Cap 20: Despertar: Rayo de Sol

Por Diana Méndez   Publicado a las  2:08 a. m.   0 comentarios


Capítulo 20: Entre nubes

Narrado por Bella

Dolor, tras dolor…

Me había equivocado. No era tan sencillo morir cuando eres vampiro y mucho menos salirte con la tuya.

¿Pero si yo ya había llegado al cielo o no? Vi como iba subiendo con el amor de mi vida Edward. Creo que después de todo si había sido un sueño, si un sueño en donde había muerto rápido y sin dolor. Pero me había equivocado. Ese sueño me había confundido y me había hecho creer que toda había llegado a su fin, pero la cruda realidad es que de algún modo, que no yo sabía, seguía más o menos viva.

No sabía que me dolía, solo podía asegurar que no sentía nada (un poco loco). No sentía nada, pero al mismo tiempo me dolía todo. No puedo explicar esto con palabras. Era extraño, y nada igual a cuando por poco muero en el parto de mi hija Nessie (ahora parecía patético que no me gustara ese apodo cariñoso para ella)

No podía ver, ni moverme. Pero por una extraña razón escuchaba pequeñas voces a lo lejos. Pero a la plática no le encontraba lógica alguna.
Bueno en ese momento.
- ¡No, no! – Regaño una voz a lejos – Solo hagan la limpieza necesaria…
- Rápido – tercio una voz autoritaria la cual era de Aro
- Amo – le llamo - ¿Qué hacemos con él?
- Mátenlo – dijo uno de los Vulturi. Creo que se trataba de Cayo
- No – negó Marco

Era extraño que él hablara. Nunca antes lo había escuchado hablar, pero mi fino oído me decía que se trataba de él.

- No, - recalco Marco de nuevo – Hiciste una promesa, Aro
¿De qué hablaban?

- Las promesas suelen romperse, hermano – dijo Cayo con burla
- ¿Al igual que el honor? – les dijo a los otros dos Vulturi
Escuche un gruñido salir de los dientes de Cayo y en cambio Aro comenzó a reírse.

- Paz, hermanos – dijo con calma Aro, para intermediar una futura pelea – Creo que Marco tiene razón. Yo hice una, mmm, “promesa”, si así le puedes decir a un acuerdo mutuo – se detuvo y luego ordeno a alguien – No lo maten, solo llévenlo a casa, queridos, hijos míos.
- Si amo
- Ah, Lizbeth – le llamo – Trata de no ser tan ruda con él… - hubo un silencio - …aunque no dejes que se te vaya de las manos
- Si, amo – y luego escuche como arrastraban algo sobre la tierra

Varios pasos podía oír alrededor como si recogieran algo y luego lo echaran al fuego (para después oírse un “pom” en aquellas llamas)
- Lamentable, muy lamentable – decía una y otra vez Aro (como si en verdad hubiera sentido el dolor por haber matado a tantos vampiros allí)
- Yo diría que fue patético, Aro – le dijo Cayo quejándose por el comentario
- Hermano, debemos darles crédito por su valentía – le respondió con una voz hipócrita – Aunque me hubiera gustado saber donde esta Renesmee, antes que ellos murieran…
- Lo sabrás – tercio Marco – Solo sácale esa pequeña información a…
- No – negó Aro interrumpiéndolo – Estoy seguro que no lo sabe y aunque lo supiera, no creo que me lo diría
- Podemos hacerlo cambiar de opinión – dijo Cayo riéndose entre dientes
- Ya deberíamos irnos – empezó a desesperarse Marco – No me gusta este lugar
- Digo lo mismo – comento Cayo con voz taciturna
- Muy bien, Entonces vámonos – oí como Aro caminaba cerca y luego dijo – Mira una oreja… - escuche aire fuerte entrar en oído - ¿de quién sería esta oreja?
- ¡Qué importa eso, Aro! – le dijo Cayo molesto
- Dicen que… - comenzó a platicar Aro sin prestarle atención a Cayo - … cuando uno está despedazado puedes aun ver, sentir o incluso escuchar (aunque yo no lo creo). Pero ya saben cuentos absurdos…
- Tira eso – Aro le ordeno a alguien
- Si, amo
- Y cuando terminen de limpiar regresen a casa – dicho eso emperezaron a marcharse

Escuche como alguien caminaba y luego oí las llamas tan cerca de mí que me dio miedo. Ahora empezaba a entender que yo me encontraba en pedazos pequeños y ahora era el momento de ser quemada en una hoguera.
Para por fin morir, ya que era la única manera de matar a un vampiro y yo era…, bueno y yo, había sido un vampiro.

- ¡Vaya, vaya! – Comenzó a decir Aro - Miren quien decidió venir por su propia cuenta
- ¿Mis padres? – pregunto una voz familiar ahogada ante las lagrimas de temor, ira y tristeza ante toda esa porquería de Batalla
Lo último que escuche fue espantoso para mí y sentí que todo se había derrumbado a mí alrededor.
Era mi hija Renesmee.
Escuche el chispeo del fuego al prenderse, y luego ya no volví a sentir nada más.

Toda preocupación, miedo, frio, dolor, tristeza, soledad y coraje… se desvanecieron al igual que yo. Todo, absolutamente todo. Floto a otro lugar y se fue de mi alma. Todo se desvaneció como yo y mi alma, flotando en algún lugar en el cielo…

Sentí que me encontraba en un cómodo suelo el cual parecía una cama de espuma, tente con mis dedos la superficie y sentí algo lizo y suave, pero en realidad no quise abrir los ojos por miedo a descubrir que no había nada allí para mí.

Mis dedos sintieron la superficie más cálida y suave del mundo entero, no pude resistirme en abrir los ojos para observar a mí alrededor. Lentamente abrí con cuidado un ojo y luego el otro para descubrir que me encontraba en un prado muy lumínico. La luz proyectada era muy intensa, pero no me lastimaban los ojos; al contrario me hacía sentir tranquila y maravillada.

Incorpore todo mi cuerpo y al mirar mis piernas descubrí que tenía una bata blanca muy delgada pero de igual forma calientita y suave. Camine lentamente con mis pies descalzos (pero no tenían frio alguno), aun no podía identificar el prado o el paisaje en el cual me encontraba… pero podía asegurar que este era el cielo., ¿o no?

Una parte de mi decía que hacía falta algo o alguien…

Comencé a sentirme lo más cómoda que nunca antes imagine y alrededor de mi empezó a juntarse una espesa niebla, la cual me impidió ver ese maravilloso paisaje. Lo cual empecé alterarme un poco.

Mire a mí alrededor buscando una fuente que me pudiera explicar de dónde provenía esa niebla. Era absurdo que me preocupara por la niebla que se encontraba a mí alrededor. Creo que la pregunta que debía hacer mi cerebro era: ¿Dónde estaba? Pero tal parecía que no era difícil de deducir o más bien no me importaba demasiado

Pero en vez de eso solo pensaba en: ¿Dónde venía toda esa niebla? La cual me impedía ver más allá

- No es niebla , son nubes – salió una voz musical detrás de mí la cual me saco de mi error

Al girarme vi una pequeña paloma blanca que se había posado en una rama de ese árbol que irradiaba luz.
¿Cómo podía hablar con una paloma?

- Ha – comenzó a decirme mientras me señalo con una de sus alas blancas – Hablo porque no soy cualquier tipo de paloma, como tú crees…
- Pero... – inicie dudando por tener una plática con esa paloma - ¿Cómo...
- …Sé lo que estas pensando? – Termino mi oración estirando sus alas para adelante – Bueno en realidad son preguntas que suelen hacerme desde hace miles de años. No te preocupes, este es tu cielo y puedes hacer lo que tú quieras – se detuvo y miro alrededor – Veo que es un jardín lindo. – Y luego me miro - ¿era tu lugar favorito?

Levante una ceja confundida ante esa pregunta y luego mire a mis lados. Vi como aquellas nubes empezaron a dispersase poco a poco, hasta mostrar ese gran jardín. Pero por primera vez me di cuenta que no era cualquier jardín, era mi maravilloso jardín en el bosque (el favorito para mí)…

¿Pero porque era tan importante para mí? Tenía algo que ver con una persona… ¿pero quién?

- ¿Te vez confundida? – pregunto acertando mi estado y yo simplemente lo acepte con una movimiento de mi cabeza – Suele pasar – voló hasta estar frente a mí y allí se quedo – Lo primero que debes saber es que solo eres una alma (no puedes comer – empezó a numerarlo con sus pluma- ni lastimarte, ni cansarte, ni ir al baño (ya que como te dije no eres humana) y por favor, - dijo cansadamente frotándose su cabeza con una de sus alas – No trates de volver, ya que es inútil. – Se poso en mi hombro y prosiguió – Muchos intentan volver …
- ¿Volver a donde?
- A la tierra, a la vida – respondió señalándome abajo
Fue la primera vez que veía debajo de mí y vi que me encontraba muy arriba, demasiado arriba. Lo único que me sostenía debía ser ese espejo transparente que no veían mis ojos o yo debía estar flotando.

- Sabes unos creen que si se dejan caer… ellos podrán volver – movió su pequeña cabecita negativamente como si no pudiera creerlo- Pero solo ocasionan que todo vuelva a suceder, - lo mire sin comprender –Que vuelva a suceder,- me miro, pero como no vio reacción alguna de mi siguió- en pocas palabras que vuelvan aquí…- puntualizo – Solo no pueden volver a la tierra y muchos aun lo intentan. Pero veo que tú estás demasiado tranquila – me observo - ¿Me pregunto por qué? – pensó en voz alta

Esa pequeña paloma blanca voló hacia otro lado y yo la seguí lentamente

- ¿Qué es lo que más te gusto en la tierra?
- Bueno… yo… - mire a la paloma - ¿Por qué?
- Rutina – su voz sonaba como el silbido del aire, en realidad me daba demasiada confianza – Suelo preguntar eso y así determinar si conseguiste lo que querías
Le di una sonrisa
- En realidad – mordí mi labio – No, lo sé…
- Entiendo – cabeceo – Suele pasar, ya sabes… cuando alguien muere en diferentes circunstancias, algunos pueden llegar a perder sus recuerdos. Pero no te preocupes.
Termino de hablar y voló alrededor mío. Empecé a sentir un roció de agua, seguido con un frio intenso y para terminar un aire delicioso.

- Cierra los ojos –me dijo
Yo obediente cerré los ojos y de pronto como si fuera una especie de película toda mi vida paso ante mis ojos.

Eso debí verlo antes de morir – pensé por mis adentros

Cuando vi a la paloma de nuevo, ya tenía todos mis recuerdos en donde pertenecían, en mí.

- ¿A sí que…? – Pregunto la palomita
- Edward – le respondí rápidamente – Lo que más me gustaba era Edward, ¿o es lo que más me gusta?... Bueno aun no entiendo esto – señale alrededor – Muy bien que digamos…
- Lamento decirte que no puede estar aquí contigo – me dijo tristemente
- ¿Por qué? – levante un poco mi voz por la sorpresa
- Lo que pasa es que él – hizo una pausa para posarse de nuevo en mi hombro y con una de sus alas señalo abajo – esta “allí” abajo.

Mire sin comprender y pensé lo más horrible.
¿Cómo había pasado eso? Yo le había prometido a Edward que él se quedaría en el cielo conmigo. No importaba yo debía estar con él. No me importaba si él estaba en el…

- El está en el infierno – le dije a la paloma con tristeza

Pero ella rápidamente negó con ambas alas.
- No, no – inquirió energéticamente – ¿De dónde has sacado semejante patraña? – Suspiro con sus pulmones pequeños – El infierno no existe. Repito, no existe… Aunque podemos asegurar que puede estar en la Tierra…
- Entonces – recapitule todo y uní uno que otro cabo suelto – ¿Me estás diciendo que… Edward no está en el infierno?
- Exacto – se alegro la paloma – Tu querido Edward está en la tierra y él se encuentra vivo…

¿Edward se encontraba vivo?... pero, ¿cómo era posible?

Aunque me sentía sola, recordé a mi hija y sentí un gran alivio que mi marido Edward estuviera en la Tierra. A lo mejor Edward podía recatar a Nessie de los Vulturi y así vivir bien los dos juntos. Al menos mi hija no estaría tan sola...

Acerca del Autor

Nos dedicamos a brindar información a todos los fans de la Saga Crepúsculo. Desde entonces nos hemos encargado de cubrir premieres, eventos, actualizar día a día nueva información sobre el cast. Después de que terminó la épica Saga en Noviembre del 2012, seguimos los proyectos de cada actor como corresponde.
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