Cap 10: Futura Señora Cullen

Por DiarioTwilight   Publicado a las  2:15 p. m.   1 comentario


Capítulo 10: Jacob

BELLA POV

-¡Y también recuerdo esta!, fue de cuando fuimos a Nueva York el año pasado-decía un emocionado Edward mientras me mostraba una foto en blanco y negro (FP), en la cual estábamos abrazados y que efectivamente era de cuando fuimos a Nueva York, sin duda un viaje bastante peculiar, divertido y sobre todo inolvidable.

Nos encontrábamos en lo que dentro de dos días sería nuestro dormitorio, acomodando mi ropa y mis cosas en el armario, bueno, aunque más bien yo lo estaba acomodando ya que él desde que habíamos comido hace 1 hora y nos habíamos venido a ordenar mi cosas lo único que había hecho había sido sentarse en la cama y ponerse a ver las fotografías que había en una de las cajas que habíamos abierto.

Me crucé de brazos frente a Edward intentando parecer molesta, aunque eso era imposible viendo la sonrisa que tenía en su rostro mientras observaba las distintas fotos, pero ni siquiera me miró ya que seguía prestando más atención a las fotografías que a lo que pasaba a su alrededor.

-¡Edward!-lo llamé, pero nada, él seguía en lo suyo.

-¡Oh mierda!, sin duda esta es mi favorita, creo que me la voy a quedar –exclamó a la vez que volteaba la fotografía para mostrármela a lo que yo no pude evitar esconder una sonrisa cuando la vi

-¿Cuándo te la tomé?-preguntó

-También fue en Nueva York-dije mientras tomaba la fotografía entre mis manos y la observaba, en ella estaba yo con el pelo alborotado y con la camisa azul de Edward tapando mi cuerpo desnudo mientras me encontraba sentada en el centro de la enorme cama (FP) de una de las habitaciones del "Intercontinental Barclay New York Hotel" (FP), el cual se encontraba en una zona bastante céntrica de Nueva York.

Recuerdo como estuve ahorrando por semanas para hacer ese viaje, teníamos tanta ilusión en irnos juntos por unos días y estar solos, él sin tener que trabajar y yo sin tener que estudiar, necesitábamos desconectar y ese viaje fue perfecto para eso.

-Fue en una de aquellas mañanas en las que alguien se levantaba con un gran apetito sexual-dije mirando fijamente sus ojos verdes a la vez que sonreía pícaramente.-y no me dejaba dormir hasta que no satisficiera dicho apetito, ¡Me tenías agotada Edward!-lo acusé en broma.

Él negó riendo a carcajada limpia.

-Pero, preciosa, si eras tú la que prácticamente me violabas por las mañanas-dijo soltando de nuevo una fuerte carcajada al ver como mis mejillas se teñían de color rojo, ya que lo que decía era cierto, pero es que es imposible resistirse cuando abres los ojos y ves a tu adonis personal durmiendo junto a ti completamente desnudo y… Bueno, ¡mierda! no era mi culpa, simplemente era imposible resistirse.

Negué con la cabeza intentando quitarme esas ideas de mi mente, sino terminaría violándolo otra vez.

-Guapo no es como si tú opusieras mucha resistencia – dije riendo al recordar como Eddy Jr. se ponía muy contento aquellas mañanas

-Bueno, es que contigo es muy difícil resistirse preciosa, eres demasiado tentadora mí-murmuró lanzándome una mirada sugerente y yo volví a sentir calor en mis mejillas pues me estaba haciendo recordar una de aquellas mañanas y por algún extraño y retorcido motivo mi traicionera mente solo estaba reparando en ciertos detalles relacionados con cierta parte de la anatomía de Edward.

Diablos, ¡Bella! ¿Puedes parar de pensar en el pene de Edward? Si él pudiera leer mis pensamientos se metería conmigo por ser tan ninfómana, y me reprocharía por meterme con él porque yo acostumbraba a bromear sobre que él solía pensar siempre en sexo.

Sin imaginar en las "cosas" que yo andaba pensando él me sonrió con cariño para después volverse a concentrar en rebuscar entre las fotografías, al poco tiempo sacó otra, la miró y sonrió. ¡Genial! Al parecer no tenía intención de hacer otra cosa que no fuera ver fotos

-Cariño, ¿te importaría dejar de mirar fotografías y ayudarme a guardar todo esto?-dije señalando mi maleta, la cual se encontraba abierta en el suelo-en el armario-dije haciendo un gran esfuerzo por mantener mi voz firme porque en realidad me parecía muy tierno verlo así.

Sin embargo si no aparecía la Bella seria, él al final no me ayudaría y me arrastraría a mi también y terminaríamos sin hacer nada, y con todo este caos sin ordenar

Él me miró fijamente a los ojos, los cuales brillaron con emoción, como cuando a un niño se le ocurre el plan ideal para alcanzar las chucherías que su madre le ha escondido en lo alto de una estantería.

Se levantó de la cama dejando a un lado las fotos para así comenzar a aproximarse hacia donde yo me encontraba, se acercó muy lentamente con andares felinos, como si de un león se tratase, pude percibir la excitación en su mirada, lo cual hizo que lo que se había encendido en mí hace un par de segundos atrás, ahora ardiera.

Mis piernas me traicionaron y comenzaron a temblar cuando su mirada se encontró con la mía segundos antes de que esta fijara la vista en sus labios, los cuales estaban increíblemente cerca de los míos; aunque no llegaron a rozarlos si que pude llegar a sentir su aliento y su respiración chocar contra mis labios provocando un ligero cosquilleo que me hacia estremecer.

-Así que… -hizo una pausa- …quieres que te ayude… -murmuró con aire seductor contra mis labios lo cual provocó que mi respiración se acelerara vergonzosamente y que el ritmo de mi corazón aumentara considerablemente.

No fui capaz de pensar una respuesta coherente, ni siquiera era capaz de pensar nada en realidad, por lo que simplemente me limité a asentir con la cabeza.

Él sonrió arrogantemente y por más que intenté recomponer la compostura, me fue totalmente imposible, sobre todo cuando sus labios rozaron muy levemente mi mandíbula a la vez que sus manos descendían por ambos costados de mi cintura hasta llegar al nudo de mi cinturón, el cual deshizo sin mucho esfuerzo, para así poder liberarse del cinturón tirándolo al suelo…

-E-Edward ¿qué h-haces?- murmuré bajito pero divertida mirándolo con una gran sonrisa en la cara al ver que en sus ojos llameaba la excitación y la pasión, lo cual me encantaba.

-Te ayudo a guardar la ropa preciosa -dijo respondiendo a mi pregunta, yo sonreí, pues me encantaban los métodos que tenía para que siempre termináramos haciendo el amor.

-¿Esta es tu estrategia Cullen?-gemí al sentir sus caricias

-¿Cuál estrategia?-preguntó con falsa confusión-no sé de qué me hablas, amor-aparentó voz de desconcierto

Iba a responder algo, aunque probablemente no muy elocuente, cuando sentí como mi piel se estremecía ante su cálido tacto cuando me quitó la camiseta y la arrojó al suelo rápidamente para poder así ponerse a bajar la cremallera lateral que tenia la falda, la cual me quito fácilmente ya que no tenía puestos los zapatos, pues me los había quitado después de comer para estar más cómoda y porque por alguna razón y desde pequeñita yo adoraba andar descalza.

Busqué sus labios con desesperación mientras que mis manos se dirigían a su camiseta y comenzaban a quitársela, aunque él terminó mi trabajo por mí, una vez que se la quitó la dejo en el suelo y nuestros labios volvieron a encontrarse. Apoyé mis manos en su pecho para poder sentir el calor de su cuerpo, al que tan acostumbrada estaba.

-Tienes demasiado ropa-susurré contra sus labios para darle a entender que quería que él también se la quitara, ya que él me había quitado la ropa hacía un buen rato dejándome solamente en ropa interior, bueno, aunque ahora tenía la clara intención de quitarme el sujetador.

Él me sonrió mientras se quitaba, muy lentamente a mi parecer, los pantalones y se quedaba solamente con unos bóxers color blanco que marcaban su ya muy bien formada erección.

No puedo negar que el hecho de que se pusiera tan duro y tan rápido no subiera mi ego, porque lo hacía ¡y vaya que sí lo hacía!

-Un día me vas a matar-jadeó admirando mi conjunto de ropa interior mientras comenzaba a arrinconarme contra la única puerta de su armario que se encontraba cerrada.

Yo le sonreí con picardía y lo atraje hacia mi cuerpo entrelazando mis brazos alrededor de su cuello para así poder ponerme de puntillas y comenzar a besar su mandíbula y su cuello donde comenzaron a formarse marquitas rojas debido a la intensidad de los besos, que esperaba que más tarde se fueran, si no Emmett tendría algo nuevo con lo que avergonzarme esta noche.

Finalmente Edward consiguió desatar mi sujetador, cayendo este al suelo y permitiendo así que mi pecho quedara completamente pegado al de Edward, sentía tantas cosas cuando nuestras pieles se rozaban y se tocaban, era como si miles de descargar eléctricas recorriesen todo mi cuerpo de los pies a la cabeza, de tal manera que todas y cada una de mis terminaciones nerviosas cobraban vida propia, y es que era tan intenso todo lo que sentía por él, las sensaciones que me provocaba eran tan poderosas, tan fuertes…

Apoyó ambas manos en el armario, enjaulando mi cuerpo dentro de ellas, a la vez que una de mis manos descendía por su cadera hasta meterse dentro de sus bóxers, para así poder alcanzar su firme culo, que tenía la mala costumbre de volverme loca y de hacerme pensar puras incoherencias cada vez que me quedaba como una boba mirándolo.

Volví a besar sus labios lentamente, mientras mi mano descendía por su trasero bajando a su vez un poco sus bóxers, cosa que provocó que Edward gimiera en mis labios (FP), los cuales abandonó segundos después para comenzar a besar y mordisquear mi hombro provocando que pequeños gemidos abandonaran involuntariamente mis labios.

-Me encantas-le susurré al oído cuando tuve la oportunidad perfecta para mordisquear el lóbulo de su oreja.

-Y tú a mi me vuelves loco-murmuró cuando se movió para alcanzar mi labio inferior, el cual atrapó entre sus dientes para así poder tirar suavemente de él hacia fuera, y luego soltarlo de golpe. Yo traté de acariciar mi labio con mi lengua pero no tuve tiempo, pues sin esperármelo él me había robado mis labios de nuevo, ya que se había lanzado a besarme con ansias.

Su lengua jugó con la mía hasta que no aguanté más, necesitaba sentirlo así que lo arrastré a la cama, en la que había algo de mi ropa, pero que cayó al suelo cuando Edward se puso encima mío y comenzó a besar cada rincón de mi cuerpo, empezando por mis piernas, donde masajeo mis nalgas para después alcanzar la gruesa tira de encaje negro de mis, ya empapadas, bragas con sus dientes, de tal manera que consiguió deslizarlas por mis piernas hasta quitármelas ¡Con la boca! Y lanzarlas a alguna parte de la habitación, en la cual no me fije mucho ya que mis sentidos se reducían solamente a Edward cuando estaba con él y lo demás dejaba de existir.

No sé cómo, pero me las apañe para conseguir que mi cuerpo, el cual se encontraba a miles de Kilómetros de la tierra, reaccionara a las órdenes de mi cerebro y así poderle quitar los bóxers a Edward con algo de torpeza.

Él volvió a centrar toda su atención en mis labios los cuales le correspondían con desesperación, pues por mucho que me besara tenía la sensación de que nunca iba a ser suficiente, siempre necesitaría más.

Después sus labios descendieron por mi cuello dejando una larga línea de húmedos besos a la vez que depositaba suaves caricias en mi cintura, para así poder llegar al inicio de mis pechos, donde se detuvo con su lengua en mi aureola derecha, ¡Joder! el muy cabrón sabía utilizar demasiado bien la lengua y conocía, también, demasiado bien cuáles eran mis puntos débiles.

Para ese momento yo estaba muy, muy, muy excitada, y no tenía la suficiente paciencia para juegos previos, necesitaba tenerlo ahora, sentirlo dentro de mi cuerpo.

-E-Edward-dije entrecortadamente-C-cariño-o… te n-necesito…

-No seas impaciente-sonrió contra la piel de mi pecho para después comenzar a mordisquear mi pezón

-¡A-ahhh! Mmmm -gemí muy alto, quizá demasiado alto, cuando sus dientes tocaron esa zona sensible de mi cuerpo

-cariño… P-por favor-r…-me las apañé para decir entre tantos gemidos que salían de mi boca.

Él alzó la vista y me miró a los ojos a través de sus hermosas esmeraldas, me sonrió mientras se acomodaba mejor encima mío y dirigía su boca a mi cuello, donde dejo un pequeño lametazo antes de centrarse completamente en mis labios.

Lo besé con muchas ansias mientras que él por su parte atrapó mis manos entre las suyas para así poder posicionar mis brazos a ambos costados de mi cabeza, de tal manera que nuestros dedos y nuestras manos quedaron entrelazados a la altura de nuestras cabezas, sobre la enorme cama. (FP)

-¿Por qué nunca te puedo negar nada?-dijo contra mis labios a la vez que sentía como su miembro rozaba mi entrada, la cual sentía realmente estaba literalmente ardiendo y muy húmeda desde que había empezado este juego de seducción.

Yo sonreí contra sus labios antes de contestarle.

-Porque me am-as-s ¡A-ahhhhh! -dije jadeando fuertemente cuando sentí como se adentraba completamente en mi.

¡Dios mío! Solo habían pasado horas desde ayer cuando habíamos hecho el amor por última vez en California, pero ¡mierda! lo había extrañado, y ¿cómo no hacerlo? Si me encantaban estos momentos con él, siempre eran tan especiales.

-Y no sabes cuánto… Mmmm-dijo intentando controlar su respiración para poder hablar con claridad a pesar de que al final se le escapo un pequeño gemido.

Al principio sus embestidas eran lentas y tiernas, pero conforme pasaban los minutos, nuestros gemidos aumentaban y sus embestidas se hacían más rápidas y mas placenteras, si es que eso era posible, sus labios no paraban de dejar húmedos besos en mi rostro a la vez que gemía mi nombre, nuestros gritos eran altos, tanto que temía por que los vecinos del piso inferior subieran para decirnos que nos calláramos, o que los de al lado comenzaran a golpear la pared insultándonos por joderles su hora de siesta.

-Bella, c-cariño estás tan apretada… ¡ahh-h!-dijo contra mi mandíbula, la cual mordió levemente para después volver a colocar sus labios sobre los míos;

Abrí mi boca para así poder darle acceso a su lengua, la cual no tardó mucho en entrar y encontrarse con la mía, de tal manera que pudiera acariciarla y mimarla de esa forma que tanto me gustaba.

-A-ahhh…. mmm… ¡A-ahhh! Joder-er - gemí contra sus labios ya que a la vez que me embestía su miembro rozaba mi clítoris provocando que llegara al extremo de las sensaciones mas placenteras que había conocido.

Deshizo el lazo que formaban nuestras manos, para poder colocar sus manos sobre mis pechos y comenzara a "mimarlos" como yo solía llamarlo, lo cual provocó que mis gemidos incrementaran, sentía como mis paredes comenzaban a apretarse en torno al miembro de Edward, no resistiría mucho sin llegar al orgasmo, pues realmente me encontraba en el cielo.

-Mmmm, son perfectos-me decía mientras agachaba la cabeza para poder besar mis pechos.

Sentí como succionaba con su boca la piel que se encontraba encima de mi pezón derecho y hacia a la vez formas con su lengua sobre mi piel por lo que instintivamente mi cuerpo se arqueo contra él.

Estaba completamente segura de que eso me dejaría una pequeña marca si seguía succionando de esa manera, aunque realmente no me importaba, ya que no sería la primera vez que me hubiera hecho un chupetón en esa zona de mi cuerpo.

-Edward-d… no aguanto ¡A-ay!-exclamé agitadamente al sentir como el miembro de Edward palpitaba en mi interior

Mierda, juro que ni aunque quisiera iba a ser capaz de reprimirme mucho tiempo. Mi centro estaba completamente chorreando y yo necesitaba mi liberación, ¡iba a correrme en menos de un segundo!

-Me voy a c-correr… ¡A-ahh! ¡Ah!- gemí cuando él aceleró el ritmo aun más. ¿Quería matarme?

-Vamos preciosa, dámelo… córrete, quiero sentirte… -gimió enterrando su rostro en el hueco de mi garganta.

No aguanté mucho más, ya que en dos embestidas más y con un gran grito de placer me corrí llegando a un glorioso orgasmo provocando que mi centro se apretara alrededor de su miembro dando lugar a que él alcanzara su propio orgasmo a la vez que sentía como su semen recorría mi interior provocándome un inmenso placer.

-¡Ahhh-h! ¡Bellaaa-a!-salió un grito ahogado de los labios de Edward cuando alcanzo su, por lo visto, gran orgasmo ya que se corrió fuertemente en mi interior, lo cual me aseguraba que había disfrutado tanto como yo.

Después de hacer el amor, Edward se recostó junto a mí y nos quedamos unos minutos acostados en la cama, en los que Edward me abrazo posesivamente de tal manera que nuestros cuerpos quedaron pegados, yo correspondí a su abrazo y rodeé con uno de mis brazos su cintura a la vez que entrelazaba mis piernas con las suyas.

Levanté la vista y me quedé observando su rostro, había cerrado los ojos pero tenía una sonrisa tan estúpida como la que tenía yo en este momento en la cara, alcé mi mano y acaricia suavemente su mejilla.

-No vayas a dormirte, tenemos mucho por hacer aún-dije en voz baja mientras delineaba con mis dedos su mandíbula, él abrió los ojos y me miro a través de esos ojos verdes tan intensos que me traspasaban el alma y sonrió torcidamente.

-Sí, es cierto-dijo regalándome una sonrisa en la cual percibí un toque de picardía ¿qué tramaba?

- Creo que no te ha quedado claro cómo se guarda la ropa en el armario, si quiere te lo demuestro otra vez-yo sonreí ya que comenzaba a sentir su erección chocar contra mi vientre nuevamente.

-Lo siento Sr. Insaciable, pero lamentablemente no tenemos tiempo para otra roda, le dije a Jake que estaríamos en el aeropuerto a las 6 y son las –me volteé para mirar el reloj, el cual se encontraba en la mesita blanca de noche que había junto a la cama-las 5 de la tarde, y tenemos que terminar de ordenar esto-apunté al jaleo de ropa que había por toda la habitación

-así que vamos a vestirnos- dije, recibiendo un bufido divertido por su parte que expresaba su desacuerdo cuando me levante de la cama, lo que me hizo sonreír.

Recogí mi ropa del suelo la cual no estaba, milagrosamente, arrugada, y me vestí.

Ninguno de los dos nos duchamos puesto que además de no tener tiempo, tampoco habíamos sudado ya que en el dormitorio de Edward estaba encendido el aire acondicionado por lo que la habitación estaba fresca y apenas hacía calor. Pero aun así esperaba que no oliésemos a sexo ¡Eso sería muy vergonzoso en el caso de que Jacob o Vanessa lo notaran…!

Cuando ambos estuvimos completamente vestidos, Edward y yo terminamos de acomodar mi ropa y de apañar el resto del dormitorio, ya que la cama se encontraba prácticamente deshecha. Cuando terminamos eran las 17:50 p.m. por lo que tomamos nuestras cosas y nos dirigimos al parking del edificio donde nos montamos en el Volvo de Edward.

Después de unos largos minutos de atascos, semáforos en rojo que tardaban una eternidad en cambiar de color, pitidos y alguna que otra maldición por parte de Edward, llegamos al aeropuerto, en el cual había un gran transito de gente, aunque eso era muy normal ya que Chicago era un lugar muy turístico. Edward y yo tomamos asiento en unas de las tantas sillas de aluminio alineadas que hay en las terminales de los aeropuertos para esperar a Jake y a Vanessa.

-Cariño ya que estamos aquí, podríamos sacar pasajes para viajar a Forks y a Florida a ver a tus padres la semana que viene -dijo mientras entrelazaba mi mano con la suya y comenzaba a jugar con mis dedos.

-Pero tú trabajas la semana que viene ¿no?-dije sabiendo que debíamos buscar unos días en el que él no tuviera ninguna guardia en el hospital.

-Sí, pero el fin de semana lo tengo libre, así que podríamos ir a Forks, y el fin de semana siguiente a Florida

- Me parece bien-dije conforme alzando distraídamente nuestras manos entrelazadas y besando sus nudillos.- ¿Quieres que vaya yo a sacar los pasajes?-le pregunté

-Te acompaño-dijo levantándose de tal manera que los dos agarrados de las manos nos dirigimos a los mostradores de facturación de la terminal 1 del aeropuerto, donde era posible comprar los billetes de avión;

Allí, junto al mostrador y a través de una ventana de cristal se encontraba una mujer joven, era morena y tenía los ojos oscuros, era bonita y parecía simpática.

Nos acercamos al mostrador donde Sherlyn, pues ese era el nombre que había escrito con letras negras en la pequeña placa dorada de identificación que la chica llevaba enganchada en la americana de su uniforme azul marino, nos saludó.

-Buenas tardes, bienvenidos a "ChicagoO'Hare International Airport" (FP) ¿en qué les puedo atender?-preguntó sonriente al ver a mi novio, típico, siempre pasaba lo mismo, era increíble las reacciones que provocaba en todas las mujeres que lo veían.

Al principio eso llegó a molestarme, pero con el tiempo acabé acostumbrada a que el 99% de la población femenina babeara por Edward, no las culpaba en realidad era difícil resistirse a no mirar a Edward, casi imposible era no fantasear con él, o incluso algo tan sencillo como ignorarlo podía llegar a ser verdaderamente complicado para ellas, pues Edward llamaba la atención allí donde pisaba.

No podía leer mentes, pero estaba segura que todas ellas imaginaban sucias escenas en sus cabezas con mi novio. A veces trataba de acusarlas con la mirada, era como "Eh, sé lo que piensas, déjalo ya, no sigas imaginándolo desnudo" pero me ignoraban y se centraban en coquetear con Edward, ni aunque me atreviera a gritarles en la cara que no fueran tan frescas y perras con él (porque verdaderamente algunas no eran nada cuidadosas) ellas me tomarían en cuenta, ¡eran unas descaradas!

-Hola-saludó Edward-Necesitaría dos billetes de avión con destino Seattle, en "Boeing Field-King County International Airport" (*) y...

Ambos se enfrascaron en una conversación cordial, en el que la chica preguntó todos los datos necesarios para el vuelo, como la fecha, la hora de salida, la hora de llegada…

Aunque la verdad yo no presté mucha atención ya que me quedé mirando fijamente las marcadas facciones del rostro de Edward, su mandíbula tensa y cuadrada, observando sus gestos al hablar, sintiendo como mientras hablaba cordialmente con aquella muchacha una de sus manos, la cual anteriormente se encontraba entrelazada con mi mano, había descendido disimuladamente, y hasta aseguraría que inconscientemente, hasta mi trasero donde en este momento se encontraba apoyada y la cual me hacía muy difícil la tarea de concentrarme en la conversación que se estaba llevando a cabo.

-¿Desean viajar en primera clase?-la voz de aquella mujer me sacó un poco de mis pensamientos

-Si, en primera clase-respondió Edward

-¡Edward!-lo reprendí en voz baja cuando la muchacha se volteó para buscar algo en el ordenador, ya que no entendía por qué se empeñaba en gastar dinero tontamente.

¿Por qué teníamos que viajar con nuestros traseros pegados en asientos reclinables y acolchados y no en unos asientos normales como todo ser humano común? Realmente era un gasto muy estúpido.

Bufé verdaderamente frustrada ¿qué más daba no ir en primera clase, si al fin y al cabo llegaríamos al mismo lugar fuéramos donde fuéramos? ¿Por qué la necesidad tonta de gastar dinero? Lo peor es que yo nunca conseguía que cambiara de opinión.

Él me mostró una de esas sonrisas tan sexys que siempre utilizaba para persuadirme a la vez que se acercaba a mi oído para susurrarme algo.

-Ummm-negó sabiendo perfectamente porque había replicado

- no me pongas esa cara preciosa, además –se acercó más a mi oído-los aseos de primera clase son más amplios-dijo a modo de insinuación tratando de desviarme realmente del tema, yo me puse colorada como un tomate, puesto que en ese momento me di cuenta que la chica nos miraba entretenida, ¡Oh dios! Solo rezaba para que ella no hubiese escuchado a Edward.

Yo solo volví a gruñir por lo bajo esperando que él me hubiera escuchado. Por cada centavo que el desperdiciara ganaría una noche sin sexo, ¡oh sí! Así Edward Cullen dejaría de comprar pasajes de primera clase. ¿por qué nunca se me había ocurrido esto antes?

Él se dispuso a terminar de organizarlo todo y seguir hablando con aquella joven, no sin antes darme un pequeño besito e la mejilla y entonces por unos segundos y solo por unos segundos todos mis pensamientos para darle una lección se disiparon.

Así, 10 minutos después Edward ya tenía en sus manos los pasajes de avión, tanto los de Seattle como los de Florida, ya que habíamos comprado los dos para así no arriesgarnos a que después no quedaran plazas. Era raro que Edward tuviera dos fines de semanas seguidos sin guardias, así que debíamos aprovechar esta oportunidad.

Nos dirigimos de nuevo a las incomodas sillas de la gran terminal del aeropuerto en la que nos encontrábamos, puesto que había varias, para esperar a que el avión aterrizara, pues no debía faltar mucho ya que el reloj de la terminal marcaba cerca de las 7 de la tarde.

Antes de que Edward tomara asiento jalé su mano hacia a mí, de tal manera que se volteó y me miró, buen momento que yo aproveché para besar sus dulces labios de caramelo. Él me correspondió, a pesar de estar algo confundido por mi repentino beso, me acercó a su cuerpo rodeando mi cintura con sus brazos y dejando descansar sus manos en mi espalda baja, muy cerca de mi culo.

-Mmmm preciosa, ¿Y ese beso?-dijo cuando me separe suavemente de él, a causa de la falta del aire.

-Es que hacía demasiado tiempo que no te besaba-dije inocentemente encogiéndome de hombros, a la vez que lo miraba pícaramente al recordar lo sucedido hace apenas unas horas en su departamento.

-Y luego dices que el insaciable soy yo-dijo alzando una ceja por lo que yo sonreí.

Cuando me dispuse a responderle, una vocecilla aguda proveniente de los megáfonos de las paredes me lo impidió.

-"Señores pasajeros del vuelo Seattle con destino Chicago pueden proceder a recoger su equipaje en el área de facturación, les rogamos organización y que respeten las medidas de seguridad, gracias"

JACOB POV

-"Señores pasajeros del vuelo Seattle con destino Chicago pueden proceder a recoger su equipaje en el área de facturación, les rogamos organización y que respeten las medidas de seguridad, gracias"- dijo la irritable voz procedente del megáfono cuando el avión aterrizó y los pasajeros comenzaban a bajar de este.

-¡Oh dios!, juro que voy a estrangular a la autora de esa vocecilla, ¡no me ha dejado dormir en todo el vuelo!-dijo Vanessa, quien ahora estaba apoyada sobre mi hombro con las manos tapando su bonito rostros.

Ness, o así es como la llamaba yo de manera cariñosa aunque ella lo detestaba, o eso decía, yo sabía que en el fondo le gustaba el sobrenombre que le había puesto, bueno pues ella, era la persona más importante en este mundo para mí, la conocí en Nueva York, cuando estuve trabajando una temporada allí como entrenador y me robo el corazón, ella estaba estudiando periodismo, puesto que en la actualidad ya ejerce la profesión, y como trabajo de clase tenía que hacer una especia de entrevista a alguien, así que le asignaron uno de los pabellones polideportivos de Nueva York en el que yo me encontraba trabajando, ya que el tema de dicha entrevista era el deporte.

Cuando la vi me quedé flipado ante semejante bellezón, y cuando nos conocimos, debido a que ella me haría la entrevista a mí, nos dimos cuenta de que había mucha química entre nosotros por lo que nos llevamos muy bien.

Después de aquel día empezamos a quedar a tomar cafés, a ver películas en el cine, o a pasear por las calles de Nueva York y charlar como dos buenos amigos, hasta que un día me animé y la invite a cenar, y fue allí donde nos besamos por primera vez, le pedí que fuera mi novia, así que comenzamos a salir, y poco a poco se me fue metiendo en el corazón hasta que me enamoré de ella, y es que esa tía me tenía y me tiene loco, realmente la adoro, ella es tan perfecta para mi…

-Me encanta tu pelo, tiene un toque muy original, te pareces a Mafalda (*) recién levantada-dije sonriéndole cuando se separó de mi y se despedazó para levantarse, ella me miro y sonrió.

-¡Ey bíceps! No te rías de mí-dijo mientras intentaba apañarse el pelo mirándose en el reflejo de la ventanilla del avión, ya que al haber intentado dormir no había parado de removerse y ahora su pelo estaba algo alborotado.

-No lo hago tonta, además tu siempre estas preciosa, incluso aunque tu pelo de miedo ahora-bromeé sonriéndole mientras salía al pasillo del avión pues ya casi todo el mundo había bajado.

Ella como respuesta me sacó la lengua para después dedicarme una de sus hermosas sonrisas. Finalmente bajamos del avión después de que el pelo de mi chica quedara acomodado en su lugar, y nos dirigimos al área de facturación donde recogimos nuestras maletas después de una larga espera para acto seguido dirigirnos hacia el área de recepción donde supuse que Bella y mi cuñado nos esperarían.

Avanzamos llevando a rastras nuestras maletas entre la multitud de personas hasta que a lo lejos pude ver un Edward muy concentrado buscando algo o a alguien con la mirada, que supuse que sería a nosotros por lo que yo alcé la mano al aire haciendo señales pero no me vio por lo que Vanessa y yo caminamos agarrados de la mano hasta ellos, la verdad es que desde lejos no había podido ver a Bella ya que era un poco baja y había mucha gente, pero ahora que la estaba viendo, estaba completamente hermosa, incluso más que antes, ¡tenía tantas ganas de verla y abrazarla!

Cuando llegamos hasta ellos, la verdad es que no se dieron ni cuenta ya que estaban muy concentrados en meter sus lenguas en las bocas del otro, yo sonreí ante la escena, estos dos siempre estaban así, derramaban miel por donde iban.

-¡Cullen! Deja de manosear a mi hermana-dije, intentando adoptar una postura enfadada, aunque no fue muy creíble debido a la gran carcajada que se me escapó cuando Edward me sonrió amigablemente y me hizo un gesto con la mano para que esperara.

-Dos minutos más Jacob-despegó su boca de Bella el tiempo justo para decirme aquellas palabras y después volvió a comerse a mi hermana fingiendo que yo no estaba aquí. Bella rió y trató de separarse

-Edward para-rió Bella cuando Edward pasó su nariz por su cuello, él estaba tratando de bromear para molestarme.

Quizá en otra ocasión le hubiera partido la cara solo por estar respirando el mismo aire que mi hermana, sin embargo ahora eso no era así, puede que por eso en vez de golpearlo, me estuviera riendo como un loco al ver las caras que ponía Bella.

Cuando Edward dejó de bromear y de fingir que ni Vanessa ni yo nos encontrábamos aquí, soltó a Bella.

-Jacob, Jacob, Jacob –tarareaba Bella como una dulce melodía mientras salía corriendo disparada hacia mí con una gran sonrisa.

Yo la cogí en brazos cuando ella literalmente saltó hacia mí rodeando mi cuello con sus pequeños bazos de tal manera que me dio un cálido abrazo que yo correspondí alzándola de tal forma que sus pies dejaron de tocar el suelo mientras ella se carcajeaba

- Te he echado tanto de menos Jake.-murmuró aun abrazada a mí. Sabía que estaba emocionada, su voz temblaba ligeramente por momentos, mi pequeña era tan sensible.

- yo también te he echado de menos Bells-dije dándole un beso en su rosada mejilla mientras veía como Vanessa saludaba a mi cuñado, a quien le dio un amistoso abrazo.

- Estás preciosa-la alagué sinceramente- dime Edward ¿Qué le das para que esté así?-dije mirando a mi cuñado, el cual se acercó, ahora sí, a saludarme sonriendo.

-Hola Jacob,-dijo saludándome alegremente dando un apretón amigable a mi hombro

-Mmmm-murmuró pensativo después- No querrías saber realmente lo que le doy-dijo soltando una carcajada que fue seguida por otra mía cuando vi a Bella sonrojarse, eso nunca cambiaria en ella pasaran los años que pasaran.

-¡Bella!, no les hagas caso, tú eres guapa por naturaleza, no hay fórmula secreta que te haga serlo-dijo Vanessa acercándose a ella ahora para darle un abrazo que fue totalmente correspondido por Bells. –Ellos solo tienen envidia porque son muy feos.

Ella rió ante el comentario de Vanessa

-Muy, muy feos-asintió riendo.

¿Mmm así que queríais pelea? Bien, os vais a enterar chicas…

-¡Sabes que eso no es cierto Ness! – Dije con tono socarrón y reí cuando ella alzó una ceja en mi dirección-Creo que nosotros somos realmente guapos, ¡más qué guapos!-fingí reflexionarlo de verdad-¡sí! somos jodidamente increíbles -nos señalé a Edward y a mí.

El alagado rió divertido y se unió a la broma

-Probablemente la gente pagaría por echarse fotos con nosotros, ¿crees que debamos firmar autógrafos?-bromeó Edward siguiendo mi broma.

-¡Sí! Aunque solo lo haremos con las chicas guapas, que midan más de 1,70, delgadas y rubias- Edward rió fuertemente asintiendo.

Admito que eso había sonado demasiado mal, incluso para mí, pero después de todo y como de costumbre solo estábamos bromeando.

-Eso no es gracioso-refunfuñó Bella cruzada de brazos

-Oh, vamos, no te enfades pequeña, prometemos una foto a cada una con nosotros dos ¡eso es un privilegio!-Al oír eso Bella gruñó en mi dirección.

-¡Ves, Bells! Además de feos, encima idiotas, -se burló Vanessa en broma-debimos buscarnos novios con cerebro al menos.-bufó pero luego dejó ver una media sonrisa bailando entre sus labios

-Bueno, Bella ya no puede librarse de mí, en realidad-comentó Edward guiñando un ojo de forma cómplice a mi hermana

-Aún puedo replantearme ciertas cosas-contraatacó ella para molestarlo pero él negó riendo, parecían estar bromeando sin embargo yo no comprendía nada ¿de qué hablaban?

-No sobrevives sin mí-dijo Edward

- ¡Pero qué creído Cullen!-exclamó apoyando sus manos en sus caderas.

Reí, siempre me causó gracia verla en esa pose, ella era tan pequeña y delgada, era divertido verla "enfadada"

-¿qué me estoy perdiendo?- pregunté confuso ¿se trataba de algún chiste privado?

-Nada Jake-Bella le restó importancia rápidamente-solo que a Edward le encanta moléstame-dijo mirando a Edward justo antes de que un leve rubor apareciera en sus mejillas.

-Me voy a cobrar esto, te vas arrepentir Cullen -amenazó riendo cuando él volvió a guiñar un ojo en su dirección

-Suena prometedor-dijo Edward tranquilo con voz pasiva.

Obviamente Bella bromeaba, pues de lo contrario Cullen estaría acojonado ya que mi pequeña hermana podía ser muy peligrosa cuando se enfadaba.

Muchas veces tenía la sensación de que ellos podían hablar y entenderse solo con mirarse, en estos años, cada vez que los veía, había aprendido a ver lo compenetrados que ellos estaban. Eran como dos imanes sincronizados, cuando Edward andaba ella también lo hacía, cuando Bella caía Edward lo hacía antes para que el golpe no fuera tan doloroso. Era impresionante lo mucho que ellos encajaban el uno con el otro.

¡Nadie habría creído esto cuando ellos se "odiaban"! Porque realmente yo sé que, aunque lo intentó con todas sus fuerzas, Bella nunca lo pudo odiar, ni si quiera cuando llegaba llorando a mis brazos jurando que lo detestaba, ni si quiera ahí lo hacía realmente.

Ciertamente me encantaba verla sonrojada, ¡se veía tan tierna cuando tenía sus mejillas rojas! Así que fui un poco capullo, y traté de avergonzarla un poco.

-Definitivamente no sé qué te hace Edward, pero adoro que te sonrojes, estás preciosa-rodeé su cuello y la atraje a mí para abrazarla de costado.

-¡Oh, cállate!-golpeó mi costado, provocando que Edward y yo riéramos cuando la liberé de mi abrazo.

-Bien, basta de avergonzar a las chicas castañas y bajitas-salió Ness en defensa de Bella- vosotros deberíais iros con vuestras rubias plásticas de metro setenta y dejar a las chicas inteligentes aquí.

-Awww… tú eres la única con corazón aquí Vanessa-dijo Bells fingiendo desilusión hacia nosotros mientras se lanzaba a abrazar a mi chica que reía divertida ahora

-estos idiotas lo único que hacen es avergonzarme-le dijo a Vanessa refunfuñando mientras se cruzaba de brazos

-Yo te hago más cosas además de avergonzarte hermosa-dijo Edward sonriéndole a mi hermana que lo taladró con la mirada por haberla avergonzado ahora él.

Realmente es en serio cuando pienso que en otra época le hubiera pegado un par de ostias por bromear sobre mi hermana de esa forma tan descarada y cómoda frente a mí, sin en cambio era increíble como las cosas habían cambiado.

Me costó demasiado perdonar y aceptar a Edward como novio de Bella, para mi él era un autentico hijo de puta, cabrón y capullo que solo quería follársela. Y yo no estaba dispuesto a permitir eso, así que llegamos a pelearnos e incluso a golpearnos en algunas ocasiones, no es que me sienta orgulloso, pero creo que en ese momento se lo tenía bien merecido pues él le había herido a una de las personas más importantes en el mundo para mí, porque quizá Bella no llevará mi sangre, pero la quería y la sentía tan hermana como a Leah, y al igual que con esta, también estaba dispuesto a patear el trasero de cualquier idiota que les hiciera daño.

Mi comportamiento hizo a Bella sufrir, y no la culpo, honestamente llegó un punto en el que ni si quiera podía ver a Edward sin resistirme a insultarlo y a grítale lo poco que valía.

Me llevó algún tiempo pero logreé al menos tolerar estar frente a él y no gritarle y eso hacía a Bella feliz. Era muy irónico como las cosas entre nosotros habían cambiado, Edward y yo nos convertimos en grandes amigos y era muy paradójico como yo a él, ahora, lo consideraba un miembro más de la familia.

Él era un gran tipo.

Mis ojos me sacaron de mis pensamientos cuando vi como la cara de Bella había adoptado, como por quinta vez, un color carmesí pero aun más intenso que antes, ante dicho comentario por lo que le propinó un codazo a Edward, el cual hizo un gesto de dolor, lo que provocó la risa de todos.

Y así entre risas y bromas nos dirigimos al Volvo negro de Edward, en el cual nos montamos y en donde en poco más de 20 minutos después llegamos al piso que Bells compartía con Ángela, una de sus amigas de universidad;

Yo había estado anteriormente en Chicago, pues visitaba a Bella y a los Cullen un par de veces al año, por lo que más o menos sabia donde se encontraba el piso de Bella y donde se ubicaba el departamento de Edward, aunque nunca sabría llegar a la Casa del Dr. Cullen y de su esposa Esme, ¡Siempre olvidaba el camino! ya que era un poco largo y en las pocas veces que había estado nunca había conseguido memorizarlo.

-¿Cuándo tienes la entrevista de trabajo Jake?-me preguntó Bella cuando nos acomodamos en los cómodos y mullidos sofás de la acogedora sala de estar de su piso, el cual nos prestaría a Vanessa y a mí hasta que encontráramos uno para nosotros, en el caso de que consiguiera el trabajo y me quedara a vivir en Chicago, claro.

En realidad yo no habría tenido problema en ir a un hotel, incluso Vanessa había insistido en ello después de haber aceptado la proposición de mi hermana argumentando que estaba muy mal causar molestias invadiendo su casa, pero sabía que Bella no permitiría que nos fuéramos a un hotel, y era tan sumamente cabezota que al final era imposible llevarle la contraria, así que se habría salido con la suya tarde o temprano.

-A principios del mes que viene, dijeron que me llamarían para concretar el día y la hora, no deben tardar en hacerlo ya que estamos a final de Junio.-contesté mientras le daba un sorbo a la coca-cola que sostenía en mis manos.

Realmente no debían tardar mucho en llamarme, o al menos eso suponía yo puesto que cuando hablé con Benjamín hace algunos días me dijo que me llamaría a final de mes para concretar más datos.

-¿Y crees que te lo darán?-preguntó

-No sé, el encargado de todo, Benjamín, me ha dicho que el puesto era prácticamente mío, que la entrevista solo era un formalismo, puesto que mi currículum había dejado impresionado al jefe, pero la verdad es que estoy un poco nervioso, este puesto de trabajo es muy importante para mi futuro profesional-dije dejando la coca-cola encima de la pequeña mesa que había delante del sofá.

-Estoy segura de que ese trabajo será tuyo, eres un gran deportista-dijo y de repente alzó una cera y comenzó a mirarme de una forma muy graciosa-por cierto te noto más fuerte… Jake te he dicho mil veces que los anabolizantes no son buenos para ti-dijo bromeando

-Son imaginaciones tuyas Bells, sigo haciendo el mismo deporte que antes, incluso un poco menos-dije riendo al ver que ella entrecerraba los ojos

-Por cierto… ¿dónde está Edward?-le pregunté, puesto que desde hacía un rato nos habían dejado solos, ya que Vanessa había salido al balcón para llamar a Sue y a Charlie para avisarles de que habíamos llegado ya a Chicago, también llamaría a sus padres, supongo, pero Edward se había disculpado hace un cuarto de hora y aun no había vuelto.

-Está metiendo en el coche las ultimas cosas mías que quedan en el piso-dijo Bella sonriendo a la vez que se ponía un mechón de pelo, que estaba en su rostro, detrás de su oreja con su mano izquierda, donde algo me llamo la atención, y es que en su dedo había un pedrusco muy brillante que sobresalía de un anillo que tenía pinta de estar valorado en bastantes ceros… mmm… hablaría con ella de eso más tarde, no sé por qué pero sospechaba que el nombre de Edward tenía algo que ver con ese anillo.

-Pero eso no es necesario Bells, Ness y yo solo estaremos unos días aquí-dije pensando que lo hacía por el motivo de que Vanessa y yo pudiéramos estar aquí más tiempo del que habíamos planeado.

-prometo que no nos convertiremos en ocupas de tu casa-bromeé y ella rió

-No es eso Jake-dijo sonriendo felizmente-no te preocupes, tarde o temprano me las hubiera llevado ya que Edward y yo vamos a vivir juntos-dijo y en sus ojos apareció esa luz que siempre los iluminaba cuando nombraba a Edward.

-¡Eso es genial Bells!-exclamé feliz por ella-la verdad es que estabais tardando mucho-y ella sonrió más ampliamente.

Después de nuestra mini conversación, ambos nos quedamos en silencio, en el que yo no apartaba la vista del pedrusco que llevaba en la mano, ¿qué significaba? ¿Acaso ella y Edward habían decidido…?

-¡Jake!-me llamó una voz cantarina, que pude identificar como la de Vanessa, por lo que giré mi cabeza en dirección a la puerta que daba al balcón, donde la vi entrar al salón con el móvil en sus manos

-He llamado a mis padres, ya sabes como son, tardo un poco en llamarlos y creen que el avión se ha estrellado-rodó los ojos- y también a los vuestros-dijo señalando a Bella y a mi- aunque solamente he hablado con Charlie, y dice que Sue ya nos echa de menos-ahora fue mi turno de rodar los ojos. Sue era una madre genial, la quería tanto pero era tan sobre protectora con Leah y conmigo, y claro desde que Bella se unió a la familia con ella también.

-Sue nunca cambiará-dijo Bella sonriente mientras Vanessa se sentaba junto a mí y yo pasaba una mano por su pequeña cintura para acercarla a mi cuerpo

-tengo ganas de verlos-comentó Bells refiriéndose a Charlie y a Sue.-Por cierto Vanessa ¿Quieres algo de beber?

-Sí, pero no es necesario que te levantes-dijo mientras mi novia se ponía en pie-¿Dónde estaba la cocina?-preguntó frunciendo el ceño, mientras que intentaba recordar donde estaba la última vez que estuvimos aquí.

-La segunda puerta a la derecha-dijo Bella sonriente, y en ese momento Vanessa salió disparada a la cocina, dejándonos nuevamente a Bella y a mi solos, y dado que mi curiosidad no me dejaba tranquilo, aproveché para preguntarle sobre el misterioso anillo que tenía puesto en su mano izquierda y que me estaba comiendo la cabeza.

-Bueno Bells… y, ummm ¿no me vas a decir por qué tienes un pedrusco enorme como anillo adornando tu mano hermanita?-dije sonriendo a la vez que alzaba una ceja.

Ella me miró sorprendida, supongo que pensaba que no me había dado cuenta, se puso algo tensa al principio, incluso nerviosa, aunque se relajó un poco cuando "escondió" su mano, la cual poseía el anillo, entre una de las arrugas de su falda.

-¿En serio hermanita?-miré con diversión el gesto que acababa de hacer ¡era como cuando pillas a alguien rompiendo tu hucha de cerdito y luego rápidamente esconde el martillo con el que la ha roto!

-¡Demasiado tarde, te he pillado Bells! ¿No tienes nada que contarme?-le guiñe un ojo y señalé el anillo que, por cierto, no había quedado totalmente tapado por la fina tela de su falda.

Ella se veía muy nerviosa, ¡ni que hubiera matado a alguien! ¿Acaso temía que yo me enfadara? Traté de hacerle saber que eso no sucedería dándole una sonrisa tranquilizadora cuando ella me miró tímidamente antes de hablar.

-Veras Jake, es que, b-bueno, lo que sucede es-s… que… umm ya sabes, veras…

-¿tratas de recitar un trabalenguas?-reí divertido y le di un pequeño codazo juguetón-¡Vamos Bells, solo suéltalo!-ella sonrió con timidez.

-Está bien-asintió tomando una bocanada de aire-Edward me pidió que me casará con él hace un par de días-dijo sin poder ocultar por mucho tiempo la sonrisa que amenazaba con iluminar su rostro.

-Y apuesto a que tú rechazaste la horrible y aterradora proposición-comenté únicamente bromeando-

-¡No!-exclamó riendo

-¿No? ¿Cómo que no? ¡Wow! ¿No? ¡Le dijiste que no Bella! Yo solo bromeaba, debiste haberle roto el corazón hermanita, al menos espero que lo rechazaras con delicadeza y….-quise continuar bromeando pero nuestras carcajadas nos lo impidieron.

-¡No! ¡No! quiero decir, le dije que sí-rió

-Ya lo sabía, solo jugaba contigo pequeña- reí con ella y suspiré- así que Edward y tú os lanzáis a la piscina ¿eh?

-Espero que la piscina tenga agua-sonrió al hablar

-A esa piscina le sobran litros y litros de agua-le aseguré, ella cerró los ojos dejando escapar un suspiro y se apoyó contra mi hombro.

Sabía que Edward la haría feliz, de hecho estaba seguro de que él era el único que podría hacerla completamente feliz, así que ¿cómo podría estar yo en contra de eso?, no, yo solamente podía sentirme feliz por ella, por verla así y porque verdaderamente me alegraba de que fuera Edward la persona con la que mi hermana iba a compartir su vida.

-¿por qué lo haces todo tan fácil? Hace tan solo dos minutos solo te imaginaba muy enfadado e incluso estaba pensando en cómo detenerte para que no fueras a por Edward.

-Porque eres mi hermana, te quiero, y quiero que sigas siendo feliz, y todos sabemos que tu felicidad es Edward. ¡Tienes suerte de que él me caiga bien! ¿Por qué iría a por él? –rodé los ojos, sus miedos eran absurdos ¿de verdad pensaba que me iba a enfadar?

-Me alegro de que Edward se una a la familia.-dije honestamente

-¿Sabes el pánico que tengo de decirle esto a Charlie? No pienso admitirle a Edward el miedo que tengo de que mi padre no se tome bien esto, pero en realidad estoy asustada.

-No te preocupes por tu padre Bells-entendía su inquietud, porque Charlie al igual que yo también había tardado en perdonar a Edward, pero sin embargo a Charlie le llevó más tiempo, que el que yo necesité, asimilar que mi hermana estaba con Edward-

-si yo no le he arrancado los huevos a Edward el tampoco lo hará-sopesé después de un rato, lo cual era cierto, porque apuesto que nadie tuvo más ganas que yo de partirle la cara a Edward en su momento.

La hice sonreír con mi respuesta, después solo estuvimos unos segundos callados hasta que ella volvió a hablar.

-¿sabes? Ni siquiera dude en responderle, creo que ni siquiera pensé, solo deje que mi corazón hablara, sé que es muy cursi, -dijo con una sonrisa tonta en la cara-

-pero lo quiero tanto Jake, no imagino una vida sin él, sin haberlo conocido, nada habría tenido sentido, los cuentos de hadas seguirían siendo solo cuentos para mí, he conocido el amor de la forma más bonita y sincera, y voy a casarme ¡oh dios, creo que ni siquiera puedo asimilarlo aún!

Ella ahora solo tenía esa típica sonrisa de "estoy enamorada hasta las trancas" que solo Edward podía sacarle, era gracioso verla así, su cara era digna de una fotografía, de esas que si dentro de unos años le mostrara a sus hijos, se descojonarían de ella. Pero pese a todo era tierno verla así.

-Te lo mereces Bells, y vas a ser feliz, lo sé, porque eres una buena chica, y las buenas chicas siempre son felices y tú eres la mejor de todas-sus ojos brillaban emocionados-Edward es un tipo con suerte, y además un tipo al que se le cae la baba siempre que te ve, me conoces, y sabes que yo no podría estar así de tranquilo si no supiera que Edward te hará feliz

-¡Gracias Jake! No sabes cuánto te quiero-levantó su cabeza, que aun mantenía apoyada en mi hombro, para darme un abrazo que yo respondí con mucho cariño, y recordé que aunque se casara y probablemente formara su propia familia Bella siempre sería mi hermanita pequeña

-¡diablos!-exclamó frustrada- ¿por qué siempre me haces llorar? Me haces parecer llorona y yo no lo soy-me acusó divertida mientras deshacía nuestro abrazo y se quitaba un par de lagrimas de sus mejillas

-Tengo mi encanto, ¡las chicas siempre lloran por mi!-murmuré socarronamente

-¡Idiota!-golpeó mi brazo riendo, y yo en respuesta solo rodeé sus hombros y la acerqué a mí riendo después de haber dejado un beso en su frente.

En ese momento escuchamos como alguien entraba en la habitación, levanté la vista y vi que un Edward algo confuso nos observaba.

-¿Pasa algo?-pregunto Edward, cuya cara reflejaba total desconcierto y algo de preocupación quizás al ver los rastros de lágrimas en las mejillas de Bella.

Una sonrisa se extendió por mi rostro

-Así que, ¿por fin has conseguido amarrar a Bella? ¿Eh? -dije y Edward me miró como si estuviese loco por lo que decidí iluminarlo un poco y sacarlo de la confusión.

-¡Felicidades ¿cuñado?! Creo que dentro de poco oficialmente lo vas a ser -sonreí cuando por fin logró comprender.

-Me alegro de que os vayáis a casar Ed-él abrió los ojos algo sorprendido pero después sonrió mientras miraba con ternura a Bella, posiblemente ahora él comprendía sus lágrimas, porque ya no estaba tan inquieto como hace unos segundos, estaba relajado al saber que esas lágrimas eran de emoción y no de dolor.

-Le he dicho a Jake que nos vamos a casar-dijo una completamente feliz y sonriente Bella a la que aún mantenía abrazada por sus hombros

-Es mi hermana, así que es una mujer fantástica, se le ha pegado todo lo bueno de mí sin duda-reí con mi propia broma al igual que Bella-así que no encontrarás a nadie mejor, espero que sepas valorarla y que no la dejes escapar nunca-dije ahora hablando más en serio, él se acerco a nosotros y se puso de cuclillas frente a Bella de tal manera que tomó la mano donde se encontraba su anillo de compromiso entre sus manos y besó dicho anillo.

-Diablos Jacob no se le ha pegado nada de ti, ¡por suerte!-dijo mirándome y riendo mientras yo fingía hacerme el ofendido-pero sé que es increíble, sino, ¿por qué te crees que le puse este anillo en el dedo?-habló sonriendo mientras la miraba a ella pese a estar hablándome a mi

-no pienso dejarla escapar nunca, y en dos meses me asegurare de que así sea-dijo y Bella sonrió mientras lo miraba con devoción- ¿no es así futura señora Cullen?-Edward mostró una traviesa sonrisa cuando pronunció esto último.

-Ummm… después de tus estúpidos comentarios en el aeropuerto aun me estoy replanteando la respuesta Cullen-lo molestó Bella y yo reí

-¿Has dicho dos meses Edward?-pregunté sorprendido, eso era muy pronto ¿no? Digo, yo no tenía ni idea del tiempo que se tardaba en organizar una boda, pero incluso yo sabía que dos meses era muy poco tiempo.

-Sí, nos casaremos el 13 de Agosto-dijo Edward a la vez que se sentaba junto a Bella

-Wow, ¿por qué tan rápido?

Bella se encogió de hombros restándole importancia

-Nos gusta esa fecha y no queremos esperar un año para que llegue el próximo 13 de Agosto, sé que dos meses es muy poco tiempo para organizarlo todo, pero honestamente ni siquiera he pensado en eso aún.

-Entonces si es en dos meses, ¿cuándo se lo vais a decir a Renée y a Charlie?-inquirí

-Edward tiene dos fines de semanas libres, por lo que viajaremos a Forks la semana que viene, y a la siguiente iremos a Florida a ver a mi madre-contestó Bella jugueteando distraída con la mano de Edward

-¡Eso es genial!, tus padres se pondrán felices-dije sonriendo, sobre todo al imaginarme la reacción de la alocada de Renée.

-Eso espero-dijo sonriendo en el momento que Vanessa entró a la cocina con algo de beber en la mano hasta llegar al sillón y sentarse sobre mi regazo, donde yo puse mis manos en sus caderas y le di un beso en la suave piel de su delicado hombro…

¡Vale! lo sé, desde que tenía novia me había vuelto quizás un poco –muy– cursi pero ¿y qué?

Yo era feliz así.

-¿Sabes cariño?-dije refiriéndome a mi chica-Bella y Edward se casan en dos meses-informé. Sabía que ella se alegraría mucho con esta noticia.

-¡Oh dios mío!, -saltó de mi regazo y fue corriendo a abrazar a los aludidos

-Eso es genial chicos, ¡muchas felicidades a los dos!-dijo increíblemente contenta, Vanessa era una chica impulsiva y expresiva, quizá era eso lo que más me gustaba de ella, lo transparente que era, no era capaz de retener lo que pensaba por mucho tiempo en su cabeza, siempre era honesta.

Por eso Edward y Bella estaban sonriendo ante la efusiva reacción de Ness, porque sabía que además era una felicidad completamente sincera, que realmente se sentía alegre por la noticia.

-¡Mierda!-exclamó Bella cuando miró su teléfono móvil, después de que Vanessa se volviera a sentar sobre mi regazo-

- ¡tu hermana me va a matar!-dijo mirando a Edward-¡joder! ¡Joder! es tardísimo, son las nueve pasadas y Alice me ha mandado un mensaje diciéndome que cenaríamos a las 10-dijo algo histérica, miré mi reloj de muñeca.

oh oh. Faltaba menos de una hora para las diez.

Sonreí, estaba metida en serio problemas, Alice era un tanto… ¿obsesiva con la puntualidad?, odiaba llegar tarde pero más aun odiaba que la hicieran esperar ¡Era una chica muy impaciente!

-¡No te rías idiota! que tú también estas invitado a la cena, bueno de echo los dos lo estáis.-nos señaló a Ness y a mí.

-¿Qué cena? Nadie me había hablado de una cena-pregunté extrañado, creí que el único plan de Vanessa y yo esta noche sería descansar, quizá ver la TV un rato, anquen también podríamos jugar un rato, un rato muy largo.

Ese sí que era un buen plan.

-Alice ha organizado una cena en casa de Esme y Carlisle para daros la bienvenida-dijo sonriéndome-puede que olvidara deciros eso antes, lo siento-puso una extraña, pero graciosa, cara de arrepentimiento.

-El caso es que no podéis faltar-habló Edward- a no ser que queráis desatar la furia de mi hermana, y creedme, Alice no es agradable enfadada. –Vanessa rió

-Nadie quiere enfadar a Alice.-Aseguró Ness

Imaginé a Alice enfada, con su cara roja, con su mal genio sobre nosotros por llegar tarde, reí inevitablemente, eso era muy gracioso, aunque muy contradictorio también pues Alice era muy agradable y simpática a todas horas, era extraño verla enfada o triste.

-Está bien, también tengo ganas de ver a Esme y a todos, eso suena bien ¿verdad Jake?-dijo Vanessa

-Sí-acepté diciéndole adiós a mi plan de descansar, ya lo habría tiempo después para eso-

-Bien, entonces pasaremos dentro de media hora a por vosotros, la casa de mis padres está a las afueras de la ciudad, se tarda como 40 minutos en llegar si no hay mucho tráfico, así que tenemos que darnos algo de prisa.-indicó Edward, quien mientras hablaba se levantó del sofá junto con mi hermana.

Yo asentí de acuerdo, recordaba que la casa de los Cullen estaba algo alejada del centro de Chicago.

-Nosotros nos vamos, tenemos que arreglarnos-dijo pensativamente Bella apañándose las pequeñas arrugas que habían quedado en su falda-

-Os he dejado todo lo necesario en la habitación de invitado, el baño esta en frente y… ummmm-se quedó pensando- ¡ah! La nevera está llena, así que no pasareis hambre, incluso creo que hay chips ahoy(*) Jake-me sonrió

-¡Realmente te quiero Bells!-exclamé y ella rió muy fuerte, sabía que me encantaban las chips ahoy

-muchas gracias Bella, incluso por las galletas, mantendrán a Jake calmado por un rato-bromeó mi chica yo solo le guiñé un ojo y ella me respondió dándome un codazo juguetón.

-No deberías haberte tomado tantas molestias-manifestó Vanessa apenada de nuevo levantándose de mi regazo.

-No es nada Ness, lo digo en serio -Bella le restó importancia haciendo un gesto con la mano despreocupado-, estoy muy feliz de teneros aquí chicos-dejó escapar un suspiro de tranquilidad.

-Oh, por cierto esta noche, durante la cena, no comentéis nada acerca de nuestra boda-dijo Bella señalándome especialmente a mí con un dedo.

¡¿Eh?! ¿Por qué me señalaba a mi solo?

-El resto de la familia tampoco lo sabe, así que daremos la noticia esta noche-explicó Edward, el cual ahora tenía su brazo sobre los hombros de Bella, imitando la misma posición que yo había mantenido con ella hace un rato.

Me gustaba mirarlos y darme cuenta de lo bien que se veían juntos, de lo radiantes que estaban.

Cuando Bells mencionó que nadie aun sabía la gran noticia inmediatamente me entró un gran interés por ir a esa cena. ¿Iría el oso? Apuesto a que esto iba a ser divertido.

-Tengo el presentimiento de que será una noche interesante-murmuré rascándome de manera sugerente la barbilla para después sonreírles a ambos-

Bella arqueó una ceja en mi dirección, creo que me estaba amenazando silenciosamente, lo podía ver en sus ojos.

-No os preocupéis no diremos nada-aseguró Ness a mi lado- y…umm Bells, intentaré controlarlo, lo prometo-mencionó por último

¿Se refería a mí? Sonreí con malicia.

Bella solo murmuró un "gracias" junto con una tímida sonrisa antes de dirigirse hacia la puerta

-Nos vemos en un rato, adiós chicos-dijo Edward, el cual caminaba detrás de Bella, con una mano sobre su espalda baja también hacia la salida seguido por nosotros.

-Vale, ¡Adiós!-dijimos Vanessa y yo al unísono antes de cerrar la puerta y despedirnos haciendo un gesto con la mano.

Una vez nos quedamos solos, inspeccionamos, o más bien cotilleamos un poco la casa y ordenamos nuestra ropa en el dormitorio de invitados, el cual era muy cómodo, a pesar de no ser excesivamente espacioso pues más bien era pequeño, tenía todo lo necesario.

En el medio se encontraba una cama de matrimonio de madera flanqueada por dos mesitas pequeñas del mismo material, las cuales sostenían dos pequeñas lámparas. Sobre la cama había un par de cuadros colgados que contrastaban muy bien con el color blanco de la pared y frente a la cama había un armario de tamaño normal en el que Vanessa y yo acomodamos nuestra ropa

Fui un momento al baño, donde me quede pensado, y ¡vaya! quién lo diría, ¡Bella se casaba!

¡Mi hermanita se casaba! ¡La enana a la que había visto crecer! La mejor amiga que había tenido en la adolescencia, la chica con la que había tenido peleas de comida, la que me ayudaba a enfadar a Leah o la que me decía que era un maldito capullo por creer que las chicas eran como la comida de usar y tirar, esa misma chica ahora se casaba, ahora crecía y formaría su propia familia ¡Y con Edward Cullen!

Con el chico al que grite, golpeé e insulte hace años por creer que solo era un estúpido imbécil que jugaba con los sentimientos de Bella.

¡Maldición! Si alguien me llega a decir esto hace más de 3 años me hubiera reído hasta llorar tirado en el suelo y dando vueltas como un loco y luego probablemente lo habría llamado perturbado, ya que esto en ese entonces era demasiado surreal tan solo la idea de imaginar esto, jamás en aquellos momentos podría haber pensado algo así, era incluso hasta retorcido ser capaz de pensarlo.

Cuando regresé al dormitorio me encontré a Vanessa dejando algo de ropa encima de la cama y unos zapatos de tacón color blanco junto a esta.

No pude resistirme y me acerqué a ella y la abracé por la espalda, para poder darle un beso en el hueco de su garganta, lo que provocó que un pequeño gemido saliese de su boca por lo que yo la volteé para poder alcanzar sus labios, a los que tanto deseaba, mientras que mis manos descendían hasta llegar a alcanzar su culo.

La apreté hacia mí para que sintiera la erección que había provocado sin quererlo, para que supiera cuando la deseaba, cuanto la quería. Ella comenzó a subir mi camiseta negra de manga corta, y eso fue lo que necesité para saber que me estaba dando luz verde para comenzar lo que sería un polvo rápido, pues no teníamos tiempo para más.

Pero sabía que iba a ser bueno, muy bueno.

Sus labios se separaron de los míos hinchados a causa del beso, mientras que sus hermosos ojos marrones se clavaban en los míos.

-Jake… c-cariño… -susurró con la respiración entrecortada cuando bajé la cremallera del bonito vestido blanco ajustado a su hermosa figura con estampados marrones y naranjas que vestía junto con unas sandalias marrones altas que llevaba (FP)

-¿tenemos…. -dijo, aunque la voz se le quebró cuando el vestido cayó al suelo y mis manos se adueñaron de sus pechos.-…t-tenemos…con-dones…?-En ese momento me quedé paralizado. Helado. Petrificado.

Metí rápidamente mis manos en los bolsillos traseros de mi pantalón vaquero y saqué mi cartera, siempre los llevaba ahí, pero esta vez no había nada, ¡no tenía!

Mierda, mierda y mierda. Y más mierda

¡Maldición!, el último paquete se nos había acabado ayer en Forks, ¡genial Jacob! Ahora te tendrás que dar una ducha de agua muy fría…

-¡Joder!, no….-casi lloriqueé mirándola frustrado, nos iba a dejar a medias a ambos

-después de ayer, no hemos comprado, y a mí se me había olvidado.- cuando terminé de hablar, ella me sonrió pícaramente

A mí no me hacía nada de gracia la situación, quería follar, ¡tenía el calentón del siglo!

-Bueno, campeón, entonces te aconsejo que te metas al baño y te des una ducha de agua helada-dijo esto último mirando mi entrepierna, a la vez que se agachaba y tomaba su vestido entre sus manos.

- No te preocupes bíceps, mañana solucionaremos esto, ya sabes que yo no aguanto mucho sin tenerte…- me dijo sonriendo, yo sonreí, pero bufé cuando tuve que entrar al baño, para así abrir el grifo del agua fría y meterme en la ducha a ver si conseguía que mi amiguito se relajase…

Definitivamente ya sé lo que haría mañana: buscar una farmacia y comprar muchos, muchos condones.

EDWARD POV

Me encontraba en bóxers en mi dormitorio, ya que me había duchado en el baño personal de este, puesto que mientras tanto Bella se estaría duchando en el otro baño del departamento ya que íbamos fatal de tiempo.

Yo le sugerido que nos bañáramos juntos, para "ahorrar tiempo", aunque no fue demasiado convincente ya que ella había alegado que si nos bañábamos juntos llegaríamos más tarde a casa de mis padres de lo que íbamos a llegar ya, lo cual hubiera sido cierto pero a mí no me hubiese importado la verdad.

Me había alegrado mucho de ver esta tarde a Jacob y a Vanessa, y sé que Bella estaba más que contenta, puesto que yo sabía con certeza que ella echaba de menos a su familia ya que esta vivía muy lejos de Chicago y ahora ella estaba más contenta al tener a Jacob aquí.

Me acerqué al armario a sacar algo de ropa para mí y cuando lo abrí no pude evitar sonreír al ver que la mitad de este estaba lleno con la ropa de Bella, la cual estaba toda aquí ya que previamente, cuando estábamos en el aeropuerto, antes de que llegaran Jacob y Vanessa, me había dicho que se traería hoy mismo el resto de sus cosas al departamento puesto que no aguantaba las ganas de estar aquí conmigo y no podía esperar al Lunes, así que habíamos aprovechado la visita a su antiguo piso para traernos las pocas cosas que quedaban.

Y la verdad es que yo, bueno yo simplemente no podía estar más feliz al tenerla aquí definitivamente.

Abrí el primer cajón donde estaba su ropa interior, y sonreí al recordad lo mucho que me encantaba quitársela de encima en esos momentos tan íntimos que teníamos. Tomé entre mis manos un pequeño tanga de encaje color marrón oscuro con lacitos color rosa palo en la parte delantera (FP)

¡Oh, dios! esto le quedaría genial.

Además este era nuevo pues no se lo había visto nunca, y aunque era perfectamente capaz de imaginármela enfundada en él seguro que no sería nada en comparación a verla con él puesto en realidad.

-¡Dr. Cullen no debería tocar las cosas que no son suyas!-dijo la voz de Bella en mi oído haciendo que su respiración chocara contra la piel de mi cuello, provocando que se me erizara.

Yo me sobresalté y solté rápidamente la diminuta pieza de encaje, lo cual provocó una gran y estruendosa risotada por parte de mi prometida ¡¿Cuándo había entrado en la habitación?! Creo que estaba tan metido en mis pensamientos que no debí haber escuchado la puerta abrirse.

-¡Joder Bells! me has asustado-me volteé para verla a los ojos, que no tardaron en recorrer su cuerpo cuando me percaté de que llevaba solo una toalla envuelta alrededor de su delgada figura, mientras que sus hombros permanecían mojados a causa de las gotitas de agua que caían a estos desde su pelo, el cual estaba totalmente mojado.

Estaba irresistible, si tan solo quitara al nudo de la toalla… Buff ¡Edward concéntrate!

-¿Se puede saber qué haces con mi ropa interior?-interrogó divertida cruzándose de brazos a la vez que arqueaba una ceja

-Cariño, voy a pensar que realmente tienes un trastorno psicológico o algo-se burló sonriéndome ahora con picardía, a la vez que me arrebataba el tanga de mis manos y se adelantaba un paso para poder tomar del cajón el sujetador marrón oscuro, el cual también era de encaje con tirantes y lazos en color rosa palo (FP), que supuse que sería el que acompañaba al tanga, ya que eran iguales.

Después ella solamente y con una expresión de inocencia se quitó la toalla y tras mi atenta mirada se puso ambas prendas delante de mis, muy, tentados ojos.

Esto. Era. Mucho. Mejor. Que. Mí. Imaginación.

De hecho mi imaginación era una basura.

-Dios… -gemí-Bella, lo haces a propósito- dije a modo de quejido

-sabes que no tenemos tiempo para entretenernos y tú te empeñas en provocarme, ¿no sientes compasión por mi? ¿No te ni un poquito de remordimiento tener a tu novio empalmado las 24 horas del día?

-Mmm… no-negó distraída mirándome de la cabeza a los pies

- De hecho es muy agradable tenerte así-susurró mientras se acercaba a mí para darme un pequeño besito en el pecho-además esta noche prometo recompensarte Eddie Jr. –dijo acariciando mi erección por lo que yo no pude evitar soltar un gemido

-¿Solo a Eddie junior? Umm… -ronroneé en su oído- ¿a mí no planeas recompensarme?- pregunté juguetón-voy a pensar que lo quieres a él más que a mí-dije bromeando por lo que ella sonrió

-Claro que sí guapo, tu recompensa será aun mayor-prometió respondiendo a mi primera pregunta alzando sus brazos para poder así rodear mi cuello y elevarse sobre la punta de sus pies hasta llegar a mis labios, los cuales beso tiernamente

Dejé que mis manos viajaran hasta su espalda baja y rodearan su pequeña cintura desnuda. Era tan suave, amaba acariciarla y sentir la delicadeza de su blanca piel

-Admito que Eddie Junior me cae bien, muy bien-rió- pero yo a ti te amo guapo-dijo guiñándome un ojo antes de separarse completamente de mi para acercarse un poco más al armario y tomar un vestido azul junto con unos tacones marrón claro.

Después de que mis manos soltaran su cuerpo nos vestimos rápidamente, yo me puse unos pantalones negros y una camisa celeste muy clara, mientras que por otro lado Bella había elegido un hermoso vestido negro corto, y con manga por encima del codo, que se ceñía en la parte de su cintura junto con unos altos zapatos negros (FP) que hacían que sus piernas fuera más bonitas, si es que eso era posible.

Su anillo de compromiso resaltaba aun más sobre la oscura tela del vestido y por momentos parecía brillar casi tanto como lo hacían sus ojos. Obligué a mis ojos a mirar a los suyos, y puedo asegurar que me enamoré aun más de ellos. Esta noche estaban increíbles.

Bella tenía una mirada dulce, inocente y fresca pero a la vez era sensual, atrevida y ardiente sin en cambio hoy sus ojos solo brillaban como dos luceros en medio de una noche oscura, ella era feliz, lo sabía por el modo en el que me miraba, parecía querer envolverme con la miel derretida y dulce que destilaba su mirada, aún con más intensidad, desde que puse ese anillo en su dedo.

El característico brillo de sus ojos esta noche estaba acompañado por unos marcados tonos oscuros de maquillaje sobre sus parpados que acentuaban su sensual mirada.

Estaba increíblemente bella.

-Estás absolutamente preciosa-dije poniendo un rebelde mechón de pelo que llevaba suelto detrás de su oreja dejando ver esos hermosos tirabuzones naturales con rojos reflejos a la luz del sol que tenía.- ¿te lo he dicho alguna vez?

-Mmm….sí… me lo dices todos los días-sonrió felizmente-tengo un novio muy halagador

-Entonces creo que tengo que repetírtelo, eres la cosa más bonita que ha pisado la Tierra –dije provocando que un pequeño y adorable sonrojo brotara de sus mejillas.

-Gracias pero te equivocas-esbozó una mueca traviesa-yo he tenido la oportunidad de conocer algo más bonito-murmuró acercándose a mis labios.

-Te he conocido a ti-susurró contra estos antes de fundirnos en un beso cargado de amor

Me separé de ella dejando que la punta de mi nariz acariciase la piel desnuda de su garganta

-No sé qué sería de mi vida sin ti-dejé que aquellas palabras escapasen de mi boca

-he tenido tanta suerte al encontrarte-cerré los ojos y enterré mi cabeza en el hueco de su cuellos suspirando.

Cuando me separé un poco y levanté mi rostro para mirarla, ella me regalo una pequeña sonrisa justo antes de darme un casto beso en los labios.

-Te amo Sr. Halagador-juró mientras tomaba mi mano para salir del dormitorio

-Me gusta demasiado oír esas palabras salir de tu boca-admití cerrando la puerta del dormitorio cuando salimos de él y parándome.

Ella también se detuvo y me observó sonriendo

-Me alegro porque planeo decírtelas cada día durante el resto de mi vida-acarició mi brazo antes de que sus dedos subieran a mi hombro y su mano envolviera mi cuello.

-¿incluyendo lo de "Sr. Halagador"?-bromeé sonriendo cuando dejé a mis manos adueñarse de su cintura

-Sé que es la parte que más te ha gustado-me guiñó un ojo también bromeando-pero me gusta tu nombre, no voy a sustituírtelo-jugó tímidamente con el pelo de mi nuca antes de ponerse de puntillas y dejar un cariñoso beso en mi mejilla.

-Vamos, tenemos que parar a comprarle a Alice sus dulces favoritos-habló tirando de mi mano hacía la salida del departamento-va a estar enfadada cuando lleguemos

Asentí con la cabeza cuando ojeé mi móvil y vi la hora que era. Alice no estaría demasiado contenta con nuestra impuntualidad, así que sin demorarnos más tomé las llaves del coche y las del departamento, y ambos bajamos de prisa al parking del edificio donde nos montamos en el Volvo para así poder dirigirnos al antiguo piso que Bella compartía con Angela, para recoger a Jacob y Vanessa, y cuando así lo hicimos y tras pasar por una acogedora pastelería, que Alice frecuentaba desde niña, para comprar ricos dulces nos pusimos en marcha camino a casa de mis padres.

Me di cuenta de que tanto Jake como Vanessa se habían cambiado de ropa, él vestida unos pantalones vaqueros oscuros y una camiseta de manga corta azul (FP) y ella lucía un sencillo vestido de encaje blanco acampanado de una sola manga por el codo junto con las sandalias altas marrones que llevaba anteriormente (FP). Ambos se veían bastante bien.

Por suerte no pillamos mucho tráfico aquella noche así que pasados cerca de 40 minutos llegamos a casa de mis padres, los cuales verdaderamente se mostraron muy alegres de ver a los recién llegados de Seattle. Mi madre, que no paraba de acribillar a preguntas a Vanessa sobre su empleo, iba muy guapa con el elegante vestido azul que llevaba puesto y que llegaba hasta la altura de sus rodillas junto con unos zapatos color champagne (FP)

La mujer de mi hermano Emmett, Rosalie, iba vestida con un vestido con escote de corazón y algo holgado, a pesar de que todavía no se le notaba su embarazo ya que apenas llevaba 5 semanas de gestación, color blanco con extrañas formas en color gris acompañado de unos altos tacones color beige que entonaban muy bien con el largo collar que acompañaba al vestido (FP)

-¡Jacob!Vanessa! estáis guapísimos-había dicho mi madre en cuanto los vio aparecer por la puerta.

-Gracias señora Cullen, usted también se ve muy bien-dijo Vanessa esbozando una tímida sonrisa a modo de saludo-de hecho se ve mejor que nunca

-Aww, cariño gracias, aunque los años no pasan en vano-sonrió mama maternalmente

Pero a pesar de todo, y de los años, lo cierto era que mi madre aun lucía muy joven al igual que mi padre, Bella siempre decía que quizás fuera el amor y la felicidad lo que lograba que ellos se mantuviesen así de frescos.

-Hola chicos ¿Cómo estáis?-dijo mi padre soltando la cintura de mama y acercándose a ellos para saludarlos

-Muy bien Señor Cullen, gracias por invitarnos a cenar-respondió Jacob estrechándole amistosamente la mano a mi padre.

-No tienes por qué darlas Jake, es un placer para nosotros-le respondió mi padre con ese característico tono suyo de tranquilidad en la voz, mientras mi madre saludaba tan cariñosamente como siempre a Bella con un cálido abrazo, puesto que los demás estaban todos ya en casa, puesto que los únicos que faltábamos por llegar éramos nosotros. Como siempre.

-Rose, estás guapísima, el embarazo te sienta genial-comentó con sinceridad Bella cuando Rosalie se acercó a nosotros.

-Vaya rubita, ¿estás embarazada?-exclamó alegremente Jacob dirigiéndose a Rosalie, la cual gruñó ante dicho apodo, siempre había odiado que Jake la llamara así, pero nunca había logrado hacerlo desistir.

-No juegues con una mujer embarazada Jacob Black-amenazó Rose, pero en el fondo sabía que solo estaba divirtiéndose y que no estaba enfadada de verdad, o al menos no tanto como se esforzaba por aparentar.

-Enhorabuena rubita-sonrió Jake de forma canalla mientras se acercaba, seguido por Vanessa, a felicitar a Rose y luego a Emmett, al cual propinó un amistoso puñetazo en el hombro después de murmurarle algo que los hizo reír a ambos.

Emmett y Jacob imponían mucho por separado, pero cuando se juntaba realmente daban miedo, los dos eran como dos masas musculosas con piernas y brazos, pobre del que se le pusiera por delante.

Emmett especialmente pasaba horas y horas en el gimnasio hace algunos años, no por algo tenía esos músculos. A veces solíamos ir juntos, bueno aún lo hacíamos, ya que ambos continuábamos frecuentando el gimnasio al menos tres veces a la semana, además salíamos a correr siempre que teníamos tiempo libre pues el ejercicio era algo que verdaderamente nos gustaba, y al menos a mi me servía mucho para desestresarme y despejarme.

Después de tantos saludos y halagos, sentí que el ambiente estaba demasiado tranquilo, ¡Claro! ¡Ya sé a qué se debía tanta tranquilidad!, ¿dónde estaba la enana?

Y como si supiera que estaba pensando en ella, apareció corriendo bajando las escaleras seguida de Jasper, aunque este último bajaba más relajado que la alocada de mi hermana, la cual llevaba una camiseta holgada beige del mismo color que la falda, que tenía una terminación en flecos que quedaba muy bien con las sandalias altas que llevaba color beige también, con estampado de serpiente en tonos grises y blancos (FP).

-¿Dónde está mi hermano favorito?-canturreaba mientras se acercaba a mí dando saltitos. Me reí por su efusividad, al parecer se alegraba tanto de vernos que ni si quiera había signos de enfado en ella por llegar más de una hora tarde.

-¡Holaaaaa Edward!-dijo colgándose de mi cuello mientras me abrazaba, yo por inercia la sujete de la cintura para que no cayera al suelo de culo, siempre era tan impulsiva, en realidad eso era algo que me encantaba de ella, pues la hacía totalmente única.

Era de esas personas que siempre se dejaba llevar, que no le tenía miedo a lo desconocido, actuaba según sus impulsos y que solía, para bien o para mal, dejarse guiar por sus instintos.

-¡Hola duende!-dije cuando finalmente libero sus brazos de mi cuello y se tiro a abrazar a Bella, a la cual casi tira al suelo cuando salto sobre su pequeño cuerpo para abrazarla.

-¡Bella, Bella, Bella!, te he echado tanto de menos estos días-dijo muy alegremente a la vez que Bella rodaba los ojos y le sonreía. Ellas se adoraban, siempre había sido así, desde el principio de todo.

-Yo también te he echado de menos Ali-dijo mi novia-hemos comprado cupcakes de frambuesa y fresa para el postre-dijo con entusiasmo cuando deshicieron el abrazo. Fue evidente para mí ver como sus ojos reflejaban la esperanza de que eso bastara para que Alice no tomara medidas serias por llegar tarde.

-Oh ¿en serio? ¡Gracias!-sus ojos se iluminaron como los de una niña ante la mención de su dulce preferido- Aunque no está nada bien llegar tan tarde Belly Bells-tarareó melosa mientras la reprendía, yo solo intentaba contener la risa-me lo compensarás yendo de compras conmigo-aseguró y Bella gimió resignada mientras me miraba.

El plan de comprar dulces para Alice no había funcionado demasiado bien.

Me encogí de hombros sonriendo ganándome que ella frunciera el ceño, sabía que internamente me estaba sacando su nada amable dedo corazón y me estaba mandando a la mierda. Reí aun más.

-Vanessa tu también vendrás-sentenció mi pequeña hermana sin dar oportunidad de elección-Rose se unirá encantada y pasaremos una tarde de chicas en el centro comercial ¡será perfecto!-pegó un gracioso saltito

Vanessa sin embargo no parecía tan disgustada como Bella, ella no odiaba ir de compras con Alice tanto como mi preciosa castaña, por un momento sentí compasión por Bella, iba a ser una doble tortura…

-¿Sabes? Anoche tuve una especia de revelación mientras dormía, soñé que planeábamos esto hoy y que en pocos días iríamos de compras, ¿no es genial?-comenzó a explicarle a Bella y a Vanessa los detalles del sueño mientras tomaba la mano de mi novia y se la llevaba al salón donde estaba Rosalie esperándolas

Me di cuenta de que Alice, de manera muy "disimulada", miraba la mano de Bella, asegurándose de que llevaba el anillo puesto, y comprobando la conversación que habíamos tenido esta mañana, porque, sí, me había llamado muy temprano, eran como las 8 de la mañana, para hacerme el interrogatorio, hasta que finalmente había logrado sonsacarme la respuesta de Bella…

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Un desagradable sonido interrumpió mi sueño, supuse que sería el despertador, por lo que inconscientemente alargué la mano e intenté parar aquel ruidoso aparato responsable de la interrupción de mi agradable sueño , pero el maldito sonido no cesaba, así que me vi obligado a abrir los ojos, de tal manera que la molesta luz del sol me escandidlo por completo.

Me restregué los ojos con las manos, en un patético intento de que estos se acostumbraran a la luz del Sol. Cuando finalmente lo hicieron, me di cuenta de que el sonido procedía de mi móvil, en el cual tenía 5 llamadas perdidas, las cuales eran de Alice, ¡dios pero que quería a estas horas! Por un momento me preocupé ya que llegué a creer que algo malo le podría haber sucedido aunque cuando me volvió a llamar mi preocupación fue sustituida por cabreo…

-¿Qué quieres Alice?-dije somnoliento y sin ni si quiera saludarla

-¡Vaya humor hermanito! Buenos días-saludó enérgicamente

-Alice, tengo sueño, mucho.-refunfuñé de mal humor

¿Mencioné alguna vez que odiaba madrugar y más aún cuando alguien me despertaba? Bien, pues lo subrayo.

Odio que me despierten, eso me ponía gruñón y nada simpático.

-Así que si no te importa querida-dije con sarcasmo-hermana quiero dormir, hablamos después, dentro de…ummm…-no tenía ánimo ni de pensar-unas cuantas, muchas, horas, adi… -intenté despedirme antes de colgar.

-¡No, no espera! ¡No te atrevas a colgarme Edward! ¡Tenemos que hablar de cosas muy importantes!-chilló

Ouch, mis oídos y mi cabeza.

Jodida Alice.

-¡Diablos Alice! Es muy temprano para hablar, la gente duerme a esta hora

-Bueno pues yo necesito hablar contigo ahora, ¡ay, eres un gruñón!

-¿Y qué quieres?-protesté pasando por alto el hecho de que me hubiera insultado, porque ha decir verdad, me estaba comportando como un verdadero gruñón

-¿Qué quiero? Bueno para empezar quiero saberlo todo, no puedo creer que no me hayas contado nada aún-dijo con evidente reproche en su voz.

-Necesito saberlo –murmuró impaciente antes de comenzar a interrogarme-¿os vais a casar? ¿Cuándo? ¿Qué te dijo cuando le diste el anillo? ¿Le gusto? ¿Lo amo? ¿Lo odio? ¡Oh, espera! ¿Te lo tiro a la cabeza? ¿Se lo tragó un pez?-reí silenciosamente cuando terminó de despotricar todo aquello

Guau, en serio acababa de decir todo eso en 10 segundos, apuesto a que ni había respirado.

-Jolines Edward contéstame-lloriqueó de forma graciosa-, no te quedes callado grandísimo idiota, no he dormido en toda la noche a causa de la incertidumbre-resopló con impaciencia cuando acabó de decir todo aquello.

Oh dios, tenía una hermana loca, pero loca ¡de verdad! Por un momento me planteé realmente cortar la llamada y apagar el móvil solo para enfadarla, no me lo podía creer ¡me había despertado a las 8 de la mañana solo para esto!

¡Joder! Al menos podría haber esperado unas horas. Yo estaba teniendo un sueño bueno, ¡muy bueno! Ella lo había estropeado y solo por eso no pensaba abrir la boca

-No te voy a decir nada Alice-dije convencido mientras cerraba los ojos y apoyaba la cabeza en la almohada nuevamente-Bueno, en realidad podría decirte que hicimos mucho turismo, estuvimos en San Francisco ¿sabes? Oh, y paseamos por Alamo Square, sé que te gustaba ese lugar cuando éramos niños e íbamos con nuestros padres -intenté despistarla del tema, bueno, vale solo quería irritarla un "poco"-

-¡Edward! No quiero saber lo que visteis, hicisteis o visitasteis en California-gruñó- ¡Por favor Edward!, ¡por favor!, ¡por favor!, no seas malo, yo te acompañé a la tienda, pasé horas mirando cientos de anillos diferentes –dramatizó. No fueron tantos– y finalmente te ayudé a elegir el mejor, algún privilegio tengo que tener-gimoteó como un bebe al otro lado del teléfono

-por favor cuéntamelo, ¡tengo derecho a saberlo!, vamos Edward…. al menos dime qué te dijo…-suplicó derrotada y a la vez exasperada por no recibir ninguna respuesta de mi parte

Finalmente decidí resignarme y decírselo, o si no, comenzaría a insistir y no o me dejaría en paz.

-¡Joder Alice!, eso es chantaje emocional-ya me imaginaba su cara al verse ganadora, incluso podría asegurar que tenía una gran sonrisa en su rostro

-Vale, tú ganas, Bella y yo nos casamos, no dudo en su respuesta, el anillo le encantó, ni si quiera se puso difícil al ver el diamante que llevaba –eso o que no se dio cuenta de que era un diamante, pensé más para mi mismo –se puso feliz, su sonrisa era grande y radiante-sonreí al revivir la imagen de su rostro esa noche-fue genial.

Suspiré pesadamente pensando en Bella y odié no tenerla aquí ahora mismo para abrazarla. No llevaba tan mal lo de madrugar cuando era ella con quién despertaba y no con una solitaria y vacía cama.

-Y eso es todo Alice, ¿contenta?-dije cansado-Ahora, ¿te importaría dejarme dormir?

Aun tenía esperanzas de retomar el sueño justo por donde lo había dejado.

-¡Ahhhh!- se escuchó un agudo grito al otro lado del teléfono, uno de esos que pegaba mi hermana cuando se ponía histérica de felicidad

- ¡cuánto me alegro hermanito! ¡lo sabia! Sabía que te diría que sí, no podía decir no, era imposible que dijera no-aseguró con obviedad-

-pero ¿Cuándo os casáis? ¿Aún no lo habéis decidido?-inquirió ignorando totalmente mi petición de que me dejara dormir.-Bueno no importa, hay mucho tiempo por delante para decidir todo y…

-Sí que lo hemos decidido-interrumpí su monologo pero continué hablando sin darle oportunidad a protestar- pero eso no te lo diré, te enterarás cuando lo sepa el resto de la familia, mientras tanto mantén la boca cerrada-dije ahogando un bostezo

-Está bien, seré una tumba y me portaré bien, solo espero que me deis el tiempo suficiente para prepararlo todo-dijo a modo de advertencia, yo sonreí ya que no se imaginaba que en menos de 2 meses tendría que estar todo listo.

-¿y quién te ha dicho que tú te vas a encargar de preparar nuestra boda, eh enana?-dije chinchándola un poco

-Nadie, pero yo lo sé-dijo muy segura-ya sabes que siempre he sido un poco bruja, y es como un presentimiento-dijo riendo

-Ya claro, solo te ruego que en el hipotético caso de que tú la organices, le des un respiro a Bella, no quiero que la agobies demasiado-hablé ahora más seriamente

-Tienes mi palabra hermanito, pero acabas de admitir que la organizaré yo-dijo triunfante

Touché.

Bueno, todos sabíamos que ella acabaría entrometiéndose en el asunto. Nadie lo podría evitar, y nadie quería evitarlo porque sabía que a Bella en el fondo y aunque le costara admitirlo le agradaría la idea de que Alice– la loca compulsiva de las compras– la ayudara con los preparativos ya que a fin de cuentas ¿quién lo haría mejor que ella?

Alice podía ser joven aun, pero en estas cosas era la mejor.

-Lo que tú digas Alice, ya hablaremos más tarde-dije no queriendo dar nada por seguro aún- ahora si no te importa me gustaría seguir durmiendo-repetí esperando que esta vez me escuchara y me dejara en paz

-es que, joder ¿Qué haces levantada tan temprano?-interrogué de repente curioso

-Es que estoy en casa de Jasper-murmuró tímidamente

-¿Y qué haces en casa de Jasper?-dije rascándome la cabeza, mierda, habría sido mejor no preguntar, ahora la respuesta me daba miedo

-Pues cosas Edward, cosas... –respondió riendo de repente, incluso creo que escuche un "Jasper estate quieto" de fondo, ¡Oh dios, era mi hermana pequeña! ¡Vamos! No me la quería imagina en ciertas situaciones

-mejor… hablamos luego Edward, ¡Adiós!- dijo efusivamente.

-Oh, Alice sois asquerosos, ¡Adiós!-dije antes de que ella cortara la llamada carcajeándose.

Dejé el móvil encima de la mesita nuevamente, y cerré las persianas para que no me molestara el sol a la hora de volverme a dormir, hacía un calor tremendo, por lo que había dormido en bóxers, pero aún así seguía haciendo mucho calor, así que encendí el aire acondicionado y me acosté nuevamente en la cama completamente destapado; cuando los parpados comenzaron a pesarme, y la inconsciencia empezaba a envolverme, el puto móvil volvió a sonar, diablos , como fuera otra vez Alice, la iba a mandar mas para allá de la mierda, ¿por qué no me dejaban dormir?

Muy perezosamente abrí los ojos, y pulsé el botón de descolgar la llamada sin ni siquiera mirar el nombre del gilipollas que me llamaba para joderme el sueño.

-¿Edward?-Oh genial, el gilipollas ahora, era mi otro hermano.

-Si Emmett, soy yo ¿Qué quieres?-dije refunfuñando

-¿te pillo durmiendo hermanito?-dijo riéndose el muy cabrón, yo bufé

-Bien, supongo que eso es un sí, bueno te llamo para que hagas el tremendo esfuerzo de dejar a Bella en la cama y te vengas a correr-yo lloriqueé internamente, ya hubiera deseado yo que Bella estuviese ahora en mi cama.

Miré el reloj, el cual marcaba las 9 de la mañana, por lo que ni siquiera había dormido una hora, y con la suerte que llevaba las probabilidades de que algún otro imbécil me llamara dentro de una hora para joderme eran bastantes altas así que decidí levantarme.

Diablos verdaderamente tenía un problema con madrugar, detesto mucho cuando la gente me despierta temprano, aunque no sé bien porqué pero si era Bella la que lo hacía siempre me levantaba de buen humor

-Vale Emmett, solo espera a que me vista y desayune, ¿a qué hora quedamos?- pregunté mientras me levantaba de la cama y apagaba el aire acondicionado para después dirigirme al baño todavía con el móvil en la oreja

-Pues por mí a la que tu digas, solo tengo que desayunar –comentó– ¿oye te importa si me llevo a Chester?, es que Rose está algo irritable, y lo paga con el pobre perro, bueno en realidad su humor esa mañana es como una jodida patada en el culo-reí cuando soltó aquella palabras-

- ¡dice que si sigue ladrando lo mandará a la perrera durante 1 mes!-dijo acojonado, y es que Emmett tenía, desde hacía un par de años, un golden retriever enorme (FP) al que adoraba, el perro más que un animal de compañía era un amigo para él, le había tomado mucho cariño y eso nadie lo podía negar.

Aunque el animal era de lo más cariñoso también podía llegar a ser agresivo con gente extraña ¡No había duda que si alguien entraba desconocido entraba en casa de Rose y Emmett el perro no le daría la bienvenida fácilmente! Se podría decir que protegía la casa bastante bien y además ¡dijese lo que dijese Rose, ella también lo adoraba!

-Sí, tráetelo, no es la primera vez que se viene a correr, el perro está en mejor forma que nosotros,-dije no tan en broma- estaría bien echarse unas carreras con él en la playa-me animé al recordar lo entretenido y divertido que resultaba intentar ganar a Chester haciendo carreras en una de las pocas playas, junto al lago (*), en las que se permitían animales.

-Espero que Rose esté de mejor humor cuando vuelva-murmuró bajo al otro lado del teléfono-las amenazas parecían ir en serio-dijo preocupado pero yo dudaba mucho que Rosalie fuera capaz de enviar al perro a la perrera

¡Vamos, si ni ella ni Emmett podían reñirle sin sentirse culpables luego!

Era ridículo pensar que Rose pudiera hacer eso, por muy mal genio que tuviera, no lo haría. Aunque vale que cuando Rose se enfadaba y discutía con Emmett podía parecer absolutamente convincente todo lo que saliese por su boca.

-Mejor que lo pague con él que contigo-volví a reír maliciosamente-créeme, las hormonas de una mujer embarazada son muy peligrosas-afirmé sin parar de reír sabiendo, pues veía muchos casos en el hospital, que una mujer embarazada con hormonas alborotadas podía traer cambios de humor nada agradables.

-¡Joder!, Edward, no me acojones, que soy padre primerizo-protestó por lo que yo me reí si cabe aún más.

-No te preocupes Emmett-lo tranquilicé-todo saldrá bien, serás un padre de cojones-dije animándolo muy seguro de mis palabras.

Bien sabia por experiencia médica que una mujer embarazada imponía respeto pues las hormonas las alteraban notablemente, aunque eso no ocurría en todos los casos, pero conociendo el carácter de Rosalie, seguro que así sucedería

-¿sabes? Algún día cuando Bella esté como una pelota de futbol y te mande a la mierda, y te odie, recordaré este momento y ¡ZAS!-chasqueó la lengua- ¡me pondré de su parte!-prometió

No pude evitar que una imagen de Bella embarazada se colora en mi imaginación. Esbocé una sonrisa solo por eso, verla en mi cabeza con una redonda y perfecta barriga o con un bebé entre sus brazas provocaba que yo la amara todavía más.

Sin embargo sabía que ni ella ni yo estábamos preparados para ser padres ahora, ella solo hacía unos meses había terminado la universidad y ahora se mostraba optimista e ilusionada con el trabajo que tenía en la editorial y yo quería estabilizarme un poco más con ella antes de tener hijos, quería casarme, una casa, unos meses de recién casado, también, al igual que ella, quería disfrutar la vida de recién casado antes de decidirme a ser padre.

Nunca, ni en mis peores sueños, jamás se me había pasado por la cabeza la idea de tener novia, ni de casarme, ni mucho menos la de formar una familia, pero ahora, justo en este momento tenía claro que todas esas cosas era lo que más anhelaba, y que si en el futuro tenía hijos, eso era algo que solo visualizaba con Bella.

-Bella no me odiará por dejarla embarazada, y por dios Emmett no seas exagerado ¡Rose tampoco te odia! Solo está teniendo una mala mañana

-Lo sé, pero me odiará cuando dé a luz, anoche vi uno de esos programas de médicos, ni si quiera sé por qué mierdas me paré a ver eso en la tele-se reprochó malhumorado a sí mismo-el caso es que había una mujer y ella estaba teniendo a su bebé y ¿sabes? Había sangre ¡mucha sangre! Y ella le gritaba con la cara contraída de dolor continuamente a su marido lo capullo que era por haberla dejado embarazada ¡Rose va a hacer lo mismo conmigo!

-Deja de ver esos programas, ¿lo vio Rosalie?

-¿qué? ¡No!-respondió rápidamente- Mejor que me traumatice yo solo, ella estaba preparando la cena.

-Que valiente por tu parte-me mofé

-¡Mierda, Edward, tío! Eso le va a doler-parecía no haber reparado verdaderamente en eso antes.

-Bienvenido a la realidad-él bufó ante mi tono de voz burlón-Emmett- puse tono de voz más serio-es algo por lo que tiene que pasar, por lo que tenéis que pasar-rectifiqué ya que aunque Rose hiciera el trabajo duro, Emmett estaría ahí sosteniendo su mano.

- No, no va a ser agradable, pero sospecho que ese debe de ser uno de los momentos más bonitos del mundo porque ¡vas a ver nacer a tu hijo!-traté de hacerle ver la parte positiva

-Y…bueno, si te consuela-continué-sé por experiencia, que el rostro de una madre al tener a su hijo en brazos después de tanto dolor te hará olvidar completamente todo lo malo de antes.

Hablaba desde la experiencia profesional y aun así se puede decir que no tenía en verdad mucha idea acerca de esto, o al menos no tanta como otros médicos que estaban especializados, pero eso es lo que veía en el hospital cada día.

Parándome a pensar ni si quiera sé por qué le estaba dando a Emmett estos consejos a las 9 de la mañana.

A pesar de todo, mis palabras parecieron no persuadirlo

-Imagínate a Bella-dijo simplemente

-No quiero imaginarla así- no me gustaba la idea de ver a Bella jadeando de dolor

-Porque no te gustaría verla sufrir-dedujo fácilmente

Buen punto Emmett.

-No, no me gustaría-coincidí

-¡Pues entonces! –Exclamó impaciente–A mí tampoco me gustará ver a Rosalie sufrir

Viendo que no podía hacerlo cambiar de idea y que en el fondo y en algunos aspectos, si no pensaba con la mentalidad de un médico y lo hacía con la de un hombre enamorado coincidía con él, probé a hacerlo de otro modo

-Te aconsejo que no te atormentes por eso ahora, faltan 9 meses para que Rose dé a luz.

-8 meses-me corrigió recordándome que Rosalie ya tenía más de un mes de embarazo.

-Como sea, el caso es que aún queda mucho tiempo, trata de disfrutar del embarazo de Rosalie, y no la pongas de mal humor- le propuse, aunque esto más bien fue un consejo médico.-

Finalicé el tema cuando él murmuró un "de acuerdo" no muy seguro. Supongo que el miedo de ser padre primerizo era algo normal y que Emmett acabaría superando en unos meses.

-Dame media hora, así me dará tiempo a desayunar y a vestirme.-le pedí cambiando de tema

-Está bien, a las nueve y media paso por tu departamento, ¡Adiós Edward! Y… gracias por soportar mis momentos de nenaza, esto asusta bastante –admitió esto último en un tímido tono de voz nada propio de él.

Le costaba admitir cuando tenía miedo, sin embargo sabía que debía de tenerlo de verdad para ser capaz de admitírmelo.

-Eres idiota, lo sé porque llevo soportándote 26 años, y ahora mismo solo quiero partirte el cuello por haberme despertado, pero a pesar de eso sé que serás un buen padre Emmett-dije con afán de despreocuparlo-por cierto, sí, eres una nenaza.

-vete a la mierda-contestó riendo al final y yo reí-¡Y me alegro de haberte despertado!-gruñó ahora

- Nos vemos en media hora Emmett, ¡Adiós!-me despedí antes de cortar la llamada riendo.

Así que media hora después, tras haber desayunado algo poco elaborado y rápido, ponerme la ropa adecuada para hacer deporte y haberle mandado un mensaje a Bella avisándole de que no estaría en casa e invitándola a comer, me fui con Emmett al paseo marítimo de Chicago, junto al lago Michigan, donde solíamos salir a hacer footing de manera frecuente.

Fin flash Back

Mi padre me llamó para que fuéramos al salón, junto a la chicas, ya que los chicos nos habíamos quedado hablando animadamente en el hall de la casa, bueno ellos, porque yo más bien estaba pensando en mis cosas; estuvimos un rato en la sala de estar hasta que mi madre y Rosalie, la cual estaba en la cocina con ella, salieron para avisarnos de que pasáramos al comedor donde comenzaríamos a cenar.

-Vamos a cenar, antes de que se enfrié la cena niños-dijo mi madre cariñosamente, sonreí al darme cuenta de que aun nos trataba como verdaderos niños a veces.

Todos comenzaron a levantarse de los sofás para así comenzar a caminar hasta el gran comedor familiar, Bella sin en cambio se acercó a mí, de tal manera que nos quedamos un poco alejados del resto de la familia, me miraba de forma nerviosa, y con algo de miedo, yo la agarré de la mano, la cual me lleve cerca de mi boca para poder besarla, pues aunque no me lo hubiera dicho sabia que ella estaba nerviosa ante la reacción que podría tener de mi familia.

-No te preocupes preciosa, todo va a salir bien, estoy seguro de que pondrán felices de que Isabella Marie Swan se una al clan Cullen-dije guiñándole un ojo para tranquilizarla a la vez que depositaba un tierno beso en su frente.

-¿tendré que pasar alguna especie de prueba para que me acepten como nuevo miembro?-bromeó y yo me alegré de sacarle una sonrisa.

-Varias prueba de hecho, pero yo me encargo de explicártelas esta noche-llevé uno de mis dedos hasta su rostro y acaricié sus labios con mi dedo pulgar-una por una-

Cuando vi como Emmett era el último en salir de la sala de estar, y seguro de que estábamos en intimidad, puse mi mano libre en su cintura, la cual no tardó en abandonar para viajar a un lugar mucho más interesante.

Bella soltó un respingo sorprendida cuando pellizqué una de sus nalgas

-No muerdo-mentí con una sonrisa ladeada acariciándola

-Haces cosas peores-dijo con cierto nerviosismo

-Y a ti te encantan-respondí fanfarrón

Se encogió de hombros fingiendo indiferencia ¡qué mala actriz!

-Al menos no eres un vampiro-

-¿quién dice eso?-jugué a su juego acercándome y mordiéndole el labio

Rió sobre mi boca

-Más te vale no serlo, odio las historias de vampiros.

-Bueno está bien, no soy un vampiro, pero soy más peligroso que uno

-¡Nah!,-negó despreocupada ladeándose un poco y mirándome -aunque te lo propusieras no podrías darme miedo, eres encantador ¡y muy guapo para dar miedo!

-Por eso tengo una novia muy guapa-dije antes de besarla nuevamente, provocando que al separarnos ella soltara un suspiro.

-¿de verdad piensas que ellos van a estar bien con esto?-inquirió inquieta refiriéndose a mi familia

-Mi familia te adora Bella, ¿por qué no iban a estar felices?-incluso la pregunta sonaba estúpida sabiendo el gran cariño que mis padres le tenían-cualquier familia daría lo que fuera por tenerte a ti en ella, eres una mujer increíble-

Iba a rechistar, y probablemente a decirme que no era tan increíble como yo decía, cosa en la que se equivocaba, pero yo rápidamente le tapé la boca con la mano sonriendo

-Digas lo que digas eres asombrosa, y te amo.-quité despacio la mano de su boca e incline mi cabeza para dejar un casto beso en la comisura de sus labios sin embargo ella acabo por girar la cabeza y capturar mis labios entre los suyos por unos pocos segundos hasta que se separó de mi.

-Vamos-la insté cogiendo su mano y comenzando a andar hacía el comedor, pues nos habíamos quedado solos en la sala de estar.

Ella me sonrió cuando la agarré fuertemente de la cintura para así poder acercarla a mi cuerpo cuando entramos en el comedor, donde todos empezaban a sentarse por lo que Bella y yo también tomamos asiento el uno junto a él otro para así comenzar a cenar, ya que después daríamos, en mi opinión, una grata sorpresa.

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ACLARACIÓN (*): Quiero aclarar un punto, Chicago no tiene playa, la ciudad está frente a el Lago Michigan, sin embargo a pesar de ser un lago, hay playas que la gente utiliza para bañarse, aunque es curioso saber que aunque la gente se bañe en verano, juegue voleibol y tome el sol, ¡en invierno el lago se congela prácticamente entero!

Boeing Field-King County International Airport (*): Aeropuerto de Seattle

Mafalda (*): es el nombre de una tira de prensa argentina protagonizada por la niña homónima que se muestra preocupada por la humanidad y la paz mundial, y se rebela contra el mundo legado por sus mayores. Jake dice que Vanessa se parece a Mafalda porque el personaje tiene el pelo ligeramente alborotado

Chips ahoy (*): son un tipo de galletas con pequeños trozos de chocolate.

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¡Hola!

Por aquí estoy de vuelta otra vez, he tardado un poquito más porque he estado reeditando capis (para tener algunos adelantados). Respecto al capi, recordar que estoy segura al 99% de que este será el único JACOB POV que escriba en la historia, ya que solamente lo he escrito para que sepáis lo que piensa Jake de la decisión de Bella y Edward de casarse. Espero que os haya gustado y lo hayáis disfrutado, yo estoy de vacaciones de verano, así que me tendréis por un buen rato en FF :)


Acerca del Autor

Nos dedicamos a brindar información a todos los fans de la Saga Crepúsculo. Desde entonces nos hemos encargado de cubrir premieres, eventos, actualizar día a día nueva información sobre el cast. Después de que terminó la épica Saga en Noviembre del 2012, seguimos los proyectos de cada actor como corresponde.
Lee más en: Conócenos

1 comentario:

  1. Anónimo11/18/2012

    hay que tierno es tu fic , son las 6 de la mañana y estoy leyendo tu fic , de verdad me encanto :)

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