Cap 18: Sexualmente Activos

Mas alla que el infinito

Luego de estar alrededor de hora & media recostada sobre el pecho desnudo de mi novio, pude notar cómo sonreía.

-¿Qué sucede?- le pregunté por lo bajo.

-¿Quieres un segundo round?- me pregunto entre risitas.

Me puse roja ante la expresión que utilizó, pero acerqué mi rostro al suyo para depositar suaves besos en sus labios.

Nuevamente sus manos se adaptaron al contorno de mi cuerpo & me sostenía con sutileza mientras lo besaba.

Comencé a hacerle suaves cosquillas con las yemas de mis dedos alrededor de su estómago.

Pude notar cómo se le erizó la piel.

De pronto, una de mis manos subió & comenzó a jalarle el cabello mientras besaba & pasaba mi lengua animadamente por su mentón.

Edward no podía mantenerse sin hacer nada, le gustaba mantener la situación; así que cómo siempre, hizo que él quedase por encima de mí.
Esta vez, pasaba su lengua fría por mi garganta, eso me volvía frenética.

No aguanté mucho tiempo más.

Me deshice de las sábanas blancas que nos impedían una total conexión & deslicé suavemente mi mano hasta llegar a su punto débil & comencé a tocarlo.

Pude notar cómo Edward cerró los ojos al tacto & pasó de tener una respiración normal a entrecortada.

-Ponte boca arriba- le pedí ya que yo me encontraba por debajo.

Me hizo caso & sin complicaciones quedó esparcido por mi cama.

Nuevamente me acerqué a su punto débil & comencé a hacerle sexo oral.

Su rostro se debatía entre el placer & contenerse, pero ya era imposible.

Antes de que el ‘segundo round’ termine, me abalancé sobre él.

Apoyé mis manos sobre su pecho & dejé que me penetrara.

Comencé a moverme suavemente sobre él, pero poco a poco fui aumentando hasta que finalmente tuvo que desplomarme sobre Edward.

Comencé a respirar agitadamente al igual que él.

-Creo que jamás olvidaré esto- murmuró.

-Yo jamás podría olvidarme de ti- dije con una sonrisa.

De pronto, el sueño se hizo algo necesario.

Mis párpados comenzaron a pesarme & simplemente cerré los ojos, relajada mientras escuchaba la respiración de Edward cada vez más tranquila.

Me desperté por la mañana con el sol dándome justo en los ojos.

Tuve que frotarlos varias veces para cerciorarme dónde estaba, me sorprendió verlo aún ahí.

-Edward- le susurré mientras lo movía- tienes que despertar.

Él me ignoró, se dio la vuelta & siguió durmiendo.

‘Genial, Charlie sacará la pistola de su cinturón por vez primera’ me quejé en mi fuero interno.

-Charlie está viniendo para acá- le susurré en su oído.

Se despertó bruscamente & en el intento de levantare de la cama sólo logró caerse.

Yo rompí a reír, cuándo se puso de pie, me miró con el ceño fruncido.

-¿Él no está aquí no?- dijo fingiendo estar molesto.

-En realidad no- dije riéndome- siempre se va temprano a la comisaría & mamá salió con un par de amigas.

Él agachó la mirada aún serio & se puso su ropa interior, volvió a mirarme & de pronto comenzó a correr hacia mí para atacarme.

Salí disparada de la habitación & corrí desnuda por toda la casa, hasta que finalmente me atrapó & caí en el sillón de la sala, él se posó encima de mí.

-Jamás despiertes a un hombre así- murmuró & depositó un casto beso en mis labios.

Se levantó & me tendió la mano.

Mientras yo me bañaba, le pedí que se cambiara & me esperara en la cocina, que si venía René el dijera que había pasado a visitarme & no se quejó.

La ducha me sentó bien ya que no me había encontrado en las mejores condiciones.

Me coloqué unos vaqueros de jeans, una sudadera blanca con pequeñas florcitas bordadas color rosa muy claro, junto con unas zapatillas celestes.

Al bajar, mi novio se encontraba mirando la televisión en la sala, obviamente tenia la misma ropa que ayer.

-¿Qué quieres desayunar?- le pregunté.

-Lo que tú quieras amor- me dijo con una sonrisa en el rostro.

Me dirigí a la cocina & él iba detrás de mí.

Hice café caliente junto con unas tostadas.

Mientras desayunábamos, me dijo que todo estaba delicioso.

-Esto es tan perfecto- murmuró de la nada.

-¿A qué te refieres?- le pregunté.

-Todo lo que tiene que ver contigo es perfecto- me dijo muy sereno- Quisiera despertar cada mañana contigo.

El calor infaltable que cubría mis mejillas de color apareció de repente.

-A mí también me gustaría verte todas las mañanas a mi lado- admití con una mirada inocente.

-¿Y si nos vamos a vivir juntos?- me preguntó de repente.