Cap 17- 18 - Epilogo AC

Por Diana Méndez   Publicado a las  9:17 p. m.   32 comentarios

Capitulo 17: Mama


Bella Pv


Después del parto, estaba realmente cansada, pero no me permitía dormir si tenía a mis bebes cerca, quería aprovechar todo el tiempo posible con ellos y con Ellie. Estaba recostada y los bebes echados de panza sobre mi pecho.


Los mellizos eran la mezcla perfecta entre Edward y yo. Ambos tenía la misma cara de él, pero algunos de sus rasgos eran míos. El poco cabello que tenia Thomas era liso y de un tono rubio oscuro, estaba segura que cuando el pequeño creciera se volvería del tono cobrizo de Edward. En cambio Sophie era más rubia algunos mechoncitos castaños. Estaba ansiosa por ver el color de sus ojos, que esperaba que fuera un profundo verde esmeralda .Eran adorables. Un bostezo se escapo de la boca de Sophie y la mire con ternura, acariciando su pequeña cabecita.


En seguida, Edward entro con esa sonrisa suya, haciendo que me perdiera en su mirada como tonta. De su mano, venia mi hija con ojos curiosos. Su aspecto había cambiado considerablemente desde la última vez que la vi. Estaba limpia y con ropa nueva. Su cabello, que antes era una maraña, estaba perfectamente peinado en una trenza en corazon. El brillo en sus ojos había vuelto, y se podía ver claramente que la felicidad había vuelto a ella. Se acerco dudosa a la cama, pero yo la anime. Edward se apuro y me ayudo a coger a uno de los bebes al notar que estaba cansada.


Por suerte la cama en la que estaba era grande, porque facilitaba mi posición. Ellie se encaramo ágilmente y me beso la mejilla, para luego mirar al bebe.



-Es muy bonito- susurro mientras pasaba su dedito suavemente por toda la su cara.- ¿Cómo se llama?


-Es Thomas- sonreí, y ella volteo su boca, dudosa.


-¿Por qué nacieron dos bebes?- musito mientras giraba su cabeza en dirección a Sophie, sonriendo al instante.


-Siempre estuvo ahí, pero no sé porque no lo habíamos visto…pero es genial. Ahora tienes dos hermanitos.- al escuchar eso, su sonrisa se hizo más grande y comenzó a dar saltitos suaves.


-Sera genial. Cuando Sophie crezca seremos las mejores hermanitas. Y cuando Tom sea grande- dijo mientras yo sonreía ante el apodo.- jugaremos juntos al futbol.- la había extrañado demasiado, y ahora, después de todo ella estaba de nuevo conmigo.


-Oh nena…-Rápidamente deje a Tom en su cuna y atraje a Ellie a mi pecho.- Te extrañe mucho todo este tiempo. No sabes cuánto- comencé a emocionarme y rápidamente, sentí las lagrimas descender por mis mejillas.- No sabes cuánto te amo, bebe. Nunca más te vuelvas a ir así.- Le rogué. Ellie me miraba con sus ojitos azules y comenzó a llenar mi cara de pequeños besos.


-No lo soportaría- Se acurruco en mi pecho con cuidado y yo seguí acariciando su cabello.


Edward miraba la escena con ternura mientras mecía a Sophie de un lado a otro, como siempre.


Ahora, mi felicidad estaba completa.







Dos días después del nacimiento, salimos del hospital. Edward y yo decidimos tomarnos otros días en Juneau cuidando a nuestros hijos. Al principio, nos íbamos a quedar en el hotel, pero Carmen insistió en que nos quedáramos en la acogedora cabaña que había detrás de su casa. También me dijo con nostalgia, que le gustaría pasar tiempo con su nieta, y yo por supuesto se lo iba a conceder. Carmen y Eleazar quedaron devastados con todo lo que había pasado. No podían creer que Irina tuviera la culpa de todo. Carmen visito a Irina en la cárcel antes de que la trasladaran a un centro psiquiátrico, pues después de unos estudios con varios psiquiatras, concluyeron que su salud mental era casi nula.


Tanya nos había presentado a su novio Demetri, un tipo corpulento que iba a llevar a Tanya al altar. Me sentía feliz por ella después de todo lo que nos había ayudado, era una gran mujer y se lo merecía.


Mientras estábamos en el hospital, Edward paso por el hotel para recoger las cosas. Llevo al hospital la ropa de Sophie, y por suerte, Tanya compro algunas prendas para Tom, pues la ropita de Sophie le quedaba un poco pequeña. Ellie y Tanya habían congeniado rápidamente y ahora mi hija se la pasaba todo el tiempo con ella.


Estaba en la cómoda cama que Carmen nos había preparado. Edward arrullaba a Tom, que acababa de despertarse llorando. Sophie seguida dormida a mi lado, en calma. De pronto, Ellie entro por la puerta con la maleta de bebe que había encontrado mientras estaba encerrada. Se encaramo en la cama y cruzo sus piernas, poniendo la maleta en la mitad de ellas.


-Mira lo que encontré y había olvidado mostrarte.- dijo ansiosa. Acto seguido, saco una foto y un sobre. Sonrió y señalo a la bebe de ojos azules que había en ella.-Soy yo, ¿Verdad?


-Si nena, eras muy hermosa cuando bebe, aun lo eres.- dije mientras acariciaba su mejilla tiernamente. Acomode a Sophie junto a mí y ella seguía durmiendo. Ellie sonrió aun más y señalo a la hermosa mujer de ojos verdes, piel nívea y cabello negro azabache. Ella sonreía mientras sostenía a la bebe en brazos, pero las profundas ojeras revelaban todo el sufrimiento.


-Ella es mi mama, está en el cielo- sonrió y puso la foto en su pecho. Edward veía desde la mecedora con una suave sonrisa. Yo estaba un poco impresionada por su reacción. Esperaba llanto o silencio, pero ella solo sonreía y hablaba de lo hermosa que era.


Edward se unió a nuestra conversación y le dijo que Kate era su prima. Ellie se puso feliz al saber que si eran familia de sangre, y no hacía más que saltar cuando Edward le prometió que iba a conseguir más cosas de ella. Ellie irradiaba felicidad, como siempre.


Luego se dio cuenta del sobre que estaba bajo su pierna y se lo tendió a Edward.


-No lo quise abrir porque dice tu nombre, y es de mala educación si lo abría, mi mami me enseño.- Edward tomo la carta y dejo a Tom junto a Sophie. Sus ojos se movían mientras leía, y luego vi las lágrimas que se iban acumulando en sus ojos. Mordí mi labio y cuando la primera lagrima callo, la limpie con cuidado. Cuando ya iba por el final, una sonrisa apareció en su rostro y luego dejo la carta de lado para abrasar a Ellie.- Parece que tu mama ángel siempre quiso que yo te cuidara.- Ella rio cuando él le hizo cosquillas y beso su mejilla. Me miro y me guiño un ojo, haciendo un gesto hacia el papel que había sobre la cama. Dude en cogerlo, pero cuando lo hice, Edward tomo mi mano, infundiéndome confianza para leerla.


La impecable caligrafía llenaba una hoja, y en algunas partes la tinta estaba corrida a causa de las lágrimas que seguramente, Kate había derramado. En esa carta expresaba todos sus sentimientos y sus miedos. En el momento, lo que hizo fue desesperado, pero al final, fue una buena decisión.


Después de dar a luz, recibió la amenaza de Irina. James la golpeaba cuando llegaba borracho y ella asustada solo quieta que su hija estuviera bien. Por eso la noche del 18 de abril del 2004, acudió al orfanato para dejar a su hija a salvo de todo. Kate quería que Edward cuidara a la niña hasta que creciera. Quería que la pequeña fuera feliz con Edward mientras ella sufría el maltrato de James y de Irina. Quería volver a verla lo más pronto posible. Quería todo eso, pero desgraciadamente, esa misma noche, le quitaron la vida cruelmente. Suspire después de leer la carta y cerré mis ojos. Tenía que agradecer a esa mujer que dio a luz al sol de mi vida. A mi bebita.


Edward, Ellie, Sophie y Tom estaban todos dormidos en la gran cama cuando yo termine con mi pequeña reflexión. Observe aquella escena con ternura, esas personas me hacían feliz con solo respirar.


Adoraba cada segundo con ellos.


Suavemente, los tape con el edredón para después recostarme y buscar la mano de Edward, entrelazando sus dedos con los mios. Sonreí y me relaje, cayendo un profundo sueño.







Papa


Edward PV


-Ok, ahora quitas el pañal sucio, lo envuelves y lo llevas a la basura.- Bella intentaba explicarme como cambiar un pañal, quería ayudarla todo lo que podía, pero aunque amara a los niños, con mis propios hijos me atontaba.


Las dos últimas semanas fueron agotadoras. Tom lloraba cuando estaba fuera de los brazos de Bella y a Sophie no le importaba despertarse llorando a media noche, interrumpiendo nuestro sueño. Pero aunque todo era un poco estresante, no lo cambiaría por nada del mundo. Esto de ser papa se siente realmente bien. Estaba aprendiendo todo lo que podía antes de volver a Chicago, a nuestro hogar. Yo volvería al trabajo en el instituto, y estaba considerando entrar a la universidad a estudiar lo que siempre había añorado, medicina. Afortunadamente Bella había cambiado su trabajo y ahora sus horarios eran más cortos, teniendo que ir a la oficina solo dos horas, por que el resto podía hacerlo en casa. Ellie estaba ansiosa con volver al colegio, porque en esas dos semanas trabajo bastante para nivelarse y seguir el curso sin atrasarse. Ahí era cuando salía a flote su nivel intelectual, lo que un niño normal se nivela en algunos meses, ella lo hizo en una semana. Estaba contenta de tener tiempo para pasar con los bebes, no podía despegarse de ellos.


Sonreí al ver que pude lograr ponerle el pañal a Sophie, entonces Bella beso mis labios.


-Bien hecho.-me felicito.- Sigue Thomas.- Bufe y ella rio. Terminó de vestir a Sophie y luego cambiamos a Tom entre los dos. Ellie corría de un lado para otro guardando sus cosas en las maletas que le había regalado Carmen sin razón alguna. Estaba realmente contenta porque Ellie la había comenzado a llamar ‘Abue’. Tanya repetía mil veces que la iba a extrañar, y le compro miles de prendas, su sobrina favorita lo merecía.


Cuando terminamos de empacar, Eleazar y yo guardamos las maletas en su auto, mientras Bella abrochaba el cinturón de Ellie y acomodaba a los mellizos en sus sillitas. Cuando todo estuvo listo y ya nos habíamos despedido de Carmen y de Tanya, nos subimos al auto rumbo al aeropuerto, de vuelta a Chicago.







Cuando llegamos a casa, lo primero que hizo Ellie fue correr a su habitación. Afortunadamente, Alice se había encargado de terminar de arreglar la habitación de Ellie, pues antes de que ella desapareciera, habíamos comenzado a arreglar toda la casa, pero suspendimos todo y la casa era un desastre. Cuando Bella entro, soltó un suspiro de alivio. Ella imaginaba llegar a casa a acomodar cosas, correr muebles, pintar paredes y desempacar cajas, pero mi familia hizo todo más fácil. Los muebles estaban perfectamente acomodados y los ventanales estaban limpios. Los tonos tierra que Bella había elegido hacían de la casa un poco más acogedora, estaba satisfecho con el trabajo que había hecho Alice. Mi piano estaba ubicado en una esquina sobre un escalón bajo.


Nos acomodamos en la sala a descansar un poco. Escuche el gritillo de Ellie desde los dormitorios. Deje a Tom, que estaba en mi regazo, en el sofá mientras corría asustado a la habitación de Ellie. Cuando llegue, ella reía mientras Sheep lamia su cara. El pequeño perro estaba al cuidado de Emmett en nuestra ausencia y ahora que veía a Ellie debería estar entusiasmado. Cuando Ellie controlo a Sheep, miro su cuarto. No me había percatado de cómo había quedado. Rosa, era lo único que veía. En diferentes tonos, pero solo había rosa. Ellie era una princesita y le encantaba el rosa. Me relaje y volví hacia Bella, que aun seguía con cara de pánico.


-No te preocupes Bells, la pequeña solo esta emocionada por volver a ver a la mota, y su nuevo cuarto también le encanto.- Bella sonrió, aunque en su cara todavía se veía la angustia. Me acerque a ella, me arrodille y acaricie su mejilla- ¿Qué va mal, cariño?- susurre. Clavo la mirada en sus manos.


-Tengo miedo…yo…-Movió su cabeza, negando y forzó una sonrisa. Apreté su mano, tratando de que ella continuara- No quiero que todo esto se arruine. Todo es tan perfecto…tengo miedo de que algo pase…yo…-su voz fue interrumpida por un suave sollozo y vi que las lagrimas ya estaban brotando de sus ojos. La cargue y me senté en el sofá, dejándola en mi regazo.


-Amor, no pasara nada. Estamos bien, estamos juntos. Ellie está con nosotros, los mellizos también, piensa en el ahora, disfruta.- Sus sollozos se convirtieron en hipo, entonces bese sus labios y ella sonrió. Thomas y Sophie comenzaron a llorar al mismo tiempo, entonces Bella bajo de mi regazo para poder cargar a Sophie. Yo tome a Tom en mis brazos y lo mecí.


-Oh…hermosa.- Bella sonreía mientras acariciaba la carita de Sophie. Me acerque a ver y observe que Sophie había abierto sus ojos y Bella estaba emocionada por que eran verdes, como los míos. Cuando voltee a ver, vi los grandes ojos color chocolate de Tom observarme, entonces yo también sonreí.


-Es tu color.- le dije a Bella, quien sonrió mientras me besaba. Reí y luego bese la frente de cada uno de los niños.


-Te amo- Musito Bella.


-Como yo a ti


Capitulo 18


Final Feliz


Edward PV


Un año después


Ser padre era el reto más difícil que acepte gustoso. Mis hijos eran los mejores del mundo, y amaba con todo mí ser a la mujer que me hizo padre. Ahora podía ver, y disfrutar de ello con tranquilidad. Pude volver a ver el sol, las estrellas y otros paisajes que me había perdido por años, pero nada se comparaba con la belleza de Bella. La amaba y siempre que me era posible, se lo demostraba.


Todo era perfecto, fácil y maravilloso. No había nada de qué quejarme.


Ellie a veces lloriqueaba y hacia pucheros, porque ahora no era la niña consentida. Los celos de la niña se presentaron a los seis meses de los mellizos, cuando sentía que Bella ya no le ponía atención.


– ¡Mami! – Lloraba– ¡Me prometiste que yo siempre seria tu bebe! ¡Sophie no es tu bebe, soy yo!


–Nena, ven aquí. – Dijo Bella con calma mientras tomaba a Ellie – Siempre serás mi bebe, mi nena. Pero ahora tengo otros dos bebes.


–Pero yo no quiero compartirte. Tú eres MI mami. – respondió la pequeña mientras hacia un adorable puchero.


–Pero también soy la mami de los mellizos, ellos también me necesitan. Tienes que compartirme. – Bella acariciaba el cabello de Ellie una y otra vez, tratando que dejara de llorar.


–Está bien, te compartiré. –Se rindió después de unos minutos– Pero quiero mi tiempo, que me consientas como antes. –canturreo. Bella rio y le dio un beso en la frente.


–Estaré más tiempo contigo, lo prometo.


–Ok, entonces dormiré todos los viernes contigo. – demando. Bella rodo los ojos.


Y así fue como ahora, todos los viernes, teníamos que hacerle campo para que se acurrucara en el pecho de Bella.


Por suerte, los mellizos no eran caprichosos y eso hizo más fácil todo. Los dos habían crecido bastante y eran hermosos. El cabello les creció rápidamente. Sophie era rubia platinada y Tom tenía el cabello un poco más oscuro. Cada vez, los dos se iban pareciendo más a mí, pero tenían gestos, muecas y mañas de Bella. También habían sacado de ella el adorable sonrojo en las mejillas, los labios rosados, la piel nívea y la nariz.


Un cosquilleo en mi cuello me hizo abrir los ojos y dejar mis recuerdos de lado. Al bajar la vista, su cabello castaño parecía rojo a causa de los rayos de luz que se colaban por la ventana. Ella estaba completamente dormida, descansando su cabeza en mi pecho y envolviéndome con el calor de su cuerpo. La noche anterior fue una de esas pasionales y románticas. Hacer el amor con Bella era algo a lo que me había vuelto algo adicto. Aunque no era nada desenfrenado ni salvaje, lo disfrutábamos. Siempre me gustaba ver su expresión de felicidad a la mañana siguiente. Su cabello enmarañado, sus labios hinchados, sus mejillas coloradas y sus ojos brillantes me hacían sonreír. Mire el reloj junto a mi e instantáneamente quise volver a dormir. 6: 45, demasiado temprano como para querer levantarme. Escuche el ronroneo de Bella mientras se acurrucaba mas junto a mí, entonces decidí cambiar de posición. Me deslice y acomode mi cabeza en su pecho desnudo, Bella se acomodó rápidamente para que los dos estuviéramos cómodos. Entonces cerré mis ojos y volví a dormir.


Cuando pensé que pasaron cinco minutos, escuche el pitido insistente del despertador, seguido de un suave ‘Mierda’. Reí y Bella no demoro en golpear mi brazo suavemente.


–No te burles de mi desgracia, tonto. –levante mi mirada y la vi con una sonrisa divertida. Me estire para besar sus labios, pero me volteo la cara– Nop– Trataba de ser seria, pero veía que una sonrisa luchaba por escaparse de sus labios.


– ¿Por qué? – dije haciendo puchero. –Uno, ¿si? – Negó con la cabeza– ¿Por favor?


– ¿Por qué tienes que hacer eso? – se rindió y me beso, larga y pausadamente. Sonreí contra sus labios y cuando nos separamos, me volví a acurrucar en su pecho. Ella encendió la televisión y comenzó a pasar canales sin dejar ninguno. Prácticamente le rape el control y lo puse en el canal de deportes. – ¿Futbol? ¡No!– Lloriqueó y me burle. Escuche como el pomo de la puerta giraba y entre en pánico.


Recordé que la noche anterior había puesto seguro para que Ellie no entrara y nos viera. Bella me miro y rápidamente nos pusimos nuestros pijamas, que estaban tirados en el piso. Bella levanto la ropa interior y la escondió debajo de la cama mientras yo iba a abrir la puerta. La pequeña Ellie, con sus siete años recién cumplidos, abraso mi pierna mientras se tallaba los ojos y bostezaba. La cogí y ella recargo su cabeza en mi hombro. La lleve a la cama, donde Bella ya estaba recostada de nuevo. Recibió a Ellie gustosa y acaricio su mejilla.


– ¿Qué pasa, preciosa? –le pregunto con dulzura.


–No podía dormir. – dijo, simple. Se recostó y nos pego el sueño a los dos.







Cumpleaños


Sophie y Tom estaban por cumplir su primer año de vida, y Ellie estaba como loca haciendo dibujos para ellos. Íbamos a celebrarlo en la casa de mis padres, que habían venido desde Seattle para acompañarnos. Alice y Jasper estaban felices, ya que hace pocos días, ella había dado a luz a su primer hijo, Bentley. Emmett y Rosalie se habían comprometido hace poco, y ahora estaban en el proceso de adopción de un pequeño niño de Alaska, ya que Rosalie no podía concebir. Tanya y Demetri también habían venido desde Alaska junto con Carmen y Eleazar.


Llegamos a la casa de mis padres y Ellie se bajo rápidamente para saludar a Alice, quien estaba en el porche de la casa con una sonrisa. Ayude a Bella a bajar la comida y los regalos que habíamos traído mientras ella cogía a Sophie y a Thomas de la mano, caminando lentamente para que no se tropezaran.


Sophie fue la que camino primero, era más arriesgada. Tuvimos suerte que se le haya ocurrido intentarlo en la sala de juegos, donde el piso era de tapete y no había nada que la pudiera lastimar. Primero se paraba para caer inmediatamente sobre su trasero, reír y volver a intentarlo. Cuando Bella llego de comprar víveres con Ellie, Sophie se paró de nuevo y camino torpemente hasta ellas. Luego Thomas decidió que el también quería caminar, hizo lo mismo, con unas lagrimas de frustración de por medio. Bella estaba completamente orgullosa ese día, tomo fotos cada que se paraban y les preparo el postre de manzana que ellos adoraban y devoraban.


Cuando llegamos al porche, mi madre salió y tomo a Ellie en brazos.


–Hola niña hermosa. – dejo un sonoro beso en su mejilla y luego la bajo. Mi madre, desde que comenzó a ser abuela, se emocionaba por todo y amaba a sus nietos. Saludo a los mellizos igual que como lo hizo con Ellie, y ellos soltaban risitas.


Entramos a la casa y pude ver globos y todo tipo de decoración colgando de las paredes y el techo. Una pancarta rezaba “Feliz Cumpleaños” y un montón de regalos se acumulaban en un rincón. Tom corrió hasta donde estaban los globos de helio y comenzó a jalarlos, riéndose cuando se pegaba suavemente en la cara. Ellie corrió a sentarse en el sofá, prender el televisor y ponerse a verPhineas y Ferb. Sonreí y ayude a Bella a acomodar todo.


El resto de la tarde la pasamos entre risas y juegos. Ellie correteaba de un lado a otro con Sheep, causando la estruendosa risa de Sophie. Cuando nos reunimos para cantar el cumpleaños, Bella estaba al borde de las lagrimas.


– ¿Qué pasa, Bells? – pregunte preocupado. Bella me miro y me sonrió.


–Crecen rápido– reí y luego bese suavemente sus labios. Ella me abrazo y luego fue a felicitar a los mellizos.







Propuesta


Bella Pv


Desperté y palpe la cama, me levante a buscar a Edward. No estaba en el baño, ni en el vestidor, entonces deduje que estaría en la cocina. Me puse mi bata y mis pantuflas y Salí de la habitación.


Quería aprovechar para pasar por la habitación de Ellie, pero cuando la abrí, no estaba. Recordé lo sucedido hace seis años y me estremecí, pero trate de mantener la calma. Todo estaba bien. Suspire y pase por la habitación de Sophie, suponiendo que Ellie estaría ahí, pero ninguna de las dos estaba. Respire profundo, no debía alarmarme, tal vez se habían ido con Edward a comprar el desayuno, pero recordé que siempre que hacían eso, Edward me dejaba una nota. Mordí mi labio y abrí con ansiedad la puerta del cuarto de Tom, y de inmediato, cuatro pares de ojos me miraron.


Suspire aliviada y me regañe por formarme semejante peliculón. Tom sonrió y corrió a mis brazos. Lo recibí gustosa y el comenzó a dejar besos por toda mi cara.


–Mami, ¿Puedes preparar tortillas?- sabia que tanto cariño se debía a algo.


–Ok, pero prométeme que ordenaras esta habitación lo más pronto posible– dije al ver el desastre que había en ella. Por el piso estaban esparcidos toda clase de dinosaurios que pudiera imaginar, también habían libros y medias tirados por ahí, así que baje a Tom de mis brazos para poder llegar ilesa a la gran cama.


Me sorprendía de lo mucho que habían crecido mis hijos. Ellie ya era una niña de once años, y aunque a veces se olvidaba de nosotros, aprovechaba todos los momentos que pasábamos en familia. Sophie era una niña risueña y gritona. Era bastante divertido estar con ella, se la pasaba hablando sobre absolutamente todo lo que había pasado en su día, adoraba eso. En cuanto a Tom, bueno, era mi niñito. Le encantaban los dinosaurios y las chicas. Casi lloro el día en que llego con una linda niña de cabello y ojos negros y una radiante sonrisa, Amber era su nueva novia, y aun me costaba creer que ese pequeño niño de seis años llevara tres meses agarrado de la mano con esa niña.


Me acomode junto a Edward, alzando a Sophie en mi regazo. Ellie estaba batallando con Tom el lugar junto a Edward haciéndose cosquillas. Sophie me estaba mirando con sus bonitos ojos y su gran sonrisa.


-Mami, ¿sabes que amo a Robert Pattinson? – Asentí y reí al recordar el día en que ella grito cuando vio a su actor favorito salir sin camisa en una película. Ella lo amaba y tenía varios afiches de él en su cuarto. Mis hijos tenían actitudes un tanto extrañas, pero eso solo los hacía especiales. – el sábado darán afiches gigantes en una tienda cerca de…el trabajo de tío Emm… ¿Me puedes llevar? – rodé los ojos y sonreí, asintiendo. Me era imposible negarle algo con la cara que ponía.


Estuvimos casi toda la mañana leyendo algunos libros y jugando en la cama de Tom. Edward comenzó a apurarnos cuando se dio cuenta de que era casi medio día y no habíamos desayunado aun. Los niños salieron corriendo al comedor a servirse sus cereales, y antes de que yo los siguiera, Edward me tomo de la cintura obligándome a volver a la cama. Beso mi mejilla y me sonrió cálidamente.


– ¿Nos casamos?- propuso sin pausas ni dudas. Abrí mis ojos como platos al sentir como deslizaba un hermoso anillo de compromiso en mi dedo. De todas las formas que me imagine que Edward me iba a pedir matrimonio, esta no se me ocurrió. Sinceramente, me esperaba algo romántico y un poco cursi, con velas y todo. Y aunque no había sido así, me parecía perfecto lo que acababa de hacer.


No hice más que pararme sobre la cama, gritar y saltar como niña pequeña. Edward reía y cuando se mordió el labio, me agache y comencé a darle besos por todo su rostro. Con tanto bullicio, los niños no tardaron en asomar la cabeza por la puerta y mirarme un poco extraño.


– ¿Qué pasa?– pregunto Sophie y volví a sonreír.


– Nos vamos a casar– respondió Edward, mirándome emocionado.


– ¿Cuándo? – Ellie comenzó a saltar en su lugar y mire a Edward.


– ¿Una semana? – dijo inocente, y mi sonrisa se ensancho aun mas.


– ¿Me tendré que poner elegante? – se quejo Tom. Yo solo asentí.


Y Sonreí como nunca







Día especial


El día de la boda estaba más que nerviosa. Por suerte, Alice sabía cómo organizar una boda en una semana. Había hecho un vestido para mí y mis hijos en tiempo record. Había organizado una elegante y sencilla recepción en el claro qué había detrás de mi casa. Todo estaba bien elaborado.


Me metí a la ducha y me tome un baño bastante largo, tenía que relajarme. Odiaba estar lejos de Edward así fuera por unas horas, y no entendía por qué no podíamos estar juntos ahora. Alice y sus estúpidas tradiciones. Después de casi media hora metida en la tina con sales, Salí y me envolví en una toalla. Me puse la ropa interior y una bata, y me senté en la sala a esperar a Alice.


La ansiedad me estaba matando, y me sobresalte cuando escuche mi celular sonar. Conteste sin fijarme en el identificador y cuando escuche su voz de terciopelo al otro lado de la línea, las manos me comenzaron a sudar mas.


–Hola, cielo– saludo cariñosamente, como de costumbre.


– Te extraño– conteste, tratado de que mi voz sonara tierna.


– Yo también, pero en unas horas serás mía–Reí.


– Ya soy tuya– respondí como si fuera lo más obvio del mundo.


–Sabes a que me refiero Bells. Serás una Cullen– me mordí el labio evitando una sonrisa.


–No puedo esperar más– escuche el insistente timbre de la puerta y me apresure en despedirme– Alice ya llego. Te amo


– Te veo en el altar. Te amo– colgué con una sonrisa que trate de disimular para que Alice no se diera cuenta de que acababa de hablar con Edward.


Abrí la puerta y Ellie y Sophie entraron como un torbellino sin siquiera saludarme. Alice venia con un montón de cosas en las manos por lo que la ayude.


– Bella, ella es Heidi. Es maquilladora y me va a ayudar. – Alice se veía completamente hermosa con su vestido negro. Su cabello tenía unas suaves ondas, y su maquillaje era suave. Entro y se dirigió directamente a mi cuarto, conmigo y con Heidi pisándole los talones.


Puso una silla cómoda y todo lo que necesitaba sobre la mesita. Hizo que me sentara y me relajara mientras ella hacia su magia. Sentía las manos de Alice tirar de mi cabello haciendo algún peinado mientras Heidi pasaba de todo por mi cara. Algunas veces, Ellie y Sophie me hacían cumplidos de lo bonita que estaba quedando. Después de lo que fue casi una hora, Alice me hizo levantarme y me guio hasta el vestidor. Alice insistió con el tema de las tradiciones, y no podían faltar los detalles de mi ropa. Lo nuevo, el vestido. Según me había dicho Alice, eso simbolizaba la nueva vida. Lo viejo, una joya que mi madre había usado en su matrimonio con Charlie, simbolizaba lo que se dejaba atrás. Lo prestado había sido un lindo broche largo de flores en mi cabello, simbolizaba la amistad. Y lo azul era la liga de encaje que se escondería debajo del vestido.


Me hizo quitarme la bata y luego sentí como deslizo una suave y ligera tela por mi cuerpo. Alice me tomo de la mano y me puso frente a un espejo, y yo abrí mis ojos al verme ahí. El vestido era el más hermoso que había visto. Simple y con destellos. Me sentí hermosa y sonreí frente a mi reflejo.


Estaba tan nerviosa que si hablaba de mi boca no salía nada coherente. Mi padre, Charlie, estaba callado junto a mí. Alice iba i venia, y eso hacía que mis nervios aumentaran.


– ¿Ya casi vamos a salir? – pregunto Sophie, quien iba con un vestido blanco con una cinta con bordados en el medio, el vestido le llegaba hasta las rodillas. Tenía unos guantes y el ramo de fresias en sus manos. Su cabello estaba recogido en una gruesa trenza en forma de diadema, dejando el flequillo sobre su frente. El resto estaba recogido en una desordenada cebolla, se veía hermosa. Le sonreí y asentí. – ¡Tom! ¡Ven aquí!- grito y yo reí.


Tom llego agitado, pues venia corriendo. Se veía hermoso con su traje, aunque llevara el corbatín mal ajustado y la chaqueta abierta con la camisa por fuera. Reí al verlo así, pero no le quedaba mal. Alice llego y dijo que teníamos que salir. Sophie y Tom se tomaron de la mano, y cuando iban saliendo, me di cuenta de que los dos iban descalzos. Reí y luego Ellie me abrazo antes de salir. Se veía hermosa. Su vestido era igual que el de Sophie pero le llegaba hasta los pies y su cabello estaba arreglado de la misma forma, solo que sin la cebolla sino con el cabello suelto. Salió de la casa, anunciando que era mi turno. Antes de salir, mi padre me abrazo y beso mi frente.


–Se feliz, Bells.


– Lo soy– Tome su brazo y me concentre en contar mis pasos hasta que llegara frente al altar.


El camino hacia el altar estaba lleno de flores blancas, por lo que tuve cuidado al dar cada paso. Edward me esperaba sonriente y el corazón comenzó a latir a un ritmo frenético. Estaba a unos minutos de entregarme completamente a Edward. Estaba segura de que después de todo, íbamos a ser felices. Pasaríamos el resto de nuestra vida untos, con nuestros hijos. Los veríamos crecer. Solté una lagrima al pensar en toda los momentos maravillosos que compartía con Edward, que conocerlo era una de las mejores cosas que me había pasado en la vida.


Los niños del instituto estaban cantando mientras yo continuaba con mi camino, y cuando llegue hasta donde Edward, las mariposas invadieron mi estomago, como una adolecente.


–Cuídala– le dijo Charlie, Edward asintió y me dio un beso en la mejilla.


– Hermosa– me sonroje y los dos volteamos a ver al padre.


– Estamos aquí reunidos hoy para unir a estos dos amantes en matrimonio… –Comenzó.


La ceremonia se me hizo eterna, yo solo quería llegar a la parte del sí quiero. Las piernas me comenzaron a temblar cuando Edward estaba a punto de deslizar la delicada alianza de oro por mi dedo, regalándome una mirada llena de adoración.


–Ante todos los presentes, prometo amartey cuidarte durante el resto de nuestras vidas. – Comenzó–Te tomo con todas tus virtudes y tus defectos, del mismo modo en que me ofrezco a tí con todas mis virtudes y mis defectos. Te elijo como la persona con la que compartir mi vida. – Sonreí mientras él me ponía el anillo. Era mi turno.


–Me entrego a ti este día, para compartir mi vida contigo. – Mi voz temblaba a causa del llanto de emoción–Prometo serte una esposa fiel, compartir y apoyarte en tus esperanzas, sueños y metas. Todo lo que soy y todo lo que tengo es tuyo desde este momento hasta la eternidad. – mi risa nerviosa invadía el lugar, mezclándose con las lagrimas. Deslice el anillo por el dedo de Edward y el no se contuvo y me abrazo.


–Con el poder que me concede la iglesia, yo los declaro marido y mujer– Salte en mi lugar, ya sabía lo que venía. Antes de que el padre pudiera pronunciar el “Puede besar a la novia” yo ya estaba poniendo mis labios sobre los de Edward.


Las personas que estaban presentes se levantaron y comenzaron a aplaudir, pero eso no me importaba, yo estaba besando a Edward. Este beso era de esos que hacían que mis piernas temblaran. Demostraban todo el amor que sentíamos el uno por el otro. Yo no podía controlar mis lágrimas y Edward tampoco. Sonreía sobre sus labios y cuando nos separamos, nuestros hijos se lanzaron sobre nosotros.


– Es un honor para mí presentar por primera vez a el Sr. y la Sra. Cullen– Sonreí y tome a Edward de la mano.


Cuando comenzamos a caminar todos juntos tomados de la mano, una lluvia de arroz comenzó a caer sobre nosotros. Ellie sonreía, Sophie reía y Tom jugaba. Me mordí el labio y me voltee a ver a Edward, quien tenía una sonrisa muy difícil de borrar.


Por fin estábamos como se debía. Podíamos ser felices. Todos nuestros sueños podían seguirse cumpliendo, todo lo íbamos a lograr juntos.


Agradecí infinitamente aquella navidad en la que conocí al hombre de mi vida. Agradecí a Alice y su insistencia para asistir a su casa aquella noche. Agradecía todos y cada uno de los momentos que compartí y compartiré con Edward.


Al entrar a la gran carpa que se había instalado para la recepción, me maraville de lo hermoso que había quedado todo. Miles de fresias estaban adornando los centros de mesa. El olor en el ambiente era bastante agradable a causa de ellas. En el centro de todas las mesas, había una pista de baile instalada. Todo gracias a Alice. Edward me guio a la mesa central, y me ayudo a acomodar el vestido en el largo y cómodo sofá. Mis padres y la familia Cullen estaban ahí sentados, me sonrieron cuando llegue a la mesa. Edward no soltaba mi mano ni un momento. Nuestros hijos ya estaban correteándose con Amber en el centro de la pista, llamando la atención de todos los presentes. Ellie estaba en una esquina, sonrojada ante Jake. También estaban Angela, Ben y Jessica, algunos de los amigos que conserve de la universidad pero que en los últimos años había perdido contacto. Zafrina y Maggie, dos de mis amigas de la editorial también estaban ahí con sus parejas. La familia Denali estaba pendiente del pequeño Steven, el hijo de Tanya. Todos sonreían, todos a los que quería estaban ahí.


En la mitad de la noche, Alice seguía con sus tradiciones. Convoco a todas las mujeres solteras que había allí para tirar mi ramo. Todas estaban emocionadas y algunas saltando en su lugar. Lance el ramo y Angela lo cogieron. Miro a Ben sonriendo y yo reí por ellos. Luego Alice insistió en que Edward lanzara la liga, pero yo estaba negándome. Finalmente Edward me convenció y levanto mi vestido. Me comenzó a quitar la maldita liga con los dientes, causando que el color escarlata invadiera mi rostro. Luego lanzo la liga a los hombres solteros y la cogió Ben, casualmente. Emmett y Jasper comenzaron a silbarles y yo reí por su acción.


Todo el mundo estaba bailando a esta altura de la noche, pero nosotros estábamos en nuestra burbuja, absortos de todo lo que pasaba a nuestro alrededor. Voltee a ver y pude observar a mi hija mayor bailar con Jake, el hijo de Jacob Black. Ellie y el siempre habían sido unidos, y ella me había confesado que sentía mariposas al verlo pasar. Sophie y Tom estaban bailando juntos, riendo y dando vueltas. Me fije que Edward también los estaba observando y ambos voltearon a mirar hacia nosotros. Como si de alguna forma estuvieran conectados, se sonrieron y corrieron hacia nosotros. Tom me tomo de las manos y me halo hasta la pista, comenzando a mover sus pies, bailando. Reí cuando vi como Edward cargaba a Sophie y bailaban juntos. Tom, después de intentar bailar, se rindió y estiro los brazos, me agache y como pude lo cargue, el sonrió e hizo que moviera mis pies.


–Te ves muy bonita mami– alago– incluso más que Amber


–Estoy celosa que te la pases con esa niña ahora, te has olvidado de mi– le reproche, y se rio cuando intente hacer u puchero.


–Sabes que tu y mis hermanas son primero, luego van todas las niñas– Sonreí.


–Hablas como si muchas fueran detrás de ti.


– soy un rompecorazones, mami– me mordí el labio tratando de aguantar la carcajada que luchaba por salir de mi boca.


– No quiero imaginarme cuando seas mayor, Tom. Pero aunque tengas a todas las niñas detrás de ti, no juegues con ellas, quiere a la indicada. Se un caballero siempre.


– Lo soy mami, mi papi me enseño a ser educado con las niñas– le di un sonoro beso en su mejilla.


–Mi hombrecito. Te amo


– Yo también– sentí aquel olor tan peculiar y agradable que desprendía Edward.


– Me acabo de poner celoso.


– Vamos papi, es mi mami, soy su hijo. Es normal que ella me ame. – Edward me hizo un puchero, y no me resistí y bese sus labios.


– ¡Eww! – dijeron los mellizos al mismo tiempo, y como pudieron, se escabulleron lo más pronto posible.


Sonreí y me lance a los brazos de Edward sonriendo. El me recibió sin siquiera perder el equilibrio. Pronto volvimos a nuestra burbuja. Caminamos abrazados hasta una mecedora apartada que había cerca a la entrada a la casa. Allí pasábamos muchas tardes hablando de cosas sin importancia. También hablábamos de nuestro futuro, de lo que queríamos para nuestra familia. Me senté sobre el regazo de mi esposo y recargue mi cabeza en su hombro.


Mi esposo, sonaba lindo. Estuvimos en un silencio cómodo por unos minutos. Podía escuchar la música de fondo, pero le ponía atención a la calmada respiración de Edward.


–Isabella Cullen– susurro pausadamente– suena bastante bien.


–Me encanta como suena…Sra. Cullen, Bella Cullen…– sonreí y escondí mi cara en su pecho, jugando con uno de los botoncitos de su camisa.


–No hagas eso, niña ansiosa– levante mi mirada y vi que el tenia sus ojos cerrados, pero con una sonrisa en sus labios. – déjalo para la luna de miel.


– ¿A dónde iremos? – curioseé.


– No te lo diré


– Edward, tengo que saberlo.


– Sera una sorpresa.


– ¡Ugh! Sabes que odio las sorpresas.


– Siempre dices lo mismo y terminas amándolas


–Tienes razón. – dije después de pensarlo un rato.


–Entonces te esperas.


– Me quiero ir ya.


Sonrió ante mi impaciencia y me mando a cambiarme mientras él buscaba a los niños para dejarlos con Esme. Entre a la casa y fui directo a nuestra habitación. Sobre la cama había un hermoso vestido azul suelto que llegaba hasta la rodilla. Con urgencia, me quite el hermoso vestido de novia que llevaba puesto, dejándolo sobre la cama con mucho cuidado. Me fije que debajo del vestido había un conjunto de lencería negra. Alice. Lo tome y me dirigí al baño a cambiarme. Antes de salir de la casa, me puse el suéter abierto blanco que estaba en la mecedora y Salí a mi encuentro con Edward.


El ya me superaba con unos pantalones blancos y una camisa verde. Se veía espectacular con esas simples prendas. Sonreí y lo tome de la mano. Salimos de la casa y toda la gente ya estaba haciendo espacio para que llegáramos al auto. Me despedí de Alice, agradeciéndole por hacer de esta noche una de las mejores de mi vida. Luego me despedí de mis padres y de Esme y Carlise. Con lágrimas en los ojos, abrace a mis hijos, a quienes no vería durante una semana. Les insistí infinitas veces que los amaba, que se cuidaran mucho y que l hicieran caso a sus abuelas. Edward también se despidió de todos, demorándose tanto como yo cuando le decía adiós a los mellizos y a Ellie. Después de la insistencia de Alice, estuvimos finalmente dentro del auto dispuestos a partir a donde será que me fuera a llevar Edward.


Estábamos aterrizando después d unas cuantas horas de vuelo, y para mi sorpresa, estábamos en Juneau. Salimos del aeropuerto con las maletas y rápidamente Edward metió las maletas a un Mini Cooper azul metalizado, hermoso. Edward sonrió al ver mi cara de asombro y vino hasta mí.


–Es tuyo– abrí los ojos como platos y lo mire incrédula. El me mostro las llaves, ofreciéndomelas.


–Edward, es hermoso, pero no debiste…– me puso uno de sus dedos en mis labios, callándome.


–Shh…si debí, te amo y te mereces lo mejor– en su mirada se veía la ansiedad, entonces para no quitar la sonrisa de sus labios, tome las llaves y lo bese con ansiedad.


Cuando su lengua entro en mi boca recordé mi deseo en la mecedora de nuestra casa y entonces apure a entrar a el auto, yo conduciendo. Estaba realmente emocionada conduciendo el carro, era bastante cómodo y fácil de manejar. Edward me guio por las calles tan conocidas de Juneau, pero me sentí realmente desubicad cuando deje de ver edificios y comencé a ver el bosque cubierto de nieve. Nos debíamos por un caminito y tuve que obligarme a cerrar mi boca cuando vi la majestuosa casa que había en frente de mí. Era de dos pisos, parecía un palacio. Edward me acaricio la mano antes de salir y abrirme la puerta. Antes de que pudiera poner un pie en tierra, Edward ya me llevaba en sus brazos. Abrió con facilidad la puerta de aquella casa y entramos. Observé todo con curiosidad por un momento, pero cuando íbamos subiendo las escaleras, Edward ataco mi boca con urgencia.


Entramos a la que supuse seria la habitación principal y Edward me tendió sobre la cómoda cama con cuidado.


– ¿Quién es el ansioso ahora? – me burle y Edward me quito el suéter.


–Eres irresistible– solté una risita traviesa y me monte sobre Edward.


Lentamente me quite el vestido, dejando ver mi lencería. Mi autoestima subió otro poco al ver que Edward se había quedado mirándome.


– ¿Ves algo que te guste? – susurre picara en su oído, en sonrió y beso el lóbulo de mi oreja, causando que un cosquilleo recorriera todo mi cuerpo.


– Sabes que me encanta todo de ti– Bese su mejilla y sin dudarlo, le quite la camisa que traía, dejando ver su pecho marmoleo.


Acaricie de arriba abajo su pecho mientras lo besaba con ganas. A veces Edward lograba sacar la Bella traviesa, que estaba escondida en alguna parte de mí. Mi esposo se apresuro a deshacerse de sus zapatos y su pantalón, ayudándome un poco en mí trabajo.


Después de tantas caricias y jueguitos, me hizo suya, como otras veces lo había hecho. Pero lo que hizo especial fue las palabras que hicieron que mi corazón saltara de alegría.


– Bella…– Jadeo mientras aumentaba el ritmo, llegando a la cumbre– Gracias.


–Mm…– Gemí, casi grite, mi cuerpo comenzó a temblar y yo no pude evitar chocar mas mis caderas contra su cuerpo. – ¿Por…que?


–Por Existir– Sonreí y luego grite cuando explotamos.


Se recostó sobre mí y yo acaricie su cabello.


–Gracias–susurro de nuevo. Levanto su mirada i me sonrió.


– ¿Por qué? – repetí.


–Por enseñarme que para amar solo se necesita el corazón. – bese su frente con devoción y cerré mis ojos.


“Y entonces continuamos apurando con alegría esa pequeña pero perfecta fracción de eternidad”


T H E


E N D


Epilogo.


Seis años después


Me baje del volvo más cansado que nunca. Las horas de turno en Emergencias me dejaban realmente agotado, con ganas de llegar a casa lo más pronto posible.


Había terminado hace dos años mi carrera en medicina y la especialización en pediatría. Era lo que siempre había querido hacer, y ahora que era posible, no lo dude. Fue complicado pero me sacrifique para terminar rápido y poder ejercer la carrera. Aunque ahora trabajaba en un hospital, no deje el instituto en el que antes trabajaba. Iba una vez a la semana a visitar a los niños y una vez al mes les hacia un chequeo médico gratuito. Estaba orgulloso de todo lo que había logrado en tan poco tiempo, y eso sin duda se lo debía a mi familia.


Ellie me ayudaba en los trabajos simples cuando estaba en la universidad, haciendo todo un poquito más fácil. Los mellizos me ayudaban organizando un poco la casa y tratando de estar calmados mientras yo estudiaba. Y Bella me dio todo su apoyo, comprensión y cariño. Ella estuvo ahí cada momento, animándome a seguir y recordándome por quien estaba haciendo esto.


Gire el pomo de la puerta principal, encontrándome con una hermosa imagen. Bella y Renesmee, nuestra hija menor quien hasta ahora tenía siete meses, recostadas en el gran sofá. Nessie acariciaba el rostro de Bella y mi esposa sonreía. Llegue junto a ellas e inmediatamente, Nessie reclamo mi atención, estirando sus bracitos hacia mí para que la cargara. Cuando la tuve en brazos, Bella se levantó, dándome un casto beso en la mejilla y acomodándose detrás de mí. Me quito la chaqueta y comenzó a mover sus manos por mi espalada y hombros, masajeándolos para que descansara un poco. Al poco tiempo salió Sophie de su habitación con la cara y las manos llenas de pintura. Nos sonrió y me beso en la mejilla.


–¿Qué hacías, hermosa? –pregunte. Ella sonrió con entusiasmo.


–Un hermoso cartel para el cuarto de Nessie– Sonreí y ella se fue, gritando el nombre de Tom.


– ¿Cómo te fue en el hospital, amor? – pregunto mi esposa mientras seguía dándome mi masaje.


–Fue agotador, pero mañana tendré todo el día libre. Quiero estar con mis hijos y contigo en navidad. –Sonrió y de repente Nessie comenzó a llorar.


La comencé a mecer pero el llanto no cesaba. Bella la quito de mis brazos con mucho cuidado y comenzó a amamantarla. La mecía de un lado a otro mientras tarareaba una canción. Todo parecía perfecto.


Adoraba ver a Bella como madre. Tan cariñosa y paciente, educando a nuestros hijos sin ser severa. Me sentí orgulloso de ella, por todo lo que hacía. En una semana, publicaría el libro en el que había dedicado tanto tiempo y empeño. Luego de que se estrenara, nos esperaba una semana dura. Ella en conferencias de prensa y yo en el hospital, dejando a los niños al cuidado de su madre. Pero en este momento no quería pensar en eso, solo quería tener todo perfecto para que al día siguiente estuviera todo perfecto.







En navidad había conocido a Bella, por eso esta fecha era tan especial para nosotros. Se acercaba la hora de que fuéramos a la casa de mis padres para la cena de navidad. Todos nos estábamos arreglando y así, en unas horas irnos. Había sorprendido a mi familia con un viaje sorpresa a París a la mañana siguiente, así que todos estábamos preparando nuestras cosas.


Estaba en la sala de la casa escuchando música, y entonces escuche los correteos de mis hijos, de un lado a otro. Bella bajo con Nessie en brazos, hermosa como siempre. Nessie sonreía mientras disfrutaba viendo discutir a Tom y Sophie.


Cuando todos estuvimos listos, entramos al carro y nos dirigimos hacia la casa de mis padres. La velada fue bastante amena, la familia estaba por completo. Los niños disfrutaron de sus regalos a las doce, y luego se fueron a dormir.


Cuando estaba seguro de que nadie observada, tome a mi esposa de la mano y la conduje hacia la cabaña ubicada detrás de la casa. Bella me miraba sin comprender, pero con una sonrisa imborrable de su hermoso rostro. Abrí la puerta de la cabaña, dejándole ver a Bella lo que había hecho.


Varios ramos de Fresias estaban decorando el lugar, y las velas le daban un toque de luz a la estancia, haciendo más acogedor el ambiente. Pero lo que a Bella le llamo la atención, fue el gran mural que estaba en el fondo. Se acercó a él y lo miro, pasmada.


En él, había varias fotografías pegadas en collage. La primera, era el día de navidad en que la conocí, estábamos Ellie y yo en el sillón. Después iban algunas de nosotros en diferentes lugares. El nacimiento de nuestros hijos y todas las fotos que tomamos durante su crecimiento. La boda y los días siguientes después de esta. Las últimas eran del nacimiento de Nessie, de la familia completa. Era nuestra historia en imágenes, todo lo bueno y lo malo que vivimos. Todo lo que habíamos pasado para estar juntos, y felices.


Pase mis manos por el vientre de Bella, dejando uno que otro beso en su cuello. Ella aun seguía mirando el mural, acariciando aquellas imágenes. Finalmente, se volteo, quedando a un poco distancia de mi boca.


–Eres lo mejor que me ha pasado– me susurró. Yo rocé mi nariz con la suya y le sonreí.


-Hace trece años te conocí. Hace trece años me hiciste feliz. Entraste en mi vida para no salir, y eso me alegra–Bella se mordía el labio mientras evitaba que las lágrimas descendieran por sus mejillas. Finalmente, susurró un ‘Te amo’ y unió su boca con la mía, y nos fundimos en un beso largo y apasionado.


Quise detener el tiempo y quedarme aquí, con la mujer de mi vida, para siempre


FIN :’)


MIL GRACIAS POR LEER


Por los Reviews, las Alertas y los Favoritos.


Gracias por el apoyo en mi primera historia, me anima a seguir.


Espero que les haya gustado


Besos, Morita

Acerca del Autor

Nos dedicamos a brindar información a todos los fans de la Saga Crepúsculo. Desde entonces nos hemos encargado de cubrir premieres, eventos, actualizar día a día nueva información sobre el cast. Después de que terminó la épica Saga en Noviembre del 2012, seguimos los proyectos de cada actor como corresponde.
Lee más en: Conócenos

32 comentarios:

  1. Hola me encanto tu historia...Eres genial....Besitos desde Ecuador...Sigue asi..

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  2. me encantoooo!!!!!!!!! fue hermosa la historia ... si tienes mas historias o algo no dudes en publicarlas.

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  3. Anónimo2/07/2011

    woooooww!!
    me qede maravillada con tu historia ha sido d las mejores q e leido enserio
    yo soy muy especial para esocoger un fan fic y es muy dificil d q me gusten
    pero este no solo me gusto
    ME ENCANTO!
    eres muy buena en esto :)
    saludos! :D

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  4. kamhy cullen7/09/2011

    lo lei en 4 horas de hoy y me encanto .. te pasaste .. eres muy buena en esto .. sigue asi .. lo que mas me impresiona que no se parece a otros fic .. tiene un trama dificil y complicado pero es hermoso tal como es .. ojala sigas asi y llegues a ser grande en esto .. te lo mereces .. saludos desde Chile y todo el animo para ti y tu mente creadora :D

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  5. Anónimo7/13/2011

    Esta muy bueno lo leí como es cinco horas no me pare de la pc ni para comer!!
    La verdad me encanto la historia!!.. Eres muy buena escribiendo Felicitaciones!

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  6. Anónimo8/26/2011

    Me encanto,me lo lei en 6 horas y lo encontre muy lidno y qeria saber si me dejas publicarlo en potterfics.com te dejo mi msn y hablamos dle.Conisuarez97@hotmail.com
    Cold Kisses

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  7. Anónimo9/01/2011

    me encanto tu historia!!
    sigue siempre asi :D

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  8. Anónimo10/12/2011

    muy buena historiaaa me encantoooooooooo!!!!!!!!!!!!

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  9. Anónimo12/21/2011

    Morita sos una genia!! Te adoroo!

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  10. Hermosa tu historia me encanto!!!
    sigue escribiendo!

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  11. esta muy hermosa tu historia me encanto sigue asi
    eres una gran escritora Morita

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  12. romina2/15/2012

    hermosa historia me encanto !!!

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  13. Anónimo3/28/2012

    Es una increible historia ojala sigas haciendo mas!
    Me encanta, saludos desde bogota cct :D

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  14. Anónimo3/28/2012

    Hola. Me Gustharia Contactarthe Como Hago??

    Necesitho Pedirthe Un Gran Favor

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  15. Me encanto eres muy buena escribiendo,me encanto. me gustaria ponerla en mi pagina de faceboo,hace poco te envie un mensaje al correo que dejaste en la publicacion del fanfics y espero tu respuesta :)

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  16. Anónimo4/28/2012

    no puedo creer que se haya acabado fue tan hermosa historia en algunas partes llore en otras rei en fin me encanto mil felicidades :D

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  17. Wow! Sin duda alguna vas a seguir una gran escritora.

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  18. Me encanta!!!!! Esta genial!!!!!

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  19. Anónimo7/02/2012

    me encantooooooo!! =D escribes muy bien!! :D felicitaciones por esta bella de historia de amor que me conmovio el corazon! :D

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  20. Anónimo7/10/2012

    Me encanto tu historia !!!! La acabe en solo unas horas y me encanto el detalle de que Sophie fuera una fan de Robert Pattinson... Me encanto que no hay que tener que ver para amar... Sigue así :)

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  21. waaaaaaaaaa! es so fue hermoso me encanto la leí sin parar es una historia genial...

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  22. wau me gustomucho todos los capis lo termine en leer en un solo dia y no lo voy a parar de leer me gusto mucho tu historia eh =D

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  23. Anónimo9/01/2012

    Hola! Me encanto esta historia!! Le descubri hoy y la leí de un tirón!!! Me llenó de ternura.... un historia super dulce. Te felicito. Un abrazo. Let.

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  24. Anónimo9/26/2012

    Me encantó, no dejes de escribir jamás. ¡Te felicito!, me lo leí en muy pocas horas estuvo fantástico, sigue escribiendo eres buena en esto.

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  25. ME DESVELE LEYENDO, ME ENCANTO, ES DIFICIL QUE ME GUSTEN LOS FAN FICS, PUES SOY MUY SELECTIVA, tu historia fue diferente y emotica, llena de amor y me encanto gracias

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  26. woowww!!!!!!!! me encanto!!!!!!! eres muy buena escritora!

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  27. Anónimo12/28/2012

    me encanto me estoy muriendo del sueño porque acabe de leerlo a las 11:27 y dije: ¡NO PUEDO PARAR AHORA NO DORMIRE PENSANDO EN QUE HABRA PASADO ACONTINUACION¡ eres muy buena escritora y tienes mucho futuro por delante me encanto tu historia es una de las mejores no, corrijo es la mejor que e leido en mi vida bueno solo he vivido 11 años pero ha mi me encanta leer libros, escribir poemas y escribir canciones tu historia me inspiro para escribir una cancion apenas estoy empezando asi que mis canciones nacesitan arreglos bye ¡ESRES UNA MUY MUY BUENA ESCRITORA!

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  28. Anónimo1/28/2013

    sinceramente eres una gran escritora, muy pocos fanfics me gustan, pero este ME ENCANTO !!! demasiado .... me gusta el hecho de que tu historia se base en amar con el corazón, sin importar las diferencias, los defectos o actitudes de las personas, mas que una simple historia, es un ejemplo a seguir, de que no solo uno se enamore del físico sino del corazón de esa persona... me gustaría contactarte para poder preguntarte si tu me puedes dar permiso para publicar esta historia en mi pagina en facebook, aqui te dejo mi direccion de correo electronico para que me avises de acuerdo ...( ceciliamagdalenalopez@hotmail.com ) esperare tu respuesta pronto saludos desde argentina =)

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  29. Anónimo3/06/2013

    Me has hecho llorar con esta historia, es preciosa.
    Me gusta el punto de vista que le has dado, ya que muchas personas no se fijan en el interior si no en el fisico, y yo creo que eso n deve de ser asi.
    ENORABUENA eres una magnifica escritora, ojala escribas mas fanfics.

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  30. Anónimo5/12/2013

    ES UN GRA FAN FIC

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  31. Anónimo11/27/2013

    me encanto tu fic es tambobito y tierno te felicito por la maravillosa historia

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  32. ¡Hey! Qué linda historia en serio, muy linda. Este es el primer fic de Twilight que me leo, soy de leer fanfics de Larry Stylinson (Louis, el chico de ojos azules y cabello lacio y Harry, el de cabello largo y rizado, los dos de One Direction) y también de Bieber, jaja. Me gusto muchísimo, en serio, cuesta mucho encontrar fics así de originales y que no solo sean de drama y sexo. Escribes genial, lo único son un par de palabrillas mal escritas pero no es algo taaan grave. Saludos y sigue así. :D

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