Cap 19: Sexualmente Activos

Propuestas

-¿Y si nos vamos a vivir juntos?- me preguntó de repente.

Escupí todo el café que tenía en mi boca cómo acto reflejo ante sus palabras.

Manché toda la mesa y para mi desgracia, a mi novio.

Sus ojos estaban abiertos cómo platos y su boca abierta.

-¡Hay mierda!- me quejé- Edward lo siento.

-E...- no sabía que decir- ¿Tan mal te cayó mi propuesta?- preguntó.

-No, no es eso- dije al tiempo que me levantaba y limpiaba la mesa.

-¿Entonces qué es?- inquirió entre molesto y lastimado.

-Apenas ayer nuestros padres se enteraron de nuestra relación- le dije en calma.

-¿Y?.

-No estoy lista para decirles que me iré a vivir contigo- dije finalmente.

-¿Es enserio?- preguntó molesto.

-Sí, es enserio.

-Oh, por favor- se levantó de la silla y comenzó a tomar su cabello entre sus manos- yo aquí cómo un idiota, paso toda la noche contigo; te propongo ir a vivir juntos y me dices que no además de escupirme en la cara- me acusó.

-No fue a propósito- intenté defenderme.

-¿Qué más da?- dijo mientras se encogía de hombros- tú solo me quieres para follar por las noches- me dijo molesto.

-Ah, por favor- bufé- no seas idiota.

-Sí, tienes razón. Soy un idiota.

-En realidad en estos momentos lo estás siendo totalmente.

-¡Eres una hipócrita!-me gritó.

-Lo que tú digas Edward- dije intentando sonar cómo sino me importara.

-Ya vas a necesitar algo de mí- me dijo por lo bajo- desde una calentura hasta el llanto, y yo no te atenderé. ¿Porqué no vuelves con Jacob? tal vez te guste más que te maltrate y te use cómo una muñeca de trapo, se ve que te excita ¿No?.

Él sabía que mi punto débil era Jacob, no porqué me importase más que él; sino porqué sabía que me lastimaba que me haya usado tanto tiempo.

Las lágrimas comenzaron a descender a gran velocidad por mis mejillas.

Pude notar cómo Edward se tensó y se arrepintió de sus palabras cuándo me vio llorando, pero no se retractó.

Él estaba molesto de verdad.

-Vete de mi casa- susurré.

Dio pasos agigantados hacia mí, y agachó su cabeza para que nuestras miradas quedaran entrelazadas.

-Él fue el hijo de puta que te usó y te lastimó Bella- me dijo- no yo. 

Se dio media vuelta y caminó hacia la sala, segundos más tarde escuché un portazo desde la puerta principal.

Se había ido.

Me tiré al piso y tomé mis rodillas atrayéndolas a mi estómago para llorar con toda la fuerza que fuera necesaria.

Luego de al menos 20 minutos, mi corazón comenzó a doler y ya no me quedaban lágrimas para llorar.
Me levanté y limpié la mesa junto con las tazas para luego secarlas.

Subí y me di un baño caliente de una hora para intentar relajarme.

-Es sólo una maldita pelea- dije con los ojos cerrados en la tina.

Al salir del baño, me coloqué un vestido blanco suelto y alisé mi cabello.

Me senté en el borde de la cama, esperando alguna señal de mi novio; intentando pensar si volvería a dirigirme la palabra.

No es que no quisiera irme a vivir con él, al contrario; me encantaría poder convivir con él, verlo todo el día; abrazarlo, besarlo, hacer el amor; prepararle el desayuno, dormir juntos, pero sentía que no estaba lista.

¿En verdad lo amaba? mi corazón golpeteó fuerte en respuesta de la pregunta que no había formulado en voz alta.

Me tiré sobre la cama hecha y cerré los ojos, esperando que mi conciencia se callara.