Cap 23: Seras Tú .. Siempre

CAP.23: PREPARATIVOS

Bella POV

Amanecimos acurrucados bastante tarde. Eran cerca de las 10 de la mañana. Es que la noche había sido álgida y nos dormimos de madrugada.

Todavía me impactaba despertar a su lado. Soñé este momento tantas veces! Me acerque y me apoye sobre su pecho, escondiendo mi cara bajo su barbilla. Me encantaba ese rincón. El suspiro y me rodeo con sus brazos.

-Buenos días! – y bese su cuello, a lo que me apretó todavía mas contra el.

-Buenos días! A esto llamo yo un despertar feliz! – paso su mano acariciando mi cabeza y yo levante la cara para besarlo.

-Mmm...

-No es bueno que hagas eso - susurro

-Ah, si? Y por que no? – dije desconcertada



-Porque provoca en mi que haga esto...

Y me aprisiono bajo el para besarme. Primero muy tiernamente: su boca entreabierta, logrando el mismo efecto sobre la mía, para luego morder mi labio inferior. Sus manos se deslizaron por mi espalda apretándome más contra el, quedando piel contra piel.

Volvíamos, en un momento, a desatar toda la pasión, pero lo que era mas importante, todo el amor que nos teníamos. Cada caricia, cada suspiro, cada beso era motivador. Sus manos deslizándose por mi cuerpo, haciéndome vibrar... Solo el podía lograr eso en mi.

Los días y las noches eran solo diversión, relax y pasión. Hacíamos largas caminatas por el bosque y en más de una oportunidad caminábamos hasta la mansión.

Planeamos miles de cosas, pero por empezar, volveríamos a la ciudad una semana antes, porque nos mudaríamos juntos. Debía retomar mi trabajo y hacer un control medico, y El, volver al hospital. Seria duro al principio debido a sus horarios, pero nos acostumbraríamos.

En general almorzábamos en la mansión en familia. Disfrutábamos jugando con los mellizos, que eran unos solcitos, así los padres tenían un momento para ellos. Era extremadamente tierno ver a Edward jugar con los bebes. Seria un maravilloso padre.

Por las tardes, me la pasaba con mi cuñada y mi suegra haciendo arreglos para la ceremonia. La boda seria sencilla, sin damas de honor, solo nuestras familias y amigos más cercanos. Nos casaríamos el sábado 13 de Mayo en el "Crescent Lake Lodge". Nosotros siempre pasábamos por ahí cuando acampábamos en el lago y era un lugar hermoso. Teníamos poco tiempo, pero mi suegro uso sus influencias para conseguirnos ese día. Alice y Esme diagramaban, y se la pasaban en el teléfono todo el tiempo.

El Lodge era fantástico y Alice ya había diagramado como estaría dispuesta la glorieta del parque, las sillas y la alfombra que guiaría a los invitados al salón en su interior. Los que vinieran de la ciudad, se quedarían a dormir allí. Eso estaba todo resuelto.

Mi padre hablo con varios proveedores en la zona. Tenía un contacto en la imprenta local y las invitaciones estuvieron listas en 3 días. Eran sencillas pero me emocione mucho al verlas.

Estos días estaba más sensible de lo normal. Edward se reía y me consolaba llenándome de besos, que obviamente borraban toda lágrima.

También consiguió los datos de un florista en Port Ángeles. Esme fue la que hizo los arreglos y seria quien haría los centros de mesas para la recepción y mi ramo. No iba a llamar a mi madre! El catering ya había sido contratado también por Esme. Traerían todo de Port Ángeles incluido la mantelería, los mozos, la banda y el DJ, con el que nos reuniríamos esta semana, además del pastelero que haría nuestra torta. Nunca me imagine que sería tanto trabajo!

Emmet armo todos los planos para nosotras en un pizarrón magnético, para que moviéramos todo de lugar a nuestro antojo.

Alice se desilusionó un poco al no poder hacer mi vestido: no había tiempo. Ella decía que para hacerlo, debíamos viajar a Milán a comprar telas para luego diseñar y confeccionar. Esta chica estaba loca! Yo quería algo sencillo y ella se lo tomaba como si fuera una boda de la realeza.

Quedo conforme cuando elegimos un hermoso vestido de "Vera Wang" que, para mí, es absolutamente perfecto. Lo hicimos traer en avión y casi no tuvimos que hacerle arreglos. La tarde en que llego, Alice echo a Edward para que no lo viera, según la tradición. Me calzaba perfecto, solo Alice debía tomarlo un poco en la cintura. Rosalie sonreía encantada.

Al verme vestida, Esme se puso a llorar. Amaba a esta mujer! Siempre tan tierna conmigo! Se levanto de la habitación y salio apurada. Entre las tres nos miramos preocupadas, para luego estar sorprendidas. Ella volvió sonriente con una caja en la mano, relativamente pequeña, de color celeste.

-Bella, tú sabes que las novias deben cumplir tradicionalmente con 4 cosas...

-Si: algo nuevo, algo viejo, algo prestado y algo azul.

-Bien! Si te gusta y solo si te gusta, me gustaría que esto fuera lo viejo.

Abrió la caja, desplegando capas y capas de papel de seda, para dejarnos ver el más hermoso tul que yo haya visto en mi vida! Era bordado en tul ilusión y semitraslucido. La pequeña y sencilla guarda de flores que lo bordeaba era absolutamente delicada.

-Este es el tul que use el día de mi boda. – Y abrí los ojos muy grandes - Veras, cuando Rosalie se caso, su vestido y ceremonia fueron muy modernos. No combinaban con el. En su lugar uso mis guantes de encaje y la breve tiara que lleve. – Fui a replicar y ella levanto una mano como para que me detuviera – Alice usara mi vestido de novia el día que se case... –se giro hacia ella y le dijo con gracia- Que espero sea pronto! – y las tres nos reímos.

-...Se lo probo y le queda perfecto, pero en ella el velo la hace ver muy bajita, así que desistió de el. Me encantaría que lo uses! Así puedo compartir algo de mi boda con mi hijo también.

La abrace, conmovida. Cuando nos dimos cuenta, Alice y Rosalie también estaban emocionadas y se abrazaron a nosotras. Al ver el estado en el que nos hallábamos, terminamos riéndonos.

Alice trajo un gancho para el pelo e improviso un peinado recogido, para luego sujetar el velo. Me pare frente al espejo, y el reflejo me devolvió a una mujer muy emocionada. Nunca lo hubiera imaginado! A mi espalda, tres Ángeles me miraban complacidas, con una gran sonrisa.

Nunca realmente pensé que me iba a sentir tan movilizada en un día como hoy! Quería salir corriendo para que Edward me viera, pero eso no seria hasta dentro de unos meses. Esto era una cosa menos para resolver, y el vestido se quedaría aquí, ya que volveríamos a la casa antes de la ceremonia.

Estaba cansada y solo tenia unos días más. Luego todo lo resolveríamos por móvil o correo electrónico porque volvíamos a Seattle. Pero estaba feliz! Las noches eran solo nuestras, alejados de todo llamado o problema. Aunque hay una noche que fue diferente.

Estábamos sentados en el sofá frente a la chimenea. El me sostenía abrazada sobre su pecho, mientras jugaba con un mechón de mi pelo, y yo hacia lo mismo con el vello de su pecho. La noche era tranquila, y solo se escuchaba el crepitar de la madera en el fuego y la música de fondo.

-Amor... –pregunto el

-Mmm...

-Que vas a hacer con tu madre? – y me sorprendió que sacara el tema

-Nada...

-Nada? No te parece que seria correcto que le contaras que nos casaremos? No es acertado que se entere por un tercero. -Me enderece en mi asiento y lo mire. No podría creer que el me planteara una cosa así.

-Me lo estas preguntando en serio?

-Por supuesto – y me senté derechita al otro lado del sillón.

-Edward creí que ya habías entendido! Yo no quiero decirle, no quiero que este presente en los preparativos ni nada. No quiero que participe de mi vida en este momento!

-Pero sabes que no esta bien!

-Y estuvo bien que ella nos manipulara y nos mintiera para separarnos? Y fue "acertado" que me dejara sufrir cuando podía arreglar las cosas? – El se sentó derecho y meneo la cabeza

-No...

-Y entonces?

-Amor, eso es parte del pasado ya. Míranos Bella! Estamos juntos, nos amamos, estamos haciendo planes para una vida juntos! De que sirve sostener todo esto?

-No quiero hablar mas del asunto! – y me pare frente a el de espaldas a la chimenea

-Bella, debes perdonar y olvidar! Lamentaras en el futuro que ella no haya estado contigo ese día!

-No! – y camine al otro lado del cuarto. El me siguió queriendo abrazarme y no lo deje

-Bella...

-No! Te he dicho que no!

-Si

-No!

-Como puedes ser tan terca!

Y eso fue la gota que rebalso el vaso. Camine apurada hacia nuestra habitación y tome una almohada y una manta. Volví a paso firme hacia el living y se los tire en la cara. Regresé apurada al cuarto y cerré de un portazo. Esta noche dormiría en el sofá.

Me puse mi camisón y me metí en la cama todavía enojada. El viento mecía los árboles y yo no paraba de dar vueltas. La cama me parecía gigante y fría sin el.

No pude aguantar ni una hora, que lo fui a buscar para pedirle perdón. Era una tonta al enojarme con el por culpa de mi madre. No iba a permitir que ella fuera la causante de una discusión con Edward. El quería hacerme entender que si no la incluía, me arrepentiría mas adelante. Pero le pedí que por favor, no insistiera.

Bastaron dos "por favor" con mi mejor cara, para que el terminara cediendo y reconciliándonos de la única manera que sabíamos hacerlo: amándonos con devoción, envueltos en la misma manta que le arroje en mi enojo.

Dos días después, estábamos haciendo nuestras maletas para volver a Seattle. Iríamos primero a mi casa a recoger mas de mi ropa y luego, a su departamento.

No veía la hora de enfrentar el duro pero maravilloso reto de la convivencia!