Cap 16: La Mejor Inversión de sus Vidas

Por Diana Méndez   Publicado a las  10:37 a. m.   4 comentarios


Capítulo 16

Bella llega un poco más tarde de lo que había planeado. Deja parqueado su automóvil en la glorieta de la entrada, enseguida de la fuente.

—Taylor, guarda el auto en el garaje —le ordena a su empleado.

—Sí, señora. —Taylor agacha su cabeza y pasa enseguida de ella para llevar el auto hacia el patio para lavarlo antes de guardarlo.

Isabella sube los pocos escalones para entrar, y cuando pasa por el salón, escucha el teléfono sonar. Viendo que no hay nadie por ahí merodeando para contestar, va ella y descuelga el teléfono de un golpe.

—Diga —saluda con voz dura.

—Buenas noches, lamento llamar tan tarde. ¿Se encuentra el señor Cullen? —pregunta una voz mayor a través del teléfono.

—Habla la señora Cullen. —Bella resalta el decir quién era ella, pensando que tal vez era una de las amiguitas de su esposo.

—Buenos noches, señora Cullen, hablo del St. Columba's College —dice la mujer. Bella frunce el ceño sin entender—. Llamaba para notificarle que su hijo está en perfectas manos. Me gustaría hablar con el señor Cullen, él pidió que todo se relacione con él.

—El señor Cullen no se encuentra ahora. —Bella extiende su cabeza para ver si alguien la está viendo—. Puede hablar conmigo de lo que sea, yo le notificaré a él.

—Por supuesto. Bueno, como verá, su esposo había dado la orden de que todo lo que el joven Scott quisiera, se le diera. Su hijo no quiso una habitación única, como su esposo había requerido, sino que su hijo se sintió demasiado solo y quiso dormir junto con un compañero de dormitorio. También le aviso que el joven Scott tiene como clases Matemáticas I, Matemáticas II, Matemáticas III, Tecnología, Español, Inglés II, Francés, Alemán, Italiano, Literatura, Artes, Biología, Física y Química. Nunca había visto a un estudiante que eligiera todas las materias. A él parece gustarle mucho el colegio. Además, se unió al equipo de soccer, americano, baloncesto y natación; así como también entró al Taller de dibujo y arquitectura.

— ¿Tienen un Taller de arquitectura? —pregunta Bella, impresionada.

La señora se ríe.

—Por supuesto que sí, el colegio es de los mejores en el mundo. Su hijo tiene un excelente comportamiento, y es muy disciplinado y educado. He visto también que ha estado rondando a una señorita de por aquí.

A Bella no le gusta nada cómo la señora se refiere a la muchacha.

— ¿Qué tiene de malo eso? ¿Los estudiantes no pueden tener pareja? —pregunta.

—Eso no está prohibido, pero creo que usted querrá que su hijo se relacione con jovencitas de su mismo estatus. La señorita Bloom es hija de la cocinera, así que no creo conveniente...

—Mi hijo puede salir con quien quiera. Nosotros nunca hemos juzgado a alguien por su situación económica, así que por favor no se meta —Bella la corta.

—Claro, no se preocupe. —La señora se incomoda, Bella lo nota—. Por favor, avísele al señor Cullen que le llamaré mañana para notificarle todo. Que tenga buenas noches. —La señora cuelga.

Bella traga el nudo que trae en su garganta, incrédula. Deja el teléfono en su lugar y camina lentamente hasta la silla de cuero negro que hay ahí, sentándose torpemente. No puede creer lo que acaba de escuchar, era algo casi imposible. Había estado odiando a Edward todo este tiempo y había aceptado declarársele, dejando de lado todo eso que él le hizo pasar, para nada. Edward permitió que Bella le dijera todas esas cosas malas solo para proteger a Scott. Entonces, después de todo, Edward sí se preocupaba por Scott. Lo había adoptado y lo había llevado a estudiar a otro lugar solo para protegerlo de las garras de su padre. Bella se siente una pésima persona al recordar que le había dicho a Edward que lo odiaba solo por llamar a Protección Infantil.

Respirando profundamente, piensa en algo que hacer. Seguiría con sus planes de "enamorar" a Edward, y después le preguntaría todo sobre Scott.

Se pone de pie y sale del salón. Sube las enormes escaleras y camina hacia la habitación de Edward. Cuando entra, ve que la habitación está vacía, pero escucha el caer del agua de la regadera. Mira hacia el reloj del buró y ve que eran las 7:20 p.m. Sí, se le había hecho tarde.

Decidiéndose por fin ahora, empieza a quitarse sus tacones, dejándolos a un lado. Se saca la blusa por la cabeza y baja su falda por las piernas, quedando solo en las pequeñas prendas de ropa interior. Se echa una ojeada en el espejo, viendo si lo que trae puesto es sexy. Sí, definitivamente lo es.

El conjunto es todo blanco, con delicados encajes que la hacen ver tierna y sensual a la vez. Toma el cepillo entre sus manos y desenreda su cabello, dejándolo caer suavemente sobre sus hombros. Saca el perfume de su bolso, que había dejado sobre la cama, y se echa un poco en su cuello. Mira los tacones que están en el suelo, y se agacha a recogerlos, sentándose en la orilla de la cama para ponérselos de nuevo. Recuerda vagamente que Edward tiene un fetiche por los zapatos de tacón. Se pinta los labios, un poco más, de rojo y camina hacia la puerta de la habitación, poniéndole seguro. Se dirige hacia la puerta del baño, meneando un poco sus caderas.

Al entrar al baño, se da cuenta que Edward ya ha salido de la ducha, y se encuentra frente al espejo de cuerpo completo, observando su cara. Edward a veces es muy vanidoso.

Edward desvía la atención de su propio rostro, para devorar con la mirada el cuerpo de Isabella. Ella le sonríe y él le corresponde a su sonrisa.

—Hola —le dice él sensualmente.

Bella camina hacia él, meneando sus caderas. Se para detrás de él, rodeándolo con sus brazos y recargando su cabeza en su espalda. Edward es mucho más alto que ella; Isabella ni siquiera pasa de los hombros de Edward.

—Hola, mi amor —le saluda Bella con una sonrisita en su rostro.

Edward frunce su entrecejo, pero se gira para quedar frente a ella. La abraza de nuevo y posa sus manos en su cintura.

— ¿Puedo saber por qué estás tan cariñosa hoy? —le pregunta Edward.

Bella levanta su vista, sonriendo.

—He decidido rendirme —le contesta simplemente.

Edward la mira confundido.

— ¿Rendirte en qué?

—Contigo. —Ella se aprieta más cerca de él—. Quiero llevar un buen matrimonio contigo, Edward. No quiero que seamos como todas las parejas de nuestra sociedad. Se casan odiándose, y viven y mueren odiándose —explica—. Yo no quiero eso, y creo que es hora de tomar cartas en el asunto.

— ¿Un buen matrimonio? ¿A qué te refieres con eso? —Edward baja sus manos hasta su trasero.

—Ya sabes, lo primordial. Una dulce esposa que espera a su buen marido del trabajo para cenar juntos. Una relación amistosa, bonita. —Bella se sonroja por lo que dirá a continuación—: Sexo todos los días, como los esposos jóvenes tendrían que hacer.

—Miss Sonrojos está de regreso —le dice Edward burlándose. Ella le sonríe—. Acepto lo de llevarse bien, pero tengo que salir ahorita. —Él se gira, separándose de ella bruscamente.

Bella parpadea en shock, incrédula por lo que Edward acaba de hacer. Edward trata de acomodarse el cabello, pero resopla a cada segundo por lo indomable que es.

Ella no sabe cuándo empieza a llorar, pero se da cuenta de eso cuando siente el sabor salado en sus labios. Edward la escucha y voltea a verla a través del espejo.

— ¿Qué pasa? —le pregunta.

Bella trata de contener la ira que siente, pero le resulta tan imposible ser buena persona con Edward.

—Eres un idiota, Edward. Acabo de decirte que trataré de ser amable contigo, de llevar una buena relación sin tantas peleas, y tú solo dices que aceptas, pero te das la vuelta dejándome —le reclama.

—Bella, tengo que salir —se excusa Edward.

— ¿A dónde? —pregunta con una ceja alzada. Ve que Edward mira a otra parte, separándose de la conexión con ella.

—Cena de negocios. Iremos a celebrar que cerramos un trato por fin —miente.

Los ojos de Bella se llenan de lágrimas y se da la vuelta saliendo de ahí, lastimada porque Edward puede mentirle de esa manera.

Edward la sigue afuera del baño, con una toalla rodeando sus caderas.

—Bella, ¿qué te pasa? —le pregunta, tomándola por el codo.

—Llévame contigo a esa cena —le dice ella.

—No, no puedo. Iremos puros hombres —vuelve a mentir.

Ella se gira, tirando su brazo lejos de él.

— ¡Odio que me mientan, Edward! —le reclama—. Sé que no irás a una cena de negocios, no puedo creer que pienses que soy tan estúpida como para creerme eso.

— ¿Cómo lo sabes? —le pregunta él, aceptando todo después de unos segundos.

— ¿Eso realmente importa, Edward? —Él niega con su cabeza. Ella se acerca a él, un poco nerviosa—. Te he dicho que quiero intentarlo bien contigo, y tú te quieres largar a otra parte. —Más lágrimas salen de sus ojos—. Solo dime que no y yo dejo de molestarte, y tú puedes seguir haciendo lo que quieras, pero por favor no digas que sí y después te vas con tu amante —le pide.

— ¿Qué quieres que haga, entonces?

—Solo quédate conmigo —le vuelve a pedir.

Edward cierra sus ojos, respirando un poco, acercándose a Isabella. Besa sus labios suavemente, deleitándose de su sabor, sin prisas. Bella se relaja y lleva sus manos hacia la nuca de él, tirándole de los cabellos. Edward posa sus manos en la cintura de ella, arrastrándola hacia la cama.

La recuesta delicadamente, separándose un poco de ella para desabrochar su brasier. Sus pechos se liberan y él rápidamente engulle un pezón con su boca, rozándolo con los dientes y lamiendo con su lengua. Hace lo mismo con el otro y repite el proceso varias veces.

.

.

.

Isabella se acurruca más junto a Edward, reposando su cabeza sobre el pecho de él. Estaban acostados en la cama, tapados por el edredón calentito. Afuera está lloviendo.

— ¿Por qué no me dijiste que habías adoptado a Scott? —le pregunta Bella, tranquila.

Edward deja de respirar un momento. Ella lo nota.

— ¿Qué? —pregunta él, tratando de lucir confundido.

Ella alza su cabeza, viéndolo fijamente.

—Odio que me mientan y que me nieguen las cosas. Sé que adoptaste a Scott, no lo niegues, por favor.

Edward asiente.

—Sí, lo adopté. ¿Cómo lo sabes? —le cuestiona.

—Cuando llegué el teléfono estaba sonando y nadie contestaba. Hablaban del colegio. La señora dijo que te llamaría mañana temprano —le avisa.

—Oh, de acuerdo —agradece él.

— ¿Por qué? —pregunta Bella.

Edward sabe que se refiere a por qué se lo había ocultado.

—Quería protegerte a ti y a él —confiesa Edward en voz baja.

— ¿De quién?

—De todos —contesta, encogiéndose de hombros—. Yo podría haberte dejado que lo adoptaras, pero no quería que nadie les dijera nada, ¿no sé si me entiendes? Mi padre, principalmente, hubiera hecho lo imposible para que Scott no viviera con nosotros, y si él resultara lastimado, yo sé que nunca me lo perdonarías.

— ¿Y preferiste llevarlo lejos? —pregunta.

—Sí —afirma Edward—. Tenía planeado que Scott regresara a eso de los 18 años, pero creo que mejor dejaré que estudie la universidad allá. Quiero que cuando él regrese, les demuestre a todos que es un hombre capacitado para mi empresa o lo que él decida estudiar. No intervendré en eso.

—Es muy generoso de tu parte hacer eso —le felicita Bella, dándole un beso en los labios.

—Sí, no sé. —Se queda callado unos momentos—. Perdón, Bella. Sé que debí decírtelo, pero sé que si lo hubieras sabido antes hubieras hecho lo imposible por regresarlo; o hubieras guardado el secreto, pero un día explotarías y lo gritarías —murmura en voz baja.

Bella sonríe.

—Sé por qué lo hiciste, aunque yo también te debo una disculpa. Ese día te dije muchas cosas...

—Que me odiabas, principalmente —le interrumpe Edward.

—Sí, principalmente. —Se sonroja—. Pero sabes que eso no es verdad, sabes que nunca podría odiarte, ¿verdad?

—Eso espero, Bella —comenta Edward.



Holy, bebés:3 Pues aquí estoy de nuevo con la actualización. Bella dejo a un lado su "orgullo", & parece ser que las cosas van bien. Trataré de ya no enredar tanto las cosas, pero aún falta algo más de sufrimiento para terminar con el fic.

Gracias por sus reviews, alertas y favoritos, eso siempre me hace el día. Sigan así y les regalo a Robert Pattinson en tanga 6.6 Que rico!

Por cierto, tengo una hermosa amigososa bebé que se llama Cony Peña Alvarez & ella está escribiendo su libro. He leído los cuatro capítulos que lleva y queda de wow :o Ella me pidió si podía adaptarlos para que ustedes lo conocieran, y yo creo que lo haré. Se que tengo muchas cosas que les he prometido, pero sigo viva y puedo tratar de terminar:B

No recuerdo que otra cosa les iba a decir, asi que recuerden que las amo ah: )

Lullaby SH -la chica que perdió el paño de sus lentes-


Acerca del Autor

Nos dedicamos a brindar información a todos los fans de la Saga Crepúsculo. Desde entonces nos hemos encargado de cubrir premieres, eventos, actualizar día a día nueva información sobre el cast. Después de que terminó la épica Saga en Noviembre del 2012, seguimos los proyectos de cada actor como corresponde.
Lee más en: Conócenos

4 comentarios:

  1. Anónimo7/21/2013

    oww sigueelaa pliiss

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  2. camila7/22/2013

    me encanto sta muy bueno ojala actualices pronto porfa xau

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  3. k bueno k ayas podido actualizar este fic me encanta y cada capitulo es mejor... plis no tarde mucho en subir el proximo :D

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  4. Anónimo9/04/2013

    Porfissss sigue con tu historiaa, me gusta mucho pero aveces demoras mucho en subir un nuevo capitulo, gracias!

    ResponderEliminar

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