Cap 35: La Fuerza del Amor

Por Diana Méndez   Publicado a las  11:36 a. m.   1 comentario


CAPITULO 35 — EMPECEMOS CON UN PARA SIEMPRE.

POV EDWARD

Sus lagrimas de felicidad se derramaban sobre mis labios ¿como podíamos ser tan felices? Tanto tiempo de angustias, dolor y tristeza... ahora todo era tan diferente. Teníamos a Nessie y en pocos meses tendríamos nuestro segundo hijo, no había noticia mas hermosa que esta.

—Shhh tranquila — susurré apartándome de ella — todo va a estar bien, ahora estamos juntos.

—El embarazo de Nessie fue tan diferente... — los recuerdos dolían — en la forma en la que me entere, luego las escaleras, tu enfermedad, el parto...

—Ey — dije acunando su rostro entre mis manos — ahora todo es diferente... ahora estamos bien, somos una familia y no hay nadie que trate de dañarnos.

—Lo se — trato de sonreírme, pero no logro hacerlo.

—Isabella, entiendo tus miedos porque también son los míos — acaricié sus mejillas limpiando sus lagrimas amargas — pero mira todo lo que hemos logrado juntos, nuestro amor ahora esta mas fuerte que nunca. Tenemos nuestra casa, a nuestra hija y sobretodo el amor que ha conllevado todo esto, ahora no es tiempo de miedos... te amo mi vida y te prometo que todo va a estar bien.

—Sabes calmarme tan bien — esta vez si me sonrió, una sonrisa tan hermosa como ella — te amo mucho también.

Me incline hacia ella y bese sus labios tiernamente tratando de lograr su calma, de borrar sus miedos.

—Desayuna un poco — sonreí apartándome de ella — es hora de comer por dos de nuevo.

—De nuevo voy a engordar — puso un puchero tierno — ya casi me recuperaba.

La mire asombrado ¿casi recuperada?

—Princesa por favor te recuperaste enseguida, nadie que te vea pensaría que has dado a luz hace tan poco tiempo — ella me sonrió complacida — ¿te das cuenta? Nuestros niños se van a llevar solamente once meses. Estarás al menos de un mes y medio y Nessie a días de cumplir los tres.

—Sera increíble Edward — sonrió emocionada — los dos juntos corriendo por el jardín, Edward sera perfecto.

—Sam y Emily tendrán alguien mas con quien jugar — los niños de Emmett y Rosalie estaban a punto de cumplir los diez meses.

—Todos se volverán locos con la noticia — sonrió con alegría.

Adoraba verla así.

—Entonces preparémonos, hoy en un día intenso — dije incorporándome, atrayendola conmigo — ¿preparada?

—Si — contesto envolviendo las manos en mi nuca.

—¿No vas a desayunar un poco? — ella negó con la cabeza — tomate el jugo al menos, por favor.

Me observo resignada, finalmente me soltó y se tomo el jugo rápidamente.

—Ahora si — sonreí cogiéndola de la mano — espera, vamos a subir a Nessie.

En ese momento llamaron al timbre.

—¿Quien sera? — Bella se encogió de hombros — voy yo entonces.

De camino a la puerta no pude dejar de pensar en Bella, en esa maravillosa mujer que era solo mía. A pesar de tener tanto dinero, no había querido contratar a una asistente para limpiar, a una cocinera para las comidas, aun menos una niñera para Nessie, ella se ocupaba de todo. Sin lugar a dudas cada día tenia mas claro que era ella, que siempre fue y siempre seria Bella.

Al abrir la puerta me sorprendí. Charlie y Sue ya estaban listos para la boda de Alice, ambos la querían mucho.

—Hola — le sonreí dándole la bienvenida — pasar, Bella esta con Nessie en la sala.

—¿Como esta mi nietecita? — Charlie la adoraba, era la alegría de su vida.

—Dormida estaba, pero ya sabes como es ella — los tres sonreímos, menuda era Nessie.

Cuando llegamos a la sala, Bella le cambiaba los pañales a Nessie y la vestía con un precioso traje rosa pálido. Lo mire anonadado, mi vida con ella era tan completa...

—¡Papa! — gritó Bella al verlo — hola Sue, mira que guapa esta la hermosura.

Charlie rápidamente la tomo entre sus brazos, mi niña estaba preciosa.

—¿Ya esta lista para la boda? — preguntó Sue curiosa, Charlie la observó con complicidad.

—No, ese vestido es durante el día — contestó Bella recogiendo las cosas que había quitado a Nessie — luego justo antes de la ceremonia le pondré otro, no quiero que se manche.

Sue y Charlie parecían tramar algo.

—Em Bella — Charlie parecía nervioso. Bella y yo nos miramos curiosos — A Sue y a mi nos gustaría dar un paseo a Nessie, ustedes pueden preparase mientras...

Ambos sonreímos al instante.

—Claro papa, eres su abuelo y Sue su abuela, no entiendo porque tan nerviosos — besó a su padre con ternura — esperen, les preparo sus cosas.

Mientras Bella preparaba el bolso con todo lo necesario para Nessie, yo prepare su carrito bien abrigado. Era pleno Diciembre y hacia bastante frio, no quería que mi bebe se enfermase.

—Todos listo — sonrió mi hermosa esposa besando a nuestra niña para despedirse de ella, yo me uní a ellas — papa y yo te extrañaremos.

Nessie nos miro atenta.

—Papa a la una tenemos que estar en casa de los Cullen — comentó Bella acomodando a Nessie en el carrito — ¿nos vemos allí?

—Claro, perfecto entonces — sonrió el abuelo emocionada tomando el carrito — nos vemos.

Bella y yo observemos como nuestro bebe daba su primer paseo sin nosotros, seria extraño estar sin ella por algunas horas.

—Es raro — me dijo Bella observándome — pero bueno supongo que nos tenemos que acostumbrar.

—Claro, también es bueno para ella — le sonreí con complicidad.

—Si, mas ahora que pronto dejara de ser hija única — sus manos fueron a su vientre, las mis se unieron a ella — aun no puedo creerlo.

Sonreí acariciándola, yo tampoco. En nuestra vida juntos todo iba tan deprisa.

—¿Que piensas? — preguntó pensativa.

—Lo rápido que ha sido nuestra vida desde que estamos juntos — contesté sonriendole para acallar sus temores.

Asintió melancólica.

—La verdad si, pero no me arrepiento de nada — se acerco a mi abrazando muy fuerte — lo tenemos todo Edward, somos muy afortunados.

—Lo se — la estreche mas fuerte entre mis brazos, besando su frente — la verdad no puedo ser mas feliz. Hubo un tiempo que pensé que jamas íbamos a lograrlo, pero ya todo ha pasado y me parece muy lejano, no tengo tiempo para recordar momentos tristes, no con la vida que tenemos ahora.

Ya no había mas lamentaciones, ya todo eso estaba olvidado.

—Ya en unos días vuelves al trabajo — me recordó acariciando mis labios, un fuego intenso me quemo por dentro — te echaremos de menos en casa.

—Yo también a vosotras — ya lo habíamos hablado y decidido, era hora de retomar todo.

Ya Nessie cumpliría tres meses, Bella estaba tranquila y era hora de retomar el trabajo y continuar disfrutando pero también atendiendo las obligaciones. También habíamos pensado que Bella podría retomar sus estudios y comenzar en la universidad, pero por el nuevo embarazo lo tendría que posponer de nuevo todo, pero lo haría. No quería que se perdiese nada, ella adoraba estudiar y quería sacarse su carrera, seria complicado para ella por ser mama, pero tenia el apoyo de todos para comenzar ese camino.

Acune su cara entre mis manos y la observé. Era tan hermosa y aunque parecía frágil, no lo era. Su fortaleza en cada situación me había sorprendido y eso era una de las cosas que mas amaba de ella.

Su mirada se ilumino al mirarme, se destellaba el amor en sus ojos y cuando vi que observaba mis labios, me rendí.

No tuve que pensarlo para inclinarme y besarla. Sus labios una vez mas me envolvieron al instante, su aliento, su sabor, su aroma todo en ella era mi locura. La amaba y jamas tendría suficiente de ella. Sus besos eran como rozar el cielo. Su lengua se entremezclaba con la mía con una suavidad exquisita, haciendo que todo mi cuerpo vibrase por ella y solo por ella.

La bese tiernamente, con sentimiento, con amor. Diciéndole una vez mas en ese beso que era lo mejor de mi vida.

—Te amo — susurro apartándose un poco buscando mi mirada.

—Lo se, mi vida, lo se — sonreí acariciando mi nariz con la suya.

Perdiéndonos en la mirada del otro volvimos a besarnos, pero esta vez con mas efusividad, pasión y deseo. Mis manos comenzaron a recorrer su espalda por dentro del pijama, su cuerpo comenzó a rozarse con el mio. Los dos ansiábamos lo mismo, nos deseábamos, nos amábamos con la misma fuerza de siempre.

Sin dejar de besarla comencé a desnudarla, mas ansioso que que paciente.

—Edward... — jadeo cuando mi mano llego a su tierno y sensible pecho.

Enseguida con una soltura excitante comenzó a desnudarme a mi, sin dejar de besarme en ningún momento. Poco a poco nuestras prendas fueron cayendo una a una, dejando nuestros cuerpo completamente desnudos.

—Déjame verte — susurre jadeante apartándome de ella — eres tan hermosa mi vida, jamas me cansare de mirarte.

Su cuerpo era el mas grande de los pecados, adoraba cada centímetro de el.

—No te sonrojes — susurre acariciando su mejilla — te ves aun mas hermosa cuando lo haces.

Bella se sonrojo aun mas ¿como podía ser posible? Pequeños detalles que hacían que me muriese mas de amor por ella.

—Ven — la cogí de la mano y me senté en el sofá, sentándola encima de mi a horcajadas. Cuando sentí su sexo sobre el mio con un simple roce no pude evitar gemir — Isabella...

—Edward... — jadeo alzándose un poco para que yo entrase en ella. Cuando descendió fue la sensación mas placentera del mundo — Edward... lento... lento...

—Como quieras... hazlo tu... — susurre buscando sus labios de nuevo.

Y comenzó a alzarse de forma muy lenta, muy suave... haciendo que mi cuerpo se sacudiese con cada estocada. Sus labios me devolvían los besos con fervor, su lengua me buscaba con anhelo y mi cuerpo la reclamaba con pasión.

—Edward... toca mis pechos... por favor — suplico lamiendo mis labios con una sensualidad arrebatadora.

Con un gruñido de placer, acaricie su pecho, su pezón... era tan excitante ver como se estremecía con cada tierna caricia, era tan excitante sentirla tan entregada.

—Soy feliz... Edward... mucho... — me sentí morir con sus palabras. Hacerle el amor era lo mas maravilloso del mundo, pero sentir la felicidad que nos rodeaba superaba todo.

—Te amo... — susurre besando sus labios con calidez, haciendo que mi lengua iniciase una danza sensual con la suya, para luego ir bajando. Besé el contorno de sus labios, sus pómulos, su mentón, su hermoso y perfecto cuello y finalmente esos pechos que me volvían loco.

—Edward... Edward... — jadeo impaciente alzándose sobre mi con algo de mas urgencia, buscando ese contacto electrizante entre nuestros sexos.

Con cada estocada sentía que no aguantaba la presión. El placer era inmenso, sentir a mi mujer haciéndome el amor de esa forma tan tierna me enloquecía. Mi mujer... que ahora esperaba otra bebe mio, ahora la felicidad nos sobrepasaba, ella, Nessie y ese bebe eran lo mas hermoso de mi vida.

Entregándome a ese intenso momento. Bese sus pechos con mas devoción, sintiendo como se estremecía con cada caricia o lamida. Mis manos bajaron hasta su cadera y lentamente la ayude con el ritmo de una nueva embestida, algo mas rápida, mas intensa y arrebatadora. Cada vez que se alzaba para luego bajar, algo explotaba dentro de mi. Su sensualidad era abrasadora, todo en ella me invitaba a perderme una y otra vez. Sus gemidos me volvían loco, sus manos acariciando mi cabello empujándome a besar mas sus pechos me enloquecían y su forma tan lenta y sensual de alzarse sobre mi para luego bajar, así una y otra vez, era demasiado.

—Princesa... estoy agonizando — susurre volviendo mi mirada hacia ella y eso fue un impacto.

Su cuerpo arqueado hacia atrás, dándome el acceso a sus pechos, sus ojos cerrados mientras gemía dejándose llevar por el placer y sus mejillas sonrojadas, el ángel de mis sueños. Cuando sus ojos se abrieron buscaron a los míos y entonces me sonrió inclinándose para volver a reclamar mi boca con la suya, en un beso muy húmedo y caliente.

No dejo de moverse. Sentí como entraba en ella una y otra vez, hasta lo mas hondo, alcanzando el máximo placer con ella a mi lado. Nuestras respiraciones ya eran totalmente superficiales y nuestros cuerpos estaban muy tensos por la contención del momento. Con mis manos en su cadera marque el ritmo de las estocadas mas rápidas, mas cortas, mas apasionadas, haciendo que finalmente ambos comencemos a temblar, moría por alcanzar la cima del placer junto a ella.

—Edward... mmmm... Edward... — se quejo dejándose ir sin poder controlando, convulsionando entre mis brazos mientras mordía mis labios. Y no puede soportar mas la presión y me deje ir con ella, dejando una vez mas mi semilla dentro de ella, lo mas intimo de mi en lo mas profundo de Bella.

—Isabella... — Jadee agotado con los últimos espasmos de placer.

Nos abrazamos, agotados y felices. Asi era y seria nuestra vida, porque no había un amor mas grande y puro que ese.

—Te amo mi vida — susurro jadeante sobre mi cuello.

Pero yo necesitaba ver sus ojos en esos momentos y la hice que me mirase. Su mirada brillaba, supe que era tan feliz como yo.

—Te amo mucho también princesa — me sonrió con una de esas sonrisas que me dejaban sin aliento.

Jamas me acostumbraría a despertar con esa maravillosa mujer a mi lado. Mi mujer, mi vida y sobretodo la madre de mis hijos.

POV BELLA

Alice estaba al borde del ataque. Ya eran las cuatro de la tarde y tanto ella como todas las mujeres de la familia nos habíamos encerrado en su habitación para prepararnos. Mi Nessie se veía hermosa, me daban ganas de llorar al ver a mi niña, aun no podía creerlo.

—Alice esta preciosa — sonrió Esme con lagrimas en los ojos — contigo ya tengo a todos mis hijos casados, no habéis podido escoger mejor.

Rosalie y yo nos miramos emocionadas. Esme era la madre que cualquiera quisiese tener.

—Bella, date un poco de colores en esa cara — Alice incluso llorando al borde de los nervios, era así con la moda— ¿te encuentras bien?

Asentí con un nudo en la garganta. Edward y yo habíamos decidido comunicar lo del nuevo embarazo mas tarde, cuando ya todo hubiese acabado.

—Un poco cansada, eso es todo — conteste sonriendo a mi bebe, era nuestro secreto.

Unos golpes en la puerta nos sobresalto a todas.

—¿Quien es? — pregunto Sue tranquilizándonos.

—Soy Edward, necesito ver a Bella — las mire extrañada.

Esme me sonrió con ternura.

—Ábrele, creo que ya se a que viene — me encogí de hombros, yo no sabia.

Me mire una vez mas al espejo. Llevaba un vestido color crema, algo ceñido pero muy elegante. Perfecto para la boda de Alice, con unas horquillas en el cabello del mismo color que el vestido y una chaqueta negra a juego con los zapatos, la verdad no me veía mal.

Cuando me voltee me encontré con Edward, me observaba desde la cabeza a los pies, luego a Nessie.

—No podríais estar mas hermosas — sonrió con su mirada iluminada caminando hacia nosotros.

Pero el me impacto una vez mas ¿como podía ser tan hermoso?

—Gracias — susurre algo avergonzada por mi comportamiento. Todas me observaban.

Edward rompió a reír a carcajadas.

—Ven aquí — nos abrazos a Nessie a mi alrededor de sus brazos y me hablo al oído — sois las mas hermosas, mi vida te ves impresionante.

Negué como boba, siempre tan mimoso y detallista.

—Me llevo esta princesita mientras acaban — la tomo en brazos sin dejar de observarme con complicidad — te espero, te ves realmente preciosa.

Nos quedamos mirándonos como bobos enamorados, pero Alice ya no aguanto mas.

—¡Me parece increíble! — todos nos volvimos hacia ella — Edward me parece bien que halagues a tus mujeres ¡pero soy la novia! ¿no tienes un piropo para esta hermana que se va a morir de los nervios?

Todos reímos a la vez, pobre Alice.

—Jasper va a morir cuando te vea — la alago Edward acercándose a ella, besando su mejilla — déjame decirte que tu futuro esposo no esta menos nervioso que tu.

—¿Mucho? — pregunto Alice mas contenta.

—Demasiado — contesto Edward divertido volviendo la mirada hacia mi — Emmett se esta volviendo loco, Sam no deja de quejarse y Jasper colma su paciencia.

Rosalie sonrió despreocupada con Emily en sus brazos, cada día se parecía mas a Emmett, al igual que Sam a ella.

—Bueno os dejo para que acabéis — se acerco Edward besando mi frente — no tarde Señora Cullen.

Asentí complacida, lo amaba tanto.

—Venga por favor continuemos — la voz de Alice sonó rota, al momento comenzaba a llorar.

—Cielo ¿que pasa? — preguntó Esme acariciando su cabello.

Me senté a su lado y acaricie sus manos, parecía tan frágil.

—Estoy preocupada — contestó devilmente.

—Alice estamos aquí, puedes desahogarte si quieres — por un momento todas nos miramos ¿se estaba arrepintiendo?

—Jasper y yo estamos muy bien... tengo miedo estropearlo todo con esta boda — su respuesta nos hizo sonreír — ¿que os hace gracias? Lo estoy pasando fatal...

Rosalie sonriendo con Emily en brazos se paró frente a ella.

—Alice un matrimonio no va a cambiar nada, todas pasamos por esos miedos pero no es necesario que te sientas así. Jasper te adora y unos papeles no van a cambiar nada — Alice sonrió entre lagrimas — míranos a todas, estamos felizmente casadas y somos muy felices...

Sue carraspeó a nuestro lado.

—Sue tu vives con Charlie, sois como un matrimonio — Alice me sonrió al decir eso. Ambas guardábamos un secreto a papa... pronto le pediría matrimonio.

Esme tomándonos por sorpresa se levantó gritando.

—¡Vamos! ¡llegaremos muy tarde! — Alice se apresuro enseguida. Temía llegar demasiado tarde pensando que Jasper no estuviese... menuda boba.

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La ceremonia nos hizo llorar a todos. Jasper y Alice intercambiaron los votos entre miradas cómplices y lagrimas en los ojos. Fue un momento mágico y emotivo, arrastrándonos a todos con ese sentimiento de felicidad que ellos sentían. Edward me observaba a cada momento con su mirada iluminada, luego al mirar nuestras manos entrelazadas con nuestro anillo de bodas la emoción aumentaba. Aunque aquel día no fue un día especialmente feliz para mi por todo lo que estaba sucediendo en esos momentos, fue uno de los días mas especiales de mi vida... nuestra boda, el día que nos unimos para siempre.

Nos besamos varias veces sin poder ocultar el amor que sentíamos el uno por el otro, aun mas viviendo un momento tan emotivo como ese. Nuestra Nessie en sus brazos lo observaba sin parar, ya había caído en sus redes también, la niña adoraba a su papa tan pequeña y eso me hacia sentirme orgullosa, el no merecía menos.

Tras incesantes aplausos por el reciente matrimonio nos dirigimos hacia la fiesta, en casa de los Cullen.

—Voy a dar de comer a Nessie — avise a todos en cuanto entramos. A pesar de lo coqueta que era Alice,no había invitado a un numero muy elevado de invitados. Estaba toda la familia de Jasper, los amigos mas cercanos y parte de la familia de Alaska de los Cullen, gracias a dios no estaba Kate.

—Voy contigo — me siguió Edward hasta la cocina para preparar a Nessie — ¿estas cómoda?

El sabia lo mucho que yo odiaba las fiestas, pero hoy no. Estaba demasiado feliz e ilusionada por Alice.

—Bastante — le sonreí tímidamente.

—¿Te sientes bien? — sonrió acercándose para acariciar mi vientre, lo mire emocionada.

—Creo que este embarazo sera mas tranquilo — se sentó a mi lado — estoy muy bien.

Con la emoción marcada en su rostro se acerco a mi y apoyo su frente en mi mejilla.

—Isabella soy muy feliz — dijo levantando su mirada hacia mi — me has dado lo mas hermoso que podías darme. Nessie es tan especial, jamas pensé que ser padre seria algo tan grande y ahora vamos a tener otro ¿te das cuenta? somos una verdadera familia.

—Si — contesté con un nudo por la emoción en la garganta — todo es gracias a ti mi vida, me das tanto, me complementas tanto.,

Por un momento sentí que me observaba inquieto.

—Isabella quiero pedirte algo — parecía importante por su nerviosismo.

—Dime — pregunté acariciando su mejilla.

Sorprendiéndome se puso de rodillas ante mi, sentí ganas de llorar ¿que hacia mi Edward?

—Isabella hoy viendo la ceremonia de mi hermana me he dado cuenta de muchas cosas — asentí temblorosa — el día de nuestra boda fue perfecto para mi, pero se que no lo fue para ti. Me gustaría que de forma simbólica lo hiciésemos de nuevo... esta vez no te faltara nadie, podrás disfrutar de ella, hacer mil fotos para mostrárselas a nuestros hijos... Isabella ¿quieres volver a casarte conmigo?

Asentí con lagrimas en los ojos.

—Claro que quiero mi vida — susurré inclinándome para besar sus labios brevemente — quiero una boda donde este todos nuestros seres queridos... como papa. Quiero una fiesta, quiero que todos disfruten, quiero lanzar mi ramo de flores y sobretodo quiero disfrutar de ella demostrándote lo feliz que soy en ese momento, como no pude hacer aquella vez.

—Te daré esa boda princesa — susurró besando mis labios, beso que yo le devolví inmediatamente.

En nuestra boda aquel quince de Septiembre no fue una boda con la que yo hubiese soñado tanto tiempo atrás, aun así fue hermosa. Faltaba gente, sobretodo papa que estaba grave en el hospital, tampoco estuvo Jacob que en esos momentos era mi mejor amigo, no hubo fiesta y no hubo una inmensa felicidad por mi parte, cosa que Edward merecía. Ahora tenia la oportunidad de recuperar todo eso, no importaba si solo era una boda simbólica, necesitaba esa boda con fotografías de todos los hermoso momentos, luego Nessie y nuestro futuro bebe lo verían y se emocionarían como lo haríamos nosotros al mostrárselos. Estaría no solo la familia Cullen como aquella vez, también la mía y eso era lo que mas feliz me podría hacer. Todos guardamos una espinita de aquel día, de aquel momento pero gracias a Edward todo podía cambiar ¿se podía ser mas atento que el? Nunca le había contado mis inquietudes acerca de ese tema, pero el una vez mas simplemente lo sabia y me complacía.

Cuando volvimos a la fiesta todos estaban tan felices que bailaban enloquecidamente. Edward y yo nos miramos sin poder dejar de reírnos, todo era maravillo en esa fiesta que no faltaba detalle alguno, ya que Alice se había vuelto loca al organizarla.

Nessie dormía tranquilamente en su carrito y parecía absorta a los ruidos de la música y de las voces de todas aquellas personas.

—Edward, Bella — nos llamó papa que venia acompañado por Sue, Esme y Carlisle — deja a la princesita con nosotros, disfrutad de la fiesta.

Mire a Edward que al igual que yo parecía dudar, pero luego su mirada me lo dijo.

—Esta bien, acaba de comer y Edward acaba de limpiar su pañal — les comenté pasandoles el carrito — cualquier cosa estamos por aquí.

Todos asintieron emocionados marchándose con Nessie, cuando volví mi mirada hacia mi marido me observaba con fijación.

—¿Que ocurre? — tome sus manos entre las mías acariciándoselas.

—Eres la mama mas perfecta del mundo — su voz sonó con una intensidad abrumadora.

Le sonreí tímidamente.

—¿Baila conmigo Señora Cullen? — me sorprendió una vez mas cuando comenzaba a sonar una canción lenta: Turning Page.

Asentí temblorosa posando mi mano sobre la suya.

Tomándome de la cintura me llevo hasta hasta el centro de la pista de baile. También bailaban Rosalie y Emmett, Alice y Jasper, muy acaramelados absortos en su mundo.

Pegue mi cuerpo al suyo, con mi cabeza apoyada en su pecho, mis manos aferradas allí. Me deje llevar por la música, por sus brazos y por ese mundo mágico donde nos sentíamos. El me rodeaba con ternura, demostrándome una vez mas sin palabras lo mucho que yo significaba para el.

—¿Sabes? Esta vez creo que sera niño — sonreí sobre su pecho, pensaba en nuestro bebe — tu que opinas.

—De seguro sera niño— susurré sobre su pecho, Edward me estrecho con mas fuerza entre sus brazos — confió en tu intuición.

—La verdad no me importaría que fuese otra niña, solo quiero que esteis bien — era lo que mas deseábamos los dos — princesa ¿te gusta algún día en especial para la boda simbólica?

Me aparté de el pensando en su pregunta, la verdad por algún motivo que desconocía había una fecha especial para mi.

—El trece de agosto — dije acariciando su mejilla — se que aun quedan muchos meses pero no hay prisa. Ese mes, junto con ese día tiene algo especial y me encantaría hacer la ceremonia en ese tiempo... para esa fecha ya habrá nacido nuestro bebe, de esta forma nuestros hijos podrán estar presentes en ese día ¿te parece?

—Me parece perfecto, es un día muy bonito y justo un mes antes de tu veinte cumpleaños — sonrió estrechándome de nuevo entre sus brazos, bailando lentamente al ritmo de Turning Page, una canción especial que envolvía en cada nota — mi vida esta decidido entonces. El trece de agosto sera nuestra boda, la que soñamos y no pudimos tener.

Asi era, yo sabia que aunque el aquel día había disfrutado y se había sentido feliz, no había sido el día que el tanto había soñado conmigo y ahora yo deseaba darle ese día, darnos ese regalo.

—Chicos el brindis — nos aviso el tío Harry.

Levanté la mirada hacia Edward, se veía tan hermoso.

—¿Vamos? — preguntó calidamente.

—Vamos — dije tomando su mano.

Todos esperaban en silencio las palabras del novio enamorado, a Alice le brillaban los ojos.

—Me gustaría hacer este brindis en honor a mi hermosa esposa — su mirada decía cuanto la adoraba, cuanto se adoraban — hoy es uno de los días mas felices de mi vida, ya que al fin es completamente mía la mujer que un día me robo el corazón y a pesar de la distancias y de los años sin vernos ha permanecido en mi corazón y en mi vida cada día. Te amo Alice.

Alice se fundió en sus brazos sollozando. Todos aplaudimos aguantando las lagrimas de felicidad en nuestros ojos, la ceremonia, la fiesta y el brindis, todo era perfecto.

—Porque este matrimonio dure toda la eternidad — alzo su copa Carlisle, todos lo seguimos — felicidades hijo, porque Jasper ya eres uno mas de ellos al igual que Rosalie y Bella.

Las lagrimas que contenía se derraban un segundo después. Verdaderamente adoraba a los Cullen.

Todos aplaudimos de nuevo, Edward me observo emocionado.

—También me gustaría decir algo — todas las miradas se dirigieron a el, pero la suya continuo en mi con un brillo especial — mi esposa y yo estamos felices, como todos bien saben tenemos a nuestra maravillosa hija Nessie. Esta mañana Bella y yo hemos confirmado algo importante que queremos compartir con vosotros — lo mire emocionada, era el mejor — Isabella esta embarazada, esperamos nuestro segundo hijo.

Gritos, aplausos y felicitaciones se mezclaron con los vítores de emoción. Edward rápidamente me estrecho entre sus brazos, apoyando su frente sobre la mía, sus ojos también brillaban por las lagrimas contenidas.

—Te amo Isabella Swan — susurro emocionado.

—Te amo Edward Cullen — solloce contenida.

.

Aquel día terminó con todos agotado. Alice y Jasper dos días mas tarde se fueron de luna de miel, lo hicieron también a Isla Eme y fue una eterna luna de miel, ya que no volvieron hasta dos meses después. Cuando volvieron ambos estaban mas morenos, algo mas rellenitos e igual de ilusionado como el día que se fueron. Por el momento no deseaban tener bebes y se habían comprado una casa cerca de la nuestra.

Papa al fin le pedía a Sue que fuese su esposa y esta acepto encantada, el catorce de febrero celebraron una pequeña ceremonia solo con la familia en algo muy intimo y se convirtieron en la pareja perfecta. Me sentía muy orgullosa de el, por haber superado todo lo que había ocurrido. El abandonó de su mujer y la muerte de su hija, ahora era feliz tratando de olvidar todo aquello y Sue conseguía que fuese así.

Rosalie y Emmett disfrutaban cada día de sus pequeños, habían acordado no aumentar la familia ya que Sam y Emily los traían un poco agitados. Aunque a veces se sentían muy agobiados ya que ambos habían comenzado a trabajar y luego del trabajo los esperaba los peques, ellos estaban muy ilusionados con esa faceta. Rosalie adoraba ser mama y su osito Emmett hacia todo por complacerla.

Mi vida con Edward y Nessie era maravillosa. Jamas había pensado que seria tan tranquila y hermosa como lo era. Últimamente Edward y yo habíamos tenidos algunos problemas, cosas normales de la rutina o no tan normales, cosas de Edward: el se preocupaba a cada momento sin dejar que hiciese nada en casa, de echo había contratado a alguien para que la limpiase. Solo pretendía que yo tuviese un embarazo tranquilo y sin sobresaltos. Me pedía por favor una y otra vez que me tranquilizase y que utilizase ese tiempo para estudiar y estar con ellos. Finalmente así lo hicimos, no me costaba nada complacerlo y sabia que en el trabajo estaría mucho mas relajado.

Poco a poco entre rutinas, nuevas experiencias, diversión, emoción y sobretodo mucho amor fueron pasando los meses, meses que no olvidaría jamas. Al fin experimentaba sensaciones y emociones que no había podido hacer en otro tiempo con Edward y con el embarazo. Algo que nos hacia sentirnos inmensamente feliz cada mañana al amanecer con nuestra querida Nessie y ver como iba creciendo maravillosamente esa tripita.

POV EDWARD

Nos parecía mentira. Un nuevo día se abría entre nosotros. Hoy diecinueve de Junio, ya quedaba tan poco para el nacimiento de Nahuel... Bella y yo habíamos decidido no tomar riesgos y tomamos la decisión de saber el sexo del bebe para decorar su habitación antes de su nacimiento y tener todo listo para ese hermoso día.

La sentí moverse una vez mas inquieta, pero continuo dormida. Nessie en su cuna también lo hacia. Me levanté tratando de no despertarlas, decidido a servirles el desayuno en la cama. Bella y yo disfrutábamos cada día del crecimiento de Nessie, ya daba sus primeros pasos aunque agarrados a nosotros, ya murmuraba sus primeras palabras y eso era una nueva emoción cada día, como hacia a penas una semana que dijo papa, o al decir tres días después mama. Fueron días especiales para nosotros ya que por primera vez nuestra bebe hermosa nos llamaba mama y papa haciéndonos sentir especial con ese sentimiento cada día.

Mi vida con Bella era realmente completa, el amor que existía entre nosotros era hermoso, comprensivo y tierno.

Cada día cuando tenia que ir a trabajar me embargaba la pena por tener que dejarlas, pero Bella y yo estábamos en contacto durante todo el día y así se hacia mas llevadero. Cuando trabajaba de noche por las guardias Charlie y Sue se quedaban con ella, haciendo que mi tranquilidad fuese inmensa.

Los bebes de Rosalie y Emmett ya estaban muy grandes, los traían de cabeza y por eso ahora mas firmes que nunca se habían planteado no tener mas hijos. Alice y Jasper habían decidido disfrutar de su matrimonio y por el momento no pensaban en tener niños.

Pensando en complacerlas una mañana mas ya que tenia la oportunidad, decidí preparar tostadas y jugo para Bella, galletas y su inseparable biberón para Nessie. Cuando estaba casi acabando sentí que me rodeaban desde atrás por la cintura, su vientre tan pronunciado chocaba contra mi espalda.

—Buenos días — susurró besando mi cuello.

Rápidamente me voltee, era la mujer mas hermosa del mundo.

—¿Como amaneciste? — sonreí acariciando su mejilla.

—Bien — sonrió despreocupada acariciando su vientre — este pequeño no deja de moverse, esta muy bien ahí dentro.

—Es normal, yo también lo estoy cuando me siento dentro de ti — sus ojos se abrieron sorprendidos.

—¡Edward! — me regaño divertida.

La rodee con mis brazos mientras los dos reíamos a carcajadas.

—¿Que planes tenemos para tu día libre? — su sonrisa me cautivaba.

—He pensado que fuésemos con Nessie al parque y luego en la noche me encantaría llevarte a cenar, también al cine. Ya pronto serán dos y no quiero que descuidemos la pareja por eso — le acaricie la mejilla

con ternura — ¿que te parece?

—Me parece bien — sonrió complacida — aunque desde que Nessie ha nacido nada ha cambiado, tampoco cambiara con Nahuel.

—Lo se, pero piensa en lo complicado que sera — no deje que dijese mas y me acerque a sus labios y lo bese delicadamente.

Sus labios rápidamente se abrieron para mi besándome de una forma tierna y dulce. Su lengua se fundía con la mía en una danza lenta y exquisita, haciendo hermoso el beso.

—Mi hermosa esposa — susurre sobre sus labios, la adoraba.

—Mañana es tu cumpleaños — susurró sensualmente — puedo hacerte un pequeño adelanto de cumpleaños.

Me pegue mas a ella, disfrutando de ese beso, de su cuerpo y sobretodo de sus cálidos brazos. Ansiando ese maravillo regalo que mi mujer tenia para mi, pero el llanto de Nessie nos hizo salir de la burbuja.

—Oh, ya voy yo por Nessie — sonrió apartándose de mi — tu regalo tendrá que esperar.

Asentí poniéndole un puchero, no era la primera vez que Nessie nos daba sorpresas así.

—Bien, no bajéis yo os subiré el desayuno — me acerque una vez mas y besé su frente — por las mañanas no puedes verte mas preciosa.

—¿En las mañanas? — preguntó divertida — ¿el resto del día no?

Sonreí negando con la cabeza dejando un beso en sus labios.

—Te ves hermosa a todas horas mi vida — dije mientras ella se apartaba sonriendo, para buscar a Nessie.

Continué preparando el desayuno pensando en la cena y el cine que teníamos en la noche. Tenia que llamar a mama para que se quedase con Nessie y así poder pasear tranquilos, era la primera vez en tres meses que volvíamos a salir sin ella y eso seria extraño, pero Bella y yo también necesitábamos tiempo juntos.

Cuando estaba apunto de salir de la cocina, sonó el teléfono.

—¿Hola? — contesté relajado.

—Em, hola Edward soy Jacob — una vez mas, me parecía incomoda la situación — ¿Esta Bella?

Aunque me sentía tenso por la conversación, una vez mas decidí ser cordial con el. Bella, el y sus amigas habían retomado la relación en estos meses, yo por supuesto no me oponía, de echo Bella lo había hablado conmigo antes de hacerlo pero aun así no me era cómodo tener un relación de amistad con Jacob, aunque el estuviese enamorado y apunto de casarse con otra mujer.

—Esta con Nessie, si quieres le digo que ahora te llame — el adoraba a nuestra pequeña Nessie ¿quien no lo hacia?

—De acuerdo y em gracias Edward, solo quiero saber como se siente — pensándolo me sentí idiota. No entendía porque me tenia que sentir incomodo, el era su amigo y yo su marido, nuestra relación podría mejorar por la felicidad de Bella.

—No te preocupes, yo le digo — tome impulso — si quieres puedes venir mañana con tu prometida, Bella se llevara una buena sorpresa y podéis cenar aquí.

Un pequeño silencio se hizo entre nosotros. Entendía ese momento y ese silencio ya que nunca le he ofrecido algo así, simplemente porque no me parecía el momento. Bella cuando quedaba con sus amigos lo hacia en casa, normalmente cuando yo estaba trabajando, pero pensándolo bien el momento de aquella pelea con Jacob tenia que olvidarlo y para ello dejar mi orgullo a un lado. Ya no había motivos para ser enemigos y yo sabia lo mucho que Bella lo apreciaba, lo mejor era acabar con esa situación tan incomoda de una vez.

—Esta bien, me apetece mucho — me relajé un poco pensando en la ilusión que le haría a Bella, hacia dos semanas que no se veían y se que le haría bien — ¿a que hora?

—A las nueve si te parece — ahora parecíamos mas tranquilos.

—Bien te veo mañana entonces y de nuevo gracias — mas cómodo con la situación colge.

Cogí la bandeja y decidí buscar a mis princesas que raramente parecían muy calladas, cuando entré me quedé mirándolas. Las dos tan hermosas sentadas en la cama mirando un cuento que Bella le contaba muy bajito, no hay imagen mas hermosa que esa.

—Buenos días — Nessie rápidamente me miró sonriendo, al momento sentí que me emocionaba, no me acostumbraba a esa mirada que ella tenia para mi, era adorable.

—¡Pa-pa! — solté la bandeja y corrí hacia ella, que emocionada me esperaba con los brazos abiertos, Bella nos miraba ilusionada.

—Mi princesita hermosa, te traigo tu desayuno — la muy mimosa acarició mi cara haciendo que me embelesase una vez mas con ella, era maravilloso ser padre — aquí tiene mi niña.

Cogí su biberón con sus galletitas y la senté junto a Bella que la arropó inmediatamente y fui por su desayuno.

—Gracias mi vida — me sonrió Bella complacida, era tan hermosa — ven siéntate junto a nosotras.

Me senté con ellas y comencé a desayunar una mañana mas con mis princesas. La imagen de nuestra familia era hermosa en ese momento, juntos riéndonos mientras desayunamos felices sobre la cama.

.

Después de nuestra maravillosa cena en un restaurante Italiano, ahora íbamos de camino hacia el cine cogidos de la mano.

—Me parece mentira que ya estemos cerca de ver a Nahuel — Bella parece muy emocionada ante ese pensamiento — me sorprende también lo tranquilo que ha sido el embarazo, muy diferente a Nessie.

—Pues si, apenas has tenido malestares — el embarazo había sido mucho mas llevadero y cómodo, dándonos la tranquilidad que necesitábamos.

—Edward quiero pedirte algo — dijo parando mientras acariciando mis manos. La mire ceñudo, pero asentí al momento — quiero volver a Isla Esme pronto ¿podremos?

Me quedé mirándola y no pude evitar estrecharla entre mis brazos. Me sentía emocionado de ser su afortunado marido, me sentía tan feliz con ella. Jamas exigía cosas, siempre parecía tranquila, comprensiva, tierna y cariñosa, no podía estar mas orgulloso con ella y con la vida que me estaba dando.

—Claro que si, claro que si — cuando me aparté vi las lagrimas en su ojos — ¿que sucede princesa?.

—Gracias Edward — susurró inclinándose para besar mis labios — por alguna razón siento que ese es nuestro lugar y quiero mostrárselo a nuestros hijos.

—Yo también mi vida — dije acariciando su mejilla, limpiando sus lagrimas de felicidad — ese sera nuestro lugar y también los de ellos. Todos los años nos iremos a pasar allí el verano ¿te parece?

—Me encantaría — sonrió acunando mi cara entre sus manos complacida — les va a encantar correr por aquella arena, despertar frente al mar... sera perfecto

—Lo se mi vida, Nessie ya va experimentando nuevas sensaciones y ver ese lugar sera una nueva aventura para ella — Bella y yo sonreímos, ambos nos acordábamos de algunas otras.

El primer día que fuimos al zoo fue un gran día para ella, al principio se asustó bastante pero luego no quería salir de allí. También el primer día que la llevamos a la playa de La Push, no quería tocar la arena pero en cambio le encantaba el mar. Sus aventuras con sus primos eran a veces muy buenas, otras no tantas... los pequeños Sam y Emily ya andaban, en cambio para Nessie aun era muy pronto y lloraba cuando no podía andar con ellos. Pero buscaba su forma de llegar a ellos o con nuestra ayuda, o arrastrándose por el suelo.

—Una aventura mas — le dije a Bella que aun se reía.

Me incliné y besé sus labios brevemente, pero cuando lo hice sentí que algo no estaba bien. Bella había mordido mi labio fuertemente y se había puesto repentinamente tensa.

—¿Que ocurre? — dije preocupado.

—Edward creo que el cine sera para otro día... — la mire sin entenderla — Edward tengo contracciones y acabo de romper aguas.

Al momento sentí que el cuerpo me flaqueaba, aun faltaba ¿porque mis hijos se adelantaban? Aunque lo deseaba mucho, no me sentía preparado para ese momento de nuevo y al mirar a Bella vi todo lo contrario. Su sonrisa logra tranquilizarme, parece serena y feliz en ese instante, temblando y sin poder articular palabras cogí su manos y la llevé hacia el auto, era hora de ir al hospital.

POV BELLA

Las contracciones cada vez eran mas fuertes, pero ahora tal vez las sentía mas soportable que cuando Nessie. Trataba de calmarme tomando y soltando aire y eso poco a poco hacia efecto en mi. Tener a Edward a mi lado besando mi frente, tomando mis manos y mimandome en todo momento me ayudaba bastante. Ya faltaba poco, ya faltaba poco.

—Vamos princesa un poco mas — me animaba un pálido Edward — todo esta bien, estoy aquí.

Tome impulso y volví a empujar de nuevo, sentí que todo se me desgarraba por dentro, no pude ocultar el alarido de dolor; Nahuel estaba en el mundo.

—Dios mio Bella — susurró Edward llorando mientras sacaba a nuestro bebe.

Traté de incorporarme un poco pero me sentía tan cansada que volví a recostarme y al momento Edward frente a mi con nuestro hermoso y pequeño bebe.

—Edward... — susurré llorando tomándolo entre mis brazos — es igual a ti, se te parece tanto.

Emocionado, llorando tanto o mas como la primera vez, Edward se abrazo a nosotros. No pude evitar llorar una vez mas juntos a ellos. La felicidad que sentía en esos momentos inundaba cada poro de mi piel, mi pequeño Nahuel, fruto de mi inmenso amor con Edward ya estaba con nosotros.

—Gracias Bella, gracias mi vida — sollozaba mirándome con verdadera devoción, con verdadero amor en su mirada cristalizada — me has dado lo mas grande y hermoso que tengo en la vida. Tu, Nessie y Nahuel... te amo mucho mi vida, te amo, te amo, te amo.

Lo miré y aun no podía creerme que todo eso fuese verdad. Que el fuese tan mio y que ya tuviésemos dos hijos. Pensé en nuestra vida juntos, en el largo camino que teníamos por delante y no pude evitar sonreír, por lo feliz que era con el.

—Gracias a ti, por esta maravillosa vida — susurré acariciando su mejilla. Al verlo tan hermoso mirándome con ese amor tan grande al igual que nuestro bebe, me acorde que ya eran mas tarde de las doce de la noche, ya era veinte de Junio... lloré aun mas emocionada — feliz cumpleaños papa.

—Gracias Bella, gracias — ahora lloraba aun mas emocionado, la felicidad era tan completa que parecía un sueño — el mejor regalo que haya tenido jamas en este día.

Tire de el para que se acurrucase con nosotros, yo sabia que ese era el mayor regalo que el podría tener en el día de su cumpleaños al igual que yo lo tuve aquella vez en el mio... aquel trece de septiembre que marcó un antes y un después en nuestra vida, aquel trece de septiembre que hizo que nos conociésemos, aquel trece de septiembre que Edward comenzó a amarme incondicionalmente y lucho por nuestro amor sin importarle cuanto daño pudiese causarse así mismo.

—Te amo mi vida, gracias por todo este tiempo, gracias por lo mucho que me has dado en tan poco tiempo — susurré buscando su mirada — te amo Edward.

—Mi princesa... desde aquel día que te vi por primera vez supe que serias la luz de mi vida y mírate, aquí estas dándome a nuestro segundo hijo — sonreía sollozando al verlo tan emocionado — no sabes lo que siento cada mañana al amanecer y tenerte a mi lado... durante dos años no deje de pensar como podría ser nuestra vida juntos y aunque me imagine una vida feliz, jamas pensé algo como esto... todo es por ti mi vida, todo es gracias a ti... mi Bella no puedo amarte mas de lo que ya lo hago, te amo mi vida.

Yo tampoco podía imaginar algo como lo que teníamos, era algo tan grande y hermoso que era difícil de explicar. Simplemente estábamos hechos el uno para el otro, Edward me complementaba en cada faceta de mi vida, en mi día a día y eso no se lograba siempre en un matrimonio. Me daba la estabilidad, la paciencia, la pasión y el amor que necesitaba, no podía pedirle nada mas a la vida, porque ya lo tenia todo.

Ahora era tiempo de volver a casa y aunque al principio seria difícil para Nessie hacerse a la idea, Edward y yo le haríamos mas fácil adaptarse a esa nueva situación, terminaría aceptando y adorando a su pequeño hermanito Nahuel.

.

Me sentía muy preocupada y no podía ocultarlo, ya llevaba tres días en casa y Nessie solo quería ver a Nahuel para al momento siguiente intentar darle una cachetada. Estaba celosa aunque en casa no se le diese motivos para ello, a todos nos sorprendía por lo pequeña que era, pero a ella no le agradaba la idea del nuevo intruso que había llegado a su casa.

—Nessie ven acá con mami — dije cogiéndola sentándola sobre mis rodillas, frente de nosotras estaba Nahuel en su cunita — vamos a leerte un poco ¿si?

Era tan pequeña que a veces no me entendía pero en cuanto vio su libro sonrió emocionada. Mi pequeña Nessie, a penas había disfrutado de ser la pequeña de la casa y encima Nahuel al igual que ella se había adelantado antes de lo previsto en el parto, menos tiempo aun para ella.

En cuanto abrí el libro, Nessie me observo dando palmitas... le encantaba ese momento de ambas tranquila disfrutando la una de la otra. Antes de comenzar a leer la primera estrofa, Nahuel comenzaba a llorar desesperado. Mire a Nessie con tristeza, no podría leerle su cuento, su hermano debía comer.

—Nessie te vamos a sentar en su cunita con tu libro, mama enseguida esta contigo — pareció desconcertada al ver que lo le leería, pero no protesto al sentarla en su cuna.

Corriendo, cogí a Nahuel y prepare su biberón en la misma habitación y cuando comenzó a comer, reino la paz. Suspiré por un momento, la sensación de ser mama era lo mas hermoso del mundo pero ahora con dos me sentía agotada.

Mientras daba de comer a Nahuel no deje de mirar a Nessie, no pude evitar sonreír al ver como poco a poco se rendía ante el sueño con su libro en la mano. Mi hermosa Nessie ahora si le daba la razón a Edward... ese parecía mucho a mi. Volví a mirar a mi pequeño y en el vi a un Edward diminuto, eran tan iguales que sorprendía.

—Hola — me sobresalte al oírlo, no lo esperaba.

Edward con cuidado de no hacer mucho escándalo se puso frente a nosotros y se inclinó para dejar un beso en mis labios. Le sonreí, se veía agotado recién llegaba del trabajo.

—¿Como te fue mi vida? — pregunté con ternura.

—Un día muy movido, pero al fin estoy en casa — era tan cálido sentir sus caricias sobre mi mejilla — te ves cansada ¿todo bien princesa?

Señale hacia Nessie, el una vez mas la observó emocionado... su Nessie solo tenia ojos para el. Edward adoraba llegar y que ella gritase papa, pero ahora dormía.

—Con su libro — dijo Edward acercándose a ella para taparla — es tan preciosa, es tan igual a ti mi vida.

Negué con la cabeza, lo extrañaba tanto cuando no estaba en casa.

—Por lo que veo mi glotoncito sigue igual — dijo volviéndose hacia Nahuel — pequeño si sigues así vas a engordar mucho.

Reía mientras hablaba con Nahuel, parecía no entender que este no lo entendía.

—Se esta quedando dormido — musito Edward sentándose a mi lado, acariciando mi cabello — ¿te apetece dormir un poco mi vida? Se te ve agotada, yo estaré pendiente por si alguno se despierta, no te preocupes.

—No, descansa tu — le dije preocupada — se te ve muy cansado ¿estas bien?

—Si princesa, en casa siempre — susurró con intensidad — te amo mi vida, no sabes lo que es llegar a casa y ver a esta maravillosa familia que me has dado, lo sois todo para mi.

—Edward... — susurré emocionada — juntos hemos construido todo esto, estoy tan orgullosa de ti y de este amor que va creciendo día a día, yo también te amo mucho.

Abrazándose a mi asintió. Poco a poco habíamos construido un amor fuerte, sincero y sin miedos. Una familia con dos bebes maravilloso, una estabilidad perfecta y una confianza el uno en el otro sin motivos de dudas.

Cuando al día siguiente de nacer Nahuel vino Jacob a verlo por un momento me sentí incomoda, pero Edward una vez mas me había sorprendido en su forma de tratarlo, también a Ángela y Jessica que les guardaba cierto rencor por haberme abandonado por tanto tiempo. Pero ahora todo estaba en su lugar, el me entendía y comprendía siempre mejor que nadie y por eso lo amaba con esa fuerza que lo hacia, con esa fuerza tan grande como nuestro amor.

POV EDWARD

Me senté sobre la cama enfadado, Bella trataba de calmarme pero me era imposible. Mañana trece de agosto y al parecer a causa de ese día, ambos teníamos opiniones muy diferentes.

—Mi vida no te enfades así — dijo arrodillándose delante de mi — mañana es la ceremonia y es temprano, lo conveniente es que tu duermas en casa de tus padres, no quiero que me veas prepararme... es mala suerte.

—Princesa ya estamos casados, por favor lo de mañana es algo simbólico y no quiero dormir lejos de vosotros — me sentía como un niño pequeño, pero lo sentía así — por favor princesa deja que me quede aquí, quiero dormir contigo.

Bella volvió a negar.

—Edward aunque sea simbólico lo haremos bien — parecía firme en su decisión — ¿puedo darte algo para soportar esta noche sin mi?

Ella sabia que esas palabras serian nuestra perdición, suerte que Nessie y Nahuel dormían.

—La verdad si — dije tumbandome hacia atrás — aunque no se si la novia querrá hacer algo así un día antes de la boda...

Bella me sonrió coqueta y supe que la respuesta seria si. Lentamente se levanto y comenzó a desnudarse, aun no me había tocado y ya estaba excitado, ansioso por sentirme dentro de ella. Ya estaba totalmente recuperada de su segundo embarazado, aunque la realidad era que siempre había estado igual de sensual y hermosa aun estando embarazada.

Cuando estuvo desnuda, contuve un gemido... era un pecado toda ella.

—Ven aquí princesa — suplique con la mano tendida hacia ella — por favor, te necesito ya.

En un segundo Bella estaba sobre mi desnudándome sin dejar que la conexión de nuestra mirada se rompiese, lo hacia sensualmente... era tremendamente hermosa.

De manera seductora comenzó a inclinarse para besar mi cuello, esta vez no pude ocultar un gemido por la excitación que sentía de sentir el tan solo roce de ella, era puro fuego lo que sentía en mi interior al sentirla así, tenerla así...

—Bella — jadee cuando sus manos comenzaron a desabrochar mi pantalón — por favor... no te demores.

Al verme tan desesperado, una vez me desudó se tumbó a mi lado, dándome el control de la situación.

—Te amo Isabella — musité posicionandome entre sus piernas — te amo mucho...

—Y yo mi vida... y yo — susurró arqueándose debajo de mi, no pude soportarlo mas. Entré en ella lenta y suavemente, disfrutando del momento de sentirme poco a poco en su interior, llenándola de mi y de mi amor por ella — Edward... así... así...

Me estremecí ante su suplica, era maravilloso sentir como se contraía en torno a mi, como me envolvía. Comencé con embestidas lentas y suaves tal como me lo había pedido, reclamando mis labios con los suyos, disfrutando de su sabor y de su entrega en cada momento conmigo. Adoraba cada centímetro de ella, su piel tan suave, sus gemidos tan débiles, su cuerpo tan sensible a mi tacto... me hacia enloquecer.

—Siempre tan húmeda... tan entregada... tan llena de amor... me matas... — susurré lamiendo sus labios, saboreando su lengua — eres tan exquisita...

—Edward... Edward... — jadeaba acariciándome la espalda, envolviéndome con sus piernas.

Le hice el amor con mucha ternura, buscando sus labios, para mas tarde buscar su mirada mientras salia y entraba en ella muy suavemente, tanto que dolía. Me sentía desesperado por llegar al orgasmo junto a ella, por llenarla de mi aunque esta vez no seria posible. Juguetee con mis dedos en sus pechos que se estremecían ante mi contacto, Bella gemía como una gatita hambrienta, arqueándose contra mi, pidiendo mas.

—Edward... mas rápido... — su suplica me desarmó.

Comencé a embestirla con mas desesperación, con anhelo, con deseo y con mucha pasión. Con todo lo que me hacia sentir ella, me llene las manos de sus pechos haciéndome sentir hambriento, lentamente baje la cabeza y comencé a besarlos con mucho cuidado, era torturante sentirlos tan estremecidos por mi. Los bese y mordí con dulzura y adoración, sin conseguir saciarme de ellos.

—Isabella... — gruñí sobre su pecho cuando la sentí tirar de mi cabello, se estaba descontrolado y me estaba arrastrando por ella.

De nuevo volví a subir para apoderarme de sus labios y comencé a embestirla mas ferozmente, mas enloquecido, mas desesperado. Cada vez que me sentía en lo mas profundo de ella no podía evitar gruñir como un loco, me estremecía y me enloquecía la sensación que Bella producía en mi cada vez que hacíamos el amor. La deseaba como jamas desearía a otra mujer, era maravillosamente perfecta para mi en todos los sentidos, me llenaba y me calmaba como nadie, era la razón de mi vida junto con la familia que me había dado.

—Edward... por favor — sabia que ya estaba al limite, su respiración, sus gemidos y su forma de contenerse me lo decía y entonces deje toda suavidad de lado y la embestí con fuerza, con sensualidad, con una desesperación abrumadora y entonces sentí su gruñido de satisfacción, mientras se apretaba entorno mi — ohh Edward... ohhh.

Sin poder soportar sus gemidos, su tensión e torno a mi y sus labios suplicantes buscando a los mio, me deje ir... fuera de ella...

—Mi vida, mi vida... mi vida — jadee entre temblores intensos quedándome sin fuerzas.

Quedamos agotados físicamente, jadeantes y temblando, la pasión nos había consumido.

—¿Bella? — pregunté pensando que estaba dormida, pero abrió sus ojos y me sonrió acariciando mi mejilla.

—Dime, que te ocurre — ella sabia lo que quería.

—Déjame aquí... te extrañare toda la noche, apenas dormiré y mañana tendré muy mala cara — una carcajada hermosa broto de sus labios.

—No chantajes Edward — dijo sin perder la sonrisa — hasta mañana.

Mire hacia un lado y vi a mis bebes que dormían plácidamente, me dolería dormir lejos de ellos. Al volver a mirar a Bella, supe por su semblante que había cambiado de opinión.

—Quédate — susurró acunando mi cara entre sus manos — tu mirada me dice cuanto los necesitas.

—También a ti — confesé con intensidad.

—Lo se mi vida, lo se — contestó acariciando mi mejilla — siento lo de antes, yo también te extrañare... quédate entonces.

La observe sonriendole, toda mi vida era ella. Mañana intercambiaríamos los votos de nuevo, pero esta vez seria diferente, esta vez en su mirada se vería el amor que yo también sentía por ella. Lo haríamos felices, sin presiones y disfrutando del momento, esa si seria nuestra boda, una boda llena de ilusiones y sobretodo de amor.

.

De nuevo mi madre a mi lado como aquella vez, mis hermosos hijos en brazos de Alice y Jasper, Nessie observaba a su hermano con ternura, ya lo iba aceptando y eso nos hacia felices, Nessie pronto cumpliría su primer año, Nahuel a penas dos meses.

—Hijo tranquilo — dijo mi madre a mi lado al verme tocar el cabello nervioso.

Asentí sin mirarla, mi vista estaba clavada en la puerta, esperando que llegase mi Bella y cuando comenzó a sonar los primeros acordes sentí que todo me temblaba, estaba igual o mas emocionado que aquel quince de septiembre.

Cuando Bella apareció en la puerta tomada del brazo de Charlie sentí que el corazón se me saldría del pecho. Estaba tremendamente hermosa, su vestido ceñido con un escote de palabra de honor, color crema y con una pequeña cola. Se veía tan tierna, hermosa y dulce con ese vestido que me sentí como si la viese por primera vez. Poco maquillaje y su cabello recogido de un lado, pero dejándose caer por su hombro.

Nada mas verme sonrió y miro a su alrededor, vi como sus ojos se llenaban de lagrimas al tener allí a todos los seres queridos que no pudieron estar aquel día, incluido Jacob. Cuando volvió a observarme le sonreí para tranquilizarla, haciéndole saber lo que adoraba poder complacerla ese día.

Al llegar junto a mi, sonrió a Nessie que observaba la escena maravillada junto con sus primos y luego al fin tomo la mano que yo le tendía.

—Te ves hermosa — susurré inclinándome hacia ella.

Sus ojos me buscaron y pude ver que estaba tan nerviosa como yo, su manos temblaba entre la mía.

—Gracias, tu también — susurró y pude ver como se sonrojaba... adoraba cuando sus mejillas tomaban ese color.

Tomados de la mano sin dejar que la magia entre nuestras miradas se perdiese, nos pusimos frente al altar. De repente me sentí transportado hacia aquel quince de septiembre, sus ojos observándome con cautela por ese momento, sus manos temblando entre las mías al igual que yo. Sentía ese nudo en el pecho por la emoción de poder revivir con ella ese momento, aunque esta vez todo fuese muy diferente, mucho mas completo y feliz.

—Te amo — susurré acariciando sus manos.

—Te amo — gesticulo con los labios temblorosa.

Sus nervios, mis nervios, nuestra familia, amigos, nuestros hijos, todo era mágico en ese momento. Su mirada me decía la felicidad que había en este día y no pude sentirme mas emocionado al ver que estaba cumpliendo un sueño del que nunca se había atrevido a hablar, aunque lo anhelaba y deseaba con ilusión.

Mientras se celebraba la pequeña misa, Bella y yo no dejamos de observarnos, sonreírnos, acariciarnos en todo momento. Con pocas palabras me decía lo feliz que se sentía, lo nerviosa y emocionada, yo no pude demostrarle menos. Me inclinaba para susurrarle al oído palabras de amor, decirle lo que adoraba ver esa sonrisa en sus labios y esos hermoso ojos tan brillantes llenos de luz.

—Edward Cullen, repite conmigo por favor — sentí que no me salían las palabras ¿como podía ser que aquel día fuese tan diferente de aquel otro?

—Yo Edward Cullen te tomo a ti Isabella Swan como legitima esposa , en lo bueno y en lo malo , en la riqueza y en la pobreza , en la salud y en la enfermedad, para amarte y respetarte , tanto como duren nuestras vidas — prometí con la voz temblorosa — Si quiero

Tras esas palabras y al volver a colocar el anillo en aquel mismo dedo, sentí que las lagrimas nublaban mi vista, no había una unión mas poderosa que esa... esta vez si seria para siempre.

Bella apretó mis manos entre las suyas y con sus ojos cristalizados musito:

—Yo Isabella Swan te tomo a ti Edward Cullen como legitimo esposo , en lo bueno y en lo malo , en la riqueza y en la pobreza , en la salud y en la enfermedad, para amarte y respetarte , tanto como duren nuestras vidas — prometió a penas con un hilo de voz — Si quiero.

Emocionado y temblando, pose mi mano entre las suyas para recibir el anillo.

—Te amo — musito sin dejar de observarme, sellando nuevamente nuestro amor.

Sin poder esperar un solo segundo mas, bajo la mirada de todos que nos observaban con emoción al ver que al fin todo se hacia como merecía, me incline y pose mis labios sobre los suyos.

Las manos de Bella su sujetaron a la solapa de mi chaqueta y se dejo llevar por aquel beso. De repente todo fue mágico, aunque la gente aplaudía no parecía haber mas nadie que nosotros dos encerrados en esa burbuja tan nuestra. Fue un beso tierno, con sentimiento, con amor y emoción. Un beso largo cargado de grandes deseos para nuestro futuro juntos, un beso donde con solo el roce nos lo dijimos todo. Un beso tan tierno y suave que estremecía.

Sumergidos en nuestro mundos, nos apartamos pero solo un poco, apoyando nuestras frentes con nuestros cuerpos aun temblando.

—Gracias Edward, gracias por este día tan especial — susurró con las primeras lagrimas bañando sus mejillas — te amo tanto, te necesito tanto como el mismo aire para respirar... mi vida gracias por esta maravillosa vida, gracias por darme tanto cada día, gracias por cada mirada o cada caricia en la que me demuestras lo mucho que me amas, gracias por estar a mi lado y no dejarme caer jamas... gracias por ser la razón de mi vida y gracias por esos dos ángeles que son mi razón de existir, todo es parte de ti Edward... te amo mucho mi cielo.

Totalmente desarmado por sus hermosas palabras, acune su cara entre mis manos acariciando sus mejillas y busque su mirada.

—Gracias a ti mi vida por ser el motor de este corazón, por darme a mis dos soles que me demuestran cada día que tengo una familia por la que luchar — susurré con la voz temblorosa a causa de la emoción — Isabella gracias por compartir conmigo cada Crepúsculo, observar cada Luna Nueva, vivir un Eclipse o Amanecer cada mañana a mi lado... así deseo que sea nuestra eterna vida juntos, ya no mas Sol de media noche... ya solo nos espera felicidad y una maravillosa vida junto con la hermosa familia que hemos formando, te amo mas que a mi vida princesa y prometo que sera para siempre.

Emocionados aun llorando por sentir ese amor tan puro, tan grande y hermoso, volvimos a sellar con un beso lento y cálido cada palabra de amor. La Fuerza Del Amor había vencidos cada uno de los obstáculos que se nos habían cruzado en el camino, era hora de hacer honor a la frase... empecemos con un para siempre.

No olvideis que en la siguiente pagina esta el epilogo.

Acerca del Autor

Nos dedicamos a brindar información a todos los fans de la Saga Crepúsculo. Desde entonces nos hemos encargado de cubrir premieres, eventos, actualizar día a día nueva información sobre el cast. Después de que terminó la épica Saga en Noviembre del 2012, seguimos los proyectos de cada actor como corresponde.
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