Cap 23 - Parte 2: La Fuerza del Amor

Por DiarioTwilight   Publicado a las  7:38 p. m.   5 comentarios


CAPITULO 23 – ISLA ESME, PARTE 2.

POV BELLA

Edward no volvía, era extraño, ya pasaba un buen rato desde que se había marchado, tal vez estuviese hablando con su familia… pero entonces oí sus gritos desde el mar ¿que estaba ocurriendo?. Salí corriendo hacia dentro de la casa, asustada por sus gritos.

Al entrar en la casa, me encontré con Edward gritando a través del teléfono. Al verme me hizo un gesto con la mano para que no hablase y me miro ¿dolido? ¿que estaba pasando?

— ¡Solo quiero que entiendas que estoy de vuelta! — gritaba a través del celular — ¡no te quiero cerca de ella! ¡¿me entiendes?! ¡ella es mía!

Tras gritar esas palabras, colgó sin más y se volvió a mí rápidamente. Me asuste, se notaba acalorado y muy enfadado.

— Isabella por favor ¿me explicas esto? — eran mensajes de Jacob — ¿que ha pasado entre ustedes en estos meses? ¿le has dado esperanzas?

— No — conteste rápidamente tomando sus manos entre las mías — ya te dije la clase de relación que he tenido con el en estos meses. Él me ha llamado si y también me ha mandado mensajes, pero yo en todo momento le he dicho que te esperaría, que sabia que volverías… creí que ya se había olvidado del tema, hace dos semanas que no se nada de él. La última vez que hablemos le dije que si volvía a insistir no le volvería a hablar nunca más y que en mi corazón solo había lugar para ti.

Su rostro de preocupación se suavizo y me abrazo contra su pecho con fuerza, yo lo abrace rápidamente.

— No quiero que nadie nos fastidie lo que nos queda aquí por favor — susurre sobre su pecho — vamos a disfrutar este momento, Edward por favor.

— Perdóname — dijo apenado tomando mi cara entre sus manos — no se lo que me ha pasado al ver los mensajes, bueno mas bien al hablar con el. Al leer los mensajes me he quedado confundido pero en seguida he entendido que no tenia motivos para desconfiar de ti… hasta que he hablado con el… me ha dicho que tu no tenias claro tus sentimientos hacia mi…

— ¿Eso ha dicho? — no podía entender la obsesión de Jacob. Desde este momento nuestra amistad quedaría rota — Edward quiero que sepas…

— Shhh — silencio mis labios con sus cálidos dedos — no digas nada, confío en ti princesa, todo esto ha sido un malentendido… lo siento de veras.

Le sonreí con ternura, una vez mas entendía porque lo amaba tanto.

— Lo se, olvidemos todo — el asintió con una sonrisa hermosa — bueno, dime ¿quien llamaba?

Edward soltó una carcajada.

— Han llamado todos — entonces se puso algo mas serio — incluso Tanya ¿que querrá ahora? Bella por favor no la llames, olvidemosno de ella…

Tanya… entonces sentí que la felicidad se me escapaba de las manos, no, aun no podíamos volver. Edward y yo necesitábamos recuperar el tiempo perdido y aprender a entendernos como pareja, sin celos, sin dudas, sin rencores y allí todo seria más difícil.

— Edward… no quiero volver mañana — dije poniéndole un puchero — ¿no podemos quedarnos unos días mas por favor? Todo esto es maravilloso, a apenas hemos disfrutado y ya mañana tenemos que volver. Necesitamos más tiempo para nosotros, para recuperar todo lo que hemos dejado atrás.

Él se me quedo observando con intensidad y supe que le había complacido mi suplica.

— Lo voy a intentar — le sonreí emocionada — siempre hare todo lo que este en mis manos por ver como sacas a relucir esa hermosa sonrisa y por ver como te brillan esos precioso ojitos — me beso la nariz con ternura y me sonrió de nuevo, era imposible no amarlo — No perdamos mas tiempo ¿si? tu llama a tu padre que yo voy a llamar a mi familia y al hospital, deséame suerte.

— ¡Suerte! — le dije dándole un tierno beso antes de encaminarme hacia el dormitorio.

Sonriendo aun, cogí el celular y marqué para llamar a mi padre.

— ¡Al fin hablas! — dijo al contestar — ¿donde estáis metidos? ¿en una cueva?

— Hola papa — le dije burlonamente — llegamos tarde y bueno mientras cenamos, nos pusimos cómodos y esas cosas… se hizo tarde.

— YA, YA entiendo — tuve que reírme — cuéntame ¿como es aquello?

— ¡Me encanta papa! — dije emocionada — todo es hermoso y perfecto, tendrías que verlo.

— ¿Y la compañía? — pregunto burlón.

— La mejor del mundo papa — no podía evitar emocionarme al hablar de Edward — él es tan atento, amable, cariñoso… papa me hace tan feliz cada día, lo amo mucho.

— Lo se mi cielo — respondió con ternura — he visto como lo has pasado tras su marcha. No sabes lo feliz que estoy de que por fin estéis juntos de nuevo y disfrutando de ese maravilloso viaje.

Tenia que admirar a mi padre, el sabia toda la verdad en cuanto a como se habían echo las cosas entorno a mi matrimonio con Edward, sin embargo no me había reprochado ni comentado nada, el sabia entenderme y darme ese espacio para mi. Yo la verdad lo prefería así, no deseaba volver a mirar hacia atrás, ya no.

— Bueno ya no te entretengo mas — dijo impaciente — disfrútalo mi niña, lo merecéis. Te quiero mucho.

— Yo también papa — entonces recordé que tal vez no volvería mañana— papa, tal vez nos quedemos unos días mas. Edward va a hablarlo con el hospital, luego te aviso ¿de acuerdo?

— Perfecto, ojala podáis quedaros. Dale un abrazo a Edward de mi parte— sonreí ampliamente al darme cuenta de que mi padre apreciaba mucho a Edward, no podía ser de otra forma. Edward era el hombre que cualquier padre querría para su hija.

Ahora me acordaba de Tanya, Edward me había pedido que no la llamase, pero yo tenía que hacerlo, tenía que estar en contacto con ella y saber cada uno de sus movimientos. Todo estaba decidido, en cuanto regresásemos a casa hablaría con Edward y le contaría las ultimas amenazas de Tanya, le contaría todo lo que ella me había contado de Mike… entre los dos la íbamos a destruir. Tendría que hacerle entender a Tanya que las cosas con Edward no estaba bien para que ella confiase en mi y así yo poderme ganar su confianza de nuevo y saber donde estaba Mike para denunciarlos a ambos ante la justicia. Pero tenia que hacer las cosas muy bien, Mike era imprescindible en todo esto, él era el títere de Tanya y si el caía, ella también.

Tenia que llamarla.

— ¡¿Donde has estado metida?! — ese fue su saludo.

— Hola Tanya — comente con falsedad — he estado aquí, en Isla Esme. Aun no hemos salido de aquí, esto me aburre.

— ¿Tanto así? ¿que pasa? — sonreí, había creído mis palabras.

— Las cosas con Edward no van bien, no se, nada es igual. A papa le he dicho que estoy bien porque no quiero que lo pase mal, pero las cosas aquí no mejoran — ella suspiro, se alegraba. La odie una vez mas con todas mis fuerzas — para colmo Edward quiere quedarse más días…

— ¡¿Cuantos?! — pregunto alterada.

— Aun no se… cuando sepa algo aviso a papa — dije como aburrida —ahora tengo que salir, ya os aviso.

— Ok ya me avisas — se notaba en tensión — no olvides tu palabra Bella.

— Imposible — jamás pondría olvidar el calvario que ella me estaba haciendo pasar. Ya queda poco, me dije a mi misma.

Cuando termine de hablar, fui rápidamente a buscar a Edward, me esperaba sentado en la sala y al verme puso un pequeño puchero, se veía hermoso cuando se ponía tan tierno.

— No he podido convencerlos — con tristeza me senté a su lado.

— Bueno otra vez será — dije intentando sonreírle para que no viese lo mucho que me afectaba esa noticia.

El me observo y de repente en su rostro se dibujo una inmensa sonrisa.

— ¡Es broma! tengo dos semanas… — emocionada salte sobre sus brazos, casi llorando de felicidad.

— ¡Eres el mejor! — dije besando sus labios con ternura — dos semanas es mucho, gracias mi vida.

— ¿Merezco recompensa? — pregunto burlonamente.

— ¿Recompensa? — dije juguetona — a ver pídeme.

— Mmmm ¿un besito? — pregunto muy bajito con sensualidad. Sin hacer falta más palabras en ese preciso momento, pegue mis labios a los suyos delicadamente, deleitándome con el exquisito sabor de sus labios. Rápidamente sentí como mi cuerpo cobraba vida con ese pequeño gesto. Con impaciencia, enrede mis manos en su cabello y con sensualidad me senté a horcajadas sobre el. Nos besamos muy despacio, demorando una vez mas el momento tan mágico que estábamos viviendo.

— ¿Algo mas? - pregunte ronroneando sobre sus labios.

— La verdad si… — dijo metiendo la mano por dentro de mi camisa —quiero deleitarme con esos hermosos pechos.

— No te controles, te doy permiso — dije gimiendo al sentir como su mano acaricia mi pecho — me encanta lo delicado que eres... tocándolos.

— Tu mi amor, tu eres la mas delicada, exquisita y hermosa de las mujeres — susurro apasionadamente posando sus labios sobre mis pechos, tan sensibles ante su contacto.

— Edward… — gemí acariciando su cabello.

Edward beso mis pechos con esa delicadeza y ternura que el sabia, haciendo que lo amara más siempre más. No me imaginaba la vida sin sentir las emociones que el producía en mi cuerpo y en mi alma con cada gesto de ternura, con cada caricia tan lenta y tan suave que me hacia llorar de emoción.

— Se que nuestras vidas… va a cambiar en este viaje… lo se… —palabras perdidas en un lugar de mi mente, que se escapaban de mis labios.

— Lo se, por eso quiero algo mas — dijo volviendo a mis ojos con la respiración alterada — quiero hacerte el amor ahora mismo, quiero que recordemos cada segundo de este viaje, de lo felices que somos aquí y de como empezó nuestra nueva vida juntos .

— Por favor… — susurre lamiendo el contorno de sus labios con sensualidad — me das tanta vida…

— Te amo — susurro con gran intensidad.

— Te amo — susurre emocionada.

Suavemente se levanto y me llevo consigo en brazos hasta la orilla del mar, donde unos minutos antes habíamos estado desayunando. Muy despacio comenzó a desnudarme, sin que ambos dejásemos un solo segundo de observarnos a los ojos. Cuando ya me tuvo completamente desnuda, me dejo muy suavemente sobre la arena y comenzó a desnudarse delante de mi con mucha sensualidad, haciéndome desear cada centímetro de su cuerpo.

— Edward… por favor — suplique tendiéndole una mano al verlo gloriosamente desnudo delante de mi. El sin dudarlo un segundo, se tumbo sobre mi y yo sin pudor alguno, abrí las piernas para que se posicionase entre ellas. Ambos no pudimos ocultar el gemido de placer al sentir la electricidad que recorrió nuestros sexos ante ese contacto.

— Quiero hacerte de todo — susurro comenzando por mis labios. Los devoro con amor, su lengua ingresaba en mi boca con urgencias buscando que mi lengua se uniese a su danza. Y mi lengua accedió a todo lo que él quisiese hacerme, como también accedería mi cuerpo.

— Yo también — musite sintiendo como su boca comenzaba a descender dejando un reguero de sensuales y excitantes besos a su paso. Su boca llego de nuevo a mis pechos, pero esta vez no se detuvo demasiado ahí y continuo bajando lentamente… umm llego a mi obligo. El sabia exactamente lo que hacerme y cuando hacerlo para que yo muriese de placer entre sus brazos.

Con erotismo, continúo bajando muy lentamente haciendo que mi cuerpo se arqueaba desesperado por sentir sus labios sobre mi sexo.

— No seas… impaciente, tenemos tiempo — su voz sonaba sensual, controlada y excitada.

Sus labios llegaron a mi sexo y no pude dejar de moverme al sentir como su lengua lamia con delicadeza esa parte tan intima que solo el conocía. Su lengua tan erótica, comenzó a hacer círculos sobre mi sexo extendiendo toda la humedad que tenia alrededor de él. Gemí hasta la locura, al sentir como su lengua envolví cada centímetro de mi sexo sin piedad.

— Tu sabor, tu calidez, tú… me matas — su voz ronca por la pasión, no hacia más que excitarme más y más. Sus palabras, sus movimientos, sus lamidas ¡mmm! todo era tan perfecto.

Su lengua comenzaba a perder la paciencia y ahora me lamia con más urgencias, mis manos crispadas estaban aferradas a su cabello, aguantando las ganas de llegar al orgasmo tan caliente y excitante que clamaba liberación. Aunque yo no quería, quería disfrutar de la maravillosa lengua de Edward haciéndome el amor con ella. Su sensualidad, su delicadeza y su ternura para conmigo a cada segundo, era hermoso y no quería dejarme ir, quería saborear todos los bellos momentos con el cuanto pudiese.

A pesar de que sus lamidas y sus caricias cada vez eran más atrevidas e insistentes, no dejo de ser tierno en ningún momento, todo él siempre era ternura y amor, por eso yo lo amaba y adoraba tanto.

— Edward… — gemí tirándole del cabello. Me sentía al límite, su forma de devorarme tan intima era demasiado abrasadora, haciendo que un fuego inmenso ardiera en cada parte de mi cuerpo por su entrega infinita. Con el me sentía libre, no sentía vergüenza, no sentía miedos, él lo era todo para mi y con certeza sabia que siempre seria así.

— Déjate llevar... mi vida — susurro con voz tensa y entonces no pude contenerme más. Mi cuerpo se tenso completamente, mi sexo se contrajo en torno a la lengua de Edward y gritando su nombre me deje llevar por esas sensaciones tan placenteras y arrolladoras que me estaban consumiendo.

POV EDWARD

Quedó prácticamente inerte entre mis brazos. Su respiración alterada, sus mejillas sonrojadas y su cuerpo completamente satisfecho, se veía realmente hermosa. Dejándome arrastrar por su cuerpo, me posicione sobre ella. Bella me observo y rápidamente me sonrió con calidez.

— Te amo — susurro acariciando mi rostro. Mi corazón se hincho de amor, al oír una vez más esa palabra.

— Yo mas, mi vida — ella puso los ojos en blanco y riendo, bese sus labios con calidez, muriendo por hacerle el amor. Sus ojos brillaron con picardía y dejándome sorprendido, me tumbo de espaldas en la arena y en un segundo ella estaba sentada sobre mi.

— Es mi turno — musito con sensualidad besando mi mandíbula — voy a saborear cada parte de tu cuerpo, como tu has echo conmigo… quiero que tiembles de deseos como yo he echo contigo.

Y tal como ella predecía, mi cuerpo comenzó a temblar por la anticipación de lo que iba a suceder. Su boca comenzó a recorrer mis labios, mi lóbulo, bajando por la base de mi garganta. Me sentía explotar aun sin haberme echo aun nada. Todo lo que Bella me hacia me enloquecía. La amaba con locura, no había un amor más grande que el que yo sentía por ella y sentir que ella me amaba tanto como yo, era la felicidad más grande del mundo.

— Isabella… — jadee cuando la sentí besar mi torso, aun mas al sentir como su lengua bajaba muy delicadamente por mi vientre llegando al triangulo cerca de mi sexo. Con besos húmedos y lentos, llego hasta mi pene. Sentí su aliento cerca de él y eso ya era demasiado para mi —Bella…

— Pídeme… pídeme… — susurro antes de dar la primera lamida a la punta de mi pene haciendo que yo no pudiese dejar de gruñir ante esa sensación tan placentera.

Tras esa intensa primera lamida, ya no supe donde estaba y que estaba pasando. Los labios de Bella envolvían completamente a mi pene, lo lamia y chupaba con una sensualidad que me estaba matando. Su dedicación en cada gesto era inmenso, llevándome a límites insospechables.

— Mi vida… mi vida… — gemí bajando la mirada hacia ella y lo que vi no hizo mas que aumentar mi agonía. Se encontraba entre mis piernas, con su cabello a un lado dándome la visión perfecta de lo sensual que estaba haciendo. La diosa de mis sueños — ¡dios, princesa! me vas… a matar…

Ella sonrió sobre mi pene y entontes sus caricias, lamidas y succiones se volvieron más descontroladas, más lujuriosas y mi cuerpo no pudo aguantar demasiado a esas muestras de placer. No soporte un segundo más, no con esa diosa entre mis piernas.

— Bella… ¡mmm! apártate… rápido — con una ultima lamida en la punta de mi pene, se retiro sentándose sobre sus rodillas y observándome con los ojos como platos. No pude controlarme un segundo más, no cuando ella me observaba con esa expresión de placer en su rostro y entonces comencé a vaciarme. Bella se mordía el labio y eso aumento mi placer mas aun si se podía en ese momento — Isabella… no m-mires así.

Y si más, mi cuerpo comenzó a convulsionar vaciándome por completo y quedando una vez mas satisfecho.

— Ven — dije extendiendo una mano para abrazarla de costado para no mancharla, mientras mi cuerpo se desprendía de los últimos temblores. Bella sonrió e hizo lo que yo pedía — te amo tanto princesa.

— Yo también — susurro sonrojada — ha sido perfecto.

Abrazados, dejamos que el sol iluminara nuestros cuerpos desnudos.

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Dos horas más tarde, Bella y yo paseábamos por el pueblo tomados de la mano. Como ya venia siendo una costumbre en ella, hizo mil y una preguntas haciendo que el paseo fuese más divertido. Ahora nos encontrábamos en una especie de centro comercial, muy humilde, pero completo a la vez.

— Edward quiero volver de nuevo — dijo ilusionada — ¿volveremos pronto?

— Claro que si — sonreí abrazándola — cuanto tenga un hueco en el trabajo regresaremos de nuevo ¿tienes hambre?

— La verdad si — susurro mirando hacia todos los laterales — pero algo simple ¿un perrito caliente?

— ¿Estas segura? hay muchos sitios donde comer, te puedo llevar a un gran restaurante con típica comida de aquí si lo prefieres — ella negó con la cabeza.

— No hace falta, con eso esta bien — luego me observo cohibida — a menos que a ti te apetezca.

— Donde tu quieras, mi vida — felices volvimos a tomarnos de la mano y fuimos a por su perrito caliente.

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Una vez terminamos de comer, nos dirigimos al cine. Una vez compramos las entradas y palomitas, nos sentamos en la sala emocionados por las nuevas experiencias que estábamos viviendo juntos.

— Así deberíamos de haber empezado — la observe ceñudo, no entendía de que hablaba y parecía melancólica — nuestra primera cita… así debería de haber sido.

Entonces comprendí su tristeza.

— Siento que todo se precipitase así, créeme que me hubiese gustado salir de paseo, llevarte a cenar o al cine — confesé acariciando su mejilla — me hubiese gustado hacer todas esas cosas antes de haberte precipitado a un matrimonio que tu no habías pedido.

— No tienes que sentirte culpable, no fue tu culpa… tu solo me sacaste de ese oscuro abismo donde no creí capaz de salir — sonrió con tristeza.

— No sabes la de noches que soñé con pedirte salir y luego que poco a poco fuésemos algo mas, créeme quería hacer las cosas bien — recordé con melancolía — todo se volvió confuso aquel día que llegaste al hospital y no tuve otra salida, no quería perderte — recordar aquellos comienzos era duro.

— Edward todo lo que hiciste fue por mi bien — sonrió ampliamente — este viaje me gusta porque siento que se mas de ti, de tu vida. Es como comenzar de nuevo ¿te das cuenta?

— Si, solo que todo al rever. Primero nos casamos, luego te enamoraste y ahora nos conocemos — ambos no pudimos evitar sonreír, mas aun sabiendo que todo aquello había pasado.

— Cuéntame cosas que hacías cuando ibas a verme — la película ya estaba empezando.

— Sera mejor que lo hagamos luego, a no ser que prefieras que nos echen de aquí — felices, emocionado y cómplices, nos tomamos de la mano para vivir otra nueva experiencia.

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La película fue una tortura de aburrida que era, pero era un buen y nuevo recuerdo más para nosotros. Me emocionaba ver como Bella estaba disfrutando de este viaje, con cualquier pequeño detalle su hermoso rostro se iluminaba, todo le parecía hermoso, no tenia quejas y no pedía nada material, simplemente perfecta para mi.

Ahora íbamos a dar un nuevo paseo en lancha, a ella le apetecía muchísimo y yo solo quería ver a esa mirada iluminada por la felicidad.

— ¿No es precioso? — pregunto cuando comencé a conducir la lancha.

— Bella ¿que vida has tenido? — pregunte observándola — todo te parece como nuevo, me consta que tu padre tenia muchísimo dinero ¿no salías de casa cuando eras pequeña?

— Muy poco… pero no quiero hablar de eso ¿si? — sonrió acariciando mi mejilla — aquí soy feliz no solo por el lugar, Edward soy feliz por estar contigo. Como ya te he dicho soy feliz aquí, allí o encerrada en casa, no me importa, siempre que estés tu.

Entendía sus temores, ella aun recordaba esos meses ¿los podríamos olvidar alguna vez?

— Jamás vamos a volver a separarnos, lo prometo — prometí acariciando sus manos — pase lo que pase vamos a estar juntos, avanzando en el día a día, disfrutando y sufriendo en el amor, pero siempre juntos.

— ¿Porque no te conocí antes? — pregunto melancólica.

— Lo hiciste — dije sonriéndole con ternura — aun recuerdo aquel día como si hubiese sido ayer. Ese día cambio mi vida para siempre y supe que ibas a ser mía…

— Yo tampoco olvido aquel día… — confeso buscando mi mirada — ojala desde aquel día hubiese empezado lo nuestro y tal vez todo hubiese sido mas fácil.

— El destino a veces es así de cruel, yo pensé que lo mejor era esperar y todo se complico — dije besando su frente — pero estamos aquí juntos, todo esta bien ahora ¿no?

Bella me observo y en sus ojos había palabras y miedo que no me confesaba. Aquí no quería presionarla, en casa enfrentaríamos sus miedos juntos. Sabía una vez más que era su hermana la culpable de todo su dolor y esta vez yo no iba a tener compasión de ella.

— Cuéntame, como fue aquel tiempo para ti — parecía ilusionada por saber de aquellos dos años.

— Insoportables — confesé — jamás pensé que con una mirada una persona me llenase tanto como lo hiciste tu aquel día.

Ella sonrió emocionada, alentándome a que continuase.

— Fue extraño, aquella mañana no estaba en uno de mis mejores días, me había levantado cansado de la misma rutina y me sentía muy agobiado. Pensé en ir a la biblioteca y comprar un nuevo libro para distraerme ese día y allí te encontré — suspire emocionado — parecías tan frágil y distinta al resto del mundo que me cautivaste, solo me basto una mirada para darme cuenta de que algo había surgido.

Bella oía mi relato con mucha atención mientras acariciaba mis manos con ternura.

— Cuando hablamos y te fuiste, algo dentro de mí me empujo a seguir a aquel taxi y así lo hice. En días posteriores cuando no sabia que hacer, me encontraba frente a tu casa esperando por si te veía salir. Cada día me preguntaba el porqué de aquella conducta, hasta que me di cuenta de que me había enamorado locamente de ti — sus ojos brillaban de lagrimas — te veías tan pequeña que no quise irrumpir en tu vida así, me daba demasiado miedo que aunque te lograra enamorar, tu familia se pusiese en mi contra por tu corta edad y yo no deseaba eso.

— Y decidiste esperar — termino ella — eso demuestra lo valioso que eres, antepusiste tu felicidad por que yo o mi familia no sufriésemos, eso es tan generoso por tu parte. Me hubiese enamorado de ti igualmente. ¿Sabes? cuando te vi aquel día me impactaste, pero al ver lo que ella… creía sentir por ti, me eche atrás. Cuando ella iba a verte y me pedía que fuese con ella, lo hacia… un día me di cuenta que me gustaba mas de la cuenta ir y al año decidí cortar aquello, no volví a ir para no volver a verte. Tu presencia me perturbaba y no supe porque… el día que te marchaste creí entender el porqué, me habías llenado desde el principio y no supe verlo o no quise hacerlo.

Conteniendo la emoción que me embargaba me incline hacia ella.

— Te amo — susurre besando sus labios.

— Te amo — susurro Bella sobre los míos.

Este viaje era perfecto para consolidar nuestro amor día a día y sobretodo para llegar a conocernos realmente.

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Con días así de mágicos, se nos pasaron los días durante las dos siguientes semanas. Cada día amanecíamos juntos y aferrados el uno al otro, saboreando cada tierno momento. En esos días aprendimos a entendernos, a hablarnos y a confiar en nosotros y en nuestra pareja. Yo me había mostrado tierno cada mañana al llevarle el desayuno a la cama para que ella se sintiese cuidada y mimada por mí, quería que entendiese que para mí su bienestar y su felicidad estaban incluso por encima de la mía.

Hacer el amor se había convertido en una rutina diaria, cada día nos amábamos con pasión, con amor, con ternura. Unos días mas suave otros días mas salvajes, siempre regalándonos miradas que decían mucho mas que las propias palabras. Bella se entregaba a mi cada día sin reservas y con tanto amor que incluso hasta dolía.

Todos los días después del desayuno nos íbamos a pasear, a la playa, de cena, al cine o tan solo a dar paseos cogidos de la mano. Nuestro matrimonio era perfecto, ambos entendíamos perfectamente las necesidades del otro sin necesidad de discusión o de riñas.

No todo habían sido cosas buenas, a veces en las noches llorábamos juntos los últimos meses que habíamos vividos separados, recordando el calvario del otro. Pero a pesar de todo, todo era positivo, estos días nos habían servido para conocer todos los detalles de nuestras vidas y eso hacia que nuestra pareja fuese mas completa, pues ya nos conocíamos en todos los sentidos.

También habíamos vivido momentos dulces, anécdotas y algún que otro susto.

Flashbacks días anteriores.

— ¡Edward! — me grito Bella desde el mar mientras yo preparaba un pequeño picnic. Rápidamente me voltee asustado por su grito de terror.

— ¿Que ocurre? — ella parecía apunto de llorar.

— Me ha picado una medusa — dos hermosas lagrimas se derramaron por su mejilla — sácame de aquí por favor.

Preocupado fui a su busca. En esos días también me había dado cuenta de que era más vulnerable de lo que parecía.

Cuando llegue hasta ella, sus brazos se deslizaron por mi cabello y comenzó a llorar. Con tiernas caricias en la espalda, conseguí calmarla y al salir su pie estaba algo hinchado a causa de la picadura. Tuvimos que trasladarnos a un centro de salud cercano donde le mandaron una crema que hizo que rápidamente ella se aliviara.

Otro de los días, nos encontrábamos viendo una película de terror en el cine y a los pocos minutos de estar allí, Bella se aferro a mi brazo asustada.

— Edward tengo miedo — susurro muy bajito sobre mi oído. Le sonreí ampliamente y acaricia su mejilla, parecía tan niña a veces.

— Si quieres nos vamos — ella me observo apenada y supe porque — no te preocupes, a mi tampoco me gusta mucho.

La verdad le estaba mintiendo, pero si le decía que me gustaba la película, ella no iba a acceder a salir del cine por mí y se veía demasiado aterrada.

— ¿De verdad? — pregunto en susurros, asentí dándole un pequeño beso en los labios, tomándola de la mano para salir de allí.

Apenas hace dos días, a Bella se le ocurrió hacer un pastel de chocolate. Fuimos al súper y compramos todo lo necesario para que ella pudiese cumplir su deseo. Enfundada en la cocina se veía feliz, en esos días también había podido comprobar que a ella le encantaba cocinar y que además lo hacia bastante bien.

— Edward ¿le pongo fresas arriba también? — pregunto pensativa — ya le he puesto dentro ¿que hago?

— Como prefieras — susurre abrazándola por la cintura desde atrás, mientras ella terminaba de decorar su pastel — tiene muy buena pinta.

Ella se volteo un poco y me observo con malicia, un minuto mas tarde me plantaba un poco de chocolate en la nariz. Jugueteando con ella, cogí un pequeño trozo de pastel y se lo plante en la suya.

— ¡Edward! — protesto con un puchero — mi chocolate era de esa taza, me has estropeado el pastel — pero rápidamente una amplia sonrisa de dibujo en su rostro y supe que iba a pagar muy caro mi error.

Unos segundo mas tardes, me lanzaba un trozo de pastel en la cara. Jugando, del pastel apenas quedo nada, pero ambos terminamos llenos de chocolate y metidos en la ducha quitándonos el sabor a dulces a besos, mientras nos hacíamos el amor con ternura.

Fin flashbacks

Los días a la orilla del mar cada mañana acababan, igual que los días observando la luna cada noche en Isla Esme llegaban a su fin. A pesar de llevarnos un bien recuerdo, el momento de la vuelta nos entristecía, ya que aquí todo era como un cuento de hadas y ahora había que volver a una realidad muy diferente. Aunque ambos teníamos claro más que nunca que estabamos juntos en eso y sobretodo que era imposible que nos amasemos más el uno al otro.

POV BELLA

Los rayos del sol envolvían nuestros cuerpos entrelazados y la pereza se hacia constante en ese momentos. Hoy era el día de volver y a los dos nos apenaba ese momento, pero había obligaciones que cumplir por parte de Edward… y juntos debíamos acabar el calvario que habíamos sentido a causa de Tanya, ahora era la hora la de enfrentar y dejar el dolor atrás.

— ¿Que piensas? — susurro Edward sobre mi cabello. Una mañana mas, el sentía cuando yo estaba despierta sin aun haber echo movimiento alguno.

— Tengo miedo que este sueño acabe — susurre levantando la mirada hacia el — lo que nos espera allí no es fácil.

El asintió apenado.

— Isabella sé que tenemos que hablar en casa y sé que se trata de ella… — musito acariciando mi mejilla por las que ya caían algunas lagrimas — no me llores princesa, todo va a estar bien. Quiero que me prometas que vamos a estar bien. Tal vez tengamos problemas como las tienen cualquier pareja, pero las vamos a superar juntos ¿verdad?

— Siempre Edward, nada se va a interponer entre nosotros — prometí tumbándome sobre el — no vamos a volver a vivir el infierno que ya hemos vivido, creo que merecemos ser felices. Prométeme que jamás vas a olvidar este amor tan profundo que sientes hacia mi, ese amor sin límites que me llena de paz y de tranquilidad.

— Lo prometo mi vida, eso seria algo imposible — con delicadeza besó mis labios con esa sutileza que hacia que me estremeciese desde la cabeza a los pies — ¿estas bien? te veo demasiado pálida esta mañana.

Deseando aprovechar los ultimas horas con el, me puse juguetona.

— Cúrame doctor, me siento enferma — susurre coqueta contoneándome sobre el. Aunque la verdad no me sentía bien, no desde hacia varios días.

Con un movimiento rápido, Edward me puso debajo de su cuerpo, aun estábamos completamente desnudos después de habernos amado con una pasión inmensa durante varias horas en la noche. Me abrí de piernas para el y de una manera delicada entro en mi muy suavemente.

— Edward… — gemí buscando sus labios. El enseguida me dio acceso a sus labios y nos besamos con intensidad dando todo en ese cálido beso. Su lengua entro en mi boca con sensualidad, entrelazándose con la mía que la esperaba ansiosa — suave… suave…

Haciéndolo así, entro y salió una y otra vez de mí, muy suavemente, muy delicadamente como si me fuese a romper. Sentía que me moría de deseos en cada estocada que daba, deseándolo siempre muy dentro de mí. Con dulzura, comencé a acariciar su cabello mientras lo sentía mecerse dentro de mi de una forma tan delicada que sentía ganas de llorar. Él se había convertido en mi vida entera y ya no concebía una vida sin el.

Sus labios exigieron a los míos besos y mas besos húmedos, de esos que con solo un roce derrochan amor y pasión de forma hermosa, de esos que con apenas una pequeña lamida ya te excitaban…besos que mataban de placer… besos de mi Edward.

— Isabella… siento que voy a… explotar — al oírlo, me abrace mas a su cuerpo para sentirlo aun mas cerca de mi, mientras el continuaba con esas embestidas tan cálidas y lentas que me mataban.

Sus palabras, sus caricias, su entrega y su forma de hacerme el amor me hacían sentir en esa burbuja tan nuestras que era imposible de deshacer.

Con unas pocas embestidas más, sentí que Edward comenzaba a morder mi labio inferior y supe que se estaba conteniendo. Deseando su liberación y la mía propia, me deje llevar por las tórridas sensaciones que clamaban a mi cuerpo ser desatadas.

— Edward… Edward... — y sentí como mi cuerpo comenzaba a temblar, junto al de Edward que comenzaba a convulsionar. Nos dejamos llevar a la vez, llegando a la cima del placer al mismo tiempo, gritando el nombre del otro en la profundidad de nuestras bocas, desatando el estremecedor orgasmo.

Temblando, quedamos agotados y sin nada que decir. Las palabras sobraban en un momento como ese. Nos quedamos abrazados sintiendo el inmenso amor del otro.

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Una hora más tarde me despertaba con Edward a mi lado completamente sereno y dormido. Me dije que hoy era el día de complacerlo yo, el me había servido el desayuno todas las mañanas y hoy era mi turno ya que hoy era nuestro ultimo día aquí y el aun dormía, quería sorprenderlo. Con cuidado de no despertarlo, me levante y lo acaricie con ternura, se veía tan hermoso así, sin duda jamás me acostumbraría a levantarme a su lado cada dia. Al levantarme sentí un breve mareo, pero decidí que era del mismo hambre que tenia, que era bastante.

La nevera estaba llena de cosas y decidí hacer huevos con Bacon para Edward y un poco de pollo para mí. Mientras el desayuno estaba en marcha, decidí mandarle un mensaje a Alice y otro a Rosalie, las adoraba. No había dejado de preocuparse por nosotros cada día, juntos con su familia y mi padre. De Tanya solo sabia que se encontraba de viaje y no sabia si aun había vuelto.

¿Como están hoy los pequeños revoltosos? — pregunte a Rosalie, que se quejaba cada día que esos revoltoso no dejaban de moverse, apenas le quedaba un mes y poco para dar a luz. Ya estábamos a principios de Febrero y se esperaban para mediados de Marzo.

¿Como estáis por allí? — pregunte a Alice esta vez.

Saque el beicon, enseguida hice los huevos y puse en marcha el pollo, me moría de hambre.

El celular sonó, dos mensajes.

¡Horrible Bella! Con ganas de que salgan ya. Esta semana quiero ir por los cochecitos, voy con Esme y Alice ¿vendrás verdad? — Rosalie.

Sonreí y le conteste.

Claro que si, nos vemos luego, te quiero. Dale besos a Emmett, Esme y Carlisle. — Bella

Le di la vuelta al pollo y mire el mensaje de Alice.

Por aquí muy bien, tengo muchas cosas que contarte sobre Jasper ¿como estáis vosotros? — Alice

Sonreí y volví a contestarle.

Tristes y sin ganas de volver, pero no queda de otra ¿Jasper? dame una pista… — Bella.

Sonreí al acordarme de esos dos, de seguro ya eran novios.

El pollo tenía un aspecto delicioso y decidí probar un poco antes de sacarlo. Al coger un poco vi que todavía estaba un poco crudo y unas nauseas horrorosas se apoderaron de mi. Quite rápidamente el pollo del fuego y corrí hacia el baño, allí vomite todo lo que tenia en el estomago, me sentía realmente mal, tenia escalofríos y muchos sudores. Ya llevaba varios días levantándome algo fatigada y con algunos mareos, pero no le había dado importancia hasta hoy, que vomitaba por primera vez.

Cuando acabe de vomitar, me asee un poco y fui rápidamente al calendario. Estábamos a tres de febrero y el periodo lo esperaba según mis cuentas el día veintinueve de Enero… mi periodo era cada veintiséis días, puntualmente siempre, estaba en lo correcto. Llevaba varios días de retraso en el periodo, no había utilizado protección con Edward, me sentía mareada y con nauseas… sonriendo, acaricie mi pancita plana aun, tenia la certeza que… estaba embarazada.

Hola, holaaa ! aqui un nuevo capitulo wapisimas, buen final, no ? Aqui se acaba lo bueno, en el siguiente volvemos y os digo no sera facil. Siento que de verdad muchas veces os haga sufrir pero sin cosas asi la historia seria diferente y tengo otras ideas.

Espero que os haya gustado, MIL GRACIAS POR SUS COMENTARIOS

Gracias a las alertas, favoritos y lectores silenciosos que me siguen y sobretodo muchas gracias a mis niñas de mi FB ( Swan Isabella ) que me muestran su apoyo dia a dia ( gracias Susy) besotes y muchas gracias !

Espero que os haya gustado el capitulo y como siempre espero vuestros reviews con ilusion, nos leemos el miercoles.

Acerca del Autor

Nos dedicamos a brindar información a todos los fans de la Saga Crepúsculo. Desde entonces nos hemos encargado de cubrir premieres, eventos, actualizar día a día nueva información sobre el cast. Después de que terminó la épica Saga en Noviembre del 2012, seguimos los proyectos de cada actor como corresponde.
Lee más en: Conócenos

5 comentarios:

  1. Anónimo10/13/2012

    ohhhhhhhhhhh Por Dios que buenos capitulos. gracias y si tambien por hacernos sufrir. Saluditos Pilar

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  2. Hola oye eres la mejor lo siento por no comentar, eres SUPER buena con ls caps nunca lo dejes sigue asi!!!!

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  3. Anónimo10/19/2012

    Al fin.. solo espero no le pase nada por culpa de Tanya! Increible historia, sigue asi :)

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  4. Anónimo10/20/2012

    ay no por favor dime que el bien ganara sobre el mal, ellos no pueden estar separados cierto? :( por favor sube mas capitulos y no los separes mas........... Te felicito tienes un gran talento ;) actualiza pronto

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  5. Anónimo6/18/2013

    Muy Liindo Todo En La Isla Esme , y Bella Ojala Sea Verdad Que Este Embarazada :)
    Escribes muy biien sigue haci :)

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