Cap #3: Unrestraint

Por DiarioTwilight   Publicado a las  11:42 p. m.   fanfic 0 comentarios



Capítulo III: Caos en la ciudad. 


Playlist:

When i was your man - Bruno Mars

Viva la vida - Coldplay 
Madness - Muse
Promiscuous - Nelly Furtado.



-


Aún estaba en Shock y Charlie me miraba emocionado. Paró de aplaudir cuando notó la expresión de desconcierto en mi rostro.

— ¿Qué pasa Bella? —Interrogó dudoso. Podía oír el tono de decepción en su voz—. Pensé que te entusiasmaría la noticia… —Tenía razón, la idea de viajar a Miami simplemente me había fascinado.

El pensamiento de no tener que lidiar con el drama familiar reciente era realmente tentador. Simplemente podía enumerar cada una de las vibras negativas que me zafaría:

No más triángulo amoroso entre papá, mamá y el cabrón de Phil.

No presenciaría a Reneé hundiéndose en alcohol para olvidar sus patéticos problemas.

Adiós a las bromas y actitudes infantiles de Carl y Jason.

Sam y su novio Mike ya no serían un problema para mí.

Me di cuenta que Miami no sonaba tan mal, pero había algo que realmente paraba mi ensoñación: Tony.

Ese chico me había gustado muchísimo desde que lo vi en el instituto. ¿Cómo no hacerlo? Ese aire de chico malo era todo un paquete, tenía la personalidad, la sonrisa abrasadora que hacía se me aceleraran cada una de mis terminaciones nerviosas y esa sedosa y castaña melena ¡Oh sí! ese cabello castaño sería la causa de mi muerte, deseaba mucho enredar mis dedos en el.

Suspiré y seguí meditando nuestra aún no iniciada relación. Cuando por fin había conseguido mi cometido de salir con él, mi padre me daba esa escandalosa noticia. Tres jodidos meses en los que no podría saber nada de Tony y mucho menos a quién se follaría en mi ausencia. La cavilación era repugnante.

Sacudí la cabeza rechazando el plan y miré a mi padre.

—No quiero ir a Miami —negué firmemente y con voz decidida—. Tres meses es demasiado tiempo.

— ¿Por qué Bella? —replicó Charlie con calma y tratando de buscar una explicación razonable a algo que para mí resultaba inexplicable e inútil—. Esa ciudad es otro ambiente, Miami es grandioso para trasladarse en vacaciones. Hay muchas actividades que estoy seguro que te encantarán.

— ¡Son tres meses papá! Para mí es un tiempo excesivo —protesté—. No pretendo dejar a mis amigos. Tengo muchos planes con ellos estas vacaciones.

Verdaderamente tenía muchos planes, y cada uno de ellos incluía a Tony. En todo este período nunca se me había pasado por la cabeza salir con mis amigos ya que el resultado de ello sería sentirme terriblemente incómoda y aburrida. Mis amigos eran muy inocentes y yo quería fiestas, alcohol, diversión, experimentar cosas nuevas y romper todas las reglas posibles. Tal vez por eso me agradaba tanto Tony. Era lo más cercano a eso.

—Podrías conocer nuevas personas en Miami, Bella. Harías nuevos amigos y yo solo quiero que aclares tus ideas, hija. Este tiempo fuera de casa te hará bien.

Pobre papá, yo sé que quería lo mejor para mí pero ya no sabía cómo hacerle entender que no aclararía nada, las cosas estaban jodidas e irme no resolvería nada.

—Ya te dije que no quiero irme, por favor, entiéndeme.

—Pero… ¡Bells!

—Papá ¡no quiero! —grité. De improvisto la puerta principal se cerró con violencia, esperé unos segundos y mamá entró a la cocina seguida de Sam. Reneé miró a Charlie y no pareció sorprendida, cosa que me confundió pero al momento llegaron como un flash las palabras de Charlie "tu madre y yo hablamos como personas civilizadas".

—Hola Charlie. —Saludó Reneé con timidez. Sin duda después de estos seis meses todavía estaba avergonzada y tenía razones para estarlo.

—Hola, ¿cómo ha ido todo con Sam? —comentó mirando a Sam. Papá y Sam se llevaban muy bien, yo sabía que era su favorita. Ser la menor le daba esa ventaja.

—Ya hablaremos de eso, tendremos una conversación bastante larga y seria con esta jovencita —contestó mientras le lanzaba una mirada furiosa a Sam y salió de la habitación.

Sam había mantenido la vista en el suelo de la cocina desde que había llegado a casa, no había saludado a nadie además de que había estado extrañamente callada. No me lo creo, algo muy malo tuvo que haber hecho, pensé.

—Ya hablaremos tú y yo, Samantha —anunció papá muy serio. Sam asintió y subió las escaleras con prisa. Papá se levantó de su asiento y me observó—. Tengo que irme.

—Está bien, papá. Gracias por la oferta de Miami, pero, en serio no creo que sea algo que necesite —aseguré con amabilidad para no hacerle sentir mal.

—Hija, no quiero que me des aún tu respuesta definitiva, quedan unas cuantas semanas para las vacaciones. Prométeme que lo vas a pensar bien.

Joder, no se da por vencido fácilmente.

—Está bien, papá, lo pensaré. —Consideré resignada. Solo quería que se marchara pronto y dejara de insistir.

—Me conformo con eso. —Me dio un beso en la frente y me estremecí por su contacto, las muestras de cariño no eran mis preferidas—. Cuídate, Bells. —Asentí y le dediqué mi mejor sonrisa.

—Adiós, papá.

Charlie se dirigió hacia la puerta y se fue. Reneé —que se encontraba en la sala viendo algún programa de chismes en la televisión— volteó sorprendida al ver que papá no se despidió de ella y me dedicó una mirada, yo solo me encogí de hombros y me dirigí a mi habitación.

Entré a la habitación y no encontré a Sam en su cama, como de costumbre, escuché la ducha y me di cuenta que estaba tomando un baño. Subí a mi cama, me deshice de mis vans negras y las puse a un lado. Cogí el control remoto para el aire acondicionado y lo encendí, hoy el día estaba más caliente de lo usual y yo estaba increíblemente agotada por todos los sucesos del día. Tal parece que no había tenido descanso alguno desde el viernes en la noche. Cerré los ojos y me perdí en mis ocurrencias, me imaginé de nuevo a Tony y a mí follando, sabía que lo deseaba pero no me daba cuenta de lo mucho que lo hacía. También le daba vueltas al asunto de Miami. ¿El viaje realmente podría aclarar mis ideas? No lo sabía y conocer nuevas personas no sonaba tan terrible como yo le hacía parecer a Charlie ¡Hasta podría hacer amigos más de mi estilo! Me emocionó la coyuntura. Concéntrate Bella, me dije a mi misma. No quieres ir, no quieres ir. Continué con mi pelea interna hasta que me quedé dormida.

Dormía plácidamente cuando unos gritos provenientes de abajo me despertaron de manera alarmante. Bajé rápidamente de la litera y caminé en dirección a la cocina. Cuando escuché que los gritos provenían de Reneé y Sam me quedé al otro lado de la puerta escuchando silenciosamente su discusión.

— ¿Por qué te escapas de clases, Samantha? —demandó mamá en un tono realmente molesto.

—Yo no me estoy escapando, mamá —replicó Sam casi en un susurro.

— ¡No me mientas, no te atrevas a hacerlo! ¿Acaso crees que soy estúpida? —gritó Reneé con voz enojada.

Mierda, Reneé tenía razón y yo sabía por qué Sam se escapaba.

—Tu profesor de cálculo ha dicho que tienes cinco meses sin entrar a sus clases. Hija, estás a punto de no pasar la materia e incluso reprobar el año.

Exactamente, Reneé estaba muy bien informada ya que ese era el tiempo que Sam llevaba saliendo con el molesto de Mike y justamente ese era el período de tiempo desde el divorcio de nuestros padres. Sam me había comentado que iba a la escuela y fingía estar leyendo un libro en el pasillo cada vez que los profesores pasaban frente a ella. Cuando sonaba el móvil Mike le indicaba con un texto que saliera, que él se encontraba afuera esperándola con su moto, y en seguida Sam salía y pasaban el resto del día en algún lugar donde él la llevaba. Me preguntaba qué harían… Joder, esperaba que no fuera lo que mi mente maquinaba, pensé. Luego Mike la traía de vuelta a la escuela y ella solo entraba a las dos últimas clases del día. Ella prácticamente no asistía al colegio.

Recordé mi cara de sorpresa y decepción mientras Sam me contaba su historia, la separación de mis padres la había afectado de una manera muy negativa.

—No entiendo cálculo mamá, es por eso que falto a algunas clases.

— ¡Mientes, Samantha! —gritó enojada Reneé. Nunca la había visto así—. Te escapas de clases para hacer no sé qué y ahora puede que debas repetir el año escolar.

— ¡Yo no me escapo, mamá! —objetó Sam con impaciencia. Sentí el impulso de decirle a mamá qué estaba sucediendo con Sam y Mike, el cual era un hombre de 18 años con una mentalidad muy perturbadora y Samantha apenas era una chica de quince años muy inocente o eso quiero creer, pensé.

Mike podría intentar sobrepasarse con ella si es que ya no lo había hecho. ¿Sam será virgen? Dios santo, no quería pensar lo contrario. En todo caso debería decirle a mamá, ¿no? Tengo que ayudar a Sam, justo cuando estaba decidida a entrar a la cocina y contar todo, recordé la mirada de confianza que Sam me había ofrecido. No la podía traicionar de esa manera, era mi hermana y no quería que se enfadara conmigo.

Llegué a la conclusión de que no era asunto mío y era mejor no abrir la boca.

—Eres una decepción —expresó Reneé.

—Todo esto es tu culpa. Te ocupas más del alcohol que de tus hijos —manifestó Sam con voz desafiante—. Eres una mala madre.

Solo esas palabras bastaron para que la furia de Reneé se desatara y con cuidado traté de mirar hacia la cocina. Mamá tenía un plato de cerámica en la mano el cual aventó con fuerza contra Sam, pero por suerte lo esquivó y se quedó paralizada.

Sin perder tiempo salí corriendo escaleras arriba hacia mi habitación y me encerré en el baño. Escuché que Sam entraba rápidamente y se acostaba en su cama. Cuando todo quedó en silencio decidí tomar una rápida ducha y me puse mi pijama. Me marché del baño y vi que Sam ya estaba dormida. Cogí un libro de nuestro estante, titulado "365 historias fantásticas", me acerqué a la cama de mi hermana y me senté en el borde. Tenía el rostro rojo producto del llanto. Empecé a leer "El patito feo", la historia favorita de Sam. Recordé que cuando ella tenía cinco años papá siempre lo leía antes de dormir, cuando Sam había tenido un mal día o cuando tenía pesadillas.

—…"y el patito feo se convirtió en un hermoso cisne blanco" —concluí la historia y una pequeña sonrisa apareció en el rostro enrojecido de Sam.

Los días que siguieron a éste los pasé reflexionando sobre la propuesta de papá. Simplemente no podía aceptarla, eso arruinaría todo mi chance con Tony. Este chico convertía mi usual mal humor en una brillante sonrisa, me sonrojé al recordar la conversación que tuvimos el día anterior en la acostumbrada clase de arte y la tradicional interrupción de Phil no se hizo esperar. ¡Maldito estorbo!

Estaba sentada en mi lugar mientras hacía bocetos en mi cuaderno y terminaba la asignación que Phil nos había mandado. Vi a Tony ingresar al salón de clases e hice como si no lo hubiera visto, me concentré en mi boceto hasta que sentí que alguien estaba detrás de mí.

—Hola, Bella —susurró en mi oreja, provocándome escalofríos. Levanté la vista y lo saludé.

— Hola, Tony. ¿Cómo estás?

— Mucho mejor ahora que te veo. ¿Lista para la salida de mañana? —respondió con voz susurrante y sus labios bajaron hasta mis hombros—. Porque yo si lo estoy. —Besó mi hombro derecho. Dios este chico, era increíblemente provocador.

— Sí, lo estoy —aseguré con nerviosismo en la voz. Sabía perfectamente a que se refería cuando hablaba de estar lista: Sexo.

No me sentía lista pero ¿quién era yo para resistirme a los encantos de él?

— Pues bien, te llamo mañana en la tarde. —Me mostró su mano izquierda y vi que todavía tenía mi número escrito en ella. ¿Es que acaso no se baña? Han pasado cinco días. Pensé con burla—. Nos vemos mañana, linda. —Se acercó a mi cuello e inclinó mi cabeza hacia atrás para que besarme, cerré los ojos y esperé. Pasaron alrededor de diez segundos y aún no había rastros del beso. Abrí los ojos y vi que Phil estaba observándome.

— ¿Qué le ha pasado, señorita Swan? ¿Se ha quedado dormida esperándome? —comentó irónico.

No le presté atención y miré a mi alrededor, Tony se había ido.

—No —respondí secamente.

— Ya veo. En todo caso se ha acabado el tiempo de espera, comencemos la clase pero antes por favor entréguenme la asignación. —Pasó por cada uno de los puestos de los alumnos recogiendo la asignación, cuando llegó a mi lugar cogió rápidamente mi tarea. La cual no había terminado debido a mi momento con Tony.

¡Mierda! Ahora sí que me iba a sacar un cinco. Lo miré con furia y él me sonrió complacido.

— Saludos a su madre, Isabella —comentó con tono de burla. Me encontraba furiosa. ¿Cómo se atrevía? Su nivel de descaro era supremo. Reprimí el impulso de decirle una mala palabra y me mantuve en silencio el resto de la clase.

Cuando la clase terminó salí hecha una furia a la clase de biología. Hoy tenía una prueba así que me concentré en aprobar con buena calificación y no pensar en lo que el jodido idiota de Phil causaba en mí.

Para el momento que el último timbre del día sonó yo ya estaba más calmada y tranquila. Con paciencia me encaminé hacia el parque y realicé la rutina de todos los días.

Ubiqué mi mochila en el banco viejo.

Me despojé de mis vans negras.

Caminé por el césped húmedo con mis pies desnudos.

Respiré con tranquilidad y esperé con serenidad la hora de volver a casa.

Con la misma calma que poseía me dirigí a casa y cuando llegué subí directo a mi habitación. Apenas eran las cinco con treinta pero estaba tan agotada que decidí ponerme el pijama y me recosté en mi cama con mi iPhone a escuchar música y a revisar las redes sociales como la hacía usualmente luego de llegar del instituto. La rutina me consume, pensé con aburrimiento.

Dos horas después salí de la habitación y me encontré con Sam, furiosa porque no había notado que dejé puesto el pestillo y ella no había podido entrar en todo ese tiempo.

El sábado llegó y estaba emocionada por los eventos que podrían ocurrir esta noche aunque estaba enojada por lo ocurrido con Phil. Ese hombre era un cínico, no sé como Reneé pudo acostarse con él. La idea de tener sexo con ese hombre me resultaba asquerosa.

Con la exaltación de una posible noche de sexo con el chico que me gustaba me levanté de la cama y luego de un largo baño me dirigí hacia la cocina. Vi el reloj que se encontraba en la mesa de noche en la sala, apenas eran las ocho. Todos estaban durmiendo todavía, me imaginaba. Los gemelos debían estar dando clases particulares de violín a algunos niños en el centro comunitario, Sam estaba dormida y Reneé debía estar en su cama con un dolor de cabeza horroroso recuperándose de las copitas de whisky de más que bebió anoche en la cena.

Entré en la cocina con la sorpresa de ver a Reneé haciendo el desayuno, tal parece que la había subestimado, solté una risita y ella notó mi presencia.

— Buenos días, Bella.

— Hola, mamá. —Reneé continuó concentrada cocinando. Olía delicioso, me preguntaba que sería.

— Estoy haciendo pancakes —anunció Reneé como si pudiese leerme la mente. Los pancakes eran mi desayuno favorito y hoy estaba famélica.

—Quiero dos, mamá, por favor. —Ella asintió—. Phil te ha mandado saludos. —Mamá se quedó paralizada y continué hablando—. Ha dicho que te extraña mucho y dice que espera verte pronto. Que quisiera salir algún día. —Terminé de decirle, provocándola. Sabía que no debía hacerlo, pero aún no había superado las palabras de Phil.

Mamá cogió un plato de la alacena y sirvió en él dos pancakes. Se volteó y puso el plato de forma ruidosa sobre el mesón.

— Cállate —demandó molesta y me miró desafiante. Decidí callarme y me limité a desayunar en silencio.

El día transcurrió con normalidad y sin acontecimientos desagradables. Ya eran cerca de las seis y treinta de la tarde y Tony no me había llamado aún. Tal vez se le había olvidado la fiesta aunque no estaba segura porque ayer lucía muy entusiasmado. Continué divagando mientras estaba recostada en mi cama con la laptop en las piernas viendo videos en Youtube. Puse un vídeo de Bruno Mars "When I was your man" disfrutaba de la música que inundaba mis oídos cuando sonó mi móvil. ¡Era Tony! no pude evitar emocionarme. Traté de encontrar mi iPhone en el desastre que era mi cama, busqué desesperadamente y no lo encontraba hasta que recordé que estaba debajo de mi almohada. Joder. Lo cogí y atendí.

—Hola —balbuceé.

—Hola linda, ¿creíste que me había olvidado de nuestra cita? —contestó con voz arrogante. Nuestra cita que palabras tan prometedoras.

— No. He imaginado que estabas ocupado

— ¿Ocupado? Para ti nunca estaré ocupado —objetó con tono seductor. Hasta por teléfono sonaba sexy.

¿Paso por ti a las ocho?

—A las ocho suena bien

—Está bien, nos vemos más tarde, Bella. —Pronunció delicadamente mi nombre—. Me muero de ganas de verte.

—Nos vemos, Tony. —Colgué.

Tony venía por mí a las ocho y ya eran las seis con quince. No me quedaba mucho tiempo así que me levanté y fui al baño, necesitaba tomar una ducha para tranquilizarme. Mientras me duchaba la música de Coldplay sonaba en mi iPhone.

¿Por qué estaba tan nerviosa? Mis piernas temblaban como gelatina. Terminé de ducharme y me miré en el espejo del tocador.

—Cálmate, Isabella —me dije a mi misma mientras respiraba lentamente—. Es solo una salida. Así es, una salida que probablemente termine en sexo.

Cogí el iPhone y paré la música. Noté que había un Whatsapp y era de Becca.

"Hola Bellie, mañana voy de visita. Besos :*"

Se me alegró el corazón al saber la noticia, hacía mucho que Becca no venía a casa. Dejé el iPhone sobre el lavabo, tenía poco tiempo para alistarme así que le escribiría luego. Salí del baño y revisé mi closet, no tenía idea de qué ponerme. Al final elegí unos shorts negros de cuero y una camiseta negra con puntos blancos brillantes y ambos eran H&M, también elegí una sexy ropa interior roja. Si las cosas se daban tal y como planeaba a Tony le encantaría. ¿Qué diablos pasa por mi mente? Pensé.

Opté por las sandalias negras de Sam, esperaba que no le importara. Una vez vestida fui por última vez al baño y me miré en el espejo. Noté que la camiseta me dejaba gran parte del cuello descubierto, me veía sexy. Sequé mi cabello con la secadora, me maquillé un poco y por ultimo me puse brillo labial rosa sabor a fresa. Eché un último vistazo a la chica que estaba en el espejo y puedo decir que me veía realmente guapa, justo en ese instante sonó el móvil y respondí sin chequear quien era.

—Hola, guapa. ¿Lista para disfrutar de mi compañía esta noche? —Reconocí inmediatamente la voz y al engreído que estaba al teléfono.

—Hola, ya estoy lista. —Traté de sonar lo más tranquila posible aunque mi corazón se acelerara a 100 Km/h.

—Me alegro de escuchar eso. Pensé que te habías arrepentido —contestó en tono burlón—. Estoy afuera.

¿Estaba afuera? ¿Tan pronto? Miré el reloj y eran las ocho con veinte de la noche. Mierda, ¿cuándo se me había hecho tan tarde?

—Ya voy.

—Está bien, nena. Tómate tu tiempo. —Colgué y mi pulso se aceleró aún más. Estaba a punto de llamarlo para decirle que estaba enferma y me sentía mal.

—No seas cobarde —me dije. Respiré hondo, busqué mi cartera color coral y la acomodé en mi hombro izquierdo. Salí de mi habitación y caminé escaleras abajo

Era hora de buena adrenalina.

Me encontré a Reneé en la sala con los gemelos. No había rastros de Sam, podía apostar que estaba fuera con Mike.

—Adiós mamá, no me esperes despierta. —Crucé rápidamente la sala en dirección a la puerta.

—No llegues tarde Bella o iré por ti. —Anunció Jason en tono mandón. Odiaba cuando se ponía así, que se ocupe de su vida. Él se había tirado a todas las chicas de Boston y yo nunca le había dicho o insinuado nada. Puse los ojos en blanco.

—Cabrón —susurré.

Salí de casa y vi el auto de Tony estacionado, su viejo Cadillac. Tocó la corneta y me estremecí. Estaba concentrada admirando la belleza del mismo cuando la ventanilla del copiloto bajó y Tony me gritó.

¡Eh chica, no te hagas rogar!

Quien entendía a este hombre, a veces podía ser irritante.

—Estas muy linda, Bella —dijo en cuanto entré al auto y me observó detenidamente.

—Gracias, tú también. —Sonreí.

—Lo sé —contestó arrogante. Partimos hacia la fiesta y él estaba concentrado en el camino. Aproveché el momento para observarlo, estaba muy guapo. Llevaba vaqueros negros, una camiseta blanca en la que se leía "American idiot" y una cazadora negra de cuero. Tenía el cabello castaño un poco mojado, se le veía muy sexy.

— Lindo auto. —Le miré a los ojos.

— ¿Te gusta? —preguntó mientras miraba el camino con atención—. Es un regalo de mi padre.

—Es muy bonito.

—No más que tú. —Sonreí por el alago y me distraje cambiando las estaciones de radio hasta que encontré una que me gustaba. Sonaba Madness de Muse, subí el volumen y comencé a bailar y a cantar en el asiento. Tony lo notó, se echó a reír y se unió a mí cantando.

Por los próximos quince minutos continuamos haciendo lo mismo, cuando llegamos al lugar de la fiesta se podía ver que estaba hasta reventar. Luces parpadeantes salían de la ventana de la misma, sin duda está sería una fiesta genial.

Tony estacionó el auto en una esquina del vecindario y me otorgó una mirada, con cuidado me cogió el rostro con ambas manos y suavemente rozó mi mejilla con su pulgar, me atrajo lentamente hacia su asiento. Su perfume olía delicioso y mis labios estaban a solo centímetros de los suyos.

—Cierra los ojos —pedí. El asintió regañadientes, liberó mi rostro de la cárcel de sus manos y despacio le besé la barbilla. Tony pausadamente se pasó la lengua por el labio inferior y sabía que estaba esperando que le besara los labios pero en vez de eso le di un beso en el cuello y me aparté de él. Abrió los ojos sorprendido por mis acciones.

—Así que te gusta jugar —afirmó riendo. Le regalé una sonrisa divertida y bajé del auto, al segundo Tony ya estaba a mi lado, cogió mi mano izquierda y nos dirigimos a la casa de Charlotte. Cuando estábamos a pocos metros de la puerta vimos a un chico salir de la casa corriendo y gritando.

—A un lado ¡Voy a vomitar! —Cielos...y aún no eran ni las nueve. Entramos a la casa, y vi muchos rostros familiares. Bree, la mejor amiga de Charlotte y porrista como ella, estaba sentada en un sillón con un chico al que reconocí inmediatamente. Era Diego, el novio de Charlotte y se estaban besando apasionadamente, no me sorprendía que Bree le haya quitado el novio a su mejor amiga. Todas ellas eran unas zorras hipócritas.

— ¿En qué piensas, guapa? —preguntó mi acompañante.

—En que esos dos deberían de buscarse un cuarto de algún motel barato —contesté cortante.

—Al igual que nosotros en un rato —comentó seductor. Me acarició la espalda lentamente, en movimientos ascendentes. Se sentía muy bien

Nos situamos en una esquina, desde allí se podía ver toda la pista de baile. También había un pequeño bar posicionado al fondo de la misma, estábamos conversando sobre la buena música del lugar cuando Charlotte apareció de repente y estaba espectacular. Llevaba un vestido tipo coctel de color rojo, era muy corto y dejaba al descubierto gran parte de sus piernas. Usaba unos tacones negros y sus labios estaban pintados de un rojo intenso. Su largo cabello negro estaba recogido en una coleta.

—Hola, guapo —saludó a Tony.

—Estás hermosa —respondió él mientras la escaneaba con la mirada.

Sentí una punzada de celos y toqué el hombro de Tony para que recordara que yo aún seguía ahí. Cuando lo hice el posicionó su brazo alrededor de mi cintura y Charlotte hizo como si acabara de advertir mi presencia y me miró como si yo fuese un insecto.

— ¿Vienes con ella? —preguntó indiferente. Sí, perra, estaba con él.

— Así es, esta guapa viene conmigo. —Charlotte rió como si le hubiesen acabado de contar un buen chiste.

—Nos vemos más tarde lindo —Se despidió mientras se mordía el labio. Vaya, pero que educada, pensé

— ¿Quieres bailar? Soy todo tuyo. —Tony me animó juguetón. Sin pensarlo lo tomé del brazo y lo arrastré hacia la pista de baile.

Nos situamos justo en el centro y comenzó sonar "Promiscuous" de Nelly Furtado. Es hora de entrar en calor, Bella, comenté en mi mente. Empezamos a bailar al ritmo de la música, puse mis brazos alrededor de su cuello y él me rodeó la cintura con los suyos. Se movía muy bien, me acerqué aún más a él y en un segundo estábamos cuerpo a cuerpo.

Nos movíamos de arriba a abajo sin despegarnos. Sus piernas rozaban las mías, mi sexo rozaba el suyo. Oh Dios, ¿qué estaba haciendo? Me volteé y quedé de espaldas a él con sus manos aún en mi cintura y me moví de un lado al otro. Tony me presionó contra él y sentí su erección en mi trasero. Seguí bailando y provocándolo. Besó mi cuello y yo ya no podía retrasarlo. Le encaré y lo abracé. Él me agarró del trasero y empezó a besarme. Nuestras lenguas se rozaban, una y otra vez. Sus besos me dejaban sin respiración, mordió mis labios y se apartó de mí. Luego me dedicó una sonrisa y me habló al oído.

—Eso ha sido fantástico —susurró y me dio un beso tierno—. ¿Quieres ir a sentarte? —asentí. Mis mejillas ardían y estaba excitada.

Caminamos en dirección al sillón en el cual me senté.

¿Quieres algo de beber? —preguntó—. ¿Algo con alcohol?

—Agua estaría bien —pedí mirándolo a los ojos.

—Te traeré vodka —informó. Me besó la sien y se fue.

Con curiosidad observé a todos los chicos que bailaban en la pista, se divertían a lo grande y sonreí al pensar que mi noche iba por el mismo camino. Varios muchachos se acercaron para que bailara con ellos y solo a los más lindos les aceptaba el baile. Joder esto era una fiesta. ¡Había que divertirse!Así pasó el tiempo hasta que el reloj marcó las once y Tony aún no aparecía. Molesta me dirigí a buscarlo, pero ¿qué coño se creía? Me dejó sola todo este tiempo.

Me levanté del sillón en el que había estado sentada todo este tiempo e hice un recorrido por toda la casa en busca de Tony. Me detuve en una puerta doble de color negro, esta debía ser la cocina. Abrí la puerta y entré.

— ¿Así muñeca? o ¿más fuerte?—Reconocí esa voz de inmediato. Me encontré con la sorpresa de ver a Charlotte sentada sobre un mesón con Tony entre sus piernas. Se me hizo un nudo en la garganta fui incapaz de pronunciar una palabra. Él notó mi presencia ahí, pero ya era muy tarde.

Salí caminando lentamente hacia la sala, busqué mi bolso y me dirigí a la salida. Oí unos gritos detrás de mí.

—Bella, ¡por favor! ¡Hablemos! —La furia se apoderó de mí.

— ¡Déjame en paz! —le grité y con ojos llorosos llamé a un taxi para que me llevará a casa.

Cuando llegué mi maquillaje estaba arruinado producto de las lágrimas. Saqué las llaves de mi bolso y abrí la puerta principal. Todo estaba oscuro y en silencio, caminé lentamente a mi habitación. Entré al baño y me lavé el rostro. Me vestí con mi pijama y fui directo a la cama. Cerré los ojos y me dormí pensando en lo rápido que una noche podía cambiar de genial a desastrosa.

A la mañana siguiente solo quería mantener mi mente ocupada para no pensar en la noche anterior, así que para sorpresa de todos ayudé a Reneé en los quehaceres del hogar. A pesar de lo ocurrido hoy me sentía algo entusiasmada por la visita de Becca, cuando el reloj dio las tres esperé pacientemente su entrada pero no llegaba. A las tres con treinta estaba un poco desilusionada y aburrida así decidí leer un libro, estaba abstraída en la lectura cuando oí una voz familiar y salí disparada hacia la sala. Vi a mamá y a Becca abrazándose.

¡Becca! —Saludé emocionada y corrí hacia sus brazos. Becca me abrazó fuertemente.

—Bellie cariño, ¿cómo has estado? —dijo sonriendo. Se le veía feliz.

—Te cuento en un rato, después de que charles con mamá.

—Tranquila hija, tengo que ir un segundo al supermercado para comprar algunos ingredientes que me faltan para la cena —interrumpió Reneé. Yo sabía a qué clase de compras se refería.

—Adiós hija, nos vemos más tarde. —Se despidió de Becca. Me senté en el sillón de la sala y palmeé el asiento a mi lado. Becca entendió la seña y se sentó a mi lado.

— ¿Cómo ha estado todo por aquí? —preguntó.

—Las cosas no han estado bien por aquí Becca, Reneé se ha pasado todas estas semanas bebiendo más de lo usual. Antes bebía una copa de vino tinto en la cena, ahora te aseguro que se bebe la botella completa. También está Sam que últimamente es un problema y papá ya no nos visita tanto como lo hacía antes. Ya nada es igual —expliqué resignada.

—Entiendo Bella, he tratado de lidiar con mamá, pero ella no parece comprender la gravedad del asunto. Sabes que puedes venir a vivir conmigo si lo deseas.

—Papá me ha ofrecido irme a vivir con el primo Carlisle por las vacaciones —anuncié con una sonrisa incómoda.

— ¡Eso es fantástico Bella! —comentó emocionada.

—Pero no acepté. Es que me ha gustado un chico y pensé que todo iba a ir bien con él y la verdad no quería dejarlo. Pero entonces ayer… —Se me quebró la voz y Becca se alarmó.

— ¿Ayer qué Bella? —preguntó preocupada.

¡Ayer le he visto follarse a otra! —grité con coraje en mi voz.

— ¡Bella! Lo siento mucho—me abrazó con fuerza. Me sentí mucho mejor después de eso—. Tal vez no es el chico para ti. Ya llegará el indicado, mírate eres preciosa. —Reí.

— ¡Dios Becca! Que frase tan cliché. —Ella rió junto a mí y continuamos abrazadas. La extrañaba a montones.

—Deberías aceptar la propuesta de papá —opinó seria—. Sería algo excelente Bellie, solo piénsalo. Conocerías nuevas personas y te alejarías de todos estos problemas. Haz el intento. —Me sonrió—. No hay nada de malo en intentar algo nuevo o ¿sí? —preguntó.

—No.

¿Lo pensarás, entonces? —Siguió insistiendo. Dios, Becca a veces se parecía tanto a Charlie.

—Lo pensaré —respondí y ambas empezamos a reír.

Así pasamos el resto de la tarde. Charlando y riendo como los viejos tiempos. Luego de una cena familiar Becca se fue. Era sorprendente la falta que hacía en casa, todos la queríamos mucho.

Carl y Jason bromearon e hicieron chistes con ella durante toda la cena y Becca tampoco se quedó atrás y les lanzó unas cuantas bromas. También habló con Sam sin parar y yo por otro lado no podía dejar de mirar a mamá, se le veía feliz después de tanto tiempo.

Luego de despedir a Becca me senté en el porche de la casa, pensando en toda la conversación. El iPhone sonó y era un texto de Tony:

"Linda, hablemos. Déjame explicarte"

Sonreí y marqué el número, contestaron de inmediato.

¡Hola! —dijo la voz al otro lado de la línea.

— Papá, tengo que decirte algo —hablé en tono serio.

— ¿Qué ha pasado Bella? —preguntó preocupado.

— He tomado una decisión… me voy a Miami.

Acerca del Autor

Nos dedicamos a brindar información a todos los fans de la Saga Crepúsculo. Desde entonces nos hemos encargado de cubrir premieres, eventos, actualizar día a día nueva información sobre el cast. Después de que terminó la épica Saga en Noviembre del 2012, seguimos los proyectos de cada actor como corresponde.
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