El jefe y la recepcionista Cap 15

Por Sarah Catheryn   Publicado a las  10:37 p. m.   0 comentarios


"Perdóname"
Karen Pttzn
"Fui un tonto lo sé, espero que me perdones, por que no sé si podré vivir sin ti"
Edward POV
Paseaba por el salón como un animal enjaulado, maldiciéndome por haberme comportado así con Bella.
- Dime una cosa, ¿Que harás si te enamoras antes de que pasen los cinco años?
-Eso no pasará.
¡Que idiota fui! arrogante, y tan desalmado por haber seducido a una joven inocente, valiente, perfecta, y por haberme acostado con ella y jugar con sus sentimientos. Y también con los míos. Me acordé de los defectos de mi madre, nunca dejo de amar a su marido a pesar de la difícil situación en la que sus prácticas empresariales habían dejado a mi familia. Ella seguía adorando al hombre con quién se casó. Se me hizo un nudo en la garganta. Mis padres estaban disfrutando como nunca viajando por todo el caribe. A pesar de todo, para mi madre la vida había siempre una aventura.
Por las ventanas orientadas al oeste, vi los primeros destellos del amanecer. Así sería la puesta de sol durante los próximos cinco años. Cuando terminara este tiempo, por fin podría quitarme las cadenas y empezar a ser feliz. Alice me había recordado que cinco años tenía sesenta meses, lo que significaba casi dos mil días. Y dos mil amaneceres y atardeceres. Peor aún. Dos mil noches negras que, gracias a su inamovible plan quinquenal, las pasaría sin Bella.
Tenía que reflexionar.
El fin de semana fue el más frustrante que había vivido. Bella se había ido dos días, dejándome en la soledad. Pero lo peor fue el lunes, cuando llegué al trabajo y vi que Bella no estaba en la recepción. Estaba en el despacho repasando la estrategia para contratar a una nueva asistente personal cuando me enteré que Bella había llamado diciendo que estaba enferma.

-¿Enferma?
Era una probabilidad que no se me había ocurrido. Me aflojé la corbata y me desabroché el cuello de la camisa, de repente, oprimía demasiado.
-Por lo visto lleva todo el fin de semana en cama con gripe- dijo Elizabeth- Pensaba que lo sabías.
No tenía idea. Me había pasado horas y horas tanto el sábado como el domingo aparcado delante de su casa y mirando las cortinas echadas de las ventanas, temiendo haberla perdido para siempre.
-Bella fue al baile del hospital contigo ¿no?
-Si, y entonces estaba bien- dije preocupado, imaginando a Bella sola y enferma en su casa detrás de aquellas cortinas echadas, todo el fin de semana, demasiado enferma para abrir la puerta o contestar el móvil. planté en la puerta.
-Edward- me llamó Elizabeth-, espera un momento. Quería preguntarte una cosa.
-¿De que se trata?- me volví para mirarla.
-¿Me equivoco al pensar que mi estrategia de cita a ciegas se ha convertido en algo más?
-¿Que cita a ciegas?¿De que estas hablando?
-Del taller del trabajo en equipo. Cuando te emparejé con Bella.
Perplejo, negué con la cabeza. Habían ocurrido tantas cosas desde entonces que casi me había olvidado. Pero fue la primera vez que estuvimos juntos, cuando yo le dije que no sabía cocinar, unas palabras que fueron el desencadenante de todo lo ocurrido posteriormente.
-Sabía que tú y Bella se compenetraban.
Se me apretó el pecho y se me dificultaba respirar.
-¿De donde sacaste eso?
-He visto sus perfiles de personalidad- respondió Elizabeth como si fuera evidente-. Bella es una mujer extrovertida, con bastante tacto, cariñosa, pero quizás un poco sensible. Y tú eres introvertido, lógico y organizado, pero que desconfía de sus instintos.
¿Mis instintos?
-¿De que sirven eso perfiles de personalidad?¿Que demuestran?
-Que Bella y tú se complementan perfecto. El uno para el otro.
La idea, me resultó increíblemente alentadora, y me dí cuenta que estaba sonriendo. Aclaré la garganta rápidamente.
-Bueno, hm, ya se que tenemos que hablar sobre la asistente personal Elizabeth, pero me temo que será para otro momento.
Sin esperar su reacción me fui. Iría a buscar a Bella. Le suplicaría si fuera necesario. !Estúpido!Estúpido!Estúpido!Estúpido! ¿Edward que hiciste? Dejaste ir a la chica que amas! ¡Idiota! ¡Idiota! ¡Idiota! No se si Bella querrá perdonarme...
Ah, antes debería hacer una cosa...
Bella POV
Oí ruidos procedentes de la cocina, de las puertas de los armarios y de cazuelas. Me senté en la cama de un salto ¿Habría alguien en la cocina? Minutos más tarde oí pasos que subían por las escaleras y me cubrí el cuerpo con la sábana. Aquella mañana me sentía más fuerte. Me había bañado y me había lavado la cabeza, pero todavía estaba demasiado débil para enfrentarme a un intruso.
-¿Quién anda ahí?- pregunté. Los pasos se acercaban cada vez más. Miré mi alrededor en busca de algo que sirviera para defenderme. ¿Donde podría esconderme?
-Bella no te asustes, soy yo.
¡Era la voz de Edward! Se me aceleró el corazón. ¿Cómo podría estar ahí? ¡Tenía que estar soñando! oh no. Tenia la pinta horrible! No podía verme así!. Pero era demasiado tarde para arreglarme, Edward estaba en la puerta, con la corbata aflojada, el cuello de la camisa desabrochado y una expresión de preocupación que me sorprendió.
-Hola- me dijo con una tímida sonrisa en los labios.
-Hola, ¿como has entrado?
-Saltando por la valla del jardín.
Cielo santo, eso explicaba las manchas blancas en la ropa. Pero ¿Para que demonios se había molestado tanto?
-¿Que...que haces aquí?
Era una pregunta importante, pero Edward me ignoró.
-¿Que tal te encuentras Bella?
-Fenomenal.
-Venga, di la verdad.
-Es la gripe. ¿Por qué no estás trabajando?
-Me han dicho que estás enferma. Tenía que venir.
Sentí las lágrimas en mis ojos. Crucé los dedos para no llorar.
-Supongo que con lo del viernes somos la comidilla de la oficina- dije.
-Que digan lo que quieran- dijo, entrando en la habitación y acercándose a la cama.
-Te voy a contagiar- le advertí.
Ignorándome una vez más, Edward se sentó en el borde de la cama y puso su mano en mi frente. Dí un respingo y el se sonrojó, apartó la mano y frunció el ceño.
-¿Has comido?
-No mucho- el sábado apenas había probado bocado y el domingo tomé un par de litros de zumo de naranja y un paquete de galletas-. No tenía hambre.
-Te he traído caldo de pollo. Se está calentando en la cocina.
¿Pero por que? Todo esto era irracional. Edward me había echado de su vida, y yo lo había echado de mi casa, y ahora, el me preparaba un caldo.
-Ahora vuelvo- dijo él poniéndose de pie.
Lo oí moverse en la cocina, embargada por una sensación de alegría y felicidad. Pero no era sensato. Edward no había venido para hacerme feliz, sino para cumplir con lo que consideraba su deber con todos los que le rodeaban: cuidarlos y protegerlos. De todos modos era maravilloso volver a verlo. Minutos después Edward volvió con una bandeja de madera y un cuenco de caldo que dejó en la mesilla.
-Bien- Edward se sentó en el borde de la cama, muy cerca de mí, y alzó una cuchara humeante de caldo-. Ahora prueba esto- dijo, acercándome la cuchara a la boca.
-Puedo comer sola- protesté.
Edward arqueó las cejas con gesto dubitativo y decidí obedecer. La verdad que me temblaban tanto las manos que sería incapaz de tomarme el caldo sin derramarlo al colchón.
-Está riquísimo, no sabe a caldo de bote.
-Por que no es caldo de bote.
-¿lo ha preparado tu ama de llaves?
Edward negó con la cabeza y sonrió.
-La verdad es que he despertado a Marco.
-¿El cocinero francés?
-El mismo. En cuanto le he dicho que era para ti, me ha ido diciendo lo que tenía que hacer por teléfono.
-¿O sea que lo has hecho tu?- dije, sin ocultar la sorpresa.
Edward se encogió de hombros fingiendo indiferencia, pero era evidente que estaba orgulloso.
-Ya me siento mejor- aunque no era cierto.
No entendía por que Edward era tan amable. En una ocasión me dijo que él nunca tenía gestos románticos con las mujeres con las que se relacionaba, pero esto era mucho más conmovedor e inquietante que un ramo de rosas.
-Marco estaba animadísimo por el caldo.
-¿En serio? ¿Por que?
-Ya lo conoces. Cuando se dió cuenta de que iba a traértelo a la cama, ha empezado a hacer planes para mi banquete de bodas.
Mi corazón salió disparado por la ventana. Se me llenaron mis ojos de lágrimas y tuve que cerrarlos con fuerza para retenerlas.
-Que tontería- murmuré- ¿Ya sabe que tendrá que esperar cinco años? Bueno, al menos tendrá tiempo de sobra para decidir la carta.
-O quizé no.
¿Estaba delirando? No me atreví a abrir los ojos, hundí de nuevo la cabeza en las almohadas y permanecí inmóvil.
-Bella mírame.
No. No podía. Si abría los ojos, las lágrimas se me derramarían y no podría soportar la humillación.
-Bella, cielo.
¿Cielo? Eso me hizo abrir los ojos de par en par. Edward me miraba con una sonrisa cargada de preocupación, y tenía los ojos brillantes y húmedos. Lo vi tragar saliva.
-Quiero que sepas que he decidido deshacerme del plan quinquenal.
-Oh.
-Me ha dado cuenta de que tenías razón, de que soy como un avestruz con la cabeza metida en la arena, negándome a ver la verdad.
-¿A que te refieres?
-La verdad es, mi querida Bella, que tú eres la mujer más maravillosa que he conocido nunca y no puedo imaginarme intentar vivir sin ti.
Dejé escapar el aire que había estado conteniendo. Milagrosamente, el dolor que me encogía el corazón, empezó a relajarse.
-Tenía que habértelo dicho el viernes después de la fiesta, pero hice todo lo contrario. En cuento salí a la calle, me di cuenta que te estaba perdiendo, y no podía soportarlo. Fue la peor noche de mi vida- confesó.
-La mía también.
-Vine al día siguiente a primera hora, pero no contestabas. Te llamé por teléfono y pasé varias veces por aquí, pero pensé que te habías ido. Esta mañana, al ver que no habías ido a la oficina, pensé que te había perdido para siempre.
-Pobrecito- estiré la mano y le acaricié el rostro con la punta de los dedos-. No hace falta que estés tan preocupado.
Él sonrió torciendo la boca. Me abrazó y me besó.
-Espero no contagiarte la gripe.
-Si me la contagias, podrás cuidarme.
-Será un placer.
y volvió a besarme una y otra vez.

Acerca del Autor

Nos dedicamos a brindar información a todos los fans de la Saga Crepúsculo. Desde entonces nos hemos encargado de cubrir premieres, eventos, actualizar día a día nueva información sobre el cast. Después de que terminó la épica Saga en Noviembre del 2012, seguimos los proyectos de cada actor como corresponde.
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