Cap 49: Eterno Amanecer

Por Diana Méndez   Publicado a las  5:11 p. m.   1 comentario


CAPITULO 49 – MOMENTOS DECISIVOS

Leah POV

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Ver entrar a Jacob por la puerta me causo una enorme emoción. Seth, que había crecido unos cuantos centímetros, se abrazó a su hermano cual garrapata. Luego fue el turno de Papa, que estiraba sus brazos con lágrimas en los ojos. Jacob también, emocionado, hizo del contacto un momento único, prolongado y silencioso... Aunque yo podía escuchar sus locos corazones. No podía estar más feliz de tenerlo en casa!

Con Tony también el abrazo fue sentido. Hizo algo que no entendí pero ambos se rieron y negaron con la cabeza, como que no tenía importancia o... no dirían nada? Tony apoyó su dedo a un lado, cerca de la frente de Jake. Me pareció notar una casi invisible cicatriz que se aventuraba entre su cabello. Respete el silencio y no dije nada. Aunque apele a mi sentido de loba para preguntar

-Hermano, estuviste herido? – me miro e inclino la cabeza hacia un lado como diciendo "no preguntes" – Dime...

-No fue nada! Estoy bien y estaré bien... – y bajo la cabeza – Tuve suerte! – Tony también imito su gesto frunciendo el ceño. Imagino que podía ver en su cabeza cosas que yo no.

-No quieres hablar de esto?

-No. Por Papa... Por Nessie – asentí y deje el tema.

Nessie no dejaba de acariciar su mano. No podía imaginar lo que sentía. Yo me volvería loca si Tony se fuera o si no estuviera conmigo. Aunque él se sentía bastante frustrado estos días. Me decía que odiaba no poder ayudar de alguna manera. Lo convencí de que la mejor forma era estando conmigo y con su familia, ahora que los hombres jóvenes de la tribu debían sumarse obligatoriamente a pelear esta estúpida guerra.

A Jacob no le gustó nada la noticia. Sentía que descuidaba la reserva y a nuestra gente. Pero quedaba el Consejo, yo y Tony ayudaría. Los Cullen me ayudarían... O lo que quedara de ellos en Forks. Emmet y Rose se habían ido a Europa hace ya meses y ahora Jasper se iba a Washington.

Cuando iba a servir el almuerzo Nessie y Tony se disculparon y dijeron que debían partir. Jake se sorprendió y pregunto la razón:

-Amor, debo hablar con mis padres y además consideramos que es importante que estén ustedes solos en este momento. Han sido semanas muy difíciles.

-Pero Nessie... Ustedes son nuestra familia también! – Billy asintió, aunque me sonrió y me guiño un ojo agradeciendo nuestro gesto.

-Hey, cuñado... No te iras hoy, verdad? Nos veremos más tarde o mañana. Disfruta esto en familia. Vendremos luego. –Tony se acercó y dejo un beso en mis labios y acaricio mi mejilla. Sabiendo que me escuchaba le dije en mi cabeza:

-Te espero luego! Sabes que ya no puedo dormir sin ti! – él me sonrió y volvió a besarme a lo que Jake me miro levantando una ceja.- Y tú no eres quien para reprochar nada, si mal no recuerdo!

Él se sonrojo y se levantó para acompañar a Nessie a la puerta. Al llegar a la galería le dio un abrazo fuerte y la beso como si se fuera mañana. Se sentía en la piel lo mucho que la había extrañado. Al entrar se sentó a la mesa mientras yo servía su comida preferida: Cordero al horno con papas y patatas dulces.

-Mmm... Hermanita! Esto huele de lujo!

-Es en tu honor!

-Lo extrañare! – Seth bajo la cabeza algo triste. Este niño era tan tierno que uno quería todo el tiempo darle de abrazos todo el tiempo. – Vamos, Seth! No te pongas así... Me pondré triste y deseo que estemos felices hoy. Los he extrañado mucho!

-Nosotros también! – dijo Papa.

-Como ha estado todo por aquí?

-Difícil, también. De la manada casi no queda nadie. Todos se han enrolado. Vendrán el sábado antes de partir y habrá reunión de Consejo. Estarás aquí?

-Eso espero.. No lo sé aun. – y ataco su plato como si no lo hubiera comido en años.

-Que deseas hacer después? – pregunte

-Deseo quitarme mi ropa y correr como un lobo por el bosque. Sentirme libre... como en mucho tiempo no lo he hecho.

-Solo o acompañado? – pregunte sonriente.

-No, vendrás conmigo! Correremos un rato sin preocupaciones. - Y nos reímos, porque Seth rezongaba por lo bajo al no poder compartir con nosotros ese momento.

Y así trascurrió parte de la tarde, en complicidad con mi hermano, sentados en la cima de la montaña, observando el bosque como en las mejores épocas y donde él pudo compartir conmigo el horror que había vivido y la tristeza de perder a sus amigos y compañeros. Vaya forma de madurar!

Renesmee POV

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Salimos de la casa de los Black algo callados con Tony, pensativos ambos en los tiempos que vivíamos. Sin querer terminamos en el puente de sequoia sobre el gran rio. Comenzaba a correr caudaloso de nuevo, alimentado por los deshielos. Ya solo quedaba algo de nieve en las márgenes. El invierno partía pero sentía que se quedaba en mi interior. Debía afrontar que no vería a Jake en mucho tiempo y eso provocaba que extrañara aún más el calor de su piel.

Nos sentamos sobre el puente con los pies colgando y Tony estiro su mano hacia mí. Le sonreí y lo mire algo melancólica. Quería conversar como antes. Como siempre... Tome su mano y el la encerró entre las suyas.

-Hace mucho que no conversamos así. Por qué? – mi hermano mimoso preguntaba en forma tierna

-No lo sé... No creo que sea porque hemos cambiado.

-No lo hemos hecho. Solo maduramos un poco.

-Lo sé... – y suspire.

-Intentaras casarte. Aprovecharas que él está aquí... – y no fue pregunta. Me reí.

-Así es! Imagino que si tú lo sabes, todos lo saben.

-No, solo nosotros cuatro – y rodé los ojos. Pero me sorprendí un poco.

-Cómo es que Mama o Papa no intentaron sermonearme? – él se rio con ganas.

-Saben que es una batalla perdida! – y ambos nos reímos – Jake sabe?

-No... Voy a preparar todo y luego le preguntare. – y se sonrió pícaro y de lado. Me recordó a Papa su gesto.

-Eres una mujer moderna? Tú propondrás? – y levante los hombros.

-No, él ya lo hizo. Solo acortare el camino.

-Tienes casi todo arreglado...

-Sí, ya fui al ayuntamiento a pedir nuestro certificado que tiene fecha para el martes, a las 11 horas. Ya compre mi vestido... – y le mostré mi imagen con el vestido sentada junto a la ventana de la mansión, con una gran rosa en el pelo de las que la abuela tiene en el invernadero. Él sonrió

-Estarás muy hermosa! Creí que ibas a usar el vestido de Mama.

-Me hubiera gustado realmente! Pero no podré tener una boda como ella, ni una luna de miel, así que lo único que deseo es ser la .

-Entiendo. Cómo es que la tía Alice no te ha descubierto o al menos sospechado?

-Ella cree que me la paso imaginando como será mi boda... En realidad, la he estado confundiendo un poco. Sabes cómo es! Enseguida hubiera querido organizar todo. Quería hacerlo yo misma. Agradezco que Mama me lo haya permitido.

-No tienes idea de lo que le ha costado! El otro día Papa la consolaba. Pero te entiende. Dice que cuando conoció a Papa ella se la pasaba imaginando como seria casarse con él. Pero luego tuvo a las tías y a la abuela para ayudarla y para ella era especial, ya que su madre había muerto hacía tiempo. Creo que sería bueno que la hagas parte. Eres su única hija. La harías muy feliz! – y pensé en mi Madre y me di cuenta que era buena idea. No tuve en cuenta cuán importante seria para ella o para Papa.

-Ahora mismo! Volvamos a casa.

-Una carrera? – pregunto pícaro.

-Ya verás tonto quien gana! – y lo solté y salte a la orilla por sobre el rio para ganarle unos metros, pues él siempre había sido más veloz.

Como siempre las carreras a lo Tony eran a los empujones y haciéndonos trampa. Pero al entrar en la casa riéndonos, nos encontramos a todos sentados en la estancia, como pendientes. Note a la tía Alice cruzada de brazos y con mirada molesta sentada junto al Tío Jasper. Eleve mis ojos al cielo. Ya sabía lo que me esperaba! Tony se desplazó y se sentó en el brazo del sillón junto a Mama quien me miraba expectante.

-Veo que nos estaban esperando... – mire a Tony y ahora entendí mejor lo de nuestra conversación. Tal vez solo Papa nos había escuchado. – Gracias hermano! –comente en mi cabeza para él, a lo que me respondió con un guiño en complicidad.

-No, hija. Solo aprovechábamos el momento y nos sentamos a charlar. – dijo Papa y asintió como dándome coraje.

-Bueno, aprovechando el "momento", les diré que... planeo casarme en dos días y necesitare de su ayuda. Qué te parece, Mami? – se le llenaron los ojos de lágrimas y corrió a abrazarme.

-Siempre, mi cielo! – susurro. Emocionadas ambas no podíamos soltarnos.

Cuando lo hicimos, la abuela se sumó al abrazo. Papa, Jasper, el Abuelo y Tony estaban de pie observándonos con una gran sonrisa. La tía no se movía de su asiento. Me acerque a mi padre a abrazarlo y el beso mi frente con fervor.

-Te amo, hija! Te amamos todos! Nunca lo olvides... - y luego fue el turno del abrazo con el abuelo, el tío y mi hermano. Cuando llegue a la tía Alice, me senté junto a ella que me miro por el rabillo del ojo.

-No estés enojada, tía! Lo siento! Pero necesitaba hacer esto por mí misma.

-Sí, Alice... Vamos! Yo soy la que debería estar molesta y heme aquí. – dijo Mama enredada en los brazos de mi padre.

-De acuerdo! Pero no está bien jugar con la mente de tu tía! Tienes un vestido o...

-O si, ya lo compre hace dos semanas. Vamos a mi cuarto. Abuela, Mami... les gustaría verlo?

Y así entusiasmadas subimos todas a que les mostrara mi vestido y las ideas que tenía para arreglar mi cabello. Enseguida Mama fue a su habitación y trajo las sandalias bordadas que había usado en su boda, la abuela unos pequeños pendientes de diamante que uso en su boda y que también mi madre llevo en la suya y la tía Alice trajo de su cuarto un pequeño arreglo para mi pelo que consistía en un breve velo con unas flores pequeñas en un tono rosa muy suave. Era perfecto! En un santiamén me hicieron vestir y pararme frente al gran espejo entero que había en mi cuarto. Éramos cuatro tontas lloronas y emocionadas frente a mi imagen. Mama se paró tras de mí y me abrazo.

-Pensar que hace tan poco eras un bebe, mi vida! Me haces feliz. Tu padre estará muy feliz también. – y arreglaba mi falta amplia aunque corta. – Que dijo Jacob? – seque mis lágrimas y me reí

-Jake todavía no lo sabe! – y todas me miraron asombradas. Mama rio con ganas.

-Bueno, esta si será una sorpresa! – y nos reímos más.

Al llegar el crepúsculo, tocaba a su puerta sabiendo que estaba esperándome. Al abrir tomo mi mano y me empujo al interior para ponerme contra la pared y besarme de forma feroz. Se apoyó sobre mí con todo su peso agachándose un poco mientras sus manos viajaban sobre mi cuerpo como cerciorándose que yo era real. Su boca se fijó en mi cuello y su lengua jugo con el lóbulo de mi oreja disparando mi corazón y haciéndome sentir que mi respiración se perdía. Su boca volvió a la mía hambrienta primero, y dulce y suave después para finalmente abrir los ojos y quedarnos enredados en nuestras miradas. Sin una palabra, nuestras respiraciones agitadas volvían a la normalidad lentamente.

-Demoraste mucho... – y empezó a dejar breves besos en mis mejillas y en mi cuello.

-Lo siento, estaba haciendo... cosas. Quería que descansaras!

-No deseo otra cosa más que estar contigo! Te quedaras conmigo hoy? – sonreí y lleve mis manos a su rostro. Ante mi caricia el cerro los ojos y exhalo fuerte.

-Sí, me quedare aquí hoy. Pero solo hoy! – y me reí cuando él me levanto entre sus brazos para llevarme a la cama. Me deposito sobre ella y se acostó junto a mí. Acaricio mi rostro y mi cabello como si fuera a romperme.

-Te he extrañado tanto... Tanto! – y su beso llego leve, sentido.

-Y yo a ti! – nos besamos y trate de detenerme para no dejarme llevar. Ya tendríamos tiempo. Lo primero es lo primero – Amor... Te quedas hasta el jueves, no? – susurre mientras el mordisqueaba mi cuello.

-El Coronel creía que si pero hay algo más que debe resolver y lo haremos el domingo a primera hora. Tendremos casi una semana! – dijo levantando sus cejas en gesto pícaro, cosa que me hizo reír.

-Ah, eso se ajusta perfecto a mis planes! Aunque ya tenía confirmación que estarías con seguridad hasta el jueves esperaba que no hubiera ningún cambio de orden de último momento.- sus ojos me mostraron sorpresa y se apoyó boca abajo sobres sus codos para mirarme mejor. No pude más que sonreír.

-Qué significa que tenías "confirmación"?

-Bueno, es que hable con el Coronel el otro día... – y el frunció el ceño y se sentó en la cama. Lo imite y me puse sobre mis rodillas para mirarlo mejor.

-Cómo es eso? – parecía molesto.

-Bueno, no te enojes!

-No me enojo, solo me sorprendo.

-Bueno, sé que te iras... Te das cuenta que no sabemos cuánto tiempo estaremos sin vernos? Yo no podré viajar a verte a ninguna parte. Estaré aquí esperándote, ansiando cada instante porque vuelvas a casa sano y salvo. – y metí mis dedos entre su cabello y toque la casi invisible cicatriz que se perdía en su cabeza. Molesto se paró de la cama.

-No hagas eso.

-Ya lo había notado. No tienes que ocultarme nada Jake! Además, si quieres hablar estoy aquí para ti, Amor...

-De eso hablaste con el Coronel?

-No... – Y él ya iba a discutir cuando no lo deje – Hable con el de otra cosa. Esa tarde primero charle con mi tío al que llame después que me confirmara que venían a casa. El llamado era para hablar contigo pero en lugar de eso se me ocurrió darte una sorpresa y por eso pedí hablar con tu jefe.

-Sorpresa? – y se relajó un poco en la expresión. Me pare y fui hacia él, lo tome de la cintura y me apoye sobre su cuerpo a pesar de que el aun tenia cruzados los brazos.

-Si, Jacob Black! Mmm... Me harías el enorme honor y accederías a darme la mayor de las alegrías casándote conmigo? – me miro desconcertado para después sonreír

-Cariño, esa pregunta ya la hice yo hace algunos meses. Por supuesto que sí! No entiendo... – puse mi mejor cara de inocente y lleve un dedo a mis labios como las chicas de calendario que ahora se veían por todos lados.

-Oh, claro... – y reí – Que tonta! Es decir: Aceptarías casarte conmigo... este martes? – y él me sonrió alegremente. Pude sentir como su corazón se aceleraba mientras sus brazos volvían a rodear mi cintura.

-El... martes?

-Sí, tenemos cita en el ayuntamiento a las 11 de la mañana y me encantaría que me acompañaras vestido en tu hermoso uniforme... Teniente. Me harás una dama respetable? – y sonreí con todo mi amor y todo mi ser para trasmitirle cuan feliz y orgullosa estaba.

-Teniente? – susurro.

-Si! El mismo martes llegara tu nombramiento y yo estaré ahí como tu esposa para presenciarlo... Eso, si me aceptas! Serás mi esposo?

Entonces sonrió y pasó sus manos bajo mis brazos, alzándome sobre su cabeza y haciéndome girar. Me bajó para besarme y arrastrarme hasta la cama donde me desvistió a toda prisa. Aunque al llegar a mi enagua ganó su impaciencia y la rompió. Sus ojos me escrutaron y se me escapo un suspiro profundo que solo reflejaba mis ansias y mi nerviosismo. Siempre me preguntaba que cruzaba por su cabeza cuando me miraba con tal intensidad. Y pareciendo escuchar mi pregunta, me dijo en un susurro:

-Doy gracias a Dios por estar aquí y poder mirarte... Poder tocar la seda de tu piel, el terciopelo de tus labios. Soy un idiota suertudo y te amo! Te amo tanto, tanto que pierdo la compostura y toda cordura por ti. Tanto tiempo imagine tenerte así conmigo que ahora que lo vivo por momentos me parece irreal. Y más aún cuando sé que en dos días serás mi esposa, mi compañera y mi razón de existir por el resto de mis días... Cada célula, mi mente, mi alma, mi cuerpo claman por ti y mi imprimación se vuelve más profunda y más poderosa solo con el simple hecho de tocarte. Ámame, Nessie... Así como yo te amo.

Y tome su boca y lo bese entre lágrimas. Tire de su suéter para que finalmente su piel tocara la mía. Él se paró y retiro el resto de su ropa para volver a mí con más ansias y más fervor. Entre mimos y caricias entro en mí poseyéndome de una forma maravillosa. Su peso sobre mí, el sonido de sus gemidos y de su cuerpo golpeando en el mío, los corazones a mil... Me perdía en cada exhalación y mi piel se rendía a cada una, sintiéndolo en cada corpúsculo. Mi cuerpo también clamaba por él lo mismo que mi alma. Y así seguiré atada a Jacob Black por el resto de mi vida.

El despertador sonó a las 5 de la mañana. Aún era de noche. Desnudos y abrazados nos costó despertar para así meternos en la ducha y empezar el día. Y lo iniciamos haciendo el amor bajo el agua caliente, locos y posesos de nuestro amor y nuestra piel. Era un atisbo de la vida que tendríamos en algún momento. Nos vestimos y desayunamos juntos. Me quede en la puerta despidiéndolo mientras él se iba al Hospital.

El alejarnos fue doloroso después de una noche así. Y me quede en su casa ordenando y dejando el lugar limpio y haciendo lugar para traer mis cosas ya que en menos de dos días, esta también sería mi casa. Emprendí la vuelta a la mansión a paso humano, lentamente, dejando que los restos de la neblina matutina y los perfumes del bosque invadieran mis sentidos completamente.

Al llegar a casa, la estancia estaba vacía. Pero entre las blancas paredes resonaban las notas del piano bajo las mágicas manos de mi padre, en el maravilloso y conmovedor Nocturno en Do# menor de Chopin.

La melancólica obra llenaba el aire y hacia que cada uno de los habitantes de la mansión detuviéramos nuestro accionar y nuestra respiración solo para disfrutarlo.

Cada nota me envolvía y me transportaba... Movilizaba mi corazón haciéndome reflexionar sobre Jacob, pero por sobre todo me llevaba a reflexionar sobre este momento, nuestro momento... El momento decisivo en que nuestras vidas cambiarían para siempre: finalmente dejábamos nuestra niñez atrás para volvernos adultos, para vivir nuestro amor como queríamos, como podíamos en tiempos tan difíciles... Me transformaré finalmente en una adulta, en una esposa y tal vez algún día, si el destino lo quería, en algo más.

POV del relator.

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El tren había recorrido kilómetros rodeado de montañas para llegar al bosque después de salir de la Ciudad de Friedrichshafen. Por momentos dejaba ver el Lago Constanza con sus aguas azules y profundas. Esa fue su última parada antes de llegar a Bregenz. Era el tren de las promesas, el de la libertad... Cada golpe sobre las vías y cada suave vaivén llenaba de esperanzas y expectativas a sus pasajeros. Varias de las familias que allí viajaban gozaban de un viaje confortable y ameno, prestos a reubicarse en la pequeña ciudad con la promesa de paz y seguridad.

Al abordar el tren, la bella mujer que los había recibido les había solicitado que quitaran de sus ropas la identificación obligatoria, que bajo la ley reinante los obligaba a llevar para diferenciarse de los demás. Estrellas de David que ellos mismo debieron proveerse y llevar sin excepción en todo momento.

La pequeña Alissa sonrió al ver como el semblante de su padre se relajaba y su madre, emocionada, se apresuraba a quitar las telas bordadas de las ropas que llevaban. Rebecca le quito el abrigo, desprendió el bordado y repaso el sencillo vestido rosa que la niña llevaba. Su rostro pálido y levemente pecoso, y su largo cabello cobrizo y ondulado se destacaba con ese color. Era tan bella como un ángel!

Quien los había llevado hasta allí se había quitado su capa y dejaba ver su impecable traje oscuro. Se destacaba su esbelta figura y su cabello rubio recogido en un chignon perfecto resaltaban su elegancia. Alissa estaba fascinada con la belleza vestal de la mujer de ojos dorados. La consideraba irreal. Incluso había dedicado una sonrisa a la pequeña de tan solo 10 años. Pero ella no era cualquier niña: era la mejor alumna en su clase y la violinista más destacada de la Real Academia de Música de Berlín.

Los Lehmman provenían de una familia prominente de aquella ciudad. La hermana de Adael Lehmman era la famosa soprano que se había radicado en Estados Unidos hacía ya unos 3 años. Él pensaba seguir los pasos de su hermana pero la guerra se les anticipo y en pos de buscar un salvoconducto, Bregenz y la Srta. Denali se le habían presentado como la gran solución.

Adael era pianista y junto a Alissa lograban con su interpretación del Nocturno en Do# menor de Chopin estremecer hasta las estatuas de mármol. Así fue como su camino se cruzó con el de Irina Denali, en una gala en el Palacio en honor al Führer. Ella decidió que su Señor estaría encantado con ellos y es así como lograron un salvoconducto para salir de la capital alemana. Con promesas de protección y un futuro para su familia, Adael y Rebecca no dudaron un segundo de aquella mujer.

Así, entrar en las lujosas instalaciones del Hotel Vulturi era como un Cuento de hadas. Mientras se acomodaban en las dos habitaciones señoriales, llenas de tapices y terciopelos recibieron al botones que traía una nota. En un delicado sobre color té con el escudo Vulturi en filigrana de oro se les solicitaba que esa misma noche realizaran una presentación frente a los huéspedes y a los dueños del hotel. Adael agradecido envió la inmediata respuesta con el botones aceptando tal honor.

Rebecca deshizo las maletas, retiro el único traje de gala que poseía Adael y el vestido de organza celeste de Alissa. A las 16 horas alguien golpeo a su puerta y la señorita Berta les anuncio que traía su te. Una hermosa mesa con manteles bordados y vajilla de porcelana, llena de sándwiches pequeños, dulces, y el mejor de los te en hebras de la India les fue dejado frente a ellos.

Rebecca se puso a llorar mientras Adael la confortaba entre caricias. Alissa, tímida, se dirigió a una breve trufa de chocolate que llego a su retina casi al instante que la mesa cruzo la puerta.

Satisfechos y felices, en sus mejores ropas, se aprontaron a afinar el violín de Alissa. Nuevamente la Srta. Berta los pasaba a buscar, llevándolos por los innumerables pasillos del bello hotel. Les pregunto si tenían su repertorio o si necesitaban algo para su presentación. Ellos indicaron que tenían todo lo necesario.

La sala era larga y rectangular con techos abovedados, con cargados grabados en oro, jarrones de lapislázuli y marroquinería barroca en color terracota. Las enormes arañas doradas lograban un lugar majestuoso. Los enormes y bellos ojos color almendra de Alissa no terminaban de captar lo hermoso del lugar. Algo nerviosa y un poco intimidada tomo la mano de su padre quien le guiño el ojo infundiéndole confianza.

Al fondo de la sala, al otro extremo de donde ellos brindarían su presentación, elevados por sobre todos los presentes, un balcón mostraba cinco bellos sillones oscuros con ornamentaciones doradas. Sentados allí, tres hombres en trajes oscuros los observaban a lo lejos, con aire señorial cual majestad por encima de los plebeyos. Por detrás de ellos y en los extremos, dos mujeres muy rubias, algo más atrás, se mostraban impávidas a su lado.

Rebecca, como buena madre, se acercó a su esposo y murmuro en su oído que no se sentía bien y que tanta opulencia la ponía nerviosa. Adael acaricio la mejilla de su esposa y le murmuro que estuviera tranquila, que todo estaba bien. Solo era una presentación más en un lugar hermoso... El lugar que pondría fin a sus preocupaciones.

En la sala se acomodaron los presentes rápidamente, lográndose un total silencio. A continuación las notas inundaron el lugar percutiendo sobre las texturas de paredes y techos logrando una acústica maravillosa y una atmosfera mágica. Adael miraba orgulloso a su bebe que divertida, tal como lo mostraba su nombre, brindaba un espectáculo único lleno de arte y talento. El repertorio llegaba a su fin y con él, era el momento de la famosa interpretación del Nocturno que los había llevado a presentarse en lugares como ese. Cada nota colmada de agradecimiento, conmiseración y ternura se deslizo por el lugar causando en la piel de cada uno de los presentes algo fuera de este mundo. Incluso para sus majestades Aro, Cayo y Marco Vulturi lo fue.

-Irina hizo bien en traerlos. Son maravillosos! – mencionó Marco en un susurro solo audible entre ellos. Cayo levanto una ceja y Aro bostezo.

-Me aburren.. Estos conciertos son siempre lo mismo. Esta... gente parece que lo único que han hecho en su vida es estudiar! Música, ciencia, economía, teología... – respondió Aro con signo de tedio.

-Deja que nuestro hermano se deleite con ellos. Por lo menos estos tienen verdadero talento! – respondió ácidamente Cayo.

-Oh, vamos! No será tu excusa para mantenerlos aquí? Eso podría ser peligroso. – Marco miro a su hermano de mal talante y este cambio automáticamente de semblante. Marco solía ser lapidario en sus sentencias y Aro nunca osaba desafiarlo... Por lo menos, no en su presencia.

-Ten cuidado, Aro! La pequeña vale cada pulgada del aire que respira. – Aro hizo una mueca burlona - No debes nunca subestimar a tu presa. No es un animal asustado y acorralado.

-Pues yo diría todo lo contrario, mi querido hermano! Qué son todos ellos sino eso?

-Son tu plan de resguardo, tu reserva... Tu alimento! No está bien jugar con la comida, Aro! Y además, eso denota muy poca clase! – Marco se levantó, extendió su mano hacia su esposa Sulspicia mientras los aplausos inundaban la sala convirtiéndose en un ruido ensordecedor. Cayo y Athenodora lo siguieron en total silencio. Aro se sonrió sarcástico y no dijo nada, mientras las notas iban bajando su intensidad y aletargando sus sonidos.

Tras la presentación y los aplausos, que siempre son una caricia para el alma del ejecutante, los Lehmman se retiraban a sus habitaciones. Pero al encarar la salida, Irina salió a su encuentro para felicitarlos y estrechar la mano de Adael a través del guante de seda rojo que formaba parte de su increíble vestido. La Señorita Berta se encontraba con ella.

-Ha sido maravilloso, Adael! Le agradezco que haya accedido a compartir esto con todos los ocupantes del hotel. Le aseguro que no lo olvidaran! – él sonrió y Rebecca enlazo su mano con la de su esposo con algo de temor. Su corazón acelerado le decía que algo no estaba bien.

-Muchas gracias, Srta. Denali! Ha sido todo un placer. No podíamos hacer menos! No es cierto, mi cielo? – pregunto el mirando a Alissa.

-No quisiera molestar, pero el Sr. Aro Vulturi tiene una pequeña reunión informal con algunos de sus allegados en uno de los salones del primer piso. Me envió para invitarlo a compartir con ellos una copa. – Adael miro a Rebecca con una sonrisa pero ella frunció el ceño y se dispuso a poner una excusa.

-Srta. Denali, debemos acostar a mi Alissa. Es hora ya de su cena y...

-Oh, pero eso no será problema! La Srta. Berta se ocupara de la niña. Lo siento, Alissa! Pero es una reunión de mayores – se dirigió a la niña con una gran sonrisa.

-Yo entiendo! Mama ve con Papa. Yo estaré bien! Prometo comer todas mis verduras. – y Rebecca se acercó a la niña y la abrazo como si fuera la última vez que la fuera a ver. Alissa lo sintió y busco en los ojos de su madre una respuesta que no encontró.

-Dale las buenas noches a tu hija, Adael! – dijo ella secándose una lagrima. Adael también miro a su esposa sin entender.

-Buenas noches, mi princesa! – y beso la frente de la niña, enredando sus dedos en los bucles cobrizos, gesto que la niña siempre esperaba de su padre.

Así, Alissa y Berta tomaron el pasillo a su derecha, mientras Irina y el matrimonio lo hacía a su izquierda. Por un momento, Alissa y su madre miraron hacia atrás para encontrarse en sus miradas.

El largo pasillo revestido en decoraciones cargadas se fue volviendo despojado, hasta llegar a un ascensor cuyos botones tenían una extraña simbología. Las puertas se cerraron y al llegar a destino, Irina con un simple gesto los invito a salir, para luego ella volver al ascensor y partir.

La sala vacía y circular, con paredes y pisos de mármol era intimidatoria. En otros rincones había otras personas que se apoyaban en las paredes y no les dirigieron la palabra. Parecían asustados. Y en un segundo fueron rodeados por 7 personas de ropas oscuras y temibles ojos rojos. Adael abrazo a su esposa y ella ahogo un grito en su hombro. El resto de los presentes fueron llevados, como si fueran una aparición junto a ellos, en el centro del lugar.

-Lamento esto... Pero es hora de los cocteles – dijo Aro. Y a continuación la acción se volvió veloz, instantánea... El camino de los Lehmman había acabado. Yacían vacíos y desgarbados en el suelo, con expresión de horror, las bocas abiertas y los ojos desorbitados.

-Ella sí que sabía bien! – y la estridente risa de Aro repercutió en la áspera bóveda mientras pateaba el cuerpo de Rebecca.

Carlisle POV

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Volviendo a la casa tras cazar y juguetear con Esme por los bosques me encontré con una Ren muy sonriente que nos aguardaba en el patio trasero. Corrió a mis brazos feliz y camino junto a nosotros. Nuestra pequeña había crecido y ya no lo era, se había convertido en toda una mujer.. Una que sería una esposa en horas.

Jacob estaciono su jeep frente a la casa mientras Ren se apresuró a la puerta para recibirlo. Pero Edward se paró con cara de preocupación y eso me inquieto. Mi hijo tiende a ser algo exagerado pero asimismo, no me gusto su semblante como tampoco el de Jake. Tras los saludos de cortesía, Jake extendió una nota hacia mí.

-Jake

-Carlisle... Esta nota la envía el Coronel para Ud. – Alce la mirada y Jasper también se acercó a nosotros.

-Sabes el contenido de esta nota, Jake?

-No, Señor! Contaba con que Ud. querría compartirlo conmigo – Ren se abrazó a su novio y puso cara de preocupación.

La nota era breve y no aclaraba mucho. Collins necesitaba hacer una consulta y deseaba hablar conmigo por la mañana. A Edward no le gusto y enseguida Bella trato de calmar su inquietud.

-Yo te acompaño. – dijo decidido.

-Cariño, tu padre puede manejar esto. No te pongas así!

-Que han estado haciendo estos días, Jake? Si es que puedes contarme...

-He estado llamando innumerable cantidad de veces a Washington. Además de recibir muchos cables de Londres. Hace unos días hizo poner un teletipo en su despacho y el mismo los recibe. Lo extraño es que no quiere que nadie los vea y en cuanto lo hace los deshecha en la chimenea para destruirlos en el fuego. – Edward frunció el ceño y mi mirada se cruzó con la de Jasper.

-Tal vez sea información clasificada. Eso no puede extraviarse o traspapelarse. No es nada fuera del otro mundo. Menos en estos momentos! – acoto Jasper.

-Alice, ves algo? – pregunto Bella. Ella cerró los ojos y se acercó a tocar la nota que Jake había traído para ver si podía captar algo más.

-Él debe tomar una decisión y para ello... necesita... pedir tu opinión, Papa. Pero no está seguro de nada... Aún no decide qué curso de acción tomara y no puedo ver sobre que es. Él quiere contarte algo... algo importante...– Y abrió los ojos- Tampoco veo otra cosa que a él caminando como un loco en esa oficina y quemando cosas. Tiene mucho carácter. No lo sé... Hay algo extraño en ese hombre! Siempre me ha dado la misma impresión. No es una visión sino la intuición de que siempre oculta algo .

-Lo siento, Bella, pero es necesario que Edward venga conmigo. Espero que hagamos nuestros trucos de magia como en antaño! – dije y Edward me dio una sonrisa triste. Bella nos miró sin entender.

-Trucos de magia? – pregunto ella mientras me sentaba en uno de los sillones.

-Sí, cuando solo éramos Edward y yo, el utilizaba su don para que pudiéramos salir de situaciones complicadas con la gente de los lugares en los que vivíamos. Invitaciones a cenar...

-Días de campo, citas... – acoto Edward risueño – Un código que nos era fácil de leer.

A la mañana siguiente, a las 9 AM nos presentábamos frente a la Cabo Meyer junto con Jacob que nos miraba expectante. Collins abrió su puerta y nos dejó pasar indicándole a ella que nadie podía molestarnos. Le pidió a Jacob que entrara y ese detalle llamo poderosamente mi atención.

Collins nunca nos daba la mano. Saludo con un seco "Buenos días" y no hizo objeción por la presencia de Edward allí. Parecía que él contaba de antemano con que mi hijo me acompañara. El despacho había cambiado mucho. Solo había tres cajas de cartón con su nombre sobre un lado, ni un solo libro en los estantes a la izquierda de su escritorio, la máquina de teletipo y un perchero con su gorra y su chaqueta. Con la mano nos hizo un ademan para que nos sentáramos.

-Tú también, Jake. Siéntate por favor.

-Gracias, Señor – Jacob nos miró desconcertado. Él tampoco sabía que estaba haciendo allí.

-Dres. Cullen, necesito adelantarles que todo lo que hablemos entre estas paredes es absolutamente clasificado. No pueden revelar nuestra conversación a nadie, ni siquiera a sus esposas. A ti, Kid, es obvio que no debo ni advertírtelo. – con Edward nos miramos y el asintió.

-Tiene nuestra palabra, Coronel. – conteste.

-Como Uds. sabrán en pocos días abandonare mi puesto. Pasare a liderar el grupo al que pertenece Emmet y Rosalie. Me convertiré en quien esté a cargo. Jacob, imagino que tu mujercita te habrá adelantado que te nombraran Teniente. Pero eso no es todo, Kid! También vendrás conmigo al comando y seras parte de él. – Edward se rasco una oreja, lo que significaba que no podía ver del todo en su cabeza a que apuntaba con todo esto.

-Me sorprende, Señor! – respondió Jake.

-El grupo se está reorganizando, sumando nuevos integrantes. En este momento solo quedan tres. Cuatro integrantes han muerto en acción. Pero dos de los hombres se encuentran desaparecidos... Lo más probable que muertos en el Gueto de Varsovia.

-Lamento escuchar eso, Coronel. – acote.

-Pero me enfrento a algo que no puedo exponer a mis superiores abiertamente, sino que necesitare camuflarlo para poder solucionarlo. Es por ello que necesito hablar con ustedes y nos encontramos aquí. Mi hombres, por así decirlo, han hecho llegar a mis cuarteles un cuerpo que es vital que alguien como Ud. evalúe. – hablaba rápidamente, con ansiedad. Note que Edward juntaba las cejas. Eso significaba peligro de algún tipo para nosotros.

-Un cuerpo?

-Si... Y el mayor de mis problemas es que debido a la situación no puedo documentar lo ocurrido: No puedo sacar fotos, hacer informes ni conversar de esto sino con personas que sepan del asunto. No puedo dejar expuesta a mi fuente. Además, porque sería imposible que alguien me creyera. – Edward se tocó una ceja... Eso significaba que tenía que ver con nuestro vampirismo y me sentí inquieto.

-A qué se refiere, señor? – pregunto Jake

-A vampiros, señores! Necesito que alguien examine ese cuerpo para que determine que las marcas realmente son de un vampiro o simplemente nuevas formas de tortura. – Jake se puso pálido y Edward se tenso. Meneo la cabeza y clavo la mirada en el Coronel. Eso no significaba más que el hecho de confirmar que el sabia absolutamente todo.

-Ud. quiere que yo examine el cuerpo. Sera traído aquí al hospital? – pregunte abiertamente. Poca importancia tenía ya seguir con rodeos. Jake nos miraba de reojo alternativamente sin saber qué hacer.

-No, no puedo hacer eso. Por eso lo cite, necesito pedirle que acceda a viajar conmigo y con Jacob a Londres. Hay mucho más detrás de todo esto. Saben Uds. lo que sucede en Bregenz? – y Edward se recostó en el sillón, cruzo la pierna sobre su rodilla y apoyo ambas manos sobre el respaldo del sillón. De nada serviría mentir.

-Por qué no nos dijo antes de sus conocimientos, Coronel? – pregunto Edward en un tono bajo pero firme. Collins lo miro y sonrió.

-Edward... Puedo llamarte Edward? – y el asintió – Todos tenemos mucho que ocultar aquí! De que me hubiera servido molestarlos? Por el contrario! Uds. siempre se han comportado de manera impecable. Me agradaba tenerlos cerca. He aprendido mucho observándolos. Ustedes conforman una familia muy particular y muy unida. Especialmente la relación que llevas con tus hijos, Edward. Ellos son maravillosos y diferentes... tan diferentes a mí!

- A Usted? – Pregunté – No entiendo Coronel! Que puede tener Ud. en común con Renesmee y Tony? – él sonrió y Edward relajo totalmente su cuerpo con expresión de sorpresa. Ese gesto no podía leerlo. Jacob estaba muy nervioso entrecruzando sus dedos.

-Yo soy hijo de un hibrido, Dr. Cullen. Mi padre era como su nieto Anthony y mi madre era humana. – y no podía creerlo.

-Pero Ud. es humano... – asevero Edward. Él sonrió y asintió.

-No es irónico, Edward? No tengo ni un solo gen de mi padre! Completamente humano, aunque sospecho que en mi hay algo especial. Siempre he tenido la habilidad de encontrar en las personas su verdadera identidad, profesión, bondad... lo que se te ocurra! Es como si pudiera ver a través de ellos. Y también sé que puedo lograr que nadie sepa mucho de mí si me lo propongo. Así es como descubrí que Jake es un líder nato. Que comandara cualquier grupo al que se le ponga al frente. Un hombre cabal y leal con un lazo único y especial con su hija. Esa niña suya es realmente un Ángel!

Por un minuto en aquella sala se logró un total silencio. Miles de preguntas nos asaltaban, miles de cuestionamientos, de incertidumbres... Y una misión en perspectiva?

-Como sigue esto, Coronel? – pregunto seriamente Jacob.

-Según mis fuentes, los Vulturi han montado un matadero de lujo en esa ciudad. Un campo de concentración VIP para quienes estorban al Führer y de paso, conforman un banco de sangre para ellos y sus seguidores. Voy bien? – nos miró, mientras sacaba un cigarrillo de una caja de metal frente a él y lo encendía.

-Continúe... – le dije

-Lo que también sé es que Aro Vulturi está planeando deshacerse de sus hermanos, pues les estorba en sus planes. – y eso me sorprendió – Oh, sí! A ese hijo de puta no le importa en lo absoluto ninguna reserva de sangre ni padecer hambre. Esta demasiado embriagado de poder y pretende disfrutar de parte del que el Tercer Reich gozará si gana esta guerra.

-Entonces, porque nos quiere llevar para esta charada de evaluar el cuerpo? Ud. sabe qué son ellos... qué somos nosotros! – aseguro Edward molesto.

-Sí, pero mis superiores no y debo darles un motivo para que me den los medios para llevar a cabo esta misión. En parte tengo ya una excusa pero debo reforzarla. Los cabrones de inteligencia son desconfiados! Es también en pos de protegerlos en el futuro, por ello no puedo documentar nada! No fotos, no informes! – Y Edward volvió a cruzar su pierna y a apoyar el mentón en su mano. Eso solo significaba problemas... Ya teníamos unos cuantos tras unos minutos en este lugar.

-En que consiste la misión, Coronel? – pregunte.

-En ese hotel está siendo retenido un hombre llamado Teller junto a su familia. Es obligado a investigar para los nazis. Es necesario que sea traído a los Estados Unidos. Está familiarizado con Enrico Fermi, Dr. Cullen?

-El físico?

-Así es. Está estudiando cómo lograr la Fisión nuclear calculada y controlada. Muchos científicos son y serán necesarios para sumar a ese proyecto y para otros más. – y Edward se puso de pie para caminar por la habitación inquieto. Ya no había traducción posible.

-Así que esto es por ver quien le gana a los científicos alemanes?! Por la competencia a ver quién logra mejores armas? – dijo enojado.

-Esto es por terminar con esta guerra, Edward! Si no lo logramos, miles morirán! Millones!

-Ud. sabe que cuenta conmigo, Señor! – dijo Jake que también se puso de pie. Collins sonrió.

-Lo sé, Kid! Lo sé! Pero también debemos ayudar a los suyos, a los míos... Debemos tapar el secreto. Si Aro se desboca, todo saldrá a la luz, todo quedara expuesto y fuera de control. Muchos correrán riesgo de ser aniquilados por temor, inclusive personas como yo.

-Entonces la misión es... – enuncie esperanzado en que no fuera lo que creía. Edward miraba por la ventana cruzado de brazos.

-Destruir Bregenz.


Hola nuevamente.

Aqui les dejo un capitulo mas... Y ya estamos cerca del final. Para aquellos que aun nos acompañan en esta historia, los que dejan su comentario y a los que leen en silencio... Gracias!

Mil disculpas por la demora. Prometo que antes de final del mes cerrare esta historia como asi tambien este capitulo de "The Cullen's Girls Argentina". Parafraseando a nuestra autora favorita, en las palabras de nuestro mas amado vampiro... "sera como si nunca hubiera existido"

Muy buena semana. Lo mejor para ustedes

Besos

Mick y Alice.

Acerca del Autor

Nos dedicamos a brindar información a todos los fans de la Saga Crepúsculo. Desde entonces nos hemos encargado de cubrir premieres, eventos, actualizar día a día nueva información sobre el cast. Después de que terminó la épica Saga en Noviembre del 2012, seguimos los proyectos de cada actor como corresponde.
Lee más en: Conócenos

1 comentario:

  1. Anónimo6/19/2013

    Me encanta este fic... actualicen pronto porfa!!!! Saludos desde Costa Rica!!!

    ResponderEliminar

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