Cap 10: Sexualmente Activos

Entre sueños y realidades

-No sabes cuánto tiempo te he esperado- dijo mientras depositaba un dulce beso en la punta de mi nariz.

Poco a poco comencé a sentir el calor que recorría mis mejillas & hacía que me ruborizara.

¿Acaso esto era un sueño? Uno muy bueno, definitivamente; pero se me hacía tan imposible pensar en que acababa de tener relaciones con un tipo cómo Edward en medio de una plaza en medio de la noche.

Edward estaba a punto de abrazarme, cuando pude percatarme en dónde se hallaba mi vestido, tirado junto a un árbol al menos a unos 5 metros de distancia.

Salí disparada hacia la dirección en la que se encontraba & me lo coloqué.

-Será mejor que te vistas, está amaneciendo & no creo que quieras que nos encuentren desnudos en un lugar público- le atajé.

Su sonrisa de satisfacción se volvió en un ceño fruncido de un momento al otro, cómo si le hubiera pinchado la burbuja.

-¿Qué?- dije sorprendida.

-¿Acaso no me permites abrazarte por última vez?.

-Te veré mañana- bufé- Bueno… en realidad en un par de horas.
-Te extrañaré ese par de horas que no estés conmigo, mínimamente quiero un abrazo tuyo Bella.

Tuve sexo con él, ¿Qué diablos me impedía no abrazarlo? Si la necesidad del roce de nuestros cuerpos era mutuo.

Ladeé la cabeza de un lado a otro, cómo si eso pudiera aclarar mis pensamientos & caminé nuevamente hasta el lugar dónde él se encontraba.

Una pequeña sonrisa curvó su rostro e instantáneamente elevó ambos brazos & los estiró a la perfección para poder abrazarme.

Puso sus manos en mi cintura & las mías sobre su cuello mientras apoyaba mi cabeza contra su pecho.

-Podría acostumbrarme a esto- murmuró.

-Ya veo que sí- coincidí sonriente.

Nos despedimos con un suave roce en nuestros labios, con la promesa de que a partir de hoy todo sería mejor.

Le pedí por favor que me dejase ir a casa sola & aceptó a regañadientes, tomé mis zapatos en manos & caminé hasta llegar a casa.

Exhausta abrí en silencio la puerta principal de casa, deje las llaves en la mesita ratona & subí los escalones para llegar a mi cuarto.

Me quité la ropa & me tiré en ropa interior, estaba realmente cansada.

Sonreí cuándo las imágenes de Edward cruzaban mi mente, hasta que me dormí.

Me hallaba en el bosque de Forks bajo la lluvia, ¿Qué diablos hacía en ese lugar?.

-Te lo dije- escuché entre los árboles.

Todo estaba oscuro & no podía distinguir nada, tendría que haber salido corriendo; me hallaba lejos de casa, sola… pero no lo hice.

-Te lo dije- volvió a susurrar aquélla voz.

-¿Quién está ahí?- dije firmemente, intentando que no se delatara la histeria en mi voz.

De repente, Edward salió de entre las sombras.

-¿¡Edward!?- resonó su nombre en mi voz ahogada.

-Te lo dije- su mirada estaba ausente, no me miraba a mí; miraba detrás de mí.

-¿Qué sucede Edward? Tienes que decirme.

-Yo sabía que te encontraría.

-¿De qué diablos estás hablando?- pregunté algo irritada.

-¡Tienes que salvarnos!- gritó asustado.

-¿De quién Edward, de quién?.

Pestañé & cuándo volví a abrir mis ojos, él ya no se encontraba conmigo.

Abrí los ojos en la penumbra e imágenes difusas comenzaron a divagar en mi mente, shockéandome & haciéndome marear.

Pude recordar aquélla primera vez que soñé con Edward Cullen.

¿Acaso esto era una mala broma?.

Las imágenes eran tan vívidas que parecían reales, & temía que fuera así.

Me levanté abruptamente de la cama & me di una ducha fría para despertarme.

Siquiera me quité la ropa interior, estaba demasiado aturdida para reaccionar.

No sé qué diablos estaba pasando, pero evidentemente Edward Cullen tenía algo que ver en todo esto & lo averiguaría tarde o temprano.

Me saqué mis ropas mojadas, me coloqué una sudadera & unos vaqueros; visualicé por la ventana que era de noche; había perdido toda una tarde.

Bufé exasperada.

Tomé mi bolígrafo & mi bloc de notas, comencé a escribir:

‘Mamá, tengo cosas urgentes que hacer con Ángela; es sobre los exámenes, lo siento.

Antes de que llames a papá regresaré, lo verás & no te preocupes, sé cómo eres, estaré bien.

Te quiero.

Bella’.

Arranqué la hoja & la doblé cuidadosamente, bajé las escaleras & la dejé sobre la encimera de la cocina, Renee volvería en una hora del jardín & leería la nota.

Le mandé un mensaje de texto a Ángela diciéndole que si llamaba mi madre dijera que estaba con ella & aceptó sin pretextos, sí que era una amiga sincera.

Comencé a caminar hacia el apartamento de Edward.

¿Y si mis sueños sólo eran sueños & Edward era tan sólo un adolecente más? No importaba, tendría que averiguarlo.