Cap 7: Vueltas Inevitables

Capitulo 7 Vueltas Inevitables


Me despertó el barullo de personas corriendo de un lado a otro gritándose y pasándose cosas de un lado a otro. Abrí un poco más los ojos y vi que Edward seguía dormido. Los médicos estaban enloquecidos y en cuanto giro mi rostro para ver donde se suponía que debía estar Emmett solo había una camilla vacía. Comencé a asustarme entonces llame a Edward por el hombro y el se despertó bastante sobresaltado.


-que-que- ¿que pasa? ¿que es ese ruido?- Balbuceo el desconcertado, primero mirándome a mi y luego al pasillo de donde procedía todo aquel ruido. Luego se giró preocupado asía la camilla de Emmett y en cuanto vio que no estaba, se levantó de un salto cogiéndome a mi en brazos. Agradecí internamente que no me haya tirado. Giró su rostro para varios lados y luego se detuvo en mi mirada frenética que no hacía más que mirarlo.


-¿Donde está Emmett?- Preguntó al fin poniendo mis pies sobre el piso. Creo que mi mirada demostró suficiente incertidumbre como para que sepa que no tenía idea.


-No tengo idea...Edward ¿Donde vas?- Le dije al ver que salía de la habitación.


-En busca de un médico, tengo que saber donde está Emmett- Dijo como si fuese obvio, e hizo que me sintiera estúpida al no suponerlo. Lo seguí intentado seguir su paso pero me resultaba demasiado complicado ya que el iba demasiado rápido. Nos metimos por el pasillo lleno de personas e intentamos localizar un médico. Al cabo de un minuto recorriendo el mismo pasillo no logrando movernos mas de un par de metros encontramos uno.

-Disculpe, ¿Ha visto a el doctor Uley?- Sam Uley era el médico que estaba encargado del caso de Emmett. Era un hombre alto y con cuerpo grande que no tendría más de 40 años. Era bastante apuesto pero sinceramente sus ojos me daban miedo. Eran oscuros como la noche y tenía una mirada penetrante que parecía como si te atravesara con ella.


-Si, está en la sala de operaciones con su hermano, acaban de trasladarlo. El doctor Uley me mandó a hablar con usted, así que si quiere acompañarme-En cuanto dijo eso sentí que se me exprimía el corazón. ¿Que hacía Emmett en el la sala de operaciones?.


El joven no tendría más de 20 años, era un chiquillo no tenía experiencia, lo sabía.
Nos llevó por un pasillo desviado de todo el gentío hasta un cafetería llena de mesas con tres o cuatro personas, pero no me detuve a mirar quienes eran. Nos detuvimos en la mesa más apartada y mientras el joven se sentaba nos indico mientras señalaba las sillas que tenía en frente de el.


-Tomen asiento por favor- Dijo y así lo hicimos- Tengo noticias de Emmett Cullen, ¿Pariente de ustedes?- Nos dijo serio. Nosotros asentimos frenéticamente por lo nerviosos que estábamos. Ya me estaba asustando el tono de este chico, no advertía nada bueno. Me daba un mal presentimiento.


-¿Quien es usted? ¿Y que noticia tiene de Emmett?- Dijo Edward ya sobrepasado por la tensión. Le tomé la mano debajo de la mesa y el me la apretó con fuerza, pero no tanto como para que me doliera. Le devolví el apretón.


-Queremos saber que pasa. Emmett es muy importante para nosotros y haremos lo imposible por salvarlo así que por favor no se ande con tapujos- Le dije yo tratando de acortar el asunto. En ese momento Edward me dio otro apretón de manos por lo que lo miré y me encontré con su mirada. Nos desconecto el sonido del teléfono del médico que se levantó inmediatamente y se alegó dando largos pasos para atender su llamada.


Volví mi mirada hacía Edward y el continuaba mirándome. Sin despegar sus ojos de los míos me soltó la mano derecha y pasó su brazo izquierdo por mi cintura y con su mano derecha tomó mi mano derecha. Iba a replicar pero la penetrante mirada de Edward parecía haberme quitado el habla. Tenía los ojos verdes brillantes, los tenía tan claros que me desconcertaba. Me acercó más, tanto que lo terminé teniendo en mi espalda. No es que me molestara tenerlo en esta posición, pero era raro.


Ni siquiera con Mike tenía esta intimidad. El no era tan dulce ni tan suave. Tal vez al principio pero no era nada comparado a la delicadeza con la que me trataba Edward. Era como si temiera ser demasiado brusco. Como si pensara que era demasiado frágil. Era un toque que me encantaba dado que no estaba acostumbrada a ser tratado de esta manera. Con Mike era todo como el lo quería, y el solo quería las cosas salvajes, cosa que yo ya estaba cansada.


Edward seguía mirándome, de aquella extraña e intensa manera que me desconcertaba. Yo no quería, pero si hubiese querido tampoco hubiese podido despegar esos grandes ojos brillantes de mi vista. Es como si mi mundo se hubiese reducido a una solo persona. Una sola persona que hace una semana no conocía. A una persona que ya la consideraba mi mejor amigo y confidente pero con un extraño deseo a más.


Y eso me asustaba. Yo no podía desear más. Tenía que recordar mi promesa, mi odio a los hombres. Tenía que acordarme de eso y olvidarme de Edward. Yo no podía pasar por todo esto otra ves. No podría resistirlo. a pesar de que Edward parezca tan bueno y delicado, ¿No es que Mike comenzó igual? Además mi promesa no tenía excepciones. Hace dos años había hecho ya esa promesa y nunca la había roto. Pero era complicado estar seguro de que mi propia vida valiera más que compartir un segundo más mirando esos ojos teniéndolos tan cerca. Eran hipnotizan-tes. Era como si el fuese un cazador y yo su víctima, que había sido atraída como oveja a su rebaño.


El crujido de una silla a moverse nos sacó de nuestra extraña conexión. Estaba segura de que el médico lo había hecho a propósito. En cuanto lo miramos el nos miró detalladamente, y yo me moví incomoda al recordar mi posición, pero Edward en vez de soltarme me apretujó más a el para que no escapase. Yo le sonreí al médico con disculpa.


El puso cara de vencido, se aclaró la garganta y comenzó a habla mientras observaba unos apuntes que tenía en la mano.- Bueno, Emmett Cullen ha sufrido un colapso nervioso (N\A perdón chicas pero no se nada de medicina así que seguro que estoy inventando muchas buebadas pero bueno jaja quiero ser escritora no medica) y tuvieron que llevarlo a la sala de operaciones. Lo están operando en este mismo instante. Tengo dos noticias: una buena y una mala. ¿Cuál quieren oír primero?- Dijo rápidamente lanzándonos miradas furtivas. Yo ya estaba muy impaciente y Edward no estaba mejor que yo. De hecho ahora me tenía agarrada de todos lados como si necesitara de mi para mantenerse consciente y por el aspecto de su cara supuse que así era.


-La mala, doctor- le dije impaciente. Me estaba poniendo hasta los nervios este chico.


-Ehhh si como usted diga- Dijo avergonzado. Parecía muy nervioso, las noticias no podían ser buenas.- La mala noticia es que esta operación será la que decida si el vive o muere. Las posibilidades son 10 de 100- Dijo en un susurro apresurado que apenas pudimos oírlo- Pero las buenas noticias- Dijo un poco mas entusiasmado y mas tranquilo de haberse sabado el peso de encima- Son que no tendrán que esperar mas, y que si esta operación sale como es debido el chico saldrá sano y salvo de este hospital en...como mucho una semana y media- Dijo el a la ligera.


Edward parecía haber salido fuera de si. Como si su cerebro se haya desconectado. Podía ver el terror en su rostro y lo comprendía. Había un 90 por ciento de posibilidades de que su hermano muriera. De repente sentí un profundo odio hacia aquel estúpido medico que se tomaba estas cosas tan a la ligera. En ese momento se paro y le dio unas cuantas palmadas al hombro de Edward. En ese momento estalle, así como estaba, enganchada a un Edward inmóvil e inconsciente.
-Quien es usted, y quien lo ha mandado? No puede venir y decirnos todo esto sin siquiera identificarse! Como sabemos que es verdad?- Le dije parándome de un salto y zafan-dome del abrazo sin fuerza de Edward y mirando al medico con toda la furia. Aunque sabia que era verdad ya que mi instinto nunca me fallaba tenia que encontrar una manera de que esto realmente no estuviera ocurriendo me.


-Lo siento, Soy el doctor Clerwather, pero si quieren me pueden decir Seth- Digo intentando amistad con una simple sonrisa, pero al ver mi cara desapareció inmediatamente- Me ha mandado el medico que esta a cargo de el caso de el señor Cullen, Sam Uley.- Dijo ahora en tono serio- Ahora se encuentran en cirugía, puede que demoren un par de horas, seria lo mínimo que cabria esperar- Y dicho eso se fue a un paso apresurado que dejaba a entender que no quería que nadie se interpusiera en su camino de huida.


Me gire para ver a Edward. Tenia los brazos colgando a sus costados, sin vida, al igual que todo su cuerpo. Mire su rostro: sus ojos no reflejaban mas que un vacío desconcertante, como si le hubiese sacado todo el color de por dentro. Tenia los labios en una recta linea apretada y cuando vuelvo a los ojos veo que se le han llenado de las lagrimas que tanto quería evitar.


Me arrodillo en el suelo frente a el, tomo su rostro con mis manos y lo obligo a mirarme. Lo veo directo a los ojos; me mira con desesperación, con urgencia, con suplica. No lo comprendo y no me dio tiempo tampoco para hacerlo, ya que el también tomo mi rostro y me estampo un beso con fiereza en la boca. Intente bloquearle la entrada pero en cuanto sus labios chocaron con los míos todo tipo de pensamiento con claridad se fue al carajo. El fue rompiendo las barreras que había construido para impedir que metiera su lengua dentro de mi y el beso se fue poniendo mas apasionado. Me grite con todas mi fuerza que parara pero era imposible no devolverle el beso. Nuestras lenguas se encontaron y todo tipo de pensamientos se cruzo por mi mente al saborear la suya. Nunca me habían besado así, y jamas me había sentido así con un simple beso. A medida que el beso se prolongaba la cosa se fue poniendo mas y mas caliente y yo ya sentía mis bragas humedecerse. Me lo repetía una y otra ves que debía parar pero esa vos fue dejando de escucharse a medida que sus suspiros aumentaban de sonido


Seguimos besándonos por un rato hasta que los dos necesitábamos respirar, aproveche ese breve instante por el que sus labios me liberaron para aclararme las ideas. Tuve que repetirme al menos 30 veces que no podía acostarme con Edward, ya que no me acostaba con chicos que conozco, por lo tanto no debía forzar las cosas. Me separe de el de inmediato ya que sus labios volvían a acercarse peligrosamente a mi. Me miro ceñudo e intento acercase otra ves a mi. Puse una mano en su pecho y eso no ayudo en absoluto, ya que podía sentir sus trabajados abdominales que se transparentabas de su remera. Tenia unas ganas tremendas de acariciar su pecho y tan desconcertaba estaba que no me di cuenta de que había pasado mas tiempo del que debería mirando mi mando sobre su increíble cuerpo. El me miro divertido e intento besarme otra ves, pero ahora yo ya estaba preparada. Me aleje de un salto sacando a regañadientes mi mano de su pecho y lo mire a los ojos.


-Edward, que haces?- Le digo en un jadeo contenido que hace que se me ruboricen las mejillas. Miro a Edward y veo que no soy yo la unica que se ha exitado. Sus ojos brillan ed deseo e intensidad. Luego de unos segundo cambia la mirada a una de suplica y desesperación. Luego mira para todos lados y ve que una pareja de la otra punta de la mesa nos observa. Me pongo mas colorada.


-Acompañarme- Me dice en tono posesivo, y antes de que pueda contestar ya me estaba llevando a rastras a anda a saber a tu a donde.


Creo que esta historia se ha quedado sin lectores, la continuare unos capitulos mas pero si nadie hace acto de presencia la abandonare, ya que no me gusta escribir para nadie, no me motiva. De veras lamento esto, pero este es uno de los ultimos capitulos. Si es que alguien lee, espero que les guste este cap.

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