Cap 7: Comenzar de Nuevo

Por Diana Méndez   Publicado a las  1:49 a. m.   8 comentarios


7. Mónaco.


Bueno, Edward no nos queda de otra – dije casi escondiendo mi cara de lo roja que sentía que estaba – no va a hacer nada del otro mundo.

Pues yo estoy acostumbrado a dormir con mujeres – dijo el trancado en risas, me reí tímida, el me miro fijamente y sonrió también – tranquila, yo dormiré en la alfombra, tu duerme cómoda en la cama.

La habitación solo contaba con una enorme cama en el centro de ella, encima reposaban dos juegos de cobertores y dos almohadas extras.

Toma – me extendió unas sabanas para ayudarlo a cubrir el colchón que aun estaba desnudo – colócala en los esquineros.

Yo sé vestir una cama Edward – reproche – si quieres ocúpate de lo tuyo, yo terminare aquí.

Se encogió de hombros y tomo un cobertor, una sabana y una almohada, las tiro desordenadas en la alfombra a un lado de la cama levante sus brazos en signo de final.

Listo – dijo riendo – ahora puedo ayudarte.

Cuando terminamos de vestir y de finalmente acondicionar la cama me lance en ella de espaldas, aunque no había hecho nada durante el día mi cuerpo me pedía a gritos descanso, abrace el edredón formando un bulto de medio lado acomodándole una pierna encima, Edward caminaba de lado a lado en la habitación, como buscando algo, se detuvo en seco un minuto y luego se dirigió a la puerta y salió de la habitación.

No le preste atención, me levante de la cama y fui directo a mi cuarto a oscuras en la parte alta de la casa, alumbre con mi teléfono celular el closet y saque un unos pantaloncillos a cuadros rosa y azules, una franelilla de algodón blanco y un juego de ropa interior. Baje de nuevo y entre al baño, después de una larga ducha, cambiarme y lavarme los dientes me dispuse a dormir, al salir a la habitación no encontré a nadie, en el lugar donde debía ir Edward estaba vacío y solitario.

Necesitaba dormir, pero la voz de Jacob no salía en mi cabeza después de aquella tarde, sería un error tratar de hablar con él, tratar de arreglar las cosas, no podía negar que me hacia una falta enorme, y que al final a pesar de que estaba demasiado emocionada por mi viaje no podía dejar de pensar que hubiese pasado si aceptase la propuesta de él.

No quería pensar en nada, mi mente vagaba a Forks, y muestra de eso era que anhelaba el calor del cuerpo de Jake en mi cama, era algo impresionante, como había dejado que alguien se calara así en mi vida hasta el punto de que llegue a decidir por mí en cosas que no creí que ni mis padres intervendrían. Poco a poco me fui quedando dormida, cuando desperté a la mañana siguiente una vista espectacular me deslumbro.

Edward estaba sin camisa dormido boca abajo, su espalda aunque no muy grande pero no por eso poco atractiva relucía ante los pocos rayos de sol que se colaban por el ventanal, parecía que brillaba aunque era de un blanco poco natural, sus brazos estirados a los lados y su trasero un poco subido cubierto por un mono largo azul oscuro, su cara estaba hacia el lado de la cama, imperturbablemente hermoso, sus labios un poco separados daban una invitación poco casta.

Tuve curiosidad de sentir aquella piel, que parecía fría, pero al mismo tiempo aterciopelada, lleve mi dedo hasta ella y la toque, su calidez me impresiono, delicadeza, suavidad, se sentía como una tela de melocotón hermosa y satinada, entonces solo sentí un jalón de mi muñeca y lo próximo que me encontré fue una mirada recia y dura con ojos verdes esmeraldas encima de mí.

¿Qué haces Edward? – dije un poco asustada aunque sin quererlo admitir, el siguió mirándome de manera apetitosa pero sin decir nada, me tenia las muñecas encerradas entre sus manos – ¡Edward!

Lo siento – dijo sin apartarse, sus labios se curvaron un poco en media sonrisa – mis instintos son básicos al contacto de una mujer.

¿Básicos? – esa pregunte fue como pensar en voz alta, el sonrió abiertamente esta vez –

Me mantuvo la mirada un par de minutos, se acercaba, comenzó a bajar su cabeza mirando mis labios, yo no sabía qué hacer, si decirle algo, llevarle la corriente o golpearlo y apartarlo antes de que siguiera bajando, nuestras narices acortaban la distancia entre nuestras bocas, cuando comenzaron a rozarse nuestros labios, empecé a necesitar ese contacto final, empecé a anhelar ese beso como a nada, como si fuera agua para saciar esta tonta sed que había tenido toda mi vida, el paro en seco, subió su rostro, me miro de nuevo y se me quito de encima sin decir nada más, me extendió su mano para ayudar a levantarme, cuando lo hice me quede sentada en la cama mientras lo miraba salir tranquilo.

Mi corazón parecía un loco latiendo a montón, sentía que tenía la presión arterial subida más de lo normal en un simple roce, me toque la frente, no podía dejarme llevar de esa manera en las provocaciones de Edward o terminaría por caer en sus brazos y aceptando que para mí y para mi cuerpo era algo más que el mejor amigo como le había dicho a mi madre.

Subí a mi habitación a cambiarme, me duche de nuevo y me coloco una ropa más decente, hoy saldría a conocer un poco más la ciudad antes de irnos a otra, mi hermano y Rose me ofrecieron acompañarlos y no me resistí.

Con unos Jeans en tubo azul oscuro y una vaporosa camisa blanca de cuello baje las escaleras con mis enormes tacones de aguja negros patentes, mi hermano y amiga me esperaban abajo con una sonrisa un poco tonta, les sonreí de vuelta, pero algo de realidad me llego al momento justo cuando me encontré con unos ojos hermosos mirándome de arriba abajo pero con una actitud de suficiencia increíble, aunque habíamos hecho un pacto sentía que algo había cambiado en Edward aquella mañana, el también llevaba jeans oscuros con una camiseta blanca y chaqueta de cuero negra que le quedaban increíble, como alguien podía verse bien con lo que fuese, eso no debía ser mortal, tenía una taza de café en un pequeño platito en su mano que cada cierto tiempo se llevaba a los labios.

¿Nos vamos? – Mis acompañantes asintieron buscando sus cosas que habían colocado en el mueble de la entrada – ¿desayunaremos fuera cierto?

Bella – la voz de Carlisle me detuvo en la puerta de salida, al voltear lo vi en la misma pose que tenía su hijo hace unos segundos con la taza de café – ¿Cuándo acaben tus vacaciones volverás al trabajo?

Renuncie – me reí – no tengo trabajo aun señor Cullen.

Carlisle por favor – dijo tomando un sorbo de su taza de café – ¿Trabajarías para mí?

Papa – una sonrisa se dibujo en los labios de Rosalie – ¿De qué hablas?

Un departamento, auto y un contrato por un año en Cullen Corporation – dijo mirando unos correos que acababa de entregarle James, como de mi parte no hubo respuesta levanto la mirada para enfocarme – ¿no dirás nada?

¿A cambio de qué? – Dije mirándolo fijamente – ¿Qué puesto tendré en su empresa?

Edward y Esme se le quedaron mirando fijamente, cuando el apuesto jefe de familia Cullen elevo una sonrisa y se acerco a mí.

Por lo pronto serás mi asistente personal – me miraba expectante – tendrás un entrenador en finanzas y luego que le tomes la medida a todo te daré un nombramiento de acuerdo a tus capacidades.

Está bien – le extendí mi mano para estrecharla – ¿Cuándo empiezo?

Cuando termines tus vacaciones te espero en New York – camino hasta su oficina y la libreta que llevaba en la mano me recordó algo –

Carlisle – llegue hasta él y extendí la mano – déjeme comenzar hoy, le conseguiré los contactos que necesita mientras disfruto de mis vacaciones.

Me gusta la gente comprometida con el trabajo – dijo el sonriendo, me entrego la agenda, la coloque en mi bolso y me despedí de él y del resto de la familia –

Salimos finalmente, al llegar a Paris el aire que se respiraba era impresionantemente fresco, era como estar en un sueño y que ahora mas que nunca no terminaría, nunca pensé encontrar tantas oportunidades de una sola vez y de manera un poco confusa, DIOS TRABAJA DE MANERA MISTERIOSA – me dije a mi misma – ponerme a los Cullen en el camino era algo que nunca hubiese imaginado.

En el camino llame un par de los contactos de la agenda, les hice una cita y en medio de un café hermoso en el centro de la ciudad llame a los restantes, Rosalie insistió en que comprara un par de vestidos de diseñador, unos zapatos nuevos y una colección de accesorios, ya sabía que algo pasaba pues siempre que salía con Emmett llegaban repleto de bolsas y por experiencia sabía que no podía ser mi hermano porque era un tacaño de lo peor.

Luego de varias horas estábamos de nuevo en la casa, donde el problema de electricidad ya había acabado, mientras Rose seguía prometiendo que no lo volvería a hacer me encamine a la oficina de Carlisle a llevarle los horarios y días de las citas que le había pautado, toque la puerta y después de la afirmación la abrí.

Bella – dijo al verme aparecer – ¿tu sabrás donde esta Edward?

Ni idea – saque mi celular del bolsillo, el me enviaba pin cuando no estaba en casa pero no encontré ninguno – ni siquiera me ha texteado.

Espero que no esté haciendo de las suyas con Tanya de nuevo – dijo en voz alta, lo mire sorprendida – no me veas así Bella, Edward ya no es un niño pero a veces se sigue comportando como uno.

¿Pero con Tanya? – el me enfoco –

¿Tú sabes quién es ella cierto? – pregunto curioso –

Si lo sé – me senté frente a él en una silla de cuero de su escritorio – yo los vi en la cena del otro día.

Exacto – dijo el mirando la agenda que había puesto frente a él – tiene una rara obsesión con la mujeres prohibidas, con las que se le hace más difícil obtener, hace todo, hasta lo inimaginable y el muy condenado termina consiguiéndolo.

Algo de eso me dijo Rose – sonreí –

Algo me dice que tu eres su próxima victima así que aléjate de él lo mas que te sea posible – Carlisle sonreía – aunque me parecería de muy buena broma del destino que termines siendo mi nuera.

Ni lo sueñes – le sonreí de vuelta – el que parece que si se unirá a tu familia es Emmett.

Es un buen chico – dijo mirando aun su libreta – ojala mi Rose termine encerrándolo en sus redes. Por cierto, muy buen trabajo, felicidades, realmente pensé que sin Victoria no podría solo, pero contigo será más fácil, gracias Bella.

Me levante del asiento caminando hasta la salida, necesitaba un poco de espacio de soledad, debía buscar la manera de decirle a mis padres que me iría a New York y enfrentar a Jacob lo mejor posible.

Camine buscando entre los pasillos la puerta que me llevaría al pequeño santuario de Edward, así le había colocado después de su reproche porque no entrara allí, tome mi celular y empecé a marcar el muy conocido numero de mis padres, al fin encontré la puerta que buscaba pero al abrirla lo que encontré me dejo con la boca en una O perfecta.

Edward estaba con una chica encima del piano, ella tenía las piernas abiertas encerrándolas en la cintura de él, su vestido rojo corto se esparcía por el piano, el pantalón desatado del cinturón de él se caía poco a poco mientras se movía envistiéndola con furor, ella abrió los ojos entre jadeos y me vio allí parada como una tonta.

Edward – dijo ella exasperada apuntándome con la mano –

Cuando el volteo fue muy tarde para mi, mama comenzó a hablar por el teléfono sacándome de mi asombro, me reí como loca y les di la espalda solo diciendo muchas veces seguida que lo sentía por interrumpirlos, cuando me vi libre de aquella escena coloque el teléfono en mi oído y conteste.

¡Mama! – camine hasta la habitación donde había dormido la noche anterior seguro allí tendría la privacidad que necesitaba sin incomodar a nadie – ¿Cómo estás? ¿Está Charlie allí contigo?

Si – dijo ella emocionada – estamos preparando las maletas para irnos a California mañana ¿recuerdas que su cumpleaños es la próxima semana no?

Si mama – dije sonriendo – claro que lo recuerdo, pásamelo por favor.

Entable rápidamente una conversación con mi padre acerca de mi futuro, si bien era más fácil que decirle a Renne que me quedaría a vivir en New York de por vida o al menos hasta que conservara el trabajo con los Cullen, gracias a Dios cuando papa se lo dijo ella no le cayó tan mal, solo coloco de condición que los visitara un fin de semana al mes y que por supuesto asistiera al cumpleaños de mi padre.

Cuando colgué me acosté recta en la cama, mi espalda dolía por la postura en la que había pasado casi una hora hablando por teléfono, me voltee y quede boca abajo, cerré mis ojos y los recuerdos de la mañana me atacaron, la mirada, el aliento de Edward, sus manos sosteniendo mis muñecas, cerré mis ojos tratando de revivir aquel momento donde nuestras narices se rozaron.

Muchas gracias por no decir nada – la voz de Edward en mi oído sonaba como que lo que estaba tratando de revivir estaba más vivido que nunca – Tanya se asusto un poco pero la convencí de que se calmara y termináramos lo que habíamos parado por tu aparición.

Me quede muy quieta sin moverme ni un milímetro, su aliento caliente rozaba mi oreja con cada respiración, sentía su pecho apoyado en mi espalda muy sutilmente y la hendidura que hacían sus manos a los lados del colchón.

Sé que no estás dormida – dijo sonriendo echándose a un lado en la cama – ¿Cómo es eso que trabajaras con papa?

Me lo propuso y lo acepte – respondí sin voltear – vivir en New York me parece un reto muy divertido.

Pensé que eras profesora – sentí la risa en sus labios – no pensé que quisieras encerrarte en una oficina a sacar cuentas.

¿Por qué no? – Me voltee y lo encare – ¿Qué tendría de malo?

Alguien como tú debe exhibirse – dijo descarado con una sonrisa ladina – no deberías andar como ratón de laboratorio, encerrada.

No estaré encerrada – le sonreí – seré la asistente de tu padre y los fines de semana una amante enmascarada.

Jajajaja – Edward reía sin parar – ni siquiera te has dado la oportunidad de darte una canita al aire conmigo, no es por nada, pero si te resistes a mis encantos no creo que haya hombre humano que pueda seducirte o gustarte.

Pues no será humano – recordé en la tarde como yo misma me había referido al mismo Edward como alguien inmortal – pero ya habrá alguien que me haga enloquecer.

¿Enloquecer? – Rio a carcajadas – ¿tu Bella? En este tiempo nunca te he visto perder la cabeza por nada ni por nadie. Ni siquiera mi hermana te ha sacado de tu equilibrio con sus locas cosas de tenerte de Barbie cambiándote y probando maquillaje a cada rato.

Ummm – pensé – tienes razón muy pocas cosas o personas logran tener ese efecto en mí, ahora cuéntame ¿Qué te traes con Tanya?

¿Tanya? – pregunto el mas para el mismo que para mí – ella es mi pasatiempo favorito, me costó un poco conquistarla y sacarla de ese papel de esposa joven noble, pero cuando lo logre valió la pena.

¡Ja! – Me reí – ¡es una zorra!

No la juzgues – dijo el suficiente – ella tenía que caer o dejaba de llamarme Edward.

Cuidado Edward – lo mire fijamente – a veces, solo a veces, los pájaros le tiran a las escopetas.

Jajajajaja – su risa era atormentante, como en una película de horror – ¡no Bella! A Edward Cullen jamás le pasara eso, y si lo que quieres decir es que algún día me enamorare, eso no lo he descartado, solo que aun no hay alguien que llene por completo mis expectativas con respecto a la mujer que decidiré será para toda la vida, cuando la encuentre te aseguro que este Edward acabara.

Huy! Que serio – me reí levantándome de la cama – ojala llegue pronto, no me gusta verte en esa faceta de Don Juan.

Antes que pudiera dar un paso a la puerta me tomo de la cintura colocándome en la cama de nuevo, se encimo sobre mi pegando nuestras frentes.

No puedo imaginar en que te incomoda que tenga muchas doncellas a mi lado – me embriague de su aroma pero sin mostrar ni un atisbo de nerviosismo o de la revolución que se levantaba dentro de mi – al fin y al cabo parecer ser la primera mortal que se resiste a insinuaciones.

Levante mi rostro y mordí su labio inferior, fue tan excitante sentirme superior, sabía que le gustaba a Edward pero no iba a permitir que creyera que podía tenerme y doblegarme cuando quisiera, se había convertido como en un reto tenerlo a la expectativa de que sería la única a la que no volvería loca con sus tonterías de romeo americano. Tome su labio entre mis dientes dándole una pequeña lamida, succionándolo un poco cuando aflojo su agarre en mis muñecas lo lance a un lado, me levante lo más lento que pude.

Yo también se jugar – dije sin voltear a mirarlo y salí de la habitación –

Cuando llegue a mi habitación tenia alguien esperándome, lo mire sonriéndole, camine hasta el baño, me cambie y salí de nuevo para escucharlo.

Me han llamado de la base – Emmett se mostraba abatido – tengo que volver enana.

¿Cuándo? – Pregunte recostándome a su lado en la cama colocando mi cabeza encima de su pecho –

Mañana – dijo resignado, no sonaba bien e imaginaba porque –

¿Se lo dijiste ya? – pregunte esta vez sentándome en forma de indio en la cama mirándolo fijamente –

No – confeso – quería hablar contigo primero.

Dime – me encogí de hombros –

La quiero – su respuesta me dejo helada, escucharlo decir eso era como agua en un desierto – no sé como ocurrió, pero esa rubia me enamoro.

Emm ¡eso es estupendo! – lo abrace por un momento –

Me enviaran a Irak – eso me dejo estática – no quiero ir allá Bells, si me hubiesen dicho eso hace un par de semanas te juro que hubiera ido hasta allá sin pensármelo.

¿Emmett no hay manera que puedas quedarte? – pregunte asustada, si él se ponía nervioso que ya estaba acostumbrado a este tipo de cosas, en mi caso mi piel se erizo de solo imaginar que algo pudiera pasarle – puedes darte de baja. Retirarte, ya eres mayor y tienes muchos años allí, no creo que te lo nieguen.

Eso es un proceso Bella – contesto levantándose de la cama caminando por la habitación – no sé cómo explicarte, tendría que encontrar a alguien para que haga mi trabajo y terminar el entrenamiento de esta temporada de los soldados. Son demasiadas cosas aparte del papeleo legal.

Papa cumple años en una semana – conteste como dándole una idea – mama quería verte allá, tus días de vacaciones no se han terminado, 30 días me dijiste, solo han pasado 15.

El se sentó de golpe en la cama, se tapo la cara con las manos, mi pobre hermano no sabía qué hacer, podía sentir la incertidumbre que tenia, las ganas de nunca alejarse de Rose, porque eso ya lo había sentido con Jacob una vez, pero esto parecía más fuerte que él, levanto su rostro con un atisbo de brillo en ellos.

Le pediré que se case conmigo – mis ojos parecían que saltarían de sus cuencas – no puedo esperar que mientras esté lejos otro se le acerque eso me enloquecería.

Debes confiar en ella Emm – dije acariciando su espalda – por estar casada contigo no evitara que se enamore de otro si eso está en su destino, si en realidad tú no eres para ella.

¿Desde cuándo crees en el destino? – dijo el riendo – la amo y tu más que nadie sabe que nunca me había enamorado, este sentimiento es genuino y si ella también lo siente estoy seguro que no dudara.

Se levanto de la cama y salió de la habitación casi corriendo, el amor llega en lugares inesperados, al menos ellos estaban destinados a conocerse, todo el mundo tiene un destino escrito, eso lo dicen los judíos, después de todo, la mayoría de las cosas que nos suceden tienen una conexión más adelante.

Me recosté en mi cama mirando la luz de la luna que se levantaba en el cielo enviando tenues rayos azules a mi habitación, cerré mis ojos un momento, ¿el destino también me habría jugada una mala pasada alejándome de Jake y conociendo a Edward? Mis labios aun tenían el sabor de los de él, algo inconfundible y que estaba segura no volvería a probar.

Así transcurrió la noche, sin anormalidades, cada quien parecía dedicarse a lo suyo, al poco tiempo de Emmett haber salido de mi habitación escuche un leve toque de nudillos, mi corazón se acelero, Edward era el único nombre que me venía a la mente que aparecería cuando mande a pasar al que tocaba.

Hola – su sonrisa ilumino la habitación – solo venía a decirte que ya me voy.

¿Te vas? – Pregunte intrigada – ¿saldrás con Tanya?

Nop – dijo el acercándose y sentándose en la orilla de mi cama – me voy a Mónaco.

El circuito – recordé – es cierto, lo siento.

Me acerque a darle un beso y un abrazo para despedirme, el se acomodo para recibirme de frente, lo abrace fuerte deseándole suerte en su oído, el se alejo un poco de mí y me beso en la mejilla, se levanto y camino hasta la puerta, se quedo viéndome unos segundos y finalmente salió.

Escuche la puerta de nuevo, pero esta vez la abrieron sin esperar a que los dejara entrar y mi rubia amiga apareció con una hermosa sonrisa para mí.

¿Sabes que le pasa a mi osito? – Pregunto lazándose de golpe sobre la cama apoyando su cabeza a una palma de su mano mirándome inquisidora – está muy extraño desde que recibió una llamada esta tarde.

Era de mis padres – conteste – Charlie, nuestro padre, cumple año en unos días y van a festejárselo en casa de mi hermana Alice.

Pero el no me ha dicho nada – hizo un puchero – pensé que nuestra relación iba algo en serio y que pronto conocería al resto de la familia.

No te desesperes – dije recordando que mi hermano iba tan en serio que quería hasta casarse con ella – seguro mañana te invita.

Ummm – se quedo mirando mi habitación un momento – mañana iremos a Mónaco a ver a Edward correr, a él apenas hace un ratito acabo de despedirlo.

Lo sé – dije escondiéndome bien entre las almohadas – vino a despedirse.

Por primera vez mi padre ira a una de sus carreras – dijo ella como si de un acontecimiento mundial se tratara – mi hermano tiene que dar lo mejor de él mañana, y aparte mi madre y yo estamos que nos comemos el manicure por los nervios.

¿Qué es lo que pasa con esa pista? – Recordé – desde el primer momento en que te dijo que correría allí te pusiste nerviosa.

Es el circuito más cerrado y más peligroso por sus estrechas curvas a la velocidad que esos pequeños autos llevan – se tapo la cara de puro susto – te podrás imaginar lo que sucedería si llegan a chocar.

No le va a pasar nada a Edward – acaricie su espalda en tono consolador – el estará bien, no va a arriesgar su vida por una carrera, estoy segura.

Rose se abalanzo sobre mi abrazándome con todas las fuerzas que su cuerpo podía permitir.

Eso espero Bella – deshizo el abrazo y camino a la puerta – ahora descansa, saldremos temprano.

Así como ella misma lo había dicho, a las 6:00am salía nuestro vuelo, la carrera seria al mediodía, pero debíamos estar allá temprano, lo que más me llamo la atención fue encontrar a mi hermano abrazando a Rose en la puerta, pensé que se estaban despidiendo, pero en realidad se saludaban, el me vio e hizo un guiño, le sonreí, estando todos listos salimos al aeropuerto.

Llegamos al aeropuerto de Niza, para luego tomar un helicóptero hasta Mónaco, En poco tiempo estuvimos en la ciudad, el principado de Mónaco como lo llamaba Rose, toda la ciudad estaba alborotada con la emoción de la carrera, hermosa vista se levantaba ante nosotros, Rosalie no podía con la emoción, pero estábamos sobre la hora, de llegar al hotel y partir hasta el circuito.

Una vez en la pista mi hermano se acerco a Rose y beso sus labios, luego se acerco a mí, esperaba atenta a lo que venía a decirme, pero entonces mi atención la tomo otro, Edward aparecía entre los periodistas con una braga blanca con el distintivo de la Mercedes, me quede técnicamente embobada, marcaba los músculos de sus brazos muy bien torneados y sus piernas sueltas, su sonrisa cegadora nos hizo sonreír a todos, se acerco a su padre a quien abrazo con fuerza, todos los flash estaban sobre aquellos dos hermosos hombres.

Sr. Cullen viene a brindar a apoyo a su hijo por primera vez en tanto años – empezó uno de los periodistas con gran interés resaltando entre los otros, padre e hijo estaban abrazados sonriendo – ¿porque ahora?

Digamos que había estado muy ocupado – la voz de Carlisle sonaba emocionada – pero esta vez, mi apoyo y mi presencia estarán aquí contigo.

Ambos se dieron un abrazo largo, hasta se podía ver rastros de la emoción entre ambos caballeros, los periodistas siguieron con las preguntas, mientras los demás esperábamos expectantes.

Estaba segura que Edward ganaría esta carrera, ahora más que nunca teniendo el apoyo de toda su familia, lo que llamaba la atención es que Carlisle no estaba de acuerdo con que Edward “desperdiciara su vida” con una profesión como esta… ¿y de la noche a la mañana lo aceptaba?

Estaba segura que algo mas había detrás de esto.


Tengo un hermoso problemita!!! estoy embarazada de 5 meses... y el medico me ha prohibido estarme sentada tanto tiempo en la compu escribiendo... asi que mis amores, he estado escribiendo poco a poco poco a poco... jajajaja pero he terminado el siguiente cap... espero me tengan un poquito de paciencia por mi condicion para poder ir subiendo mis capis!!!! muchaaaaaaaaaaaaaaasss graciaaass!!! besitos!!!!


Iza.

Acerca del Autor

Nos dedicamos a brindar información a todos los fans de la Saga Crepúsculo. Desde entonces nos hemos encargado de cubrir premieres, eventos, actualizar día a día nueva información sobre el cast. Después de que terminó la épica Saga en Noviembre del 2012, seguimos los proyectos de cada actor como corresponde.
Lee más en: Conócenos

8 comentarios:

  1. Anónimo3/12/2013

    FELICIDADEEEEEEEEEEEEEES !!! Que gran noticia !!! Espero que estes bien y el/la bebe tambien !! Muchas felicidades

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  2. Wooow esta sensacional tu historia, no deje de leerla hasta que termine el ultimo cap. que hasta ahorita tienes , espero con ancias el nuevo. Felicidaes por tu bebe una bendicion mas para tu vida ;)

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  3. Anónimo4/09/2013

    actualiza por que me encantaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

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  4. Anónimo4/15/2013

    por favor actualizaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaquiero saber como le fue a edward

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  5. muchas felicidades por tu embarazo y no te preocupes tendremos pasiencia por tu condicion.. solo no la dejes incompleta x k esta muy buena :D

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  6. Anónimo5/21/2013

    Felicidades por el bebé todos esperamos que llegue al mundo bien.
    tu historia esta muy bien a pesar de los examenes que tengo siempre tengo tiempo de leer es me pasion gracias por contribuir en ello.

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  7. Anónimo7/02/2013

    porfa ievo meses esperando a que actualizes

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  8. Anónimo7/04/2013

    Aaaaaa!!!
    Necesito urgentemente que actualices
    Eres increíble, vales mucho pero no me puedes dejar con esta intriga
    Nunca se me habría ocurrido imaginar tu historia pero ahora necesito que cuentes como sigue
    Me alegro muchísimo por ti y por tu hij@
    Con un poco de suerte y con una madre así seguro que sale escritor
    Pd: Si es varón, ¿Le llamaras Edward?

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