Cap 8: Eterno Amanecer

Por DiarioTwilight   Publicado a las  12:20 a. m.   1 comentario


CAP.8 – NOCHEBUENA


Bella POV


Diciembre había llegado y Forks se encontraba cubierto por un bello manto blanco. Eran tiempos de entrega de trabajos y exámenes en el Instituto y estaba trabajando duro para obtener buenas notas. Lo bueno era que Edward siempre me ayudaba. Aunque en unas semanas mas estaríamos de vacaciones por las fiestas.


La convivencia era maravillosa en la mansión, y nosotros nos entreteníamos arreglando la cabaña, especialmente los sábados y domingos. Los niños quileutes nos visitaban una o dos veces por semana y me divertía con ellos. Especialmente cuando discutían por ver quien hacia mas cosas para conformarme. Edward observaba el cuadro la mayoría de las veces con una sonrisa, pero en esta ocasión lo encontré con cara de preocupación, mientras veía a los niños correr hacia el bosque para volver a su casa.

-Edward... que sucede? Estas muy callado.

-Te veo interactuar con ellos y pienso que serias una gran madre. Me encantaría que tuvieras la casa llena de niños que claman por ti. Y me siento tan mal en ese momento, porque no...- puse mis dedos sobre su boca y me acerque.

-Shh... No sigas! Que me divierta con ellos no quiere decir que desee ser madre. Por que te torturas así?

-Yo solo quiero que estés feliz! Y si eso implica que hagas tu vida con un hombre normal, pues... – y me acerque a el, tomándolo de la cintura.

-Tu eres mi hombre normal! Y no se me ocurre siquiera renunciar a ti por tener niños. Me duele aquí cuando me dices esas cosas! – Y señale mi corazón- No podría resistir que me dejes!

El apoyo su cabeza sobre mi pecho mientras acariciaba su pelo a modo de consuelo y nos abrazábamos. Le pedí que no habláramos mas del tema pues lo lastimaba y para mi no era gran cosa. Aunque pensar en tener en mis brazos un hijo de Edward me generaba una gran ternura. Una pequeña porción de ambos, con su belleza, su cabello cobrizo y su sonrisa... Pero si las cosas eran así, era por algo. El destino nos había reunido y creía que el estaba hecho a mi medida, y yo a la suya.

Esa tarde volvimos a casa rápido. Empezaba a nevar con fuerza y Edward no quería que me enfermara. Al cruzar la puerta, la casa estaba inundada de aroma a galletitas recién horneadas. Al cruzar la estancia, unas cajas grandes bajo la escalera llamaron mi atención.

Alice dibujaba y canturreaba celestialmente. Estaba mas contenta de lo normal. Al alzar la vista y cruzarla con la de Edward ambos se sonrieron, cómplices. Odiaba cuando hacían eso! No me enteraba de nada de lo que sucedía y lo que es peor... No me lo contaban!




Mientras me sacaba los guantes y el gorro, fui a la cocina por mis galletas y una Esme, también cantarina, ordenaba una bandeja para te.




-Parece que están muy contentas esta tarde! Nunca te había escuchado cantar.




-Bella! Ven, siéntate. Quiero proponerte algo. – y ya estaba intrigada




-Esta bien!




-Veras, han llamado nuestros amigos desde Alaska, que en cierta forma son familia. Vendrán de visita... – y me alarme un poco – No te preocupes! Ellos se alimentan igual que nosotros, por eso los consideramos familia. Nos conocimos hace ya varios años y después que Edward se fue, nos hemos visto con más frecuencia. Son grandes personas. Ya lo veras!




-Y ellos saben de mi?




-Si, he hablado con Tanya y ella ha demostrado gran curiosidad. El ultimo llamado lo recibió Carlisle y nos confirman que vendrán las tres hermanas: Tanya, Kate e Irina; otra pareja amiga: Eleazar y Carmen; y un amigo que esta de visita, que es europeo.




-Pero no será necesario acomodar cosas en la casa? Si molestamos, podemos ir a la cabaña. La chimenea ya esta arreglada y el primer piso listo. Solo tendríamos que llevar una cama.




-Por supuesto que no, Bella. Nosotros no dormimos! Pero a lo que voy es que deseo celebrar la Navidad como lo hubiéramos hecho si fuéramos humanos. Pero si no estas de acuerdo, no tendría sentido. Que te parece?




-Me estas consultando? Pero Esme, esta es vuestra casa, yo no...




-No! Deseo que te encuentres feliz y no me gustaría hacer un festejo con algo que te genera tristeza o malos recuerdos. Que me dices? – y estaba asombrada. Esta maravillosa mujer me tenía en cuenta para algo tan simple como un festejo navideño.




-Para mi seria hermoso! No festejo una Navidad desde hace ya muchos años. Cuando vivía en el bar, la celebración de Navidad era con los clientes y en medio del show con las bailarinas. No paso una noche familiar navideña desde que la prima Gertrude murió. Y vas a armar un árbol y todo?




-Si! Por eso las cajas junto a la escalera. Estas contenta, Bella?

Y no pude hacer más que abrazarla. Esme era tan cariñosa conmigo! Me brindo tanto apoyo y afecto desde el primer momento en que la conocí, que me era imposible no retribuirle en igual manera. Además me entusiasmaba la idea, como si fuera una niña. Cuando nos liberamos del abrazo, me encontré a Edward apoyado en el marco de la puerta con una gran sonrisa.




-Así que tendremos visitas? Espero que sean unas fiestas divertidas.




-Y lo serán! Ya verán. Espero que tu amiga no de problemas al saber que estas comprometido! – Edward se puso tenso y lo mire sin entender. Alice cruzo la puerta, haciendo gesto de asombro y tapándose la boca mientras nos miraba burlonamente.




-De que hablan? -pregunté




-Es que hace años, cuando nos conocimos, Irina fue algo... impetuosa conmigo. – y me cruce de brazos. Esme se rió.




-Y eso quiere decir...




-Que demostró interés por mi. En realidad, ella no quería una "relación" y la verdad, a mi no me resultaba atractiva. – y fruncí el ceño.




-Eso quiere decir que lo es!




-Para otros puede ser, pero no para mi. A mi me gustan las morenas... – dijo acercándose – especialmente una que tiene unos bellos ojos color chocolate. – y me beso dulcemente delante de ellas.




Cuando me libere de su boca, encontré que Rosalie nos miraba apoyada en la encimera de la cocina. Parecía melancólica. En ese momento, Alice se quedo en blanco y Edward la observo, atento. Cuando volvió en si, luego de unos segundos, se sonrieron de oreja a oreja y salio de la habitación con sus típicos pasos de bailarina.

-Por que esta tan contenta? – le pregunte curiosa.

-Lo sabrás en unos días. – se rió y me besó la frente.

Nuestras semanas de estudios terminaron exitosas, especialmente para mi. Estaba muy orgullosa de mis notas. Todo iba sobre rieles. Al liberarnos del instituto, paseamos por los pueblos cercanos con Alice y Edward, y compramos muchas cosas para la cabaña.

Así que para Navidad nuestro cuarto estaba casi listo. Por lo menos, Edward había reparado y pintado la bella cama de hierro destartalada que encontramos y que me gustaba mucho, y ya teníamos también un colchón nuevo.

Alice compro muchas telas para hacer cortinas y ropa de cama. También sedas y gasas de diferentes tonos que dijo eran para un proyecto especial. Con ella nunca se sabia.

El sábado anterior a Navidad, en la tarde, mientras estaba leyendo en el salón, vi aproximarse un enorme Buick gris y otro auto más pequeño de color bordo con capota clara. Se me paro el corazón porque el auto grande era igual al que tenían los Vulturis. Pero de el salieron otras personas que se saludaron afectuosamente con Carlisle y Esme. Parece que nuestros invitados habían llegado.

Tres sonrientes mujeres cruzaron la puerta con Esme. Las tres eran altas, rubias, de ojos dorados y absolutamente hermosas. Tanya era delicada en su andar y Kate lucía muy alegre. En cambio Irina parecía buscar algo y por sus gestos ya me había olido.

Detrás, Carlisle entraba con la pareja y un hombre enorme y vivaz que pasaba el brazo sobre su hombro con familiaridad. Todos los vampiros son bellos pero el era musculoso y enorme. Me recordó de inmediato a un gladiador romano, obviamente sin el atuendo. Traía suéter y pantalones oscuros y tenia una bella sonrisa. Genero en mi una aceptación inmediata y parecía muy amigo de Carlisle.

-Donde esta la pequeña? He visto muchas cosas en mis viajes pero que tu hijo se case con una humana, y que ella nos acepte me parece increíble. Ya quiero conocerla! – dijo risueño.

Trague en seco preocupada, pues no sabia que era una novedad. Al segundo tenia a Edward junto a mi que tomaba mi mano y me sonreía, divertido. Caminamos hacia la estancia y mentalmente revise mi atuendo para ver si estaba bien.

Todos giraron hacia mi y me ruborice al instante. Alice y Jasper estaban saludando a la pareja que entro con Carlisle, cuando ellos también me prestaron atención. Edward se acerco y pasando su brazo por mi cintura, les sonrió.

-Buenas tardes a todos... Bienvenidos! – Las mujeres le sonrieron al instante y entonces me sujeto aun mas contra su flanco. – Para los que no nos conocemos, yo soy Edward y esta es mi prometida, Bella.

-Encantada! – dije con una leve sonrisa.

Entonces el grandullón sonriente se acerco a nosotros y estrecho la mano de Edward con entusiasmo. Me sorprendió que el le sonriera ampliamente. Su mente debía revelarle a mi prometido que era bien intencionado con nosotros. Extendió la mano hacia mi y se la di, a lo que respondió con un beso sobre ella.

-Vaya, vaya... Pero si es muy hermosa! – y cerro los ojos – y huele muy bien.- Entonces, golpeo el hombro de Edward haciendo mucho ruido y se rió – Debes cuidar mucho esta dulzura! No puedo imaginarme como te las arreglas para... – y Edward frunció el ceño y bajo la mirada, como avergonzado.

-Emmet, déjame presentarte como corresponde! – dijo Carlisle apresurándose y evitando que terminara la frase – Chicos, este es mi muy buen amigo, Emmet McCarty. Nos conocimos en Irlanda hace ya... mucho! –y el se inclino en caballeroso gesto.- Emmet ellos son Edward y Bella, por supuesto. Luego esta Jasper y su esposa Alice – y se acerco para darles la mano - y allí atrás esta mi hija, Rosalie.

Algo extraño sucedió. Emmet después de saludar a Jasper levanto la cabeza y se quedo observando a Rosalie, algo que fue reciproco porque ella también se quedo estática, aunque fueran solo unos segundos. Mire automáticamente a Edward y vi que le sonreía complacido a Alice. Así que esta era la sorpresa que los tenia tan contentos? Rosalie finalmente encontraría el amor en Emmet? Cuando estuvieron cerca, ella sonrió altanera y el tomo su mano para besarla

-Enchanté, Mademoiselle! –

Le sonrió pícaro y se le hicieron unos hoyuelos en las mejillas. Ella le retribuyo la sonrisa con ganas y estaba todo dicho. Luego se acercaron a mi Eleazar y Carmen que me parecieron muy dulces y muy amables. Carmen dijo algo que no entendí y Edward me lo tradujo diciendo: "Es español y dice que eres encantadora"

Luego me acerque a las mujeres. Entendía su cara de desconcierto disimulado bajo unas sonrisas simpáticas. Pero la mas difícil era la de Irina. Mantenía una postura tensa y observaba a Edward de arriba abajo mientras el sonreía a las otras y les decía cosas como que era agradable volverlas a ver. En un momento, la miro fijo.

-Irina, estas muy callada. Raro en ti! Como estas? – ella levanto una ceja al ver que el levantaba mi mano y la besaba tiernamente. El gesto de Edward me pareció un desafío hacia ella, pero lo deje pasar.

-Estoy muy bien. Y estoy algo callada porque estoy decidiendo que hacer. Tengo otra invitación para pasar navidades con unos amigos en Las Vegas que promete... No se si me quedare. – me miro despreciativamente. Sus hermanas la observaron y bajaron su rostros para luego mirarse brevemente. Era como un mensaje en clave.

-Oh, lamento oir eso! – dijo Esme – He organizado todo para presentar a Bella a la familia y disfrutar de una Navidad como suelen hacerlo los humanos. Igualmente, te agradezco que hayas venido a saludarnos! Si cambias de opinión, siempre serás bienvenida en nuestra casa!

Amaba a mi suegra. Muy hábil en ser cortes pero poniendo un limite a su indirecto comentario de que no estaba cómoda entre nosotros. Y además, en cierta forma, daba por hecho que se iría.

Nos sentamos en el living y todos charlaron animadamente. La chimenea estaba encendida ,y a modo de juego, Esme propuso que todos armáramos el árbol. Fue muy divertido ver como Jasper y Edward traían un pino gigantesco de mas de dos metros para colocar junto a la escalera. Y también lo era observar a los vampiros a súper velocidad colgando adornos por doquier. Todos menos Irina, que salio por la puerta hacia el bosque en completo silencio y no volvió.

Alice y Esme adornaron la escalera, los marcos que dividían el comedor y la cocina. Solo faltaban las luces, que quedaron puestas con precisión en segundos. Era tan hermoso! Sonreí y me sorprendí con la hazaña de los presentes al haberlo hecho tan rápido. Aunque extrañamente, para ellos también resulto divertido. Muchas risas sonaron en la estancia.

Cuando ya estaba todo arreglado, Edward me tomo de la mano y me llevo escaleras arriba para que pusiera, en el tope del árbol, la estrella. Era enorme y dorada. Y a continuación encendieron las luces.

Nuestro pino navideño era una obra de arte, con cientos de luces blancas que parecían estrellitas. Luego me entere que las había traído Emmet de Paris, especialmente a pedido de Carlisle.

Edward me bajo súper rápido en brazos por la escalera y nos quedamos contemplando el árbol, al igual que el resto. Era una imagen familiar algo particular, pero maravillosa.

-Miren! – dijo Alice – Están parados bajo el muérdago! Ya saben lo que eso significa... – y todos nos miraron como esperando.

Mire a Edward nerviosa y se rió. Me tomo de la cintura y me estrecho contra el, poniendo esa sonrisa torcida que lograba en mi cualquier cosa que quisiera... y entonces me beso. Pero no me dio uno breve, me dio un beso de verdad! Nuestros labios entreabiertos, disfrutándose con amor pero con pasión al mismo tiempo. Lleve mis manos a su cuello, perdiendo total noción de donde estaba, cuando alguien tosió levemente.

-Pues eso es exactamente lo que me estaba preguntando cuando vi a tu damita. Vaya... Sorprendente! Y habrá momentos en donde...

-Emmet... – dijo Edward, diría que algo avergonzado.- Creo que no es momento para responder esas cuestiones.

-Ok, mi amigo! No preguntare ahora si me respondes después. – y le guiño un ojo. Esperaba que no sugiriera lo que me imaginaba. Y al segundo me ruborice, por lo que Emmet rió con fuerza.

Nos sentamos en los sillones nuevamente y Emmet se puso a contar sus aventuras en el viejo mundo y en el nuevo. Había viajado a través de los años por todos los continentes. Era un vampiro interesante y divertido.

Las mujeres siguieron a Esme a la biblioteca para hablar de arte y moda, los hombres fueron al despacho de Carlisle y nosotros a la cocina. Cene junto a Edward, quien me miraba con una sonrisa. Lo notaba contento y relajado, y eso también se reflejaba en mi.

Nos íbamos a acostar. Pase por la biblioteca y deje un "buenas noches", lo mismo a los hombres en el despacho y subimos tranquilamente.

Fui al baño y me puse mi camisón color damasco, el que me dio la primera noche que pase en la casa de Chicago. Para cuando volví a la cama, Edward había descubierto mi lado y me esperaba con las luces de las mesitas prendidas. El ambiente de la habitación era intimo y tenue, y me regalo una sonrisa sugerente al verme mientras levantaba una ceja.

-A que se debe la ocasión? Hace mucho que no te lo ponías. – y mientras decía esto me arropaba.

-Creí que te gustaba...

-Claro que si! Aunque es algo traslucido sin la robe... – y me miro, seductor.

-Me iré a cambiar si... – y me retuvo con un beso mientras deslizaba un dedo por el escote en v del camisón. El correr de su dedo helado sobre mi piel me dio escalofríos.

-Debemos portarnos bien... – susurro - Hay mucha gente que escucha en la casa – y me reí.

-Que es lo que quería saber Emmet? – y se rió bajito.

-Como soporto besarte y no llegar a mas. – y me mordí el labio. Yo pensaba exactamente lo mismo.

-Se refería a mi como...

-Mujer. Parece que es muy apasionado e incapaz de contenerse en lo que al sexo se refiere. Al menos, eso quería decirme cuando lo interrumpí – comento, observándome con una sonrisa

-Oh! Así que Rosalie y el... – y asintió. Se acerco a mi y me beso provocativamente. Sus labios impetuosos entreabrieron los míos, mientras la punta de su lengua apenas tocaba la mía. Si el esperaba que me comportara no podía besarme así! Mi corazón se había acelerado en un segundo – Y... eso... será... pronto? – susurre aun movilizada

-No quiero saber mucho, amor! – dijo mientras dejaba besos en mi cuello - Me parece algo intimo. Al fin y al cabo, Rosalie es mi hermana. – asentí y le di la razón.

-Si te pregunto algo me responderás con la verdad? – y capte su atención, deteniendo la tortura a la que me estaba sometiendo.

-Por supuesto... como siempre! – y deslizo su dedo por mi mejilla.

-Como es que las mujeres Denali no te son atractivas? Son realmente muy hermosas.

-Bella... Por que deseas saber?

-Dijiste que me responderías! – y suspiro. Se acomodo en la cama, apoyando su codo en la almohada y dejando su rostro cerca del mío, mientras deslizaba sus dedos por mi brazo.

-Ellas te parecen bonitas por su naturaleza, pero no llamaron mi atención. No lo se! Es de lo mas normal. No hubo química con ninguna de ellas.

-Y como es que sabes que Irina tenia interés por ti? – y me miro unos segundos. Estaba meditando si me respondía o no.

-Te contesto porque no debe haber secretos entre nosotros, especialmente cuando seremos marido y mujer – y me estaba pendiendo nerviosa – Ella me beso.

-Que? – y ya quería salir de la cama cuando el me retuvo.

-Espera! Nos conocimos porque ellas me emboscaron en un callejón, una noche que había salido a caminar. Dijeron que era porque mi aroma era similar al de Carlisle. Y sabes que puedo leer sus mentes – y me había calmado un poco, porque el se había puesto a jugar con un mechón de mi pelo – Ella pensaba toda clase de cosas sobre mi aunque ninguna hablaba de amor. Solo de sexo y deseo. Fue cuando me acorralo y me beso. No estaba interesado en tener sexo con una vampiresa solo porque ella estaba dispuesta. Especialmente si tenían algún vinculo de amistad con mi padre. Son cosas que dejan marca, y no tenia intención ni humor para algo así. Yo aspiraba en ese momento a tener una compañera como Esme lo era para Carlisle y ella no llenaba los requisitos. Así que... eso es todo. Satisfecha? – lo pensé un momento.

-Y como quedo en claro que tu no querías nada con ella?

-Pues el beso fue un impulso de su parte y yo no le respondí. Aunque lamente que ella fuera la que me diera mi primer beso.

Y eso me dio tristeza. Edward había sido el primer hombre que me besaba. Pensaba que yo también era la primera que lo besaba. Y noto enseguida mi desencanto. Me arropo con las mantas y se acerco a mi apoyándose a ambos lado de mi cuerpo, acercando su glorioso rostro al mío.

-Bella, si lo piensas bien, eso no fue un beso. Tu lo hiciste aquella noche y nunca podré olvidarlo. Tus labios dejaron un cosquilleo estremecedor sobre los míos. Y, si lo recuerdas bien, no pude resistir devolvértelo con el mismo candor y con todo el amor que aun no sabia que sentía por ti. Así que para mi, ese fue mi primer beso.

Tome su rostro entre mis manos y lo bese. Nuestras bocas siempre deseosas y avarientas de la otra se conjugaban una vez mas. Sus brazos se cerraban sobre mi espalda, deslizando sus manos suaves y cariñosas sobre ella, mientras yo acariciaba su nuca y sus orejas. El beso, apasionado y provocador, tenia a nuestras lenguas jugando vencidas. Cuando mis fuerzas ya eran escasas y mis quejidos en su boca comenzaban a hacerse audibles, el empezó a hacerlo leve hasta volverlo solo una caricia. Mi respiración intentaba volver a la normalidad, mientras el apoyaba su frente en la mía, dejando leves besos en mis mejillas.




-Feliz Nochebuena, amor! Duerme bien. Mañana será un día divertido! Estaré aquí cuando amanezcas.

Me acurruque en sus brazos apoyándome en su pecho, aun envuelta en las mantas para dormirme tranquila y feliz.



Acerca del Autor

Nos dedicamos a brindar información a todos los fans de la Saga Crepúsculo. Desde entonces nos hemos encargado de cubrir premieres, eventos, actualizar día a día nueva información sobre el cast. Después de que terminó la épica Saga en Noviembre del 2012, seguimos los proyectos de cada actor como corresponde.
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