Cap 14: Futura Señora Cullen

Por DiarioTwilight   Publicado a las  8:28 p. m.   0 comentarios


Capítulo 14: Descubrimientos

BELLA POV

-¿Hola? ¿Victoria, eres tú?-pregunté mientras que al otro lado de la línea no se escuchaba más que silencio.

Quizá había marcado erróneamente el número telefónico que Victoria me dio. Volví a checar el número para comprobarlo, pero no, era el mismo, no me había equivocado.

-¿Hola?, Soy Bella-probé de nuevo

-¡Hola Bella!, si soy Victoria, ¿cómo estás? Pensé que no me llamarías-respondió con entusiasmo al otro lado de la línea. Me sentí feliz porque ella se alegrara de que la hubiera llamado.

Por el rabillo del ojo observé como Alice—la cual iba vestida con un bonito y cómodo mono corto de tela color azul marino y con escote palabra de honor que tenía un delgado cinturón en la cintura del mismo color marrón que las sandalias altas que estaba utilizando (FP)—, comenzaba a partir en trocitos pequeños la lechuga que luego añadiría a la ensalada que estaba preparando.

Eran las 2 de la tarde y ambas estábamos muertas de hambre, y no era para menos pues habíamos agotado todas nuestras energías esta mañana ya que habíamos pasado horas y horas de un lado para otro pues gracias a Dios ya habíamos acordado la fecha con el sacerdote que nos casaría a Edward y a mí en una catedral muy antigua y bonita de Chicago. En realidad había muchas bonitas, pero elegí esa por la simple y sencilla razón de que en esa catedral fue donde Carlisle y Esme se casaron y, bueno supuse que a Edward le gustaría la idea.

También habíamos elegido las flores que decorarían la iglesia y la casa de Esme —ya que a Edward le pareció muy buena idea celebrar la recepción en casa de sus padres— e incluso nos había dado tiempo a mirar un poco el menú que ofreceríamos en dicha recepción.

Realmente había sido una semana de locos, prácticamente me levantaba a la misma hora que lo hacía Edward para después pasarme el día entero recorriendo Chicago junto con Alice, y en alguna que otra ocasión junto a Esme también, para más tarde llegar a casa súper cansada y caer sin fuerzas a la cama, aunque eso no me impedía pasar mis horitas con Edward cuando llegaba a casa, momentos en los que aprovechaba para comérmelo a besos antes de ir a dormir rodeada siempre pos sus cálidos brazos.

Y bueno, hoy era Jueves y como mañana por la tarde Edward y yo viajaríamos a Forks pues Alice me había dado la tarde libre para que pudiera preparar todas mis cosas gesto que realmente agradecí, pero en vez de pasar toda la tarde haciendo maletas decidí quedar con Victoria ya que no había tenido oportunidad de hacerlo a lo largo de la semana y tenía muchísimas ganas de pasar un rato con mi amiga, a la cual no había visto por años.

-Muy bien siento no haberte llamado antes pero he estado algo ocupada-me excusé avergonzada mientras jugaba con la hebilla de mi cinturón rosa el cual conjuntaba muy bien con los pantalones cortos color rosa desgastado que vestía y que combinaban muy bien con la camiseta básica de rayas horizontales color rosa, salmón y blanco y las sandalias planas blancas que estaba usando (FP)

-No te preocupes Bells, supuse que estarías ocupada, no pasa nada-dijo sinceramente restándole importancia-

-Bien, me alegra escuchar eso-sonreí

-Bueno y, dime ¿estás libre esta tarde?-pregunté a la vez que observaba como la delgada figura de mi cuñada se movía de un lugar a otro dentro de las 4 paredes de la cocina no pude evitar sonreír ¿acaso nunca se podía estar quieta?

-Sí, esta tarde no tengo nada que hacer-contestó a mi pregunta a la vez que yo me apoyaba contra la encimera de la cocina

-Oh genial, eso quiere decir que podríamos quedar a tomar algo ¿no?-sugerí entusiasmada ante la idea. No me había dado cuenta hasta ahora de lo mucho que había extrañado pasar tiempo con Victoria.

-Sí, eso sería genial Bells, ¡tenemos mucho que contarnos, nena!-reí

-¿conoces la cafetería "The L Cafe" que hay cercar de Cloud Gate (FP)?

-No, en realidad no conozco nada de esta ciudad, ya sabes apenas llegué el Domingo, y no he podido hacer demasiado turismo-murmuró apenada

-Mmmm, recuérdame que me encargue de eso, no sabes lo hermosa que es esta ciudad, prometo ser tu guía-aseguré para después escuchar una risita al otro lado del teléfono

-Te tomo la palabra, Bells-

-Eso está hecho, bueno pues ya que no conoces ningún restaurante, ¿qué te parece si te doy la dirección de donde vivo y quedamos en mi casa?-propuse

-Sí, está bien, no creo que tengo problemas en conseguir un taxi y darle tu dirección-comentó riendo

-espera voy a por un trozo de papel y un lápiz-dijo por lo que pocos minutos después Victoria había apuntado la dirección del departamento

-Si tienes problemas en encontrar el edificio llámame ¿vale?-

En realidad no creía que los tuviese, era un edificio fácil de encontrar, no estaba perdido en ningún callejón o algo por el estilo, estaba situado en una de las calles principales de la ciudad y era bastante alto, no tendría problemas para hallarlo.

-Vale, aunque con las indicaciones que me has dado no creo que los tenga-se burló riendo ya que le había descrito como 3 veces el edificio en el que Edward y yo vivíamos

-¡Eh! No te rías solo me cercioro de que no te pierdas Vicky-me reí también de mi misma. Me había extralimitado dando indicaciones.

-Claro-volvió a dejar escapar unas risas- ¿Te importa si me llevo a la niña?-inquirió luego

-No claro que no, es más, me encantará verla nuevamente-dije ya que Rachel, la pequeña niña de Victoria me había robado el corazón aquella tarde en el parque.

Era tan tierna…

-Vale, muchas gracias Bells, nos vemos esta tarde ¿de acuerdo?, iré sobre las 6, Rachel tiene que dormir la siesta-avisó en tono maternal. Eso definitivamente había sido muy raro de escuchar, incluso aún era extraño tan solo pensar que la palabra Victoria y bebé fueran en la misma frase.

-¡Si, claro!, nos vemos a las 6 Vicky. Un beso, ¡adiós!-me despedí

-¡Adiós Bells! ¡Un abrazo de parte de Rachel y mío!-se despidió con la fuerza y energía de la Victoria que recordaba hace años. Parecía no haber cambiado tanto.

Suspiré mientras dejaba el móvil sobre la encimera de la cocina, verdaderamente me sentía afortunada de que Victoria hubiese entrado nuevamente en mi vida, esta vez me aseguraría de no perder el contacto con ella nuevamente. Había sido una de mis mejores amigas en el instituto y la quería como a una hermana.

-¿Segura que no quieres quedarte esta tarde Alice? Estoy segura de que Victoria te simpatizaría muchísimo-le comenté mientras abría la nevera para sacar algo de zanahoria rayada para añadir a la ensalada

-Me encantaría, lo sabes, pero he quedado con Jasper-contestó de vuelta Alice.

Le había pedido que se quedara a comer conmigo hoy ya que no me gustaba tener que comer sola todos los días, y ella felizmente había aceptado a quedarse por lo que yo antes de llamar a Victoria había preparado algo de pasta, ya que como era de suponer el Martes fui al supermercado e hice la compra, así que la nevera de casa ya estaba más que preparada para todo el mes. Decidimos hacer pasta porque era una comida poco elaborada y rápida, ninguna de las dos tenía ganas de cocinar.

Cuando terminamos de hacer la ensalada pusimos un par de cubiertos en la mesa de la sala de estar para después sentarnos en esta a comer mientras charlábamos y reíamos sobre cosas que realmente no tenían mucho sentido pero que nos hacían reír como un par de tontas atolondradas.

Después de comer ambas estuvimos un rato en el salón viendo la televisión ya que Alice no se iría hasta las 4 por lo que todavía podríamos pasar un rato juntas. Por muy loca-obsesiva-adicta a las compras que ella fuese yo adoraba pasar tiempo con Alice.

-¿Has hablado con Jacob y Vanessa esta semana?-preguntó Alice que se encontraba imitando mi postura ya que estaba semi tumbada en el sofá a la vez que apoyaba sus pies sobre la mesita del centro mientras que con una mano sostenía el mando a distancia para así poder comenzar a pasar canales ya que no había nada interesante en ninguno por lo que se dedicaba a hacer zapping

-Es que yo no he podido hablar con ellos, ¡incluso apenas he visto a Rose! Y le prometí a Vanessa un día de compras en el centro comercial-se lamentó por no haber cumplido esa promesa aún.

-Hablé con Jake el Martes, lo llamé para preguntarle cómo había salido su entrevista de trabajo-le respondí

-¡Oh! Es cierto, y dime ¿qué te dijo?-preguntó Alice emocionada por lo que yo sonreí

-Me dijo que si conseguía el puesto de trabajo lo llamarían el Miércoles-hablé recordando la conversación que tuve con mi hermano

-Así que esperé hasta el Miércoles y por la noche lo llamé, estaba tan feliz cuando me dijo que lo habían contratado y que empezaría a trabajar en el polideportivo el 1 de Julio-lo cual sería el Lunes de la semana que viene ya que estábamos en los últimos días del mes de Junio.

-¡Eso es genial!, Jacob y Vanessa se quedarán en Chicago entonces-afirmó alegremente Alice.

Sabía con certeza que ella quería muchísimo a esos dos y que los consideraba realmente como de la familia, sobre todo a Vanessa ya que con ella tenía muchísimas cosas en común entre las cuales se encontraba la rara obsesión por ir de compras y pasar horas y horas probándose ropa. ¡Jamás entendería eso!

No es que odiara las compras y la ropa, no las odiaba, ir de compras podía estar bien durante una o dos horas pero cuando Alice simplemente las nombraba me entraba pánico porque significaba pasar todo un día metidas en el centro comercial jugando a ser su muñeca ¡Eso era escalofriante!

-Lo sé, para mí es como un sueño que Jacob se quede aquí, lo echaba de menos- él era una persona tan importante en mi vida, había sido mi mejor amigo, mi hermano y mi apoyo en los peores momentos… le debía tanto.

-Además, él también se escuchaba tan feliz de quedarse en Chicago-añadí perdida en mis pensamientos al recordar la conversación telefónica que había tenido anoche con él.

Inicio flash Back

-¡Me lo han dando Bella! ¡Lo he conseguido! –exclamó al otro lado de la línea cuando le pregunté sobre la entrevista de trabajo y, a pesar de no poder verlo sería capaz de jurar que habría estado dando volteretas durante horas tras saber la noticia, él siempre era tan hiperactivo

-¡Vanessa y yo nos quedaremos en Chicago!-anunció entusiasmado

-¡Oh dios! Jake, eso es genial, es perfecto-exclamé totalmente emocionada

-este trabajo te hará crecer en el mundo del deporte, y ¡Ey! ¿Quién sabe?, hoy estarás entrenando a un equipo de chavales pero mañana podrías estar entrenando a un equipo muy importante-dije ya que el trabajo que había conseguido consistía en entrenar a un equipo de chicos entre 17 y 19 años que por ahora solamente competían contra equipos del estado de Illinois pero que realmente eran buenos por lo que se les consideraban promesas del fútbol americano, o eso me había dicho Jacob.

-Lo sé Bells, estoy tan contento y, bueno a Vanessa le encanta la idea de quedarse en Chicago, adora esta ciudad y eso realmente me alivia, si ella no hubiera estado de acuerdo hubiera sido tan difícil para mí rechazar el trabajo pero lo habría hecho….por ella. Por encima de cualquier cosa quiero que sea feliz – murmuró

-Aww ¡Jake! Aún me emociona oírte hablar así-me burlé, aunque era cierto, era increíble lo mucho que Vanessa le había hecho madurar, ella le hacía bien, se notaba con solo mirarlo que era feliz, que ambos lo eran el uno con el otro.

-¡Soy todo un romántico Bells!-dijo medio en broma

-¡Y quién lo diría Jacob Black! ¡Tú, un hombre romántico!-reí

-Todo finalmente ha salido bien, aún me cuesta creer que esta tarde acabe de firmar un contrato para entrenar durante dos temporadas a un equipo en Chicago

-Te lo mereces Jake, y deja de pensar en lo que hubiera pasado si Vanessa no hubiera estado de acuerdo-lo reprendí porque sabía que lo estaba haciendo

-además Vanessa iría a donde tu vayas, ella está completamente enamorada de ti, Jake la tienes loquita-dije riendo ante mi último comentario.

-Lo sé, eso es porque soy genial y, de hecho también soy bastante guapo- se mofó riendo antes de ponerse serio. Su comentario me hizo recordar a Edward, él también era un capullo engreído al que, por cierto, amaba mucho.

- Pero, créeme que yo haría lo mismo por ella-admitió honestamente.

-También he hablado con mi madre y Charlie, ellos se han puesto realmente felices cuando les he dado la noticia-eso también parecía ponerlo muy feliz

-¿Me estás diciendo que soy la ultima de la familia en enterarme?-fingí estar ofendida

Escuché una fuerte carcajada al otro lado del teléfono

- no te enfades Bells que te hubieras enterado antes si hubieras contestado mis llamadas esta mañana ¿dónde te habías metido?-murmuró

- Sí, vi tus llamadas pero no pude devolvértelas, lo siento, tenía el móvil en silencio pues estaba con Alice en una iglesia-me excusé, la verdad es que luego olvidé por completo llamarlo hasta ahora que había conseguido un momento de tranquilidad. El día había sido una completa locura y no había tenido oportunidad de hacerlo.

-¡¿En una iglesia?! ¿Qué pasa? ¿Que ahora Alice y tú os vais a hacer monjas?-se burló-eso no le gustará nada a Edward y a Jasper-me molestó riendo

-¡No tonto!, estábamos hablando con un sacerdote, ya sabes me caso en dos meses… -sonreí a pesar de que él no pudiera verme.

Cada vez que recordaba la palabra matrimonio, inmediatamente recordaba que iba a pasar el resto de mi vida junto a Edward y eso, inevitablemente, me hacía mostrar la sonrisa más grande de todas.

-Ahhh, es cierto, ya casi se me había olvidado que mi pequeña hermana se casaba-su tono de voz era bromista, así que supe que no hablaba en serio

-Charlie me contó que ibas a visitarlo este fin de semana, ¿Por qué quieres provocarle un infarto antes de tiempo? Tú padre es demasiado joven Bells-dijo y yo puse los ojos en blanco.

¡Yo no quería provocarle a Charlie un infarto! ¡Ni mucho menos!

- Gracias por tu apoyo-ironicé- ¿sabes? Ya tengo bastante con lidiar con un Edward acojonado como para que vengas tú a darme semejantes ánimos.

-¡¿Edward está acojonado?!-soltó la pregunta entre carcajadas,

¡Demonios! no debí haberle dicho eso, ahora se la iba a pasar burlándose de él.

-Sí, un poquitín, pero no le vayas a decir que te lo he contado Jacob Black - advertí severamente aunque él seguía riendo como un loco.

-Vale, vale, seré una tumba-otra carcajada-aunque no es para menos Bella yo también estaría un poco acojonado-murmuró cuando se tranquilizó un poco.

-Genial-ironicé-¿No eras tú el que me dijo que todo saldría bien y que Charlie lo asimilaría rápido?

Era cierto, cuando le conté la noticia a Jacob y le confesé que en el fondo sentía algo de pánico por la posible reacción de mi padre, él me había tranquilizado sin embargo su actitud ahora no me estaba ayudando en absoluto. Solté un bufido.

-Es broma Bells, tanto tú como yo sabemos que a Charlie, Edward le simpatiza, y aunque le joda admitirlo tanto como a mí, ese tío te hace inmensamente feliz por lo que tú padre no se pondrá difícil, así que relájate pequeña.-pronunció las últimas palabras con gracia.

-¡Ves, Jacob!, esta clase de ánimos son mucho mejores que los anteriores-sonreí satisfecha

-así si se puede hablar contigo-dije para después escuchar una pequeña carcajada al otro lado del altavoz

-¿Se puede saber porque te ríes ahora?-fruncí el ceño

-Porque eres una refunfuñona-respondió riendo nuevamente

-Oh, vale, pues como al parecer todo lo que te digo te hace gracia, mejor seguimos hablando en otro momento, antes de que me enfade lo suficiente como para ir hasta donde se encuentra tu trasero y patearlo-amenacé malhumorada

-Eso sería divertido, apuesto a que no puedes pillarme, soy más rápido que tú-se burló por lo que yo en respuesta gruñí y me arrepentí de hacerlo porque él rió más.

-Adiós Jake, eres insoportable-

-Adiós gruñona, te quiero, y sé que en el fondo tú también-sonó divertido antes cortar la llamada.

Jacob siempre se divertía a mi costa, lo golpearía la próxima vez que lo viera.

Pero a pesar de eso, sonreí involuntariamente, pues sus bromas a veces—la mayoría de las veces en realidad— me sacaban de mis casillas pero él era así y me gustaba ese Jacob a pesar de que en ocasiones provocara que enormes ganas de matarlo rondaran por mi cabeza.

Fin flash Back

-Sí que debe estar feliz-Alice me sacó de mis pensamientos

-se ve a leguas que él te quiere mucho-continuó- si no fuera porque os queréis como hermanos de sangre Edward tendría mucho por lo que preocuparse-rió en broma

-Yo jamás podría ver a Jacob de otra forma que no fuese como un hermano, y estoy segura de que él tampoco -incluso la idea me repugnaba ¡él era como de mi sangre!-

- me vio crecer y siempre me considerará su hermanita pequeña a la que debe cuidar, como solía decir Charlie,-oh, si mi padre y Jake siempre se habían mostrado muy sobreprotectores conmigo- y yo siempre lo veré como mi hermano mayor al que siempre admiraré y querré muchísimo a pesar de que a veces quiera matarlo lenta y dolorosamente-reí en broma

Bueno, pero a veces si quería matarlo o al menos darle un par de buenas patadas...

-Sí, conozco esa sensación-Alice suspiró

-yo realmente adoro al tonto de Emmett y al gilipollas de Edward, no sé qué haría sin ellos-dijo y yo sonreí, pues sabía que a pesar de que Alice siempre quiso tener una hermanita para poder "jugar a las muñecas" con ella estaba más que feliz de tener a unos hermanos tan increíbles como lo eran Emmett y Edward

-Realmente son un par de idiotas-a la vez que reía, logré quitarle de las manos el mando a distancia a Alice, ya que lo único que hacía era pasar y pasar canales pero nunca dejaba uno y eso me ponía nerviosa.

Ella no intentó quitármelo de vuelta de las manos, simplemente me sacó la lengua en protesta.

-Te has enamorado mi hermano por lo tanto estás enamorada de un idiota- concluyó ella burlándose.

Y si, quizá me hubiera enamorado de un idiota, pero era el idiota más adorable del mundo, un idiota que con tan solo mirarme provocaba que miles de sensaciones diferentes aparecieran en mi, que sentimientos tan puros hicieran que mi cuerpo reaccionara al tenerlo cerca, un idiota que cuando me acariciaba y besaba hacia que mis huesos temblaran, que mi mundo girara a su alrededor y que todo excepto él y yo desapareciera, solo él y yo.

Tenía ganas de pasar el resto de mi vida junto a ese idiota, definitivamente.

-No importa, algún defecto tenía que tener ¿no?-solo bromeé.

-Mi hermano no es perfecto Bella-dijo sonriendo mi cuñada

-Para mí lo es-hablé sinceramente, bueno, sabía que no era perfecto, era un ser humano normal y corriente, pero para mí sus imperfecciones eran perfectas. Él solo era perfectamente imperfecto.

No quería ni buscaba un príncipe azul de cuento, nunca quise eso, es más odiaba los cuentos infantiles por crear un prototipo de hombre que no existía, yo solo quería a mi particular príncipe azul.

Edward podía tener muchos pequeños defectos, por ejemplo, se movía sin parar en las noches por toda la cama antes de dormirse, de hecho estaba acostumbrado a dormir ocupando toda la cama, dejaba la ropa tirada en el suelo y las toallas mojadas en el baño después de ducharse, gastaba dinero en cosas innecesarias como restaurantes lujosos o estúpidas joyas para mí, lo que realmente era muy molesto para mí además, podía llegar a ser alguien muy terco—aunque bueno yo también lo era, no lo podía negar—y cuando discutíamos le costaba mucho ceder, sin embargo esto último yo no lo consideraba un defecto ya que me agradaba mucho esa parte de él, me gustaba que defendiera su punto de vista y no me diera la razón como un idiota solo para no pelear conmigo y tenerme contenta, no tragaba a esa clase de chicos, por eso amaba que Edward no fuera así. Nunca dejaba de ser él mismo.

Pero a pesar de todas esas cosas, que en realidad no tenían importancia (bueno, excepto el del dinero, ese sí era una gran defecto) para mi él, definitivamente, era mi príncipe ideal.

-Eres una tonta enamorada ¿lo sabías?-me miró burlona-cada vez que hablas de él se te cae la baba, voy a tener que comprarte un babero la próxima vez que vayamos a hablar de Edward

-No es cierto-negué en defensa

¿Yo babeaba por Edward cada vez que hablaba de él?

Ummm… Bueno sí, está bien, quizás un poco…

- Además me gustaría que te vieras la cara cuando hablas de Jasper-dije riendo yo ahora al ver como sus verdes ojos se iluminaban.

-Tonta-murmuró dándome un codazo por lo que mi sonrisa aumento pese a que me había propinado un buen golpe.

Ella sabía que mis palabras eran muy ciertas, su rostro se iluminaba al hablar de Jazz como cuando una estrella brilla con fuerza en medio de una oscura noche.

-Hablando de él-comenzó hablando-bueno, cuando pase todo esto de la boda Jasper quiere que vayamos a Australia, quiere que conozca a sus abuelos… -parecía feliz pero noté inquietud en su voz.

-¡Wow! pensé que Jasper y Rosalie no tenían más familia-medité escudriñado entre los recuerdos de mi cabeza, yo solo recordaba haber conocido a sus padres pero a nadie más, ni tíos, ni primos, abuelos, nadie.

-Y no la tienen en Estados Unidos pero en Australia están sus abuelos y dos tíos, incluso creo que tienen un par de sobrinos-eso sorprendió

-No los vi en la boda de Rosalie y Emmett- dudé frunciendo el rostro. Intenté recordar de nuevo a algún familiar de los hermanos Hale, pero no recordaba a nadie.

-Rosalie y Jasper no se llevan muy bien con sus tíos al parecer hace años, cuando sus padres aun vivían, intentaron robarles dinero y después hubo muchísimos problemas con la herencia, no querían que Jasper y Rosalie se quedaran con todo el dinero pese a ser ese el deseo que sus padres habían expresado en su testamento-me explicó

Algo de eso me había comentado Edward en una ocasión pero nunca profundizamos el tema, lo único que sabía es que tanto Jasper como Rose tuvieron que viajar fuera de Estados Unidos con un buen abogado para solucionar el problema pero nunca había tenido conciencia de que fuera debido a sus propios familiares

-Y, bueno, Rose y Jazz adoran a sus abuelos pero ellos son ancianos y no les gusta viajar, así que por eso no asistieron a la boda, pero ya sabes, Rose se encargó de enviarles cientos de fotos-rió

-Puedo imaginarlo-reí también

-Y ¿Jazz? ¿Él tiene ánimos de ver a sus tíos? porque supongo que si vais a ver a sus abuelos también veréis al resto de la familia…

-No, de hecho es por eso que vamos a ir en Septiembre porque sus tíos saldrán de viaje por unos meses a Europa así que Jasper quiere aprovechar para ir a ver a sus abuelos y llevarme con él para que los conozca pero…-dejó de hablar dubitativa

-¿Pero…?-la incité a seguir-vamos Al, ¿Qué es lo que te preocupa?

-No sé, pero…- se quedó callada y respiró sin saber cómo continuar-sé que es una tontería pero no paro de pensar y…. ¿Y si no soy de su agrado, Bells? ¿Y si no les caigo bien?-murmuró insegura

No pude hacer otra cosa que echarme a reír ¿Hablaba en serio? ¿Alice? ¿Caerle mal a alguien? ¡No!

-¡Bella!-protestó-¡No te rías!, lo digo enserio, no estoy bromeando-se molestó

-Lo siento Alice pero es que es una estupidez lo que acabas de decir-replique totalmente enserio

- ¿a quién no le vas a gustar? Si eres un duendecillo adorable, encantador y dulce que, además tiene buen gustó para vestir-añadí para animarla, ella rodó los ojos aunque no pudo esconder una tímida sonrisa.

-No tienes nada por lo que preocuparte Alice, te aseguro que te ganarás el corazón de los abuelos de Jazz, te has ganado los corazones de todo aquel que te conoce, ¿Qué te hace pensar que con ellos será diferente?-cuestioné sonriendo

-No sé, pero estoy nerviosa-retorció sus dedos- y eso que aún faltan meses…

-No seas tonta Alice, no tienes por qué estarlo, ellos van a adorarte

-¿De verdad lo crees?-titubeó. Definitivamente Alice era muy tierna así. Me parecía absurdo que ella tuviera estas inseguridades porque ella de verdad iba a caerles bien.

-Estoy segura de ello, Al.

-Gracias Bella-me agradeció sonriendo y yo le resté importancia gesticulando con las manos-

-Solo digo la verdad, los abuelos de Jazz van a estar orgullosos de la chica tan increíble con la que esta su nieto

-Jasper me ha hablado muy bien de ellos, dice que son muy dulces. Los he visto en fotografías, su abuela es exactamente igual a su madre, Rose es como una copia de ambas

-Ya sabemos de dónde saco Rose esos jodidos genes de rubia cañón-bromeé y ella se carcajeó.

- ¿Por qué Jasper ha tardado tanto en llevarte a conocer al resto de su familia?-pregunté al rato cuando la pregunta se me vino de repente a la mente

Era extraño ya que llevaban varios años de novios, prácticamente desde que eran adolescentes, pues si no recuerdo mal Alice me dijo que llevaban juntos desde que ella tenía 18 años debido a que Jasper era unos años mayor que ella pues Jazz tenía 25 y Alice 22 y, bueno teniendo en cuenta que se conocían desde mucho antes de estar juntos puesto que Jasper, a diferencia de Rose, estudió en Chicago desde los 16 años cuando sus padres se trasladaron a esta ciudad no era normal que Alice nunca hubiera conocido a sus tíos, o abuelos, aunque claro, si no se llevaban del todo bien, no debía ser tan raro…

-Realmente no lo sé, siendo honesta creo que es porque Jasper y Rosalie, al igual que sucedió con sus padres, no son muy unidos con el reto de la familia Hale, es mas la señora y el señor Hale siempre nos consideraron a nosotros más familia que a la suya verdadera por eso cuando ellos murieron en ese horrible accidente mis padres y nosotros lo pasamos verdaderamente mal…-se entristeció recordando aquel trágico suceso.

Cuando yo llegué a Chicago, hace 5 años ya, tuve la oportunidad de conocer a los padres de Rosalie y Jasper, sin duda era dos personas con un gran corazón, la señora Hale era un copia de la mismísima Rosalie, aunque claro yo en ese momento no conocía a Rose pues ella había estudiado desde los 16 años en Nueva York y cuando sus padres murieron lo paso realmente mal, fue el peor momento de su vida y le costó tanto superarlo…

Cuando se enteró de la fatídica noticia se enfado tanto con sus padres por haberla dejado sola que no vino a Chicago el día del entierro sino que cogió un avión y se marchó a Europa a seguir estudiando por eso Emmett no la había conocido antes hasta que llegó y lo deslumbró.

Pero incluso el propio Emmett antes de conocerla había pensado que ella debía de ser una persona frívola y egoísta pues no podía entender como aquella chica no había sido capaz de asistir al entierro de sus propios padres para dedicarles un último adiós, sin embargo la realidad fue que Rosalie lo paso realmente mal, le llevó mucho tiempo reponerse de la muerte de sus padres, es más, ella odió Chicago durante años, incluso se juró no volver a esta ciudad pero las cosas cambiaron tanto cuando un día se vio obligada a regresar y conoció a Emmett…

-Recuerdo eso, nunca había visto a Esme llorar tanto-murmuré con voz amarga recordando aquel espantoso momento

-Mi madre la quería como a una hermana, le dolió mucho su pérdida, sé que aún la extraña, ellas tomaban el té juntas, salían de compras, organizaban eventos y pequeñas reuniones, compartían muchas cosas en común, ambas amaban la cocina, ¡la señora Hale era una gran cocinera! pasaban muchas horas del día unidas, todos todavía extrañamos a Lillian y a Jack -añoró Alice

-Debió de ser tan duro para ella-pensé en voz alta observando como Alice se incorporaba y tomaba su teléfono móvil, el cual estaba sobre la mesita de la sala de estar junto al sofá, entre sus manos para después alcanzar a mirar la hora, la cual no pude llegar a ver desde donde yo me encontraba.

-Papá estuvo ahí para ella, ambos lloraron en el hombro del otro, él también perdió a un gran amigo, fue un momento muy amargo y difícil para todos, en especial para Rose, suerte que conoció a Emmett sino creo que jamás hubiera salido del agujero negro en el que se encontraba-dijo y yo asentí de acuerdo con la cabeza.

Alice tenía razón en lo que había dicho porque según lo que la misma Rose nos había dicho pese a que en esos momentos, al igual que ahora, su carrera profesional en el mundo del modelaje estaba en lo más alto, psicológicamente ella estaba destrozada. Emmett ayudó mucho para que ella volviera a ser la Rose de ahora, esa alegre, divertida y segura que todos nosotros queríamos.

-Suerte que ahora está bien y feliz-realmente yo estaba feliz de que Rose hubiera podido dejar atrás esos días oscuros y tristes. Me sentía orgullosa de ella.

Era difícil ponerse en su lugar, Renée y Charlie estaban divorciados pero estaban ahí para mí, podía ir a visitarlos y verlos, y, bueno en cierta forma aunque no se amasen ellos aún se apreciaban mucho, yo estaba bien con eso.

Al menos no tenía unos padres locos divorciados que pelean cada vez que se ven. Ellos eran felices con sus nuevas parejas, y eso me hacía a mí feliz.

-Y embarazada-Alice suspiró divertida-me cuesta ver a Emmett como un padre serio y responsable

-Dudo que sea un padre serio-reí imaginando a Rose enfadada pidiéndole a Emmett que dejara de jugar y llevara a su pequeño hijo a dormir. Él no sería ni serio ni aburrido en absoluto, no era su estilo.

-Bueno, creo que tienes razón-estuvo de acuerdo conmigo. Volvió a prender la pantalla de su móvil

-¿Sabes? Voy a ser una chica afortunada si cuando vaya a casa de Jasper no me mata por llegar media hora tarde-bromeó-es hora de irme Bells, va a terminar impacientándose o preocupándose, no suelo llegar tarde a mis citas-su voz sonaba como una acusación.

¿Oh? ¿Ella lo decía por mí?

-¡Solo fue el Lunes! ¡El Martes fui muy puntual!-intenté defenderme pobremente al recordad cómo el Lunes (sí, el mismo día que ella me obligó a entrar a una tienda de lencería con Esme) ella había llegado al departamento y yo estaba sin arreglar.

-¡Claro que no!-protestó sonriendo-salimos un cuarto de hora tarde porque tu no encontrabas tus zapatos.

-Fue solo un pequeño inconveniente-reí-yo estaba lista ya solo que mis zapatos decidieron jugar al escondite conmigo-

-tratar de darle vida a tus zapatos es muy mala excusa-me dedicó una mirada divertida mientras se levantaba del sofá-me tengo que ir, Bells.

-Está bien Alice, nos vemos el Lunes-también me puse en pie para después ver como Alice se ponía sus zapatos de tacón los cuales había dejado junto al sofá para después tomar su bolso negro

-Vale, suerte con Charlie, te llamaré el Sábado, y dile a Edward que se tome un par de tilas conociéndolo debe estar realmente acojonado aunque trate de mostrar lo contrario-yo reí era increíble como Alice conocía a su hermano.

-Prometo que yo misma se las prepararé y me aseguraré de que las tome-hablé medio riendo mientras abría la puerta de la entrada para luego ver como Alice salía por ella.

-Adiós, Bells-dijo antes de darme un besito en la mejilla-

-Adiós Ali-me despedí sonriendo desde el umbral de la puerta a la vez que observaba como se metía en el ascensor.

Cerré la puerta y me dirigí al salón donde decidí que leería un poco así que fui hasta el mueble donde se encontraba la televisión y los libros los cuales ojeé hasta ver uno que me llamo la atención, no era un libro de lectura, bueno, técnicamente si lo era ya que era uno de mis libros de la universidad, era un libro de Literatura Inglesa y captó mi atención debido a que ese libro me traía buenos recuerdos. Muy buenos recuerdos.

Inicio flash Back

¡Sábado! ¡Maldita sea! Debería estar más que feliz, ¡Era fin de semana! Pero no lo estaba, al contrario, estaba realmente cabreada, ¿Qué importa que fuera Sábado si tenía que pasar todo el fin de semana encerrada en 4 paredes estudiando y haciendo trabajos para la universidad?

Esto era de lo más desesperante, tenía que escribir una odiosa redacción pues era obligatorio presentarla el Lunes antes de hacer uno de mis exámenes finales y realmente mi cabeza no estaba muy cooperativa hoy, apenas llevabas escritas 120 palabras…

Bufé sin paciencia.

Volví a poner el libro de Literatura delante de mis narices, quizás si volvía a leer el tema se me ocurriera algo decente para escribir sin embargo no tuve demasiado tiempo para concentrarme ya que los dedos de Edward comenzaron a "caminar" a lo largo de mi espalda para después dejar un besito en mi clavícula, porque sí, mi novio se encontraba, al igual que yo, recostado sobre su abdomen sobre mi cama.

Nos encontrábamos en mi piso mientras yo "intentaba" escribir una redacción aunque prácticamente era imposible hacerlo pues cuando Edward estaba a menos de dos metros de distancia mi capacidad de concentración se reducía seriamente, pero es que entre su trabajo y mis exámenes finales apenas habíamos pasado tiempo juntos y para un día que no tengo que estudiar seriamente me había sido imposible evitar llamarlo, quería pasar un ratito con él, aunque fuera en estas odiosas y aburridas circunstancias.

Me giré para sonreírle de tal manera que pude ver la bonita sonrisa que había en estos momentos en su rostro, no pude evitar suspirar, anhelaba demasiado unos días libres para estar con él, la universidad me absorbía al 90% y ahora que estaba en mi último año de carrera era aún peor.

Sin darme tiempo a reaccionar sus labios se estamparon contra los míos dejando mi mente en blanco me dejé llevar y disfruté del dulce y tierno beso que Edward me estaba regalando, en cambio, para mi desgracia esta vez fui yo la que le puso fin a dicho beso para después emitir un suspiro lastimero antes de volver a centrar mi atención en la hoja de papel que había sobre mi libro en la cual había escritas un par de líneas en las que había intentado redactar un comentario lingüístico sobre algunas de las obras más famosas de Shakespeare.

Mi patético comentario simplemente apestaba.

Cuando por fin comencé nuevamente a escribir, ya que un par de argumentos que quizás quedarían bastante bien rondaban mi cabeza, sentí los húmedos labios de Edward nuevamente sobre mi piel aunque esta vez su objetivo fue mi cuello.

Oh, mierda, él quería acabar conmigo y mi poca sensatez

Comenzó a repartir cortos besos en esa área tan vulnerable de mi anatomía por la que Edward sentía una peculiar "obsesión" ya que según él, mi cuello, era la zona de mi cuerpo que jamás podría evitar besar después de mis labios

-Edward-gemí y él tomó eso como un incentivo porque empezó a succionar mi piel produciendo pequeños ruidos con su boca, diablos ¡él me estaba haciendo un chupetón!

Sentía su saliva y sus labios en mi cuello.

- Detente cariño-pedí intentando convencerme a mi misma de mis palabras. No quería que parase. Pero si dejaba que él continuase yo no lograría terminar esto y…

Dejé de pensar cuando separó sus labios de mi piel, por un momento creí haber "ganado la batalla" pero no fue así ya que rápidamente se llevó el lóbulo de mi oreja entre sus dientes para después jalarlo seductoramente antes de soltarlo. Sentí como sonreía sobre mi piel

-Edward-ronroneé cuando volvió a atacar mi cuello pero esta vez sus besos eran acompañados por sensuales mordiscos que provocaban que sordos gemidos saliesen por mi boca

-Edward-lo llamé con voz ronca y temblorosa por tercera vez pero él seguía haciendo su trabajo

-Mmm- respondió "coherentemente" mientras tenía sus labios pegados a mi cuello. Sonreí sin que me viera

-Tengo un final de Lengua el Lunes y he estudiado demasiado como para no poder presentarme por no terminar esta redacción-dije intentando argumentar una excusa decente para que dejara de hacerme perder la poca cordura que en estos momentos tenía

-Aha-fue su única respuesta

-Si sigues haciendo eso no podré terminarla-siseé sin fuerzas refiriéndome a la redacción

-Me desconcentras demasiado, es difícil pensar cuando haces eso-murmuré riendo ya que sus besos mezclados con su respiración, que chocaba contra mi piel, me provocaban cosquillas aunque quizás no debí de haberme reído ya que al verme sonreír, perdí la poca seriedad que estaba intentando mantener, y él no dudo en seguir provocándome

-¿Hacer qué?-preguntó inocentemente

-¿Esto?-susurró juguetón antes de besar mi mandíbula donde después comenzó a acercarse peligrosamente a mis labios los cuales se abrieron de forma involuntaria esperando encontrarse con los suyos pero esto no sucedió ya que él, arrogantemente, se separó de mí sonriendo burlonamente

-¡Ey! ¡No puedes dejarme con las ganas!-casi hago una pataleta.

-Pensaba que estabas intentado resistirte-se mofó con arrogancia

-Tú lo has dicho, intentaba-jugué un poco también-Solo un beso…

Sabía que él no quería solo un beso, y a decir verdad yo tampoco, pero debía terminar mi redacción.

-esa redacción la puedes terminar mañana-parecía haber leído mis pensamientos. Cerró mi libro de literatura con su mano para después tomarlo y arrojarlo al suelo cuidadosamente.

-Pero mañana quería pasar el día contigo, los dos solitos, tranquilos… -sugerí ya que si terminaba la redacción hoy quizás, con un poco de suerte ya que también tendría que repasar mi examen, mañana podría permitirme estar un par de horas con él.

-No puedo esperar hasta mañana-murmuró convencido mientras acariciaba mi cara con el dorso de su mano

-yo quiero estar contigo ahora, quiero besarte, quiero mimarte, abrazarte, quiero….-se quedó callado antes de sonreír de forma traviesa.

-¿Quieres….?-pregunté yo también sonriendo incitándolo a seguir aunque podía imaginar la respuesta.

-Quiero hacerte el amor-fue directo mientras me miraba a los ojos

-te he echado de menos-se quejó infantilmente

- te necesito-añadió intentando convencerme.

No tendría que esforzarse mucho para hacerlo pues yo me sentía igual que él ya que hacía una semana que no habíamos tenido relaciones a pesar de que ciertos días había dormido con él en su departamento pero nos era imposible implicarnos de esa manera puesto que él llegaba tarde y cansado y yo caía rendida a la cama cada noche pues estaba agotada de pasarme el día memorizando cosas y leyendo libros además de que madrugaba muchísimo para asistir a las clases de la universidad por lo que necesitaba dormir, había sido una semana dura y agotadora tanto para Edward como para mí.

Él lo entendía así por las noches lo único que hacía era abrazarme y darme muchos besos hasta que ambos caíamos dormidos

-Además sé que tú estás igual que yo-siguió sonriendo al notar que yo me encontraba en la misma sintonía que él

¡Claro que yo también lo echaba de menos! ¡Extrañaba hacer el amor con él y me moría por sentirlo de nuevo!

-Me encanta cuando eres tan directo-sonreí lascivamente ya que no se había andado con rodeos a la hora de decirme que quería hacer el amor

-Pero creo que deberías darme razones suficientes como para que deje de escribir esa redacción y deje de poner toda mi atención en las increíbles obras de Shakespeare -dije señalando a la hoja de papel que había caído al suelo cuando Edward había lanzado el libro

-para poder pasar las próximas… Mmmm-conté mentalmente, si ahora eran las 4 de la tarde quizá un par de horas no harían daño a nadie -4 horas contigo, en mi cama, los dos desnudos, abrazados,-dejé en el aire el resto de la frase.

Él capto mi indirecta, ya que me había dado por vencida, lo había extrañado demasiado y necesitaba estar de esa forma tan intima con él así que no me importaba si tenía que pasarme toda la noche en vela escribiendo porque felizmente lo haría si podía disfrutar de momentos así con él. Además esto iba a ser bueno, ¡llevábamos una semana sin follar! Definitivamente valdría la pena

En ese momento sentí unas ansias enormes por tenerlo dentro de mí, tan solo de pensarlo sentí como literalmente mi cuerpo tembló de anticipación. Probablemente ya estaría mojada

El sonrió antes de incorporarse de tal forma que rápidamente me tomó de la cintura obligando a mi cuerpo a voltearse quedando así mi pecho pegado al suyo ya que se había colocado sobre mi cuerpo posicionando sus manos a ambos lados de mis costados para después bajar su cabeza hasta la altura de la mía y así poder acercar sus labios hasta mi oído

-primera razón, y la más importante de todas-dijo seductoramente- yo soy más, mucho más guapo e interesante que Shakespeare-repuso divertido

No evité reír y entornar los ojos a la vez

-Segunda razón, porque te vuelve loca que te haga vibrar cada vez que te entregas a mí, amas que te haga guarradas –susurró suciamente antes de bajar la cabeza para dejar un sugerente beso en mi hombro provocando que mi piel se erizara a pesar de llevar puesta una polera de manga larga

-Tercera razón, porque lo estás deseando, estás ansiosa porque mi cuerpo se entierre en el tuyo-musitó ronco y yo en ese momento sentí como mi cuerpo ardía. Gemí inevitablemente

-y cuarta razón, porque me has extrañado tanto como yo a ti y porque para ti al igual que para mí, es una necesidad vital demostrar esto que sentimos, tan vital como lo es respirar-Eso, definitivamente, había sido muy romántico.

Literalmente me deshice entre sus brazos antes de que su mirada me perforara el corazón, esa mirada que me tenía tan enamorada y que me daba la certeza de que sus bonitas palabras eran sinceras. Sin poder retener más las ganas, hundí mis dedos en sus mechones cobrizos de pelo y atraje sus labios hasta los míos, los cuales no tardaron en encontrarse, para después permitir que nuestras lenguas danzaran juntas.

-¿Son esas razones suficientes preciosa?-me sonrió de forma cómplice-¿o quieres que siga?, realmente podría continuar-insinuó para después dejar un beso en la punta de mi nariz-pero prefiero quitarte la ropa de una vez y hacerte el amor.

-Mmm… c-creo… que puedo conformarme- sin pensarlo le arrebaté la sudadera que vestía, pues estábamos a mediados de Enero y las temperaturas en Chicago eran muy bajas, para así transformar una aburrida tarde de estudio en una interesante tarde de "estudio".

Fin flash Back

Ese día fue genial, jamás podré olvidarlo, sobre todo porque si mal no recuerdo sus bóxers terminaron sobre mi libro de literatura…

Eso fu divertido. Jamás volvía mirar a ese libro de la misma forma.

Finalmente opté por releer algunas de mis escenas favoritas de "Cumbres borrascosas", uno de los mejores libros que había leído que sin duda no era uno de los preferidos de Edward ya que él y la literatura no es que congeniaran muy bien. Era más aficionado al cine que a la literatura.

Él siempre había preferido leer otro tipo de libros, de esos con términos científicos que solo él en esta casa podía entender, en realidad en ese ámbito éramos muy diferentes pues nos gustaban libros totalmente diferentes, aunque eso no quitaba el hecho de que prácticamente se supiera todo el dialogo de los personajes de Romeo y Julieta pues prácticamente lo había obligado a ver esa película cientos de veces y a pesar de sus quejas yo nunca me aburriría de verla, simplemente pensaba que era una película genial.

Estuve leyendo media hora puesto que a las 5 decidí prepararme algo para merendar para así después hacerle una llamada rápida a Edward la cual no tardó en responder ya que al 3 pitido me contestó

-Hola hermosa-me saludo con dulzura

-Hola guapo, ¿te pillo ocupado?-le pregunté

-No, estoy en mi consultorio tomando un café, tengo 10 minutos libres antes de volver a planta-contestó con tranquilidad

-Eso está bien, no me gusta verte cansado, ¿has tenido mucho lio esta mañana?-inquirí un poco preocupada, yo sabía que su trabajo a veces era agotador pero no me gustaba para nada verlo llegar a casa cansado.

-En realidad si, ha sido una mañana algo movida pero en Chicago siempre lo son, una ciudad grande equivale a muchas personas enfermas y accidentes….-murmuró con voz cansada para que segundos después escuchara un fuerte ruido al otro lado de la línea y una serie de murmullos que no entendí

-Voy enseguida Tom-escuché la voz de Edward un poco alejada del teléfono

-¿Edward?-

-Cariño tengo que colgar, al parecer no voy a poder tener mis 10 minutos de descanso, han subido a una niña con una grave infección, nos vemos en par de horas ¿vale? -exhaló resignado.

Verdaderamente no debía estar llevando un día nada tranquilo, Edward no solía mostrarse desanimado cuando no tenía un par de minutos de descanso, él amaba su trabajo pero lo estaba sintiendo muy agotado ahora.

-Vale-respiré hondo yo también, lo extrañaba mucho.

-Te amo, no lo olvides-él debió notar mi tono de añoranza porque trato de alegrarme, siempre que me decía que me amaba me sacaba una sonrisa.

-Y yo a ti, cariño.-le dije de vuelta.

-Adiós preciosa, te mando un beso-

-¿Por qué mejor no vienes y me lo das?-reclamé juguetona intentando alargar unos minutos la conversación.

Está bien, sabía que se tenía que marchar pero por unos minutos más nadie se iba a morir, bueno, o al menos eso esperaba.

Él rió antes de contestar

-Prometo darte muchos esta noche-aseguró provocando mi risa. Yo también le daría muchos besos a él.

-Voy a estar esperando por eso-mordí mi labio impaciente ¡solo quería verlo y abrazarlo!

-Está bien, no te entretengo más, adiós amor-cedí a dejarlo trabajar de una buena vez así que finalmente nos despedimos para después cortar la llamada

Pasadas las 6 de la tarde Victoria y Rachel llegaron sin problemas al departamento, la niña estaba hermosísima con ese vestido azul, morado y blanco (FP) tan bonito que vestía y que a la vez resaltaba sus rojos rizos sobre su tez pálida y sus dorados ojos los cuales eran totalmente diferentes a los de Victoria ya que esta tenía los ojos de un intenso color azul mar, se podría decir que ese era el único rasgo que las diferenciaba porque básicamente eran como dos gotas de agua.

Tras saludarnos con un abrazo y tras conseguir que una tímida Rachel, la cual escondía su rostro en el pecho de su madre, también me saludara entramos en el salón donde Victoria se sentó en el sofá sosteniendo a Rache sobre su regazo.

-¡Wau!, Bells este departamento es genial ¿es tuyo?-preguntó Victoria que llevaba un corto vestido de finos tirantes con extrañas formas circulares de colores suaves estampadas, en la cintura llevaba un delgado cinturón marrón y en la muñeca un par de pulseras mientras que en los pies calzaba unas cómodas sandalias planas color marrón que me hicieron recordar su estatura, Vicky solo era un par de centímetros más alta que yo. (FP)

Ella conservaba ese peculiar estilo de vestir despreocupado, simple y un poco "hippie" que recordaba, sin embargo todo lo que vestía, al igual que años atrás, le sentaba de maravilla. Victoria tenía una figura increíble, ni si quiera se notaba que había tenido una hija, estaba totalmente igual que siempre.

Me senté junto a ella en el sofá para después tomar las manitas de Rachel y sonreírle

-No-respondí negando con la cabeza.

Sonreí al pensar en Edward porque si él me hubiera escuchado ahora mismo me estaría reprendiendo ya que según él "todo lo suyo era mío" pero yo me negaba a aceptar ese "trato" que prácticamente me había obligado a aceptar.

-El departamento es de Edward

-¿Edward? ¿Quién es Edward?-Vicky alzó una ceja en mi dirección con diversión

-Mi prometido-estoy segura de que me sonrojé

-¡Es cierto Bella!-exclamó cómo quien recuerda algo muy obvio-

-¡Diablos! tienes que contármelo todo Bella, ¿es guapo? ¿Cuántos años tiene? ¿Mayor que tú, quizás menor? ¿Dónde os conocisteis? ¡Oh!, ¿Y cuándo voy a tener el honor de conocerlo?-cuestionó atropelladamente, y yo reí alegremente pues sin duda Victoria seguía siendo la misma chica que había conocido cuando llegué a Forks

Mi querida y jodidamente alocada y trastornada Victoria. ¡Aún seguían faltándole un par de tornillos en esa cabeza suya! Incluso creo que un par más que antes…

-Es tremendamente guapo-murmuré riendo mientras respondía a su primera pregunta-Tiene 26 años así que es mayor que yo, ¡aunque a veces él es más pequeño que yo!-bromeé-nos conocimos en una fiesta de graduación, bueno en su fiesta de graduación, y, de hecho ya lo conoces-dije dejándola atónita.

-¿En serio lo conozco?-se sorprendió y yo asentí

-pues a mí no me suena ningún Edward, es más creo que jamás he conocido a uno, definitivamente, no hay Edwards en mi vida-rió- debes estar confundida Bells-dijo pensativamente, supongo que intentando recordar haber conocido a alguien llamado Edward.

Igual ella creía que era alguien del instituto

-Bueno quizá no hayas hablado con él pero segura de que lo has visto ya que era el chico que iba conmigo el Domingo-aclaré sus dudas

-¿Qué chico iba contigo el Domingo? Que yo recuerde… -murmuró pero de pronto se quedó callada

-¡Oh dios mío! ¿¡El bombonazo que estaba sentado detrás de ti es tu prometido?!-peguntó emocionada yo asentí riendo nuevamente

-¡Joder! ¡Joder! ¡Joder! ¡Bella! eres una maldita perra con suerte, ¡estaba buenísimo!-gritó riendo para después taparle los oídos a su hija

-seguro que folla de puta madre-cuchicheó en voz muy baja para después quitarle las manos a Rachel de los oídos y ver como su hija fruncía el ceño al no entender por qué su madre había hecho eso, yo solté una gran carcajada.

-No sabes cómo había echado de menos tu manera de expresarte-comenté riendo ya que ella lo decía todo tal cual lo pensaba, sin importarle si algo estaba bien o mal dicho, ella lo soltaba fuera.

-¡Soy única en mi especie!-se carcajeó

-bueno pero ¡centrémonos! a ver empieza desde el principio, ¡lo quiero saber todo, Bells!-pidió entusiasmada así que comencé a relatarle "La historia de mi vida" (como ella la llamó) lo cual me provocó que a lo largo de nuestra conversación yo sonriera al ver los gestos que hacía con su cara.

Al principio, Victoria, estuvo totalmente de acuerdo en que Edward era un completo gilipollas pero después cayó rendida a los encanto de mi prometido, hasta me habría puesto celosa de no saber que Victoria tenía una forma de ser muy original y peculiar.

Y porque la conocía extremadamente bien y sabía que sus comentarios nunca eran malintencionados.

-¡Oh dios!, debió pensar que era un maleducada, ni siquiera lo saludé-soltó apenada cuando llegué al final de mi relato el cual desembocaba en nuestro encuentro el anterior Domingo

-¡No, claro que no!, para nada, no debes preocuparte, además tú tampoco sabias que él iba conmigo. Yo fui verdaderamente la culpable pues se me olvidó presentaros-había estado tan ilusionada con ver a Victoria que me había olvidado de los formalismos y de hacer las correspondientes presentaciones

-Pero espero que tengáis oportunidad de conoceros antes de la boda, a la cual indudablemente estás invitada y espero que no me falles Victoria Lefevre -dije, pronunciando incluso su apellido, severamente aunque no me aguante la risa y finalmente me fue imposible no dejar escapar una sonrisa.

-¡Oh gracias, Bells!, te prometo que estaré ahí ese día-concretó sonriendo

-además es genial que sea tan pronto, me has dicho ¿el 13 de Agosto, cierto?-yo asentí-pues perfecto porque me quedaré en Chicago hasta Noviembre así que es tiempo suficiente-me mostró una sonrisa que su pequeña hija, al ver la de su madre, imitó a la perfección

-Mmm… por cierto ¿No me vas a decir que haces en Chicago?-pregunté yo ahora con curiosidad y emoción a la vez

-Hemos venido a ver a las hermanas de Riley-me explicó y al pronunciar el nombre de aquel chico una gran sonrisa se extendió en su rostro. Sonrisa que únicamente reflejaba amor, mucho amor.

-¿y quién es Riley? ¿Eh?-la miré con picardía

-¡Papi!, ¡papi!, ¡papi!-canturreó Rachel prestándonos de repente atención.

Ella se encontraba dibujando bocetos en un folio pues mientras Victoria y yo hablábamos la niña se había aburrido de estar sentada y sin nada qué hacer así que le había dado un par de folios en blanco y algunos rotuladores por lo que ahora se encontraba arrodillada en el suelo mientras que sus brazos estaban apoyados en la mesita central de la sala de estar a la vez que sus manos se movían sin parar trazando líneas sin sentido.

-Sí pequeña, así se llama papá-habló cariñosamente Victoria dirigiéndose a su hija para luego hacerle una carantoña que hizo reír a Rachel

-Supongo que eso responde a mi pregunta-concluí

-pero, ahora te toca a ti, ¿cómo fue que tu vida cambio tanto, Vicky?

-La última vez que te vi acababas de enrollarte con aquel tío del Mustang marrón que conociste en Seattle, llegaste tarde y tratabas de entrar a tu casa a hurtadillas para que tus padres no se enteraran de que habías pasado más de media noche fuera, habías perdido las llaves de casa, y habías tirado una piedra a mi ventana para que te dejara dormir en mi habitación hasta que fuera de día

-Luego en vez de volver a casa, te acompañé al aeropuerto y me despedí de ti, nunca te lo dije pero Charlie derramó un par de lágrimas cuando el avión despegó

-Jacob me confesó eso más tarde-reí, ¡Era difícil hacer llorar a Charlie! Supe que realmente le dolió que me marchara cuando Jake me contó cómo sus ojos se humedecieron cuando el avión en el que iba montada despegó.

-No sé por qué diablos perdimos el contacto-me volví a lamentar.

Quizás fue porque al poco de llegar a Chicago perdí mi móvil y compré otro así que cambié de número. Un par de veces intenté llamarla pero ella también debió de cambiar de número telefónico ya que ya que el que yo tenía memorizado dejó de estar disponible y cada vez que llamaba me salía una estúpida vocecilla diciéndome "que el número no existía".

Ya no recordaba su antiguo teléfono, pero sí estoy seguro de que no era el mismo que el que actualmente me había dado.

-No te lamentes Bells, lo importante es que estamos aquí ¡es increíble! Creía que no te vería de nuevo, estoy feliz de que una de mis mejores amigas haya entrado de nuevo en mi vida-confesó con honestidad

Awww, ¡Vicky! Yo también estaba muy feliz de que ella estuviera aquí

-Lo sé, yo también lo estoy Vicky, ¡y también estoy muy contenta de conocer a esta pequeña!

-Ella es lo mejor que tengo-aseguró

-Cuéntame Vicky, ¿qué has estado haciendo todos estos años?-

-Mmm… bueno, después de que te marcharas de Forks me fui a Nueva York donde estudie empresariales-comenzó relatándome

A pesar de que Victoria era toda una cabeza loca la verdad es que las matemáticas y los números siempre se le dieron genial, a diferencia de mi, ya que los números y yo nos habíamos odiado siempre por eso escogí una carrera de letras, ellas y yo nos entendíamos mucho mejor.

-Solamente fueron 2 años así que cuando terminé de estudiar encontré trabajo y bueno, alquilé un pequeño piso en el centro, mi vecino de arriba y yo congeniamos muy bien, él era muy simpático y divertido por lo que comenzamos a salir, y salir, primero eran pequeñas citas, luego salidas al cine, a la bolera…y bueno, a los 2 meses éramos novios. Riley me volvía y me vuelve loca, nunca me había sentido así.

Me di cuenta entonces de que de verdad estaba enamorada y eso era bastante asombroso; Victoria no fue una chica soñadora y enamoradiza, creía que el amor y el sexo podían recorrer caminos muy distintos y así todo sería más fácil y ella sería más feliz. Ese siempre había sido su lema.

-El pequeño inconveniente, en ese momento de mi vida, llegó cuando en una fiesta él se emborracho, yo me emborraché, él estaba caliente, yo me estaba quemando, los aseos estaban libres y, bueno el resto creo que te lo puedes imaginar. Al final acabamos haciéndolo en un aseo público y sin condón-agachó la mirada avergonzada por esto último, ella nunca lo hacía sin condón.

De hecho, Victoria, tenía prácticamente la fábrica de preservativos en el último cajón de su mesilla, escondidos bajo todas sus bragas. Nunca había visto a nadie con tantos paquetes de preservativos guardados…

-Pero a ti nunca te había pasado eso-medité ya que ella por muy borracha que estuviese siempre se había cuidado.

-¡Joder!, lo sé pero en ese momento no lo pensé, lo juro ¡no se qué demonios paso por mi cabeza!-se llevó las manos a su rostro para cubrirlo.

-¿puedo añadir en mi defensa que nunca había bebido tanto alcohol como lo hice aquella noche?-yo la reprendí con la mirada negando. Quitó las manos de su cara.

¡No puedes follar con alquilen sin condón cuando apenas lo conoces! No solo puedes tener un embarazo no deseado, sino que peor aún ¿qué tal si él no estaba sano y la hubiera contagiado de algún tipo de enfermedad?

Yo nunca lo hice sin preservativo, Edward fue mi primera vez en eso y porque lo conocía bien, estaba sano, confiaba plenamente en él, y, diablos, porque ¡era mi novio!

Verdaderamente quise golpear a Victoria por ser tan inconsciente.

-Sé que no debí hacerlo, apenas lo conocía de unos meses y hacerlo sin protección estuvo mal, no te enfades conmigo, Bells-me miró a través de sus grandes ojos azules-

-Sabes que no soy así, siempre soy la primera en protegerme pero cuando estaba con él no podía pensar en otra cosa que no fura él y él…. Y, ¡mierda! ¡Eso ha sonado muy cursi!-rió provocando también mi risa.

Era tan extraño y chocante escucharla hablar así pero supongo que eso es lo que define a una persona enamorada, eso era el amor, hablar cursi era irremediablemente uno de los efectos secundarios de amar a alguien

Yo nunca me había enamorado de verdad, con Edward conocí por primera vez ese sentimiento y ahora conocía a la perfección esa emoción y el poder que tenía sobre mí o sobre cualquier persona enamorada por eso sabía que Victoria lo estaba, y era lindo verla así.

-Puede parecer una locura pero no me arrepiento de nada, ella-señaló a su hija que seguía dibujando distraída al margen de nuestra conversación-junto a Riley son lo mejor que me ha pasado.

-A pesar de que a la mañana siguiente cuando recordé que lo había hecho sin condón pensé seriamente en la posibilidad de ahorcarme, tirarme desde la azotea o ahogarme en el baño-exageró pero después habló seriamente -… por una vez en mi vida realmente sentí miedo, era joven y podía estar embarazada, recuerdo como en ese momento no sabía qué hacer así que solo me eché a llorar como una niña pequeña.

-Me hubiera gustado estar a tu lado en esos momento-lamenté mucho eso, de verdad hubiera querido estar ahí para ella.

-No te preocupes Bells, en realidad solo fue duro al principio, me encontraba confundida y bastante perdida pero todo mejoró cuando se lo conté a mi familia, ¡me sorprendió tanto su reacción! yo me esperaba gritos y reproches pero en cambio todos me apoyaron y me dieron tanto cariño… -sonrió ante el recuerdo con orgullo.

-Supongo que ahora la adoran-señalé con una sonrisa a Rachel

-Mi madre está loca con ella, ¡la tiene malcriada!, le compra todo lo que le pide-murmuró resignada.

Sonreí al imagíname a la Señora Lefevre mimando a su nieta, ella era una mujer muy cariñosa y risueña. Sin duda era de ella de quién Victoria había heredado su optimismo y chispa.

-¿Y qué tal se lo tomó Riley cuando se entero de la noticia?-acaricié distraída el pelo de Rachel. Sus rizos eran hermosos.

-Cuando se lo dije se lo tomo bastante bien, se puso un poco pálido pero creo que fue porque lo miré fijamente y le dije "cariño el polvazo de la fiesta estuvo genial pero ahora estoy embarazada así que vamos a ser padres" –abrí los ojos sorprendida ¡nadie como ella para dar una noticia! Hasta en eso era única, casi pude imaginar la cara de asombro de aquel hombre

-Nunca pensé en abortar, esa posibilidad estaba descartada así que solo le solté que seriamos padres-eso no me sorprendió pues es cierto que Victoria era una "chica dura" pero no era capaz ni de matar a una mosca por lo que nunca mataría una vida. No podría vivir con ello.

-Por un momento pensé que saldría huyendo y que me dejaría sola y como una ballena, hasta disimulo bastante bien lo acojonado que estaba cuando, por si las dudas, me volví a hacer una prueba de embarazo y un análisis de sangre-

Volvió a posar su mirada en la niña unos segundos, sonrió y luego me miró.

-Pero lo cierto es que se porto como lo que es, un hombre increíble, pues estuvo en todo momento conmigo, jamás me dejo sola, atendió cada uno de mis antojos durante mi embarazo y soportó mis fastidiosos cambios de humor, creo que fui muy insoportable y él no se quejó…demasiado-rió graciosa

-Digamos que el bloque de edificios en el que vivíamos no era exactamente adecuado para criar a una niña, ¡no te alarmes! No es que viviera en un edificio de drogadictos o algo así, simplemente era muy pequeño, viejo y triste así que compramos una casa en Nueva York antes de que Rachel naciera por lo que actualmente seguimos viviendo allí-comentó feliz

-Él se desvive por Rachel, realmente la adora, es su ojito derecho-murmuró al final con satisfacción

-¿Y tú… con él estás bien? ¿Lo amas?

-Sí Bells, es decir en todo este tiempo hemos tenido nuestros baches, cuidar de una niña no ha sido nada fácil pues la vida nos ha cambiado drásticamente pero él es genial conmigo, me cuida muchísimo, bueno nos cuida muchísimo y, en estos 3 años que llevamos de novios mi amor por él ha crecido tanto que no sé como tantas emociones y sentimientos caben dentro de mi corazón-admitió sonrojándose

-¡Oh dios mío!, ¡es cierto te has vuelto una cursi empedernida! Jamás pensé escucharte decir estas "gilipolleces de enamorados"-imité su tono de voz para repetir las palabras que ella solía decir cuando estábamos en el instituto.

Ella me dio un codazo y yo reí con ganas

-Seguro que tú eres peor-me acusó burlándose

-Quizás-me encogí de hombros riendo. Ambas nos quedamos en silencio y yo suspiré pesadamente

-Realmente me alegro tanto de verte así de feliz, no conozco a ese tal Riley pero me ya me cae bien y por lo que me has contado debe estar completamente loco por ti-le guiñé un ojo

-Sí, estoy cien por cien segura de que me ama tanto como yo a él. Tienes que conocerlo le he hablado mucho de ti ¿sabes?-apuntó riendo

-Espero que solo le hayas contado cosas buenas-bromeé

-Oh, no, solo le he contado todos tus trapos sucios-garantizó despreocupada

-¡Eh!, Sé que no harías eso-manifesté riendo.

Victoria era una de las personas más buenas, honestas y sinceras que jamás había conocido, puede que hubieran pasado un par de años sin vernos pero estaba segura de que podía seguir confiando en ella tanto como lo hacía antes.

-Claro que no Bells, me conoces bien.

-Mami, quiedo oto fodio, pod favo-Rachel llamó nuestra atención cuando colocó sus manitas en la pierna de Victoria-Ete ya no tene más banco pada pintad-pronunció graciosamente.

Ambas miramos su folio y estaba completamente rayado por muchos colores. Reímos en silencio ¡ni si quiera quedaba un pequeño trozo en blanco que colorear! así que antes de que Victoria dijera algo me levanté y fui de nuevo a la pequeña habitación en la que Edward tenía un pequeño y moderno despacho y tomé un par de folios más.

- Deberíamos cenar un día los 4, seguro que Riley y Edward se harían amigos-sugirió Victoria cuando estuve de regreso.

Le entregué algunos folios a Rachel y ella sonrió complacida

-Gasias Bella-murmuró tímida

-De nada, princesa-ella se sentó sobre un cojín que yo había puesto en el suelo para que estuviera cómoda, puso el papel en blanco sobre la mesita y continuó pintando.

-Una cena suena increíble Vicky, estoy segura de que a Edward le gustará la idea solo que tendremos que sacar algo de tiempo con la boda estoy muy liada.-me senté de nuevo en el sofá bruscamente

-Alice, mi cuñada, no me da ni un respiro -medio protesté-pero en cuanto pille una noche libre saldremos a cenar, además que no me he olvidado de que tengo la responsabilidad de ser tu guía turística mientras estés en Chicago así que no pienses que no voy a cumplir mi promesa de llevarte a conocer los rincones más bonitos de Chicago

-Esperaré emocionada ese viaje turístico por Chicago-casi pegó un salto emocionada por la idea. Vicky amaba viajar y conocer ciudades por eso le gustaba la idea de que le enseñara la ciudad. Amaba hacer turismo

-Y, ¿dónde os estáis quedando a vivir durante estos meses?-pregunté

-Estamos con las hermanas de Riley, Bryce y Anna. Ellas tienen una casa a unas manzanas de aquí-dijo haciendo gestos con las manos

-Hacía tiempo que Riley no veía a sus hermanas así que decidimos venir a pasar un tiempo con ellas además de que Bryce y Anna tenían unas ganas enormes de ver a Rachel así que pensamos que sería una buena oportunidad para viajar y pasar unos meses tranquilos y alejados de la rutina-me explicó

Continuamos charlando por un buen rato, ella me estuvo contando sobre la familia de Riley, me dijo que una de sus hermanas, Bryce, era fotógrafa profesional. Al final acabé anotando su número de teléfono pues pensé que ella podría ser nuestra fotógrafa durante la boda.

También hablamos sobre Edward, le conté cuan amorosa y adorable era su familia, le hablé de Rose, de Alice y de Angela y prometí presentárselas, yo estaba emocionada con la idea de que se conociesen, creo que se llevarían muy bien.

Y finalmente, acabamos conversando sobre Leah, Jacob, Charlie y Sue, me preguntó interesada por todos ellos y yo le conté que todos estaban bien y que Jake estaba en Chicago, ella estuvo feliz con eso agregando que se moría de ganas por verlo, ¡también lo había extrañado mucho! Así que le prometí una cita los tres, ella, Jake y yo. Como en los viejos tiempos.

-Bellaaaa-me llamó al rato la pequeña muñequita de porcelana que aun seguía arrodillada sobre un cojín junto a la mesa de tal manera que volteé mi cabeza para prestarle total atención a Rachel lo cual me impidió seguir hablando con Victoria

-¡mida!, esta edes tu-exclamó mientras ilusionada alzaba el papel en el cual ahora había dibujado algo que he de suponer que era yo ya que al ser una niña de 3 años lo único que había en el papel eran garabatos sin mucho sentido pero que en cambio me parecieron muy tiernos.

-y esta ez mami y yo-rió mientras señalaba a otros dos garabatos los cuales se encontraban junto al mío-¿te guzta?

-¡Es un dibujo precioso, princesa!-agregué sonriéndole-¡eres una autentica artista!-la halagué y ella sonrió marcando sus hoyuelos

-Ez pada ti- estiró su pequeño brazo de tal manera que yo pudiera coger el dibujo.

Awww ¡Era tan dulce!

-¿Me lo regalas?-inquirí y ella asintió con la cabeza sonriendo para que después yo tomara el dibujo con mi mano

-Muchas gracias, me gusta mucho tu regalo, creo que es muy bonito-asentí feliz por el simple detalle de la niña

-Es más, me gusta tanto que lo voy a pegar en la nevera, ¿me acompañas?-dije levantándome del sofá para después tenderle la mano la cual ella acepto rápidamente pues entrelazó su mano con la mía de tal forma que la guié hasta la cocina donde con uno de los imanes con forma de flor pegué el dibujo en la nevera junto a una foto de Edward y yo.

Victoria nos observó salir desde el salón.

-¿te gusta como queda?-le pregunté a Rachel que asintió rápidamente con la cabeza

-Si-dijo alegremente mientras observaba con ojos muy abiertos el resto de fotografías que había en la nevera que a pesar de no ser más de dos o tres eran muy divertidas ya que en casi todas, sobre todo en la que tenía junto a Alice, salíamos haciendo estupideces

-¿Quién es?-señaló la niña de manera curiosa la fotografía en la que Rosalie estaba junto a mi-

-Ella es una amiga mía -respondí

-¿Mi mamá?-cuestionó frunciendo el ceño

-tu mamá también es mi amiga-asentí y abrió su boquita formando una perfecta "O"

-¿Él tamben ez tu amigo?-volvió a preguntar mientras la tomaba entre mis brazos y la alzaba para que pudiera ver mejor las fotos, y los imanes que al parecer también habían captado su atención ya que eran de formas geométricas y de muchos colores

-Sí, él es mi amigo y también es mi novio-dije ya que había señalado la fotografía en la que Edward y yo nos encontrábamos abrazados

-Mi papi tamben ez novio de mi mami-me aclaró sonriendo y yo sonreí al ver su expresión tan inocente.

En ese momento Vicky entró en la habitación

-Rachel, cariño ¿ya estas otra vez con uno de tus interrogatorios?-reprendió dirigiéndose a su hija que se encogió de hombros al no entender bien las palabras de su madre por lo que esta siguió hablando

-Lo siento Bells, está en la edad en la que todo lo pregunta, quiere saberlo todo, esta jovencita es muy curiosa-dijo haciéndole una monería lo cual provocó que una musical carcajada procedente de Rachel retumbara en toda la habitación

Le resté importancia ya que no me molestaba en absoluto que ella preguntara, creo que cada vez que hablaba algo con su dulce vocecita a mí se me caía la baba. Me puse a hacerle caras graciosas.

Pocos minutos después en los que habíamos estado hablando y riendo entretenidamente en l cocina debido a las ocurrencias de la niña escuchamos como la puerta de la entrada se abría para después escuchar unos pasos a lo largo del pasillo

-Preciosa, he llegado a casa-saludó la aterciopelada voz de Edward.

Miré el reloj de la cocina el cual marcaba las 7 y media de la tarde, ¡vaya! el tiempo se me había pasado volando, apenas me había dado cuenta pues había estado muy entretenida hablando con Vicky y riendo con Rachel.

-¿Dónde estás?-volví a escuchar su voz ya que no había contestado a su saludo

-Hace unas horas estabas loca porque te diera una de mis sesiones de besos, y ahora ¿ni siquiera vas a salir a darme uno? ¡Mujeres, no hay quién os comprenda!-murmuró con diversión y yo reí en silencio.

Esta vez lo escuché algo más distanciado, supongo que habría entrado en el dormitorio buscándome aunque claro que yo para ese momento estaba tan colorada que debía parecer una manzana ya que Victoria no paraba de mirarme con una gran sonrisa a la vez que me guiñaba un ojo

-¡Estamos en la cocina!-respondí alzando la voz y utilizando el plural

-¿Estamos?-preguntó mientras escuchaba como se acercaba

-Pensé que Alice estaría con Jasper-dijo segundos antes de entrar a la cocina con esa arrebatadora sonrisa que lo caracterizaba y que no borró cuando vio a mis acompañantes junto a mí.

Por un momento llegué a pensar que se sentiría algo cortado o cohibido por la presencia de extraños pero, ¡por Dios Bella!, ¡Es Edward! ¿¡Desde cuando él es tímido!?

-Oh, ¡Hola!-saludó sorprendido pero tranquilo mientras se acercaba a mí y dejaba un sonoro beso en mi mejilla, muy cerca de mis labios.

-Hola-devolvió el saludo Victoria con una sonrisa tímida.

Bien, ahora sí era el momento de presentaciones así que no me hice esperar.

-Cariño, ella es Victoria, la amiga de la que te hablé, y Victoria, él es Edward, mi prometido-esta vez sí realicé las presentaciones correspondientes.

¡Tonta Bella por haber sido tan despistada de no haberlos presentado antes, cuando me encontré con Vicky la primera vez enGrant Park

-¡Encantada!-exclamó entusiasta y amable Victoria mientras Edward avanzaba dos pasos para darle un par de besos en las mejillas a modo de saludo-Es bueno conocerte al fin, Edward. ¡Bells habla maravillas de ti!

-Igualmente, no le hagas caso, ella siempre exagera –rió entre diente para después volver a adueñarse de mi cintura

Uhg uhg ¿Edward siendo modesto? ¡Bueno eso solo era porque se trataba de una desconocida y porque realmente ya no era tan capullo como antes! A veces se comportaba de forma arrogante pero sabía que solo era para jugar conmigo, él dejó de ser un prepotente insoportable hace muchos años.

-Oh, y casi lo olvido ¡Enhorabuena por el compromiso!-agregó Vicky

-Gracias-mostró una sonrisa ladeada que aceleró mi corazón. Me distraje un segundo viendo como Rachel posaba su mano en mi mejilla queriendo llamar mi atención.

Edward se dio cuenta de esto.

-¡Oh!, princesa, disculpa. Edward, te presento a Rachel-dije riendo

-Rachel, él es Edward-señalé al halagado y Victoria rió al ver como cuando Edward poso su mirada en la niña esta se sonrojo fuertemente pero sonrió de forma adorable.

-Hora hermosa-Edward utilizó una voz dulce mientras le acariciaba la cara a la niña la cual le respondió un tímido y encantador "hola".

Después enterró su carita en mi cuello lo cual provocó que todos riéramos. El encanto natural de Edward de una u otra forma afectaba a todas las chicas, tuvieran la edad que tuviesen, ya podían ser muy jóvenes o muy ancianas que todas sucumbían ante sus encantos.

Él tenía un imán para toda la población femenina y… ¡oh, mierda! ¡Esperad! ¿Imán para las chicas? ¿¡Eso debería preocuparme!?

¡Nah! ¿Qué digo? Yo sabía que él solo tenía ojos para mí porque me amaba tanto como yo lo amaba a él. Confiaba en Edward y estaba segura de lo que él sentía por mí, sino realmente no estaría a punto de casarme con él.

Estuvimos hablando los 3 animadamente en el salón nuevamente hasta las ocho y media de la tarde y, realmente me puse feliz al ver como Edward y Victoria entablaron una animada conversación e hicieron buenas migas, hasta Victoria se atrevió a bromear sobre anécdotas que ambas habíamos vivido en el instituto provocando que en alguna que otra ocasión yo me sonrojara seriamente mientras que Edward se carcajeaba alegre a mi costa.

-Bueno Bells, creo que es hora de que la princesita y yo nos marchemos-comentó incorporándose del sofá

-¿No queréis quedaros a cenar?-ofrecí ya que realmente a mi no me molestaría que se quedasen y estaba más que segura que a Edward tampoco

-No Bells, muchas gracias por la invitación pero a Rachel le espera un buen plato de deliciosas verduras, ¿verdad cariño?-dijo mirando a la niña la cual puso mala cara ya que al parecer las verduras no eran de su agrado

-¡Ey! no me mires así pequeña, te prometo que si te las comes papá te comprará un helado-le aseguró a la niña la cual en estos momentos estaba haciendo un puchero adorable

-Además Riley debe estar en casa ya, así que no quiero que se preocupe mucho, no podemos aceptar la invitación a cenar esta vez, pero en otra ocasión estoy segura que sí-dijo volviendo a dirigirse a nosotros

-Está bien Vicky, como quieras, cuidaros mucho ¿vale?-murmuré una vez todos nos encontramos en la puerta del departamento

-Sí mami-respondió Victoria burlonamente para después sonreírme mientras sostenía a Rachel tomada en brazos, la cual estaba la mar de entretenida con el pelo de su madre.

-Tienes mi número, llámame para lo que necesites- pedí amable

-Y recuerda tenemos pendientes un par de salidas-no olvidaba que había prometido mostrarle la ciudad además de que teníamos pendiente una cena para cuatro

-Claro Bells, nos vemos pronto, ¡Adiós, nena! ¡Adiós Edward!-dijo despidiéndose para después salir por la puerta

-Adiós-respondimos Edward y yo después de escuchar un tímido "adiós" por parte de Rachel para a continuación cerrar la puerta.

Antes de que esta se cerrarse completamente Edward de forma espontanea ya se había adueñado de mis labios.

¡Oh, eso me había pillado por sorpresa!

-¿Tanto me has echado de menos?-murmuré divertida cuando me separé de él

-No sabes cuánto hermosa-susurró acunando mi rostro entre sus manos para dejar un beso en mi frente

-Si antes me he contenido ha sido simplemente por cortesía ya que no planeaba saludarte de una forma muy cordial-me guiñó un ojo-y, porque, además, si empezaba a besarte habríamos acabado dándonos el lote delante de Victoria ¡Y no quiero traumatizar a una niña pequeña!-se rió

-Tenía una ganas enormes de devorarte a besos-confesó comenzando a repartir muchos besos por mi rosto y, ¡Dios! eso se sentía tan bien…

Estos pequeños gestos, sus caricias, sus palabras, mmmm… simplemente me volvía loca tanto que me daban ganas de encerrarme en el dormitorio con él y no dejarlo salir durante, muchas, muchas horas.

Lástima que hoy no podríamos…

No tardamos mucho en preparar algo de comida que devoramos durante la cena la cual fue muy entretenida ya que Edward me había contado que en el día de hoy una enfermera había entrado a trabajar, y bueno al ser la nueva, no se había percatado de que el hijo del Doctor Cullen estaba comprometido.

De modo que ella muy abiertamente había "intentado" seducir a mi prometido lo cual me había causado mucha gracia y no es que yo no fuese celosa, ya que he de admitir que lo era—aunque solo un poquitín—pero eso no era lo que había provocado que casi me atragantara durante la cena riendo sino que al parecer Edward había tratado de forma sutil y delicada rechazarla… —¡jolines! si es que encima había sido amable, sin duda era encantador pues si esto hubiera sucedido hace un par de años podrían haber pasados dos cosas, una: que Edward se la hubiera tirado o dos: que Edward le hubiera dicho ni corto ni perezoso que se fuera a freír espárragos.— …pero al parecer la chica era retrasada porque no paraba de insistir.

Tanto así que el propio Carlisle había intervenido nombrándome "accidentalmente" delante de la chica la cual se había quedado estática al enterarse de que el guapo Dr. Cullen estaba prometido—Já. Que se joda, ¡ese corazón ya tenía dueña!—además de tener que soportar ser reprendida por el jefe y dueño del hospital en su primer día de trabajo.

Al parecer, Carlisle le había dicho seriamente que no podía perder el tiempo comportándose como una adolescentepues estaba en un hospital y uno de los requisitos para mantener su puesto de trabajo era la seriedad, ser responsable, profesional y, sobre todo, anteponer su deber ante cualquier cosa. Le estaba bien merecido ¡No puedes ir a un hospital a ligar! Es inmoral y patético…

Me pregunto si ella era enfermera por vocación o solo para cazar a un médico y convertirlo en su esposo… No acostumbraba a ser una mal pensada, de hecho Edward decía que solía ser bastante inocente, pero ¡Ey! ¡Ella sola se había ganado que dudara de su profesionalidad! Y apuesto a que no he sido la única en caer en la duda…

Y, bueno para qué negarlo al final de todo me había picado la mosca de los celos y me había terminado molestándome un poco pues me había jodido un poco—bastante— que la dichosa enfermera se le tirara a la yugular a Edward…pero después de un par de bromas más por parte de Edward burlándose de mi "cara de mala leche" había conseguido volverme a sacar una sonrisa como siempre solía hacer, pero ¿quién podía resistirse? ya que con sus absurdas bromas era imposible no hacerlo.

Realmente él era una persona divertida con la que jamás te podrías aburrir, él siempre sabía quitarle tensión a la situación, siempre sabía distraerme cuando estaba mal o deprimida, él siempre sería la alegría de mi vida.

-Nuestro avión sale mañana a las 5 de la tarde así que vendré a casa a las 4-terminó diciendo Edward que se encontraba sentado en la cama apoyado sobre el respaldar de esta.

Hacía un par de horas que habíamos cenado y ya era algo tarde así que habíamos decidido acostarnos, yo me estaba poniendo el pijama en el baño pero había dejado la puerta de este abierta así que podía escuchar lo que me decía, además que también era capaz de ver parte de sus piernas las cuales se encontraban semi cubiertas por la única prenda que estaba utilizando para dormir—pues se había quitado la camiseta que solía utilizar para dormir—, sus pantalones grises cortos de pijama (FP)

-¿Y qué pasa con las tres horas que faltarían para terminar tu turno? ¿Tendrás que recuperarlas el Lunes?-pregunté mientras recogía mi pelo en una coleta ya que hacía mucho calor como para dormir con el cabello suelto.

-Técnicamente ya las he recuperado, recuerda que el Lunes hice 3 horas extras así que no tendré que recuperarlas la semana que viene-informó con voz despreocupada

-Bien-dije sonriendo-¿sabes ya que turno tendrás la semana que viene?

-No, mañana me lo dirán ya que normalmente nos lo comunican a final de semana-dijo antes de bostezar.

El hospital era un lío durante los meses de verano, muchos médicos entraban y salían de vacaciones así que los horarios de los demás eran modificados contantemente para que ningún área quedara desatendida por eso Edward tenía un turno diferente cada semana. Más tarde, como por Septiembre, él volvía a su rutina diaria de 8 horas de trabajo, volvía a la estabilidad lo cual era más cómodo ya que llevar un horario distinto cada semana era una locura.

No obstante las guardias, fuera invierno, verano, otoño o primavera, no importa en qué mes nos encontrásemos, él no podía evitarla así que de vez en cuando le tocaba pasar la noche entera en el hospital, o trabajar muchas más horas de las normales… contraje la cara al recordar como un par de veces Edward tuvo que estar en el hospital hasta 24 horas seguidas.

Eso era horrible, él llegó tan cansado que solo se tiró a la cama nada más cruzar el umbral de la puerta de su departamento o de mi piso en las ocasiones que venía del trabajo directamente a dormir a mi casa.

Salía del baño del dormitorio andando descalza hacia la cama donde él me recibió con los brazos abiertos por lo que yo me acomodé junto a su costado rodeando su cintura desnuda con mis brazos

-Vale cariño, solo espero que no sea turno de noche, detesto cuando trabajas de madrugada-me quejé medió adormilada, no sé por qué tenía tanto sueño hoy.

Me volteé dándole la espalda ya que de esa manera me encontraba más cómoda aunque él no tardo en juntar nuestros cuerpos puesto que pegó su pecho a mi espalda—colocándonos en posición de cucharita—y rodeó mi abdomen con sus brazos a la vez que apoyaba la cabeza en el hueco de mi garganta para así poder dejar un camino de besos lo largo de mi cuello.

Ese gesto mimoso provocó que mi cuerpo reaccionara y mi piel se erizara y él lo notó, claro, pues conocía a la perfección todas y cada una de las reacciones que provocaba cuando hacia ese tipo de cosas así que comenzó a deslizar sus dedos por mi estomago a la vez que mordía el lóbulo de mi oreja.

-Has venido con ganas de jugar ¿eh?-susurré en tono picarón mientras atrapaba su mano para inmovilizarla ya que esta estaba acercándose demasiado a la zona prohibida, o al menos lo seria esta noche.

-Sí-ronroneó en el hueco de mi cuello en un tono tan sensual que hizo que me excitara

-de hecho tengo muchas ganas de jugar- volvió a susúrrame mientras lograba liberarse de la presión que mi mano ejercía sobre la suya para a continuación dirigirla hacia la zona baja de mi vientre y meterla por dentro de los culottes de mi pijama.

-Cariño, para -lo detuve atrapando rápidamente su mano de nuevo y posicionándola otra vez en la zona superior de mi abdomen.

Ese era un lugar menos peligroso esta noche.

-¿Por qué?-preguntó confuso y extrañado ya que lo había rechazado. Y eso era algo que yo no solía hacer, era difícil tener voluntad y fuerza suficiente para rechazarlo, pero en verdad esta noche no podíamos.

-Edward… estamos a finales de mes-cuchicheé

-¿Y eso que tien…?-iba a protestar pero de pronto se calló como si la odiosa realidad le hubiese caído encima como un cubo de agua fría.

-oh, mierda...-murmuró lamentándose lo cual hizo que sonriera pues siempre ponía la misma cara cuando su "enemiga", pues así era como Edward llamaba a mi periodo, llegaba a joderle un rato bueno más bien a jodernos porque a mí también me daba bastante el coñazo

-Se me había olvidado la fecha en la que estábamos-lloriqueó porque sí, la confianza que Edward y yo teníamos eran tan sumamente enorme que en estos 3 años se había aprendido incluso hasta la fecha en la que me venía la regla.

Afortunadamente era muy regular, así que en los últimos días del mes yo siempre tenía mi periodo por lo que 3 años juntos y prácticamente 2 de convivencia él sabía cuando no podíamos hacer nada, incluso los días pre-mensuales él sabía que mi humor podía ser algo odioso así que trataba de no enfadarme o por ejemplo, también sabía que me daba por comer chocolate, más de lo habitual, cuando estaba en esos días así que muchas veces me sorprende trayendo a casa postres de chocolates o bombones.

Cuando estás con alguien mucho tiempo, los años que estás junto a esa persona no pasaban en vano, cada día lo conoces un poco más y descubres cosas y detalles tan tontas como esta pero que probablemente nadie más sepa. Eso me hacía saber que la medida de confianza y compenetración entre nosotros era muy grande.

-De haberlo recordado hace dos días hubiera aprovechado mejor la noche…-musitó afligido

Yo reí descarada

-¿Y no la aprovechamos? ¡Pero si apenas me dejaste dormir! Prácticamente tuve que ser yo la que te obligo a cerrar los ojos y a dormirte ya que tenias que madrugar-repuse sonriéndole cuando ese recuerdo atravesó mi cabeza

-además son un par de días y si has sobrevivido durante 3 años una vez más podrás hacerlo-hablé con burla y él rió entre dientes negando antes de acercarse a mi oído

-Bueno, vale, nada de follar pero eso no quiere decir que no pueda meterte mano-insinuó en mi oído riendo para que después rápidamente su mano, la cual estaba en mi abdomen, volara hasta colarse debajo de mi camiseta para así ascender hasta mi sujetador metiendo la mano bajo este y dejándome sin respiración.

Oh dios, ¡yo no podía pensar cuando él me estaba manoseando una teta!

-E-Edward… no me hagas esto- intenté, de verdad, que intenté por todos los medios sonar firme pero no lo conseguí ya que había acunado uno de mis pechos con su mano mientras su pulgar se dedicaba a juguetear con mi pezón

-Andaaa… solo quiero jugar-dijo sensualmente apretujando mi pecho contra su mano

Diablos… ¡Bella reacciona! Me dije mentalmente. Y ¡vaya que si lo hice! porque de un manotazo lo obligué a que sacara su traviesa mano de mi sujetado y de mi camiseta

-¡Auch!-se quejó sin comprender mi actitud antes de que yo me volteara para quedar así cara a cara con él

-¿Por qué me pegas?-reclamó divertido

-¿Qué por qué te pego? Porque no pienso permitir que me dejes con el calentón del siglo-lo reprendí y él sonrió aún más divertido que antes

-O te portas bien o te juro que duermes en el sofá-amenacé realmente dándole con mi dedo en el pecho logrando que borrara la sonrisa que tenía en la cara.

-¿Al sofá?-vocalizó con miedo en la voz-no serias capaz…-empezó a hablar y yo alcé una ceja desafiante

-Valeeee… te prometo que voy a ser un chico bueno esta noche-garantizó dándose por vencido y yo sonreí mentalmente satisfecha al verme ganadora

-pero ahora, ¿me vas a dejar abrazarte al menos?-no le respondí, únicamente y sin decir nada me volví a voltear para quedar nuevamente en nuestra antigua posición, estilo cucharita.

Escuché como bufaba frustrado así que sonreí por unos segundos antes de tomar su brazo y pasarlo alrededor de mi cintura depositando su mano sobre mi abdomen y a su vez mi mano sobre la suya

-¿No me querías abrazar?-inquirí juguetona. ¿Cómo no iba a dejarlo abrazarme? ¡Debía estar loca para eso!

Él no tardó en volver a pegar nuestros cuerpos a la vez que entrelazaba una de sus piernas entre las mías y nuevamente enterraba su cara en mi hombro donde sentí como aspiraba fuertemente mi aroma para después dejar un beso en él. Yo, en respuesta, tomé su mano y la alcé para así poder besar sus nudillos y después volverla a dejar donde anteriormente se encontraba, en mi vientre.

Nos quedamos en silencio durante un largo tiempo hasta que finalmente sentí como mis parpados comenzaban a pesarme demasiado por lo que pronuncié las palabras mágicas antes de dormirme ya que de no ser porque cada poco tiempo Edward dejaba tiernos besos en mi espalda habría jurado que se habría dormido aunque sabía que no lo haría sin decirme que me quería o sin desearme buenas noches pues era una costumbre hacerlo antes de dormir.

-Te amo idiota-dije riendo en la oscuridad de la habitación

-Te amo refunfuñona-dijo antes de clavar sus dientes en la piel de mi cuello para después dejar un húmedo beso yo sonreí mientras me aferraba más a su abrazo para así darle paso a la inconsciencia.

()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()() 11 Agosto 2011 ()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()() ()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()()() ()

¡Hola nuevamente! (y con un día de retraso, sé que tendría que haberlo subido ayer pero no pude, este capi se me atrasó un poco u.u)

Bueno, lo primero que os quería comentar es el por qué del título del capítulo, básicamente se llama así porque se descubre algo de la historia de Jazz y Rose y, bueno porque también sale a la luz como ha sido la vida de Victoria. Y respecto a ella, he utilizado el apellido de Rachelle Lefevre (actriz que la interpreta en crepúsculo y Luna Nueva) ya que el apellido de Victoria se desconoce (o al menos eso creo ya que no lo he encontrado por ningún sitio, y tampoco lo recuerdo en los libros) así que he decidido darle ese, por cierto ¿qué tal os ha parecido que el padre de Rachel sea Riley?

Las hermanas de Riley, Anna y Bryce (podéis visualizadlas como Bryce Dallas Howard y MyAnna Buring) ya subiré fotos de ellas a Facebook a la carpeta de personajes :P

En este capítulo (la primera vez que lo publiqué) ¡fue cuando llegamos a los 200 reviews! Jamás creí llegar a eso, en serio y ¡ahora vamos por los 500!, eso me pone muy, muy contenta, así que gracias a las que además ahora incluso con los capis reeditados seguís dejando rr. Me siguen llegando alertas de personas que se incorporan a leer la historia, ¡Gracias por eso también! :D ¡Me emociona que esta historia siga llegando a las pantallas de mas personas!

¡Dejo las fotos del capi en mi perfil y en Facebook! ¡Nos leemos en el próximo!

Guest: ¡Ey, muchas gracias! ¡No sabía eso! Creía que no había diferencia, pero sip, ya no cometeré el mismo error, cuando voy a ponerlo siempre recuerdo y rectifico XD espero que no se me haya colado ninguno en este capi, ¡gracias!, y por las palabras y el rr también, espero que sigas disfrutando del fic, ¡besos! ^^

Melania: ¡Gracias! Jajajajaj solo a Alice tienes razón, Alice es Alice XD, me alegra mucho saber que te gusta el fic, gracias por leer y por el rr, ¡un beso! No seguimos leyendo :)


Acerca del Autor

Nos dedicamos a brindar información a todos los fans de la Saga Crepúsculo. Desde entonces nos hemos encargado de cubrir premieres, eventos, actualizar día a día nueva información sobre el cast. Después de que terminó la épica Saga en Noviembre del 2012, seguimos los proyectos de cada actor como corresponde.
Lee más en: Conócenos

0 Comentarios:

¡Anímate a comentar, siempre y cuando sea con respeto! Bienvenid@s.

Sube de nuevo ↑
Bienvenidos

    Bienvenido a la web de Diario Twilight. Llevamos siete años trayéndote las mejores noticias de La Saga Crepúsculo y su elenco. Haz parte de nuestras redes sociales y no pierdas detalle

Seguidores Blogger

Vsitas

© 2015 Diario Twilight. WP Mythemeshop Converted by Bloggertheme9
Blogger templates. Proudly Powered by Blogger.