Termine de cepillar mi
cabello y lo recogí en una coleta, era el peinado más practico viviendo en una hacienda. Algunas
veces me dan repentinos ataques por cortármelo, pero desistía al pensar que a Edward le gustaba el largo de mi
cabello.
Edward solo pensar en el provocaba que me temblaran las
rodillas y que cada célula de mi cuerpo se encendiera.
Baje de
dos en dos las escaleras y me pareció raro no ver a Edward en la sala de estar
tomando su café como acostumbraba.
Así que
seguí caminando hacia la cocina sin darle mucha importancia, ya más tarde lo
buscaría para ponernos de acuerdo a la hora que buscaríamos a los niños.
—Buen día
Sue—salude con un beso a la cocinera y vertí
en una taza un gran cantidad de café humeante.
—Delicioso—me
relamí los labios después de degustar el primer trago del líquido negro.
—Tú eres
un caso perdido respecto al café—refunfuño—Estoy cansada de decirte que tienes
una mala adicción y no me haces caso.
Reí, Sue
detestaba que tomara café unas cuatro veces al día, se la pasaba regañándome
todo el tiempo acerca de lo malo que era la cafeína; me regañaba tanto que ya
me sabía la charla. Pero no podía hacer nada para complacerla, pues amaba aquel
líquido negro.
— ¿Has
visto a Edward? —cambie el tema.
—Desayuno
temprano y salió a la carrera porque el nuevo veterinario lo mando a llamar—coloco
un plato de frutas frente a mí—Una yegua iba a parir y tú sabes como se pone
sino se le avisa.
Sonreí
dándole la razón, ya todos sabíamos como se ponía Edward si no se acataban sus
órdenes.
Termine de
desayunar y me encerré en el estudio para terminar los dos últimos capítulos
del libro, por suerte solo hacia falta el epilogo y los agradecimientos, que
serian infinitos… tenía a tanta gente por agradecer.
—Bella—dijo
Edward irrumpiendo en la habitación
Di un
respingo y solté un gritito, uno de estos días este hombre iba a matarme con
los sustos que me daba al aparecer así de repente.
—Disculpa,
no quise asustarte—musito—Peter no esta esperando en la sala, anoche después que
lleve a los chicos a su casa lo he llamado y parece que ha aprovechado muy bien
la mañana porque trae buenas noticias.
—Aquí
tienes la orden emitida por el juez Edward—le paso un sobre amarillo—Los chicos
están bajo su cuidado hasta que se lleve a cabo la adopción, no creo que me
tome más de dos meses en que la obtengan.
La sonrisa
parecía estar pintada en mi rostro por todas las buenas noticias. Podríamos
traer a Claire y Brady a casa sin ningún problema con la justicia.
—Gracias
Peter—estreche su mano con fuerza.
—No hay de
que Bella—dijo este palmeando la espalda
de Edward. —Estos niños han tenido mucha suerte.
Prácticamente
obligue a Edward a ir de inmediato por los niños, nos llevamos a Melanie una
delas muchachas de limpieza para que me ayudara a recoger la ropa y cosas que
consideraban de valor los niños.
Más tarde
me encargaría de organizar una salida al centro comercial para equipar sus
guardarropas.
La sonrisa
de Brady no tenía precio, parecía no poder creérselo todavía; y su abrazo transmitió el agradecimiento que
sentía.
Llore una
hora después cuando los acomode en sus recamaras una a lado de la otra y frente a las
nuestras; no quería estar lejos por si me necesitasen en las noches.
—No me
gusta verte llorar—susurro Edward pasando sus dedos por mi hombro desnudo—Ya se
encuentran con nosotros, no volverán a pasar ni hambre, ni frio, nada de todo
le que te conto su vecina.
Un sollozo
broto de mis labios y me apreté con fuerza a su cuerpo.
—Le he
contado todo a Jane, que le ha contado a mamá y está le dijo a tus padres—su
risa de terciopelo me reconforto—Ya planearon una cena para mañana en la noche;
invitaron a los Hale, a Benjamín y el novio de Jane.
Solté una
risita por su gruñido al mencionar al novio de su hermana.
—Me alegra
que nuestras familias los acepten.
—Ya veraz
como se enamoran de la pequeña Claire y el polifacético Brady.
Un bufete
de comida italiana era lo que abundaba en la cena en honor a los pequeños, todo
se miraba sabroso. Ya quería probar la lasaña y
el Spaghetti a la Carbonara
Brady
parecía un poco apenado con tanta atención, mientras Claire estaba risueña pasándose de brazo en brazo.
—Son unos
niños muy guapos e inteligentes—alabó mi madre—Tenemos que ir de compras, quiero
adquirir tantos vestiditos para Claire y también ropa de esas marcas famosas
que le gustan a tu hermano para Brady.
— ¿Cuándo
vuelve del extranjero? —inquirió Esme arrullando y haciéndole caritas a Claire.
—Dice él
que en un mes—respondió dudosa mi madre.
Jacob se caracterizaba
por ser aventurero y mujeriego; por ello había decidido estudiar fuera del país
y del continente. Solía decir que
encontraría nuevas aventuras tanto físicas como en el ámbito amoroso.
—Me
permites cargar a mi sobrina mamá—reprocho Jane a su madre—Desde que has
llegado la has tenido para ti sola y no dejas de acorralar a Brady para saber
que le gusta y que no. —Esme le paso a la bebé—Sue me envió a avisarles que las
espera a ustedes dos—Señalo a nuestras madres— en la cocina.
Ambas
desaparecieron en cuestión de segundos, les encantaba ser las primeras en
probar un poco de los comidas.
—Claire y
Brady serán los niños más mimados de la región—reí por la actitud de toda la
familia.
Jasper, Benjamín,
Carlisle y mi papá, ya planeaban actividades con el chico y hasta lo
aconsejaban a escoger una carrera de negocios. Edward participaba divertido
viéndoles pelear.
— ¿Quién
invito a esa mujer? —soltó Jane enfadada.
No podía
creérmelo Tanya Denali sonreía y saludaba a los Hale como si fuese una invitada
más en la celebración.
Claire
empezó a llorar en ese instante y Jane frustrada tuvo que subir a cambiarle el
pañal y darle su biberón.
—Yo me
ocupo—le asegure.
Asintió a
regañadientes desapareciendo por las escaleras.
¾
Me
sorprende que Edward quiera mostrar a sus conocidos —señalo
a los invitados—Los bastardos mugroso en los que imagino tú te empeñaste en
adoptar.
La sangre hirvió en mis venas. ¿Cómo se
atrevía la muy zorra? Apenas Jane había desaparecido se acercó a mí para
destilar veneno.
¾
No
sé quien cometió la equivocación de invitarte a esta cena, pero hablare ahora
mismo con uno de los muchachos de servicio para que te acompañen a la puerta.
¾
¿Qué
esta pasando aquí? —inquirió Carlisle mirando a Tanya
con ojos acusadores.
Tanya imito un sollozo, como siempre quería parecer
la victima ante los demás.
¾
Carlisle,
la señorita—susurre burlesca—Ha llegado a esta cena
sin ser invitada y muy cordialmente le estoy pidiendo que se retire.
Mi suegro apretó sus labios para no reírse.
¾
Tanya es mejor que te retires—dijo
serio.
¾
Pero Carlisle…—protesto
enfurruñada la aludida—Edward me ha invitado—argumento con seguridad,
apareciendo un sonrisita de suficiencia en su operado rostro.
Me
sorprendió las ganas enormes que tenia de golpear su rostro, así que evitando
una escena conté hasta diez y apreté mis puños ordenándoles mentalmente que se
mantuvieran quietos.
¾
Dejemos
esto así señoras—musito mi suegro con calma—Algunos invitados ya están
mirándonos.
Asentí con
vehemencia, al ver como Rosalie Hale miraba disimuladamente hacia nosotros; y me aleje de la estúpida zorra que lo único que sabia hacer era dañar los
momentos más especiales de mi ahora familia.
¾
¿Qué
esta pasando Bella? —pregunto una preocupada Esme.
Por suerte mi madre se encontraba aún en la cocina,
porque sino no quería imaginar la escena que se hubiese formado.
¾
Tanya…
¾
¿Quién
la ha invito?
¾
Alega
que Edward—musite con voz temblorosa a causa del nudo que se formo en mi
garganta, al mirar a lo lejos como él sonreía mientras ella le susurraba cosas
al oído.
Salí al
jardín para llenar mis pulmones de aire fresco, necesitaba alejarme de escenas
tan dolorosas.
¿Por qué él tenia que seguir el juego?
¿Seguiría aún enamorado de ella? ¿No
significaban nada sus cambios respecto a nuestra “relación?
—Una mujer
tan hermosa como usted, no debería llorar—dijo Paul apareciendo de entre las
sombras.
Negué con el
cabeza, tratando en vano de parar el caudal de lágrimas que invadían mis
mejillas.
—El
causante de estás lágrimas no merece su amor—musito secando con sus dedos mi
mojado rostro.
—Cunado
será el día en que no te vea aprovechando la mínima oportunidad para acercarte
a mi mujer Meraz—espeto con voz mordaz Edward.
—Sólo tú
puedes ponerle fin jefe—le contesto en el mismo tono—Adiós Bella, cuídate por
allí nos veremos.
—Adiós
Paul.
— ¿Por qué
has permitido que ese hombre acaricie tu mejilla? —exigió saber tomando entre
su fuerte mano mi muñeca, apretándola con fuera.
Los ojos
se me volvieron a llenar de lágrimas, a causa de la rabia y el dolor tanto
físico como emocional que sentía.
—Respóndeme
Bella.
—Lo he
permitido porque me dio la gana—le espete perdiendo los cabales. (*)
Él quería
pelea, pues pelea iba a tener.
— ¿Te ha
gustado que te toque? —Indago ejerciendo más fuerza en mi muñeca—Dímelo maldita sea.
—Te estás
comportando como un hombre de las cavernas.
—Y tú
evades mi pregunta.
—Yo no te
he exigido saber porque invitaste a Tanya.
—Ella no
tiene nada que ver en esto.
—Tiene mucho
que ver. Estás aquí reclamándome por que he hablado con Paul, cuando tú te has
pasado la noche junto a esa mujer. —estaba exagerando un poco pero me
encontraba demasiado enojada. —Me has echado a un lado en una velada tan
importante para nosotros; te dije que esta cena era solo familia y vienes tú
invitas a esa que sólo vino a burlarse de los niños.
— ¿Se
burlo?
—Eso fue
lo primero que salió de su podrida boca, los llamo bastardos y mugrosos. —reí
sarcástica—Y que hace el señor se la
pasa bromeando con ella, con esa mujer ofensiva que solo sabe destilar veneno.
— ¿Porqué
no me has dicho desde un principio lo que ha dicho?
—No sirve
de nada, si al final quedas defendiéndole.
—Por eso
permites que ese hombre te toque.
— ¡Carajo!
—Exclame enfurecida—Que él no me toco.
—Yo lo vi.
—Pues lo
malinterpretaste, porque en ningún momento me falto al respeto o me toco como
tu insinúas.
—Nadie
tiene derecho a tocarte, sólo yo—murmuro sujetando mi cintura—Yo soy el único
que puede tocarte Bella —estampo sus labios sobre los míos, penetrando en mi
boca.
El beso se
volvió salvaje, una batalla campal en quien lograba apoderarse de los labios
del otro.
—Debemos
volver—susurre agitada cuando paramos de besarnos, tomando un poco de aire.
Asintió
mordisqueando mi clavícula. —En unos minutos vamos cariño—susurro apoderándose
nuevamente de mis labios.
Mi corazón
bailo en mi pecho al escuchar palabras tan cariñosas dirigidas hacia mí.
Deseaba con todas mis fuerzas, que él sintiera amor por mí.
Por ahora
me iba a conformar con lo que me brindaba, así que me abandone al poder de sus
besos.
©LunaDelCarmen. Todos los derechos reservados ®.
*Mi
dirección de blog: http://caralunadc3.blogspot.com
N/A: Me escondo bajo una manta con pena. Sé que he
tardado en actualizar y lo siento chicas, pero es que he tenido una semana… que
ni les cuento.
Bueno el capítulo me parece bastante largo para lo
que acostumbro a escribir.
Gracias por sus lindos comentarios, también por las
amenazas de que me enviaran a los vulturis; no crean a veces siento que Jane me
mira y en la universidad que Demetri me busca.
La nueva historia ya tiene título está en mi blog y
pronto saldrá su primer capítulo (Les aviso es una trama muy hot)
Besitos.
por favoooooooorrrrrr! actualiza mas seguido!!! la historia es hermososisiismaaa, eres una excelente escritora!
ResponderEliminarpor fa otro capiiiii
ResponderEliminarEspero que actualicen pronto
ResponderEliminarawww otro capitulo por favor suban masssss
ResponderEliminarPooorfa sube maas! AMO COMO ESCRIBES! Porrfaaa
ResponderEliminarPor favooor!! Sube otro capitulo por fis por fis.. Amo este fanfic creo que ya te lo habia dicho.... Actualiza más seguido :D
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