuatro años, y lo seguirán siendo pase lo que pase, por siglos, por milenos, contra viento y marea. He sido inmensamente feliz a su lado, he aprendido muchísimo, encontrado amor, consuelo, diversión, apoyo… una familia. No les digo adiós, ni hasta luego, porque sé que jamás me separaré de ustedes, jamás habrá despedida entre nosotros. Los llevaré en el alma hasta que mi corazón deje de latir… y quizá incluso entonces.

Gracias.

Los amo.

XOXO

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Gatos
Así, simplemente, gatos. Toda la raza felina. Bien dice la sabiduría popular que aquél que no ama a los gatos es porque nunca ha tenido uno. Es difícil expresar la maravilla que son estos pequeños seres, tan independientes, misteriosos, y, contrario a todo lo que se cree de ellos, tan cariñosos y fieles. Son peludos y cálidos derroches de sabiduría, de serenidad, de aplomo, que saben perfectamente cómo tranquilizarte sin importar tu nivel de sufrimiento. Tu gato siempre sabrá más. “Si quieres escribir sobre seres humanos, ten un gato en casa,” dijera Aldous Huxley, y no en vano; los gatos parecen entendernos en una forma que ni siquiera nosotros somos capaces. Son la compañía perfecta, limpios, dulces, discretos, tranquilos, con un porte y una elegancia inigualables. Una auténtica lección de superioridad ante el ser humano. Los gatos son perfectos.