Twilight Tuesday- ¿Era necesario?

Amores, siempre guapos, sean bienvenidos. Hoy venimos con fuerza e intensidad. Hablaremos temas fuertes. Lectura bajo propio riesgo y discreción.

La semana pasada platicaba con una de mis amigas, que por azares de la vida tuvo la oportunidad de conocer a Stephenie durante un Meet & Greet, y de escucharla. Me compartió parte de lo que se había dicho ese día, y eso incluye una revelación delicada. De acuerdo con esto, con lo que Stephenie había mencionado durante aquella reunión, la verdadera razón por la que Bella abandonó Phoenix, justo cuando abre el primer libro, es que Phil se le insinuaba y había tenido actitudes que podrían considerarse como acoso. Por eso al verse cuestionada por Edward acerca de los motivos que la llevaron a mudarse a Forks Bella es tan vaga y evade el tema. A pesar de odiar tanto ese lugar, era preferible estar ahí que en una situación como la que enfrentaba en casa.

Esta revelación nos hace volver a temas que ya habíamos mencionado anteriormente en este espacio, como el de los tintes de violencia de género que con cierta frecuencia aparecen en los libros. Aunque queda claro que la postura es en contra de estas actitudes, el hecho de que tengan tanta presencia, tanta repetición, con tantos personajes, también es indicador de problema. ¿Por qué? Porque se atrae la atención a actitudes y situaciones que no son necesarias para la trama, y las ponen directamente a la vista de los lectores, quienes quizá nunca se habrían puesto a pensar en ello sin haber tenido el estímulo tan presente.

Independientemente de si se llegara a confirmar oficialmente todo lo referente a Phil, los patrones de violencia, concretamente hacia las damas, aparecen claramente. Dentro de la Saga, muchas mujeres han sido víctimas de algún tipo de agresión: Bella, Esme, Rosalie, Siobhan, Victoria, Tia... Bueno, basta con decir que en The Short Second Life of Bree Tanner, cuando Bree conoce a Riley y éste le ofrece ayudarla (cuando le invita la hamburguesa), ella cree que Riley le pedirá algún tipo de “favor” en pago por la comida y la protección. Qué tipo de favor tiene en mente Bree queda claro, y aún así decide irse con él, por falta de otra opción. Aquí ya básicamente tenemos a una niña de quince años dispuesta a venderse por no quedar en el desamparo. Que hay casos así en el mundo real, sí, por desgracia los hay, y muchos. Pero, ¿era necesario insinuar uno en Twilight?

El ejemplo más contundente y triste de todo esto es Leah. Como quiera que sea, en los casos de las demás tuvieron su compensación u oportunidad de vengarse, ya sea directa o indirectamente. Pero Leah jamás tuvo esa oportunidad. Desde el momento en que entró a la mandada estaba claro que se le hacía menos simplemente por ser mujer, y el hecho de que fuera la ex novia de Sam se le adjudicaba como un defecto, a pesar de que es más evidente que en todo ese episodio la mayor víctima fue ella. Y el punto aquí es que jamás logra romper este ciclo; de acuerdo, sí consigue separarse de la manada de Sam, pero es sólo muy gradualmente que Jacob empieza a respetarla, y nunca consigue la felicidad que sí tuvieron prácticamente todos los demás en la Saga. Al cierre de Breaking Dawn Leah seguía sola y frustrada, mientras que sus compañeros y hasta su madre estaban ya, o habían empezado el camino hacia, la felicidad con alguna pareja. Lo repetiré por siempre: la peor injusticia de la Saga es la historia de Leah. A veces las agresiones menos explícitas son las más crueles.

Puede que estas opiniones que expreso aquí suenen un tanto censuradoras y cerradas, así que permítanme explicar algunas razones. Algo que vale la pena recordar es que una parte significativa de la audiencia de Twilight es muy joven, niñas incluso, y quizá algunas no estén preparadas para alusiones o contenidos tan fuertes. Puede que aquí me vea muy conservadora, pero sí creo que hay tiempo y espacio para todo, y una historia que es principalmente de amor, y que llega a públicos todavía sensibles y en proceso de maduración, no es precisamente el mejor escenario para manejar a tal nivel la temática de la violencia sexual. Sí es bueno crear conciencia en una etapa temprana, pero insisto, hay formas y hay lugares. En todo caso sería mejor que esa guía se ofreciera en casa, donde la responsabilidad la pueden (y deben) asumir los padres.

Por si fuera poco, a nivel de lectora y fan, por supuesto que es doloroso ver a uno de tus personajes favoritos sufrir, ahora piensen que son varios (varias), y esencialmente es el mismo ataque en todas. Resulta difícil estar constantemente hallando muestras de sufrimiento en gente a la que le he tomado tanto cariño (el hecho de que sean personajes ficticios tiene nulo impacto en el corazón), y peor aún cuando se trata de agresiones tan horribles y cobardes. Siento que una o dos podrían justificarse, como el episodio de Bella en Port Angeles y la historia de Rosalie, pues ambas aportan elementos importantes a la trama y sirven de base para el desarrollo, pero de ahí en fuera el resto sí las considero del todo innecesarias. Una de las características más hermosas de Twilight es que se trata de una historia feliz, sin muertes injustificadas al por mayor, y sin hincapié en cosas demasiado perturbadoras, entonces, ¿por qué ser tan crueles hacia las mujeres, cuando no hay razón alguna? Es inapropiado, e irrespetuoso.

Pero bueno, ya basta de cosas sórdidas. A disfrutar la vida. No olviden dejarnos sus comentarios y opiniones, se vale debatir sobre los temas que mencionamos. Este espacio es para ustedes, nunca lo olviden. Cuídense mucho, sean felices, y hasta el próximo Twilight Tuesday.

XOXO

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Recomendación de la Semana

Part Of That World - (Sierra Boggess)

Pasada la densidad, alegrémonos la vida. Esta canción clásica de La Sirenita cobró nueva vida en 2008, cuando Disney llevó la historia a Broadway, siguiendo con el éxito que en su momento tuviera la adaptación de La Bella y la Bestia. Para esta producción Ariel corrió a cargo de Sierra Boggess, quien ya tenía gran experiencia en los escenarios. Les recomiendo su interpretación de Part Of That World por lo hermosa y conmovedora que es. La versión original de Jodi Benson y la adaptación latinoamericana con Isela Sotelo son igualmente gloriosas, pero la manera de cantar de Sierra, con una voz más dulce y pura que las otras (quizá sólo Marie Galey, quien dio voz a Ariel en Francia, podría ganarle), sobresale por lo verosímil que es su interpretación; recordemos que Ariel tiene apenas dieciséis años, y Sierra logra imprimirle toda la ingenuidad que requiere su edad. Prepárense para el golpe emocional que provoca sobre todo la segunda mitad de la canción, pues también el arreglo orquestal fue modificado para hacerla más espectacular al final. Una auténtica belleza.