Capitulo 11: Breathe Me

Capitulo XI 

 No pudiendo soportar el estallido de emociones del cual me encontraba presa, salí dignamente del recibidor no sin antes lanzarle una mirada envenenada a Edward. 

 Unos minutos después me encontraba manejando a muy alta velocidad, sin rumbo fijo. Sé que me estaba pasando los límites de velocidad impuestos por el tránsito, pero en realidad no me importaba por primera vez no seguiría las normas.

¿Por qué tenía que hacer tratos con esa zorra? Es que acaso era tan estúpido que no veía la maldad en sus ojos.

—Ash! —exclame golpeando el timón y sin querer provocando que sonara el claxon.

Un conductor que iba en el carril de alado pensó que lo estaba apurando y bajo su ventana para gritarme groserías.

—Estúpido—le grite enojada sacándole el dedo medio de mi mano.

Que se creía aquel imbécil, quise enojarlo más rebasándolo haciendo alarde mi fabuloso Coupe del año 2009.

Estúpida Tanya Denali; pero por sobre todo idiota Edward Cullen que no se daba cuenta de mis sentimientos y no valoraba todo lo que le entregaba.

Luego de rondar alrededor de veinte minutos, decidí ir al único lugar donde encontraría un consejo que me alegraría un poco el día.

—Que le pasa a ese tonto de tu marido—grito René muy indignada. —Es que acaso no ve que esa víbora solo quiere provocar conflictos entre ustedes.

—No entiendo la actitud de mi hijo—espeto Esme, quien se encontraba en la casa de mis padres cuando llegue y no me había quedado más remedio que contarle también a ella lo ocurrido. —Huy! esa chica es una buscona.

—Yo no pienso quedarme de brazos cruzados—dijo mi madre con una sonrisa malévola—En dos días es el aniversario de bodas, y los Denali estarán cordialmente invitados…

— ¿Qué estas planeando, mamá?

—Ya lo veraz, hija…ya lo veraz.

—Cuenta con mi apoyo René—dijo Esme chocando las manos con mi madre, como si se tratase de una travesura de colegialas.

Esboce una sonrisa, casi sentía lastima por lo que le esperaba a Tanya. Hace ya algunos años mi madre sospechaba que una de las esposas de uno de los socios de mi padre en un proyecto le coqueteaba y no paro hasta que la señora termino con una crisis de respiración en el hospital, porque accidentalmente mi madre le hecho nueces a un pastel de chocolate que le brindo en una reunión en casa.

—Bien chicas, afuera las penas y adentro las alegrías. —sonrió mi madre dirigiéndose al pequeño bar de la casa y sacando dos botellas de vodka. —Vamos a brindar y a bailar.

Y así lo hicimos, en una media hora desapareció una botella entera de vodka.

Esme coloco  música electrónica para alegrar el ambiente. Reímos, lloramos, gritamos y maldecimos hasta que llegaron mi padre y Carlisle para dañarnos la fiestecita.

— ¿Están bajo los efectos del alcohol? —pregunto mi suegro frunciendo el ceño.

—Bajo los efectus del alcohol, que refinado estas hoy Carlisle—dijo mi madre rompiendo en carcajadas, seguidas por las nuestras.

—Me parece de muy mal gusto que unas damas tan respetables como ustedes se encuentren en este estado—comento mi padre ganándose un manotazo de mamá— ¡He!

—Cierra tu boca Charlie Swan—espeto mi madre—Cuando ustedes se van de amigotes a beber nadie les dice nada, y recuerda  que entre más calladito te ves más bonito.

—Pero…pero—murmuro mi padre incoherentemente. —Sólo he dicho que no lo veo bien

—Me importa una mierda si lo ves bien o no—respondió mi madre tropezándose con un sillón—Largaos de aquí.

—Sí váyanse. —secundo una Esme demasiado alegórica. — ¡Qué siga la fiesta!

Seguimos bebiendo por unas horas más, hasta que mi madre y suegra quedaron inconscientes cada una en un sofá de la sala. Yo no hacia nada más que reírme, tratando con todas mis fuerzas borrar  la imagen de él de mi mente.

Quería arrancármelo del corazón. ¿Por qué era tan difícil?

—Hija, Mateo te llevara a casa y Luis lo seguirá—dijo mi padre entregándole las llaves de mi auto a uno de los trabajadores.

¿Cuándo mi padre había registrado mi bolso?

—Aja. —fui lo único capaz de responder porque todo me daba vueltas.

Dormite todo el camino hacia la casa, todo lo que veía a través del vidrio me parecía borroso y que me caía encima. Me estaba mareando y entrando unas ganas de vomitar.

—Hemos llegado señorita—anuncio Mateo.

—Gracias Mateo—dije cuando me ayudo a salir del auto.

Con pasos lentos entre a la casa, todo estaba oscuro y no se escuchaba ni un alma.

— ¿De donde vienes?

Di un respingo al escuchar su voz, trate de acostumbrar  mis ojos a la oscuridad para ver donde se encontraba, pero me fue imposible.

“¡Vamos Damon! (*) ayúdame un poquito; préstame tus ojos que ven a través de la súper oscuridad”

Solté una risita tonta por mi ocurrencia.

—Te he hecho una pregunta, Isabella Cullen—bufo Edward plantándose frente a mí.

— ¿Callen? O ¿Cullun? Rompí en carcajadas, la lengua en las últimas horas se me había trabado más que en toda mi vida.

— ¿Estás borracha? —espeto, clavando con fuerza sus dedos en mi muñeca. —Responde—exigió presionando con más fuerza.

—Suéltame—grite intentando zafarme.

—No juegues con mi paciencia Isabella, ¿Dime donde diablos estabas y con quien?

—Eso a ti no te interesa—escupí con rabia contenida, dándole un punta pie, soltó mi mano al instante quejándose, momento que aproveche para refugiarme en mi habitación.

Cerré de un portazo y puse el pestillo.

—Necesitamos hablar Isabella—susurro Edward a través de la puerta.

—Yo no tengo nada que hablar contigo ¿Me has oído?

—Baja la voz que puedes despertar a los niños, abre esa puerta o utilizare las llaves.

Odiaba cuando él tenía que decir la última palabra. Es que acaso no entendía que no quería verle la cara, que me dolía mucho todo lo que estaba haciendo.

—Pasa—espete abriendo la puerta. —Di lo que tengas que decir y vete, tengo mucho sueño—bostece para asegurárselo.

—Estás siendo ridícula con esta situación, Bella—jalo sus cabellos. —Es una simple negociación con los Denali y Eleazar quiso que Tanya se hiciera cargo de este proyecto para que demostrara su capacidad.

—Me importa una mierda lo que quiera demostrar Eleazar Denali. Escúchame bien Edward Cullen, porque solo te lo voy a decir una vez, no pienso firmar ningún papel para este negocio; así que ve diciéndole a los Denali que se metan su proyecto por el c…

— ¿Estás demente? —Dijo negando con la cabeza—El proyecto seguirá como este planeado.

Ja. Estaba loco si pensaba que lo iba a permitir.

—Para que el proyecto se haga realidad y puedas ser uno de sus socios necesitas mi firma Edward, y yo no te la pienso dar. —le informé con suficiencia. — No firmamos ningún acuerdo prenupcial, por lo tanto lo tuyo es mío y me pienso oponer a esto, así que avísale a los Denali que este negocio no podrás ser. Ahora quiero dormir—le hice una seña invitándolo a irse.

Edward salió de mi habitación echando humo por los oídos, literalmente. Me alegraba; no dejaría que esa idiota se saliese con la suya.

Apenas pose la cabeza en la almohada caí en un sueño profundo.

…

— ¿Le has dicho eso? —Exclamo Jane con sorpresa—Te admiro Bella puedo imaginarme como se ha puesto Edward.

—Anda de un genio que ni para que te cuento.

—Eres mi ídolo, lo has puesto en su lugar.

Reí por la admiración que mostraba Jane.

—Está mañana se paso por la cocina mientras le preparaba el biberón a la bebe, le dio un beso y se fue, ni siquiera dijo buenos días a Sue.

—Ya lo creo—río mi cuñada; escribiendo en su libreta rosa, que era la libreta oficial con los preparativos de la fiesta de aniversario que se celebraría en tan solo un día. —Ya está lo de la floristería, comida, bebidas, la decoración y ya he enviado todas las invitaciones.

—Deberías dedicarte a planear eventos, eres muy buena—la felicite.

—Gracias cuñadita querida, creo que me lo pensare. Sonrió. —Oh señor mira quien viene hacia aquí—el gritito de Jane me hizo dar un respingo.

— ¿Quién? Seguí su mirada y pude ver como Paul Meraz se dirigía hacia donde nos encontrábamos nosotras, inclino su sombrero saludándonos.

La risita tonta que broto de los labios de Jane me hizo sacudir la cabeza tratando de esconder una sonrisa, la verdad que estaba loca gritando como si se tratase de un actor de cine.

— ¿Cuántas veces tengo que decirte que no te quiero cerca de Bella? —escuche gritar a Edward.

Y a los segundos Paul estaba en el piso botando sangre por el labio.

©LunaDelCarmen. Todos los derechos reservados ®.

N/A: En mi blog podrán encontrar el adelanto esta semana.

Espero disfruten el capítulo.

Gracias por los comentarios.

Las quiero.

Besitos

Luna.