Twilight Tuesday- Anne Rice y el vampiro domesticado

Queridos, venid a mí. Los saludo con regocijo.

Hoy polemicemos. Hace ya bastante que no nos metemos con temas picantes, y ya amerita. Verán, en alguna ocasión Anne Rice, la autora de las Crónicas Vampíricas (Entrevista con el Vampiro, La Reina de los Condenados, Pandora…) preguntó por qué, si los Cullen tenían toda la eternidad por delante, preferían repetir sistemáticamente la preparatoria en lugar de viajar, explorar el mundo, aprender... El tono de sus comentarios era derogatorio, e implicaba que llegado el momento, sus propios vampiros quedarían mejor parados.  Apenas hizo este comentario se desataron una serie de ataques en su contra, que aumentaron de intensidad hasta que la escritora tuvo que ofrecer disculpas. Ojo, no se retractó, más bien explicó que se le había malinterpretado.

No es la primera que se pregunta por qué los Cullen insisten en repetir interminablemente la escuela. Se supone que es de lo que más deseamos liberarnos, y ellos la buscan una y otra vez. La verdad es que, siendo objetivos y sinceros, no tiene demasiada lógica que, pudiendo hacer absolutamente cualquier cosa en el mundo los Cullen decidan repetir la preparatoria una y otra vez. No digo que se dediquen a buscar la cura del cáncer, pero francamente la vida es demasiado corta (aún para los eternos) como para desperdiciarla en un salón de clases. Ellos lo hacen como una forma de preservar lo que les queda de humanidad,  y podemos ver que eso se los inculcó Carlisle al trabajar él mismo en un hospital y por lo tanto ejercer una profesión “mundana”

Cuando tienes tal cantidad de tiempo a tu disposición, las posibilidades son infinitas. La naturaleza de los vampiros creados por Stephenie es particularmente generosa, ya que son inmunes al sol, al agua bendita, a los crucifijos, en fin, que rompen con todas las limitaciones que se les otorgaban originalmente, cuando se les adjudicaba una cualidad más diabólica. Definitivamente debería haber más aprovechamiento de estas circunstancias, y es aquí donde gente como Garrett, e incluso James, Victoria y Laurent llevan la delantera, pues se han liberado de todas la ataduras humanas posibles y pueden dedicarse plenamente a gozar de todas las ofertas de un nuevo sistema de vida. Estudiar, prepararse, todo eso está muy bien. Todos los Cullen gozan de numerosas carreras profesionales cursadas en igual número de universidades de prestigio. Pero llega un momento en la vida en que ya no es posible aferrarse a una vida anterior y es necesario dar el siguiente paso; como el niño que se vuelve adulto hay que saber dejar ir y crecer.

Llevo bastante tiempo queriendo profundizar en los comentarios hechos por esta autora. La opinión de Anne es muy interesante. Por un lado define a Stephenie como “una escritora maravillosa”, y comenta que alguien capaz de producir semejante fenómeno definitivamente tiene un don. Por otro, comparte la opinión de mucha gente en el sentido de que Twilight es concepto dirigido a público más bien joven.

Lo que se aprecia de esta crítica es el hecho de que ella sí conoce la obra, es decir, se ha tomado el tiempo de leer los libros y ver las películas. Cuántas veces nos hemos encontrado con gente que habla por hablar, que sólo se llena la boca y a la hora de la verdad resulta que a lo más que llegan es a haber visto un fragmento de alguna de las películas, y a partir de ahí es que se agarran para decir toda clase de cosas sin fundamento. Nosotros sabemos que para opinar e debe tener conocimiento y dominio global del tema, y es lo que vemos aquí. En el momento de este video sólo existían Twilight y New Moon, y es en base a ellas y a los libros (que, claro, ya existían todos) que Anne habla.

Y ahora varios de ustedes se preguntarán, ¿por qué nos importa la opinión de Anne Rice? Pues por muchas razones: Anne es autora de grandes clásicos modernos, aún con ese estilo refinado que ya no se ve hoy en día. El cuidado que le pone a su obra es asombroso, tanto en la investigación histórica como en la científica, y los debates de teología, filosofía, alma y Dios son inigualables. De los mejores exponentes de la literatura acerca de vampiros ella es la única sobreviviente (Bram Stoker siendo otro grande que por desgracia ya falleció). Si ella no puede hablar de inmortales, ¿entonces quién? Anne es definida como la “reina de la ficción de vampiros”, y vaya que se ha ganado el título, si regresamos al concepto clásico del vampirismo. Siempre ayuda tener la opinión de expertos, pero de auténticos expertos, no de individuos de alguna revista o programa de televisión, quienes suelen opinar dependiendo del lado que les esté pagando. Aquí tenemos a alguien para quien el vampirismo es realmente una segunda piel, y conoce muy a fondo las cuestiones que surgen en torno a la sensualidad, al erotismo, y al eterno debate acerca de la condenación de las almas. Por lo tanto, es singularmente valioso su punto de vista.

Quisiera por favor que retomásemos algo que esta autora dijo a The Daily Beast acerca de los vampiros per se:

“Creo que el concepto en sí mismo es muy rico (…) Los vampiros se han convertido casi en un género, como el Western. Lo que veo que ocurre con autores como Charlaine Harris y Stephenie Meyer es la domesticación del vampiro. Yo estaba más interesada en una poderosa figura del Viejo Mundo que tenía muchos conocimientos, experiencia, y estaba rodeada de mucho glamour y misterio. Me encantaba la idea de que estas personas ganaran sabiduría con la edad, y cómo eso podría hacer que estuvieran aún más atormentados por el hecho de que realmente ellos no pertenecen a este mundo y se alimentan de seres humanos, a quienes han llegado a apreciar.”

Si nos fijamos, Stephenie y Anne comparten este concepto del ser atormentado. La diferencia radica en que los vampiros de Anne continúan con esta naturaleza a pesar del horror que sienten hacia sí mismos, mientras que los de Stephenie buscaron deshacerse de tal cargo de conciencia y emprendieron un nuevo camino. Más que domesticación, es una desesperada lucha por la re-humanización, y mientras más claro queda que esa etapa está en el pasado mayor es la resistencia a soltarlo. Es como deshacerse de una relación amorosa.

Los vampiros, como dice Anne, son ya un género literario independiente y por lo tanto se dividen en múltiples ramas y facetas. Yo recuerdo que mi fascinación con vampiros y brujas comenzó cuando tenía cinco o seis años, y de entre todo lo que he buscado en este tiempo jamás he encontrado dos cosas iguales. Esa riqueza a la que hacía alusión Anne en el fragmento anterior es en mi opinión la más importante, la enorme oferta que hay para cada gusto: Nosferatu, Drácula, las Crónicas Vampíricas, la Saga Twilight, The Vampire Diaries, True Blood… una infinidad. Es muy importante que nos demos el tiempo de conocer cada una de estas variantes, no por buscar “la mejor” (por las diferencias entre ellas tal cosa es del todo imposible), sino por complementar e intensificar nuestra propia experiencia con el tema, lo cual nos traerá mayor cultura y satisfacción.

Y es con este exhorto que los dejo, adoradísimos. Como siempre, ya saben que las puertas de esta su casa están siempre abiertas para cualquier tipo de expresión. Se les quiere. Cuídense mucho, sean felices, y hasta el próximo Twilight Tuesday.

XOXO

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Recomendación de la Semana

Canal de YouTube de Ilya Kuznetsov

En este canal de un profesor de ballet en Rusia existen auténticas joyas. Kuznetsov comparte su trabajo con el Ballet Bolshoi, donde da clases desde 2004, y con toda la cultura de la danza clásica, que en Rusia goza de un fervor casi religioso. Extraordinarios son principalmente sus videos de las clases en la Academia Vaganova en San Petersburgo; siendo los rusos tan privados con los detalles de esa exquisita técnica que los distingue es toda una hazaña que estos videos se difundan. Para quienes vivimos inmersos en el aprendizaje del ballet (haciendo fútiles intentos de asimilar la técnica rusa) esto será más bien una comparación de la propia desgracia frente a jóvenes prodigios de diez años. Pero es una experiencia fabulosa, un privilegio poder tener un vistazo a ese mundo tan mágico que es el ballet clásico ruso. Adictivo.