Cap 2: Comenzar de Nuevo

Capitulo 2: La Rubia

Cuando pise tierra inglesa me dedique a mirar toda la gente que por hay andaba, eran todos tan diferentes pero tan parecidos al mismo tiempo, morenos, negros, blancos, amarillentos y hasta rosaditos, pero todos con rasgos finos y demasiado atentos, caballerosos y refinados.

Fui a buscar mis maletas en la cinta un caballero muy educado me ayudo a tomar mi maleta, cuando Salí de allí tome un taxi directo al hotel que había reservado, hable con un caballero muy amable del taxi y se encamino al hotel que le dije, el camino fue tranquilo, las noches en Londres eran hermosas, esas edificaciones y la luces, todo sumamente interesante y bella tal como lo había soñado.

Al llegar al hotel había una joven discutiendo con la persona de la recepción, me acerque un poco para registrarme, pude ver que era la misma chica con la que me había topado en el aeropuerto cuando fui a buscar mis maletas, ella estaba discutiendo muy educadamente con el hombre que atendía la recepción.

Lo siento mucho señorita reconocemos que fue un error del hotel, permítame un momento para buscar como solucionarlo - decía el caballero bastante nervioso mientras que los ojos azules de la chica parecían echar fuego - en unos instantes le traigo respuesta del inconveniente.

El caballero se retiro hasta uno de los pasillos, me tome la punta del cabello que caía en mi espalda y empecé a retorcerla, eso normalmente lo hacia cuando estaba nerviosa o dudosa de algo. Entonces me acerque a la chica.

Hola - pregunte con cautela - ¿Qué sucede?

Hola - dijo ella amablemente - hice una reservación hace días y ahora no la encuentran y el hotel esta lleno.

Ummm - dije pensando que ojala y no me pasara a mi lo mismo - me parece haberte visto en el aeropuerto de New York.

Si, yo también te vi, fuiste la que perdiste la maleta no? - dijo ella señalándome con un dedo y entrecerrando los ojos - eso fue realmente un desastre.

¿Porque? - las palabras salieron solas de mis labios no se ni porque lo pregunto si ella parecía hablar para ella misma cuando dijo eso ultimo - lo siento, lo siento…

No tranquila - dijo ella sonriéndome - lo que sucede es que llevaba una hojilla en la maleta, de esas para las cejas, siempre la llevo en mi nessecer para casos de emergencia y ni siquiera lo recordaba, entonces cuando pase la maleta por inmigración sonó como loca esa maquina y estaban revisando mi maleta por eso estaba allí.

Ahh ok - dije sonriéndole - menos mal que no hice eso, me hubiese dado mucha vergüenza.

Ella me sonrió y seguimos conversando, habíamos viajado en el mismo avión y no nos habíamos dado cuenta, nos sentamos en uno de los sofás, el caballero se estaba tardando demasiado, cuando al fin regreso nos colocamos de pie y fuimos hasta el.

Srta. Cullen - dijo el caballero mirando unas hojas en sus manos - lo sentimos muchísimo, pero no hay registros de una reservación a su nombre.

QUE! - Contesto ella enojada de nuevo - llame el martes de la semana pasada, ¿como puede decirme eso? Todos los hoteles de los alrededores deben estar llenos, no iré a ellos en vano! Además fue aquí donde reserve me parece del mal gusto que ahora me salgan con esto! Tiene que ser una broma!

De hecho - dijo el hombre con una mueca en su rostro - la única persona que tiene reservación y que aun no ha venido es una joven de apellido Swan, si ella no llega es la única manera que le demos su reservación.

Yo soy Isabella Swan - dije sorprendida - lo siento - le dije con una mueca - lo lamento.

Bienvenida Srta. Swan ¿me permite su identificación? - dijo el hombre, le entregue mis documentos y me retire un poco, estaba sumamente apenada con la rubia que estaba a mi lado, ella tomo su maleta y camino hasta los sofás y se sentó de nuevo - Botones! - exclamo el caballero - lleva a la señorita Swan a su habitación.

Mire de reojo a la chica, estaba con los codos apoyados en sus piernas, tapándose el rostro con las manos, parecía cansada y que estaba llorando, le di mi maleta al botones y camine hasta ella.

¿Estás bien? - le dije aun apenada - lo lamento no sabía…

Ella quito las manos de su cara, tenía las mejillas mojadas, solo me hizo una mueca que no siguiera hablando.

Mira, hagamos algo - le dije - espérame aquí un momento, subiré a dejar mis cosas y bajo para que busquemos una solución y un hotel donde puedas quedarte al menos esta noche.

Es viernes - dijo ella con voz bastante apagada - dudo mucho que encontremos donde pueda quedarme hoy.

Ya verás que si - le dije tocándole el hombro - ¿voy y vengo si?

Solo asintió, camine más rápido de lo normal para alcanzar el ascensor que sostenía el botones para que no se cerrara, llegamos al piso que me correspondía, caminamos por un largo pasillo de techos adornados en yeso y cristalería fina y unos pasamanos en dorados, las alfombras eran color vino y las puertas de las habitaciones eran blancas y dobles, el botones paso la tarjeta y me permitió pasar colocando las maletas a un lado, se quedo paradito en una de las puertas, mientras yo observaba la habitación, había una cama inmensa con dosel en color crema y las sabanas de lo que parecía un delicado cubrecama con arreglos bordados en dorado, a un lado una puerta que me imagine era el baño y del otro lado otra puerta que no supe que eran, las paredes champagne con líneas doradas, tenia la parte donde estaba la cama y algo adicional como una especie de lugar, estaba finamente adornado con una mesa para 4 personas cerca de los ventanales que daban a un balcón bastante grande, un sofá enorme y parecía bastante cómodo con tela aterciopelada en marrón chocolate y una mesa de centro en el mismo color de las paredes, encima de ella un ramo de lirios purpura.

Termine de admirar la habitación y me encamine afuera de ella para ir a buscar hoteles con la rubia, al bajar no la vi donde debería haber estado, pregunte por ella al caballero de la recepción y me dijo que la había visto salir, emprendí mi camino hasta afuera y la encontré esperando un taxi en la entrada del hotel.

Hola - le dije tocándole uno de sus hombros - ya estoy aquí.

Muchas gracias por hacer esto, eres una desconocida y me ayudas más que mis padres que ni siquiera puedo localizarlos - dijo ella simulando una sonrisa - pero no tienes que hacerlo, yo lo buscare sola, gracias de nuevo.

Me mantuve callada a su lado, el taxi al fin llego, el camarero tomo la maleta de la rubia y la coloco en la cajuela, ella abrió la puerta y se sentó en la parte trasera del auto cuando quiso cerrar la puerta, la sostuve y me senté a su lado, ella solo me miraba con interrogantes, pero no sé porque sentía que esa chica necesitaba compañía y me imagine a mi misma sola en esta ciudad que no conocía sin nadie que me ayudara, no lo hacía por lastima, algo dentro de mi me decía que debía hacerlo.

El taxi condujo a varios hoteles que estaban en cerca, en todos me bajaba a ver si habían habitaciones pero como la misma chica había predicho no habían habitaciones.

¿Qué haces en la ciudad? - dije para romper el silencio incomodo que había entre las dos - ósea, no es que quiera inmiscuirme pero ¿porque no planeaste bien el viaje antes de venir?

Bueno - comenzó a decir ella - se supone que estaba planeado, mi madre lo había arreglado todo, hasta juraría que debe haber una equivocación con esas reservaciones porque ella es muy cuidadosa con eso, estoy aquí por unos asuntos de negocios de la familia a los que me encargo.

Ahh - dije sin mostrar mucha curiosidad - pensé que venias de vacaciones o algo así.

Mi nombre es Rosalie Cullen - prosiguió ella extendiéndome su mano -

Isabella Swan - dije apretando su mano -

Ella solo me miraba con ojos expresivos cosa que no entendí es como si tuviera que saber algo muy obvio y no me daba cuenta, me quede callada un largo rato de hecho no encontramos hotel por ningún lado, la chica le dijo al taxista que por favor me llevara hasta mi hotel.

Oye - le dije llamando su atención - se que debe parecerte extraño y todo, pero es lo que se llama solidaridad patriótica si te digo que mi habitación es gigante y qué te quedes esta noche en ella y mañana puede que haya otra habitación en el hotel o arreglen el problema.

Ella me miro fijamente pero luego sonrió.

Me pareció extraño que no supieras quien soy - dijo ella en un tono molesta - pero esto ahora si no me cabe duda, la gente tiene cada locura y mira tus escrúpulos de hasta dejarme quedarme una noche en tu habitación ¿por 10min de fama?

Abrí mis ojos de mas, que estaba loca esta mujer ¿qué carajo estaba diciendo?

Discúlpame - le dije mirándola a los ojos - ¿10 min de fama? ¿Es en serio? Eres linda es cierto… pero no eres la reina de Mónaco por DIOS!

Ella se atraganto en una carcajada y me miraba de arriba abajo, el auto al fin llego a las puertas de mi hotel, casi me lanzo de lo furiosa que estaba, ella bajo detrás de mi tomándome de un brazo me volteo para que la mirara.

¿No sabes de verdad quién soy? - dijo ella ahora asombrada -

Me vale un cuerno quien eres - le dije realmente molesta - si te dije eso es porque me da pena contigo que tengas que pasar la noche en un lugar frio y sola, pero si te vas a poner con semejantes estupideces mejor déjalo así.

Discúlpame - dijo ella cuando me solté de su agarre bruscamente y me encamine dentro del hotel - pensé que tu…

Voltee de nuevo para mirarla, el señor del taxi ya había bajado sus cosas y las había dejado a su lado en la acera.

Pero de verdad no quiero quedarme aquí sola - dijo ella angustiada de nuevo - ¿por solidaridad patriótica por favor?

Cerré mis ojos un momento y asentí, camine hasta ella para ayudarla con la maleta gigante que llevaba y fuimos hasta el ascensor, subimos de nuevo el pasillo y pase la tarjeta por la cerradura de la puerta, entramos, yo quede de nuevo maravillada con lo hermosa de mi habitación, ella solo coloco sus cosas en un lado de la entrada y se quedo allí parada mirándome como estaba viendo todo.

¿No te parece que es grande? - le pregunto con una gran sonrisa - es hermosa.

Es la habitación más pequeña del hotel - dijo ella enarcando una ceja - y me parece muy común y corriente.

Oye! - dije reprimiéndola - no se quien carajo seas! Pero realmente me estas matando mis ilusiones con cada palabra que dices… no me lo estas preguntando pero este es el viaje de mis sueños y si te invite a entrar siendo perfecta desconocida es porque no sé qué me pasa que siento que te ibas a sentir mal allá sola y yo no soy mala gente. Así que agradece en vez de criticar.

Lo siento - dijo al fin entrando en la habitación - cuando me den la mía, prometo que te invitare un día y sabrás que es una habitación de verdad.

Me coloque cada mano en mis caderas, ella sonrió sin parar y yo con ella, esa mujer parecía realmente muy fina y estilizada, y la manera en como hablaba y las cosas que decía me llamaban mucho la atención, era como si yo hubiese vivido toda mi vida en una cueva y ella estuviese viviendo el mundo, pedimos cena a la habitación y comimos en la pequeña mesita que estaba cerca de el balcón, ella entro a la ducha primero mientras yo llamaba a mis padres y sacaba mi laptop tratando de que tomara la señal del wifi del hotel, cuando al fin tenia internet abrí mi correo encontrándome el primer correo de mi hermano desde hace meses, siempre le enviaba pero nunca tenia respuestas de su parte.

Hola hermosa, apenas recibí tu correo me dedique a responderte pero la verdad no tenía ni idea de que decirte, sabes que no soy muy bueno con eso de los sentimientos y que me limito a no sentirlos, pero eso de hayas terminado definitivamente con Jacob me pareció la mejor locura que se ha ocurrido en los últimos 7 años, no es menos preciar a Jake, pero él no merecía a alguien tan especial como tú, el no quería vivir, y tu estas llena de vida en cada vena que tiene tu cuerpo.

No soy el mejor hermano de todos, sé que me he ausentado por mucho tiempo pero prometo que una vez vuelvas de tu viaje te visitare donde quiera que estés, pediré vacaciones aquí, realmente estoy exhausto y creo que necesito unos verdaderos días libres, con mi familia, cuando menos lo esperes estaré allá, lo juro. Espero tu viaje sea todo un éxito y tal cual como siempre lo imaginaste, si necesitas Money o cualquier cosa no dudes en llamarme, en la base ya no hay nadie así que contesto yo en la primera. Te amo baby! Las únicas mujeres de mi vida son ustedes! Un beso y saludos a todos si puedes de mi parte!

Emmett Swan.

Cerré mi ojos y me lance de espaldas entre los almohadones que adornaban mi cama, escuche la puerta del baño abrirse y vi a la rubia salir con una pijama de seda blanca que llegaba hasta la mitad de muslo, me hizo una seña con la cabeza que ahora podía entrar yo, le respondí a Emmett el correo igualmente de efusiva que él y le dije donde me encontraba que apenas me volviera a América lo contactaba, me levante de la cama y entre al baño donde ya había guardado mis cosas, me duche tranquilamente, me lave el cabello y lo peine al salir de la ducha haciendo una especie de trenza para que no se me enredara mientras dormía, cuando Salí la chica estaba ya acostada en el sofá gigante de mi habitación con una manta hasta sus hombros.

¿Estás bien? - le pregunte -

Ella solo asintió con sus ojos aun cerrados, apague la luz general y me quede solo con la poca luz que daban las lámparas que adornaban el cabezal de la cama, me enrolle en la cobija de mi cama, había bastante frio y la rubia había quitado una de las dos que tenía cuando entre la primera vez a la habitación, se escuchaba el roce de el cuerpo de la mujer con el sofá y realmente eso me molestaba.

Oye Rosalie - le dije - ¿así es que te llamas no?

Si - dijo ella totalmente despierta - me llamo Rosalie, dime.

¿Porque no vienes a dormir aquí en la cama conmigo? - pregunte - Una mujer como tú no parece estar acostumbrada a dormir en sofá y realmente me molesta el sonido que haces cada vez que te mueves, además, la cama es bastante grande.

Ella pareció haberlo pensado un minuto, pero luego se levanto con entusiasmo tomando la almohada y la cobija que tenia con ella, se coloco en la otra esquina de la cama.

Oye Isabella - dijo - nadie nunca había hecho algo así por mi. Ni siquiera mis padres me han llamado para saber si ya llegue si no tuve ningún inconveniente. Y tú que ni siquiera sabes quién soy hasta me dejas dormir en la misma cama que tu.

No lo hago por gusto - le dije - es solo que no duermo bien cuando hay ruido y tú te mueves demasiado en el sofá, me estresaste en unos minutos.

Lo siento - dijo ella - no estoy acostumbrada a tener amigas o algo parecido.

No somos amigas - dije secamente - pero me hace extraño eso de que no tengas amigas, ¿cómo es eso?

Bueno - comenzó ella - en mi ámbito social las amistades verdaderas no abundan ¿sabes? Tenía una amiga que hacíamos todo juntas y hace unos meses atrás me entere que se metió en la cama con mi novio.

¿Jessica Stanley? - pregunte -

Ella me vio asombrada, pero asintió.

¿Cómo es que tú sabes? - Pregunto ella entrecerrando sus ojos - se supone que no sabes quién soy.

Y no lo sé - le dije riendo divertida - Tu novio se llamaba ¿Mike Newton? ¿Es el hijo del senador Newton? ¿No?

Si - contesto - pero sigo sin entender ¿cómo sabes?

Ok - le dije - mi hermana es Alice Whitlock.

¿La abogada? - Pregunto - ¿la esposa del escritor Jasper Whitlock?

La misma - respondí sonriendo - Ella fue quien llevo el caso de Mike, cuando Jessica lo acuso de violación.

Eso fue horrible - contesto la rubia - pero yo sabía que eso era mentira, el puede que si me haya puesto los cuernos pero violarla jamás.

Lo sé - le dije - mi hermana gano ese caso como muchos otros, pero yo nunca supe de ti, solo de los involucrados.

Ella es excelente - prosiguió - es una de las mejores a decir verdad.

Seguimos conversando, caímos dormidas creo que sin darnos cuenta, la noche anterior había abierto las cortinas y se me había olvidado cerrarlas, así que cuando amaneció el sol llego de frente a mi rostro, me levante a regañadientes a cerrarlas, pero antes de que pudiera llegar alguien mas ya las estaba cerrando.

Cuando abrí mis ojos estaba la rubia Rosalie con un perfecto traje tallado al cuerpo rosa pálido, cuando me fije bien estaba sentada en una de las sillas colocándose unos zapatos color piel, se levanto tomando unos aretes colocándoselos frente al espejo.

¿Dónde vas tan temprano? - pregunte tocándome los ojos con los dedos -

No hagas eso que te saldrán arrugas - dijo ella riendo mientras yo caminaba hacia ella - ¿recuerdas que te dije que estaba aquí por algo de mi familia?

Si - dije sentándome con las piernas arriba del sofá - bueno, hay un evento hoy y debo ir.

La mire fijamente aun casi dormida, ella se volteo a mirarme.

¿Tú que harás? - Me dijo mirándome - y por cierto, ya llame a recepción, se desocupo mi habitación así que alguien vendrá por mis maletas mas tardes.

Yo iré a ver qué tour tomo para conocer la ciudad - le dije encogiéndome de hombros - y luego veré donde almorzar.

Ummm - dijo la rubia ahora colocando solo sus cosas personales en la pequeña cartera de sobre que llevaba en la mano - ven conmigo.

¿Yo? - pregunte asustada - Como es que yo iré contigo, eso es algo de familias y no creo que este bien que este allí.

¿Te gustan los niños? - pregunto ella mirándome de frente interrogante -

Si - respondí - lo normal.

Bueno - dijo ella mirándome de arriba abajo - te espero en una hora en lobby para que desayunemos antes de irnos, colócate algo lindo, delicado pero al mismo tiempo bastante elegante.

¿Qué? - dije sorprendida -

Corre o no te dará tiempo - dijo ella por encima de sus hombros abriendo la puerta dejando pasar a un joven que parecía que iba a tocar la puerta antes de que Rosalie la abriera - esas son mis maletas - le dijo al joven - llévalas a mi habitación - saco unos billetes y se los dio al muchacho - en una hora en el lobby.

Me levante corriendo, cerrando la puerta detrás del joven que iba bastante ocupado tratando de llevar todas las maletas a la vez, me duche y cambie, arregle un poco mi cabello que había quedado ondeado por la trenza que me había hecho la noche anterior, me coloque el vestido y los zapatos, los pendientes y un pequeño collar en el cuello con dije de una flor bastante pequeña y con piedras que brillaba hermosamente, me maquille bastante natural, solo con una raya exactamente encima de mis pestañas y me coloque rímel y rubor un poco carmesí.

Baje casi corriendo, ya estaba llegando a fin la hora que me había dado, pero la encontré ene l lobby tal como me había dicho, caminamos al restaurant tomamos el desayuno en menos de 30 min ya estábamos camino a donde quiera que sea que ella me llevaría, al cabo de 30 min mas de salida llegamos al frente de unos enormes portones negros.

¿Dónde estamos? - pregunte interesada -

Orfanato Santa Paula - dijo ella mirando al frente sonriéndole al hombre que estaba en la casita de seguridad - Rosalie Cullen.

El hombre nos dejo entrar, yo no paraba de mirar lo hermoso del lugar, los amplios y frondosos jardines tan bien mantenidos y acomodados, frente a nosotros una casa enorme se nos mostraba, muy antigua pero realmente hermosa, nos bajamos cerca de un camino de losas, caminamos un poco y llegamos al patio de la casa, habían toldos y mesas con mantelería y cristalería fina, la rubia levanto una de sus manos saludando a un grupo de personas que estaban a lo lejos, uno de ellos se separo del resto, era muy alto y con cuerpo escultural, blanco como la nieve y con una sonrisa que derretiría el más espeso hielo, caminaba hacía nosotras, llevaba pantalones blancos, con camisa azul celeste, fue entonces cuando lo vi bien, sus ojos, los ojos verdes esmeraldas que había visto en el aeropuerto.

¡Edward! - Grito la rubia - pensé que no vendrías.

El la levanto del suelo abrazándola, la miro y le dio un beso en la frente, ella se volteo hacia mí.

Isabella - dijo mirándome - el es Edward mi hermano mayor, Edward ella es Isabella Swan.

Nuestros ojos se encontraron de nuevo, que tenia aquella mirada que llamaba mi atención tan profundamente, le extendí la mano.

Isabella Swan - dije - un placer.

El placer es mío - dijo el mirándome con curiosidad - Edward Cullen