Cap 2: Eterno Amanecer

CAP.2 – CUMPLEAÑOS EN ASCUAS

Bella POV

Disfrutábamos placidamente del día junto a mi arroyo. Edward había traído en su mochila un termo con jugo de naranja y sándwiches para mi. Las nubes se amontonaron con el viento y un leve haz de sol cayo sobre nosotros. Ver brillar a Edward era todo un espectáculo.

Toque su cara para cerciorarme que era real. El cerro los ojos y los tornasoles del destello caminaron por mi piel. Solo duro un instante, ya que nuevamente se volvió a cerrar dejándonos bajo esa luz gris. Se apoyo sobre su codo para observarme bien, y pareció algo dubitativo.

-Bella... te gustaría terminar el instituto? – y me sorprendió su pregunta. Pero causo una sonrisa automática en mi rostro.

-En serio? Podría? – se rió relajado

-Por supuesto! Iremos juntos si gustas y así tendrás tu diploma. Que te parece? – me apresure a dejar mi sándwich a medio comer para abrazarlo dichosa.


-Seria maravilloso! Pero ya empezaron las clases...

-No te preocupes! Estas adelantada a cualquier programa escolar y hasta octubre pueden admitirte. – y algo se prendió en mi cabeza haciendo que me sentara muy erguida en la manta.

-Nos casaremos antes, verdad? – y el también se sentó. No me gusto su gesto.

-Creí que te convertiría para casarnos y así no puedes ir a estudiar. Representaras un peligro para ti misma y para los demás como neófita. Ya lo habíamos hablado... Es solo un semestre, te lo garantizo! – me puse de pie de un salto y lo mire agitada.

-Un semestre? No! ...Y no me convertirás antes de casarnos! – También se puso de pie y comenzó a caminar detrás de mí, mientras lo hacia, molesta, de un lado a otro.

-Por favor, no te enojes! Es solo hasta junio y nos casaremos en julio o en agosto... En realidad es lo mismo – me detuve y gire a mirarlo enojada.

-Por supuesto que no es lo mismo! Seis meses bajo el mismo techo sin poder amarte como me gustaría? Seis meses mas con mi fragilidad a cuestas? Me estas jugando sucio Cullen! Ese no era el trato!

Inclino la cabeza seductor y me regalo mi sonrisa torcida favorita. Era un pícaro! Sabia que no podía estar enojada con el y estaba usando artillería pesada.

Avanzo hacia mi y deshizo el cruce férreo de mis antebrazos suavemente. Tomo mis manos y entrelazo sus dedos con los míos, atrayéndome contra su cuerpo. Deslizo su nariz por mi mejilla y suspiro levemente. Su aroma me inundo y me costo un triunfo mantener mi línea de pensamiento. Dejo suaves besos sobre mi rostro pero sin besarme la boca. Lo iba a matar!

-Amor... No te enojes! – Murmuro contra mi mejilla - Piensa en todo el tiempo que ganaremos! Ya con tu diploma podrás aspirar a la universidad que quieras, cuando quieras. Habrás terminado tu educación con la edad adecuada y después disfrutaremos de nuestra boda y de nosotros... Vamos! Piénsalo bien

Y la verdad que la propuesta era tentadora. Pero seis meses... Seis meses! Iba a sucumbir por combustión instantánea! Siempre me preguntaba como es que el lo lograba.

-Pero no me convertirás antes de casarnos... Quiero disfrutarte cuando aun soy yo, y me comporto como siempre. No pendiente de mi sed y de no se cuantas cosas mas! Ya lo habíamos hablado y quedamos que lo harías después. Lo prometiste! – le reclame.

El se inclino sobre mi cuello y empezó a besarlo suavemente. Estaba perdiendo la batalla. En realidad, ya la había perdido desde el momento en que me había sonreído.

-Eso es un si? – susurro en mi oído.

-Solo si mantienes el trato: Será instituto, boda, luna de miel como corresponde y conversión... En ese orden.- cambie de táctica y pregunte seductora - Tenemos un acuerdo Sr. Cullen?

Me deslice por su mandíbula dejando leves besos mientras me apoyaba contra su cuerpo con toda intención. Sus músculos se tensionaron al instante. Aproveche su indecisión para abrir tres botones de su camisa y besar lo que podía alcanzar de su pecho, logrando arrancarle un suspiro.

-Si, Srta. Swan. Tenemos un acuerdo.

Dejo mis manos sobre su cintura y paso las suyas por mi espalda, apretándome contra el. Nos miramos un segundo y nos fundimos en un beso conciliador y lleno de pasión. Mis manos volaron a su cabello y las suyas se deslizaron por mi columna. Tanto que quedaron sobre la parte superior de mi trasero. Era la primera vez que Edward hacia eso y me tomo un poco por sorpresa. Un leve gemido se escapo de mi boca y el aprovecho para acariciar mi lengua con la suya. Vaya! Estos besos acabarían conmigo.

Pero de pronto, algo sucedió. El se detuvo de inmediato y sus ojos se oscurecieron un poco. Algo estaba mal.

-Edward... que?

-Debemos volver a casa. Ahora mismo!- corrió a recoger nuestras cosas y la actitud tan cambiante casi exasperada, me asusto

-Fue... – y se acerco a mi y acaricio mi rostro.

-Lo siento! No debí ser brusco. Parece que tendremos problemas. Mejor volvamos cuanto antes.

-Como lo sabes?

-Recuerdas la lectura de mentes? Pues si conozco mucho a alguien puedo llegar a escuchar sus pensamientos en una distancia considerable. – y me asombre. Los pensamientos de quien llegaban así a su mente?

Recelosa me puse mi abrigo mientras el en un segundo ya había guardado todo en la mochila. Se la puso frente al pecho y me pidió que me trepara a su espalda.

Así volamos entre los árboles con el viento en mi rostro, que esta vez no escondí. Estaba mas que preocupada. Lo sentía tensarse cada vez mas a medida que nos acercábamos.

Al llegar, note que la casa estaba en silencio. Los encontramos a todos sentados en los sillones del living, incluso a Carlisle.

Edward entro y miro a su padre intensamente. Yo me quede muy quieta parada en la puerta mirándolos a todos. El se dio cuenta de mi actitud, se acerco, beso mi frente y me sentó junto a el en un sillón.

-Edward, tendremos visitas no aptas para Bella – dijo Rosalie y agradecí el gesto ya que alguien había recordado que no sabia que sucedía.

-Estas segura que será en tres días? – le pregunto a Alice y ella asintió.

-A menos que cambien de idea a mitad de camino.

-Carlisle, sabes quienes son?

-Por la descripción de Alice son los Vulturis: Jane y Alec, hermanos y mano derecha de Aro, junto a Dimitri y Félix. Ellos son de sus filas estratégicas: un rastreador y un ejecutor. – mi estomago se anudo y mis manos empezaron a sudar. Esto es por lo que nos habíamos ido de Chicago. Y todo era mi culpa. Mi voz se escapo en un susurro.

-Lo siento! Todo esto es por mi culpa! Si ustedes...

-No, Bella. Debemos tomarnos las cosas con calma y razonar a que vienen.- me respondió Esme dulcemente.

-Tu que opinas Carlisle? – pregunto Jasper y fue la primera vez que sentí su toque sobre nosotros.

-Si lo medito un momento y conociéndolos como lo hago, solo vienen a dejar sentado que saben lo que ha sucedido. Nuestra actuación ha sido prolija, sin rastros que los guíen a nosotros y sin testigos. Y ayuda mucho que esos hombres hayan tenido actividades criminales. Nadie fue mordido ni hay signo alguno sobre comportamientos propios de los de nuestra especie. Solo quieren ver hasta que punto nos ponemos nerviosos.

Jasper se apoyo en el respaldo del sillón y sonrió altaneramente. Lucio como si su expresión dijera "Si quieren batalla, la tendrán" y me dio escalofríos. Edward lo noto y acaricio mi espalda.

-Que debemos hacer? – pregunto Rosalie

-Solo seguir nuestra rutina y ser nosotros mismos. No hemos hecho nada condenatorio

-Que pasara conmigo? – pregunte.

-Previendo su llegada no estarás en la casa.-respondió Edward

-No, todo lo contrario! – Contesto Carlisle y Edward lo miro tenso – Ella debe estar aquí para que sepan que será tu esposa y que se unirá a nosotros. Si se lo ocultamos será peor. No intentaran nada. Estoy seguro!

Note el recelo en los ojos de Edward y en mi corazón. Vampiros bebedores de sangre humana cruzarían nuestra puerta en tres días. Y unos que hacían respetar las leyes vampiricas, sin importar lo que ello significase.

Y si... sin importar nada, me mataban igualmente? No podían aludir que siendo humana conocía de su naturaleza y encontrarlo como una violación?

Ahora mas que nunca mi conversión seria un hecho. Los Cullen deberán garantizar mi ingreso al mundo vampirico y eso me daba una tranquilidad particular. Edward tomo mis manos, entendiendo al igual que yo todo lo que esto significaba.

-Carlisle, tomaran de buena gana nuestras explicaciones?

-Hijo, tranquilo! Aro no hará nada sin que ellos nos vean. Y dudo mucho que el desee hacerme daño. Siempre hemos mantenido una relación de respeto y amistad.

-No les molestara que tu aquelarre haya aumentado en numero? – cuestiono Jasper.

-No tendría por que ser un motivo de alarma para ellos. Nosotros no tenemos aspiraciones "políticas", por decirlo de alguna manera. Estamos muy lejos de Volterra y solo somos nosotros siete llevando una vida casi normal en este pueblo.

-Ocho... – dijo Alice y todos giramos a mirarla, extrañados.

-Que quiere decir eso, Alice? – pregunto Esme

-Que seremos ocho... – contesto, mientras sus ojos se desenfocaban para volver a la normalidad. Extendió una sonrisa picara y relajada.

Se produjo un silencio incomodo pero la atmosfera se relajo inmediatamente. Jasper estaba empleando todas sus habilidades para calmarnos. Quien más me interesaba que se relajaba era Edward, cuya mente parecía perdida en algún lugar.

-Cambiando de tema, debemos terminar de organizar la fiesta de cumpleaños de Bella... no, Rosalie? – y todos sonrieron ante su obvia necesidad del cambio de tema

-Si, es verdad! Esme será mejor que vayamos a la cocina.

La reunión se deshizo y me retire a la biblioteca. Me senté junto a la ventana a observar el inicio del atardecer y Edward se unió a mi. Hizo que me levantara y me sentó sobre su regazo, rodeándome con sus brazos. Nos quedamos en silencio un buen rato.

-Estas preocupado? - y se inclino a besar mi frente.

-Por ti... No quiero que te angusties.

-Yo estoy bien, pero no me gusta verte así. – El sonrió y nos miramos intensamente a los ojos.

-Quien de los dos esta mas interesado en que el otro se sienta mejor? Nunca dejare de asombrarme contigo... Aunque debo reconocer que a veces no se como reaccionar. – y me reí.

Nos quedamos así hasta que se hizo de noche. Cene rodeada por la familia y mientras lavaba mi plato y mi vaso, Carlisle, Esme y Rosalie salían a cazar. En cambio, Jasper y Alice se sentaron en la galería abrazados para disfrutar de la noche.

Nosotros subimos a nuestro cuarto, me prepare para dormir y nos metimos en la cama: yo bajo las sabanas y el sobre ellas, para que no tuviera frío. Tuvimos una sesión de besos tiernos y me dormí profundamente. Estaba cansada.

La mañana siguiente amaneció levemente soleada. El aroma de las rosas de Esme fue mi primera sensación al despertar. Pero cuando abrí los ojos, encontré un enorme jarrón sobre la mesa junto a la cama. Llevaba una nota pegada que decía: "Feliz Cumpleaños, Hija! Te adoramos! Tu familia" y se me llenaron los ojos de lagrimas. Hace mucho que no tengo un cumpleaños así.

Recordé a mis padres y a mi abuela, cuando cumplí 6 años. Esa mañana me despertaron con el desayuno en la cama y el oso mas hermoso que había visto en mi vida. La sonrisa calida de mi padre acaricio mi corazón como si estuviera junto a mi.

Estaba por levantarme cuando la puerta se abrió para encontrarme con la maravillosa sonrisa de Edward. Traía una enorme bandeja de desayuno con un montón de cosas ricas. Pero su cara cambio automáticamente al notar la lagrima sobre mi mejilla. Apoyo la mesa de cama sobre el asiento del tocador y corrió a mi encuentro.

-Pero... que sucede? – y me envolvió fuertemente en sus brazos

-Nada, es que me emociono la nota sobre las rosas... y recordé también un cumpleaños de cuando era pequeña, cuando mis padres estaban juntos y también mi abuela. Solo una lagrima de emoción, no de tristeza – y levante la mano para acariciar su mejilla. El cerro los ojos y descanso sobre la palma, dejando un beso en su centro.

-Feliz Cumpleaños Bella! Agradezco a tus padres por haberte traído al mundo y así completar el mío! Pondré todo mi esfuerzo para que este sea un día feliz para ti. Te consentiré... – me sonrió dulcemente y fue reciproco.

-Gracias! Quieres consentirme? – y se rió bajo. – pues bésame, entonces.

Tomo mi rostro entre sus manos y me beso. Primero breve y dulce para terminar sucumbiendo en la boca del otro con pasión. Lleve mis manos a su cuello y a su pelo, y me deslice hacia abajo en la cama. Mi boca avarienta intentaba provocarlo en cada suspiro, en cada roce... Termino de descansar sobre mi, y sentir el peso de su cuerpo sobre el mío era algo maravilloso!

Mi mano se dirigió sola hacia los botones de su camisa y los desabrocho, acariciando su pecho. Su queja en mi boca no tardo en salir. Giro sobre su espalda y me dejo sobre el, con mantas y todo. Sostuvo mi cara un segundo y su mirada era oscura e intensa, para luego besarme nuevamente.

Sus manos resbalaron por mi espalda y se apoyaron sin titubeo sobre mi trasero, empujándome contra el. Ahora la que gemí fui yo. Lo sentí entregado a nuestras caricias como pocas veces, cuando alguien toco a la puerta. Eso nos sobresalto y el momento se había perdido. Enterré mi nariz en su cuello y el lo hizo en el mío con las respiraciones agitadas, intentado volver a la normalidad.

-Bella... Feliz Cumpleaños! Puedo entrar? – era Alice.

-Un momento! – dijimos los dos a la vez y al mirarnos nos reímos. Además sabia de sobra que mi cuñada no solo podría habernos escuchado, sino haber tenido una visión de lo que estábamos haciendo y eso genero automáticamente que me ruborizara. Edward soltó una carcajada. Se levanto y mientras se abrochaba la camisa, yo acomodaba la cama y volvía a acostarme en ella. Edward dejo la bandeja frente a mi y solté el "puedes pasar".

Alice tenia una sonrisa picara y juguetona que primero se clavo en Edward y luego en mi, haciendo que mi rubor se acentuara aun mas y lograra que me sintiera realmente avergonzada.

-Feliz cumpleaños, amiga y futura hermana! – y extendió un sobre hacia mi. Lo tome y dentro había una llave pequeña y dorada con una cadenita de eslabones dobles y brillantes. – es para que luego la uses para abrir tu sorpresa. Es de parte de Rose, Esme y yo.- y logro que sonriera.

-Muchas gracias pero no era necesario!

-Por supuesto que si! Ya veras que si! – y se rió. Giro la cabeza para mirar a Edward quien también se rió.

-Esta bien, esta bien! Ya te dejo con ella. – se acerco a mi, me beso en los labios y salio de la habitación.

-Ahora yo soy la que te consentiré! – y el comentario volvió a ruborizarme.

A continuación todos desfilaron por la habitación para dejarme un beso antes de partir a sus tareas. Carlisle impecable al igual que Esme dejaron un abrazo y un beso, Jasper también y Rosalie, con una gran sonrisa, fue la ultima en entrar y darme un abrazo.

Cuando termine de desayunar, me llevaron al tocador e iniciaron lo que en el futuro se repetiría en numerosas ocasiones. Me sentí como una muñeca con la que juegan las niñas.

Prepararon un baño de inmersión breve con sales y rosas. Luego me hicieron los pies, las manos y me depilaron. Todo un tratamiento de belleza y el primero para mi. En medio de todo eso, Esme me alcanzo una sopa excelente y una ensalada y luego ellas continuaron.

Al terminar con el tratamiento, una caja con un gran moño me esperaba sobre la cama. La tarjeta decía: "De Jasper y Carlisle, con la aprobación del novio y la ayuda de las damas de la casa. Feliz cumpleaños, Bella!".

Dentro había un bello vestido color durazno en gasa de seda con bordados en el mismo tono. El escote en v pronunciado tenía un gran cuello que rodeaba el escote y formaba un leve volado que a su vez caía sobre los hombros. Era al cuerpo y bajo la traslucida gasa llevaba un vestido con finas tiritas, en satén del mismo tono. Era hermoso! Me lo puse y me quedaba perfecto!

Mis cuñadas arreglaron mi pelo con típicas ondas y lo dejaron suelto. El maquillaje suave solo con mascara de pestañas y un labial al tono del vestido, lo mismo que los zapatos hacían que me viera realmente increíble! Aun no podía creer que era yo. Y así se había pasado casi todo el día. Eran las 7 de la tarde cuando bajamos a lo que seria mi celebración.

Me encontré con la casa llena de flores, velas encendidas que despedían suaves aromas a lavanda y a los hombres de la casa en traje, charlando animados de pie, en la galería. El clima era de total distensión.

Al bajar, Edward vino a mi encuentro con una gran sonrisa y los ojos llenos de orgullo y deseo al observarme. Que podía hacer mas que ruborizarme?

Todos volvieron a dejarme un beso y fui del brazo de Edward hacia el comedor. Estaba iluminado por las dos hermosas arañas de caireles que había sobre la mesa. Sobre ella también había dos candelabros de tres velas a cada lado y en el centro, un arreglo de rosas de todos los colores. Las paredes y las sillas eran blancas con delicados tapizados en seda. Sobre la mesa, el mantel de encaje con bellos calados parecía estar acorde con los ribetes de los espejos en los extremos de la habitación.

La mesa estaba arreglada con copas de cristal y vajilla de porcelana para cada uno de nosotros. Me había quedado sin palabras.

En el extremo se sentó Carlisle. Esme a su derecha y Rosalie a su izquierda. Jasper junto a Rosalie y Alice y yo del mismo lado que Esme y Edward en la otra cabecera. Estaba tan emocionada!

El único plato que se sirvió fue el mío. La cena de cordero en una salsa oscura con papas y manzanas asadas fue absolutamente delicioso. Tome una copa de vino y eso me mareo un poco, pero nada grave. No estaba acostumbrada. Había vivido en un bar pero no sabia beber. Una paradoja!

Luego nos retiramos al living para la sobremesa, entre risas y anécdotas, cuando aparecieron las chicas con una torta con 18 velitas encendidas, bañada en chocolate y con rosas rojas sobre un lado. Jasper destapo champagne y sirvió las copas mientras pensaba mis deseos, que no podían ser mas claros: Casarme con Edward, ser convertida y hacerlo feliz por toda la eternidad.

Sople con fuerza y todos aplaudieron. Con una copa en la mano, todos brindaron por mi y no solo eso, bebieron en mi honor. Luego llegarían los regalos, aunque no sabia que aun faltaran.

Alice me entrego una caja de cartón preguntándome si tenia mi llave, y la había dejado sobre un mueble cuando bajamos de mi cuarto. La tome y se la mostré para luego sentarme en el centro del sofá entre ellas.

Dentro había un gran caja de madera grande pintada a mano. Su base era color crema y tenia las mas hermosas rosas sobre la tapa. Alice, Esme y Rosalie me alentaban a que lo abriera y dentro encontré un álbum de tapas firmes con muchas hojas y con el mismo diseño de la caja.

Cuando lo abrí la primera hoja decía: "Boda de Edward y Bella". Y a continuación había muestras de telas para mi vestido, dibujos de arreglos florales, listas de valses y música para la fiesta, y muchos bosquejos de trajes de novia, de damas de honor... todo lo que es necesario para organizarla.

Me sentí abrumada por la suma de emociones que se generaban en mi. Con lagrimas en los ojos no pude mas que decir "gracias" porque las palabras apenas salían de mi boca. Abrace a cada una y una Esme muy emocionada me retuvo en el abrazo. Cuando estaba volviendo en mi y nos reíamos de mi reacción, note que Edward estaba de pie junto a la chimenea. Sus ojos iluminados como dos faros me llamaban... Estiro su mano y después de enjuagar mis lagrimas me acerque a el.

-Mi amada Bella, aquí frente a mi familia deseo darte tu regalo de cumpleaños. Nos remontaremos unos meses atrás cuando decidimos jugar a que estábamos casados para que pudieras salir un poco. En ese momento te di este anillo. – Y levanto mi mano izquierda y retiro el anillo, poniéndolo en la derecha-. Nunca olvidare ese momento porque tus ojos brillaron maravillosamente y tuve que hacer un gran esfuerzo por no ser yo quien lo dejara en tu dedo. Aun me negaba a reconocer que estaba enamorado de ti – y mis emociones ya me estaban jugando una mala pasada: mi corazón latía desbocado y mis ojos no tardarían en llenarse de lagrimas.

-... y finalmente después de todo lo que hemos vivido, nos encontramos aquí, 9 meses después de nuestro encuentro para celebrar tu cumpleaños 18. Y ahora si estoy en condiciones de hacer esto como es debido y como te mereces.

Dio dos pasos hacia atrás, saco algo de su bolsillo, y se inclino sobre una de sus rodillas. Mi corazón golpeo fuertemente y pareció detenerse al igual que mi respiración. Alice se inclino un poco y susurro "respira, Bella" y así lo hice.

-Isabella Swan, desde que entraste en mi vida mi mundo todo ha cambiado, y me has devuelto mi humanidad y mi corazón... – y mis ojos inundados no aguantaron- Me darías la mayor de las dichas y me harías gran honor de convertirte en mi esposa... mi compañera para toda la eternidad?

Y no pude mas que decir tímidamente "Si" con el poco aire que conservaban mis pulmones. Al mismo tiempo, el deslizaba sobre mi dedo un hermoso anillo antiguo y ovalado, cuyos destellos brillaban tanto como Edward bajo el sol. Se puso de pie y me abrazo para besarme, no sin antes susurrar "Te amo", a lo que respondí de igual en la habitación aplaudieron y me sentí feliz.

"Este era el anillo de mi madre y me hace muy feliz que te quede perfecto. Estaba destinado para ti" me dijo. Y nos abrazamos mientras yo emocionada, no sabia que mas decir.

Fue el día mas feliz de mi vida. Dudaba que lo olvidara alguna vez y así terminamos la noche. Felices y risueños, para después dormir enredada en sus brazos.

Ahora solo quedaba esperar... Esperar lo mejor para nuestro futuro no sin antes tener que pasar por una prueba mas: la visita del los Vulturis.