Cap 9: Breathe Me

Capítulo IX

—Te amo Bella Cullen—susurro Edward acariciando mi rostro con ternura. —Me has hecho el hombre más feliz del mundo—continuó, con una sonrisa. —Sabes lo dichoso que me hace está noticia—poso sus manos sobre mi vientre.

Desperté algo sobresaltada y decepcionada, todo era parte de un estúpido sueño. Como todo lo que se refería Edward.

Gruñí molesta.

Por lo menos lo vivido el día anterior fue demasiado real.

Rodé en la cama hasta quedar frente a la ventana, lo primero que llamo mi atención fue el bailar de las cortinas, la ventolina parecía fuerte, a pesar del brillante sol de la mañana.

Su olor inundo mis fosas nasales, pues las sabanas desprendían su aroma. Lo confirme al apretar su almohada sobre mi nariz llenando mis pulmones de su esencia.

Me estire perezosa sobre la cama, flexionando mis brazos y piernas como si se tratase de mi rutina semanal de Pilates, y sorprendida note la primera incomodidad por lo ocurrido el día anterior; un pequeño dolor afloraba al abrir las piernas más de lo estrictamente necesario.

No era un dolor insoportable, decidí luego de repetir la maniobra varias veces.

Un papel reposaba sobre la mesita de noche, alargue mi mano para tomarlo.

Bella:

No quise despertarte tan temprano. Tuve que salir de urgencia para la empresa, no es nada grave o eso dice Benjamín; pero parece ser muy importante.

Si no es importante como me aseguro, me encargare de ahorcarlo. Tenia muchas ganas de decirte Buenos días.

Nos vemos en la tarde

PD: Gracias por regalarme uno de los mejores días de mi vida.

Edward.

De mis labios broto un gritito de felicidad. Era otra muestra de afecto de parte de él, no había sido su intención dejarme despertar sola, se le presento un imprevisto y no tenía más remedio. Lo que más alegraba a mi corazón era el detalle de la nota.

—Empezaba a pensar que no saldrías de tu recamara jamás—dijo Sue, sirviendo una taza de humeante café.

Los siguientes minutos que pasaron luego de su comentario fueron incomodos por primera vez entre nosotras.

— ¿Cómo has amanecido? —inquirí desviando el tema.

—No sé porque te apenas mi niña, sí es normal tener días de pasión desenfrenada. —Rio entre dientes—Mi amado Harry y yo, los tenemos de vez en cuando.

Abrí los ojos sorprendida.

—No por ser mayores no tenemos fuego en las venas. —me guiño—Ah… y he amanecido de maravilla.

—Me alegra Sue—dije y metí una cantidad exagerada de huevos revueltos en mi boca, para dejar zanjada la conversación.

El resto de la mañana y el principio de la tarde, la pase cuidando de Claire quien se encontraba muy inquieta. Estábamos en el cambio de estación, y de las calores pasábamos a los fríos, por ello la bebé se la pasaba intranquila sufriendo la humedad del ambiente. Temía que pescara un resfriado por el cambio de temperatura.

—Bella—dijo Brady quejumbroso.

Venia trastabillando con unos libros y cuadernos en mano. —Tengo que estudiar operaciones con polinomios y no entiendo nada—siguió diciendo, parecía enojado y a punto de tirar los libros al río más próximo.

—Colócalos en la mesita—indique acomodando a Claire en su moisés, con un dedo dentro de su boquita a los minutos quedo dormida.

Me tomo dos horas, exclamaciones y refunfuños de Brady para que aprendiera a conciencia la lección. El chico es muy listo, pero demasiado perezoso para preocuparse por las matemáticas.

— ¿Has entendido todo? —le pregunte terminando de apuntar un problema para que pudiera guiarse.

Asintió con una sonrisa.

La próxima semana seria de locos. Por un lado Brady entraría al colegio del pueblo y sabía que mi madre se empeñaría en celebrar la fiesta de aniversario de bodas, a toda costa.

Mejor no pensar en ello hasta que llegase.

—Rayos se me iba olvidando. —exclamo el chico con las mejillas sonrosadas. —Edward me ha dicho que te diga que esta noche van a salir a cenar fuera. —miro su reloj de mano—A eso de las siete.

— ¡Dios mío! —Dije entre dientes— ¿Cómo lo has olvidado? —inquirí nerviosa.

—Lo siento—se disculpo dejando escapar una risilla.

Quizá mi cara le parecía graciosa.

—No te preocupes Bella—continuo—Ya he estudiado; por lo tanto puedo cuidar de mi hermana toda la noche.

—Más respeto jovencito—murmure con una sonrisa.

Solo faltaban dos horas para la cena. Estaba retrasada, y Edward era una persona muy puntual.

Con sonrisas de doble sentido Brady llevo a Claire a dar un paseo por la terraza y prometió cuidarla lo que restaba del día, alegando que hace tan solo unos días esa era su rutina.

Un hombrecillo muy independiente, pensé para mí y sonreí al verlo desaparecer con la bebé en brazos.

Corrí escaleras arriba, hacia mi recamara. Me encontraba muy nerviosa, me sentía como en mi primera cita, es que en realidad lo era.

¿Qué hacia? ¿Escoger un bonito vestido o ducharme?

Ducharme, decidí quitándome la ropa como loca.

El agua caliente relajo mis músculos tensos y calmo un poco mi ansiedad. Enjabone cada rincón de mi cuerpo con calma, pase el jabón de mi cuello hasta mis en hombros; recordando cada beso recibido en esos lugares.

— ¿Te gusta? —mordisqueo mi hombro uniendo más nuestros pechos. El roce de mis pezones con su tórax enviaba ondas de placer a través de todo mi cuerpo.

—Sí, sí, sí…—musite con desespero, rozando nuestros sexos para que volviera a entrar nuevamente en mí.

Cuando el agua se enfrió un poco; me envolví en una toalla y tome otra más pequeña, inclinando la cabeza para secar mi cabello.

Prepararme para la cena me llevaría aproximadamente unos cuarenta minutos, pensé. Pulse el botón para encender el reproductor de música que se encontraba colocado en toda la recamara, lo subí un poco la canción me gustaba mucho.

Ring my bell; ring my bells (4x)

Sometimes you love it, Sometimes you don't,

Sometimes you need it then you don't then you let go,

Sometimes we rush it,

Sometimes we fall, it doesn't matter baby we can take it real slow. (Canto Bella)

Cante sintiendo como la melodía fluía por toda la estancia. Moví mis caderas suavemente imaginando cuan excitado él me miraría si me observara.

Cause the way that we touch is something that we can't deny,

And the way that you move, oh you make me feel alive,

So come on (Canto Edward)

Di un saltito al escuchar su voz siguiendo la melodía; pues no lo había sentido llegar.

Pego mi espalda contra su duro pecho, posando sus manos en mis caderas; iniciando movimientos lentos y circulares al ritmo de la música.

—Luces hermosa con la piel mojada—susurro mordisqueando mi hombro desnudo.

Temblé de excitación.

—Sientes lo que provocas en mí—inquirió rozando su erección sobre mis nalgas.

—Sí—jadee y voltee mi cuerpo para apoderarme de sus labios.

Abrí mis labios suspirando, él aprovecho esto para penetrar en mi boca. El roce de nuestras lenguas, elevo mi excitación a niveles insospechados; estaba ardiendo de deseo por él.

Edward pego nuestros cuerpos un poco más, soltando el nudo que amarraba mi toalla y dejándome completamente desnuda.

—Necesito estar dentro de ti, ahora—murmuro, inclinando la cabeza para apoderarse de uno de mis pezones. Lo chupo, lamió y mordisqueo hasta el cansancio.

Mis gemidos debían oírse hasta la China, no me importaba que los trabajadores de la hacienda me oyeran, no importaba nada cuando él estaba junto a mí.

¡Lo amaba! Claro que lo amaba, más bien lo adoraba de una manera, se podría decir, que enfermiza.

Cuando iba a quitarle la camisa ya no estaba. ¿En que momento se desnudo?

Baje la cremallera de sus pantalones, quizá fui muy lenta pues él los bajo de un jalón junto a su bóxer apartándolo con una patada, quedando solo en calcetines. Su erección dura, larga y gruesa apuntaba hacia mí amenazante.

Sorprendiéndolo al él y a mi misma, clave mis piernas en el suelo del baño.

— ¿Qué haces?

Parecía nervioso.

Con mucho cuidado tome su pene entre mis manos y lo engullí en mi boca gimiendo al sentirlo entrar; cerré los labios sobre el y succione, bese y lamí su sexo hasta que la cabeza me empezó a dar vueltas por la falta de aire, me animaba el escuchar sus roncos gemidos.

—No era necesario que hiciese eso Bella—medio gruño alzándome en sus brazos para colocarme en la encimera del baño, tiro de un manotazo todos mis productos de aseo.

—Me gusto mucho hacerlo—confesé tímida sin atreverme a mirarlo a los ojos.

Grite de placer cuando invadió mi interior sin previo aviso, arquee mi espalda echando la cabeza hacia atrás, ofreciéndolo una mejor vista de mis senos. No perdió tiempo en succionarlos mientras embestía dentro de mí, alternando de penetraciones fuertes a tan suaves que salía casi de mi interior, dejándome inquieta y ansiosa por su regreso.

Siguió arremetiendo por varios minutos.

—Edward—logre susurrar, estaba a punto de llegar al clímax y él no hacia más que alargar mi agonía.

Bajo su mano entre nuestros cuerpos y toco mi punto de placer con tanta destreza que creía poder morir de placer. Con un grito llegue al clímax más arrasador hasta ahora en mi vida.

—Oh si…Oh…Oh Bella—gimió él perdiéndose en el placer.

No se cuanto tiempo paso, cuando recupere la conciencia. El placer fue tan fuerte que perdí la noción del tiempo por algunos minutos.

Acaricie su desordenado cabello, besando su pelo. Sentía su respiración agitada sobre mis pechos, donde tenia enterrada su cabeza.

— ¿Y la cena?

—Dejémosla para mañana cariño—dijo tomando entre sus brazos, caminando directo hacia la ducha.

©LunaDelCarmen. Todos los derechos reservados ®.

N/A: ¡Que vergüenza con ustedes chicas! Dije que actualizaría el domingo y me fue imposible, de verdad lo siento mucho por hacerlas esperar tanto.

He estado un poco enferma con el asma, no me he sentido bien y ni siquiera tenía fuerzas para pararme frente al computador y subir el capítulo.

Lo repito, siento mucho la demora.

Gracias por sus lindos comentarios, el apoyo y sobre todo por leer Breathe Me que la escribo con mucho cariño para todas ustedes.

Estoy muy contenta por la aceptación de mi historia.

En el blog estoy describiendo a cada uno de los personajes de la historia, para que se enteren de datitos sobre ellos.

Besitos.

Luna