Cap 15: Futura Señora Cullen

Por DiarioTwilight   Publicado a las  4:56 p. m.   1 comentario


Capítulo 15: Charlie (Parte I)

BELLA POV

-¡Edward!-lo llamé por quinta vez desde la entrada del departamento

-¡vamos a llegar tarde!-avisé elevando la voz ya que me estaba comenzando a impacientar pues hacía 15 minutos que él había ido a buscar "algo" a la sala de estar y aún no había regresado.

¡Mierda! ya eran las 4:20 p.m. por lo que nuestro avión salía en 40 minutos y como no saliésemos de aquí ya terminaríamos por perderlo

-¡Voy!-me respondió desde algún punto lejano del departamento, ¿qué demonios estaba haciendo?

-Te quiero aquí en menos de 2 segundo-ordené mientras comenzaba a dar golpecitos nerviosos con mi pie izquierdo en el suelo.

Eché un vistazo rápido a la maleta color negro que había junto a mí y sobre la cual había un bolso de equipaje bastante grande en el que Edward y yo habíamos metido el resto de nuestra ropa aunque realmente tampoco es que hubiéramos llevado mucha ya que solo serian dos días por lo que habíamos decido llevar la ropa justa y necesaria para aligerar equipaje.

-No me obligues a ir a por ti Edward Cullen-protesté en forma de amenaza

-Solo dame un minuto cariño es que no encuentro mi…-murmuraba mientras escuchaba como se desplazaba con pasos rápidos por el salón-¡Joder! ¿Dónde está mi móvil?-dijo refunfuñando y ya podía imaginármelo rebuscando por todas partes, debajo del sofá, en la mesita, sobre el piano….

Puse los ojos en blanco cuando vi su teléfono móvil sobre la mesita de la entrada al departamento, ¿dónde tenía la cabeza? Desde anoche estaba la mar de despistado y nervioso.

Inicio flash Back

Sentí su cuerpo moverse inquietamente nuevamente tras mi espalda ya que permanecía despierta desde hacía una hora pues a pesar de haberme dormido pronto me había despertado a mitad de la noche y, habría sido fácil para mí conciliar el sueño nuevamente, pero me resultó imposible al darme cuenta de que Edward se movía nerviosamente de un lado para otro en la cama.

Y ahora, una hora después, seguía haciéndolo, estaba más que segura de que estaba despierto ya que su respiración no era pausada, ni lenta o rítmica pero a pesar de eso yo no le había dicho nada debido a que en un principio supuse que le estaría costando conciliar el sueño y nada más, y si me ponía a hablar con él quizás entonces se desvelara aún más y terminara por no poderse dormir.

No obstante ahora era yo la que no podía dormir puesto que sentía que él estaba nervioso y eso me ponía inquieta a mí y me impedía estar tranquila. Puede que se sintiera mal, o que le sucediese algo, o…. ¡Bah! No aguanté más, necesitaba saber si se encontraba bien pues si no me daría un ataque de nervios debido a la ansiedad de no saber por qué él estaba tan intranquilo.

Sin perder un segundo más, me di la vuelta silenciosamente y con mucho cuidado me recosté sobre el costado opuesto al que antes estaba acostada de tal manera que pude quedarme observándolo unos minutos en los que pude confirmar que estaba despierto ya que cuando me había volteado "inconscientemente" me había percatado del pequeño detalle de que tenía los ojos abiertos pero los había cerrado repentinamente segundos después de haberme girado hacia él.

-Para tu suerte o desgracia te conozco demasiado bien como para saber a la perfección cuando estás durmiendo realmente-remarqué la última palabra-o cuando no así que deja de fingir que lo estás haciendo y dime, por favor, qué te tiene así-pedí antes de dejar un beso sobre su hombro puesto que se encontraba tumbado sobre su espalda

-No estoy fingiendo realmente estoy durmiendo-murmuró todavía con los ojos cerrados pero una disimulada sonrisa se formó en su rostro la cual no hubiera podido ver si no hubiera sido por la tenue luz de la luna que se colaba a través de los ventanales del dormitorio y que impedía que este se encontrara en la absoluta oscuridad.

-¡Vaya!, y yo que pensaba que la única que hablaba en sueños era yo y ahora resulta que tú también lo haces-dije ya que en ocasiones, aunque realmente eran muy pocas, Edward me había contado que había hablado en sueños.

Hasta Charlie una vez llegó a asustarse cuando los primeros días que estuve en Forks comencé a murmurar en sueños cosas como "todo es demasiado verde"

-Tú dices cosas más interesantes-musitó con un tono de burla en la voz y yo inevitablemente me sonrojé debido a que cuando él y yo comenzamos a salir las primeras noches que pasamos juntos comencé a murmurar su nombre en sueños pero es que ¡me sentía tan feliz! que era imposible dejar de pensar en Edward incluso dormida…

Él se colaba hasta en mis sueños y, a decir verdad aún lo sigue haciendo pues la magia no se había perdido, afortunadamente, y esperaba que nunca se perdiese. Era hermosa la sensación de estar en una nube todo el día a causa de alguien.

-No te salgas del tema, Edward-acerqué un poquitín más mi cuerpo al suyo para a continuación colocar mi mano sobre los músculos de su abdomen

-te estoy hablando en serio, ¿me vas a decir qué es lo que te tiene lo suficientemente inquieto como para quitarte el sueño?-pregunté entretenida mientras mi dedo delineaba los músculos de su abdomen, aquellos que yo llamaba "mi tableta de chocolate personal" para después sentir como su piel se estremecía ante mi toque.

Amaba el cuerpo que Edward tenía, él no estaba excesivamente ejercitado y marcado. A él le gustaba el deporte, lo practicaba a menudo en la semana por eso tenía unas piernas fuertes y musculosas al igual que los brazos pero nada exagerado, sus abdominales ligeramente se delineaban ya que solo se marcaban un poco pero aún así su abdomen era muy sexy y daban tremendas ganas de comenzar a lamerlo desde principio a fin.

-No es nada preciosa-intentó quitarle hierro al asunto mientras abría sus ojos permitiéndome distinguir difícilmente, debido a la poca luz, el brillo de estos aunque aun así pude verlo-simplemente no puedo dormir

-Voy a reformular mi pregunta por segunda vez Cullen, y espero, por tú bien, que no me obligues a hacerlo una tercera vez-dije muy seriamente

-¿Qué te inquieta Edward?-cuestioné ahora cambiando mi tono de voz a un tono completamente dulce y cariñoso.

Él tardo unos minutos en contestar, unos minutos que a mí me parecieron eternos, para después pronunciar solamente una palabra pero con la cual bastó para decirlo todo.

-Charlie-respondió nervioso y se hizo un completo silencio en el dormitorio.

Yo me incorporé y me senté sobre el colchón de la mullida cama para después mirarlo fijamente y así devolverle la mirada intensa que se había posado en mí desde que había abierto sus ojos

-Escúchame Edward, no quiero que mi padre te quite el sueño, en serio cariño. Llevamos 3 años de relación en el fondo ¿crees que Charlie no espera que esto suceda? ¡Vamos, Ed! Tú lo sabes, él no es idiota… apuesto a que lo tiene asimilado incluso y, tampoco es como si hubiéramos cometido un asesinato, no vamos a ir a la cárcel simplemente vamos a casarnos, vamos a unir nuestras vidas Edward, y eso hará feliz a Charlie.-le aseguré.

Odiaba cómo él desconfiaba de sí mismo siempre que se trataba de algo relacionado con mi padre.

-Confía un poquito en ti Edward, valórate realmente, créete que eres un hombre genial, un hombre digno de cualquier mujer, odio que temas a Charlie porque sé que piensas que no eres suficiente para mí, que Charlie cree que no eres para mí pero no es cierto, mamá, Sue, Phil, Charlie, Jacob, Leah, todos te quieren muchísimo y todos se esperan esto en realidad no será una sorpresa para nadie, más bien será una alegría-dije con el corazón en la mano.

Sabía que esta inseguridad se debía a la culpabilidad que sentía por haberme hecho sufrir en el pasado pero yo se lo había repetido un millón de veces, yo, al igual que él, esa fase de mi vida la tenia superada y no, no la olvidaría, pero por el simple motivo de que técnicamente fue lo mejor que me sucedió, fue cuando lo conocí, cuando experimenté los primeros sentimientos que me llevaron a sentir esto que siento ahora y no dudaría en volver atrás y ver a Tanya en la cama de Edward de nuevo, no me importaría volver a sentir ese dolor porque al fin de cuentas gracias a nuestros errores, encontramos el amor.

Gracias a eso en dos meses nos íbamos a casar así que gustosa volvería a sentir ese penetrante y horrible dolor si después volviera a estar junto a él, si después volviera a existir ese nosotros…

-Así que escúchame bien Edward Anthony Cullen no quiero que tengas miedo-remarqué la palabra

-Entiendo que estés nervioso, yo también lo estuve cuando contamos la noticia a tu familia pero te prohíbo rotundamente que no te valores, quizás Charlie se ponga un pelín difícil, lo conozco y, vale sé que al principio no se pondrá a pegar saltos pero eso no quiere decir que no esté feliz simplemente supongo que para cualquier padre es difícil dejar que su hija eche a volar y crezca, eso es todo-finalicé mirándolo a los ojos.

-Lo siento, siento comportarme así-admitió entre arrepentido y avergonzado

-Y, no quiero que me malinterpretes, tú familia siempre me ha tratado con cariño y me siento cómodo entre los tuyos, solo es que bueno, hace años que no había sacado el lado "agresivo" de Charlie y temo hacerlo ahora-confesó agarrándome de la cintura y ejerciendo algo de fuerza para que mi cuerpo cayera sobre el suyo de tal manera que instintivamente mis brazos lo abrazaron

-Eres un idiota ¿lo sabías?-susurré con una sonrisa sobre la piel de su pecho

-Con lo inteligente que eres para sacarte una carrera de medicina y no eres capaz de saber que el encanto de los Cullen también le ha afectado a mi padre, ¡pero si hasta adora a Alice!-exclamé riendo ya que mi padre había adorado al pequeñajo duende que Edward tenía por hermana desde el primer momento en el que la conoció.

-Yo seré un idiota pero sin duda tú eres el mejor calmante de este idiota-me dijo y, debía ser cierto porque ahora podía percibir en su estado de ánimo que estaba muchos más relajado después de la pequeña charlita que le había dado.

-Es fácil tranquilizarme cuando tú me hablas, no sé qué me haces pero es así-admitió frunciendo el ceño

-soy especial-bromeé.

-Lo eres, realmente lo eres amor-él habló convencido dedicándome una intensa sonrisa. Yo solo negué con la cabeza.

Yo no me consideraba especial pero en momentos como este él me hacía sentir muy especial.

- vamos a intentar dormir ¿de acuerdo?-murmuré en medio de la oscuridad alzando mi cabeza unos centímetros para besar la base de su garganta.

-Como usted diga señora Cullen-asintió de acuerdo. Lo sentía cansado.

-Pronto, muy pronto cariño-suspiré sonriendo mientras me abrazaba a él fuertemente, poco después ambos conseguimos dormirnos nuevamente rodeados por el abrazo del otro.

Fin flash Back

-¿Has probado a coger el teléfono de casa y llamar a tu número? Quizá así lo encuentres antes-sugerí mientras me estiraba un poco mi camiseta holgada color azul de manga corta para así lograr quitar una pequeña arruga. Era un poco transparente ya que mi sostén negro se transparentaba a través de la fina tela.

Había decidió vestir algo cómodo para viajar así que para acompañar a la camiseta había optado por ponerme unos pantalones vaqueros largos y ajustado oscuros con unas bailarinas planas simples color negro (FP)

-Mmmm…. sí, eso no lo he pensado-murmuró un poco ensimismado y avergonzado por no haber caído en una solución tan tonta-

Me hizo reír su tono aturdido de voz, parece que todavía seguía algo distraído y con la cabeza en cualquier otro sitio…

-Espera que tengo mi móvil en la mano, ya lo hago yo-ofrecí sacando rápidamente mi teléfono del bolsillo trasero de mi pantalón para después marcar su número.

-A ver dónde suena… -masculló-es que no sé dónde diablos está, yo lo dejé anoche en el dormitorio pero esta mañana…-comenzó a explicarme cuando había llegado junto a mí aunque se calló súbitamente cuando su móvil comenzó a sonar justo detrás de él.

La cara de póquer que puso me provocó mucha risa así que comencé a reírme sin parar mientras él se volteaba y cogía su móvil.

-¡Ves, guapo!, no habías buscado bien-dije sonriendo

-¿dónde anda esa cabecita tuya?-lo apunté y él me devolvió la sonrisa mientras se rascaba la nuca con culpabilidad

-No lo sé, esto de desvelarme por las noches no me sienta muy bien al parecer-se disculpó sin borrar esa bonita sonrisa suya mientras pasaba sus dedos entre los mechones de su pelo

-Juraría que lo había dejado en el dormitorio…-murmuró confundido para sí

-Deben haber sido imaginaciones tuyas amor, o acaso ¿Insinúas que tiene patas o altas y ha llegado hasta aquí solo?- dije alzando una ceja burlonamente

-¿Mi guapa novia se está riendo de mí?-entrecerró los ojos en mi dirección.

-Un poquito, eres muy tierno cuando luces desorientado-confesé riendo

Él ignoró mi comentario y me miró dulcemente

-Eres preciosa cuando sonríes-murmuró acariciando mi cadera- Estás hermosa ahora, tienes un lindo brillo en los ojos, pareces un ángel por eso debo lucir desorientado, me deslumbras.-llevó una de sus manos hasta mi mejilla y la acarició.

Eso había sido increíblemente bonito. ¡Prácticamente se me cayó la baba delante de él! Con las cosas que me decía, más que coger un avión, me daban ganas de abrazarlo muy fuerte, y darle muchos besitos y mimarlo y…

No supe expresar con palabras todo lo que me había hecho sentir escucharlo decir eso así que lo único que supe hacer fue colocar mis dos manos en sus mejillas y lentamente acercarme a sus labios para besarlos con ansias pidiéndoles permiso para que mi lengua pocos segundos después entrara en su boca y así poderme deleitar con el sabor tan dulce que esta siempre me ofrecía.

Él enredó una de sus manos en mi pelo presionando a su vez mi nuca para acercarme más a él y profundizar aún más el beso el cual finalizó poco después debido a la falta de aire.

Ambos nos quedamos jadeando.

-Tú no lo pareces, tú eres un ángel, mi ángel. Mi ángel pervertido, sexy y a veces idiota, pero al fin y al cabo mío, solo mío-hablé rozando sus labios

Hubiera amado poder alargar aquel momento pero no podíamos perder ese vuelo, además confieso que tenía muchas ganas de ver a Charlie y a Sue así que me armé de fuerzas y corté nuestro momento dulce y romántico ¡cómo odiaba ser yo la que rompiera la burbuja!

-Tenemos que irnos, nos esperan 5 horas de avión… -susurré alejándome de él y recobrando la compostura.

Intenté que mi voz no sonara muy ronca, porque sí, a pesar de haber sido un simple beso, había sido suficiente para que me quemara y ¡demonios! Yo era demasiado vulnerable a él así que lo mejor había sido cortar aquí si no queríamos terminar "en problemas".

-Vale, ¡céntrate Edward!-se ordenó en voz alta a sí mismo y yo sonreí divertida. La abstinencia sexual era mala, muy mala…

-Ummm ¿lo tenemos todo?-preguntó mirando a su alrededor y yo asentí tras unos minutos en los que repasé mentalmente todo lo que llevábamos asegurándome de que no faltaba nada

-También hemos llamado a mis padres y a los chicos para despedirnos y hemos llamado a tú padre para decirle la hora a la que llegaremos a Seattle así que creo que no nos queda nada mas por hacer ¿no?-me miró

-Nada más, todo listo solo falta que ese maldito avión no se largue sin nosotros-dije tomando la bolsa de equipaje mientras Edward tomaba la maleta y se dirigía hacia el exterior del departamento tras haber tomado su móvil y haber cerrado la puerta con llave.

-Bien, pues vamos preciosa que supongo que el taxi debe llevar esperando abajo más de 20 minutos-

Habíamos llamado a un taxi para que nos llevara al aeropuerto pero como era de esperar se había hartado de esperarnos y se había largado dejándonos tirados así que Edward tuvo que llamar a otro, comencé a ponerme realmente nerviosa cuando vi que no llegábamos a tiempo pero finalmente lo hicimos, no sé cómo pero llegamos con el tiempo justo para abordar en el avión.

Prácticamente el resto de pasajeros estaban sentados y con el cinturón puesto, fuimos de los últimos en tomar asiento, tuvimos suerte de que nuestro equipaje no tardó mucho en facturarse sino creo que realmente hubiéramos perdido el vuelo.

Muy pocos minutos después de estar sentados cada uno en su respectivo asiento y con los cinturones de seguridad abrochados el avión despegó. El vuelo fue muy tranquilo y sin ningún inconveniente, incluso me pegué una pequeña siesta puesto que había madrugado bastante para preparar mi maleta y la de Edward, ya que él no había podido hacerlo pues había estado toda la mañana trabajando y cuando había llegado a casa apenas y solo le había dado tiempo a tomar una ducha y cambiarse de ropa.

Los dos íbamos en silencio mientras yo apoyaba mi cabeza en su hombro, en realidad yo tenía los ojos cerrados pero no estaba durmiendo, quizás él así lo creyera pero ciertamente ahora simplemente mi cabeza se dedicaba a pensar, y pensar, pues, verdaderamente tenía ganas de ver a mi padre, hacía meses que no lo había visto y echaba de menos poder darle un abrazo.

También extrañaba a Sue, y ¡a Leah!—oh, a ella ciertamente la extrañaba mucho— por ese motivo es que Edward y yo habíamos decidido pasar el fin de semana en casa de Charlie. Edward propuso que alquilásemos la casa que sus padres un par de veces rentaron a las afueras de Forks para pasar las vacaciones, pero finalmente decidimos que pasaríamos el fin de semana en casa de Charlie, solo eran dos días y queríamos disfrutar y aprovechar al máximo el tiempo con mi familia

Quería sentir el calor del hogar donde viví gran parte de mi adolescencia

Una hora después sirvieron la cena para todos los pasajeros pues eran las 9 de la noche y, honestamente, la verdad es que la cena estaba asquerosa, ¡fue repugnante! Edward y yo habíamos pedido carne y nos la habían servido prácticamente cruda así que yo apenas había probado bocado y Edward no se quedaba muy atrás ya que apenas había comido dos trocitos y, para colmo la azafata nos puso mala cara cuando vino a recoger nuestros platos y vio que casi no habíamos tocado la cena. Después nos trajo un poco de fruta la cual afortunadamente sí estaba muy fresca y sabrosa.

El resto del viaje lo pasamos conversando aunque había momentos en los que yo no podía prestar demasiada atención a sus palabras ya que me quedaba embobada mirando sus labios por lo que en alguna que otra ocasión le había robado algún que otro beso lo que provocaba que el perdiera el hilo de la conversación.

Eso provocaba que yo riera a la vez que me hacía sentir orgullosa y feliz de tenerlo así de enamorado y de tenerlo literalmente entre mis manos, y no lo digo en el mal sentido, para nada, ya que yo babeaba por él, tanto así que si en este momento me pidiera que hiciera la mayor estupidez de mi vida, probablemente la haría hasta con los ojos cerrados. Confiaba tanto en él y en sus palabras que sería fácil salir dañada de esta relación si no supiera que él era una buena persona, que me amaba más que a su vida y que jamás me lastimaría.

Sería capaz de entregarle mi vida a Edward sin condición alguna. Eso podía sonar loco y, realmente lo era pero esa era la verdad. Si yo fuera ciega, sabía con certeza que Edward podría ver por mí y yo estaría cómoda, segura y confiada con eso.

¿Y no se trata de eso el matrimonio? ¿Estar tan seguro de una persona que estás dispuesto a compartir tu vida con ella? ¿Confiar y querer tanto en alguien como para aceptar despertar todos los días de tu vida junto a él? Bueno así era como yo me sentía respecto a Edward. Segura, muy segura de él.

-Y, ¿qué decías cariño?-musité mirándolo a través de mis pestañas y sonriendo inocentemente después de haberme lanzado a sus labios nuevamente provocando que la conversación, que estábamos manteniendo segundos antes, terminara.

-Q-que… Mmmm… -habló balbuceando y procurando recordar de qué estábamos hablando (yo realmente también lo había olvidado) mientras intentaba controlar su respiración

-Ummm…. Solo sé que definitivamente quiero que me vuelvas a besar así-dijo lascivamente olvidando rotundamente aquello que fuera de lo que estábamos hablando y mostrando su arrebatadora sonrisa.

Sonreí con él puesto que literalmente le había metido la lengua hasta la garganta. De acuerdo, digamos que lo había besado demasiado entusiasmada pero él no había puesto pegas ni se había quejado, ¡al contrario! me había devuelto apuradamente el beso mientras se ponía a juguetear con mi lengua en su boca.

-Si te portas bien, prometo darte uno de buenas noches-di por hecho en plan picarón

-Por mi salud física, no me los des en la cama, no cuando no podamos hacer nada-pidió frustrado

-¿Entonces no lo quieres?-di suaves caricias en su brazo ya que en este momento, al igual que a lo largo de todo el vuelo, me encontraba muy pegadita a él.

-Bueno, quizá pueda sopórtalo-lo meditó antes de darme un casto beso en los labios que yo respondí gustosa.

-No te preocupes amor que si no puedes soportarlo llamaremos a Charlie para que duerma con nosotros-dije con una risa tonta y él se puso pálido.

-Ya verás como así Eddie Jr. se portara bien toda la noche y no provocara que Bella se enfade por haber comenzado algo que no podrá terminar-afirmé todavía riendo

-Muy graciosa cariño-pronunció las palabras sarcásticamente

-Tranquila, haré todo lo posible por controlarlo y mantenerlo dentro de mis pantalones-añadió señalando su entrepierna con una mirada sombría.

-Ya...ya… -murmuré acercando mis labios hasta su oído. Lamí el lóbulo de su oreja con disimulo.

-Admite que te pone demasiado la idea de hacerlo en mi dormitorio-dije refiriéndome al de casa de Charlie-bueno mejor dicho de volver a hacerlo en mi dormitorio.-reí en su cuello cuando lo sentí estremecerse.

Creo que recordaba muy bien de lo que le hablaba, pero para aclarar, decidí refréscale la memoria.

-Te acuerdas en Navidad, cuando vinimos a Forks, tú y yo nos lo pasamos muy bien en ese mismo dormitorio ¿lo recuerdas, guapo?-me alejé para observar su expresión y me quedé sonriendo al ver su cara en total estado de shock.

Definitivamente él lo recordaba.

Porque sí, según él, Charlie le imponía demasiado pánico, respeto y hasta podía llegar a temerle pero el muy pervertido no había dudado ni un segundo en hacerme el amor en casa de mi padre y no una vez, sino que fueron 3 rondas seguidas las que tuvimos aquella fría y a la vez calurosa noche de navidad.

-¡Genial! ya lo has provocado-gruñó Edward lloriqueando y yo me mordí el labio inferior al percatarme de la marcada erección que tenia debajo de los pantalones vaqueros…

En este momento era feliz por ser mujer porque también estaba caliente pero no era tan evidente como en él ¡yo no tenía una erección presionando mis pantalones!

Mmmm... Una magnífica idea cruzó por mi mente en ese momento.

-No puedo permitir que cuando aterricemos tu padre me encuentre así, ¿Por qué me haces recordar esas cosas?-gimió frustrado.

Miré la hora que marcaba el reloj digital de la pantalla de televisión que había frente a los asientos y marcaba las 21:25 p.m. así que en poco más de media hora aterrizaríamos por lo que dentro de aproximadamente 20 minutos lo más probable es que nos obligaran a abrocharnos los cinturones de seguridad así que si quería poner en marcha mi plan no debía de perder mucho tiempo pues si no, no sería posible llevarlo a cabo.

-Todavía queda algo de tiempo para que aterricemos así que por qué no me acompañas al año y te ayudo a que Eddie se calme-insinué como una jodida perra mientras mordía el lóbulo de su oreja

-tú mismo dijiste que los aseos de primera clase eran bastante amplios, y he pensado que…-no fue necesario que dijera nada más ya que rápidamente se levantó, tomando mi mano en el acto de tal manera que yo también quedé en pie, y conmigo delante para que nadie se percatara de su problemita nos dirigimos a los aseos del avión, donde antes de entrar y echar el pestillo, nos aseguramos de que nadie nos hubiera visto.

¡Mierda! Estaba putamente caliente.

¡Dios! ¡Bella te has convertido en una perturbada mental adicta al sexo! Me dije a mi misma mientras cerraba la tapa del váter y me sentaba sobre este para después bajar de un tirón los pantalones de Edward que se había puesto de pie frente a mí.

¡Joder! Pero es que la culpa no era mía ya que el que yo ahora fuera una autentica pervertida y salida se lo debía a él por provocarme tanto aunque la mayoría de las veces él no era consciente, no importaba, era tan malditamente sexy como para que cualquier mujer mortal, en este caso yo, no pensara en otra cosa que no fuera en hacerle todas las guarradas más calientes de este jodido universo.

Ahora yo solo podía tener en mente hacerle todo ese tipo de cosas, por razones evidentes no podíamos follar, ¡ahora yo odiaba infinitamente ser mujer! Pero al menos podría hacer algo para ayudar a relajarse a mi "pequeño" amigo.

Me gustaba hacer el amor, era lento y las sensaciones eran hermosas, pero ¡ey! Creo que algo de sexo duro y salvaje no venía mal, es decir también era hacer el amor, solo que de una manera más intensa, caliente y alocada. Había dejado de ser tímida en la cama hace mucho, y creo que Edward amaba que no fuera tímida.

Una mañana desperté con ganas de desayunar tostadas con mermelada de fresa, había estado fantaseando unos días antes con comerme la mermelada encima de su amiguito así que solo se lo dije. A los 5 minutos yo estaba desnuda en su cocina con el debajo de mí, también desnudo, y un bote de mermelada al lado.

Fue increíble.

Creo que no tuve una fantasía real hasta que conocí a Edward.

Lo que yo le hacía a él, jamás lo había hecho con nadie, solo tuve un novio antes que Edward, solo me acosté con un chico además de él, así que mi experiencia sexual no era muy grande, no era idiota o boba, pero con Edward todo había sido muy diferente en todos los sentidos porque cuando él y yo estábamos en la cama, o en cualquier otro lugar, haciendo el amor, simplemente nos entregábamos al completo a nuestros instintos.

Dejábamos de pensar y era como si únicamente nuestros labios y nuestros cuerpos actuaran solos, era lindo e intenso poderse sentir así y creo que es un privilegio poder causar esas emociones y ser capaz de recibirlas.

Después de que sus pantalones quedaran a la altura de sus tobillos me propuse hacer lo mismo con su bóxers que no tardaron en quedar en la misma posición junto a sus pantalones dejando ver una grandiosa erección ante mis ojos.

Edward estaba bien dotado, definitivamente él era grande. No sé si importa el tamaño del pene de un chico, quiero decir soy de las que piensa que lo importante es lo que te haga sentir, no si es grande o pequeño, pero ¡mierda! Él era enorme y lo que me hacía sentir era putamente bueno.

Había restos de líquido pre-seminal en la punta de su miembro lo cual indicaba que él estaba más que excitado al igual que yo pero, ahora simplemente me concentraría en él y en darle placer solo a él así que sin más agarré su miembro entre mis mano y me lo metí directamente a la boca y a pesar de que me hubiera gustado metérmelo completamente, no fue posible, ya que "Eddie" era demasiado grande para mi boca la cual, además, de por sí era pequeña.

Comencé a succionar hábilmente dándome el placer de ver como su cara reflejaba placer pues había cerrado los ojos mientras comenzaba a respirar entrecortadamente a la vez que había apoyado un brazo en cada lado de la pared supongo que para sostenerse ya que sus piernas en ocasiones temblaban ligeramente.

¡Bien Swan, así se hace! Si haces temblar a un hombre de placer es que lo estás haciendo realmente bien.

Me sentí orgullosa de mí misma por proporcionarle el placer suficiente como que para su cuerpo reaccionara así.

Una de mis manos, las cuales se encontraba sujetando firmemente el culo de Edward— ¡Que menudo culo tenia! Mmmm… Me encantaba todo de él, pero su culo sin duda era una de mis partes predilectas— bueno, pues una de mis manos se deslizó hasta acunar sus testículos y comenzar a masajearlos ya que sentía como su miembro comenzaba a palpitar.

Quería ayudarlo a llegar a la cumbre, la cual no tardó mucho más en alcanzar ya que tras pronuncia un "Bella…" con voz muy ronca y después de que apretara sus testículos con mis manos, se corrió fuertemente en mi boca donde yo gustosa tragué todo lo que puede ya que verdaderamente se corrió tan fuerte que creí que si seguía tragando terminaría por atragantarme, y eso si no sería nada agradable.

Edward debía estar muy caliente porque se había corrido con mucha presión e incluso algunas gotitas de semen se resbalaron por mi boca y terminaron en el suelo, gotitas que más tarde tuve que limpiar con un papel. Después de relamerme los labios y ver como Eddie se relajaba ante mis ojos alcé el rostro para mirar a Edward el cual todavía jadeaba exageradamente mientras aun mantenía los ojos cerrados.

Suspiré felizmente antes de inclinarme y dejar un pequeño besito en su "V" y digo pequeño porque si por mí fuera hubiera comenzado a repartir besos y lametones pos su abdomen pero así lo único que provocaría seria que Eddie Jr. Volviera a despertar y realmente dudaba que quedara tiempo para otra ronda.

Como pude me puse en pie de tal forma que pude ver que aun tenía los ojos cerrados aunque he de añadir que ahora tenía esa absurda pero irresistible sonrisa que siempre ponía después de un orgasmo a la vez que intentaba controlar su respiración así que yo me acerqué a sus labios y lo besé dulcemente.

Dejó de sonreír para devolverme el beso el cual desvió hasta mi mandíbula ya que comenzó a besarla para luego bajar por mi cuello y en esta ocasión fui yo quien cerró los ojos disfrutando de la sensación tan placentera que era para mí tener sus labios sobre mi piel—aunque también me estaba esforzando en apaciguar las ganas que tenía de que me hiciera el amor—y sintiendo como miles de mariposas revoloteaban en mi estomago.

Finalmente sus labios abandonaron mi piel para así poder fijar sus orbes color esmeralda sobre las mías y sonreírme cariñosamente.

-Gracias preciosa, no sabes cuánto lo necesitaba-dijo satisfecho y yo volví a sonreír

-No tienes por qué darlas, Cullen- dejé un beso en su cuello

-ahora sí puedo decir que he cenado bien-reí por mi propio chiste- esto no tiene ni punto de comparación con la comida tan asquerosa que nos han servido-le guiñé un ojo

-La comida casera siempre es mejor-apuntó arrogantemente provocando que yo soltara una carcajada

-Tienes razón, la comida casera es muchísimo mejor-estuve de acuerdo, técnicamente como en casa nada ¿no?

-Ahora sí, vámonos que ya no debemos de tardar en aterrizar y puede que alguien requiera realmente con urgencia utilizar el servicio-murmuré distrayéndome al observar como ágilmente se subía los bóxers y los pantalones, los cuales ni siquiera estaban desabrochados…

Ambos salimos cuidadosamente del baño, no sin antes mirar a ambos lados como dos auténticos espías en una película para cerciorarnos de que nadie nos pillara con las manos en la masa y así a continuación muy disimuladamente sentarnos nuevamente en nuestros asientos donde poco después la azafata nos informó que nos abrocháramos el cinturón de seguridad pues en breves minutos el avión aterrizaría en el aeropuerto de Seattle

-Preciosa-me llamó-te prometo que cuando vayamos a Florida, te recompensaré-me juró y yo sonreí pues era cierto, la semana que viene viajaríamos a ver a mi madre y yo no tendría la regla lo cual me aseguraba que ese sí que sería un vuelo de lo más interesante…

-Más te vale cumplir con tu palabra Cullen si no yo misma me encargaré de hacer que la cumplas-lo reté sonriendo, y él me beso rápidamente antes de que el avión comenzara a tomar tierra.

CHARLIE POV

Las 10 menos cuarto de la noche.

Bella y Edward debían estar a punto de llegar ya que Bella me había llamado esta mañana para avisarme de que su vuelo llegaría sobre las 10 de la noche. Divisé un aparcamiento cerca de la entrada del aeropuerto por lo que no me lo pensé dos veces y aparqué el coche patrulla entre un flamante mercedes SLK negro y un chevrolet corsa blanco que estaban correctamente estacionados. ¡Bueno, era policía acostumbraba a fijarme en esas cosas!

Salí del coche donde la temperatura no era ni muy fría ni muy caliente ya que estábamos en meses de verano por lo que al menos en Seattle la temperatura era estable lo cual realmente la gente agradecía ya que podían salir libremente a tomar un refresco sin necesidad de llevar un paraguas encima cosa que sí que ocurría en Forks incluso en meses de verano.

A pesar de que las lluvias durante estos meses eran más escasas y no exactamente frías sí que eran muy impredecibles por lo que era recomendable llevar uno de esos paraguas de bolsillo siempre si no querías terminar empapado en cuestión de minutos, aunque bueno, este había sido uno de los veranos más "soleados" ya que el sol se había mostrado menos tímido durante el mes de Junio, por lo que quizás en los próximos meses también se dejara ver más a menudo pues a pesar de no dar mucho calor, ya que las nubes siempre impedían que los rayos solares llegaran con fuerza, si que era agradable despertar y verlo en lo alto del cielo escondido entre algunas nubes, brillando.

Este año al menos el clima te dejaba ponerte un par de camisetas de manga corta a lo largo de la semana evitando usas siempre esas finas camisetas de manga larga. Eso agradaría a Bells, amaba el sol y el calor, creo que fue una de las pocas cosas que heredó de Renée, porque físicamente tenía más cosas mías que de ella.

Tras cerrar el coche con llave me metí estas en el bolsillo delantero de mi pantalón vaquero y me dirigí hacia la entrada de la terminal donde divisé unos asientos libres ya que el aeropuerto estaba bastante lleno de gente ¿acaso había alguna celebración? Que yo supiera no, bueno supongo que este año Seattle, Port Ángeles y sus alrededores serian un buen destino turístico. Siempre lo eran.

Mientras esperaba tomé un par de folletos en mis manos, unos eran de viajes, otros ofertas para compara coches, otros de cómo cuidar tu jardín en solo tres pasos, en resumen, básicamente era publicidad barata y estúpida así que los dejé nuevamente en el lugar de donde los había cogido para después mirar el enorme reloj que había en la terminal que marcaba las 22:05 así que a menos que hubiera habido retrasos—y de hecho no debía haberlos ya que era un vuelo directo— el avión debería de haber aterrizado ya.

-"Señores pasajeros del vuelo 464 con destino Seattle-Chicago ya pueden pasar a la zona de facturación para recoger sus respectivos equipajes, les rogamos que lo hagan en orden y sin alterar las normas de seguridad del edificio. Gracias"

La voz femenina de megafonía me confirmó que así había ocurrido así que solamente quedaba esperar. Tenía ganas de ver a Bella, para qué negarlo, la echaba de menos, es cierto que tenía a Sue a la cual amaba muchísimo y, que de vez en cuando Leah, a la que quería como una hija al igual que a Jacob, venía a casa a pasar unos días, pero Bella era mi niña y habían sido demasiados meses sin verla.

Es cierto que a lo largo de su infancia no estuve mucho tiempo con ella ya que apenas la veía en navidades y en verano pero cuando cumplió los 14 años y vino a vivir a Forks aprendí a conocerla y a quererla realmente, no es que antes no la quisiera, al contrario yo realmente la adoraba y lo sigo haciendo pero el hecho de vivir con ella todos los días y convivir me habían hecho comprender que tenía una hija fantástica, inteligente, cariñosa y muy dulce.

Me entristeció mucho saber que había tomado la decisión de quedarse en Chicago para seguir con su vida aunque nunca fue una sorpresa pues allí había hecho grandes amistades e incluso había encontrado algo más que amistad en cierto muchacho… por lo que no me resultó extremadamente extraño que tras terminar sus estudios siguiera viviendo en Chicago.

Fue en ese momento en el que sentí que Bella realmente había echado a volar, que había dejado de ser mi princesita por eso no sé qué hubiera hecho si Sue no hubiera estado en mi vida, ella me ayudó mucho a entender que Bella había dejado de ser una niña hace tiempo.

Inicio Flash Back (después de la graduación de Bella, días después de que Charlie se entera de que Bella se queda a vivir en Chicago)

-Charlie, tienes que aceptar que ella ya es lo suficiente adulta y responsable como para tomar una decisión así-me dijo Sue que se encontraba frente a mi sentada en el sillón junto a la chimenea la cual estaba encendida pues las temperaturas eran muy bajas y al menos con esta encendida la casa lograba calentarse lo suficiente para resultar acogedora

-Ella quiere comenzar a vivir su vida y nosotros la apoyaremos-aseguró mirándome-cariño, si aprendiste a conocerla y comprenderla con 15 años, siendo toda una adolescente, podrás hacer lo mismo ahora-dijo cariñosamente mientras tomaba mi mano-ella necesita nuestro apoyo, sentirse comprendida, saber que estamos ahí para ella…

-Pero ella es tan joven, solo tiene 23 años-protesté tristemente cómo si eso fuera suficiente razón

-Es cierto que es joven pero ella no es una niña, es una mujer y muy madura-añadió

-Claro, una mujer joven, ¿Por qué va a querer regresar con su viejo padre?-refunfuñé-ella prefiere quedarse con Edward-dije por lo bajinis, con la voz hostil.

-¿Estás celosos del novio de tu hija?-dijo haciendo referencia a Edward con un tono burlón

¡Genial! ahora mi mujer también se reía de mí… ¿Por qué nadie me comprendía?

-No…-farfullé rotundamente

-No me lo puedo creer-dijo abriendo los ojos-estás celoso-afirmo-

-Quizás…-admití avergonzado

- pero ¡compréndeme, Sue! Cariño, ella es mi niña, me parece increíble que hayan pasado 23 años desde el día en el que nació.

-¿Y qué pasa con Jacob? Él también es mi niño al igual que Leah-contestó a su propia pregunta mirándome fijamente, me concentré en sus ojos, como los adoraba, como adoraba a esta mujer, siempre era tan compresible y cariñosa-¿debo yo también estar celosa de Vanessa?-alzó una ceja sin esperar en realidad que respondiera a eso.

-Pero es que con Jake es distinto, él es fuerte, en cambio Bells es tan frágil…

-Charlie Swan eso ha sonado demasiado machista-me reprendió seriamente

- podría jurar que Bella es tan o más fuerte que Jacob, quizás no lo sea en el sentido físico pero ella tiene las ideas claras y nunca permitiría que nadie la pisoteara si es eso lo que te preocupa

-No es eso, bueno, quizás… no sé… solo digo que ahora está con Edward y bueno… -Sue me interrumpió

-Edward es un buen chico Charlie y lo ha demostrado, puede ser que cometiera errores pero ese muchacho está enamorado de Bella y lo más importante es que la hace feliz-puntualizó la última palabra causando que retumbara una y otra vez en mi cabeza.

Feliz, él la hacía feliz.

¿Eso era lo principal, no? Yo quería que ella fuera feliz así que supongo que sí, eso debía ser lo más importante, que él la hiciera feliz.

- ¿O, acaso no ves la cara que pone tu hija cuando lo mira? ¿O cuando habla de él? ¿No te has fijado en la sonrisa que tienen cuando se miran el uno al otro? Están enamorados, Charlie, muy enamorados.

-Sé que Edward es un buen chico y sé que la quiere pero tengo miedo a perderla…-me sinceré

-no quiero que se aleje de mi-murmuré bajo

-Ella nunca haría eso, sabes que te adora-me mostró una cálida sonrisa para reconformarme

-simplemente ella, al igual que cuando tú tenias su edad, quiere comenzar a vivir y quiere ser feliz-me dijo

-Edward no te está robando a tu hija, Edward la está haciendo feliz, ¿no te basta con eso?-inquirió acariciando el dorso de mi mano

-Sí, supongo que sí, mientras ella esté feliz yo también lo estaré-aseguré con honestidad sonriendo.

Sue tenía razón siempre que ellos fueran felices todo estaría bien, mientras Bella mantuviera su alegre sonrisa yo estaría bien.

Además ¿cómo había sido capaz de pensar que ella dejaría de lado a su familia? Eso era imposible, Bella, al igual que nosotros a ella, nos quería muchísimo y jamás se olvidaría de nosotros.

-Te quiero demasiado como para volverte a ver triste-susurró Sue-así que no quiero verte así nuevamente-beso mi mano

-Contigo jamás podría estarlo-le sonreí.

Sue se había convertido en una persona demasiado importante en mi vida, era alguien en quien confiaba plenamente, podía hablar de cualquier cosa con ella, me hacía sonreír cada día y me daba todo el cariño que guardaba en su corazón. Era una hermosa mujer, tanto por fuera como por dentro.

Ella siempre sabía decirme las palabras adecuadas en cada momento.

-Agradezco tanto que la vida me haya dado la oportunidad de conocerte, que me haya dado una segunda oportunidad para amar…-murmuré con timidez

-Te quiero Charlie-pronunció esas gloriosas palabras

-Yo también-sentencié

Fin flash Back

Dejé mis recuerdos a un lado cuando divisé a lo lejos la figura delgada de mi hija junto a la alta figura de Edward ya que este le sacaba poco más de una cabeza de diferencia, realmente Bells era una mujer muy baja.

Estaba tan hermosa como siempre, incluso ahora podría jurar que se veía más radiante, más feliz… Caminaba agarrada de la mano de Edward el cual arrastraba una maleta color negro mientras que ella cargaba en su hombro un bolso de equipaje.

Ambos parecían buscarme con la mirada ya que sus ojos miraban en todas las direcciones así que para ayudar en su búsqueda alcé una mano haciendo un gesto para que me vieran hasta que finalmente Bells se encontró con mi mirada y sonrió alegremente a la vez que tiraba del brazo de Edward en mi dirección el cual también sonrió aunque supongo que su sonrisa más bien se debía a la reacción de Bella ya que parecía una niña chiquita tirando del brazo de su acompañante cuando entra en una tienda y ve un juguete que le gusta.

Ese gesto me trasladó años atrás, cuando tenía 7 años y llegaba junto a Renée desde Florida, ella siempre corría a mis brazos y me abrazaba tal y como lo estaba haciendo ahora ya que justo en el instante en el que había llegado junto a mí se había tirado a mis brazos a darme un abrazo.

-Hola papá-saludó felizmente mientras yo le devolvía el abrazo

-Hola Bells-respondí deshaciendo el abrazo

- Te ves preciosa, nena-dije tras separarnos de tal manera que pudiera echarle un vistazo

-Tú también te ves realmente guapo papá-me halagó y yo sonreí en respuesta

-Hola Charlie-habló un sonriente Edward y, lo cierto es que también me alegraba muchísimo de verlo pues aunque en un principio no se lo merecía, después de 3 años, lo consideraba un hijo más.

-Hola muchacho-le sonreí de vuelta mientras le daba dos amigables palmadas en la espalda

-¿Cómo ha ido el viaje, chicos?

-Bien, puede que algo largo, estamos un poco cansados-contestó Bella-Por cierto ¿Y Sue? Pensé que vendría contigo

-No, ella insistió en acompañarme pero la convencí para que se quedara en casa, es tarde y estaba cansada pues ha pasado todo el día con Emily en la Reserva-expliqué.

Emily era la sobrina de Sue y a esta le encantaba irse a la Reserva y pasar hora y horas hablando con Emily y el resto de la familia, en realidad, todos éramos muy unidos, es más, yo consideraba a la familia de Emily como la mía propia. Ellos eran todos muy amigables y divertidos, siempre estaban dispuestos a aceptar a alguien nuevo en su clan.

-¿Cómo están todos por allí?-preguntó Edward uniéndose a la conversación con interés

Él también había tenido la oportunidad de conocer al resto de la familia Quileute e incluso había hecho muy buenas migas con los más jóvenes de la familia, sobre todo con Seth el hijo de Emily, ese chaval adoraba a Edward.

-Muy bien, tienen ganas de veros, se pusieron a saltar de alegría cuando les dije que ibais a venir-asentí riendo

-sobre todo Seth que murmuró algo sobre que te preparas para la revancha-comenté divertido y Edward rió a carcajadas

- encantado le daré otra paliza jugando al baloncesto-dijo refiriéndose a Seth.

Seth era el más joven de los Quileute ya que solo tenía 16 años pero que a pesar de su corta edad era un chico de lo más inquieto sobre todo en temas relacionados con el deporte debido a que al chaval le encantaba practicar todo tipo de juegos aunque sin duda el baloncesto era su favorito por eso había obligado a su padre, Sam, el marido de Emily, a colgar una canasta en la puerta del garaje por lo que se pasaba horas y horas practicando.

-Eres más crio que él-se burló sonriendo Bella y Edward rió de nuevo alegre.

-Anda chicos, vámonos que es tarde y tendréis ganas de pillar una cama y dormir unas cuantas horas-dije mientras le arrebataba el bolso de equipaje a Bella del hombro y lo llevaba yo a la vez que nos dirigíamos al coche patrulla.

Bella sonrió al verlo, supongo que recordó la primera vez que montó en él cuando era pequeña, ya que se puso a llorar desconsoladamente pues creía que la iba a llevar a la cárcel por no haber obedecido a Renée durante las horas de vuelo en el avión la primera vez que viajó a Forks.

Tras 1 hora de oscuro camino llegamos a casa donde dejé el coche junto a la puerta del garaje para después ayudar a los chicos con el equipaje hasta entrar en casa donde Sue—que llevaba un vestido de media manga con estampados de formas geométricas azules y marrones (FP)— se abalanzó sobre ellos.

-¡Edward! ¡Bella cariño!-exclamó con felicidad abrazándolos a ambos pasando un brazo por uno de los hombros de cada uno

-¡Estáis más guapos que la última vez que os vi!-dijo sonriendo, Sue adoraba a Bella pero sin duda Edward también se había ganado un hueco en su corazón.

-Hola Sue-sonrió Edward-pues déjame decirte, sin que Charlie se pongo celoso-bromeó y yo me carcajeé-que estás sumamente guapa

-¡Oh, Edward!, deberías dejar de provocar sonrojos en mujeres grandes-protestó riendo

-¿Grandes? Pero si estás más joven que nunca, Sue-se defendió Edward sonriendo y yo reí ya que Edward siempre que veía a Sue hacía lo mismo provocando inevitablemente que mi esposa en alguna que otra ocasión se sonrojase.

-Casanova, ¿puedes dejar de flirtear con Sue delante de mis narices?-bromeó Bella alzando una ceja y Edward sonrió

-No te pongas celosa preciosa-siguió sonrió- yo jamás coquetearía con mujeres casadas, solo halago a Sue-argumentó y todos reímos

-Anda deja de decir tonterías que al parecer tantas horas de vuelo te han afectado-se mofó con un gesto en la mano Sue avergonzada (aunque más bien creo que estaba encantada) con los elogios de Edward el cual decidió dejar de sonrojarla después de sonreír por el comentario de mi esposa.

-¿Habéis cenado, chicos? Puedo preparar algo rápido para vosotros- ofreció Sue después cambiando de tema

-No te preocupes Sue, hemos cenado algo durante el vuelo-respondió Edward

-Tengo entendido que la comida de los aviones nunca es buena-insistió Sue, siempre se preocupaba por que los chicos comieran a todas horas. Bella no es que se quejara de eso honestamente Sue era una gran cocinera.

-Oh, bueno no estaba tan mal, ¿verdad, Ed?-Bella sonrió cómplice

-No, no estaba tan mal-rió incómodo Edward en respuesta

-¿Entonces, no queréis nada de cenar?-Bella y Edward negaron a la vez con la cabeza-¿seguro?, realmente no me importa y…

Bella comenzó a reír

-Sue, de verdad, no te preocupes, no estamos hambrientos-aseguró Bella con tranquilidad logrando que Sue desistiera y se rindiera.

-Está bien-sonrió la aludida también-entonces ¿por qué mejor no subís arriba? ya es bastante tarde-dijo con voz dulce y era cierto puesto que el reloj marcaba las 11:40 de la noche

-Os lo he dejado todo listo y también he dejado toallas limpias en el baño por si queréis daros una ducha ya que supongo que después de tantas horas en un avión querréis refrescaros y relajaros

-Muchas gracias Sue no deberías haberte molestado pero creo que te aceptaré la propuesta y yo sí que me daré una ducha, necesito relajar los músculos-murmuró estirándose mi hija mientras tomaba el equipaje de mano y comenzaba a subir las escaleras seguida por Edward quien fácilmente portaba la maleta

-Buenas noches papá, buenas noches Sue-

-Buenas noches, nena. Mañana os esperamos para desayunar, ¿recuerdas la hora, cierto?-pregunté sonriendo

-Claro, a las 9 se desayuna en esta casa y a las nueve estaremos listos-gritó desde el final de la escalera en el segundo piso donde segundos después la vi perderse junto a Edward entre la oscuridad el pasillo de la segunda planta.

-¿Y Leah?-indagué cuando noté su ausencia ya que si no recuerdo mal antes de haberme marchado a Seattle estaba en casa

-Ha salido, dijo que mañana vería a los chicos, según ella había quedado con unos amigos en Port Angeles-musitó Sue rodando los ojos

-Esta chica con la edad empeora-renegó y yo sonreí pues digamos que Leah todavía era un tanto rebelde.

Cierto que tenía un empleo y estudios pero cuando escuchaba la palabra "Fiesta" se le iba la cabeza así que lo más probable es que esta noche no llegara hasta altas horas de la madrugada suerte que llevaba una copia de la llave de casa.

-Déjala, es joven y tiene que disfrutar-le quité importancia

-¿Eso lo has dicho tú, Charlie Swan?-dijo riendo entre incrédula y feliz. Yo asentí sonriendo

-Bueno… -titubeé- tú me dijiste algo similar hace meses y ya sabes aprendo rápido-sonreí.

Rodeé sus hombros con mis brazos

-anda vamos a dormir que mañana será un día largo-suspiré dándole un beso en la mejilla.

Se puede decir que me sentía plenamente feliz, tenía a la mejor mujer junto a mí y ahora también tenía a mi hija aquí, nada podría ir mejor.

BELLA POV

Después de haber tomado una ducha muy rápida me puse a ordenar nuestra ropa en el armario de mi habitación mientras Edward se duchaba; tras "ordenar" la ropa—porque realmente lo único que hice fue amontonarla en el armario— cerré la maleta y la guardé debajo de la cama donde acto seguido me senté y me dispuse a echar un vistazo a mi alrededor.

La verdad es que todo seguía igual, paredes verdes, adornadas por lucecitas en forma de campana, mi pequeña pero cómoda cama en el centro con el viejo edredón color purpura adornado con estampados negros (amaba ese edredón, Sue lo compró cuando yo tenía 17 años y aún me seguía pareciendo bonito, me alegra que Charlie no lo haya reemplazado), en frente había un pequeño escritorio junto a una ventana flanqueada por cortinas azules y visillos blancos de encaje (FP), la pizarra de corcho sobre el escritorio ahora se encontraba completamente vacía pero años atrás había estado llena de cientos de fotografías, poster, artículos… En una esquina del pequeño dormitorio también había una mecedora la cual había estado ahí desde que nací y que por lo visto a Charlie le encantaba ya que al parecer no tenía intención de librarse de ella.

Me levanté y caminé descalza hasta la ventana, ciertamente la temperatura aquí dentro no era tan fría ya que llevaba un pijama de pantalón largo y camiseta de hombreras todo color rosado—sí, no cabe duda que Alice me lo regaló— (FP) e iba descalza sobre el suelo de madera. Se estaba muy a gusto en el dormitorio.

Miré por una de las 2 ventana que había en la habitación y como recordaba lo único que se podía ver era bosque, arboles, una pequeña senda que se adentraba en ese mar verde, y hmm… más bosque, y podría jurar que estaba más verde que nunca o quizás solo era que me había acostumbrado a la luz radiante de Chicago y por eso ahora lo veía todo de forma exagerada.

Pegué un respingo cuando sentí la puerta abrirse por lo que me volteé para encontrarme a Edward vestido con unos pantalones de pijama grises y una camiseta de manga corta del mismo color (FP) mientras que su cabello aún estaba un poco húmedo al igual que el mío.

A él también le había dado envidia y al final había decidido darse una ducha al igual que yo.

-¿Estás cansada?-preguntó acercándose hasta mí y envolviéndome entre sus brazos

-Un poco-admití apoyando mis manos en sus brazos-pero mañana estaré fresca como una lechuga-sonreí mostrando mis dientes

-Parece que Charlie se ha puesto feliz de vernos-murmuró y no se me pasó por alto que se había incluido a él mismo en ese "vernos" lo cual me alegró mucho.

A Edward nunca le faltó confianza en sí mismo—a veces yo quería golpearla porque confiaba demasiado en sí mismo, ¡era un capullo arrogante!—pero en ocasiones yo sabía que él dudaba, creía que no era bueno para mí, que no era lo suficientementebueno ¿no es eso una verdadera tontería?

¡Jesús! Él era perfecto para mí por eso me aliviaba que se diera cuenta que Charlie también lo aceptaba, que por supuesto se alegraba de verlo a él también porque ¡diablos! Charlie también sentía cariño por Edward después de todo este tiempo, y Edward necesitaba ver con claridad eso, yo necesitaba que él lo viera.

-Te dije que eso pasaría, yo nunca fallo-chasqueé la lengua divertida

-Anda, vamos a la cama que tengo sueño-susurré deshaciendo nuestro abrazo y tomando su mano para guiarlo hasta la cama la cual destapé para después meterme dentro seguida por Edward.

Ambos nos acostamos sobre uno de nuestros costados quedando así uno en frente del otro, separados por un pequeño hueco que desapareció en el momento en el que pegué mi pecho al de Edward a la vez que él rodeaba mi cintura con uno de sus brazos quedando su mano situada en la parte baja de mi espalda muy cerca del inicio de mi trasero.

Travieso.

Le sonreí pícaramente antes de pasar mi brazo, el cual se encontraba entre nuestros cuerpos anteriormente, por su cadera y colocar mi mano en su trasero. El sonrió en respuesta

-No eres el único que tiene derecho a tocar ¿sabes?-sonreí angelicalmente

-Puedes tocar todo lo que quieras, no voy a resistirme-aseguró lascivamente juntándose más a mí.

Edward amaba jugar siempre.

-Soy tuyo tienes derecho a tocar todo lo que te pertenece, al igual que yo soy el único dueño de tu maravilloso, perfecto y hermoso cuerpo, de tus curvas, de tus labios, de tus ojos, de tus pechos-susurró sensualmente-de tu culo-continuó y deslizó su mano hasta el susodicho dándole un ligero apretón, uff sentía como la atmósfera a mi alrededor comenzaba a calentarse…- y pienso serlo el resto de la vida-dijo y yo suspiré.

¿Qué mas podía hacer?, si tenía toda la razón del mundo, yo era completamente y únicamente suya.

-Pero… será mejor que no me provoques preciosa-advirtió sugerente ya que mi mano, admito que de manera poco consciente, viajó hasta el inicio de su camiseta para colarse por debajo de esta de tal manera que poco después comencé a trazar dibujos sin sentido sobre su piel.

-Está bien, seré buena-me sonrojé al verme descubierta aunque mi mano no se quedó con las ganas de seguir acariciando su cuerpo ya que nuevamente volvió al lugar en donde se encontraba anteriormente. Su firme y duro trasero. Ese que era mío, mío, y de nadie más.

Tras unos minutos en los que nos sumergimos en un cómodo silencio, únicamente interrumpido por el suave sonido que producían nuestros labios al deslizarse acompasadamente sobre los del otro, fui consciente de cómo susurraba algo contra mi boca.

-¿Dónde te gustaría viajar en nuestra luna de miel?-pronunció las palabras lentamente a través de su melosa y dulce voz.

Eso me pilló por sorpresa, la verdad no tenía ningún lugar concreto en mente.

-No sé-me encogí de hombros tras pensarlo detenidamente durante unos minutos

-desde que estamos juntos hemos viajado mucho y hemos visto muchas ciudades bonitas-dije recordando los numeroso viajes que habíamos hecho juntos cuando estábamos de vacaciones o cuando pillábamos un fin de semana libre y simplemente nos escapábamos a algún lugar lejano donde pudiéramos amarnos tranquilamente

-Así que ahora mismo no se me ocurre ninguna que especialmente anhele visitar-respondí pensativamente mientras jugueteaba con sus dedos

-Vale-asintió

-pues ya que la señorita no quiere nada en especial-dijo juguetón-¿Me dejarías a mí elegir el destino?

-Claro que si cariño-dije inmediatamente ya que en realidad me daba igual a donde fuéramos pues siempre y cuando estuviera junto a él sabría que sería el lugar perfecto.

-Bien-aceptó, pensé que me diría alguno de sus lugares preferidos para viajar pero no dijo nada más.

-Pero, a ver ¿Dónde me va a llevar usted, señor Cullen?-sonreí en la oscuridad

-Hmmm-fingió pensarlo durante unos minutos

-creo… No, mejor dicho, he decidido que no te lo voy a decir hasta que llegue la luna de miel-finalizó dejándome intrigada

-¡Pero eso es injusto!-hice un puchero y él beso la punta de mi nariz

-Nada de eso señorita Swan, yo te he dado la oportunidad de elegir y no has querido cooperar así que ahora tendrás que esperar hasta después de la boda para saber-apuntó sonriendo

-mmm… así que ¿piensas sorprenderme?-le sonreí, nuevamente, aunque claro que cuando lo tenía en frente era difícil no hacerlo pues me resultaba imposible negar esta felicidad tan grande que sentía.

-Eso es exactamente lo que pienso hacer-susurró las palabras sobre mi cuello causando que sonriera.

Puede que no fuera yo la única sorprendida en nuestra luna de miel ya que, bueno, quizás él también se llevara alguna que otra sorpresa pues tenía planeado darle la mejor noche de su vida aunque definitivamente necesitaría la ayuda de las chicas para elegir algunos detalles…

Estuvimos un rato más hablando pero decidimos dormir cuando vimos que el reloj marcaba las 02:00 a.m. por lo que sería mejor descansar si no queríamos parecer un par de vampiros con grandes ojeras cuando amaneciera así que muy agustito logré dormirme abrazada a él.

. . .

La alarma de mi móvil, la cual había programado anoche, sonó exactamente a las 8: 15 de la mañana y aunque me costó un poco conseguir salir de la cama finalmente lo logré arrastrando a Edward conmigo el cual aún iba más dormido que despierto por lo que tomó su ropa y se metió al baño a darse una ducha aprovechando que este estaba libre ya que a pesar de que la casa contaba con dos aseos solamente el de la segunda planta, donde se encontraban todos los dormitorios, contaba con una bañera-ducha la cual debía ser compartida.

Mientras él se despejaba un poco, yo hice mi cama la cual era algo pequeña en comparación con la que Edward tenía en el departamento, para después ponerme algo cómodo por lo que elegí por unos vaqueros ajustados y una camiseta de mediana manga color negro (FP) ya que al parecer el sol no se dejaría ver mucho hoy y finalmente para ir cómoda opté por ponerme mis converse negras que tanto solía utilizar cuando vivía en Forks y cuando algunas mañanas iba caminando a la universidad en Chicago.

Cuando terminé de de vestirme y arreglarme un poco, ya que tenía algo de ojeras, salí del dormitorio y me detuve justo en frente de la puerta del baño.

-¿Edward?-lo llameé acercándome a la puerta

-¿puedes abrir la puerta un momento, cariño? Necesito entrar-pedí y tan solo un minuto después quitó el pestillo a la puerta permitiéndome así entrar.

Cuando así lo hice, me encontré con unas vistas excelentes que sin duda me alegraron la mañana pues allí se encontraba él, tan guapo como siempre a pesar de haber dormido pocas horas con su pelo alborotado como cada mañana cuando amanecía, únicamente vestido con los pantalones vaqueros que había tomado del armario junto con una fina camiseta de manga corta gris (FP), la cual todavía no se había puesto, ya que en estos momentos me estaba derritiendo con la vista de su torso desnudo.

Aspiré profundamente impregnando mis pulmones del olor de Edward pues el baño era pequeño y todo su aroma se respiraba entre esas cuatro paredes, su olor, su dulce pero a la vez varonil aroma que podría identificar a miles de metros de distancia y entre un millón de personas. Su fragancia solamente era inconfundible.

Tomé el peine para cepillarme un poco el pelo ya que lo tenia enredado pero a pesar de eso me gustaba la forma con la que había amanecido por lo que opté por dejarlo suelto.

-¿Sabes? Estoy algo enfadada contigo esta mañana-comenté casual dejando el peine para así terminar de arreglar mi cabello con las manos

Observé, gracias al reflejo del espejo, como él me sonrió burlonamente mientras se colocaba la camiseta, quitándome así las preciosas vistas que tenia, aunque bueno, vestido con esa ropa, al igual que con cualquier cosa que se pusiera seguía siendo tremendamente sexy y estando jodidamente bueno.

-¿Y cuál es el motivo preciosa?-dijo mientras se ponía una camisa, que dejó desabotonada, de cuadros sobre la camiseta de manga corta que ya llevaba.

Retorció las mangas de la camisa hasta la altura de los codos y se acercó hasta donde yo me encontraba situándose tras de mí y abrazándome por la espalda para después apoyar su cabeza en mi hombro mientras yo lo observaba a través del espejo.

-No me has dado los bueno días… -hice un puchero remolona y apenada por extrañar sus besitos que siempre me alegraban por las mañana.

-Estaba tan dormido que ni si quiera sé como he podido abrir la puerta del baño y no chocar mi cara contra ella-se excusó riendo pero yo seguía poniendo ojitos llorones pues sabía que eso lo derretía ¡quería que me comiera a besos!

-Pero eso tiene solución, te los puedo dar ahora, que estoy más despierto, además es mejor así soy plenamente consciente de estar besándote-nada más terminar de hablar comenzó a besar mi cuello donde rápidamente ascendió a mi mandíbula.

¡Ay, Dios! Me temblaban las piernas cuando me besaba el cuello

Sonreí mirando su reflejo en el espejo, literalmente él se estaba atiborrando de mi cuello, para después voltearme y darle un beso, de los buenos, en los labios. No sé por qué pero esta mañana había amanecido con "hambre" y no me conformaba con besitos así que ni corta ni perezosa me comí, literalmente, su boca enterita, hasta que la necesidad vital de respirar hizo que me separara jadeando de él para después relamerme los labios, esta vez provocándolo a propósito.

Mmmm, probar sus labios era una sensación muy parecida a estar en el cielo, incluso creo que era mejor pues nada se podía comparar con aquello.

-Tómate el tiempo que necesites para terminar de arreglarte, todavía son las nueve menos cuarto-me alejé de él tras haberlo dejado un poco en estado de shock debido a mi repentino e impulsivo beso

-Te espero abajo, voy a ver si Sue necesita ayuda con el desayuno-dije sonriéndole mientras abría la puerta del baño

- por cierto haz algo para que tus labios vuelvan a tener su color normal-reí divertida ya que los tenía de un intenso color rojo, hmmm, creo que se podría deber al hecho de que le había propinado un "pequeño" mordisco.

-pareces un besugo cariño-dije guiñándole un ojo antes de salir del baño y cerrar la puerta tras de mí.

Debido a que las escaleras se encontraban en frente de la puerta del baño no tuve que caminar muchos pasos por lo que comencé a bajarlas aunque, claro, no me había percatado del pequeño detalle de que mi padre me había visto salir del baño¡maldita distribución de la casa!

-Buenos días papá-saludé alegremente rogando porque mis labios no estuvieran colorados como los de Edward.

-Buenos días Bells, ¿Y Edward?-

-Está en el baño, vistiéndose-añadí e inmediatamente me arrepentí

¿¡Por qué mierdas tienes que darle esa información Bella?!

Vi como se formaba una pequeña arruga entre sus cejas, bien, definitivamente me había visto salir del baño, bueno tampoco es que si hubiera hecho nada "malo" solo porque tuviera los labios ligeramente hinchados y me costara un poco controlar mi respiración, Charlie no tendría que pensar mal ¿no?

Además soy su hija, ¡jamás pensaría mal! Me dije tratando de convencerme a mi misma mientras bajaba las escaleras dando saltitos, en ese instante me acordé de Alice ya que ella solía hacer lo mismo. Solo que ella lo hacía siempre, cuando caminaba, cuando se emocionaba, cuando reía… era como un pequeño duende saltador.

-Hmmm…esto… Sue está en la cocina, ha preparado un desayuno delicioso-dijo mientras se rascaba el bigote.

-Vale papá, iré a ver si necesita ayuda-señalé la cocina mientras me caminaba hacía allí.

-Vale nena, yo iré a recoger el correo-dijo abriendo la puerta principal para luego salir.

Fui a la cocina donde me encontré con Sue, ella estaba vistiendo pantalones vaqueros y una camisa de cuadros de media manga color rojo debajo del delantal de cocina que estaba usando para cocinar.

-Mmm ¡qué bien huele! yo diría que a hot cakes (FP) ¿me equivoco?-sonreí a la vez que me sentaba en una de las 5 sillas que se encontraban junto a la mesa redonda que había en dicha cocina.

-Tu olfato sigue igual de perceptible que cuando tenias 15 años-dijo riendo ya que efectivamente ese era el delicioso desayuno que Sue había preparado y que desde siempre había sido uno de mis preferidos. Ella cocinaba delicioso.

-Sue, ¿dónde está Leah?-pregunté

-Charlie me dijo que estaría aquí este fin de semana pero anoche no la vi y ahora tampoco hay rastro de ella-fruncí el ceño extrañada aunque pensándolo bien quizás estuviera durmiendo ya que la puerta de su dormitorio, el cual se encontraba entre el dormitorio de Jacob y el de Charlie y Sue, estaba cerrada pero me resultaba muy extraño el que no hubiera venido a saludarme.

Sue se quitó su delantal de cocinera una vez terminó y lo dejó sobre una de las sillas, luego tomó el plato de hot cakes.

-¡Oh Dios esa niña! ¡Cuando despierte va a tener que escucharme!-refunfuñó ella mientras comenzaba a servir el desayuno colocando varios hot cakes en cada uno de los 5 platos que había colocados en la mesa

-Anoche llego a casa a las 3 de la mañana, me tenía preocupada-farfulló y yo rodé los ojos sin que eso me sorprendiera.

Leah seguía siendo la Leah de hace años, esa Leah alocada que le encantaba la fiesta y por sobre todas las cosas los tíos, aunque la mayoría de estos tras haberla conocido "a fondo" la consideraba la tía mas cabrona del planeta pero según mi punto de vista no lo era, solo que a ellos les jodía no poder jugar con ella ya que Leah era el tipo de chica segura e independiente que le encantaba divertirse, pero que cuando veía que las cosas comenzaban a llevarla a una situación comprometida o seria en un aspecto sentimental que ella no quería, simplemente desaparecía al instante.

Leah con sus amigos y amigas era la mejor, era una tía estupenda y jodidamente loca pero con un gran corazón y con las ideas muy claras por eso me encantaba su forma de ser. Ella jamás permitiría que un hombre pasara por encima de ella, bueno, en realidad no permitiría que nadie se riera de ella o si lo hacia lo lamentaría profundamente, sin duda ella era una de las personas más felices que había conocido nunca.

-Sigue igual que siempre ¿verdad?-inquirí y Sue me miro divertida.

Por supuesto que sí

-¡Ay! ¡Bella! Yo creo que incluso ha empeorado-exclamó riendo pues en el fondo Sue, a pesar de saber que tenía una hija completamente chalada, sabía que era un sol de mujer y que podía estar más que orgullosa de la educación que le había dado.

- ¿Por qué no vas y la despiertas? Estoy segura de que se alegrara mucho de verte, además me gustaría que nos acompañara en el desayuno-deseó

-Esta bien, pero reza porque no me descuartice-me carcajeé al saber que Leah, la cual ahora tenía 22 años, odiaba madrugar, aunque Sue siempre la obligaba a hacerlo.

Sue me sonrió antes de que saliera por la puerta de la cocina y comenzara a subir las escaleras de dos en dos para después avanzar por el pequeño pasillo de la casa de Charlie hasta llegar al dormitorio de Leah donde con suma delicadeza abrí la puerta.

No es que me escandalizara mucho al encontrar a Leah tumbada bocarriba y travesada sobre su cama enfundada en un vestido palabra de honor ajustado de cintura, color marrón y cuya parte inferior estaba constituida por volantes (FP), mientras que sus manos colgaban por el filo de la cama, junto a la cual había tirados un par de tacones súper altos del mismo color que dicho vestido (FP).

No pude evitar sonreír, ¡ni si quiera se había quitado la ropa de anoche! Lo cual era señal de que debió de beber muchísimo, ¡Dios! ¿Cómo habría sido capaz de llegar a casa?

Me acerqué cuidadosamente a ella intentando verle la cara pero era imposible pues su largo y liso pelo negro se la cubría totalmente así que lentamente me aproximé hasta donde supuse que se encontraba su oíd para pegar mis labios a este antes de…

-¡LEAHHHHHHHHH!-grité a todo pulmón.

Ella rápidamente abrió los ojos y saltó de la cama y si no hubiera sido porque segundo antes había apartado mi cabeza de su camino nos hubiéramos dado un buen golpe las dos. No puede hacer nada más que echarme a reír frenéticamente mientras me tiraba a la cama a causa de la risa y ponía mis manos en mi estomago, ¡joder es que su cara no tenia precio!

-¡Te voy a matar Bella!-me amenazó cuando la realidad la envolvió enviándome una feroz mirada a través de sus dos penetrantes ojos negros los cuales estaban pintados de un intenso color dorado pero que debido a la agitada noche que supongo que tuvo ahora su maquillaje estaba algo fuera de su lugar ya que debajo de sus ojos tenía dos manchurrones negros a causa del rímel que se le había corrido totalmente. Su cara daba miedo justo ahora.

Sin darme cuenta sentí como una almohada impactaba con mi cabeza y yo no hice otra cosa que reír todavía más mientras gateaba por la cama, lo cual fue realmente difícil ya que Leah seguía atacándome con la almohada, hasta que logré coger la otra almohada para poder defenderme así que de esa forma, y sin planearlo, comenzamos a pelearnos con almohadas como cuando éramos más niñas, recreando una de las tantas luchas entre almohadas que solíamos tener como un par de adolescentes mientras yo seguía riendo y ella comenzaba a sonreír.

¡Creo que se le estaba pasando el enfado momentáneo!

-Ops, por cierto ¡Buenos días Leah!-dije riendo mientras intentaba quitarle su "arma de guerra"

-¡Buenos días hermanita!-contestó riendo también.

Pronto se calló abruptamente y me miró fijamente. Después estalló en gritos aturdiéndome

- ¡Bella! ¡Bella!-dijo riendo-¡es estupendo tenerte aquí! ¡Oh, Dios!-gritó como loca y yo rodé los ojos. Primero me ataca y después se percata de que estoy aquí… Típico de Leah.

-No sabes lo que te he echado de menos-exclamó y de pronto sentí como me faltaba el aire pues mi querida amiga y hermana se había abalanzado sobre mí

¡Socorro!

-No p-puedo… r-respirar-jadeé debido a su fuerte y efusivo abrazo

-Floja…-murmuró por lo bajo cuando se separó de mí y yo sonreí

-Por ciento Lee, ¿Qué mierdas hiciste anoche?-dije señalando su vestido

-No lo sé exactamente-confesó mientras se rascaba la cabeza y ponía cara pensativa. Yo me carcajeé de ella

-Muy típico-alcé una ceja y ella sonrió con descaro.

-Solo sé que conocí a un chico guapísimo-dijo sugerente-¡Joder! Estaba buenísimo, era un bombonazo, y era súper simpático…

-Ya me imagino como terminó esa "bonita amistad"-dije riendo al imaginarme cómo debían de haber terminado esos dos anoche.

Hay que admitirlo, Leah era una experta en el arte de seducción pues cuando veía un chico mortalmente guapo se abalanzaba sobre él sin importarle el idioma en el que hablara, ya fuera inglés, francés, italiano o español, ¡no importaba! Ella iba a por él, aunque claro eso era la ventaja de ser modelo y saber 4 idiomas diferentes por cuestiones de trabajo, cuestiones a las que Leah había sabido sacar buenas ventajas ya que gracias a estas había tenido un par de novios italianos ¡que eran autenticas joyitas!

Aunque yo jamás cambiaria a mi Dios griego por un súper-ultra-guapísimo italiano con ojos azules y alto como lo había sido uno de los novios de Leah pero desafortunadamente la relación no duró mucho tiempo a pesar de que a Leah ese chico realmente le gustaba su trabajo le impedía estar demasiado tiempo con él y ella no quería arriesgarse a tener un desengaño amoroso por eso decidió dejarlo pero tengo entendido por ella que ahora son excelentes amigos, algo que no era común que pasara en la vida de Leah ya que cuando terminaba con un chico las cosas con este no quedaban bien normalmente.

-Oh, qué más hubiera querido yo-gruñó con voz hostil

¿Parecía enfadad o solo eran imaginaciones mías?

-cuando pensaba que lo tenía en el bote me di cuenta de que era gay…. ¡Gay!-dijo en total frustración-¡Joder! con lo mono que era y tenía que ser de la otra acera ¡Mierda!-maldijo mientras enterraba la cara en la almohada y ahogaba un grito

-¡Dios! ¿Ahora también persigues a los gays?-comenté para molestarla

-¡Oye!, ¡qué son ellos los que me persiguen a mí!-se defendió mientras sonreía arrogantemente

-Ya claro-puse los ojos en blanco- así que anoche preferiste irte a ligar con chicos inocentes en vez de quedarte y darme la bienvenida-me crucé de brazos y fingí estar enfada

Podría estar dolida pero ¡Nah! Conocía a Leah y, ella solo era así. Estaba obsesionada con los penes.

-¡Oh, Bells!-hizo una mala imitación de un puchero

-esos chicos me necesitaban más que tú, ¿si no los pervierto yo, quién lo va a hacer? ¿Eh?-dijo sonriendo la muy descarada.

-Prometo recompensarte el abandono este fin de semana, podríamos salir esta noche, hay un bar en Port Angeles….-sonrió con picardía ¡Ay! Esto a Edward no le gustaría nada, ¿Leah y yo solas, a un bar lleno de chicos...?

No definitivamente no le gustaría nada…

-una salida de chicas, ya sabes… además el Lunes viajo a Italia así que no me queda mucho tiempo para disfrutar, mi jefe nos prohíbe "divertirnos" cuando tenemos desfiles o sesiones fotográficas-bufó. Odiaba cuando le prohibían salir de fiesta.

-Bueno ya hablaremos de eso-opté por responder, no fue ni una negativa pero tampoco había aceptado, tenía la esperanza de que se olvidara pero ¡Diablos, estábamos hablando de Leah! No iba a dejarlo pasar.

- Mejor ¿qué tal si empiezas a recompensármelo bajando a desayunar con nosotros?-propuse cambiando de tema

-De acuerdo, pero solo lo hago porque realmente me siento culpable-me miró a través de sus largas y gruesas pestañas

-Okey, espera. Voy a ponerme algo más cómodo y a quitarme esta mierda de la cara-señaló su maquillaje, bueno, si es que se le podía llamar así porque eso que tenía en la cara ahora mismo no era maquillaje ni era nada, ¡oh! bueno si ¡era como si alguien le hubiera arrojado un vaso de agua con pintura negra a sus mejillas!

Parecía sacada de una película de terror y probablemente ella pensara lo mismo cuando se viera. ¡Lucía horrible pero graciosa! ¡Cómo un dibujo animado!

-Sí, corre antes de que Sue te vea así-reí entre dientes observando cómo se dirigía al baño

-¿está muy cabreada?-se detuvo en la puerta y me miró

-para nada-sacudí la cabeza- está de muy buen humor

-Y, ¿Charlie?-también le preocupaba si él estaba o no molesto ya que Leah lo consideraba y respetaba como a un verdadero padre.

-También está genial, no te preocupes, no patearan tu trasero esta mañana-la tranquilicé en broma.

Ella fingió quitarse el sudor de la frente y suspiró teatralmente

-¡Menos mal! Mi trasero no lo hubiera soportado hoy, ¡ni mi cabeza! Creo que tengo un poco de resaca

Lo raro es que tuviera solo un poco de resaca, apuesto a que anoche bebió mucho más de lo que parece ¡yo no habría podido ni levantarme de la cama!

Edward decía que yo exageraba las resacas pero ¡no! Realmente podía llegarme a sentar muy mal beber mucho al día siguiente, pero en cambio lo seguía haciendo, creo que porque en el fondo me gustaba que Edward me mimara al día siguiente cuando mi cabeza parecía un tambor y quería estallar, era lindo que él me cuidara.

A veces sin embargo podía beber y al día siguiente no sentirme tan mal y por el contrario él sentirse como la mierda—en esos casos era porque él lógicamente había bebido más que yo— entonces me tocaba a mí cuidarlo. Edward con resaca era protestón pero adorable. Me gustaba cuidarlo.

- Ahora vuelvo, tú-me señaló Leah-no te muevas de aquí

-Como ordenes-dije haciendo un gesto militar

Cuando Leah salió de la habitación con un par de prendas de vestir en el brazo me picó el gusanillo de la curiosidad, así que hice algo no muy correcto y me puse a cotillearle un poco la habitación pues hacia bastante tiempo que no lo hacía. Es decir, yo no hacía esto usualmente pero, bueno… ella es mi hermana, y ¡Oh, por Dios! ¡Seguro ella también lo hizo conmigo alguna vez!

Abrí el primer cajón de su mesilla donde me encontré, cómo no, un paquete de condones, un tanga, unas llaves, un paquete de tabaco, una cámara de fotos, y ¿un tampón? ¡Mierda! seguía siendo igual de desordenada ya que su habitación estaba igual que siempre, la ropa se encontraba en todas parte menos en el armario que es donde debería estar, mientras que si mirabas debajo de su cama, podías observar, todos sus zapatos de tacón esparcidos por el suelo, sus bragas—si es que las guardaba en algún lugar normal, como un cajón—probablemente ni estarían dobladas, su maquillaje estaba tirado por la mesilla y, ¿había un sujetador colgado en la manivela de la puerta?

Como no había nada muy interesante tomé la cámara de fotos digital y me dispuse a ver las fotos de la noche pasada, el principio era fotos muy corrientes en las que podía observar a Leah abrazada con amigos, a Leah y a un chico, a Leah y a unas chicas, nuevamente a Leah y a un chico diferente al anterior, otra vez a Leah…umm con otro chico diferente al anterior y al anterior… pasé más rápido hasta que después las fotos fueron volviéndose menos formales ya que en una Leah salía bailando en lo alto de una tarima junto a un par de gogos (*) masculinos… ¡Oh dios!, si Sue viera esto sería capaz de asesinarla…

Reí, ella realmente lo paso bien anoche.

Escuché sus pasos por lo que rápidamente guardé la cámara en su lugar ya que se supone que a mi edad ya había superado esa fase de "hermana cotilla que te lo revisa todo cuando no estás" aunque claro solo era una suposición.

Cuando entró traía una cara más despejada y limpia debido a que se había quitado todo el maquillaje y se había recogido su cabello en una coleta casual. Me di cuenta de que vestía unos pantalones vaqueros cortos desgastados y una camiseta de media manga color gris cuya única decoración era una fila de botones en la parte delantera mientras que de calzado había elegido unas cómodas converse negras al igual que las que yo llevaba puestas. (FP)

¿Qué puedo decir? Éramos muy fans de las converse

Bajamos a la cocina donde estaban todos sentados esperándonos, incluido Edward que hablaba amistosamente con Charlie y Sue los cuales pusieron sus ojos en Leah y la reprendieron con la mirada…

EDWARD POV

Después del jodido y caliente beso que Bella me había regalado esta mañana conseguí vestirme y volver a pensar con coherencia así que cuando estuve listo bajé las escaleras a la espera de encontrármela en la cocina pero únicamente me vi a Sue y a Charlie.

-Buenos días-saludé a ambos educadamente-

-Buenos días, Edward-contestaron alegremente-¿cómo has dormido?-se interesó cariñosamente Sue

-Muy bien, después del vuelo estaba bastante cansado, la ducha y la cama me han dejado como nuevo-reí y me rasqué la nuca-¿Y Bella?-no tardé mucho en preguntar por ella.

-Ha subido hace un rato a despertar a Leah, no tardarán en bajar-explicó Sue y yo asentí con la cabeza

-pero siéntate y ponte cómodo, en cuanto bajen comenzaremos a desayunar-señaló la mesa invitándome a que me sentar.

Pude ver que el desayuno estaba listo, la verdad es que me moría de hambre pues prácticamente no había comido nada desde la asquerosa cena que sirvieron en el avión así que lo más probable es que devorara los hot cakes que había servidos y que tenían pinta de estar sumamente deliciosos.

Bella anoche no había querido molestar a Sue para que nos preparara algo de cenar y honestamente yo tampoco, era tarde y preferíamos dormir antes que comer algo, además creo que con los comentarios—con doble intención claramente—de Bella no habría podido comer frete a Charlie

Ella me había recordado lo que hicimos en el avión justo delante de mi suegro ¡por Dios! ¡Quería matarme!

Sin más acepté la invitación de Sue y avancé unos pasos hasta sentarme en la mesa en frente de Charlie con el que conseguí entablar una amigable y cómoda conversación en la estuvimos hablando del trabajo, la familia y, bueno en fin, de lo que se suele hablar cuando hace tiempo que no ves a una persona.

Al menos Charlie estaba de bueno humor lo cual era un punto a nuestro favor ya que anoche antes de que Bella y yo nos durmiéramos decidimos que en el desayuno sería el mejor momento para anunciar nuestro compromiso así que solo me que quedaba cruzar los dedos por que Charlie aceptara esto.

Tal y como había dicho Sue, Bella y Leah no tardaron mucho en bajar y cuando lo hicieron Leah fue la primera en abrir la boca al ver como Sue la reprendía con la mirada.

-¡Buenos días familia!-dijo una sonriente Leah

-Mamá, mamá, mamá, antes de que digas algo quiero que sepas que estás preciosa esta mañana-agregó Leah al ver que Sue se disponía a decir algo.

-Ya, ya… -comenzó a refunfuñar Sue aunque por mucho que quisiera aparentar estar enfadada la sonrisa que tenía en su cara se lo impedía por lo que Leah, al ver ese gesto por parte de su madre que finalmente indicaba que no estaba enfadad, se relajó

-¡Eddie!-exclamó luego mirándome.

Genial, pensé sarcásticamente. Leah era una tía cojonuda pero era una extraña mezcla entre Emmett y Jacob en versión femenina, lo cual era aterrorizante así que no es que me extrañara mucho que me llamara así pues desde que lo escuchó salir de la boca de mi hermano siempre lo hacía ya que sabía que no me gustaba— de hecho era muy consciente de cuanto odiaba yo ese jodido e inoportuno nombre—.A ella le encantaba hacer rabiar a cualquiera.

Me levanté para saludarla y ella se abalanzó sobre mí.

-Hola Leah-reí-yo también me alegro de verte-dije ante su efusivo abrazo

-¡Hola!-rió fuerte a la vez que me abrazaba, ¡la jodida tenía mucha fuerza!

-¡Joder! ¡Bella! No me habías dicho que estaba más guapo que la ultima vez-yo sonreí de nuevo, siempre era tan descarada y extrovertida pero no es que yo le gustara ni nada por el estilo, al contrario, es que Leah siempre había sido así y eso era lo que la caracterizaba pues su forma de ser era tan poco común, por decirlo de alguna manera.

Cuando deshizo nuestro abrazo vi como Bella rodaba los ojos y se acercaba hasta nosotros para tomar asiento junto a mí por lo que yo la seguí y volví a sentarme.

Así que una vez nos sentamos todos, incluida Sue, la cual había servido zumo de naranja para todos, comenzamos a desayunar enfrascándonos en una conversación amena y coloquial.

-¿Qué tal las cosas por Chicago?-puso interés Charlie en un determinado momento-¿Cómo está tu familia, Edward?

-¿Hay alguna novedad interesante por allí?-prosiguió fisgona Leah antes de beber un poco de jugo

-Bueno lo cierto es que sí, ¡Rosalie está embarazada!-dio Bella alegremente la noticia

-¡Oh! ¡Pero eso es genial!-se alegró mucho Sue sinceramente-Me siento tan feliz por ella-dijo ya que cuando nuestras familias, la de Bella y la mía, se conocieron desde el primer momento se llevaron muy bien y ambas se tenían mucho cariño y aprecio lo cual hizo que tanto Bella y yo respiráramos tranquilos y por supuesto felices.

Era increíble—y un gran alivio—que nuestras familias congeniaran tan bien

-Ella y Emmett están muy felices, están encantados con la noticia-acordé

-¡Wou! ¿Emmett será padre? ¡Quién lo iba a imaginar!-se asombró Leah.

Sonreí para mí mismo ya que verdaderamente sí era algo sorprendente teniendo en cuenta que Emmett había sido todo un rompecorazones, podía parecer algo inaudito que en unos meses una pequeña persona formaría parte de su vida y de la de Rose

-Sí, eso es una muy buena noticia, esa chica es la que es modelo ¿no?-dudó Charlie y Leah asintió en respuesta.

Ella y Rose trabajaron juntas en una pequeña campaña benéfica hace algún tiempo además de que se conocían porque Bella las presentó hace años, antes de que ellas trabajaran juntas.

-Por cierto papá hablando de buenas noticias-comentó como si nada Bella

¡Ay…!

-Edward y yo queremos deciros algo-empezó y casi pude leer un "lo sabía" en los ojos de Charlie cuando estos se cruzaron con los míos.

-Claro ¿Qué queréis decirnos, nena?- Charlie se esforzó porque eso no sonara como un gruñido.

Comencé a sentirme algo nervioso sobre todo cuando el silencio inundó la habitación pues Charlie esperaba a que dijésemos algo pero realmente yo no sabía cómo empezar a hablar, es más, dudaba que en estos momentos me saliera voz alguna y Bella debía estar igual porque comenzó a removerse algo inquita en su silla antes de agarrar—por debajo de la mesa—fuertemente mi mano y así entrelazar nuestros dedos para después comenzar a jugar nerviosamente con ellos.

La miré y le sonreí y ella hizo lo mismo conmigo, no sé por qué pero ese pequeño gesto me dio el valor suficiente para que las palabras salieran disparadas por mi boca:

-Charlie, Sue, Leah-pronuncié lentamente para después mirar a Bella en cuya mirada pude descifrar muchos sentimientos pero entre ellos había uno que adoraba por sobre todas las cosas y que sin duda era el más importante: su amor.

Ese sentimiento tan desconocido para mi hace años y que tanto me había hecho cambiar y al que gracias ahora era un hombre enamorado y muy, muy feliz.

-Bella y yo nos vamos a casar en dos meses-dije con seguridad para después voltear a ver a los demás miembros de la mesa y poder ver así como los ojos de Charlie estaban totalmente fuera de sus orbitas

Genial, ahora si Charlie me colgaría los huevos…

()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()() 21 Agosto 2011 ()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()() ()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()

Gogó (*) : Un o una gogó o go-go es un bailarín o una bailarina que actúa en discotecas y diferentes tipos de centros nocturnos, se caracterizan por vestir poca ropa que puede ser muy llamativa u obscura.

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¡Hola!

Bueno viajamos a Forks ;) y aquí esta ese Charlie POV, espero que os haya gustado, cuando lo escribí me costó horrores hacerlo, es difícil para mí meterme en la cabeza de Charlie y de cualquier otro personaje que no sean Edward y Bella, pero quería que entendierais un poco su posición de padre

Bien, ahora quería explicaros algunos puntos del capítulo como por ejemplo el primer flash Back, veréis ahí lo que quería transmitir es que Edward es alguien con un alto ego y autoestima pero a la hora de enfrentarse a algo tan importante como lo es para ellos la reacción de Charlie pues se "acojona" y el por qué de tanto miedo es porque él siente que después de 3 años con Bella se ha ganado la confianza de Charlie y teme que ahora él no tome bien que se van a casar y ese esfuerzo por ganar su confianza y aprobación se vea amenazados porque sabe que el apoyo de Charlie es muy importante para Bella y odiaría verla triste o mal si Charlie no aceptara la boda.

Os quería aclarar eso porque en el capitulo me fui imposible trasmitirlo, aunque lo intenté no sé si es esa impresión lo que realmente os ha llegado, por eso quería aclarar exactamente de qué tiene miedo Edward.

Aunque bueno, al final, fue él mismo quién le dio a Charlie la noticia y es una muestra de que muy en el fondo confía en que las cosas salgan bien. Aunque a veces dude, Edward sabe que a Charlie le cae bien y lo acepta como futuro marido de su hija.

¡Nuevamente gracias por las alertas que me han llegado esta semana, y por agregarme a favoritos! Me encanta saber que os sigue gustando la historia, por eso bienvenidos a los que a lo largo de esta semana os habéis unido al resto de personas que la leen :)

Y a los que dejáis reviews (y ojala que lo sigáis haciendo), ¡millones de gracias! Hasta pronto, Nika :)

Pdta.: como la semana pasada no pude subir este capi, este fin de semana para recompensar voy a subir también el capi 16 :D

Guest: ¡Muchas gracias de nuevo! ^.^ Sigue disfrutándolo :

)

Acerca del Autor

Nos dedicamos a brindar información a todos los fans de la Saga Crepúsculo. Desde entonces nos hemos encargado de cubrir premieres, eventos, actualizar día a día nueva información sobre el cast. Después de que terminó la épica Saga en Noviembre del 2012, seguimos los proyectos de cada actor como corresponde.
Lee más en: Conócenos

1 comentario:

  1. Anónimo8/24/2011

    hermosa historia espero que pronto subas mas capitulos!!

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