Cap 48: Eterno Amanecer

Por Diana Méndez   Publicado a las  5:09 p. m.   0 comentarios


CAP.48 – UN ANTES Y UN DESPUES


Bella POV

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Cuando el viernes llegamos a casa del hospital Ren nos estaba esperando. Nos avisaba que se iba a pasar el fin de semana a lo de Leah. Nos reímos con Edward porque después que le levantamos el castigo pasaba más tiempo ahí que en casa.

Recuerdo el día que quiso irse de polizón. Jasper la trajo y la dejo frente a nosotros en el hospital. Edward no le dijo una palabra pero estaba furioso. Intuí que la explicación era solo para él y se lo permití porque estaba azorada.

El solo le respondió: "No quiero hablar de esto ahora. Estas castigada por las próximas dos semanas. Hablare con tu madre y luego te diremos en que consistirá tu castigo y... –el titubeo y la miro como si ella replicara - Y no me importa la edad que tienes! Soy tu padre y estas castigada!"

Creo que Edward jamás le había hablado de esa manera. A ella se le llenaron los ojos de lágrimas y salió corriendo de mi consultorio. Mire a Edward llena de interrogantes y el suspiro profundamente para luego abrazarme: "Es igual de adorable y de terca que tú!"

El castigo fue realmente duro: durante dos semanas no podía hablar con Jacob. Después de pronunciar la penitencia los poderes quedaron de lado e imagino que los gritos podían escucharse en miles de kilómetros a la redonda. Ren se enojó muchísimo con su padre. El escucho estoico sus reproches, sus gritos y su llanto.

Cuando ya no tenía más que decir, sencillamente él la miro y en un tono sereno pero firme le dijo que si era una adulta para planear casarse y estar con Jacob, también lo era para asumir la responsabilidad de sus actos. Que una decisión podía cambiar el curso de una vida y que no solo la de ella. Le pregunto si había pensado que le hubiera pasado a los pilotos que la llevaban con respecto a sus superiores o que explicaciones daría Jacob al Coronel sobre su presencia en la isla. Si había medido el dolor que les hubiera causado a sus abuelos, a él y a mi ante su desaparición por algunas horas, sin saber dónde estaba... Demás está decir que eso fue peor que si él le hubiera gritado. Ella bajo la cabeza y se puso a llorar para luego abrazarse a Edward. Nos pidió perdón y prometió que jamás volvería a ser imprudente.

Así que después de eso, trataba de hacer las cosas bien. Por ello nos explicaba que no vendría a dormir y para que no nos preocupáramos. Edward dejo un beso en su frente, la miro y le dijo "No se metan en líos", a lo que Ren rio. Mire a mi esposo como preguntando la razón del comentario. El solo me regalo mi sonrisa preferida y un beso en los labios.

Al llegar el atardecer comenzó a nevar copiosamente. La casa estaba como en ascuas: Carlisle y Esme encerrados en su escritorio y Alice callada y en silencio. Con Emmet y Rosalie lejos y Jasper en Hawaii, la duende y chispa de la familia estaba muy apagada. Alice nos guiño un ojo y dijo que se retiraba a su cuarto a leer. Que no estaba de ánimo para otra cosa. Nosotros nos miramos y decidimos que nos iríamos a la cabaña. Hacía mucho que no visitábamos nuestro viejo nido de amor.

Aprovechamos para correr bajo la nevada y fue divertido. En el camino percibimos el aroma de unos venados que corrían a guarecerse, así que decidimos cenar. No sé porque pero me sentía muy libre esta tarde. Como liviana y sin preocupaciones. Nos alimentamos y corrimos a nuestro refugio. La nevada se había intensificado al igual que el viento, y no se veía a más de 500 metros. Ya había dejado de ser divertido.

Llegamos a la cabaña y respire profundamente al cruzar la puerta. Amaba el perfume a piedra, musgo y madera del lugar. Mantenía orden y limpieza allí para que pudiéramos disfrutarla cuando quisiéramos. Mientras me sacaba el abrigo, Edward encendía la chimenea. No la necesitábamos pero sabía que me encantaba. Los leños empezaban a crepitar cuando él se acercó al fonógrafo y puso un disco de jazz: Billie Holiday. Gire a mirarlo y le sonreí. Estaba nostálgico? Esa voz me recordaba las noches que pasamos solos en Chicago mientras él me leía o escuchábamos música... Parecía que había pasado una eternidad desde entonces!

-Billie Holiday? – y sonrió pícaro acercándose a mí.

-Ella nos cantaba esa noche... la primera vez que nos besamos.

-Sí, aunque yo te bese primero!

-Y luego yo lo hice como se debía! – y nos acercamos para bailar mientras de fondo se escuchaba "The man I love"

-Me hiciste llorar... – el suspiro profundamente.

-Ponías mi mundo de cabeza! Tantas cosas que nunca había sentido se acumulaban en mí: la atracción por tu sangre, por tu piel... Tus ojos que me escrutaban y me decían tantas cosas... Me desequilibrabas! – Y dejo un leve beso en mis labios – Aun lo haces! – y nos reímos.

-Si no te hubiera tentado mi sangre, que hubieras hecho después del beso? – se rio y alzo los ojos pensativo.

-Wow! Buena pregunta! Imagino que te hubiera seguido besando, aunque seguir más allá no hubiera sido de caballero. – y me reí.

-Y yo probablemente hubiera intentado intensamente que no lo fueras! – Y nos reímos para luego quedarnos embelesados el uno en el otro – Te amo, Edward Cullen!

-También te amo, Bella Cullen! Eres mi vida... Ahora y siempre!

Y un beso lleno de nostalgia y de afecto nos encontró. Su boca entreabierta sobre la mía, intensa y tierna, me saboreaba suavemente como el primer día. Nuestras manos y labios se movían lentos, disfrutando cada segundo y cada toque, intensificando la corriente que siempre nos recorría cuando nos tocábamos.

Me desvistió entre besos, como lo hubiera hecho esa noche y yo lo imite. Deslizar mis dedos por el suave vello de su pecho mientras mordía mi cuello... Ahhh, que maravilla vivir la eternidad con el! Nunca me arrepentiría de mis decisiones y agradecía a mi madre, quien seguramente lo guio a aquel callejón esa noche.

Me recostó sobre la alfombra frente a la chimenea y beso dulcemente cada uno de los rincones de mi cuerpo. Y luego lo hice yo... Nos gozábamos intensamente sin prisas pero sin pausas. Cuando finalmente lo tuve dentro de mí, mis pulmones expulsaron innecesariamente el aire que contenían por mi boca, entre beso y beso. Nuestros gemidos leves y pasionales llenaban la habitación envolviéndose en cada nota y compas de las melodías que se sucedían una tras otra. Nos daba un sentido progresivo y creciente de nuestro propio ritmo... esa perfecta armonía que lograban nuestros cuerpos cuando hacíamos el amor. Llegar al clímax fue más satisfactorio y especial que otras ocasiones. Tal vez porque saldábamos la materia pendiente que había quedado de aquel tiempo en que yo, humana aun, no le permitía que nos gozáramos tan plenamente.

Mientras volvíamos nuestras respiraciones a la normalidad y dejábamos pequeños besos en el otro, el acariciaba mi columna con sus dedos. No importaba como fuera el asalto, los momentos después del sexo siempre eran tiernos y llenos de mimos. Acaricie su rostro y lo bese nuevamente para luego volver a empezar. Aunque esta vez la pasión nos enredó y nos consumió haciendo nuestras exhalaciones pesadas y nuestros gemidos guturales ante el ímpetu de sus embestidas. Era glorioso y mágico cada vez. Luego nos volvimos infantiles, persiguiéndonos por la casa desnudos y libres, cosa que solo podíamos hacer allí.

Terminamos, entre risas y mimos, juntos en la bañera. Eso también nos trajo recuerdos: como la vez en que después de que fuera secuestrada por Mike quería tomar un baño y él se negó a ayudarme... Nos reímos muy fuerte recordando todos esos simples, tontos y seductores momentos. Situaciones en que yo lo presionaba para llevarlo al límite de su control. Le reproche nunca haber podido doblegar su voluntad! Y su respuesta fue que no tanto, ya que había cedido a una luna de miel convencional y esa decisión tenía una consecuencia con nombre y apellido: En realidad dos bellas y amadísimas consecuencias que eran nuestros hijos. Quien lo hubiera imaginado?

Nos quedamos en la cama abrazados y acariciándonos. Ya era de noche cuando Edward se tomó la cabeza como si le doliera. Me asuste muchísimo!

-Amor? Estas bien? Los niños están bien? – no sabía que más preguntar. Se sentó en la cama, levanto el rostro con el ceño fruncido y cerrando los ojos.

-Alice... Debemos volver a casa. – Asentí y nos vestimos velozmente.

La nevada se había convertido en nevisca pero aun persistía. El bosque tenía una capa interesante de nieve y hacia todo absolutamente blanco en medio de la noche cerrada. Menos mal que no nos hacía falta luz para encontrar el camino a casa. Corrimos veloces apenas tocando la suave y aun mojada capa de nieve. Al acercarnos a la mansión, el llanto desconsolado de Alice era desgarrador. Escuchaba a Esme intentando calmarla y a Carlisle caminar de un lado a otro de la estancia. Al entrar, el panorama no era mejor.

-Edward! – exclamo ella y se zambullo en los brazos de su hermano.

-Lo sé, cariño! Lo entiendo! Es horrible! – y en estos momentos odiaba los poderes de ambos. Nos mantenían en ascuas y hacían que me pusiera más ansiosa.

-Que sucede?

-Los japoneses pusieron en marcha el ataque a Hawaii – dijo Carlisle. Me quede de una sola pieza.

-Sabíamos que este día llegaría! Jasper lo sabía! No entiendo... – Edward me miro con una tristeza increíble en la mirada y temí lo peor – Jacob!

-Oh, Bella, si solo pudiera mostrarte las imágenes! – Decía Alice entre sollozos- Será horrible! Horrible! Miles de hombres morirán! Miles!

-Qué hay de Jacob... y de Jasper? – pregunte

-No puedo verlo, Bella! Nunca he podido! Que le diré a Ren mañana cuando la radio lo anuncie? Cuando Roosevelt declare finalmente la guerra? – lloraba y reclamaba Alice.

Ella se giró para abrazarse a Esme mientras me dejaba caer sobre uno de los sillones. Edward corrió junto a mí a abrazarme y lo mire a los ojos. El solo asintió corroborando las palabras de Alice. Dios! Que haríamos sin noticias? Y eso llevaría horas! Días? No lo sabíamos...

Aquella bella y blanca mañana de domingo, cuando el sol apenas asomaba sus rayos entre las nubes, Tony clamaba por nosotros porque Ren estaba en un ataque de llanto abrazada a Leah. La noticia llegaba a todas las radioemisoras: Pearl Harbor había caído.

Jasper POV

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Mientras todos dormían me dedicaba a varias cosas: Algunas noches en el comando escuchando y leyendo cables. Otras caminaba por la selva tropical y verde buscando con que alimentarme y al mismo tiempo esperando. Esperando lo inevitable!

Me sentía un poco miserable lejos de mi Alice. Era un terremoto pero era mi terremoto y lo extrañaba. Me hacía mucha falta! En cuanto pudiera trataría de sumarla como mi asistente o algo por el estilo. No la quería más tiempo alejada de mí. Sabíamos que todo estaba en marcha, pero faltaba la última decisión, la orden final y ella no estaría conmigo para alertarme.

Más terrible era dejar que los acontecimientos siguieran su curso. Carlisle nos dijo que no podíamos exponernos. Le daríamos a Volterra un motivo más para tenernos en la mira y a los humanos razones para interrogarnos sin poder realmente explicar cómo teníamos tal información. Bastante había logrado en el comando infiltrando cables falsos. Aunque los de Inteligencia eran muy minuciosos y buscaban más pistas para verificarlos sin hallarlas. Esme siempre rogo porque esta visión de Alice fuese fallida, que a último momento alguien cambiara de opinión... Lo sabríamos en unos días.

Después de que Jacob se fuera de la fiesta, la cabo Meyer me pidió de bailar y no podía negarme a una dama. Note que ella no estaba pendiente de mí, sino del Teniente Marshall que bailaba con la enfermera que era amiga de Jacob. Se miraban seductoramente y finalmente los vi perderse por la puerta hacia la noche. La mire y le dije: "Lo siento" a lo que ella simplemente respondió levantando los hombros aunque con unos ojos muy tristes.

Volví a mis habitaciones, me cambie y corrí a la selva a alimentarme. Ya era rutina. Lo hacía casi todas las noches a modo preventivo. Si hubiera un ataque no podría alimentarme por unos días. Y los hombres serian una tentación... Más en mi caso.

Todo era verde y cálido en estas islas, aun en las noches. El viento mecía suavemente las hojas de las palmeras creando un leve murmullo. Me sonreí porque a Bella le gustaría este lugar. Tendría a Edward secuestrado en algún lugar perdido en la selva. Pensé en Alice y en que no era una mala idea en lo absoluto.

Baje al borde de un acantilado, me desnude y me lance al mar. Era agradable y tibio, aunque la fauna huyera de mí a gran velocidad. Al salir, me senté en el tope de una roca a mirar la inmensidad del océano que me rodeaba. Comenzaba a amanecer y fue entonces cuando los escuche. No podía verlos todavía pero si escucharlos. Apele a toda la velocidad que pude para bajar al pueblo pero me había alejado mucho. Llegue al punto de radar en el cerro y los soldados se sobresaltaron al verme.

-Teniente? Sucede algo?

-No, ustedes díganmelo. Que es lo que viene hacia aquí? – ellos se miraron desconcertados. No entendían como les preguntaba eso y no tenía tiempo de buscar una excusa.

-Acabo de confirmarlo con el comando, Señor! Estamos a la espera de un grupo de B-17 que debe llegar desde el continente esta mañana. – Suspire y sonreí. Ellos me miraban aun sin comprender. Impulse un poco de calma y relax sobre ellos para que desestimaran el incidente y dio resultado casi al instante. La postura de sus cuerpos me lo delataba.

-Muy bien! Perdón por la interrupción. Buenos días!

-Buenos días, Señor! – dijeron casi al unísono.

Cerré la puerta y me dedique a caminar, respirando profundamente los perfumes de las flores y las frutas que flotaban en el aire con la salida del sol. Camine unos kilómetros cuando los volví a escuchar muy cerca. Y esos no eran motores de B-17! Alce la vista y a escasa altura unos cazas grises me sobrevolaron. Fue cuando escuche la primera bomba.

Corrí nuevamente como un loco y los bombardeos se volvieron intensos. Los hombres corrían mientras los aviones disparaban su metralla a todo lo que se movía. Cuando llegue a la bahía era tarde! Los destructores, el Arizona... era un baño de sangre y petróleo. Un aroma familiar se cruzó en mi camino, familiar y desagradable por lo que decidí seguirlo. Jacob había corrido por allí hacía poco tiempo.

Vuelos rasantes, torpedos veloces, explosiones... Luego los cañones antiaéreos... Corrí y encontré lo que buscaba. Jacob yacía desmadejado contra un maltrecho camión. Se había golpeado y tenía una fea herida en la parte frontal de su cabeza. Mostraba un corte profundo pero la hemorragia ya se había detenido. Lo acomode bajo el camión y trate de despertarlo. Note que la herida empezaba a cerrarse y a cicatrizar velozmente. Algo que agradecer a su condición y al cielo. Benditos sean los Quileutes y sus lobos! Sabía que Ren no soportaría que le sucediera algo.

-Jacob! Jacob! – y lo zamarreé un poco. Se quejó y abrió levemente los ojos.

-Jasper... Que está... sucediendo? – e instintivamente llevo su mano a un lado de su cabeza.

-Me temo que la segunda guerra, sargento! Estas bien? Puedes pararte? – y el asintió.

Salimos agachados bajo el camión y nos encaminamos hacia un edificio cercano, intentando esquivar la metralla. Increíble que estos malditos dispararan contra los que corrían a guarecerse desarmados. Podíamos quedarnos a pelear o a ayudar... decidimos que a ayudar.

Veloces nos lanzamos al muelle a buscar un bote e intentar rescatar a los que aún estaban en el agua con vida. Los que se salvaron de las explosiones o los hundimientos, perecían en el agua bajo la metralla japonesa. Me pareció una vileza tal acción.

Sacamos hombres heridos, quemados y bañados con los residuos del combustible que flotaba en las aguas tras el hundimiento de los barcos. Aparecían otros hombres para ayudar a medida que el ataque se trasladaba a otro rincón de la isla. A lo largo de mi existencia he visto con mis propios ojos muchas batallas, muchas muertes, incluso algunas causadas por mis propias manos, pero esto... esto era indescriptible. Muchos jamás salieron de sus camas ni tuvieron la oportunidad de salvar su vida.

Sacamos de un hangar en llamas dos camiones a fin de reunir los heridos y llevarlos al hospital. Subimos con nuestra fuerza y habilidad muchos heridos a los vehículos como si fueran almohadas. En medio del caos, nadie prestaba atención si teníamos tal fuerza... Solo deseaban ayuda en medio del dolor y la desesperación.

Cada uno al frente de un camión conducimos todo lo aprisa que pudimos. Llegar al hospital militar fue desgarrador. A medida que avanzábamos, numerosas bombas habían destruido negocios, autos y edificios... incluido el Hospital, cuya ala izquierda mostraba todos los vidrios rotos. Médicos, enfermeras y todo aquel que pudiera caminar ayudaba a recibir a las víctimas. Encontré a una de las enfermeras indicando a los socorristas a quien ingresar y a quien no: ya no había lugar ni medicinas suficientes... como también había muchos que ya no tenían posibilidad de sobrevivir.

Ayudamos a bajar a muchos de los hombres. Un médico reviso la herida de Jake y le dijo que la contusión era seria pero que el parecía estar bien. Le sonrió y le dijo que confiara en él, que se sentía bien. A nuestro encuentro salieron otros oficiales y buscamos carpas para montar un triage de campaña, y un lugar para disponer de los muertos. Entre las idas y venidas notamos que aún había personas heridas tiradas en la calle... Algunos ya muertos.

Empezamos a trasladarlos al hospital y a subir a los muertos sobre un camión libre cuando note que Jacob se ponía lívido. Camino lentamente hacia un auto lleno de agujeros de metralla y cuyos vidrios estaban rotos. Dentro sus ocupantes estaban muertos uno sobre otro: Eran Jason y Betty. Vi al muchacho abrumado y me ocupe de los cuerpos.

El ataque se había silenciado finalmente. Fueron las dos horas más largas de toda mi existencia. Cuando lleve el camión con los cuerpos que habíamos encontrado hacia la morgue improvisada encontré penosamente en un rincón al Teniente Marshall, en camiseta y pantalones, con vestigios de combustible sobre su piel. Donde uno mirara todo era dolor. Peor fue tener que mirar a Jacob a los ojos para comunicarle la noticia. El solo repetía en un murmullo: "Podría haber sido yo... podría haber sido yo..."

Lo mismo sucedió con Lucy. Su compañera Linda vino a buscar a Jacob porque ella estaba herida y muy grave. Un Jacob temeroso y superado por la realidad se paró junto a su cama. De la joven alegre y hermosa poco quedaba. Murió en sus brazos rogándole por un beso de despedida. Me quede en un rincón viendo como el besaba su boca con dulzura y amargura, mientras acariciaba lo poco de su mejilla que no estaba lastimado. Una de las bombas que destruyo los cristales del ala izquierda le habían provocado numerosas heridas, entre ellas, la perdida de una pierna. Para Jacob fue demasiado. Nunca lo había visto llorar así! Amigos perdidos... Sueños perdidos... Y los que faltarían por perderse! Las guerras son esto: una eterna y continua seguidilla de estúpidas pérdidas, un juego de poder donde nadie realmente gana. Intente poner un manto de calma a todos los que mi don pudiera abarcar pero ni yo mismo tenía la energía suficiente ni la calma necesaria.

Me dedique a ir al comando, furioso y sucio como estaba, a ver cuáles eran las repercusiones del caso: La Casa Blanca indignada y rabiosa llamaba a una urgente reunión de gabinete. Mis colegas, con los que usualmente leía los cables y manejaba la información, se encontraban en un momento de total estupefacción, lentos y desanimados. Alce la voz y comencé a dar órdenes para tratar de que despertaran. Intervenir los mensajes que seguramente la flota nipona enviaría a sus bases o tal vez a tierra, o saber de sus futuros planes eran vital en este momento. Mis gritos parecieron sacarlos del letargo y así nuevamente la maquinaria volvió a moverse.

Al mediodía, el Coronel Collins con unos puntos gruesos sobre en una ceja y con un brazo en cabestrillo se asomaba por allí buscando nuevos datos. Solo esperaríamos el anuncio oficial en el Congreso donde el Presidente pediría que declararan el Estado de Guerra. Solo era cuestión de horas. Quedaría en la historia su sintética definición de lo ocurrido: "Una fecha que vivirá en la infamia"

Cuando el recuento termino, los resultados fueron devastadores: más de 2400 hombres habían muerto sin contar los casi 60 civiles, más de mil aún estaban encerrados dentro de los barcos mientras se encontraban hundidos o encallados; más de 1200 heridos... 188 aviones destruidos, infinidad de cruceros, acorazados y aviones dañados... Una masacre!

Tras la declaración de guerra, días después Alemania y sus aliados le declaraban la guerra a Estados Unidos para formalizar algo ya sabido. Mientras que los japoneses tuvieron la libertad de invadir y dominar Hong Kong, Filipinas, y Manila, Norteamérica rabiaba y reunía fuerzas para vengar este día.

De ahí en más, el tiempo volaría y lo que era peor no habría navidad para nadie. Los llamados a casa eran tristes y breves. Poco era lo que podíamos decirnos a tal distancia.

Análisis y estrategias se tejían mientras que en Washington, en enero de 1942, 26 países firmaban la Declaración de las Naciones Unidas con el fin de que nadie firmara un acuerdo de paz individual con el Eje. En las islas se trabajaba para que todo herido curara. El recuerdo de los funerales aún seguía fresco a pesar de las semanas de intenso trabajo... fueron penosos y austeros. Ordenes llegaban velozmente a los teletipos y a los escritorios de los oficiales para que fueran entregados de inmediato.

Todo piloto de preciarse y en condiciones partía directamente a las diferentes bases en el continente o a los portaviones para tomar sus aviones a la espera de órdenes. Los marinos a los diques a reparar los buques dañados preparándose para lo que vendría. El centro de Inteligencia dejaba un grupo en Oahu pero el resto, incluyéndome, se movía a Washington DC.

Un cable interesante llego a mis manos. Me lo trajo uno de los muchachos algo nervioso. Me quede mirando el papel que, aunque breve, indicaba que el Coronel Collins también debía partir a Washington pero que luego debía partir a Londres. Se lo sumaba a un grupo de trabajo ya que habían desaparecido dos de sus miembros en el gueto de Varsovia. Ambos sabíamos que eso no le gustaría. Escucharíamos los gritos haciendo eco en el edificio.

Me puse mi saco y me dirigí con prisa hacia allí. La cabo Meyer me sonrió y me anuncio. Jacob estaba en la puerta mirándome intrigado cuando cruce la puerta del despacho para entregar el cable. Con el brazo sano golpeo tan fuerte el escritorio, que la taza de café sobre el voló por los aires haciéndose añicos contra el piso. Levanto una ceja y clavo sus fríos y terribles ojos azules en mí.

-Se va también, Teniente? – dijo midiendo su voz.

-Sí, Señor... Washington es mi destino por ahora.

-Mmm... JACOB! – y el entro a prisa en el escritorio.

-Señor?

-Comienza a guardar las cosas nos vamos a Washington. – Y levanto la mirada sonriente – Pero primero iremos a Forks por mis cosas. – Jake se ilumino y arranco una sonrisa en mí. – Hale... Le interesa un aventón? – y sonreí con más ganas.

-Por supuesto!

-Bueno... pues muévanse! MEYER! – grito y la mujer apareció en la oficina.

-Coronel? – dijo algo asustada.

-Ud. también se ira con nosotros. Junte sus cosas. Llame a Washington y páselo... Y tráeme más café, linda! Sera un largo día.

Me despedí de él y de Jacob y corrí al teléfono. Del otro lado me encontré a Alice que lloraba y reía al mismo tiempo pues ya sabía de nuestra breve vuelta a casa.

-Oh Jasper, estoy tan contenta! Te he extrañado tanto!

-Y yo, Alice! Pero solo faltan unos días!

-Qué hay de Jacob?

-El también ira. Avísale a Ren. Te llamare el día que salimos de aquí.

-Qué alegría!

Renesmee POV

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Aquí estaba inquieta mientras el viento arremolinaba mi ropa y mi cabello. Eran las 9 de la mañana en un día helado y con la tía Alice estábamos allí esperando ansiosas por encontrarnos con nuestros hombres.

El sonido del avión nos adelantaba la llegada y mi corazón ya latía a toda marcha. La tía Alice se tomó de mis manos, las apretó fuerte y se quedó segundos en suspenso. Una visión? Por favor, no... No más cosas que pusieran a mi Jake cerca del peligro. No lo resistiría! Ella me miro seria y sus ojos no me revelaban nada bueno.

-Tía...

-Nada, Ren...

-Por favor, no me mientas! No soy una niña!

-Ellos se irán pronto, Ren. No estarán con nosotros más que unos días. – y me mi corazón se saltó un latido.

-Nada más?

-Se lo debemos al Coronel. Aunque hay también algo sin definir. Él debe tomar una decisión arriesgada. Emmet y Rose están en esa decisión también – y me sorprendí... Sus ojos se empequeñecieron. – No le digas a tu padre que te dije esto!

-Es tonto que me digas eso! Papa puede estarlo escuchando en este momento! – y ella hizo una mueca de desilusión y fastidio.

-Ah! Tu padre! Adoro a mi hermano pero detesto esto de no poder tener un solo secreto con el! Tu madre sí que tiene un don! - y me sonreí a pesar de la tristeza.

-Él se ira tía? – y ella paso su brazo por mi hombro.

-Sabes que no puedo ver nada de él. Veo las decisiones del Coronel y Jake se va junto con él a Washington. – y baje la cabeza.

-Por qué me dices esto?

-Porque debemos disfrutar este tiempo con ellos en lugar de desperdiciarlo tristes o enojadas. De acuerdo? – y asentí – Vamos, Ren! Animo!

El avión aterrizo y yo ya quería llorar: De ansia, de amor, de tristeza... Una mezcla de sentimientos y sensaciones que sabía que solo su piel calmaría. El avión gris verdoso aterrizo y giro en la pista. Mis pies pedían correr hacia el mientras la tía me retenía con su mano. La puerta posterior se abrió dejando libre la escalinata. Primero bajo una mujer de uniforme seguida del Coronel. Luego Jasper y finalmente Jake. Me solté de Alice y corrí hacia él, mientras dejaba en el piso su maleta.

Salte a sus brazos y él me levanto del piso apoyándome sobre su pecho, abrazándome tan fuerte que apenas podía respirar. Al principio sus brazos me brindaban emoción y su amor, pero luego me di cuenta que eran también pura necesidad.

A nuestro alrededor todo se desdibujo, se perdieron las personas, el aeropuerto y el paisaje. Solo podía escuchar al viento que se arremolinaba a nuestro alrededor. Nos miramos a los ojos y note que los suyos estaban muy brillantes. No quería pensar por lo que había pasado... Ya no importaba. Estaba aquí conmigo y entonces me zambullí en su boca. Mi necesidad de él era agobiante.

El beso fue intenso: sus labios tiernos y cálidos, su lengua suave acariciando la mía... Mi don se escapó de mi control y recree en su cabeza la última vez que estuvimos juntos, las sensaciones, los sonidos... Un gorjeo sexy se escapó de su garganta mientras me bajaba. Cuando mis pies tocaron el piso nuevamente apoyo su frente en la mía y en un susurro solo dijo: "Te amo... No me hagas esto! No aquí! Te he extrañado y deseado cada segundo que no he estado contigo". Acaricie su rostro y paso su brazo por mi cintura mientras nos acercábamos a los demás para saludarlos y así por fin, emprender el regreso a casa.

Ahora tenía otros planes en mente. Planes que debía concretar en pocos días y necesitaría del romanticismo de mi tía y de mi madre para concretarlo. Y eso incluía hablar con el Coronel Collins.



HOLA A TODOS!

Si finalmente aqui estoy. Lo siento, pero mucho trabajo y ocupaciones me estan restando tiempo. Por lo menos aqui les dejo este capitulo antesala de lo que vendra. Prometo esta vez que sera mas rapido de lo que creen. Miraba hoy la fecha y fueron muchas semanas de la ultima publicacion. Realmente lo lamento de verdad

Que puedo decirles a todas ustedes que me han dejado sus mensajes mas que GRACIAS DE TODO CORAZON! Gracias a muchas Guest que aunque no les pueda responder me agradaria que me dejaran su nombre o su nick. Gracias PETMAT, Laura, Camigata y Marina Flores... Marina, tus palabras me emocionaron profundamente: gracias de verdad! Gracias RAKL Gt, Esmeralda C, Gigi Cullen y a ti amiga Soniard, fiel como el primer dia. Y a todos aquello que aun nos leen en silencio... GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS!

Bueno, nos vemos pronto. Que lo que resta de la semana sea maravilloso

Besos desde el calido y otoñal Buenos Aires

Micky

Para The Cullens Girls Argentina


Acerca del Autor

Nos dedicamos a brindar información a todos los fans de la Saga Crepúsculo. Desde entonces nos hemos encargado de cubrir premieres, eventos, actualizar día a día nueva información sobre el cast. Después de que terminó la épica Saga en Noviembre del 2012, seguimos los proyectos de cada actor como corresponde.
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