Twilight Tuesday - The Masters

¡Adorados! ¡Queridos! ¡Tesoros! … Hola.

Con las excelentes buenas nuevas que recibimos ayer (el lanzamiento de una versión extendida de Breaking Dawn Part 1) llegan indudablemente olas de antiguos recuerdos y sentimientos. Sabemos ya qué escenas vendrán ampliadas o incluidas por primera vez, y entre ellas habrá acción Volturi. Es de ellos, de la temida e implacable autoridad inmortal, de quienes hablaremos este hermoso martes de invierno.

Para empezar, tengamos claro que es Volturi. No Vulturi, no Vulturis, nada de eso. Son Aro, Marcus y Caius, no Marco ni Cayo. ¡No se dejen enredar por las traducciones! Tiene que ser Volturi por sus raíces: “Volturi” tiende a vulture, que en inglés significa “buitre”. Dependiendo de la opinión que tengamos de ellos, podría comparárseles con estas aves. Ahora bien, la “i” del final viene del latín, donde suele aplicarse para denotar plural. Así pues, el término “Volturi” podría traducirse como “buitres”. Es por eso que cosas como Vulturis no vienen ni remotamente al caso, pues es el equivalente de decir “cocheses” en español.

Habiendo aclarado eso, prosigamos. Me declaro fan a morir de los Volturi. Mis favoritos son Aro y Jane, pero la verdad a todos les tengo un inmenso amor y respeto. No puedo ni siquiera imaginar el esfuerzo y el trabajo que significa sostener un mundo tan grande y variado como el de los vampiros, no sólo mantenerlo en orden, en paz, en calma, sino también en secreto. El equilibro que deben conservar es frágil, delicado, y peligrosísimo. Es por eso que son tan implacables, porque son gente que ha vivido las auténticas cacerías de brujas, la persecución de monstruos, la tremenda brutalidad de las eras oscuras; saben cuáles son los verdaderos riesgos y no piensan correrlos. Un error, por pequeño que sea, puede ser su ruina.

La estructura que tienen es impecable: una jerarquía firme e inamovible encabezada por Aro, Marcus y Caius, debajo de quienes están los miembros de la guardia más valiosos; éstos tienen, al igual que el Trío, influencia política y autoridad. En este círculo privado encontramos, claro, a Jane y Alec, y quizá a otros que, aunque no sean tan dominantes, son valiosos, como por ejemplo Chelsea. Luego están elementos también importantes, aunque no llegan a la intimidad de la categoría anterior, gente como Felix, Demetri, Renata. Finalmente, debajo de éstos quedan los guardias, y los elementos que son prescindibles y no tan importantes, muestra de ello es que ignoramos los nombres de la mayoría de ellos. Pero, por ejemplo, queda en esta categoría Corin, quien debe su posición dentro de la guardia únicamente a ser la pareja de Renata, es a ella a quien el Trío valora y por conservarla le han dado un lugar a Corin también.

Los dramas y acontecimientos que han marcado la historia de esta realeza italiana son dignos de cualquier tragedia griega. No podemos olvidar la oscura historia con Aro, Didyme y Marcus. Aro y Didyme eran hermanos de sangre, y él la convirtió esperando contar con su inamovible lealtad, respeto y preferencia, sin embargo, no contaba con que ella se enamoraría de Marcus y juntos pensaran en irse. Aro, con tal de proteger el creciente poder de la organización, mató a Didyme, en parte para castigarla por su traición y en parte para que Marcus no tuviese ninguna motivación para luchar o hacer cualquier cosa. A partir de ahí es que Marcus en verdad perdió todo interés por la vida, y que esa expresión de total y absoluto aburrimiento que Bella suele notar al verlo se adueñó de su rostro. Cuando Aro y Caius se percataron del daño irreversible que le habían provocado a Marcus, supieron que ellos mismos estaban en peligro con la vulnerabilidad que les causaban sus esposas, de modo que las encerraron en una de las torres para protegerlas, pero sobre todo para protegerse a sí mismos. Aquí finalmente le encontraron utilidad a Corin, pues él tiene un talento especial para hacer sentir a la gente satisfecha y conforme con su situación sin cuestionar nada. Anécdotas como ésta nos dan una idea de los torbellinos internos que se despiertan en Volterra, así como de las medidas extremas que sus líderes son capaces de tomar para no debilitarse.

Los Volturi son elegantes, son finos, y muy cultos. Durante los infinitos milenios en que han estado por aquí se han dedicado a estudiar todas las áreas del conocimiento: ciencias, filosofía, artes plásticas, literatura… no hay área que tengan cubierta. Son seres refinados a un extremo tal que es por eso que a veces las películas caen en el error de hacerlos ver ligeramente amanerados o caricaturescos, pero bajo ningún concepto debe pensarse en ellos de esa forma. Saben muchísimo de absolutamente todo, y, como bien sabemos, la información es poder.

No es fácil ser miembro de los Volturi. De entrada, deben cumplir con ciertos estándares respecto al talento que posean, el Trío sólo acepta lo mejor de lo mejor. Si tienen a alguien, y de pronto aparece una persona con una versión más avanzada de ese poder, será reemplazado, sin consecuencias negativas, pero sin vuelta atrás. Si llega a saberse de alguien que posee una cualidad nunca antes vista, será contactado, asediado, y ofrecido excelentes términos para unirse. Y ya adentro, como hemos explicado, hay rangos. Además los miembros de la organización, sin importar su nivel, deben recibir una preparación meticulosa y severa. No basta con enseñarles los básicos: conserva el secreto, no debemos ser vistos, etc.; ellos deben saber de combate, de estrategia tanto para la lucha cuerpo a cuerpo como para la política, deben saber todo tipo de tácticas y secretos. Puede que Jane ya se haya incorporado con un sorprendente y doloroso poder, pero ese sadismo tan exquisito y esa crueldad absoluta son completamente aprendidas. Pero justamente en su falta de ética moral está su inigualable ética profesional. A ella no le importa lo que tenga que hacer: torturar, mentir, intrigar, espiar, matar, con tal de cumplir con su trabajo. La educación que le han dado, combinada con su talento natural, ha rendido grandes frutos.

A veces odiados, a veces amados, pero siempre admirados, respetados, y temidos, los Volturi no tienen para cuando irse. Los rumanos han sido destronados para siempre, Vladimir y Stefan solos no podrán sublevarse con la suficiente fuerza, y la única familia cuyo poder (tanto numérico como político) podría rebasarlos son los Cullen, cuyas intenciones pacifistas son más que claras. Ellos buscan una vida tranquila, de modo que no se interpondrán en el camino de los Volturi. Y veamos las cosas como son, ellos han cumplido perfectamente con su misión de proteger y enaltecer a los inmortales. Es obvio que deben tener leyes implacables y muy severas, porque se trata de algo de vida o muerte. Han tenido que enfrentar cosas extremadamente difíciles, como la epidemia de niños inmortales, los auténticos, como Vasilii, aquellos pequeños incontrolables y sedientos de sangre, capaces de arrasar un pueble durante cualquier berrinche. Han tenido que enfrentar la evolución humana, ver cómo seres definitivamente inferiores a ellos se han convertido en una verdadera amenaza, y tenido que alterar su propia existencia al ritmo que otros les han impuesto.

¿Dónde está la raíz del inmenso poder de los Volturi? Pensemos en ellos como un roble inmenso, inmenso, grueso, con multitud de hojas y frondosas ramas. A primera vista tenemos esta capa de eterna y fuerte gracia, de belleza, de resistencia, esta apariencia de la que hablamos anteriormente. Abajo tenemos raíces gigantescas y bien aferradas al suelo. Los Volturi son estables. Han estado aquí durante siglos, y la gran mayoría de los vampiros fueron creados y educados con la plena conciencia de su presencia, de sus reglas, y de lo inescapable de sus sanciones. Aunque sean el origen de muchos temores, también son el símbolo de protección, una garantía de seguridad.

Son elegantes, tanto en su apariencia como en su modo de actuar. Aro siempre cuida la imagen de los Volturi, y aún en las peores crisis se preocupa por mantenerse diplomático y sereno, aunque a veces caiga en la hipocresía. Sin embargo, a pesar de la capa de frialdad y autocontrol que parece rodearlos permanentemente, los Volturi son apasionados e intensos. Son increíblemente poderosos en todo sentido, tanto político, como físico, como en ese frágil terreno de los poderes especiales. Aro ha sabido perfectamente cómo construir una verdadera fortaleza eligiendo a los mejores de cada rubro: Felix en combate, Demetri en rastreo, Chelsea y Marcus en control y monitoreo de emociones, Jane y Alec en disciplina y tortura… en fin, no hay lado que no tengan perfectamente cubierto. Contrario a lo que pueda pensarse, los Volturi no son exactamente crueles, sino… prácticos. Buscan lo mejor, y si algo no cumple con esos estándares no lo quieren. Por el contrario, si ubican algo o alguien que les pueda ser valioso no lo dejarán ir. Y también son pacientes, además de que no recurrirán a la crueldad innecesaria, prueba de ello es la forma en que dejaron ir tranquilamente a Eleazar cuando él se enamoró de Carmen, saben que Eleazar es una persona valiosa y no pierden la esperanza de que regrese. Si lo hiciera, lo aceptarían con Carmen sin ningún problema, de la misma forma en que recibieron a Renata con Corin.

Son también firmes. Su política de no dar segundas oportunidades les da excelentes resultados, porque así todos saben que tendrán que asumir la responsabilidad de cualquier error que cometan, y que no habrá pero o excusa que valga, de modo que ni siquiera se atreven a cometer la primera infracción. Si los Volturi perdonaran la disciplina se relajaría, y si, incluso con estas reglas, hubo gente como Johan o los creadores de los niños inmortales, imagínense lo que pasaría si las leyes se relajaras. Probablemente hace mucho que alguien habría sido demasiado imprudente, habría exhibido su verdadera naturaleza y por lo tanto la de toda su raza, y se habría desencadenado una nueva cacería de brujas. Piensen que ellos mismos se han limitado: les está vedado cazar como a cualquier otro vampiro, la discreción es tan importante que han tenido que desarrollar un sistema muy complejo para alimentarse, deben atraer a los humanos hacia sí, privándose del placer que produce seguir el llamado de su naturaleza y gozar de lo excitante de la cacería directa.

Son leales. Gracias a la intervención de Chelsea ha sido posible forjar lazos muy estrechos dentro del sistema, mantenidos y manejados según la conveniencia del momento. Por ejemplo, Renata preferiría morir antes que permitir que algo le ocurriese a Aro, y muchos otros han establecido relaciones de colaboración y ayuda mutua, por lo que las raíces del gran roble del que hablábamos anteriormente se entrelazan y otorgan mayor fuerza aún. Por conveniencia, por amor, por genuina motivación, o por el efecto de algún talento, lo cierto es que los Volturi son fieles entre ellos y no hay espacio para la traición

Para que una sociedad se desarrolle exitosamente debe tener una autoridad firme, una autoridad que tenga claro en dónde está y a dónde va. Por supuesto que debe ser implacable, más aún en una situación tan delicada como la de los vampiros, donde cualquier indiscreción puede ser fatal. Esta autoridad debe estar integrada por los mejores, gente que tenga la cabeza en su lugar y a quienes no les tiemble la manos para hacer lo que sea necesario. No podemos esperar que sean dulces o condescendientes, porque un líder que se deja doblegar termina por quedar enteramente en manos de otros, lo cual debilita no sólo su persona individual, sino la integridad de toda la sociedad que representa.

Tuvimos un casting excepcionalmente bueno para dar vida a los Volturi en pantalla. Michael Sheen… bueno, no alcanzan las palabras. Una interpretación exquisita, tan buena que ni los litros de maquillaje blanco, ni ese vestuario tan espeluznante que se le dio en la última película pudieron hacerlo deslucir. Lo mismo va para Dakota, respecto a quien yo misma tenía dudas, por el gran cariño que le tengo a Jane, pero la sorpresa fue grande y muy placentera. Christopher Heyerdahl fue un gran Marcus, robándonos el corazón con su última palabra durante la cinta, y si bien yo siempre imaginé a un Caius de mayor edad Jamie Campbell Bower estuvo increíble. Cameron Bright era un Alec encantador, y ni qué decir de Charlie Bewley y Daniel Cudmore, que siempre nos arrancaron enormes sonrisas como Demetri y Felix. Sin embargo, nos hizo falta ver a Chelsea y a Renata, pudieron haber sido trabajos muy interesantes.

Como les decía al inicio de este texto, mi amor y respeto por los Volturi es muy grande. Probablemente sea por eso por lo que la batalla fue tan difícil para mí, porque por cualquier lado yo perdía seres queridos, en cualquier bando, a donde sea que volteaba, veía morir a alguien que representaba mucho en mi vida. Y también por eso se me hizo tan irrespetuoso, por acabar así como así con seres tan imponentes. Además, el desenlace era muy tonto, porque tanto Carlisle como Aro morían, así como los principales colaboradores de ambos, de modo que si hubiera sido verdadera la batalla al final nos habríamos encontrado con una sociedad sin pies ni cabeza, completamente debilitada, y entonces probablemente se habría desatado una guerrilla al más puro estilo las batallas del Sur de las que María formó parte, para disputarse el control. Habría sido en verdad lamentable.

Afortunadamente no fue más que una broma. Todo continúa en su fino pero simultáneamente fuerte equilibrio. Y si todo sale bien, podremos seguir a salvo y protegidos, como dijeran Peter y Elizabeth en aquel memorable sketch del show de Ellen, “Forever, and ever, and ever, and ever…”

Espero que de verdad sigamos así de resistentes por siempre. Mientras tanto, ya saben que ésta es su casa: recibimos sugerencias, comentarios, quejas, de todo. Cuídense mucho, sean felices, y hasta el próximo Twilight Tuesday.

XOXO

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Recomendación de la Semana

Persépolis

La autobiografía de Marjane Satrapi, quien viviese los primeros catorce años de su vida en Irán. Le tocó la época más difícil: la Revolución que culminaría con el exilio del Sha, la instauración de la república islámica con los chadores, la represión y el machismo que ésta implica, el inicio de la guerra entre Irán e Irak. La infancia de Marjane transcurrió entre todas estas historias, y las retrata de forma precisa y asombrosa. El hecho de que la narración esté en forma de viñetas y dibujos animados la vuelve más digerible, y al mismo tiempo más horrorizante, ya que uno está siempre muy consciente de que, si no fuera por las ilustraciones, más sencillas, más lineales, más discretas, el relato de Marjane sería demasiado espantoso para soportarlo. Ya sea la novela gráfica, o su versión para el cine, Persépolis es un absoluto infaltable para cualquier persona apasionada por la historia y la verdad.