Capítulo XLa cascada caía con fuerza provocando los ecos al chocar contra las grandes rocas que coronaban el río.
—Este lugar es hermoso.
—Está hacienda cuenta con muchos lugares hermosos, Bella.
—Lo estoy descubriendo—le confesé—Creo que nunca terminare de recorrer la hacienda entera.
—Ni siquiera mi abuelo lo hizo—me informo con una sonrisa—Y eso que lo intento.
Observe como lucia el pecho de Edward. Hoy se había colocado una camisa de cuadros dejando los tres primeros botones abiertos dejando ver parte de su fornido pecho.
¿Te gusta lo que ves? —inquirió el muy presumido, con su hermosa sonrisa de medio lado.
Me sonroje hasta la raíz del cabello, desviando la mirada. Aún no me podía creer como había cambiado nuestro matrimonio en cuestión de días.
Edward se veía más relajado y cómodo a mi lado. Quizá el sexo tenía mucho que ver en su cambio, pues compartíamos una pasión explosiva, pero quería pensar también que albergaba sentimientos hacia mí.
—Me encanta como te quedan esos vaqueros, pero…debemos deshacernos de ellos—murmuro con voz roca bajando la cremallera de mis vaqueros. —Necesitas estar desnuda para lo que tengo planeado.