Cap 6: Comenzar de Nuevo

Cambios inesperados.

Me había quedado como una tonta parada en la puerta, Edward aun me miraba insistente, no pude emitir palabra, solté la puerta y me senté en la orilla de la cama esperando que el dijera algo siquiera.

Toma - me extendió una bolsita de papel - Espero te caiga bien.

¿Qué es esto? - Pregunte abriendo la pequeña bolsa - ¿Aspirinas?

¡Diablos! - Exclamo - ¡Rose es una rata!

¿De qué hablas Edward? - Camine hasta la mesa de noche por un vaso de agua, saque una de las aspirinas del paquetito de aluminio y me trague - muchas gracias - le devolví la bolsita de papel -

¿Era cierto que te sentías mal? - Tenía una cara extrañado - pensé que Rose…

Si, ella jugo contigo de nuevo - le dije sonriéndole - pero si necesitaba una aspirina gracias… ¿Qué te dijo para hacerte venir?

Camine hasta el sillón y me senté invitándolo a sentarse a mi lado, me tomo la palabra y se acomodo.

Que estabas a punto de desmayarte a causa de una descompencion por la bebida - dijo muerto de la risa - hasta mande a traerte un jugo de tomate bien cargado no sabía en qué condiciones te encontraría.

¡Esa está más loca que nada! - Le dije riéndome con él - yo estoy bien.

Eso veo - dijo el levantándose - bueno supongo que nos vemos luego.

Me levante a acompañarlo a la puerta, al abrirla estaba uno de los botones del hotel con un carrito repleto de comida, fruta, tortillas con miel, jugo de naranja y por supuesto el jugo de tomate.

Srta. Isabella Swan - dijo el caballero mirando un papel donde estaba el pedido de la orden -

Entro a la habitación colocando el carrito en medio de ella.

Espere - el chico se paró en seco y volteo a mirarnos - yo solo pedí un vaso de jugo de tomate - dijo Edward esta vez - no toda esta comida.

Déjeme verificar - dijo mirando de nuevo la factura del pedido - está a nombre de Rosalie Cullen y pidió todo con explicitas ordenes, para Isabella Swan, habitación 312.

Déjalo Edward - le dije acompañando al caballero fuera - ¿Ya comiste?

No aun no - le dije - el desayuno lo tomo a las 6:30am y son las 3:00am.

Pues - reí - tendrás que acompañarme a desayunar a las 3:00am porque yo no puedo sola con todo eso.

El rio, pero me siguió ayudando a colocar el carrito de la comida a un lado del sofá de 3 estaciones, empezamos a comer en silencio, pero era demasiado incomodo, yo le había dicho a Edward que se alejara de mi y ahora era yo misma quien le pedía que cenáramos, bueno desayunáramos juntos.

¿Por qué no quieres siquiera que seamos amigos? - me miro fijamente mientras mordisqueaba una de las tortillas -

Sé que parezco bipolar - le dije con media sonrisa - discúlpame, en verdad estoy algo confundida ahora mismo.

¿Por mi causa? - Pregunto - no quiero causarte inconvenientes.

No - confesé - no es por ti, ya mi vida estaba así de arruinada.

¿Arruinada? - Sonrió de lado - para nada, te veo radiante y alegre.

Baje la cabeza mirando mis pies descalzos, me coloque uno encima del otro, como había dejado a todo lo que se suponía era importante para mí en Forks y simplemente dejarlo atrás como si nunca hubiese significado nada.

¡Oye! - Edward reclamo mi atención, tenía una fresa en la mano estirándola hacia mi - toma - le tome la fresa y la mordí - ¿porque no hacemos algo? ¿Borrón y cuenta nueva?

Estiro la mano hacia mí, ¿porque no? - Me pregunte - no tenía nada que perder.

Lo único que te pido - le dije mirándolo fijamente - es que te olvides de esa loca idea de querer conquistarme.

Trato hecho - me estiro su mano para que la tomara -

Esa fue la última noche que hui de Edward, suena cómico, ¿quien querría huir de semejante escultura? Después de esa noche habíamos pasado dos noches más en Paris, fuimos invitados a la casa que los Cullen tenían allí, a la cual solo tenían llave los mas adultos por eso Rose no nos había llevado allí desde el primer momento.

No había sido fácil acostumbrarme a tener tanta gente en mi viaje, pero sencillamente ellos lo hacían distinto y hasta especial, los padres Cullen tenían su encanto y realmente me pase unos muy agradables, irónicamente Edward y yo nos hicimos inseparables, tanto que la mayoría de las cosas en esos días las hacíamos juntos.

Rose y mi hermano parecían chicle, como si no pudieran alejarse el del otro por mucho tiempo, Carlisle extrañamente estaba complacido con todo aquello, con nosotros en su casa, y en su vida.

Caminando por la enorme casa aburrida, Edward había salido a hacer unos arreglos de su carrera que sería en unos días y Rose paseando con mi hermano por la ciudad, me tope con un estudio muy surtido de una rara mezcla, libros de economía y de literatura cada uno en un estante diferente a cada lado de la habitación. Tome uno de los libros, no podía ser más predecible, Romeo y Julieta, sonreí en silencio al admirar la vieja y desgastada portada.

Realmente no sabes de que hablas Giuliana - escuche la voz de Carlisle a mi espaldas, voltee y estaba mirando por teléfono, salí del estudio llevando el libro conmigo - No puedes irte! Te necesito! Eres mi mano derecha.

Cerré la puerta a mis espaldas para que tuviera más privacidad, abrí el libro y empecé a leer sin mirar por donde caminaba, entonces me golpee de frente con una puerta, no sabía ni como había hecho para llegar hasta allí, pero al fin y al cabo allí estaba, mire la puerta cerrada tenía una leyenda en ella escrita a mano y coloreada.

Prohibido pasar EC.

Tome la manija y le di vuelta, estaba abierta así que termine de abrirla, habían unas escaleras hacia abajo, se apreciaba alguna iluminación que seguramente vendría de una ventana porque era muy tenue, decidir bajar.

Al llegar me dio la bienvenida un hermoso piano de cola que posaba que en medio de la sala, unas butacas de colores, un gran espejo de cuerpo completo enmarcado en fibra de vidrio en tonalidades pasteles, parecía un cuarto de chécheres, pero estaba limpio y muy ordenado, me senté en una de los sillones, eran bastantes cómodos así que me dispuse a leer mi libro de nuevo.

No sé en qué momento oscureció, solo me di cuenta porque la luz que se adentraba por los ventanales se había apagado poco a poco, mire a mis alrededores para encontrar una lámpara, estaba justo a mi lado, la encendí y me quede allí por un rato mas, perdiéndome en las palabras de Romeo que siempre me habían encantado.

¿Qué haces tú aquí? - La voz de Edward sonaba divertida - ¿no leíste el anuncio en la puerta?

¿En serio? - levante la vista y volví a bajarla de inmediato a mi libro, escuche unos ruidos, parecía que movía algo - ¿Cómo te fue e tu reunión?

Pues bien - escuche sonido de unas teclas del piano - en una semana es mi carrera.

Bien por ti - le dije sin apartar la vista del libro, escuche como empezaba a tocar algo en el piano, a mi padre le hubiese encantado escucharlo en vivo, entonces los recordé, tenia días que no hablaba a mi casa y los había olvidado por completo, cerré mi libro y me puse de pie -

¿A dónde vas? - pregunto sin dejar de tocar -

A llamar a mis padres - le dije colocándome las pantuflas que había dejado a un lado por sumergir mis pies en la suave alfombra -

Toma - dijo el extendiéndome su teléfono - llámalos.

Voy por el mío - camine hasta la salida -

Llámalos del mío - se coloco de pie y me impidió el paso a las escaleras - no salgas de aquí.

Enarque una perfecta ceja, tome su teléfono y me dirigí al mismo sillón donde estaba hace un momento, después de tres repiques una voz demasiado conocida atendió el teléfono.

¡Hola! - la voz de Jake me hizo estremecer como si me echaran un balde de agua congelada, el reía de algo muy amenamente - ¡Hola! - volvió a repetir -

Hola Jake - dije sin remedio, quería hablar con mis padres y algún día tenía que enfrentarlo - ¿Cómo has estado?

¿Bella? - Su voz se profundizo - ¿Cómo estas tu?

Muy bien gracias - le dije jugando con uno de los mechoncitos que caían de mi cabello suelto - pensaba que estabas muy ocupado.

Si lo he estado Bella - dijo él, lo imaginaba frotando su nuca con una de sus manos, siempre lo hacía cuando lo acorralaba con algunas palabras, sonreí - he estado haciendo muchas cosas, tu sabes.

Si - le dije con ternura recordando todo el tiempo que pasamos juntos - lo sé, dime ¿Cómo están mis padres? ¿Qué haces allí?

Pues me invitaron a cenar como todos los viernes - dijo el emocionado - tu padre cocino lasaña.

No sabes cómo los extraño - dije sin pensar, me di cuenta que el piano había dejado de sonar - pásamelos por favor.

Bella - dijo Jake con voz apenada - ¿cuando vuelves?

Aun no lo sé Jake - me sincere - quizás dentro de unas semanas.

Está bien - dijo - sigue disfrutando tu viaje, un bes… ahy… perdón. Chao.

¡Bella! - Escuche la voz de mi madre al fondo - ¿Cómo estas cariño? ¿Cómo esta todo?

¡Todo excelente mama! - dije con emoción contenida - me encanta escucharte, los extraño demasiado, pero no puedo evitar disfrutar de todo esto.

¡Renne pásame a Bella! - la voz de mi padre sonaba nostálgica, pero mi madre lo reprendió - Espera Charlie! Jake ayuda a Charlie con la lasaña! Ya vuelvo!

Escuche el sonido de las puertas corredizas del patio abrirse, se había alejado para hablar, seguramente me diría alguna locura de las de ella, sin duda decían que Emmett era el que más se le parecía, pero Alice sin embargo había heredado su sentido del humor negro y sus locuras.

Mi amor - dijo ella ahora riéndose - ¡cuéntamelo todo!

Mama - le recrimine sonriendo - ¿Qué quieres que te cuente? ¿Sobre Emmett? Ps, su romance va viento en popa con Rose, se la llevan muy bien y todo, deben estar por ahí caminando las calles de la romántica París.

¡Qué emoción! - Dijo ella con demasiado entusiasmo - mi bebe está enamorado, eso es realmente algo nuevo para mí, me da mucha alegría, ahora por otra parte, te vi el otro en una revista al lado de un chico, osea Bella… Wow! Nada que ver con Jake.

¿En una revista? - Pregunte intrigada - ¿con quién?

Ehh - parecía que tenía que esperar por la respuesta - Edward y Rosalie Cullen Orfanato Santa Paula.

OMG! - Como era posible que saliera en una publicación y ni siquiera lo supiera - mama la rubia es la novia de Emmett y el chico de cabello raro es Edward mi mejor amigo.

Una tecla del piano sonó como haciendo un bufido o un sonido de respuesta incorrecta, voltee y Edward estaba sonriendo mirando las teclas del piano como esperando a ver que mas salía de mis cuerdas vocales.

Voltee mi vista de nuevo mirando los ventanales, la tenue luz de la luna se asomaba por ellos.

Jacob fue el que encontró la revista en el supermercado - la emoción se percibía en sus palabras - todos los del pueblo lo comentaban y se la mostraron y no es por nada, pero si ya te diste cuenta que él es lo mejor para tu vida déjame decirte que deberías volver ahora mismo, Jessica Stanley anda tras sus pasos, y Leah Clearwater no se queda muy detrás tampoco.

Yo sabía que esto pasaría tarde o temprano madre - me entristecí, a pesar de todo aun sentía algo por Jake eso no se lo podía negar a nadie - pero el tiempo es quien debe decidir todo y no me siento preparada para regresar ahora.

Como tú quieras hija - dijo ella en voz melancólica - te extraño demasiado, estaba acostumbrada a tenerte acá cerca.

Bueno mama - me despedía - dale besos a papa! Dile que lo llamare a su celular mañana para que tú no acapares el teléfono.

Está bien - su voz se apago un poco - el cumpleaños de tu padre es en unas semanas, por favor no vayas a faltar, sabes que eres su preferida amor. Por cierto, Alice ha preparado la celebración de este año así que será en California.

Allá estaré - me despedí - un beso.

Me quede mirando el teléfono por unos momentos, entonces sentí sus manos frías en mi hombro.

¿Estás bien? - pregunto -

Si - le hice un lado en el sofá donde estaba, el sentó a mi lado muy cerca por lo estrecho del mueble - mi madre está preocupada porque no termine de decidirme si Jacob es lo mejor, parece que hay unas arpías encima de él, mi padre cumpleaños en unas semanas y la celebración será en california en casa de mi hermana Alice.

Seguro ya esa fecha estas de regreso - dijo sonriendo - Bella, muero de hambre, ¿subamos a comer si?

Me puse de pie y él me imito, me tomo de la mano mientras caminábamos por los pasillos para regresar a la estancia, todos estaban en la sala, al escucharnos parlotear, se quedaron en silencio mirando fijamente el pasillo donde aparecimos.

La cena ya está servida - Esme se acerco hasta mi dando un ligero beso en la frente - vamos.

Caminamos despacio al comedor, Rose, Emmett y Edward entablaron una conversación, mientras Esme me pedía que la acompañara de compras al día siguiente. Comimos sin novedades, al terminar la rubia risueña de mi amiga me ayudo a lavar los platos.

El osito es un sueño - su voz sonaba melosa y pastosa - deberías haberlo visto esta tarde comprando rosas para mí en una pequeña floristería de la ciudad.

Eso se lo enseño mi padre - revente en carcajadas - realmente te gusta llamarlo "osito"… por favor Rose, ese es un oso y no de los normales, un graaaann oso pardo!

Nos reímos al unisonó, terminamos los platos y nos quedamos un rato más en la cocina comiendo helado, cuando terminamos, recordé la gran biblioteca llena de libros de literatura, camine hasta ella tratando de recordar cómo llegar, cuando al fin encontré las enormes puertas las abrí sin pensar, al final en el gran escritorio yacía Carlisle un poco enojado.

Hola Carlisle - estaba apenada, al fin y al cabo esta era su casa - discúlpame no quise…

Tranquila Bella - dijo el haciéndome señas con las manos - pasa, busca lo que quieras.

Me acerque a la biblioteca de literatura y empecé a buscar el libro que me había llamado la atención en la tarde antes de tomar el de Romeo y Julieta. Lo encontré entre otros tantos.

Cumbres Borrascosas - dije en voz alta las palabras que se distinguían en la portada -

Antes de salir mire de nuevo al escritorio, Carlisle parecía estar sacando unas cuentas, me acerque a él, mirando todos los libros contables y los resúmenes de las juntas.

¿Te puedo ayudar en algo? - me mostré interesada -

Estos libros son un desastre - dijo angustiado - hay que colocar todo esto en orden y arreglar mi agenda que está hecha un desastre y no sé cómo cuadrar siquiera una cita yo mismo.

Yo puedo ayudarte con eso - le dije sentándome en el escritorio - permíteme.

Tome todos los números telefónicos y comencé a llamar a los lugares del mundo donde probablemente aun era temprano para hablar con la secretaria o encargada, a medida que me contestaban y concertábamos la cita lo iba anotando en una agenda de cuero que me había dado Carlisle.

Muchas gracias señorita allí estará - dije cerrando la llamada - Listo Carlisle, solo me faltaría las que son en Europa que por la hora no pude concertar, pero te prometo que mañana mismo te ayudo con eso. Y con respecto a los libros déjalos allí que mañana los organizo.

No Bella no te molestes - dijo el colocando los libros uno encima de otros - tu estas de vacaciones.-

Vacaciones que les recuerdo me han ayudado a pagar - recordé - déjame ayudarte aunque sea en esto.

Está bien - estaba agradecido - muchas gracias, pero mañana lo que vas a hacer, lo haces luego de que regreses con Esme de las compras.

Ok - estire mi mano para estrechar la de él - está bien. Que descanses Carlisle.

Salí de la habitación dejándolo atrás, cuando llegue escaleras arriba no podía estar mas cómica la escena, Rose corriendo con Edward por el pasillo, lo que no entendía era porque lo hacían.

Corre Bella - dijo Edward tomándome de la cintura bajando conmigo las escaleras como si de un saco se tratara, entonces escuchamos un estruendo ensordecedor -

¿Qué es eso? - dije mirando el humo que salía de la habitación de Edward y Rosalie -

Rose tuvo la brillante idea de secarse el cabello en el lavamanos lleno de agua - dijo el riéndose sin aliento - ¿estás loca?

Lo siento - dijo ella casi llorando - no me di cuenta cuando se cayó al agua.

No entiendo - estaba un poco confundida - ¿cómo es que explotaron las dos habitaciones?

La electricidad se comunica y el brequero está en el cuarto del niño Edward - la voz de James me dio miedo ¿de dónde apareció de pronto? -

Subió las escaleras, se fue la luz un momento mientras los seis estábamos en la sala, cuando volvió James venia con algo en la mano.

Se ha dañado el swiche y hay que esperar hasta mañana para reemplazarlo - dijo él, caminando sin decir más hasta la cocina - deben dormir todos en la planta de abajo.

Rose y Bella duermen juntas - comenzó Esme a darnos las instrucciones caminando hacia las habitaciones que había mencionado James - Emmett y Edward en la otra habitación. Nosotros dormiremos en nuestra habitación arriba porque ha sido la única no afectada.

Rosalie para la próxima ten más cuidado - Carlisle sonó duro con ella, caminaron escaleras arriba y nos dejaron solos en el pasillo con las dos puertas frente a frente -

Lo siento Bella - dijo Rose luego que sus padres se fueran - no es nada personal, pero quiero dormir con mi osito y con eso de que ustedes andan de mejores amigos supongo que no les importara dormir juntos por hoy.

Emmett sonrió y entro a la primera habitación, la condenada de Rose soltó una risita maliciosa y entro detrás de él.

Feliz noche chicos - dijo mordiéndose el labio - los quiero, besos!

Nos quedamos estáticos en los pasillos sin saber que hacer o cómo reaccionar… ¿realmente sería capaz de dormir con Edward sin tener ni un mal pensamiento?