Narrado por Bella
Nunca imagine que hubiera llegado el momento decisivo para ponerle fin a este conflicto, pero aquí estábamos… esperando la llegada de aquellos que nos matarían sin piedad…
La cuenta regresiva y esa guerra era inevitable.
- Aquí vienen – nos anuncio mi marido Edward
Todos nos encontrábamos detrás de él y listos para lo que se avecinaba.
Carlisle, Esme, Rose, Emmett, Alice y Jasper, se encontraban a un lado nuestro y agradecí tanto que en esta ocasión estuviera Alice y Jasper (me hacía sentirme mucho más tranquila y fuerte)
Todos aquellos vampiros (aliados) se distribuyeron alrededor nuestro y detrás de nosotros se ubicaban (como en la otra ocasión) las manadas, pero en esta ocasión una de ellas dirigidas por Leah y la otra por mi amigo Sam (mi otra gran familia de lobos) que ahora contaban con otros siete integrantes mas…
La luna brillaba fuertemente debajo de nosotros y sus rayos nos iluminaban en algunos puntos del gran terreno donde nos encontrábamos todos muy tensos.
Algunos empezaron a gruñir y otros solo contemplaban el lugar exacto donde sabíamos que vendrían aquellos que nos robarían nuestra felicidad y la eternidad gloriosa.
A mi lado se encontraban como en la otra ocasión: Benjamín y Zafrina… pero ahora también estaba conmigo Carlos y Sonia (porque Samantha se preparaba para una lucha imprevista y estratégica), ellos se encontraban a algunos kilómetros alejados con los licántropos… listos para atacar a la señal de Edward…
Pero como ya había dicho, todos habíamos entrenado demasiado y muchos como yo tenían muy bien controlado su poder.
Benjamín aumento su poder con más precisión y más fuerza a la forma de ejecución (ahora podía hacer un pequeño pero efectivo temblor y levitar grandes rocas, sin contar que podía hacer un brisa más fuerte y aparecer agua a una gran cantidad) y tenía planeado distraer a los que pudiera para poder ser blancos fáciles.
Así como Benjamín también Kate aumento su Don ahora podía sacar su corriente eléctrica por todo su cuerpo y descargarla a una cierta distancia.
Todos mirábamos fijamente entre los arboles (no era el mismo claro), la ubicación se encontraba a varios kilómetros de la casa de los Cullen (mi familia) y muy cerca de la casucha de los licántropos… la pelea se localizaba en un bosque cerca de la frontera de Canadá (el bosque se usaba para área natural y campistas)…
Pero aquí estábamos mirando un nuevo punto de batalla y un gran campo abierto (los arboles se encontraban a varios kilómetros de distancia). Ese campo solo contenía algunas flores campestres y el típico pasto verde.
Ahora me encontraba muy agradecida por tener a tantos amigos a mi lado y por estar más preparada.
No nos estábamos solos, nunca lo estuvimos… pero en esta ocasión se veía claramente nuestros lazos de amistad…
- Bella, hazlo – me ordeno Edward
Esa era la señal que esperaba y significaba que no tardarían en llegar los Vulturi
No me lo dijo dos veces y me concentre en ese calor que había guardado en mi interior para poderlo sacar como una explosión de puro poder.
Mi escudo ahora se movía con más flexibilidad y por lo mismo puede cubrir a todas esas lucecitas más rápidamente para protegerlas de cualquier peligro. En un solo instante yo había cubierto a todos… absolutamente a todos (en realidad fue demasiado fácil).
Los segundos que transcurrieron fueron muy frustrantes y tensos.
Podíamos oír sus pasos y el rozo de las túnicas en el prado.
Pase saliva de veneno puro y rechine los dientes (nunca me había agrado los Vulturi y menos ahora)… los aborrecía y siempre fueron los malos de mi historia. La prueba era este mismo instante.
Los segundos fueron eternos y después de escasos cinco segundos aparecieron en la oscuridad de la noche.
Fue tan diferente su posición (no se parecía nada a la ultima vez), sus guardianes se encontraba detrás de ellos… Los tres Vulturis venían encabezando al grupo que yo ya conocía de ante mano…
Realmente me extrañe al ver que solo venia la guardia normal de los Vulturis y no vinieran con sus aliados como suponíamos.
Se detuvieron a cierta distancia de nosotros, y saludo Aro con una sonrisa muy típica de él.
Nadie dijo nada
Solo podía oírse el susurro del viento del anochecer y uno que otro pequeño animalito escondido en el bosque.
- Aro – llamo su atención mi querido suegro Carlisle desde su posición – ¿en verdad quieres una batalla?
Todos se tensaron ante la pregunta y quedaron expectantes observando sin moverse.
Los ojos de Aro brillaron debajo de su capucha roja y se acerco sin temerle a nadie en particular.
- Carlisle, - comenzó Aro con voz sedosa y realmente patética – Las cosas se han salido de control, sabes perfectamente que nosotros le perdonamos la vida a ese pequeña niñita tan lida que conocí – se detuvo brevemente y bajo su capucha como si le estorbara y endureció su voz – la cuestión querido amigo, es que lamentablemente me he enterado que tu nieta puede ser considerada una arma contra nosotros…
Aquí volvían a salir de nuevo las malditas escusas de los Vulturis.
Gruñí con rabia.
- Tranquilízate, Bella – me pidió Jasper
No intento controlarme porque si lo hacía podía perder la fuerza de mi escudo (eso si ya estaba más que comprobado), mi escudo solo funcionaba con furia y coraje.
- Ambos sabemos que solo son escusas – le dijo Carlisle con voz firme – Ahórrate las escusas, Aro
Ese maldito Vulturi hizo una mueca de espanto.
- Carlisle, lamento decirte como en la ocasión pasada que si te resistes a cumplir nuestro deber tendremos que llegar a una parte nada amigable – puso sus manos juntas y continuo – Lo mismo digo, para los demás… aunque ya saben cómo funciona esto – paso la mirada ante todos – mmm… veo que ahora si se encuentra tu pequeña hija, Alice.
La forma en cómo miro a Alice me hizo estallar en otra aleda de poder más potente, podía sentir mi escudo tan duro y muy bien sellado sin ningún hueco.
Edward gruño ante el comentario de Aro. Pero este no dio ningún comentario ante la reacción de mi esposo.
Apreté los dientes.
- También veo que hay nuevos integrantes aquí – siguió hablando como si nunca se hubiera detenido – Pero como ya sabía que se pondrían, ya saben… de lado de la jovencita Renesmee, bueno tuve que tomar acciones más drásticas – hizo una pausa y levanto una mano.
A continuación tres vampiros nada conocidos para mi desfilaron a lado de Aro y se inclinaron al estar cerca de él.
- ¿Qué pasa, hijo? – Le susurro Carlisle para enterarse de los pensamientos del enemigo
En realidad creo que todos queríamos enterarnos de lo que planeaban hacer los Vulturi.
- Aro quiere presentarnos a sus nuevos integrantes de su guardia – le respondió a todos los que nos encontrábamos alrededor – El rubio de pelo largo es Ben, él tiene un poder nada inusual no se cual será porque solo puedo oír los pensamientos de Aro y en este momento no piensa en eso…
- Entonces, ¿en que está pensando ese maniático? – le interrumpió con rabia Tanya
El Clan Denali (que venían siendo también parte de mi familia), aun no había perdonado a los Vulturi por la ejecución de uno de sus integrantes, por Irina.
- Piensa en nuestras reacciones – siseo Edward
- ¿Cuáles reacciones? – Inquirió Mary una buena luchadora y nómada amiga nuestra
- Nuestras caras al saber que poderes tienen esos tres integrantes suyos – respondió Edward susurrante
- Entonces… ¿es un hecho?... ¿vienen a pelear? – inquirió Carmen y Eleazar al unisonó con un hilo de voz
- ¿lo dudaban? – le cuchicheó Edward mirando fijamente a Aro
Los Vulturis se encontraban muy tranquilos y confiados, tal vez era por sus tres nuevos integrantes y todos sus aliados. Pero no sabían que nosotros también teníamos de nuestra parte a un gran número de aliados.
- ¿Por qué crees que no puedas escuchar los pensamientos de los demás? – pregunto Jasper tranquilamente
- Supongo que uno de ellos debe estar bloqueándome – respondió mi marido
Nadie pregunto nada. Porque en ese momento Aro hizo una seña y se acerco rápidamente Jane.
- Ocúpate de esto, querida – le ordeno a Jane
- Si, amo – le respondió satisfecha
Y ella me miro una sonrisa burlona.
Aunque se encontraban los otros dos Vulturis, ninguno objeto nada. Cayo conservaba esa sonrisa en su rostro y Marco aun llevaba puesta la capucha sin prestar atención como si él no existirá en un asunto tan primordial.
Tal parecía que todos sabían ya las razones por las cuales venían y por ese mismo asunto Aro ya no se puso a hablar de nada. No iba a gastar sus saliva para convencer a nadie después de todo él ya los había convencido a todos sus fieles seguidores. Solo necesitaba dar la orden de la batalla y estaba más que hecho.
- Esto va enserio – tercio Vladimir contento distrayéndonos a todos los presentes e incluso a la línea enemiga
- Si, querido hermano – coincidió aquel Rumano llamado Stefan – La hora a llegado y esta vez podremos vengarnos
- A los Vulturi se les acabaron las escusas, ¿no? – comento mirando a Stefan sonriente
- Claro, claro – volvió a coincidir Stefan – Y que me dices de esos tres
- Nada por lo cual deba preocuparnos – levanto sus hombros Vladimir sin darle importancia
- Tienes, razón – respondió sonriente el otro – Vaya, si tan solo estuviera esa otra vampirita llamada Avril, esto pudo haberse convertido en una pelea tan fascinante
- Ya lo es – concluyo Vladimir
En ese momento sentí un dolor muy pulsante directo a mí, pero era atroz y muy dolorosa nada comparado con los otros dolores que me había ocasionado Jane o Chelsea. Este dolor se parecía tanto a un taladro directo a mi cabeza.
- Ya empezaron a atacar – les grite a los demás para que se enteraran que yo ya estaba luchando por mantener mi escudo al flote – No importan cuanto lo intenten nunca dejare que se caiga mi escudo
- ¿Estás bien? – Me pregunto Edward preocupado
- Claro – respondí entre dientes por el esfuerzo – Me gustaría que ya empezaran… con lo planeado…
Todos empezaron a gruñir
Y Benjamín hizo su distracción con las rocas que levitaban estas chocaron directamente a los tres integrantes que tenían los Vulturis (aunque no les ocasionó dolor) y luego el aire azoto como nunca.
Pero con eso fue suficiente para distraerlos y que fuéramos a atacarlos…
Edward dio una señal a Sam y este aúllo fuertemente.
No sé cómo pero todos empezaron a combatir, los Vulturis se protegieron mientras que su guardia combatía.
El dolor en mi cabeza era insoportable e intenso. Pero aun así conseguí no retroceder ni un centímetro de mi escudo.
- Zafrina – grito Jasper desde una distancia considerable mientras derribaba a uno de la guardia
- No puedo hacerlo – le respondió frustrada – hay algo que me lo impide…
Fue interrumpida por Santiago (un miembro de la guardia de los Vulturis), se le lanzo y ella tuvo que defenderse.
Este era un momento crítico y definitivo, y yo aun apretaba los dientes por el esfuerzo del escudo.
Podía ver a más de treinta vampiros combatiendo, algunos haciendo destrozos otros peleando limpiamente y después de pasar rápidamente mi mirada encontré con un gran alivio a Edward.
Edward peleaba con un combatiente muy fuerte y al igual que él de rápido. Pude ver que se trataba ese tal Demetri (el rastreador numero uno), aunque nada comparado con Félix y con un nudo en la garganta mire para encontrar a Félix.
Este se ubicaba a un salto mío, peleando con horror con Carlos…
Los segundos parecían eternos y llegaron los aliados de los Vulturi… el clan de vampiros Europeos los rusos… como lo había predicho Avril eran como veinte y cada uno con cabellera rubia…
Llegaron en grupo y rápidamente se desplazaron, uno llego directo a mí y solo bloque su ataque como me había enseñado Avril(la traidora).
Pero Benjamín se dio cuenta y empezó a empujarlo con una roca grande… no pudo hacerlo retroceder, pero si distraerlo y cuando eso sucedió Sonia salto y le torció la cabeza a ese vampiro Ruso. Empecé a asentirme más atacada cuando saltaron a mis otros tres vampiros desconocidos, pero Sonia, Carlos y Benjamín los atacaron.
Como ya habíamos planeado no debían tocarme de hacerlo todo se vendría abajo y perderíamos en un abrir y cerrar de ojos.
Nuestras sospechas fueron muy bien pensadas porque ellos venían directo a mí, yo era su prioridad.
A los pocos minutos llegaron nuestro aliados los vampiros que habían estado dirigidos por Avril, que ahora lo encabezaba Samantha y algunos de los cuales me había encariñado.
Podía oír gritos, gruñidos, destrozos y golpes fuertes al impactar en cualquier parte del cuerpo o por caer encima de los arboles.
Había un gran destrozo a mí alrededor, un gran alboroto y dolor. Mi cerebro dolía parecía que explotaría y lo hizo cuando vi con terror a los licántropos de Inglaterra convirtiéndose exactamente a las doce de la noche ante la luna brillante. Todos se detuvieron y los que eran parte de los Vulturi se retiraron rápidamente y se situaron en donde se encontraban los tres antiguos con su guardiana Renata y los otros tres nuevos integrantes.
Todos nos quedamos quietos inmóviles y mis ojos no podían creer lo que veía. Esos personajes que a simple vista se veían como humanos normales empezaron a arquearse y sus ropas a romperse.
- Bella – me llamo Edward desde una distancia considerable y agradeció mi corazón el poderlo oír de nuevo.
Me sorprendí al verme muy cerca de los licántropos y corrí velozmente a donde estaban todos los demás. En el camino que fue corto vi varios restos de vampiros y no supe si eran de un amigo o enemigo.
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