Cap 22: Despertar: Rayo de Sol

Por Diana Méndez   Publicado a las  2:13 a. m.   0 comentarios


Capítulo 22: ¡Otra vez, no!

Narrado por Avril

El sostenerle la mirada no causo ningún cambio en su rostro, ni en su comportamiento. De algo estaba realmente segura: él era Edward.

- ¿Qué haces aquí? – le volví a preguntar mirándolo a la cara directamente
Él me miro levantando una ceja.
- ¿Perdón? – me dijo con voz fría - ¿A caso te conozco?

No entendía como no podía reconocerme. Si hacia una par de meses (según Samantha) había hablado conmigo. Está bien, no habíamos hablado literalmente me había amenazado que él me mataría si volvía a encontrarme de alguna forma.

Pero ahora ya no me importaba, el se comportaba muy extraño.

¿Un vampiro puede olvidar? No, que yo supiera.

- Pero, como… - comencé a decirle
- Lamento decirte que Edward ha sufrido una especie de transformación – me expreso amargadamente – Pero, no te preocupes – Aro me dio una sonrisa traicionera – Todo seguirá justo como el plan
- Después de todo es tu pago – inquirió Cayo desde su silla
- ¡Es absurdo! – les espete con voz ahogada
- Absurdo seria que tú, no aceptes tu recompensa estando enfrente de ti – tercio Marco mirándome intensamente

¿Por qué me miraba de esa forma?

Cada vez que lo hacía parecía que quería ayudarme de alguna forma. No, más bien trataba de decirme con la mirada que de una buena vez solo aceptara todos los comentarios de sus otros hermanos y luego me fuera de allí rápidamente. Sí, eso era. Marco actuaba como los otros dos, pero él no era nada parecido a sus hermanos. Al menos ya no se veía así.

- Hermano – inquirió Aro – No corramos tan rápido a una invitada
Marco solo miro de reojo a Aro y luego acepto con la cabeza. Para darle a entender que estaba de acuerdo.
Pero yo sabía que no era así.
Si yo siendo humana podía observar que Aro era el centro de ellos dos, entonces otros también podía decir que Aro era más rey que sus hermanos.
En realidad Aro mandaba y decidía más que los otros.
- Solo quiero irme – le susurre a ellos, pero en especial a Aro que se encontraba muy cerca de mi
Me miro con cara indiferente e hizo una mueca de disgusto.
- Pero aun no es hora – dijo con voz fría
Mire de nuevo a Edward que hasta ese momento no había hecho ningún comentario. Solo estaba allí parado como estatua, hasta que Aro le ordenara algo. ¿Acaso no escuchaba que la charla se trataba de él? ¿O solo fingía? No puedo asegurarlo
- Acaba con esto, Aro – le dijo cansadamente Cayo molesto – Quiero cenar
Cuando mencionó la palabra “cenar” tuve que pasar saliva. No podía fingir que yo ahora era humana y ellos podrían matarme rápidamente.
- Yo también quiero cenar – argumento Marco mirándome – A demás supongo que estos meses te sirvió muy bien Edward y no olvidemos que tenemos nuestro propio “beneficio”
Esa palabra retumbo en mi mente: “beneficio”. ¿Qué clase de beneficio?
- Antes de que te hicieras vampiro – continuo Aro sin hacerle caso a los comentarios de sus hermanos – Tú fuiste una excelente guardiana para nosotros – froto sus manos delante de su cara (parecía como si quisiera rezar o algo parecido) – Gracias a ti todo esto fue posible. Mira que cuando pensé que Renesmee nunca vendría a nosotros, sí, sí, ya sé lo que dirías si fueras vampiro “Yo te lo garantice, Aro” – levanto sus hombros y dijo lo siguiente – Solo lo dudaba. No me juzgues por eso. Todos teníamos dudas ante tus intenciones
- No sabíamos si creer en ti – espeto Cayo
- Claro, teníamos dudas respecto a tu gran amor a Edward – me platico Marco mirando a Edward – Pero eso ya está en pasado, Aro – le espeto aburrido – Solo llama a Renesmee y termina esto
- ¿Por qué tan desesperado, hermano? – le pregunto Cayo dudoso
Ambos se miraron intensamente y luego Marco simplemente dijo:
- Solo quiero cenar – acentuó la palabra “cenar” lentamente, tanto que el tono en como lo dijo sonó como un desafío
- Tal pareciera que proteges a esa humana – le incrimino Cayo


¿Entonces no era la única que veía eso? ¿Entonces no estaba equivocada? ¿Por qué Marco trataba de protegerme?
Algo me decía que Marco trataba de decirme algo muy importante o tal vez solo estaba asqueado de ver tantas injusticias, después de ser ellos los portadores de la autoridad.
Aro solo se quedo pendiente de la conversación y yo, mire a Edward sin comprender como lo habían capturado.
Las cosas no cambiaron en lo absoluto. Trate de acercarme lentamente a lado de Edward.
¿Qué otra cosa podía hacer?
Camine algunos pasos hasta llegar hasta donde Edward se encontraba. Él desvió la mirada por algunos segundos y luego me ignoro por completo. Sabia a la perfección que el acercamiento no haría recordar a Edward, pero tenía una esperanza de que recordara algo (aunque sea lo más mínimo ayudaría en este momento)
- Merry, - llamo Aro sin comentar sobre la acusación hacia Marco
- Si, Amo – le contesto una vampira de aspecto cansado y pelo corto
- Llama a Renesmee –le dijo Aro con una mano para que se marchara
Esa vampiro le dedico un pequeña alabanza y se marco por una puerta contraria por donde había salido Edward.
Mire que Marco y Cayo seguían con una charla silenciosa. La cual no escuchaba nada, aunque los vampiros si podrían.
No sé porque pero cuando apareció esa chica de aspecto triste, quede helada. Tal parecía que mi cuerpo la reconocía, ya que yo no podía recordarla. Algo me dijo que estaba muy mal.
Mi cuerpo comenzó a helarse poco a poco y mis manos temblaron. Me sentía realmente impotente y sin poder recordar.
Ella lucia una bata negra que iba arrastrando con sus pies descalzos. Cuando llego ante ellos hizo un mueca, pero rápidamente la cambio por completa serenidad y seriedad.
¿Cómo alguien podía controlar tan rápido sus sentimientos?
Pues bien ella lo hacía con profesionalismo.
Antes de que ella comenzara a hablar Aro hablo con una sonrisa orgullosa de sí mismo:
- Veo que empiezas a adaptarte
- Si – le contesto con su cabeza agachada – Muchas gracias por seguir insistiendo a que yo les sirviera
¿Insistiendo? Junte mis cejas sin comprender
Aun no podía quitar la mirada de esa chica y su cabello muy parecido al de Edward.
Trate de poner a trabajar mi torpe cerebro humano, pero no funciono.
- Cuando te dirijas a nosotros debes de hacerlo respetuosamente – le hecho en cara Cayo desde su trono, terminado de poner punto final a la discusión con su hermano Marco – Debes decir: “si, amo”
Ella lo miro con detenimiento y apretó la mandíbula. Creo que contenía odio, pero aun así hizo lo que le ordenaron.
- Si, amo
Contesto sometida ante ellos. Empecé a tener una serie de sentimientos: odio, ira, desesperación y muchas ganas de salir huyendo.
Aro sonrió ante la respuesta de Renesmee.
Cada vez estaba más segura que Aro era muy cruel. Su patética cara de vampiro no podía ocultar lo malvado que era.
- Querida se que este era solo tu audiencia,- se detuvo por un momento y luego continuo - Pero hay algunas circunstancias que nos gustaría apoyo de ti.
Esa chica no contesto nada solo movió su cabeza afirmando su apoyo.
¿Qué clase de apoyo quería de esa chica?
- Solo ve al punto, Aro – le argumento Marco desesperado
Pero de nuevo Cayo le dedico una mirada nada amigable, dándole a entender que no estaba de acuerdo con su argumento.
Ambos se miraron intensamente solo algunos segundos y apartaron la mirada al oír a Aro de nuevo.
- Digamos que necesitamos que conviertas a una personita en humana – le comento Aro sonriente – Se que es un poco complicado, pero esta será la segunda vez que lo haces y quisiera ver eso en acción.
Esa chica con un cabello hermoso cobre y ojos chocolate. Levanto levemente la cabeza y ella le dedico una leves palabras nada diferentes a las que había escuchado “Si, amo”…
Genial, ella actuaba como robot. Al igual que Edward que seguía sin decir nada, pero la diferencia era que ella conservaba la cordura.
Al menos eso creía yo.
Aro señalo a la dirección de Edward y un grupo de vampiros se precipitaron alrededor de él. Esta acción era para que él no escapara, pero por la actitud de él en ese momento no era necesario.
En definitiva creo que si los Vulturi le hubieran ordenado aventarse desde un edificio (cosa que no mata a los vampiros) el encantado lo aria.
Aun así por inercia corrí hasta él. Cosa que no era necesaria.
¡Qué podía hacer yo!
Y la respuesta fue revelada cuando Marco se levanto rápidamente y se acerco a mí tomándome de la mano.
Esa mano fría tocando la mía sentí corrientes eléctricas por todo mi cuerpo y no entendía ¿Por qué?
¿A caso era por el frio de su toque? O por otra cosa que yo ignoraba, pero como ya me había demostrado mi cuerpo si recordaba.
Todos absolutamente todos los presentes nos miraron. Y la única mirada que percibí fuertemente era la de aquella chica desalineada, esa chica llamada: Renesmee.
Al girarse su mirada fue tan expresiva que sentí que con ella me sacaría el corazón. En sus ojos leí miedo, coraje, odio, despecho, y una extraña alegría. Aunque oculta en alguna parte, pero había más tristeza y odio en su expresión.


La expresión cambio al mirar a Edward. Sus ojos se llenaron de lágrimas y corrió hacia él. Lo abrazo sin poderse contener, este no dio ninguna señal de reconocimiento y como Edward había hecho conmigo dijo:
- ¿Te conozco? – le dijo con la misma voz fría mientras se desasía de su abrazo
- Soy tu hija – le espeto con lagrimas en su rostro
- Yo no tengo familia – le respondió sin mirarla
- Pero…
Esa chica iba a reclamarle, pero no pudo porque Cayo se paro molesto y la interrumpió con un:
- ¡¡BASTA!! – Ordeno con decisión – Aro, creo que sería más fácil matarlos y no cumplir con el acuerdo
- Aro, - le llamo Marco a lado mío – Solo haz lo que prometiste y sigamos adelante. No veo razón para matarlos – se detuvo por un segundo – Ella cumplió su trato, solo termina el tuyo, hermano.
Muy bien… esta vez al oír la palabra “matar” sentí que aun no quería morir. Pero el volver oír que yo había sido la culpable de su victoria, volví a sentirme sucia.
Aro se profundizó en sus pensamientos.
- Tienes razón… - susurro lentamente Aro
¿Quién tenía razón? Si decía Cayo, tenía que darme por muerta, pero si decía Marco entonces al menos podría esperar una especie de milagro.
- Trae a Edward – le ordeno a alguien
¡¡ ¿Qué?!! Ok!
Pensé que había visto cosas realmente extrañas, pero esta era una muy, pero, muy extraña.
De la escala del uno al diez merecía un mil…
No vi ningún movimiento dirigido a Edward. Y de pronto comprendí que cuando todos esos vampiros se precipitaron no era para detener a Edward. Si no, para salir en busca de alguien.
Tardaron un poco mas de los que imagine y después regresaron esos guardianes. Detrás de ellos venia Edward con otro vampiro rubio. Ambos cargando a un humano inconsciente.
Pero no era cualquier humano. Vi a horrorizada y temerosa.
Incluso Renesmee se quedo con sus ojos muy abiertos sin poder creer lo que veía.
Arrastrándolo por el camino y mientras se acercaban mi corazón retumbo mucho mas.
Si, allí venia el verdadero Edward inconsciente y muy débil. Y pude observarlo cuando su clon lo tiro en el suelo de un solo golpe que hizo eco en esa gran habitación.
Esta vez no había dudas, ese era Edward y lo supe cuando él me miro abriendo sus ojos de ese color verde (intenso).
Miraba una y otra vez a los dos Edwards…
¿Cómo había sucedido algo como eso?
Giraba una y otra vez.
Y no podía comprender.
Otra vez no… no me gustaba siempre estar sin entender o sin saber nada sobre el asunto.
Odiaba eso. Odiaba no recordar nada. Odiaba todo e incluso a mí misma.
La verdad es que me hubiera desmayado en cualquier momento de no ser por ese Vulturi que aun no me soltaba.
¿Por qué no me soltaba?
Creo que no era la única fuera de sí, ya que Renesmee seguía inerte en el mismo lugar después de ver a los dos Edward enfrente de nosotros. Pero yo seguía viendo al Edward que me miraba sin perderme de visita.
¿Cómo podía ser humano? Y ¿Quién era ese otro Edward que se encontraba sin expresión alguna ante el parecido de ambos?
Yo no tenía palabras para algo así. Solo no encontraba las adecuadas, pero tal parecía que esa chica llamada Renesmee, si las tenia.
- ¿Quién es mi padre? – le pregunto a los Vulturis presentes
Pero como suponía ninguno le contestó.
No hacía falta que preguntara. Si en verdad ella era hija de Edward entonces no había dudas en que el verdadero se encontraba tirado ante nuestro pies con ambas manos como soporte para poderse sostener. Solo el mirara sus ojos puede saberlo con seguridad. Él era Edward, pero ahora humano.
¿Cómo había pasado?
Según había escuchado solo lo podía hacer esa chica Renesmee. La transformación era parte de ella y su Don.
Si ella no lo había hecho. ¿Entonces quien?


No pude soportarlo e intente correr hacia ese Edward indefenso que se veía confundido. Digo intente porque no puede moverme ningún centímetro por la presión y fuerza de la mano de Marco en mi mano derecha.
Lo mire sin comprenderlo.
Marco se inclino levemente y me susurro en el oído.
- Tranquila …
Pero como sospeche no solo lo escuche yo. Si no también todos los vampiros de nuestro alrededor y sobre todo Cayo.
Este Vulturi comenzó a reírse de forma siniestra
- Escuchaste, Aro – le comento Cayo como acusando a su otro hermano con su padre (fue realmente ridículo) – Y tu decías que solo eran invenciones mías
- Hermano – le dijo a Cayo con una mano arriba para que se callara y luego camino hasta toparse cara con cara con Marco – Marco, hermano mío – comenzó con una sonrisa falsa la cual me decía que no era nada buena - ¿Desde cuándo te preocupas por los humanos?
Marco no lo pensó demasiado tiempo y la respuesta salió de sus labios rápidamente.
- No me interesan – le respondió asqueado ante tal acusación – Solo me interesa una sola persona, Aro. – le espeto con indiferencia – Y nosotros sabemos que el trato se debe cumplir, después de todo tu obligaste a Avril hacer esto o ¿no?
Muy bien, mi cabeza estaba hecha un lio. Era como una cadena de secretos. No más bien una red de acciones que desconocía y sentimientos que nunca podre saber que existían.
- Era su deber – le hecho en cara entre dientes – Además está aquí – desvió su mirada a mí y yo sentí que me reducía
En ese momento se interpuso Marco para que no siguiera viéndome Aro con esos ojos rojos como la sangre misma y como su alma malvada.
Solo puede ver la espalda de Marco y por primera vez sentí que no estaba en peligro con él.
Fue un poco ridículo decirlo, pero me sentía mucho más segura.
- Solo haz lo que tienes que hacer, Aro – le dijo con una voz neutra – Yo solo quiero llevarme a Avril a otra parte,- se detuvo y miro alrededor - no veo el porqué debe ver todo esto
Aro hizo una mueca, pero tal parecía que recapacito y comenzó a reírse.
- Tienes razón – le expreso con una media sonrisa y luego le puso una mano el hombro de Marco – Llévatela a donde tú quieras – le giño el ojo – Ha, pero debes traerla para terminar esto – camino un poco a donde se encontraba Renesmee y le dijo – Querida te voy a presentar a tu tío Astur – y le señalo al clon de Edward
En verdad quería saber más, pero por otra parte ya deseaba salir y Marco me arrastraba a fuera con decisión hacia aquella puerta por donde había entrado.
Unos pasos antes de cruzar la puerta escuche:
- Astur es hermano de tu padre Edward – Aro me miro y dijo – aunque ciertas personas hayan olvidado su existencia. – miro a Renesmee y le argumento – El quiere tener Dones y por eso estas aquí; además de que quise darte una oportunidad para ver a tu padre y a tu amiga Avril…


Después se cerró la puerta detrás de nosotros y yo solo escuche un gran grito. No sabía con exactitud de donde provenía, pero algo me decía que debía ser de Renesmee.
Antes de que expresara algo o le demandara a Marco nuestro destino. Se volvió a abrir la puerta y por ella salió un grupo escoltando a Edward.


- ¿A dónde lo llevan? – le pregunto Marco autoritario
- Amo, - le respondió un chico de cabello pelirrojo – El amo Aro nos ordeno llevarlo a su prisión hasta que acaben con los nuevos dones de Astur y después volveremos a traerlo
- Sigan – les ordeno con una mano
Y vi como Edward me miraba preocupado y débil, mientras se perdía de mi vista.
- Sigamos – me dijo Marco con voz débil
Yo no quise decir nada. No porque le temiera, si no porque algo me decía que no debía decirle nada. Un presentimiento si así lo puedo llamarlo.
Llegamos a un cuarto muy grande después de caminar por un corredor y subir por el elevador.
Marco corrió a los guardianes de las puertas y salieron de esos corredores directos al levador.
Quedamos solos en la habitación y en el corredor.
Ok,… mi cerebro calculaba las posibilidades de salir de allí con vida
Pero mis esperanzas eran muy pocas. Además si de puro milagro saliera de esta habitación como saldría sin ser detectada y como salir sin Edward.
No podía hacer nada
De pronto Marco se precipitó hacia mí. Y sentí que me atacaría, pero me sorprendí cuando el solo me abrazo.
¿Pero qué diablos pasaba aquí?
Esto no tenía ni pies ni cabeza
- Lo siento tanto – comenzó a decirme mientras me abrazaba
Yo solo me quede allí congelada ante su abrazo. Con los brazos a mi lado y mirando directamente la puerta. Deseando con todas mis fuerzas salir de allí huyendo.
- ¿Por qué? – dije con voz temblorosa y leve
- Sé que no recuerdas por la transformación – me dijo en mi oído – pero te prometí que nada te sucedería.
¿Una promesa? Pero eso se oía mas como una promesa de amor o ¿no?
¿A caso yo había tenido algo que ver con Marco? O más bien, ¿Acaso la Avril vampiro había tenido algo con Marco?
- Yo… - trate de decir algo pero no se me ocurría nada
¿Qué decirle a ese Vulturi?
- No digas nada – se aparto de mí y me puso un dedo en la boca – Te protegeré. – me garantizó con fiereza – Y tu pago ya está hecho. No debes agradecerme nada. Solo lo hago porque… fuiste muy buena aliada mía.
¿Alidada? Lo dudo – pensé
La forma en cómo me trato sentí otra cosa. Y entonces comprendí que solo Marco se había enamorado de alguna forma de Avril (el vampiro). Porque ahora no era esa Avril.
- Debes irte de aquí y no volver…
- Pero porque tú...
- Porque estoy haciendo esto por ti – no me preguntaba solo lo dijo sin expresión – Esa pregunta tiene una respuesta, pero ahora no serviría de nada decirla. Además lo más importante ahora es que salgas de aquí.
Me sobresalte al oír un toque en la puerta. Ambos miramos la puerta.
- Adelante – le permitió entrar Marco
Entro una vampira delgada de aspecto serio, pero de gran belleza. Su cabello como el oro lo tenía agarrado en una trenza y usaba unos pendientes tan brillantes como los diamantes mismos que contenían esos dos pares de aretes largos.
Traía un vestido blanco que le llegaba hasta el suelo. En ese momento sentí como si esa mujer vampiro y yo, nos hubiéramos conocido. Era extraño, pero algo me decía que no debería de desconfiar en ella y por la forma en cómo miro a Marco me decía que ella estaba enamorada de él.
Ridículo, lo sé…
- Vaya, - exclamo mirándome – Creí que solo bromeaba Cayo
Entonces… ¿ella era esposa de Cayo?
- Disculpe, - comencé casi como un susurro - ¿pero quién es usted?
Esa vampira de ojos rojos levanto una ceja
- Soy Arenodora – respondió con aire de insuficiencia – Y tú eres una gran aliada mía…
¿Aliada?
Esa misma definición había utilizado Marco para describir esta situación, pero parecía increíble que yo pudiera ser aliada de un Vulturi cuando ellos había masacrado a los Cullen.
Claro, excepto por Edward y esa extraña chica que decía que era su hija.
¿Qué clase de aliada era yo?
En cierta forma creía que podía ser aliada de los enemigos (los malos), pero si no era al cien por ciento fiel a los Vulturi, entonces, eso significaba que tenía otros planes en mis manos. Algo que nadie sabía con excepción de estos dos vampiros.
Quede con la mirada perdida en alguna parte de la cara de Arenodora y me encontraba tan sumergida en mis pensamientos que no me di cuenta en qué Marco y Arenodora platicaban


- … los planes se han ido un poco a la deriva – decía Arenodora – Cayo ya sospecha que algo se planeo
- Si – afirmo Marco pensativo – Lo vi hace unos minutos atrás. En definitiva sospecha
- De que hablan … - dije con un hilo de voz


Arenodora me miro intensamente
- Pues del tercer y último movimiento del juego – dijo siniestramente
Sentí escalofríos recorrer mi cuerpo y mi piel se puso chinita.
Pase saliva fuertemente
- Arenodora, recuerda que ella olvido todo – le espeto Marco aburrido
- Si, si – respondió – ¡¡Como sea!!
Desvió su mirada a Marco y le dio una sonrisa.
- Marco, ya todo está listo – se detuvo y luego agrego – Cuando supe que ella había llegado di la señal para que actuaran como lo planeado
- Muy bien – le alago Marco – Eso quiere decir que todo está yendo justo como el plan
- Si
Esto no era para mí. Allí parada en medio de dos vampiros que ideaban un plan maquiavélico para atacar a quien sabe quien… No debía estar allí. ¿Pero como escapar?
Poco a poco fui a cercándome a la puerta cuando…
- ¡¡Emergencia…!! – alguien gritaba a todo pulmón desde el elevador, pero era más un certeza que los vampiros a mi lado ya lo había escuchado desde antes.
La puerta de abrió de par en par. Azotándola detrás de él cuando ese individuo entro.
Desvié mi mirada de la puerta y mire a los dos vampiros que se encontraban enfrente de mí.
¿Pero qué?
Ellos se miraban con complicidad y ambos tenían una sonrisa de ganadores.
¿Qué había pasado allí abajo?
- Marco, señor Marco – entro alguien precipitadamente en la habitación.
A simple vista se veía a leguas que era un humano, también por su forma lo agitado que se veía y desesperado. – Hay muchos vampiros rebeldes que intentan entrar…
Esto sonaba al plan que habían ideado esos dos.
- ¿Enserio? – le cuestiono Marco con una sonrisa picara – Entonces eso es estupendo
- ¿Disculpe, como dijo? – le pregunto ese humano desconcertado ante la respuesta de uno de sus amos
- Que es allí donde deben estar, idiota – le exclamo Arenodora.
Cuando menos vi, el humano se encontraba tirado en el suelo. Supuse que Arenodora lo había golpeado contra la pared, pero fue tan rápido, que solo vi a ese pobre humano tirado inconsciente contra el piso.


- Fuiste algo dura, ¿no? – le dijo Marco mirando al humano
Arenodora junto sus hombros para restarle importancia
- No importa – camino directo a la puerta – Esto es nuestra oportunidad y no vamos a desperdiciarla porque el humano que cuida fuera de nuestra residencia se entero antes que todos los demás
- Vino gritando a todo pulmón… - le dijo el punto que era obvio – ¿no crees que alguien además de nosotros ya lo escucho?
Esa vampira vociferó un gruñido de enojo y apretó la mandíbula.
- Se suponía que Filin tenía que matarlo – dijo entre dientes - ¡maldita sea!
- Deja de enojarte – le dijo Marco parándose y dándole una palmadita en la espalda – Todo saldrá bien… claro, si es que nuestra pequeña Nessie hace lo que le corresponde
Arenodora lo miro más calmada y dio una cabezada afirmando que estaba de acuerdo con él.
- Eso es algo que esta mas que seguro – le garantizo soltando un pequeña risa entre sus labios
Marco no dijo nada, solo le sonrió aceptando que era verdad y a continuación tomo la puerta para abrirla y me indico que saliera con ellos.
No me resistí, es mas sentía que era un robot y yo solo caminaba junto a ellos
¿Qué otra cosa podía hacer? No podía enfrentarme a ellos.
Claro que no podía. Allí estaba la prueba con ese pobre hombre tirado en esa habitación. Tenía que ser consciente que había tenido suerte.
¿Cómo habría escapado del tal Filin?
Bajábamos por el elevador de nuevo.
Mientras bajábamos sentí que mis pies temblaban y me di cuenta que empezaba a tener un ataque de nervios.
Mis manos sudaban, y trataba de juntarlas para que empezara con esa histeria de temblores las cuales siempre tenía cuando me sentía frustrada y nerviosa a lo desconocido.
Bajamos del elevador y yo seguí a los dos vampiros que iban delante de mí. Pero en vez de seguir derecho se fueron por otra puerta de madera, algo estaba segura no íbamos donde se encontraban los otros Vulturi.
Al llegar a esa puerta bajamos por otra escalera de caracol y entonces, cuando descendimos los suficiente me percate que había muchas celdas, donde cada una de las puertas eran de hierro muy grueso, pero fácil de abrir para los vampiros.
Pero allí no había vampiros, si no humanos: vivos y andrajosos.
Antes de llegar más lejos de la primera celda donde un humano con barba me observo, llego rápidamente uno de los vampiros que había trasladado a Edward hasta la habitación de los Vulturi.
Saludo a Marco con una inclinación de su parte y luego hablo:
- Amo, ¿dígame en que puedo servirle?
- Quiero que dejes en libertad a Edward – le ordeno Marco con autoridad
Ese vampiro que se ocupaba de cuidar a los prisioneros lo miro sin comprender como ordenaba tan ridiculez.
- ¿Pero?
- ¿A caso me estas cuestionado? – le rugió Marco molesto
- Lo que pasa es que …
No pudimos saber que iba decir porque Marco lo agarro del cuello con una sola mano y lo lanzo lejos. El vampiro se estrello contra la pared la cual resulto extrañamente sin una fractura.
Ese vampiro aunque estaba molesto dio una reverencia y fue en busca de Edward.
Ellos comenzaron a susurrar tan quedito que yo no entendía la mayoría de las palabras, y eso que encontraban a mi lado.
- Esto no está nada bien – comento crudamente Arenodora
- Si, - dijo pesadamente Marco. – Nuca antes nadie me ha cuestionado mis decisiones, eso quiere decir que Aro o Cayo ordenaron algo contra mí.
Ambos se quedaron callados sumergidos en sus miedos o en sus tácticas para salir bien de esta situación.
A continuación ese vampiro se presentó con Edward que ahora se veía más recuperado que antes y caminaron hasta quedar enfrente de nosotros.
- Señor, Marco – le dijo el vampiro al cual había golpeado – Me disculpo por mi reacción, pero el Amo Cayo me había ordenado otras cosas.
- ¿Que no vez quien soy’? – le dijo sarcásticamente – Te has vuelto siego de alguna forma
- No señora – le dio una reverencia – Disculpe
- VETE, VETE! – ordeno de nuevo Marco para que se marchara


Cuando este se había dado la vuelta para irse como le ordenaba Marco, pero Arenodora lo detuvo.
- ¡Espera!


Camino directo al vampiro con una sonrisa y después se acerco como si quisiera decirle algo al oído. Pero fue una trampa porque esa vampira perversa le torció la cabeza dejándolo tirado en el suelo. Un solo movimiento de ella y eso fue todo para acabar con ese vampiro.
Me quede congelada
- Arenodora, porque hiciste eso – le regaño Marco
- Por si no lo recuerdas nuestro plan consiste en salir limpios de esto – le dijo mirando a ese vampiro que había matado con cara de asco – este, - le señalo al cuerpo inerte de ese vampiro – ya sospechaba algo, no íbamos a dejar evidencia, ¿verdad?
Siguieron discutiendo como desaparecer el cuerpo sin que nadie los viera, entre quemarlo o esconderlo en alguna parte.
Yo estaba impresionada y muy nerviosa más allá de los extremos. Pero sentí una mano caliente en la mía y tuve voltear para ver quién me tocaba mi mano. Había olvidado que allí se encontraba Edward.
Me miro sonriéndome para apoyarme en no sentirme sola. No tuve más remedio que pasar saliva y apretar su mano.
Cerré los ojos y comencé a sentir de nuevo culpa. Culpa por todos los Cullen y porque yo era la que había traicionado a todos. No merecía que Edward estuviera allí apoyándome, en vez de eso merecía que él me matara con esa mano la cual me mantenía en mis cinco sentidos.
¿En verdad no recordaba nada? Abrí los ojos de golpe y lo mire.
- ¿Recuerdas algo? – le pregunte a Edward en susurros
- No – respondió tomándose la cabeza con la otra mano
- ¿Qué es lo que recuerdas? – le presioné
Tal vez tenía la esperanza que me golpeara de una vez. No podía seguir soportando todo esto.
- Lo último que recuerdo es haber llegado a casa de mis padres con tu regalo de cumpleaños – me dijo apenado e indiferente ante ese dato
Lo mire sorprendida y recordé que él se había enfermado un mas grave por el maldito regalo que quería darme.


Suspire fuertemente, lo cual llamo la atención de los vampiros.
- Eso es un hecho, él no recuerda nada – me dijo seriamente Marco prendiéndole fuego a ese vampiro – Al igual que tu no recuerdas, sabes todo de alguna forma porque otros te lo han dicho… - se detuvo para apartarse del cuerpo que estaba lleno de llamas – Pero en si no recuerdas,… al igual que él, ya que es humano nuevamente y todo gracias a…
- Nessie – interrumpió Arenodora – Ablando de ella, debemos irnos…
- Estoy de acuerdo
Caminamos atreves de las celdas y muchos de los humanos allí soltaba gritos furiosos y lamentos. Otros más horribles sacaban la mano para pedirnos ayuda a Edward y a mí.
¿Pero qué podía hacer por ellos? Ni siquiera sabía qué pasaría con nosotros.
- ¿A dónde vamos? – les pregunte cuando corríamos detrás de ellos


Ambos comenzaron a carcajearse
- Salimos de aquí lo antes posible – me comento Marco yendo a la cabecera del grupo
- Antes de que esto explote – añadió Arenodora con las manos expresando una especie de bomba
¿Qué había una bomba? Pero eso no puede matar a los vampiros – pensé estúpidamente – Entonces… ¿de qué se trataba esta retirada? Este era su plan…
Caminamos por una pasillo frio y tan oscuro que comencé a dar trompicones y creo que Edward venia igual a mi lado.
Después de que esa oscuridad nos había tragado, se abrió una puerta donde dejo entrar el Sol del amanecer.
Al Salir mis ojos se cegaron y cuando mire mas fijamente a mi lado. Me di cuenta que no estábamos solos. Había más de veinte vampiros rodeándonos, los cuales sin previo aviso se colaron por el pasillo donde habíamos salido.
Volví a seguir a los dos vampiros, no tenía otra opción.
Iba a preguntar. ¿Por qué salimos?
Pero la repuesta llego de alguien histérico y frenético. Entonces lo reconocí como Alec por el susurro que dio Marco.
- Alec… - casi gruño Marco y miro rápidamente a Arenodora
- Yo me encargo – dijo esta
Alec llego corriendo tan veloz que solo vi un borrón.
- Marco, - comenzó a decirle rápidamente, tan rápido que algunas palabras no entendí - Esta Renesmee mato a Aro
¿Mato a Aro? ¿Pero como lo había logrado?
No puedo decir más porque Alec libro una batalla con Arenodora.
- Ven, ella estará bien – me garantizo
Caminamos hacia un auto negro de lujo y cuando entramos había otros guardianes de Marco.
- Esto fue tu plan desde el principio, así que esta es mi parte del trato – golpeo a Edward en la cabeza y quedo inconsciente de inmediato
Yo abrí mucho los ojos ante el golpe que había recibido Edward.
- ¿Pero qué…? – comencé a reclamarle
- Todo saldrá bien ...
Y esas fueron las últimas palabras que escuche de Marco. Me inundo una oscuridad total, seguido de un sueño profundo y recuerdos que nunca pensé que existieran dentro de mi cabeza.
Había una boda, mi familia, un chico él cual pensé que podría ser Edward… Recuerdo que no eran míos y recuerdos que sabía perfectamente que me pertenecían y otros que de alguna forma eran extraños penetrando mi cabeza como un taladro. Parecía que alguien pegaba, recortaba, y manipulaba mi cerebro.


¡NO OTRA VES! – una parte de mi cerebro reclamo y se enojo por lo pensamientos que me imponían como película.
¡No! – Pensé, trate de golpear la oscuridad – No, yo no quiero esto… Pero ya estaba hecho y como la otra Avril vampírica lo había planeado, y había ganado.


Debería de haber dicho “gane”, pero no sentí eso. Más bien me sentí mal y sin remedio alguno de tratar de contenerme a algo que no quería.
¿Por qué hacen esto? No, no… no quiero…
De pronto una luz ilumino mis ojos y cuando los abrí me di cuenta que no era cualquier luz sino un rayo de sol.
El despertar con un rayo de sol en mi rostro hizo que me sintiera contenta, pero a la vez confundía.
Había algo que quería impedir, ¿pero qué era?
No recordé…
Gire mi cabeza a mi lado derecho y vi a… un chico, pero no era cualquier chico si no… Edward.
Todo fue un plan muy bien elaborado y por fin el juego había terminado.

¡JAQUE MATE!

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Nos dedicamos a brindar información a todos los fans de la Saga Crepúsculo. Desde entonces nos hemos encargado de cubrir premieres, eventos, actualizar día a día nueva información sobre el cast. Después de que terminó la épica Saga en Noviembre del 2012, seguimos los proyectos de cada actor como corresponde.
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