Cap 25: Seras Tú .. Siempre

CAP.25: EL VIAJE

Bella POV

Alice y Esme hablaban sin parar y me mostraban todo lo que habían hecho. Realmente era mucho trabajo! Pero en tres días partiríamos para Londres. Wow! Estaba muy entusiasmada y eso producía en Edward una gran alegría. Y tenia sus consecuencias, ya que los dos estábamos de un muy buen humor, divertidos, amorosos... felices, bah!

Edward finalmente arreglo que estaríamos 6 días en Londres, de los cuales dos eran para su conferencia, 4 en Paris y 4 en Roma. Y para volver a casa, haríamos conexión con Barcelona, donde nos quedaríamos 3 días y luego a Madrid, por otros 3 días más. Era soñado y mas si íbamos a estar juntos.

Había hecho un acuerdo con mi editor, el Sr. Peters, para que me diera las vacaciones pendientes casi sin aviso. Me puso cara de pocos amigos cuando fui a hablar con el, pero lo consideraba una oportunidad única. Le prometí que haría la columna de sociales por el tiempo que restaba hasta que me casara a cambio consentir mi viaje. El se rió muy fuerte y dijo que aceptaba. Así que estaba todo solucionado.

Todavía debía elegir la ropa que llevaría. Estuve revisando el vestidor, y ahora que iba a ser la esposa del Dr. Cullen necesitaría tener algunos atuendos mas arreglados, formales pero femeninos.

En cuanto Alice respirara para volver a hablar, le pediría que me asesorara bien. Quería que Edward se sintiera orgulloso de mi y se jactara de su prometida. Seguro que llevaría mucho equipaje!



Esme POV

Esta mañana nos levantamos temprano. El día estaba espantosamente frío y ventoso. Tenía una lista interminable de cosas para hacer. Entre ellas conseguir un nuevo florista.

El Sr. Meyer se cayó de una escalera y se rompió una pierna en dos partes. Tiene programadas dos cirugías y cancelo todos sus pedidos. Así que una idea salto en mi cabeza. Pero era algo que debía arreglar personalmente, previa consulta con Alice.

-Buen día hija!

-Buen día mama! Como estas?

-Con muchas cosas! Pero necesito decirte algo.

-Soy toda oídos!

-Perdimos a nuestro florista. – y cerré los ojos esperando la explosión

-Que? - y a continuación fue una de gritos y amenaza de demandas que no podía creer. Siempre tan dramática!

– Aliiiiiiice! Basta! Creo que tengo la solución – ella respiraba agitada

-Cual?

-Voy a pedirle a Rene que haga todo. – Silencio. No sabia como interpretarlo.

-Mama, por favor, no te metas en asuntos que no son tuyos! Bella se va a enojar!

-Conmigo? No lo creo!

-Mama...

-Incluso ella no vio las muestras todavía! Solo debemos presentárselas y ella no sabrá quien es el florista. Seguirá pensando que es el Sr. Meyer.

-Nos vas a meter en líos! – exclamo y se cruzo de brazos.

-Me cuesta aceptar la idea de que esa mujer se pierda los preparativos de la boda de su única hija, Alice! Tendrías que escucharla llorar cuando hablo con ella en el teléfono.

-Pues tendría que haberlo pensado antes! – y se tiro en la silla mas cercana sin convicción.

Bueno, tanto hablamos que si, que no, que termino dándome el gusto. Y hasta la convencí para que manejara hasta Forks.

Al llegar, estaba aun más frío y gris que Seattle. Alice no se quiso bajar de la camioneta. Solo lo haría si ella aceptaba. Así que tuve que enfrentar esto sola.

Abrí la puerta y el carillón hizo mas escándalo que el que se supone. Había dos empleados, cada uno con un cliente diferente a ambos lados del salón. A ella no la veía por ninguna parte. Uno de los hombres se libero y vino a buscarme.

-Buenos días señora Cullen! Que puedo hacer por Ud.?

-Buenos días, Paul! En realidad, necesitaba hablar con Rene. Ella esta?

-Si, esta en el invernadero. Quiere que la vaya a buscar?

-Preferiría que me guíe, así hablo con ella.

-Venga por aquí, por favor.

La parte posterior de la tienda era un gran tinglado lleno de verdes por todas partes: plantas colgadas, en estantes, en macetones, y las flores, alineadas como en un desfile militar. Ella estaba trabajando en los rosales. Se quedo de una pieza al verme, e inmediatamente se acerco quitándose los guantes. Nos saludamos con un beso en la mejilla.

-Buen día, Rene!

-Esme! Que gusto verte! Todo esta bien?

-Si y no. Por eso venia a verte. Necesito tu ayuda – pareció sorprenderse

-Ok. Pero puedo preguntarte si Bella esta bien?

-Oh, si! Esta muy bien! Debe estar llegando a Londres con Edward. Fueron a una conferencia y se quedaban a pasear unos días. – Rene sonrió honestamente.

-Me alegra! Siempre quise que viajara y conociera el mundo mas allá de este lugar.

-Bueno, volviendo a lo nuestro: Te enteraste lo que le paso al ?

-Si, pobre hombre! Espero se recupere bien.

-Bueno, el era quien iba a hacer nuestros arreglos para la mesa y el salón, la ceremonia y el ramo.

-Entiendo! Quieres que te recomiende a alguien... – y me reí.

-No! Deseo que tu lo hagas! – ella pestaño muy rápido mirándome como si estuviera loca.

-Bella sabe que estas aquí?

-No. Pero... no te gustaría realmente hacerlo? – y ella sonrió, emocionada, de oreja a oreja

-Claro que si, pero ...

-Pero nada! Será nuestro pequeño secreto! No debes decirle a Charlie tampoco. Se que se reconciliaron. Me lo contó Edward – y ella se sorprendió una vez mas.

-Como es que mi esposo y tu hijo se han hecho tan buenos amigos?

-Tu sabes la respuesta! – ambas nos miramos a la vez y dijimos al unísono.

-Bella!

Nos reímos animadas. Sabíamos que nos estábamos metiendo en un lío tremendo pero no nos importaba. Conozco a Bella y a su noble corazón. Estoy segura que en el futuro se alegrara que ella preparara las flores.

Llame a Alice y en dos minutos estaba ahí con nosotras, con un carpetón en la mano. Nos metimos en la oficina para mostrarle a Rene nuestras ideas, los colores y la forma que Alice había diseñado para cada arreglo. Ella no hacia mas que sonreír y entusiasmarse con la idea. Consensuamos en que las flores serian todas en la gama del rojo. Cuando llegamos al ramo, se quebró muy emocionada. No podía creer que lo estaba armando para su hija. Fue conmovedor!

Edward POV

El viaje fue bastante placentero. Por suerte era un vuelo directo: detesto las escalas. Pero después de diez horas de viaje entrar en el hotel fue una bendición.

Nos alojaríamos en el "Marriot Hotel County Hall" y había pedido una suite, con buena vista y esta tenia vista al Támesis y al Palacio de Westminster. Era muy confortable y espaciosa, con área de living y para cenar. La vista era maravillosa. Adoraba la carita de Bella. Verla tan contenta hacia que el alma no me entrara en el cuerpo.

El botones dejo nuestro equipaje y se retiro después que le diera su propina. Escuchaba un ruido raro que provenía de la habitación, y me encontré que era Bella saltando sobre la cama como si tuviera 4 años. Me apoye en el marco de la puerta y me reí. Serian imágenes mentales que guardaría toda la vida.

Quise sorprenderla abalanzándome sobre ella y muy hábil salto de la cama, gritando como una nenita, obligándome a correrla por todo el lugar. Era muy divertido!

Cuando la alcance y la tire en el sofá, agitados los dos, ella me sorprendió otra vez, porque me beso ferozmente. Vaya! Parecía que había hecho algo bien.

-Mmm... Debo llevarte de viaje mas seguido! – y ella se rió, atrapándome entre sus piernas y sus brazos. Me puse de pie con ella agarrada a mí y la lleve a la habitación, sentándome en la cama. Ella besaba mi cuello, incitándome a cada segundo más y más

-Gracias! – y me miro, contenta.

-Por que?

-Por pedirme que viniera contigo! – y me beso muy dulcemente en los labios – Hoy tienes algo que hacer?

-No, ya me acredite on line. Así que soy todo tuyo! – ella me miro picara.

-Quieres darte un baño?

-Ahora? – y ella empezó a besarme suavemente, pero cada beso era mas provocativo que el anterior. Acariciaba mi boca con la suya, dándome escalofríos. Jugaba conmigo.

-Ahora! – y seguía besándome y mordiendo el lóbulo de mi oreja.

-Creí... que tenias otras intenciones... – susurre y ella se rió.

-Y quien dijo que te ibas a bañar solo?

Salto de mi regazo y empezó a desvestirse delante mío. Me apoye sobre mis manos para observarla en ropa interior. Era realmente hermosa y era mía! Camino hacia el baño moviéndose sinuosamente con toda intención y al llegar a la puerta, de espaldas a mi, desabrocho su corpiño y lo sostuvo en alto.

-Dr.Cullen?

Y me saco de mis pensamientos para ir tras ella, mientras también me desvestía. El baño era enorme, en mármol travertino y acero inoxidable. El agua salía caliente y llenaba la habitación de vapor. Quemaba la piel, aunque mucho mas me quemaban sus caricias. Tomo su ropa interior y le agrego jabón para pasarla por todo mi cuerpo.

El juego se estaba tornando cada vez más difícil y me deje llevar, hasta que ya no pude más. Nos convertimos en una maraña desaforada de besos y caricias bajo el agua caliente. Sus manos corrían por mi cuerpo y me apretaban contra ella. Mi boca, mi lengua en la suya... parecían no bastar para expresarme y expresarle mi amor.

Nuestra piel resbalaba entre si, producto del jabón y el agua. La sensación era increíble! Apresada entre la pared, y mi cuerpo, mi mayor satisfacción era escucharla decir mi nombre en un susurro, al llegar al clímax. Como amaba a esta mujer!

Terminamos en la cama, húmedos todavía, para una segunda ronda, seguida de una breve siesta. Al levantarnos, salimos a caminar y a comer algo por ahí. Serian alrededor de las 6 de la tarde y estábamos hambrientos.

Todavía nos duraba la resaca de la pasión de hace unas horas, sin importar lo cansados que pudiéramos estar del viaje en avión. No sentamos en una especie de restaurante muy agradable, "The Bountiful Cow", y pedimos unas cervezas y unas hamburguesas.

Mientras esperábamos la orden, el mozo ya había traído nuestras cervezas. Brindamos y después de un sorbo, Bella empezó a acariciar mi mejilla muy dulcemente. Me miraba con una ternura especial, que me conmovía profundamente.

Aunque estábamos en publico, no pude evitar inclinar mi cabeza y besarla. Ella me retuvo y el beso se volvió apasionado. Parecía querer continuar con la provocación de esta tarde. Definitivamente, Londres había desinhibido a Bella.

Respondió a mis besos con leves quejidos y suspiros que me hacían mucha gracia. Maldije la hora en que no comimos en el hotel! Nos mimábamos entre besos y risas, cuando una voz nos saco de nuestra burbuja.

-Edward? – y no podía creer mi suerte.

-Tanya!