Cap 24: Eterno Amanecer

CAP.24 – UN NUEVO COMIENZO

Edward POV

Al salir de la casa Bella soltó mi mano y corrió para detenerse en la vereda arbolada del frente. Mi primera sensación fue de urgencia y la siguiente, la de la ausencia de su mano en la mía.

Ella abrió sus brazos, levanto el rostro hacia las copas de los árboles que se unían y respiro profundamente para luego reírse alegre mientras giraba sobre sus pies. Se detuvo y me miro con una gran sonrisa, y mi cuerpo se lleno de paz. Parecía todo tan natural en ella! Todavía no me recobraba de verla tan llena de vida, si es que podía llamarlo así. Se acerco a mí en segundos y acaricio suavemente mi rostro.

-Esto es tan extraño y tan maravilloso a la vez! Es como si nunca hubiera mirado realmente nada. Como si nunca te hubiera apreciado de verdad. El aroma de los árboles, del bosque, de la tierra es tan... intenso.- se apoyo en mi y deslizo su nariz por mi pecho, a lo que tuve que cerrar los ojos para disfrutar de su mimo – Tu aroma... a miel y flores... es aun mas delicioso que en mis vagos recuerdos. – pase mis dedos por su brazo y nuevamente se genero esa electricidad entre nosotros. Pareció asustarse, alejándose de mí velozmente.

-Bella, no te alejes así. No me gustaría que te metieras en... problemas. Todo es nuevo para ti y debemos tener cuidado - Camino sinuosa y sensual hasta mi y tomo mi mano con delicadeza.

-Todo es diferente, pero esto... – y levanto nuestras manos unidas – nunca creí que fuera mas familiar y mas nuevo que ahora. – tomo mi otra mano y se apoyo nuevamente en mi ofreciéndome su boca. Acorte la distancia entre nosotros lentamente pero cuando faltaba poco, ella se lanzo a mi boca y el beso fue intenso.

La perdida de la sensación quemante en mi garganta era terriblemente placentera y activaba cada uno de los rincones de mi cuerpo. Y le respondí con la misma intensidad, sorprendido y feliz de poder besarla como siempre quise. Dios, como amaba a esta mujer! Ella se retiro repentina y pícaramente para reírse.

-Nunca me habías besado así antes! – Acaricio mi pecho dulcemente y sonrió mirándome, picara - Será mejor que vayamos a lo nuestro... Te parece? – y la observe levantando una ceja a lo que volvió a sonreír. La tome de la mano y la obligue a que me prestara atención.

–Vayamos hacia el rió detrás de la casa y así pasaremos al otro lado. – ella me miro desconfiada.

La observe un segundo y todo el sufrimiento de este mes y estos últimos tres días se perdió en su sonrisa. Podía alguien sentirse más feliz y más agraciado que yo? Pues lo dudaba mucho. Me movilizaba verla tan hermosa y radiante frente a mi cuando tan solo hace tres días parecía un fantasma... El recuerdo de la muchacha valiente y aguerrida que conocí hace más de un año vino a mí y la que tenía enfrente era la versión mejorada de ella.

-Que piensas? – y volví a reírme

-En ti... – y ella sonrió - Vámonos!

Solté su mano y corrí a toda velocidad hacia la orilla del rió. Ella me alcanzo en segundos. La mire arrogante y salte al otro lado. Al tocar tierra, mire como aun estaba sorprendida y negaba con la cabeza.

-Claro que si! Vamos, todo estará bien! – y la alenté para darle confianza.

Pareció dudar un momento pero asintió. Retrocedió un poco, corrió unos pasos y salto. Verla hacerlo me causo sentimientos encontrados: por un lado me preocupo y por el otro me puso alegre. Tendría que empezar a acostumbrarme a las nuevas habilidades de mi esposa o me daría un ataque de ansiedad.

Llego junto a mi sonriente y feliz, y la elogie por su elegancia. A continuación comencé a correr desafiándola a una carrera para adentrarla en el bosque y ella me siguió veloz. Al principio la deje que me alcanzara pero yo era más rápido. En un momento se detuvo y olfateo la brisa que nos llegaba desde el oeste. Volví al instante hacia ella

-Hay algo delicioso en el aire... Que es? – afine el olfato y estaba seguro que era un puma

-Parece que un puma ronda cerca... Olvida que estoy aquí y déjate llevar por tu cuerpo. Yo estaré detrás de ti. – Su cara de pánico fue divertida – Confía en tus instintos. Y no creas que para mi es fácil decirte esto!

-Te creo! Vagamente recuerdo una vez que te pregunte por la caza y terminaste asustándome – y me reí.

-Ahora es diferente. Luego tendremos tiempo para hablar. Ve... anda, sin miedo!

Y en realidad el que debía darse aliento para no tener miedo era yo. La vi agazaparse y desaparecer 50 metros para subirse a una gran roca. Su destreza y agilidad me deslumbraron lo mismo que su velocidad. Me aproxime un poco de forma que pudiera observarla y para eso me subí a un gran pino.

Ella corrió unos metros y la vi saltar hacia las ramas superiores de otro pino. Me puse en marcha para no perderla. Divise al puma subido a un árbol caído, 20 metros más allá de su posición, cuando ella salto sobre el tronco y sorprendió al enorme gato. No era cualquier puma, era un felino enorme y dorado que se puso a la defensiva en cuanto la vio.

Juro que si hubiera sido humano me habría dado un paro cardiaco! Bella se dispuso a atacarlo y el gato le tiro un zarpaso, rozando su rostro y dejando su arañazo sobre la tela del vestido. Ella furiosa se tiro sobre el y ambos cayeron pesadamente rodando sobre si.

Los gruñidos de ella y del puma habían estragos en mis oídos. No sabia si mirar la escena que me tenía más que inquieto. Salte del pino y me aproxime al lugar en segundos, para encontrar a mi esposa drenando al pesado animal que a primera vista le cuadruplicaba en tamaño.

Ella, todavía sosteniendo el cuello giro su rostro y me siseo en advertencia por mi cercanía, a lo que accione saltando al pino más próximo lejos de ellos. Una torpeza de mi parte.

Realmente verla era devastador para mi sólido sentido de sobreprotección. Vi al gato caer pesadamente a sus pies y a continuación ella corrió en dirección noroeste. No debía dejarla sola porque se aproximaba a la línea del tratado.

La alcance en segundos y la encontré apoyada en un tronco. Me acerque lentamente y ella levanto la mirada, algo angustiada.

-Que sucede? – pregunte

-Casi te ataco! – dijo mientras trataba de sacudir su ropa, llena de tierra y ramitas de pino.

-No… la culpa fue mía! No debí acercarme así. Lo que hiciste es natural. No te preocupes. – ella pareció aceptarlo.

La mire y me sonreí. El gato había hecho más que ensuciar su vestido. Uno de los arañazos había rasgado la falda dejando ver una de las cremosas piernas de Bella desde su nacimiento. El otro, había roto el bretel ancho del lado izquierdo haciendo jirones sobre su seno derecho que dejaba entrever su piel, aunque no en su totalidad. Era... sugestivo. Veía como anudaba la tela para no quedar del todo descubierta.

-Mírame! Ni tú ni los chicos llegan en estas condiciones a casa luego de cazar. Soy un desastre!

-Bueno, todo tiene que ver con la experiencia... Y, te diré que me gustan los nuevos arreglos en tu vestido. – ella se sonrió. – Hambrienta aun? – pareció dudar.

-Que fue lo primero que cazaste en esta vida?

-Un enorme y feo alce. Carlisle estaba conmigo. Fue muy distinto a esto y además, estabas mentalmente más preparada al saber que significa ir de caza. Yo no lo estaba. Y hoy tampoco! Casi me muero cuando te vi caer enredada con el puma. – ella rió.

-Puedo comer algo mas?

-Por favor... pero recuerda que el gran rió es la divisoria con el territorio quileute. No queremos líos, si?

Asintió con una sonrisa a flor de piel y corrió hacia el norte. Alcanzamos el gran rió en segundos y se detuvo allí. Cuando estaba cerca, aun de espaldas, Bella extendió su brazo hacia atrás invitándome a acompañarla. Tome su mano y se aproximo para abrazarse a mi cintura. Al otro lado del rió, Leah nos saludaba algo triste.

-Leah! Como estas, preciosa?

-Bella! Que gusto verte! – sonrió aunque algo triste y entonces recordé que sus padres habían muerto. Bella no lo sabia. – Lamento no poder cruzar pero ahora Papa Billy lo sabe y debo obedecer. Pero me alegra que estés bien! El bebe?

-Los bebes están bien, cariño! Y entiendo. Ya nos veremos en algún momento. No te preocupes! – acaricie la cintura de Bella para afirmar sus palabras. Era bueno que no alentara a la niña a desobedecer. – Dale mis cariños a Jacob!

-Lo haré! – y giro sobre sus pies para correr hacia el bosque.

-Edward... Por que ella huele... feo? Horrible a decir verdad! Es una niña ... y humana. No se supone que debería oler... – y parecía resistirse a pronunciar las palabras – apetitoso?

-Tiene que ver con sus antepasados y con la herencia genética de la tribu. Muchos de ellos pueden convertirse en lobos, recuerdas? En ella, a pesar de que es una niña, su ascendencia pesa.

-Puede que se transforme como Sam cuando crezca?

-Tal vez... – y medite por un momento - Pobre Leah! – Bella me miro cuestionándome – Hace como 3 semanas sus padres tuvieron un accidente de regreso a La Push. Ambos murieron al caer del acantilado. Ahora los niños son hijos adoptivos de Billy y su esposa. Ella tiene además un hermanito que se llama Seth.

-Pobres niños! – y pareció entristecerse.

-Estarán bien! Tienen una familia que los ama. Y Jacob tiene más hermanos. Ven, vamos hacia el este. A ver que más encontramos. Corre delante mío... yo te sigo.

La deje ir y su pequeña figura se perdió entre los pinos. Alcanzamos un grupo de venados: dos machos y cuatro hembras. Todos pastaban. Era increíble observarla pero debía aprender. Aunque logro capturar a uno de los machos, y sujetarlo de la ornamenta fuertemente. El animal lucho inútilmente para sucumbir bajo sus dientes.

Una Bella agitada se limpiaba la boca para luego sacudirse e intentar ordenar su ya arruinado vestido. Aproveche también para cazar y compensar por los últimos días que no había salido de la casa.

La encontré recostada de pie contra el tronco de una sequoia. Corrí hacia ella y me aproxime sigiloso. Puso las manos sobre su cabeza como si me llamara y me lance a besarla. Apoye mi cuerpo sobre el suyo y mi boca se estrello contra la de ella. El beso ávido de deseo y pasión se volvió mutuo. Enredo sus dedos en mi pelo y apoye mi mano sobre su muslo para recorrer su cuerpo hasta su seno izquierdo. Lo masajee y lo apreté como siempre había deseado y un jadeo se escapo sobre mi boca. Era maravilloso poder tocarla así... Y a su vez tan inquietante!

-Creí que esto de poder disfrutarte así llevaría más tiempo. Doy gracias por eso! Por sentirme yo misma en cierta forma. Por poder tener tus caricias finalmente! – y su boca mordió mi labio inferior para luego repartir suaves besos en mi mandíbula y mi cuello.

-Yo también pensé que seria así. Estoy tan sorprendido! – y al ver que las manos de ella me recorrían, antes de que perdiéramos el control debía poner un freno. Debía ser quien la guiara y la ayudara, más allá de mis ganas. Le tome el rostro y la obligue a mirarme dejando un casto beso sobre su boca – Dime como te sientes? Aun tienes hambre? Porque si es así podemos seguir cazando. – ella sonrió y pensó unos segundos.

-No, siento que estoy llena, aunque en mi garganta queda cierto cosquilleo.

-Eso será así por un tiempo, pero luego lo manejaras mejor y será mas fácil – acaricie su rostro y lleve un mechón de su cabello por detrás de su oreja. – Que deseas que hagamos ahora?

-Vamos a casa – y me tomo de la cintura atrayéndome sobre ella nuevamente.

-Quieres ver a los niños?

-Luego... Quiero que vayamos a casa, Edward! – y levanto una ceja, sosteniéndome la mirada y siendo sugerente en sus palabras.

-Nuestra casa? Deseas ir la cabaña? – y ella asintió.

Tomados de la manos corrimos en dirección sudoeste camino a nuestra casa. Si, seria bueno que tuviéramos unos momentos lejos de la familia. Ella necesitaba aclarar dudas y relajarse para absorber todo lo que llegaba a su nueva vida.

Al llegar a la entrada la vi sonreír. Todo estaba igual, aunque solo quedaban las flores tardías que adornaban las matas junto a la casa. El otoño empezaba a marcarse cada día que pasaba.

La tome en brazos para cruzar la puerta y se rió con ganas, para luego esconder su rostro bajo mi barbilla. Ay ese gesto! Me enternecía de tal forma que difícilmente podría negarle algo cuando hacia eso. Si supiera!

Entramos y la casa olía a flores. Debía agradecerle a Alice que hubiera mantenido todo en orden. La deje sobre sus pies y se volvió mirándome, seductora. Se apoyo en mi cuerpo y acaricio mi mejilla. Cuando iba a besarla se escapo riéndose y corrió escaleras arriba.

Subí tras ella y la encontré mirando por la ventana. La luz suave dibujaba su rostro de marfil y hacia que mi diosa se viera de una belleza tal que era imposible ponerla en palabras.

Me acerque y pase mis manos por su cintura para apoyarla en mi pecho. Bese su cuello y un leve quejido se escapo de sus labios. Ella llevo sus manos hacia atrás y acaricio mis piernas y mi trasero, recostándose aun más sobre mí.

Y esto era ya imposible de sostener. Lleve mis manos lentamente hacia arriba y acaricie sus senos, y los apreté con ganas. Acariciarla sin medirme era absolutamente maravilloso. Sus pechos erectos se tensaron sensibles a mi tacto bajo los restos del encaje y la seda.

Inclino su cabeza hacia un lado y dejo que la besara. Su boca suave bajo la mía dulce, lenta y sensible acompañaba mis movimientos. Nos disfrutábamos como la primera vez, aunque mejor, porque ahora no tenia que pensar en que podía matarla. Ahora si podía recorrerla como sintiera... Podía dejarme llevar.

En esa posición y sin dejar de besarla, tome lo que quedaba del vestido con ambas manos y lentamente lo rasgue en dos, dejándolo resbalar por sus brazos. La tersura de su piel calida bajo mis manos empezaba a volverme loco.

Gimió dulcemente cuando sintió que mis manos volvían a su cuerpo. Una de mis manos acaricio su pecho mientras la otra bajo deslizándose por su vientre, que volvía a estar plano. No quedaba huella del embarazo o de la brutal incisión que había tenido que hacer para sacar a los niños. Llegue a sus pantys y también me deshice de ellos rasgándolos lentamente. Para entonces, el beso se había vuelto salvaje.

Ella se movía rozando con ganas mi cadera con su trasero... provocándome, mientras yo acariciaba la suavidad de su pubis como si la descubriera por primera vez. Un gemido se escapo de su boca y la presione más contra mí. Nuestras lenguas peleaban una batalla sin fin por generar en el otro más ansia, mas placer... Por saborearse como la fruta más dulce, la más deseada.

Se soltó de mi agarre y giro para quedar frente a mí. Su desnudez bajo la luz indirecta de la ventana a su espalda, la volvía imposiblemente hermosa. Tanto que no creí que pudiera soportarlo. Era tanto lo que me hacia sentir que pensé que iba a explotar. Me sonrió con una dulzura que me atravesó y a continuación fue ella la que me desvistió.

Rasgo mi camisa en dos para luego acariciar mis hombros y mi pecho deteniéndose en mis tetillas. Las beso quedamente mientras elevaba los ojos para ver mi reacción. Mis pantalones fueron rasgados rápidamente con una mano, y la otra se deshizo de mis boxers. Y dulcemente su mano repto por mi vientre para acariciarme con cuidado, arrancándome un gimoteo leve aunque urgente. Sensaciones nuevas, eléctricas, enervantes... Nunca nos habíamos tocado así! Era volver a conocernos... volver a disfrutarnos.

Llegamos a la cama juntos y nos recostamos para abrazarnos con ternura. Mis manos viajaron por ella pues la extrañaban... tanto que dolía. Pero creo que era mutuo. Bese cada centímetro de su cuerpo y ella solo dejo que la disfrutara.

Todo en ella era suave, calido y sensual al mismo tiempo. Sus manos acariciaban mi cabeza, mis orejas, mi espalda... Acompañaban mis mimos sobre su piel. Cautivado, volví a su boca, su deliciosa y maravillosa boca que me recibió voraz y apremiante de más.

Enredo sus piernas alrededor de mi cintura y espero a que entrara en ella. Ingrese lento lo que causo que ambos gimiéramos y a continuación todo se volvió fuego. Nuestros movimientos se volvieron uno porque, a pesar de todo, nuestro amor, nuestra pasión y nuestro deseo seguían allí.

No tuve que evitar tocarla. Por el contrario, mis manos ambiciosas la acariciaban y la apretaban contra mí como siempre lo quise. Cambiamos de posición y terminamos quedando sentados.

Enfrentados, mirándonos a los ojos, devorándonos con la mirada, besándonos locamente mientras el ritmo se incrementaba, nuestros gemidos llenaban la habitación y nada, nada absolutamente existía mas que el contacto de nuestra piel.

Llegar al clímax, sentirnos como siempre debería haber sido y saber que esto seria por el resto de nuestra existencia me inundo de una felicidad que nunca había sentido. Unos "te amo" susurrados y un beso profundo y nostálgico nos arrojo en la cama para quedar abrazados y en silencio por largo rato, mientras los rayos rosados y naranjados del crepúsculo se filtraban por la ventana.

Mientras jugaba con su cabello y ella acariciaba mi pecho, la noche termino cayendo. Esta noche en la que parecía que las estrellas brillaban aun más y las observábamos a través de las pequeñas ventanas.

-Edward...

-Mmm...

-Estuve mucho tiempo... inconsciente?

-Tres días... Tres largos y agotadores días. Deseas hablar de ello? – esperaba realmente que no. No quería contarle como me había sentido ni que había sucedido.

-No... – Y la atraje más sobre mí y acaricie su espalda - Por que Jasper estaba como.. enojado?

-Es que para el es desconcertante tu comportamiento. El sabe lo que es un neófito y tú estas lejos de parecerte a uno.

-A no? – y se apoyo sobre su codo para mirarme

-Por supuesto. Los neófitos son inestables, no les es fácil mantener su atención en algo. Además están completamente dominados por su ansia de sangre. Se vuelven volátiles e irritables, incluso para atacar a otro compañero sin medir consecuencias. Tú eres lo opuesto!

-Pero si me distraigo con facilidad... o no? – su ceño fruncido mostraba preocupación.

-Si, pero cuando despertaste lo primero que llamo tu atención fui yo... Nuestro amor es tan fuerte que hizo que tu primera reacción fuera ir hacia mí. Lo normal hubiera sido que buscaras con que alimentarte.

-Por eso no querían que viera a nuestros babies?

-Exacto! Ellos son parte humanos Bella... Y lo hiciste... tan bien! El se siente desconcertado y un poco frustrado también. Para ti fue posible controlarte. Es algo sorprendente y ... totalmente inusual! Y no lo comprendo... Y el aun menos.

-Y eso es malo? - me reí y tome su rostro para dejar un leve beso.

-Todo lo contrario... Crees que de no ser así podríamos estar aquí? Todavía no hace 24 hs. que despertaste y es como si volviéramos a nuestra luna de miel. Estoy... tan feliz, Bella! Tan feliz que me da miedo!

-Si, lo entiendo. Yo también me siento un poco así.- y se apoyo en mi cambiando rotundamente de tema - Háblame de los niños. Como son Renesmee y Anthony? Son tan hermosos! – me reí un poco y bese su frente.

- Son increíbles! Ellos preguntan por ti desde el primer momento en que los conocí. Y logramos un vínculo instantáneo. Como si nos conociéramos de siempre. Es un poco extraño pero no me puedo sentir menos que enormemente dichoso cuando estoy con ellos.

-Pero como es que son tan... grandes? No parecen que tuvieran 3 días!

-Bueno, es que crecen con mayor rapidez que un humano. Es propio de su naturaleza. Cuando iban a nacer Carlisle encontró una historia medieval sobre su "especie" podríamos decir. La historia realmente no era optimista para nosotros... Pero ellos son en parte como decía el relato aunque también son especiales, buenos y te adoran! – y sonrió tiernamente, deslizando su nariz por mi mejilla. – Y admirable que entiendan cuando se les habla o se les pregunta algo.

-Que fue lo que paso cuando los toque? – y me sorprendió. Me apoye en mi codo para mirarla

-Lo sentiste también?

-Si... Me asusta un poco!

-Veras, Renesmee tiene un don. Ella te toca y traslada a tu mente sus pensamientos. Es como mi don pero al revés. Yo extraigo de la mente de las personas lo que hay y ella los deposita. Ya tendrás tiempo de verlo por ti misma – y me miraba atónita

-Eso es increíble! Y Tony?

-Bueno, hemos hablado con Carlisle y tenemos varias teorías.

-Teorías?

-Veras, no puedo ver los pensamientos de Tony – y ella sonrió – Si, se parece a ti! Pero hay veces que pareciera que el lee mi mente o transmite pensamientos. Lo hizo conmigo! Dejo que escuchara en mi cabeza su voz diciéndome: "Papi, Mami viene". No puedo contarte mi asombro cuando eso ocurrió! Pero no entendemos aun esa particularidad de los niños de tocarse. Ellos tienen su forma de comunicación también. Pero que sentiste cuando estábamos los cuatro en contacto?

-Bueno, primero sentí algo tibio que me rodeaba, y como si estuviera en un lugar vacío y hueco. Una energía particular, y luego escuche a Tony hablarme. Escuche: "Mami hermosa! Te esperaba!" Como un niño tan pequeño sabe expresarse así?

-No lo se! Pero crecen rápido y son sumamente inteligentes! – Bella sonrió haciendo un mohín tierno y beso mis labios delicadamente.

-Igual que su padre! –susurro y me volvió a besar.

Sus labios rozaron los míos: primero el labio superior, luego el inferior lenta y húmedamente. Dejo castos besos en la comisura de un lado y del otro para luego volver a besarme con la boca entreabierta... dulcemente. Así los besos empezaron a volverse lentos, largos y a cobrar intensidad hasta devorarnos con todo lo que teníamos. Delirio de bocas, lenguas, manos, piernas, sexos... Todo para expresar una vez más cuanto nos habíamos necesitado, cuanto nos habíamos extrañado... Pero sobre todo para empezar a hacer de estos momentos la sana costumbre de amarnos, hasta el final de los tiempos.

HOLAAAAAA!

Que tarde! Lo sentimos pero igualmente aqui estamos. Siiiii, finalmente han vuelto a ser los fervientes amantes que tanto ansiamos... o no? Que nos dicen?

Queremos sinceramente agradecerles de todo corazon los hermoso reviews que nos han dejado: no solo a los amigos de siempre sino a los anonimos que tambien dejaron mensajes! Y que lindos! Han sido semanas de gran satisfaccion y motivacion y esperamos no defraudarlas con las futuras entregas de esta historia. Desde el fondo de nuestro corazon: GRACIAS! No podriamos seguir aqui de no ser por aca uno de ustedes.

Como siempre les dejamos musica e imagenes en facebook y twitter, como tambien en el blog.

LOS QUEREMOS!

Besos desde Buenos Aires

Micky y Alice