Cap 32: Despertar: Rayo de Sol

Por Diana Méndez   Publicado a las  10:02 a. m.   2 comentarios


Capítulo 32: La batalla final


“Donde se espera muerte, siempre hay alguien que muere”

Narrado por Edward

La Luna tenía ese tono rojizo con un brillo singular que daba pequeños rayos de luz en algunas partes del bosque, las nubes no se encontraba allí, y de pronto un grupo de cinco licántropos salieron de aquel bosque, sus grandes orejas puntiagudas lo hacían ver más altos y con esos ojos negros como la noche misma fue atroz para todos. No habíamos planeado pelear con licántropos, se suponía que los hombres lobos pelarían con los de su misma especie. 

Entonces… eso significaba que algo había salido mal. No todo había salido según lo planeado. Pude comprobarlo cuando uno de aquellos licántropos traía consigo un gran pedazo de pierna que parecía ser de un vampiro… quise averiguar tratando de entrar a su mente de aquel licántropo pero como había dicho Avril: “los licántropos están fuera de nuestra propia magia, ellos poseen algo que nosotros no”, tal vez de eso hablaba Avril, ellos no les dañaba nada, absolutamente nada que no fuera algo filoso con que apuñalar el corazón de esas enormes bestias.

- Veo que algunos amigos suyos llegaron a saludarlos – tercio Avril sonando tranquila, pero podía saber con seguridad que estaba igual de sorprendida que todos nosotros. Después de todo algo no resultó conforme al plan – creí que le temías a los Licántropos, ¿Cayo? – este al ser nombrado giro a verla, ya que un segundo antes miraba fijamente al licántropo que traía consigo una pierna de otro vampiro
- Aun les teme – inquirió por primera vez Marco con voz aburrida – Aun les teme – recalco por su alguien no lo había escuchado. Todos lo mirábamos y entonces camino directamente hasta Avril quien retrocedió ante su acercamiento de un Vulturi como Marco – Querida, no estoy interesada en esta lucha y mucho menos en lo que se avecina. – se detuvo y continuo – esta vez no estoy de acuerdo ante tal masacre
- Hermano – exclamaron los otros dos furiosos y desconcertados como todos nosotros
- No quiero pelear y mucho menos estar en tu contra – sus ojos destellaron al ver a Avril – Me retirare, si así me lo permiten. No luchare – aseguro pasando su mirada en cada uno de mis amigos - ¿tendría esa oportunidad? – pregunto a todos los presentes

¿Por qué Marco se iba?
A caso podría significar que teníamos más esperanzas de lo que pensaba…
Eso fue tan inesperado que nadie respondió, pero Carlisle actuó rápido y fue hasta él donde le puso una mano sobre su hombro y dijo:
- Ve querido amigo mío – con esas palabras Marco se dio media vuelta y señala a unos cuantos vampiros para que lo acompañaran
- Están en todo su derecho de quedarse o venir conmigo – expreso sin mirar a sus hermanos – Pero deben saber que si vienen tienen alguna oportunidad de estar con vida, aunque no les prometo la salvación de su eternidad después de esta lucha
- No te iras así de fácil – Cayo le tomo del brazo fuertemente y lo aventó por los aires, cuando señalo a Dimitri y Alec: los cuales se precipitaron hacia Marco el cual apenas se ponía de pie y Félix le tomo del cuello, mientras que Alec estaba encima de él.
Todos comenzamos a tensarnos.
- ¿Me mataran solo porque no quise seguirlos? – pregunto Marco desde esa posición – Esta bien, háganlo – los reto directo a los ojos.
- Hermano – comenzó Aro con voz tersa – Piensa lo que dices por un momento, podemos actuar como si no hubieras dicho nada, es más que obvio que te aterra que perdamos, pero puedo asegurarte que no lo aremos –le decía con una sonrisa en el rostro – Solo toma mi mano y seguiremos adelante con esto – Aro le extendió esa mano blanca y Marco se la tomo por unos instantes para que después lo lazara del mismo modo que Cayo lo había hecho con él.
Esta vez los guardianes de los Vulturi no supieron que hacer, si matar a Marco o no…
Aro se levanto rápidamente y fue hasta Marco. Se miraron por un momento con odio mutuo y soltó una carcajada. La carcajada del Vulturi resonó por todos lados. Los licántropos seguían a las orillas del bosque sin pasar a donde nos encontrábamos y pude apreciar que una fuerza extraña los contenía.
¿Pero no había dicho Avril que nada los detenía? ¿Quién podría hacer algo así?
Mire alrededor buscando al responsable o alguien que mirar en la misma dirección, algo que me diera a entender, ¿el porque los contenían?
No vi nada sospechoso en las líneas enemigas, hasta que…
- No, no lo harás – tercio Avril y miro directamente a Chelsea
Ahora comprendía que Avril se había percatado como Chelsea trataba de volver a unir esos lazos con los Vulturi y por obvias razones ella los bloqueo.
- Marco quiere retirarse y creo que deberían dejarlo irse – continuo Avril bloqueando todo intento en contra de aquel Vulturi – Aro, sabes como yo que tus planes no resultaron como imaginaste, así que mejor deberías irte por donde viniste – esta vez ella sonaba muy molesta – Llévate a todos y retirare
Aro se quedo contemplando el rostro de Avril con un signo de rudeza. Su actitud claramente demostraba que no se iba a rendir tan fácil y comenzó a sonreír.
¿Cuál era su alegría?
- Ya que nos haz traicionado, querida – comenzó a echar su veneno- supongo que esto será más interesante. Pero no creo obedecerte, así que… - a continuación Félix se precipito nuevamente en contra de Marco, pero esta vez él lucho por su propia decisión – Mátenlo – ordeno Aro el cual le dio la espalda a su hermano.
Pude observar cómo se precipitaban Alec y Dimitri contra de él. Antes incluso que Avril pudiera moverse alguien los lanzo con fuerza, se trataba una de las esposas de aquellos dos Vulturi. No podía distinguir quién podría ser.
- Estás loca – le rugió Marco a aquella vampira que tenia ante él
- Si, lo estoy – su voz sonó tersa y tintineante. Claro que reconocía esa voz se trataba de la esposa de Cayo: Antenodora.
Comenzó a echar atrás la capucha que le tapaba el rostro y a continuación pudimos observarla más. Nunca la había visto en mi existencia. Se decía que esas esposas eran hermosas de verdad, pero quien decidiera verlas estaba condenado a muerte. Fue la primera vez que mis ojos miraron a una de ellas y realmente me impresiono.
Su largo cabello de oro cayó hasta su cintura, su cara era ovalada con una nariz perfecta y sus ojos aunque tenían el color rojo se veían grandes y con largas pestañas. Toda ella era hermosa y aun mas siendo vampira.
- Antenodora, ¿Qué haces? – le demando su esposo Cayo ante tal imprudencia de su parte. Giro lentamente su cabeza y sus ojos se entrelazaron como si tuvieran una conversación en silencio mutuo. No duro mucho, pero si lo suficiente como para que todos llegáramos a la misma conclusión que él.


Antenodora camino con decisión hasta Marco y le miro de una manera diferente. De una manera que se notaba calor mutuo. Eso era: Amor.
Paso su mano sobre la mejilla de este y Marco se la tomo para no soltarla. Eso fue suficiente para que Cayo quisiera matarla, o más bien para desquitar su furia con cualquiera.


- Mantelos – ordeno Cayo con voz temblorosa ante la orden de matar a su amor. A su esposa con la que había compartido una razonable eternidad.
Félix fue el primero en atacar corrió hasta Antenodora con una buena estrategia en forma de zic-zac velozmente y cuando estuvo lo suficientemente cerca de esa esposa de Cayo. Puso su mano en posición para quitarle la cabeza de un solo tirón, pero nunca conto con que Marco lo golpeara de tal manera que su objetivo se desvió y voló en dirección contraria.
Todos nos encontrábamos atentos ante esa pequeña batalla que presenciábamos, aunque no todos ya que había dos pares de ojos que veían atreves del bosque mirando fijamente a aquellas figuras llamadas: licántropos. Esos dos pares de ojos eran de una vampira cuyo nombre desconocía. Cuando se sintió observada, giro lentamente su mirada hacia mí y fue cuando me sonrió. Entonces, lo supe ella seria la causante de nuestra destrucción. Esa vampira de cabello corto y los otros dos eran la causa de que los Vulturi se sintieran mucho más protegidos y con grandes esperanzas ante nosotros.
No permitiría que alguno de ellos me robara la felicidad. No permitiría que le tocaran ni un solo cabello a mi hija. Protegería con mi vida a mi Renesmee.
Fue entonces, cuando Avril se puso en medio de esa pequeña pelea.
- No me obliguen a pelear – comenzó Avril con voz tenue – Marco, Antenodora. – los miro por un rabillo del ojo porque estaba tan concentrada en otro próximo ataque a aquellos que no podía despegar su vista – Váyanse, ahora.- les demando, pero agrego algo mas – No quiero volver a saber de ustedes y… por favor nunca regresen a Italia ese ya no es su hogar.
Sabía muy bien a qué se refería Avril y creo que aquellos dos también. En pocas palabras los estaba dejando ir con la condición de no ser nunca más un Vulturi o algo parecido. Marco tomo la mano de Antenodora y pasaron atreves de nuestras líneas, en el camino Carlisle le pego levemente en el hombro en señal de amistad y los demás aun no lo podía creer. Pero aun así se perdieron en aquel bosque detrás de nosotros.
Los Vulturi rugieron y contraatacaron. Antenodora y Marco no se detuvieron, y Avril fue la que bloqueo cualquier ataque de Félix y Dimitri. Con gran rapidez Avril golpeo a ambos mandándolos volando hasta el otro lado del bosque contrario. Ambos furiosos se levantaron y corrieron hasta Avril hasta que Aro los detuvo con mucha tranquilidad.
- Querida, siempre he creído que tomas ciertas ventajas sobre los más débiles – inicio Aro con su cara de consternación
- ¿Débiles?- bufo Avril levantando la ceja –entonces, según tú… ¿Quiénes son con los que debería pelear?
Aro sonrió complacidamente y chasqueo un dedo invitando a Ben para que se adelantara y saliera de la fila de formación.
Ben como ya sabía tenía una gran habilidad de pelea y sin mencionar que era inmune a cualquier don. El famoso Ben sonrió ante el agrado de partir en dos a Avril como ya había mencionado él con anterioridad.
- Muy bien, - inicio Avril tranquilamente – No le temo a Ben, pero… - se detuvo y miro a Aro – Si muero todos los demás pelearan por sus propias razones y si vivo supondrás que querré vengarme de ti Aro y no descansare hasta matarte
Aro sonrió sin impórtale demasiado las palabras de Avril y entonces sin ver la señal de inicio de Aro a Ben, este comenzó fue más rápido de lo que creí, pero Avril era ágil y bloqueaba a la perfección cualquier ataque de Ben.
Aquel vampiro de cabello rubio tomo a Avril en el aire cuando esta apenas habia bloqueado uno de sus ataques y la tiro con gran fuerza en el suelo haciendo grietas considerables en la tierra. Avril trato se levantarse pero fue inútil y Ben volvió para colocarse en su espalda, estuvo a poco segundos de perder la cabeza cuando no puede mas. No tenia porque mirar algo asi y entonces fui a atacar directamente a Ben, asiéndolo volar unos pocos centímetros ya que era mas fuerte de lo que supuse, pero fue suficiente para que Avril no le faltara la cabeza.
Creo que en el momento que entre a la pelea todos comenzaron con la batalla que definirían nuestras existencias y fue cuando el terreno de lleno de gritos de furia y rugidos.
- Debí suponer que no ibas a quedarte quieto, Anthony – dijo Avril después de salvarla de un decapitada de cabeza
- Debería estar loco, como para dejarte morir enfrente de mis ojos – le dije tratando de encontrar a Ben entre tantos combatientes.
- Largo – empujo a un lado y yo la mire – Largo – volvió a decir – Recuerdas… - no pudo decir nada más porque Ben regreso y Avril lo bloqueo con gran habilidad, volví a entrometerme y me dije a mi mismo que si no matábamos a Ben no tendríamos esperanzas. Tenía que quedarme con Avril a matar a ese vampiro rubio. – Tienes que estar con Bella y tu hija, Recuerdas… - grito porque aun seguía peleando con Ben que decía cosas que me hacían quererle cortarle la cabeza.
- Si, vete Cullen. – decía Ben – Yo me quedare a jugar un rato con Avril, cuando la mate, iré por tu grandiosa Bella y apuesto que será sencillo también matar a tu pequeña hija, aunque ese no es el plan el plan es llevársela a los Vulturi donde la tendrán como prisionera – carcajeo y entonces Avril le dio un puñetazo en la boca que lo hizo retroceder lo suficiente para tener tiempo para girarse a verme y decir:
- No le hagas caso, vete! – espeto un poco molesta por no obedecerla – protege a tu hija- y entonces con eso se fue corriendo hacia Ben y en aire tuvieron otra lucha que al momento de estar en tierra otra vez no había muerto ninguno.
Me gire rápidamente para buscar a mi Bella y entonces, la vi con horror peleando con Dimitri, ella intentaba proteger a Nessie de él. Entonces, Salí corriendo hasta ella, pero aquel niño infantil bloqueo mi camino.
Aquel vampiro que fue convertido aun en su niñez me sonrió con malicia. No tenía tiempo para jugar con él y entonces simplemente decidí ignorarlo y pasar a su lado como si no existiera. Quería hacerle ver que yo no era su enemigo y que podía librarse de una muerte trágica, pero fue un grave error de mi parte el actuó rápidamente y puso su pequeña mano enfrente de mi donde yo salte, para no parar. Aquel niño vampiro corrió detrás de mí tratándome de alcanzar pero yo era más rápido que él.
Pase a lado de Bella, pero no me detuve, primero tenía que deshacerme de ese niño. Lo único que pensé fue que si mataba a alguno de eso tres teníamos grandes posibilidades contra los Vulturi pero ellos también los protegían y eso quedo claro cuando Alec venía detrás del niño vampiro. Entonces tal parecía que pelear con uno de ellos era como un tipo de promoción: Dos por el precio de uno. Tenía que matar a Alec y a ese vampirillo.
Corrí sin saber a dónde detenerme tenía que pensar rápido cuando tropecé en otro pelea con un nivel de bajas significativas, entonces lo supe era el grupo de Avril, pude ver a Carlos y Richard, eso quería decir que los licántropos estaban cerca y no me equivoque.


De pronto escuche varios aullidos detrás de mí y aquel pequeño niño vampiro comenzó una lucha con uno de ellos. No importaba si eran amigos o enemigos, cualquiera que estuviera convertido en licántropo podía atacar a otro vampiro, no importaban, aunque Richard aseguro que los nuestros eran controlados por él. Lo cual dude.
No tuve tiempo porque Alec comenzó una lucha conmigo. Rápidamente me puse en acción. No debía perder tiempo. Hicimos un par de luchas y bloqueos, hasta que un licántropo se acerco con grandes zancadas y lo tomo por la cintura llevándoselo a Alec lejos donde lo despedazó. Sus dientes eran realmente terroríficos como filosos. Corrí en dirección contraria para volver con Bella, pero dos Licántropos me asechaban por ambos lados, gire para correr por detrás pero otro licántropo me acechaba escupiendo de su boca un gran trozo de un vampiro. Tenía que saltar, pero estaba seguro que alguno de ellos me arrancaría un pie o algo en el aire. No sabía qué hacer…
Tal vez si golpeaba a uno me daba la oportunidad suficiente para correr y llegar nuevamente al claro donde se encontraba mi Bella y mi hija. Pero eso también se veía imposible ya que un licántropo no es fácil de matar y solo podíamos matarlos con algo lo suficientemente puntiagudo directo en el corazón. Pero no tenía nada. Nada con que defenderme.
- Ten – grito Samantha desde lejos y me lanzo una estaca de plata
- Esto no funcionara – replique era realmente molesto que pensara que algo así me ayudaría. Era como si un humano se defendiera de mí con alguna bendita. Algo realmente absurdo -¿bromeas?
- Solo clávaselo en el corazón – ella grito exasperada mientras bloqueaba el ataque de un vampiro – Ellos son inmunes a nuestros dientes o nuestra fuerza, pero su sangre es débil, si se contamina con la plata ellos mueren. Cualquier clavadura directa lo podrá débil, pero si lo clavas en el corazón morirá al instante es como si inyectaras veneno en su sistema.
No podía creer aquello. ¿Pero qué otra opción tenia? Ninguna, solo tenía que confiar. Y eso hice.
No sería nada fácil clavar una estaca como esta en un Licántropo. Me abrí paso con unos cuantos roces que les di con la estaca, ellos trataban de bloquearme y solo puede rosarles lo suficiente como para que ellos comenzaran a ponerse furiosos como para quererme partir en pedacitos.
Uno ataco primero y con gran fuerza le clave aquella esta, su gran boca con esos dientes filosos quedaron a centímetros de mi cara, pensé que por un momento arrancaría mi cabeza, pero no fue así. La estaca se quedo clavada en el corazón de ese Licántropo y quedo muerto en instantes, entonces supe que Samantha tenía razón, si la sangre de esas bestias era contaminada, morían.
El otro no tardo en atacar, le di un golpe con mi mano pero eso solo hizo que enfureciera más y lo único que le causo fue retroceder unos dos metros. Aun no podía creer de la gran fuerza que poseían, pero como algunos textos antiguos decían: Ellos eran bestias de la amada luna.
Saque de aquel licántropo muerto aquella estaca de plata y corrí hacia el otro Licántropo ambos corrimos y yo le clave la estaca en el corazón mientras desvié su mordida. Quedo muerto en instantes, mire a mi alrededor y vi aun mucho licántropos peleando con algunos de los amigos de Avril.
- Eres bueno para esto, Cullen – Grito Samantha desde una distancia considerable - Ahora lárgate de aquí – expreso – en primera no debes estar aquí…
Entonces recordé que tenía que estar con Bella y mi hija. Corrí velozmente hasta ellas y entonces entre en una masacre de guerra, licántropos, metamorfos y vampiros luchando por su propia supervivencia.
Corrí tratando de localizar a Bella, pero no las veía en ninguna parte. ¿Dónde estaban?
Entonces las vi en un acantilado lejos de allí. Bella peleaba con alguien de los Vulturi y Nessie solo estaba tratando de ayudar a su madre. Toda adrenalina subió por todo mi cuerpo y corrí para ayudarlas. Así llegue sin contratiempos gracias a los demás que trataron de abrirme paso para ayudarlas.
Entonces vi que se trataba de Ben y mi Bella peleaba con ella, eso quería decir: ¿Qué había matado a Avril?. Eso no podía ser cierto.
Fue cuando lo que temí se adentro a mi corazón como una clavo, a lado hacia un cuerpo sin cabeza, el cual era de Avril.
Todo se eclipsio y comencé a comportarme como loco al ver que Ben trataba de matar a mi Bella. Tome a Ben desprevenido y me encime en sus hombros, este trato de zafarme de mi agarré y Bella le propino un golpe que hizo a Ben responderle, pero eso fue suficiente como para que Nessie saliera al rescate de sus padres. Mordió el cuello de Ben, el cual hizo un pequeño gruñido y con eso tuve tiempo suficiente para arrancarle la cabeza como lo había hecho con Avril.
Su cuerpo inerte cayó de rodillas ante nosotros y tire la cabeza lejos de nosotros. Pero eso no fue toda la batalla, Licántropos no encrucijaron y esta vez no tenía una herramienta para matarlos.
- ¿Qué haremos? – pregunto mi bella
La abrace y bese a mi hija en la frente. Tenía que aceptar que debía poner en marcha mi plan y eso era sacrificarme por sus vidas.
Si ellas vivían yo seria feliz.

Estaba a punto de aventarlas hacia el acantilado y ser yo una especie de carnada, cuando llego una ayuda inesperada: Marco y Antenodora. Ambos con una estacas de plata y mataron a los licántropos que estaban a punto de acecinarnos.

La pelea se detuvo, fue como si todo estuviera en asombrosa paz, pero el momento de la verdad llego cuando nos reunimos. Habíamos derrotado a los Vulturi, pero comenzamos a ver grandes bajas en nuestra familia.

Carlisle sonsañaba a lado de una hoguera donde había cenizas, Alice y Jasper se encontraban ilesos, pero no fue lo mismo para Rosalie y Emmett que nunca pudimos encontrar sus cuerpos.
De nuestros amigos solo sobrevivió Zafrina y unos cuantos licántropos. La guerra termino al amanecer…
Todo destrozos a nuestro alrededor. El clan de Avril, solo quedo Samantha. Del clan de los lobos, murieron nuestros grandes amigos: Leah, Sam, Lucy, Quil… y otros que casi no les hablaba, pero que de igual forma eran importantes por el simple hecho que lucharan por nosotros. Un dolor muy grande quedo clavado en mi corazón.

Acerca del Autor

Nos dedicamos a brindar información a todos los fans de la Saga Crepúsculo. Desde entonces nos hemos encargado de cubrir premieres, eventos, actualizar día a día nueva información sobre el cast. Después de que terminó la épica Saga en Noviembre del 2012, seguimos los proyectos de cada actor como corresponde.
Lee más en: Conócenos

2 comentarios:

  1. Anónimo6/23/2013

    QUE TRISTE POR DIOS SINO TUBIERA UNA ROCA COMO CORAZON GURO QUE ME PONDRIA A LLORAR CARLA AILEN BARRERA

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  2. HOLA CHICAS!!
    Solo es para comentarles que ya colgue el final en mi blog :D gracias por seguirme en esta grandiosa historia, besitos :P

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