Cap 24: Despertar: Rayo de Sol

Por Diana Méndez   Publicado a las  8:37 p. m.   0 comentarios


Capítulo 24: Tomando una decisión

Narrado por Avril


Después de algunos días de no dormir adecuadamente y siempre despertar a la mitad de la noche con sueños tan vividos que no podría explicar, sospeche que algo andaba mal.

- Avril – me susurro Edward en mi oído – No es hora de dormir

Yo aunque lo había escuchado, no desperté.

De pronto sentí un pequeño golpe en mi brazo izquierdo, tal parecía que estaba desesperado para despertarme. Pero no quería abrir los ojos.

- Cariño – comenzó de nuevo Edward

Volví a ignorarlo. Tenía bastante sueño.

- Señorita, Avril – me llamo una voz dura y molesta

Esta vez levante lentamente mi cabeza y enseguida me tope con la cara del profesor de geometría avanzada: El profesor Gilberto.

Mire alrededor un poco confusa. Todos me miraban. Sentí vergüenza y molestia.

Genial. Suspire ante mi tontería de haberme quedado dormida en la clase del peor profesor que tenía hasta ese entonces en la Universidad.
- Estaba durmiendo… - no me lo preguntaba si no que lo estaba afirmando – Muy bien, necesitare un trabajo de 20 hojas sobre lo visto en esta clase – y luego me miro con más dureza – Si no lo entrega para mañana – me sentencio – No se moleste en regresar a mi clase
Dicho esto dio la media vuelta y se fue al pizarrón donde borro todo una serie de procedimientos.
Tocaron la campana para el cambio de clase y todos se levantaron para irse de la clase.


Bostecé un poco y gire para tomar mi mochila.
Pero Edward me la quito y me hizo sentarme de nuevo.
- ¿Quieres quedarte, “aquí”? – le pregunte tapándome la boca para proferir otro bostezo
- No me importa el desayuno – me aseguro – Lo que quisiera saber es… - levanto un ceja para interrogarme - ¿Por qué estas tan cansada últimamente?


Mire que en verdad estaba preocupado.


- Estoy bien – le respondí con una sonrisa. Pero esta claramente no funciono con él
- “Estas bien” – volvió a repetir con dureza – Ayer te quedaste dormida en la clase de lengua y antier te regaño el profesor de filosofía… - dijo desesperado - ¿Qué sucede?
- Nada…
- ¿“nada”? – me cuestionó
- Simplemente he tenido pesadillas – le conteste indiferente al asunto – Eso es “nada”
- ¿Pesadillas? ¿Qué clase de pesadillas?...
- Unas muy tontas – le asegure – Ahora debemos irnos o no podremos desayudar y luego nos desmayaremos de hambre en la clase de Lengua.
Así salimos de ese gran salón y nos adentramos a los comedores.
Pero Edward en todo el día no me quito un ojo de encima.


La verdad es que me había quedado despierta no sólo por los sueños, sino también porque me había puesto a investigar por la noche. Todas las noches al despertarme me entraba una seria duda de que todo era real, en pocas palabras que mis sueños no eran sólo sueños, si no recuerdos que realmente existieron.
Tomaba una laptop y salía al jardín a sentarme en un árbol. Y comenzaba a buscar nombres de los cuales no tenía idea alguna, pero aun así no desistía hasta encontrar algo de información.


Por ejemplo: ayer en la madrugada un nombre quedo pegado en mi cerebro y aunque tarde más de cuatro horas en buscar información, tuve éxito o al menos eso creía yo.
Había encontrado una dirección de una residencia en Forks y un teléfono. Pero aun no me atrevía a llamar o a ir.


¿Por qué mi vida parecía irreal? Tenía una ligera sospecha que está no era mi vida.


- Sabes, hoy logre ganarle a Sebastián en natación – comentaba Edward mientras íbamos directo a esa casa. Cuando acabaron las clases. - ¿aun sigues distraída?
- No – le solté mirando por la ventana. Mi distracción se debía a que hace unos segundos tuve un recuerdo un poco loco, en donde estaba con los Vulturi.
- También hoy se me acerco una chica muy linda y me pregunto si quería ser su novio…- dijo poniéndome a prueba – y yo le dije que sí.
- Qué bueno, Edward – le respondí sin prestar atención a lo que me decía.


Acababa de tener un flash de un recuerdo.
En donde los Vulturi me tenían como una de sus guardianes. ¿Eso había sido real? Era ridículo que Marco anduviera con Arenodora (esposa de Cayo)
Sonreí alejando esas ideas de mi cabeza mientras negaba creer eso tan absurdo.


- Avril…
- ¿Qué? – mire a Edward con duda
- ¿Escuchaste lo que acabo de decirte? – volvió a preguntarme preocupado mientras bajábamos del auto.


Lo mire detenidamente, para tratar de recordar.
- Pues… - comencé a decirle con un dedo en mis labios – Claro, dijiste que le habías ganado a Sebastián en natación… ¿no?


Edward me miro con ojos redondos y me tomo de la mano
- ¿sabes me estas preocupando mucho?


Después a la hora de cenar yo un seguía haciendo mi respectiva tarea de geometría avanzada. Pero el sueño pudo más que yo y volví a quedarme dormida.


Caí en un abismo, en un pozo y luego quede de pie ante alguien. Era de noche y pude percibir el frio y la confusión en mi cabeza. Aunque yo me encontraba adentro de mi, solo podía mirar sin hacer nada al respecto.
- Samantha – le tome del brazo - ¿pero a donde se supone que iré?
- No lo sé – me dijo indiferente – Solo haz lo que tienes que hacer y cuando descubras todo, llámame
- ¿Cómo? – no había entendido todo lo anterior porque Samantha lo había dicho muy rápido
Solo grita mi nombre diciendo: “Samantha descubrí todo y ahora quiero…”,


No pude terminar mi sueño porque Edward me llevaba a nuestra recamara cargándome.


Al día siguiente desperté con más ánimos porque era la primera noche después de que nos habíamos mudado que dormía fabulosamente bien.
Me pare a bañarme y cocine el almuerzo para Edward.


Mientras comíamos él me miro sorprendido.
- ¿dormiste bien?
- Si – le respondí feliz – Además acabe mi trabajo de matemáticas – le enseñe el trabajo de veinte hojas engargolado – y sobre lo que me dijiste ayer – lo señale tan duramente que Edward dejo de comer – dile a la podre ilusa “esa” que se cuide porque la matare si se acerca a ti, es mas dile que ni siquiera te mire


Edward levanto ambas cejas sin entender porque decía aquello, hasta que se acordó de lo que había dicho ayer y comenzó a reír.
- Ohh, es eso – expreso sonriente – Claro que le diré -. Me garantizo mientras me besaba


Ambos salimos de la casa para ir a la Universidad. Comimos juntos e incluso me puse a pelear con algunas chicas que invitaban a Edward a salir. Creo que lo que me había dicho de la supuesta chica no era del todo mentira, porque ya había una centena detrás de él. Aun así con algunas habladas y unos cuantos sustos pude deshacerme de ellas.


El día pasó sin contratiempos y sin más recuerdos absurdos.


- Oye! – Le reprochaba a Edward – No mires a Jessica – me puse un poco celosa
Edward comenzó a reírse.
- La miro, pero es porque ella tiene una mirada de odio dirigida hacia ti – me puntualizo girándose para verme - ¿Qué le dijiste?
- Nada – le conteste con inocencia


Mi novio Edward levanto una ceja sin creerme, pero aun así siguió comiendo sin darle tanta importancia.
Cuando salimos de la Universidad íbamos directo al automóvil. Pero un chico apuesto a mi ver se encontraba recargado en el auto mirándose las uñas su cabello lo tenía agarrado en una coleta. Edward y yo que veníamos abrazados nos separamos para quedarnos viendo a ese personaje.


Vi la reacción Edward la cual mostraba claramente que desconfiaba de aquel chico. Entrecerró los ojos y tomo mi mano para jalarme con él. Al llegar al frente de ese chico levanto su cabeza y puede ver los ojos de color ámbar. Lo cual supe enseguida que era un vampiro.


- Hola, Avril – me saludo ese vampiro de cabello negro – Veo que has cambiado…


El solo me miraba a mí, era como si Edward no existiera. No recordaba haberlo conocido hasta que…
…una serie de recuerdo inundo mi cerebro llenándolo al tope. Puse una mano cabeza para el dolor atroz que comencé a sentir justo en toda mi cabeza.


Tal parecía que Edward no se había dado cuenta de mi dolor y de mis descubrimientos.
No hable porque todo se veía tan confuso y porque aunque tenía muchos recuerdos en mi cabeza, aun no lo conocía a él o no lo recordaba.


- Necesito hablar contigo, es digamos “urgente” – me dijo con voz tranquila pero al mismo tiempo podía notar un poco de burla ante algo o alguien.
- ¿Quién eres? – le cuestionó Edward


Aquel extraño hizo una mueca seguida de una negación ante la pregunta de Edward.
- Pobre de ti, Edward – le espeto con voz sombría y triste – Bueno, necesito hablar con la causante de la muerte de todos nuestros amigos… - me miro con una sonrisa burlona - …y sobre todo de mi familia – concluyo


Mi mente comenzó a divagar y un recuerdo se asomo mostrándome de lo que hablaba ese vampiro.


- “¿sabes lo que estás haciendo? – me dijo ese mismo vampiro que ahora me miraba
- No – admití – ¿Pero que mas puedo hacer?- le pregunte desviando su mirada – Ayer Edward estaba muy molesto conmigo de no llevarlo con su hija, aunque lo lleve a verla. Estaba desesperado por no verla antes de que comenzara la batalla – mire a mis dos acompañantes desde lejos
- ¿A dónde piensas ir? – me pregunto cambiando de tema y mirando a Derek y a Carlos
- Iré con una amiga – le dije con voz seca
- Sí, eso escuche – me comento
- Debo irme – le anuncie – Haaa,- recordé que debía decirle sobre el encargo que le había dado a la esposa de Edward- Bella tiene que descubrir que nos ha traicionado, no logro entender quien trajo a tantos vampiros aliados para los Vulturi…
- Has pensado que tal vez este Astur – me dio esa posibilidad


Tuve que detenerme ante esa información.
- Es absurdo, Richard – le replique – Astur no haría esto en contra de su hermano, además ni siquiera sabemos si está con vida…


- ¿Enserio? ¿Eso crees?– Levanto una ceja cuestionándome y agrego un poco de su veneno – Recuerda que son gemelos y Astur estaba comprometido contigo - me argumento el punto - Supongo que el compromiso de unirse con su otro hermano lo destrozó,.. ¿No crees que sea suficiente para hacerlo vengarse?


Dejo que esas palabras se esfumaran como mis recuerdos y de pronto una ira incontrolable inundo mi cuerpo. Corrí directo hasta él y lo tome por el cuello.


No me gustaba que nadie hablara de mi pasado y menos de Edward y Astur.


- ¿De qué compromiso hablas? – le exprese con ira tomándolo por el cuello fuertemente.
Un solo movimiento y le torcía la cabeza. ¿Cómo sabia todo eso de mi vida humana? Yo apenas y lo recordaba.


- ¿A caso nunca lo supiste o es que lo olvidaste? – entrecerró los ojos para mirarme con detenimiento y luego respondió – Es coherente ya que fue hace mas de cien años y nuestros recuerdos de humanos se comienzan a desvanecer
- ¡EXPLICATE! – le grite con furia ante esa información falsa de que me había comprometido con Edward
- Muy bien, - comenzó a decirme con burla – En 1919 tus padres me platicaron, después de que desapareciste – se detuvo y corrigió- más bien después de que te convirtieron, me platicaron… que Edward les había pedido tu mano a tus padres– por primera vez sentí frio por todo mi cuerpo. Esa información era falta para mí. No podía ser verdad. – Aunque la madre de Edward no lo acepto al principio por el ya compromiso dado a sus hijo Astur, al final decidió que Astur no encajaba contigo así que decidió hacer lo más correcto para hacer feliz a su hijo Edward y a ti – me platico – Sus padres y tus padres tuvieron una charla el día de tu decimoquinto cumpleaños. Ambos decidieron que hablarían con los respectivos comprometidos de ustedes – siguió charlando mientras que yo le solté el cuello – Para rechazar cualquier compromiso, pero… creo que fue ese mismo día que empezaron a sentirse mal los padres de Edward…
- Así es, fue ese día y murieron después de tres días – le explique y luego lo mire - ¿Por qué me estas contando esto? Además Astur fue convertido…
- Por Edward, ¿no? – agrego seguro de esa información
- ¡Olvídalo, no pienso seguir con esta plática absurda! – le escupí para salir de allí
- Bien, entonces cuando seas humana te hare una visita – me soltó rápidamente


Lo mire con intensidad.
- ¿Qué?
- Si Astur está en contra de los Cullen y disfrazado entre nosotros creo que esto será el fin y tú terminaras como la mala del cuento y buena aliada de los Vulturi
- Eso no sucederá porque él no tiene ningún Don…
- A no – me replico – Astur tiene un Don y no solo puede cambiarse de forma, si no que la ultima vez le dieron más sangre y ahora tiene un don nuevo el cual puede hacer cambiar a un vampiro.
- ¿Cómo lo sabes? ¿Cómo que cambiar?
- Mas te vale que Astur no esté “aquí” porque será el fin de nosotros – no me explico mas y así se fue entre los arboles…”


Solo escuche la última parte de la conversación de Richard. Si, ahora estaba segura que si lo conocía. A solo que mis ojos me engañaran. Pero por alguna razón me sentía bien que él estuviera allí, porque eso significaba que no estaba loca y sobre todo que podía haber una esperanza para que “yo” no fuera una traidora o la culpable de todo.


- Así que Avril serias tan amable de mover tus pies e ir gentilmente al auto.
- TU no la llevaras a ningún lado – le recalco Edward poniéndose delante de mi


Tome el hombro de Edward y le dije:
- Lo conozco – le asegure y luego le sugerí – Ve a casa, yo iré pronto. No te preocupes, él es amigo mío.
Camine hacia Richard y deje atrás a Edward confundido, pero al mismo tiempo lo había convencido que conocía a ese vampiro. Después de todo era verdad que lo conocía.


Subí al auto de Richard el cual era un Ferrari último modelo. Cuando me llevo a una cafetería llena de personas empecé a confundirme.
¿No deberíamos estar en un lugar más confidencial o al menos más callado?


Cuando nos sentamos una mesera se nos acerco y nos tomo la orden. Yo pedí un capuchino y él un café sin azúcar.
Aunque sabía que no podría tomarlo, ya que un vampiro no consume nada de comida o bebida humana.


- Recordaste, ¿verdad? – me pregunto Richard indiferente
- Algunas cosas…- admití mirándolo
- Bueno y como está la traidora de traidoras – me dijo burlándose
- JA, ja! – le exprese sin risa alguna – No soy ninguna traidora, y tú lo sabes, Richard
- Claro, que lo se – coincidió aun con una risita que escapo de sus labios


Iba decir algo más pero en ese momento llego la mesera con el café y el capuchino. Tengo que admitir que la mesera le coqueteo a Richard y este a cambio le sonrió. Cuando se fue esa mesera de baja estatura, Richard comenzó a entretenerse preparando el café que había pedido.


- Esto fue obra de Astur, ¿cierto?
- Si – me respondió con un susurro y moviendo su cabeza afirmando – Creo que te manipulo – me argumento - …y tengo una ligera o gran sospecha que estaba disfrazado de Derek
- Eso es tan… - no encontraba la palabra adecuada – escalofriante y terrible
- Eso fue el fin de nuestras familias y de todo – me expreso – Creo que Astur dio un jaque, tomo a la mejor capacitada, ósea en pocas palabras a ti y te utilizo como pieza de ajedrez para dar todo un giro de 180 grados a toda la batalla
- Ahora empiezo a entender
- Creo que es hora de cambiar el futuro – me afirmo terminando de preparar tu café – Es hora que le hables a Samantha…
- Aunque le hable a Samantha – le informe diciéndole lo que había recordado de ella – Ella no viaja al pasado solo al futuro


Richard se quedo pensativo y se levanto del la mesa
- Vamos
- ¿A dónde? – le pregunte confundida
- A otro lugar donde puedas llamarla y podamos hablar con ella – me comento mientras sacaba dinero de su bolsa y lo dejaba en la mesa.
Yo apenas había tomado dos tragos a mi capuchino y él no tomo ninguno por obvias razones.


Salimos directo de nuevo hacia su automóvil y en el camino mi celular comenzó a sonar.
Cuando vi quien hablaba suspire y conteste.
- ¿Dónde estás? – pregunto Edward desde el otro lado de la bocina
- Ahora no tengo tiempo de explicarte. Pero ya lo hare luego…
- Pero…
Ya no pudo decir nada más porque le colgué.


Richard me miro y dijo:
- Supongo que esta situación debe ser difícil para ti
- No, en lo absoluto – le conteste fríamente – Este es el fin de todo ese gran peso de culpabilidad que he cargado
- Claro – coincidió mientras parábamos en un bosque central – Pero – dijo lentamente apagando el auto - …este no es el fin, si no el comienzo de un rayo de sol en medio de esta oscuridad.
- Tienes razón…


Salimos del auto y nos dirigimos más internamente al bosque. Cuando concluimos que estábamos fuera de cualquier espectador, Richard me animo a que yo le llamara a Samantha.


Esperaba que ese grito de ayuda ayudara. No estaba muy convencida.


- Samantha descubrí todo y ahora quiero que vengas y me ayudes con este enredo y con este mal sueño – le grite desesperada alrededor


Richard miró a todos lados y cuando creí que no vendría oí una voz detrás de mí diciendo:
- Querida Avril – me saludo con una voz tranquila – Claro que te ayudare


Al girarme para mirarla a la cara descubrí que era la misma de mis sueños. Entonces supe más que nunca que todo era verdad y que mi vida era una mentira echa por los Vulturi. Esta decisión estaba más que tomada y tenía que arreglar todo. Tania que arreglar lo que Astur me había obligado a hacer.
Sabía que todavía tenía una esperanza y como decía Richard; un rayo de sol podría iluminar las tinieblas de este futuro terrible.

Acerca del Autor

Nos dedicamos a brindar información a todos los fans de la Saga Crepúsculo. Desde entonces nos hemos encargado de cubrir premieres, eventos, actualizar día a día nueva información sobre el cast. Después de que terminó la épica Saga en Noviembre del 2012, seguimos los proyectos de cada actor como corresponde.
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